Las Clases
Lily y Alice se hallaban solas frente a los veinte niños de primer año, todos los observaban ansiosos, quizás cansados esperando que se iniciaran las tutorías, como los había llamado la profesora McGonagall. Lily hecho una ojeada a la puerta esperando que los otros integrantes aparecieran, sin embargo, estos no daban rastro, por lo que dirigiéndole una mirada a Alice, le indico que diera inicio a las clases.
Que irresponsabilidad, pensó, cuando llegarán aquellos patanes les diría unas cuantas verdades. Mientras, ahogando su molestia comenzó a pasar la lista. La profesora McGonagall le había entregado un pergamino con todas las instrucciones, supuestamente tendrían que dividir a su pequeño curso en pequeños grupos…
-Ya que están todos -dijo Alice aclarando su voz -Los agruparemos en…- Cuando se disponía a organizar el aula se sintió un barullo en el pasillo continuo al Salón donde se encontraban, por lo que todos centraron sus miradas en la puerta esperando alguna respuesta para aquel escándalo que se escuchaba.
- Han llegado- dijo Lily a Alice que se había asomado para averiguar que era lo que sucedía- Continua tu, yo tengo que arreglar algunas cosas…- diciendo esto abandono el salón y se detuvo en frente de James, Sirius y Remus.
-¡Hola Evans!- dijeron los tres al unísono- Por lo que veo, estamos un poco retrasados…- se excusó Remus. Sirius y James estallaron en risas.
-¿Y Pettigrew?- preguntó Lily enojada.
- Yo lo reemplazaré- dijo Remus -Cola…, perdón Peter… -no pudo evitar sonreír al ver a James y a Sirius aguantando sus carcajadas- tuvo un accidente.
-¡Lastima!- dijo Lily, sin entender aún porque les era tan divertida la situación y porque Potter y Black se desternillaban de la risa.- Será una suerte tenerte acá Lupin, tal vez tu puedas controlar a tus compañeros -admitió finalmente a Remus.
Ambos sonrieron con complicidad, habían sido muy amigos desde su primer año en Hogwarts y en quinto, cuando Dumbledore lo nombró prefectos, lograron conocerse mucho más. Por ende la presencia de Remus en las "tutorías" le significaba más tranquilidad a Lily, pues no tendría que estar discutiendo todo el rato con Potter.
-En el salón se encontrarán con cinco grupos de cuatro niños cada uno- Le indicó Alice, que había organizado a los niños durante su ausencia- Escojan alguno, eso está su elección -les dijo con indiferencia -Las instrucciones están en el tablón que he puesto adelante, por lo que no les será difícil saber lo que tienen que repasar con los niños. Ahm…antes que se me olvide -Le dirigió una sonrisa maliciosa a Lily- La profesora McGonagall a nombrado a Lily como tutora principal, por lo que ella puede…
-¿Ordenarnos?- Se Burlo James- No te preocupes le obedeceremos de inmediato.
En el Salón una vez ubicados con sus respectivos grupos iniciaron las clases con total normalidad. Los Grupos de Alice, Lily y Remus, funcionaban a la perfección, los niños se habían dispuesto en parejas y practicaban los hechizos con calma, siendo corregidos por cada uno de ellos que los observaban detenidamente. Pero el silencio, fue interrumpido por las risotadas de los Grupos de James y Sirius que escandalosamente se manifestaron. Todos se voltearon al observar lo que estaba sucediendo.
- ¿Qué hacen?- preguntó Alice a Sirius que se hallaba más cerca de ella.
- Nada, solo les contaba unas anécdotas- contestó indiferente mientras se volteaba nuevamente a su grupo.
-¿Y las clases?- Dijo Remus a James.
-Lunático ya hemos arreglado esos detalles ¿O no?- Les guiño un ojo a los niños que los observaban divertido y asintieron de inmediato a Lupin.
Lily que ya se había encargado de su grupo se dedico a dar a rondas por el salón y supervisar al resto de sus compañeros. Se detuvo frente al grupo de Potter que aún reía y les dedico una mirada severa.
- Y bien Potter ¿Cómo van?- James que se había percatado que Lily venía hacia ellos les dio unas cuantas instrucciones a los niños que inmediatamente se pusieron a trabajar.
-Ella es Lily Evans- Les señalo al grupo, los cuales se quedaron expectantes esperando a que James prosiguiera -Es la chica más bella de Hogwarts ¿No lo creen?-Las niñas escondieron risitas nerviosas. Lily sintió sus mejillas arder y miró a James avergonzada.
- No creo que eso sea parte de las clases- lo reprendió.
- Entonces Evans…- se apresuró a decir James -¿Saldrás conmigo?- Todos los presentes miraron ansiosos a Lily. Mandy Browne, uno niña de primero los vio ambos y dijo…
-Es un muchacho guapo -exclamó- es el capitán del equipo de quiddich y amablemente a respondido todas nuestras preguntas, dice que si entrenamos mucho y asistimos a todos los partidos podremos estar en el equipo el año que viene.
-A si que Quiddich…- dijo guardando la respiración para no gritar. -¿Y las clases?
-No es su culpa- interrumpió otro niño- nosotros al verlo lo hemos asediado con preguntas. Mis hermanos dicen que es el mejor buscador en siglos en Gryffindor.
-No es mi culpa ser famoso -dijo James con una voz agradable, grave y madura- Ya vez lo que provoca.
-Por lo que veo tampoco es tu culpa ser un tonto arrogante Potter- agregó Lily.
Todos los niños comenzaron a reír.
- No la tomen tan enserio - Les advirtió- Lo que pasa es que yo le gusto y no ha querido admitirlo ante ustedes.
Lily le dirigió una mirada no sin antipatía a James y volvió con su grupo, que en ese momento habían logrado convertir una rata en un hermosa copa.
- ¡Esta vez tampoco te ha funcionado Cornamenta!- Se burló Sirius y todos los niños de su grupo movieron la cabeza en signo de reprobación.
Las clases habían continuado con total normalidad durante las semanas que siguieron. Los niños que asistían a la tarde de tutoría se veían ansiosos por que sus profesores asistieran y compartieran un rato con ellos, la verdad es que habían congeniado mucho, la misma profesora McGonagall los había felicitado por los progresos que habían efectuado durante los días de repaso. Los profesores de Hogwarts al enterarse de los beneficios que suponían las tutorías para los alumnos más pequeños, habían considerado aplicar este sistema a sus materias, por lo que no era extraño ver salones ocupados después de los horarios de clase y antes de la cena.
Lily se sentía bastante satisfecha con los logros que habían efectuado como grupo, funcionaban bien, claro sin contar las discusiones que sostenía a menudo con Potter que interrumpían las clases por varios segundos. Sin embargo las extrañaba cuando no ocurrían, lo que la hacía sentirse avergonzada, pues ahora consideraba a James Potter de una manera distinta. Se había sorprendido viéndolo de un modo estúpido en varias ocasiones, incluso cuando este se pavoneaba con su snitch durante los recreos. Había descubierto bastantes cualidades en él. No era un arrogante del todo, a veces podía ser una buena persona, les dedicaba más tiempo a los niños de lo que ella misma podría llegar a entregarles. Cuando no estaba presumiendo junto a Sirius en sus narices o a un grupos de chicas de alguna casa; Les enseñaban a los de primero montar la escoba, las reglas del quiddich o a tomar las snitch dorada con confianza, claro está no podría dejar de hacerle unas cuantas piruetas para que estos le aplaudieran como a el le gustaba. Alguna vez lo había sorprendido defendiendo a unos niños de algún abusador, lo que le parecía bastante noble de su parte…
Pero se sentía tonta pensando de esa manera, James Potter siempre sería un altanero, orgullo y soberbio.
Malas Noticias
Una lechuza que volaba acelerada se lanzo en picada hacia donde se hallaba sentada Lily, en sus patas traía un gran paquete envuelto en papel café, era "El Profeta" que correspondía a ese día, junto a Alice se habían subscrito desde que había empezado todo, hace ya más de cinco años…
Rápidamente abrió el sobre en donde venía en vuelto el periódico y se quedo viendo impresionada la trágica portada, una hermosa casa en un conocido barrio de Londres había sido atacada. Nuevamente ocurrió un feroz asesinato de muggles.
"Dos muggles han sido hallados asesinados en una casaquinta de Del Viso (barrio Muggle).
El dueño de la casa fue identificado como Charles Grap, de 37 años, quien era docente, aunque actualmente se desempeñaba como secretario privado del recientemente electo primer ministro de los muggles, Su esposa Rita Grap se hallaba a su lado en ese momento, pero no hay rastros de su hijo que se encontraba con ellos según testigos. William Grap, ex estudiante de Hogwarts quien se desempeñaba en el ministerio de magia en el área de asuntos muggles.
Los cuerpos de los dos esposos se encontraron intactos, por lo que no se descarta el uso de algún maleficio prohibido en contra de ellos.
La única pista que se tiene sobre los agresores es la marca, la misma que se ha dejado en todos asesinatos anteriores. Barty Crouch a informado al Profeta que ya se han tomado medidas sobre el asunto"
- ¡Ha sucedido otra vez!- Exclamó con espanto Lily, lo que hizo que todos sus compañeros se voltearan y la miraran asustados.
-¿Qué ha sucedido otra vez?- Preguntó Franck Longbotton alarmado.
-Otro asesinato…- contestó - Eran los padres de un mago…
En ese momento todos callaron y quedaron helados como si un dementor los hubiera besado.
Lily pensó en William Grap, había sido un excelente estudiante de Revenclaw, por cierto muy buena persona, siempre había ayudado a su demás compañeros sin importar de que casa fueran. Personalmente, ella y William se conocían, la había invitado a la fiesta de Navidad que se celebro el año de su egreso, por lo que tenían muy buenas relaciones, nunca fueron novios ni salieron formalmente, pero se llevaban bastante bien como para poder llamarse amigos.
-¿Quién era¿Quien es? -Chilló Alice asustada, pero Lily perdida en sus pensamientos no respondió -¡Por las barbas de Merlín, te has quedado petrificada, respóndeme Lily!
-¿Ah, perdón estaba pensando -se disculpó -El Mago era un ex estudiante de Hogwarts que egreso hace dos años. Nosotros…nosotros…lo conocíamos Artículo mecánicamente temiendo producir un trágico efecto en su amiga -era…es William Grap, de Ravenclaw.
Todos se sintieron mareados al oír aquel nombre, lo habían conocido, había sido su propio compañero el desafortunado, ya no eran rostros lejanos y sin nombre. Ahora todo estaba más cerca de ellos, casi rozándolos.
Una serie de asesinatos, siete para ser exactos, habían ocurridos en un periodo no menor a tres semanas. Las personas esperaban asustados el periódico en esperas de malas noticias, ya nadie quería recibirlo en sus casas, era deprimente ver cada página en la que se describían tragedias que aumentaban. Claramente, los asesinatos y accidentes, no podían ser atribuidos a las manos de despiadados muggles, pues la magia, magia muy negra por cierto, estaba metida en todo aquello. Por supuesto era el mago tenebroso junto a su ejercito "Caballeros de Walpurgs" llamados en un inicio, ahora mortífagos; no obstante el solo hecho de pensar en ellos los cubría en un espanto de muerte, así que evitaban la idea frecuentemente.
Lily se sentía segura en Hogwarts, era un lugar impenetrable para oscuras manos, sin embargo sus padres y hermana se encontraban a merced de cualquier peligro que pudiera amenazarlos, eran muggles, ella una sangre sucia, por supuesto los asesinatos estaban dirigidos a personas en esas circunstancias.
Las Profesoras Sprout y McGonagall que se paseaban entre las mesas habían percibido el barullo que se había iniciado y se detuvieron frente a los estudiantes arrebatándoles el periódico que circulaba. Era claro que todos se hallaban revolucionados por la noticia que había aparecido.
-¡Tranquilos Jóvenes! -dijo la profesora Sprout- Ya sabemos lo que ha ocurrido.
-Claro…-prosiguió la profesora McGonagall- Pero necesitamos que ustedes, p-recisamente ustedes…- Volvió a afirmar- Los alumnos mayores de Hogwarts mantengan la calma, no pueden alterar a sus compañeros menores…La situación ya es difícil -admitió- No necesitamos que la empeoren haciendo entrar en pánico a todo el colegio.
- Pero profesora McGonagall… -dijo Luisa Hargrave.
Nada de peros señorita Hargrave dijo la profesora Sprout La profesora McGonagall ya ha dicho, mejor retomen sus lecturas y dedíquense a cosas más provechosas.
Aunque todos tuviesen curiosidad y se encontraran molestos por estas prohibición de hablar libremente, ambas profesoras tenían la razón, pues si continuaban con el escándalo lo más pequeños se enterarían y el colegio entero, incluidos los padres se alarmarían. Para eso bastaba el rumoreo que cada día iba aumentando. Por lo que todos estaban nerviosos y reían cada vez menos, las calificaciones de lo alumnos de padres muggles claramente estaban disminuyendo. Hasta James Potter y Sirius black que acostumbraban a bromear en los recreos y en las clases, ahora se encontraban callados y taciturnos. Lo que era preocupante, pues generalmente eran los únicos que tendían a conservar el humor.
….….
A la hora de la cena cuando todos los alumnos acostumbraban a reunirse en el gran salón, un continuo murmullo como el zumbido de una abeja se podía oír en el aire. Los alumnos esperaban ansiosos las palabras del profesor Dumbledore al respecto de las últimas noticias al iniciar la cena, pero no las dijo, en cambio se sentó tranquilamente en su puesto e hizo aparecer la comida en los platos de todos.
Se hallaban nerviosos, hasta la profesora McGonagall, que parecía siempre muy seria le dirigió una mirada de preocupación a Dumbledore, de todas formas este mantuvo el silencio hasta el final de la cena, cuando se puso de pie.
-Creo que se habrán enterado de los terribles sucesos acontecidos en estos últimos tiempos -habló con voz imponente -También se habrán enterado de la muerte de dos muggles, padres de un ex integrante de este colegio- Hizo un silencio y todos expectantes se mantuvieron helados esperando a que continuara- William Grap, compañero de ustedes, ha sido una perdida terrible la de sus padres- se lamentó- más aún si contamos con que fueron magos quienes han estado asesinando gente; Sin embargo me alegro de informarles que William ha aparecido y se encuentra internado en el hospital de San Mungo en donde lo están tratando con sumo cuidado -Todos se observaron felices, algo bueno había ocurrido. En la mesa de Revenclaw se escucharon algunos sollozos. Pero nuevamente Dumbledore habló interrumpiendo el bullicio que se había iniciado -Espero que se encuentren más tranquilos y que traten de mantener la calma, debemos mantenernos unidos en estos momentos y no causar discordia ni preocupación…Ahora -su voz se hizo paternal Pueden dirigirse a sus habitaciones. Duerman bien.
Todos se dirigieron a sus casas tranquilamente, las palabras de Dumbledore habían surgido su efecto. En la sala de Gryffindor todos se habían dormido apenas habían llegado a sus habitaciones, por lo que la sala común se encontraba vacía. Aprovechando esto Lily se quedo adelantando tarea recostada sobre el sillón que se hallaba delante de la chimenea.
No deseba pensar en nada relacionado con los asesinatos, pues con solo oír a Dumbledore sintió escalofríos ¿Cómo podrían estar durmiendo todos? Les entregó una información verdaderamente valiosa y al parecer nadie la escucho como debía hacerlo. Los asesinos eran magos.
Sintió unos pasos que se aproximaban a la pared de salida y rápidamente volteó, tuvo miedo, pero tuvo tiempo de enterarse de que eran Black y Potter antes de gritar. Llevaban una capa entre sus manos y se dirigían muy serios hacia la salida.
-Saben muy bien que nos puede deambular en las noches por los pasillos de Hogwarts- Ambos voltearon y se encontraron con la imagen de Lily recostada en el sillón.
- ¡Vamos Evans no me obligues a lanzarte un hechizo!- Le advirtió James que sonreía mientras se desordenaba el cabello -Tengo mi varita a mano y no dudare en petrificarte…
-Vale…hagan lo que gusten, no me interesa. -le dijo indiferente.
Sirius y James se dirigieron una mirada de asombro, Lily realmente estaba extraña, era raro que no le hubiera dicho nada y los enviara a sus camas.
Se escabulleron en la capa y corrieron por los pasillos hasta llegar al séptimo piso, en donde desparecieron del mapa.
-¡Ya lo hemos hecho Canuto!-dijo James -Solo faltan afinar unos detalles- Sonrío -No les hará mal reírse un poco.
-Claro, todos andan decaídos estos días, vasta ver la actitud de Evans que no hizo nada por detenernos…Debe estar afectada por las noticias, después todo sus padres también son muggles -Comentó Sirius seriamente.
A la mañana siguiente todos se hallaban sentados en el comedor terminando sus desayunos, pronto comenzarían las clases, por lo que todos engullían rápidamente sus platos. James miró hacia el puesto que Lily ocupaba usualmente, pero no se encontraba. Golpeó el brazo de Sirius con su codo y le indico su descubrimiento, este sonrió.
-Creo que se ha dormido en la butaca de la sala común -dijo Sirius -La he cubierto con la capa, tal vez por eso nadie la haya encontrado.-James río y guiño un ojo a su amigo.
Iré a despertarla -le dijo a Sirius mientras se ponía de pie y se dirigía a la sala c-omún.
-¿Y Cornamenta? -Preguntó Remus.
-Tiene cosas importantes que hacer -no evitó reír.
- Que bueno, pero recuerden que pronto será Luna llena…-Le advirtió a su amigo.
- Ya hemos dispuesto todo lo tranquilizo Sirius -¿O no Colagusano?.
-Claro…solo tenemos que ir donde siempre.-contesto Peter.
Partido de Quidditch.
James se hallaba en la sala común de Gryffindor, sin embargo como era posible imaginar Lily Evans no estaba a la vista de nadie, Sirius la había cubierto con su capa de invisibilidad, por lo que se hallaba apaciblemente durmiendo sobre el sillón principal.
Quitó la capa con cuidado y la dobló escondiéndola detrás de si, Lily aún dormía por lo que la observó unos instantes antes de decidirse a despertarla. Se acercó un poco y pudo ver como su pelo caía delicadamente sobre el sofá dejando al descubierto su hermoso rostro.
-¡Evans! susurró remeciéndola con cuidado- ¡Evans!- sin embargo Lily no respondió así que insistió- Eva…
Lentamente Lily despertó, dejando al descubierto sus hermosos ojos verdes. James, que se hallaba nervioso, desordenó su pelo para recuperar seguridad.
- Evans las clases han comenzado…te has quedado dormida, ya todos han desayunado y tu…
-Me he quedado dormida -Dijo Lily recuperándose viendo a James frente a ella- ¿Cómo pude¡Que tonta! ya no llegare a clase de Encantamientos, tampoco alcanzaré a comer algo… -vio a Potter y sintió un cosquilleo en su estomago- ¡Gracias Potter!
Se puso de pie de un salto y se dirigió a su habitación. Ya no llegaría a sus clases, por lo que tendría que pensar en una excusa para darle al Profesor Flitwick más tarde cuando todos se hubieran marchado.
- ¡Lily, si tienes hambre yo te puedo ayudar! -Le gritó antes que se hubiera marchado -Perdón…- Recapacitó, aclarando su voz- Yo sé donde podemos conseguir comida.
-¿Es en serio?- Preguntó sorprendida. Nunca se había imaginado pidiéndole un favor a él- Porque…si es una broma Potter jamás te lo perdonaré. Estoy hambrienta y muy cansada si no fuera por esto jamás aceptaría…
- No seas orgullosa- sonrió seductoramente- en el fondo ambos sabemos que soy adorable.
Una vez que Lily se hallaba lista, la condujo por una enmaraña de pasillos hasta llegar a un hermoso cuadro. Ella observaba distraída, ni siquiera se percató lo que Potter había hecho, había tocado algo y una puerta se abrió de la nada. De inmediato aparecieron mil elfos domésticos que correteaban de un lugar a otros trabajando concentradamente. Se hallaban en la cocina de Hogwarts.
- ¡Que sorprendente! -chilló maravillada- jamás lo habría imaginado.
-Como vez Evans, soy sorprendente -dijo con orgullo James, sin embargo al ver la mirada de desagrado de ella cambio de inmediato su actitud petulante.
Una elfa que lo había visto aparecer salió a su encuentro con una gran sonrisa, tenía un harapiento paño atado a su cintura que se hallaba lleno de manchas de grasa y humo.
-Buenos días jóvenes de Hogwarts -les dijo alegremente. -¿Los puedo ayudar en algo?-
- Hofly, estamos hambrientos- le contestó James- nos podrías dar algo de comida.
- Por supuesto- dijo la elfa amablemente. Chasqueó los dedos y al instante sobre una mesa aparecieron un millón de pastelillos y cosas para beber.
-¡Gracias!- exclamó Lily con felicidad -Muchas gracias.
-No me agradezca tanto joven ama, para mi es un placer servirles en algo…-dicho esto se retiró con una gran sonrisa ha sus deberes.
De inmediato Lily y James se sentaron a la mesa y comenzaron a engullir rápidamente los alimentos. Los pastelillos parecían no acabar, los habían de todas las variedades y sabores distintos, por lo que les costaba trabajo decidir cual sería el siguiente en devorar.
-¡Estaba Hambrienta!- dijo al finalizar el último pastelillo que tenía en sus manos. Le había dirigido una gran sonrisa a James, lo que lo contento, pues jamás se había mostrado tan satisfecha por algo que el hubiera hecho- ¡Potter me has salvado el día!
- De nada Lily…- Dijo recuperando el mismo tonto seductor de antes.
- Cuando lo deseas puedes ser muy amable…-admitió avergonzada-, siempre y cuando no te estés luciendo o molestando alguna persona agregó rápidamente.
-¿Yo hago tantas cosas a la vez? -se burló. Lily río. -Pero hablando seriamente Evans ¿Qué te ha sucedido? -preguntó gravemente, lo que sorprendió a Lily, que dudo en responder a la pregunta de James.
-He estado preocupada por todas las cosas que han ocurrido últimamente…- contestó, lo que produjo desconcierto en James- Mi padres son muggles y todos los ase…asesinatos -dijo nerviosa- Han sido contra ellos. Antes hubiera pensado que el mundo mágico en que nosotros vivimos estaba muy lejos de afectarlos, pero con lo de William Grap…Siento que corren peligro.
-No creo que hagan nada a tu familia- la tranquilizo- No creo que estén involucrados (tus padres) en cosas que llamen la atención para estos magos…El ministerio…-dudo si continuar, pero ante la cara ansiosa de Lily prosiguió- O sea mis padres dicen que ya tienen una idea de quienes pueden ser los culpables, sin embargo…
-No los han podido atrapar- continuo Lily- Deben haber muchas cosas oscuras rodeando este asunto y tengo la ligera sospecha de que todo empeorara en vez de mejorar.
-Cada vez adquirirán más poder…él ya lo ha conseguido desde hace mucho tiempo…
- ¿Voldemort, verdad?- preguntó a James, lo que le produjo desconcierto
- Nada…Hay cosas que simplemente no debo decir -se puso de pie y sacó una risa forzada para cambiar de tema -Creo que llegaremos tarde a la segunda clase ¿No lo crees?
Pero Lily no se rendiría así que insistió, por lo que confesó algunas cosas.
-Lo he escuchado por casualidad en una de las conversaciones que tenía Bellatrix Black, Rodolphus y Rasbatan Lastrange- Le contó tímidamente, sin explicarse porque había perdido su carácter ante James. Tal vez el sabía algo y debía hallar la manera de conseguir más información. -estaban hablando de él…de Voldemort, estoy segura que el es el causante de todas las muertes que han estado ocurriendo durante los últimos años, estas siete no son nada comparado con la cantidad de personas que han asesinado… el o ellos, sus seguidores, dejan una marca en el cielo…Rodolphus ha dicho que muchas de las catástrofes "supuestamente sin explicación o naturales" que han sucedido a los muggles, las ha hecho Voldemort. ¿Por qué nadie lo combate?
-Si lo combaten- reconoció finalmente- Pero Voldemort ha adquirido mucho poder. El único capaz de vencerlo es Dumbledore…
- ¿Y por qué entonces no lo hace?- Preguntó con impotencia
James se quedó viendo a Lily sin saber que decir, pues realmente no lo sabía. Él mismo se lo había preguntado en un millón de ocasiones desde que había descubierto todo lo que sucedía.
-No lo sé…quizás aún no es el momento adecuado…- respondió
-Hay muchas cosas que nos han ocultado ¿Verdad?... ¿Por que las sabes tú¿Por qué el ministerio insiste en ocultar las otras muertes? Yo sé que no solo han muerto muggles, también lo han hecho magos y otras criaturas…Sin embargo nadie dice nada, en cambio nos ocultan las cosas como si fuéramos estúpidos y…
-Todo el mundo lo sabe…- la interrumpió -Lo que pasa es que no nos han dicho nada a nosotros…pero todos lo saben…
Se puso de pie y guío a Lily a la puerta, había dado por finalizado el tema, pero Lily aún no, en su cabeza brotaban preguntas y preguntas que necesitaban una pronta respuesta. James Potter había sido de gran ayuda, la proveyó de información necesaria para comenzar a investigar por su cuenta y… Ahora que lo miraba detenidamente, pensó, se preocupaba por ella, tal vez no era un idiota del todo.
Caminaron en silencio hasta el final del pasillo que los había conducido a la cocina. James se adelantó un poco para evitar que Lily siguiera con el interrogatorio. Fueron demasiadas las cosas que confeso, y no debería haberlo hecho. De todas formas, por un extraño motivo no se sentía culpable, estaba haciendo lo correcto, ella necesitaba explicaciones y si las tenía sería más seguro, pues no le preguntaría a las personas equivocadas. Se sintió un poco más tranquilo y recuperó su ánimo.
-Bueno Evans…debido a este cambio de actitud en el que me he comportado como un caballero ¿Saldrás conmigo?- Bromeo sabiendo que ella les respondería lo se siempre.
-No te lo creas Potter, eres un tonto y…y…- Respondió molesta- No saldría contigo aunque…
-Tuvieses que escoger entre un calamar gigante y yo…l-a interrumpió, repitiendo la frase que en muchas ocasiones ella misma le había dicho -Pero no te preocupes se que soy mucho más atractivo, por otro lado no tengo apuro -sonrió -Se que alguna vez saldremos de nuevo, tomare esta vez como la primera…Ahora Evans me retiró, no quiero que digan después que he sido un irresponsable. Ahmm…-recordó -Deséame suerte durante el partido…
-¡Eres un arrogante y…!- alcanzó a gritar. James ya había desaparecido.
….….
Desde los años que llevaba en Hogwarts había presenciado numerosos partidos de Quidditch, muchos de ellos lo había jugado tratando de tomar por sorpresa la snitch que revoloteaba distraía en medio de la cancha, todas las veces lo había logrado, recordó satisfecho. Sin embargo hoy ante Slytherin, se sentía nervioso, tal como si estuviera jugando por primera vez, no podían perder, no debían, no frente a ellos. Hoy jugaría como buscador, se los había pedido como un favor especial a sus compañeros, aunque fuese un excelente cazador, este día haría lo de antes. Desde lo alto observo a todos a sus compañeros de equipo, al igual que él la tensión en sus rostros estaba clara. Sirius observaba feroz a los de Slytherin tratando de lanzarles maleficios con sus ojos, James sonrío, para Canuto siempre había sido algo personal ganar, especialmente por su peculiar situación.
-¡Destrocémoslos Canuto! -gritó James desde su escoba.
- ¡No sería raro! -dijo Sirius con una malvada sonrisa.
Ambos se quedaron viendo sin decir nada, ya habían definido las jugadas que realizarían en los vestuarios, las instrucciones estaban completamente claras, ellos mismos se dedicaron a repetirlas una y otra vez hasta que cada jugador del equipo entendiera a la perfección. De todas formas el nerviosismo no se iba, seguía ahí, latente.
El rápido movimiento del quaffle dio inició al partido, todos los jugadores comenzaron a moverse rápidamente al rededor de la cancha, las bludgers que se deslizaban con violencia mantenían en alerta a los jugadores de ambos equipos ante la amenaza que significaba tenerlas cerca. Por lo que los bateadores estaban ocupados en lanzarlas de un lugar a otro con una fuerza casi sobre humana para alejarlas de su equipo y derribar a los contrarios. James ya había logrado escapar de muchas que iban dirigidas intencionalmente hacia a él, por lo que por unos minutos no pudo concentrase con total tranquilidad a buscar a la snitch, lo que lo asustó. A esas alturas del partido en que el marcador comienza puntear números más estrechos, es cuando los buscadores se paralizan ante la idea de no encontrar la snitch. El buscador de Slytherin se movía estúpidamente de un lugar a otro sin centrarse en un punto de referencia, lo que alegro a James pues comprendió que Arthur Callahan jamás lo lograría. Entonces nuevamente se sintió tranquilo para buscarla. Saludó a Sirius que acaba de marcar otro tanto, fue entonces cuando volteó hacia la gradería de Gryffindor y divisó aquel cabello rojo. Evans había ido. Comenzó a mirar de un lugar a otro casi con desesperación, la snitch no aparecía, sin embargo cuando menos se lo esperaba la vio, aquel brillo dorado. Golpeó con fuerza su escoba y se dirigió a toda velocidad en contra de Callahan, que no se había percatado que la snitch se hallaba a tan solo unos metros de su escoba. Esquivando una bludger que venía hacia él, James descendió casi cuarenta metros en picada alzando su mano con algo dorado que brillaba. La había atrapado. Todo el equipo de Gryffindor gritó extasiado, finalmente habían ganado a Slytherin.
Lily había observado solo una parte del partido, pero le basto para sentirse satisfecha aunque no le atrajera el quiddich tanto como a otras chicas, no significaba que no estuviera contenta por ganarle a Slytherin y que su equipo saliera triunfador. De todas formas había llegado tarde al partido, pues se encontraba averiguando algunos interesantes detalles acerca de Voldemort. La idea de saber acerca quien era aquel misterioso personaje la había obsesionado a tal punto que se dedico a espiar a los profesores a los cuales había asediado con preguntas y a los alumnos de Slytherin, sus principales sospechosos.
Muchos detalles inconexos hasta ahora los señalaban directamente a ellos como culpables, quizás no ahora, no precisamente todos lo alumnos, pero si muchos de ellos se involucrarían más tarde, tal como los hicieron sus antecesores.
Al principio la idea le había parecido bastante descabellada, solo analizándola cuidadosamente podría hallarle algo de fehaciente. Aun así, no lo dudo. Le bastaba ver la maligna cara de Bellatrix para darse cuenta que ella sería una seguidora de Voldemort ,si es que ya no lo estaba ayudando, para que decir su novio y el maligno grupo de amigos que los rodeaba, todos ellos la veían con despreció y la insultaban solo por el hecho de ser de una familia muggle.
Alice, que pertenecía a una familia de sangre pura, le advertido que no todos tenían ideas fanáticas acerca del asunto, era absurdo seguir creyendo en esas cosas a estas alturas en que la mayoría de los magos tenían sangre muggle, le aclaró. No obstante no era eso lo que intranquilizaba a Lily, ya que su principal preocupación residía en el como aumentaba el ejercito de Voldemort.
Alice y Franck Longbottom, su novio, se habían comprometido ayudarla en su investigación. Ambos tenían una visión bastante aguda para aquellos asuntos, eran hábiles investigando y escuchando cosas sospechosas, sus familias estaban bien informadas, por lo que sería mucho más fácil saber las cosas necesarias.
- Estoy cansada de vivir asustada -dijo Alice -Me gustaría mucho que todo esto terminara y la gente…todos en realidad pudiésemos vivir en paz. -Frank, que se hallaba a su lado, paso un brazo por sobre sus hombros y la acarició.
T-ranquila, Alice -le dijo dulcemente -No te preocupes por eso tan pronto, trata de disfrutar la victoria que hemos tenido hoy contra Slytherin.
- Por supuesto Alice- La animo Lily- no podemos dejar de lado estos momentos de satisfacción, Frank tiene razón, ahora no podremos hacer mucho a si que sonríe un poco, no creo que te haga nada de mal…
Los tres caminaron hacia la sala de Gryffindor en donde se oían gritos y risas de gozos. Apenas se podía caminar entre tanta gente, todos chillaban y se abrazaban vitoreando canciones e himnos referentes al equipo de Gryffindor. Alice y Lily lo observaron divertidos, hasta Frank que se hallaba hace un rato a su lado consolándolas, se encontraba abrazado con Mcgonagall, un jugador del equipo, con una jarra de cerveza de manteca en alto, cantando y riendo junto a todos.
Remus que había visto a Lily y Alice sentadas en un sofá conversando les llevó dos jarras y se las ofreció.
-Corren por parte de la casa- Les dijo, por lo que las recibieron agradecidas. Por lo visto fuiste al partido de Quidditch, tarde…pero llegaste al fin y al cabo -se dirigió a Lily con una gran sonrisa- Pensé que no te gustaba mucho…
-¡O no, te equivocas- lo corrigió Lily -no me desagrada en lo absoluto, sin embargo no me llama mucho la atención, debe ser porque no soy muy hábil con la escoba- bromeo.
-Pero llegaste tarde hoy…-dijo Alice.
-Claro…-La miró de reojo con un poco de molestia- hubo asuntos que me retrasaron…Tu sabes.
- Estudios- Continuó Lupin- Pero según recuerdo no tenemos nada…
-Tu sabes Lily es muy responsable, al igual que tu…- Alice se puso de pie y se fue hacia donde estaba Longbottom -Permiso se disculpó, no quería seguir arruinándolo todo.
- Siempre lo has sido -Lupin hacia sus adentros.
Lily lo observo un largo rato y se sintió culpable por mentirle. Remus siempre había confiado en ella, incluso hasta su secreto más privado, por lo que no podía ocultarle lo que la inquietaba así que se confesó. -Yo sé que tu debes saber mucho más que yo, eres amigo de Potter y poseía bastante información… -Le dijo al finalizar.
- Pues bien Lily- habló en conclusión Lupin, luego de un largo rato de silencio -Si hay cosas que necesites saber yo te las diré, después de todo siempre ha sido así ¿O no, de todas formas tengo muchas maneras de enterarme de algunas cosas…cosas que nadie se podría imaginar dijo con voz misteriosa.
-¿A qué te refieres?-preguntó intrigada Lily.
- Eso…-Sonrió- lo dejaremos como un misterio para ambos, digamos que tengo las facilidades.
- ¡Vamos Lupin!- exclamó - yo te lo he dicho todo, pero bueno si no lo quieres, no te obligaré…
-Pero Lily- Dijo Remus retomando su tono serio todo esto debe hacerse con suma cautela, es peligroso divulgarlo, más aún con los enemigos cerca…
-¿Enemigos?...Creí que el colegio era seguro.- Habló espantada.
-Lo es, si Dumbledore está cerca siempre lo será, aquí no nos pueden atacar, pero a la gente que está afuera si…
Lily quedó petrificada, pensó en sus padres, hasta en su hermana Petunia que en muchas ocasiones le había deseado la muerte "¡Ojala Murieras fenómeno, así podríamos tener una vida como el resto de las personas de bien", le gritó durante una pelea en donde juraron no hablarse nunca más. A pesar de ello, jamás le desearía mal, pues de alguna forma extraña ellas se habían querido, eran hermanas.
-¿Lo dices por nuestras familias?- preguntó Lily a punto de estallar en llanto.
-Si, exactamente… -Le respondió resignado- Pero Lily…-la consoló antes de que llorara Si hacemos todo bien, nada tendría porque salir mal…
-Tienes razón- dijo mientras se enjugaba una lagrima -Debemos hacer las cosas bien…
Todos alrededor siguieron sus charlas acerca de la maravilla que fue el partido, saltaban de un lugar a otro en una extenuante danza de gloria, las chicas enamoradizas rodeaban a los jugadores de forma coqueta asediándolos con chocolates y caramelos hechos a base de pociones de amor, muchos caían, pero James y Sirius que parecían conocer está antigua técnica, cuando recibían los obsequios no probaban ninguno de ellos, por lo que acumularon grandes cantidades de hermosas cajitas decoradas en sus bolsillos y en las mesas cercanas. Lily que de momento echaba ojeadas hacia donde se encontraba Potter, se sintió celosa, lo que le pareció bastante ridículo, nunca en su vida le había puesto una gota de atención a sus bufonadas, sin embargo ahora a menudo se preguntaba acerca del paradero de este. De todas formas decidió abandonar este desagradable pensamiento y retomar la animada conversación que estaba sosteniendo con sus amigos, Alice comenzaba a relatar una anécdota de Slug y sería imperdonable perdérselo.
Pero sin que nadie se diera cuenta, la felicidad de ese momento se esfumo violentamente. Un muchacho de séptimo año, Stebbins, entró gritando anunciando trágicas noticias, dos magos habían sido asesinados mientras estaban en labores del ministerio, la marca tenebrosa estaba sobre el lugar del crimen.
Paseo a Hogsmeade
Luego de aquel dramático episodio nadie puedo volver a estar en paz, todos comenzaron a temer, las muertes dramáticamente aumentaban, lo que afectaba a muchos alumnos de Hogwarts, pues dentro de las victimas y desaparecidos se encontraba más de algún familiar. Entonces, comenzaron los retiros, los padres creían adecuado estar al lado de sus hijos ante cualquier eventualidad, el colegio comenzó a verse más vacío con cada día que pasaba, el comedor se veía tristemente desierto en las horas que acostumbraba a verse repleto de alumnos hambrientos suplicantes por comida. Hasta Peeves se encontraba malhumorado, no había tanta gente para fastidiar, por lo que se centraba todo el día en bromas dedicadas a los pocos que quedaban, que se repetían durante todo el día, esto lo aburría, pues todos tomaron una actitud indiferente y comenzaban a ignorar sus bromas.
Lily, como todos, se hallaba más decaída y preocupada de lo normal, incluso la profesora McGonagall la había llamado a su despacho para averiguar lo que le sucedía. Aunque conservaba las excelentes notas que siempre la caracterizaron, abandonaba las clases antes de que estas acabaran con distintas excusas, se la veía desganada e interesada en otras cosas.
Todas las noches tenía terribles pesadillas en las que veía a su padre y madre muertos, en sus sueños los ojos de ellos se habían vuelto blancos y cada vez que los miraba un rayo verde parecía reflejarse. Petunia, viva, tenía la cara desfigurada, casi no podía llorar, pues sus labios pegados se lo impedían. Entonces se despertaba sobresaltada en medio de la oscuridad de su habitación creyendo que se encontraría con la misteriosa figura que reía sobre los cuerpos de su familia. Alice, que había notado este cambio en su amiga trataba todo el día de subirle el ánimo, se centraban para distraerse en buscar nombres que las acercaran a la verdad, culpables.
El Profeta, que llegaba con puntualidad, siempre informaba de numerosos juicios realizados a distintos magos, se había iniciado la época del terror, Barty Crouch acusaba a gente a diestra y siniestra, los magos ya no solo temía por la seguridad de sus familias, si no que también por ser hallados sospechosos y ser enviados a la prisión de Azkaban, donde nadie por supuesto deseaba ir.
"Ese hombre es peor que el mismísimo Voldemort", dijo Frank Longbottom en variadas ocasiones, lo cierto era que tenía mucha razón, Barty Crouch había adquirido un poder e influencia inimaginables, la gente que temía confiaba en él, pues se sentían seguros ante las medidas extremas que este adoptaba. Incluso permitió a los aurores realizar las maldiciones imperdonables en contra los culpables.
Las clases de defensa contra las artes oscuras, como medida tomada por el propio ministerio de magia, se reforzaron, por lo que las horas de esta aumentaron considerablemente. Se escuchaba por los pasillos de Hogwarts a los alumnos repetir día y noche algunos de los hechizos, todos querían estar preparados. Alice y Frank, que se disponían para ser aurores, incluso se habían aprendido como efectuar las maldiciones. Lo que a Lily, por supuesto, le pareció incorrecto. Escuchar aquellos terribles nombres, como Avada por lo que reprendía a sus amigos constantemente.
Los profesores que detectaron este cambio, notorio, comenzaron a tomar medidas para que los alumnos se divirtieran y pudiesen olvidar un poco los últimos sucesos, aminoraron la cantidad de tareas y trabajos, durante las clases se efectuaban entretenidas actividades y las salidas a Hogsmeade ya se habían sido programadas. Esto los alegraba bastante, pues al salir de Hoqwarts suponía un poco más de libertad, podrían efectuar sus compras de navidad en Honeydukes o en Derbish & Banges e ir a Las Tres Escobas por una cerveza de manteca. Lily decidió hacer sus copras de navidad sin compañía y dejar a Alice y a Frank que estuviesen un rato de privacidad, aunque se negaron rotundamente a que estuviese sola deambulando por el pueblo, les aseguro que no sería peligroso, habría profesores rondando y cuidando de la seguridad de todos, por lo que podría efectuar las compras tranquila y reunirse más tarde en el pub como acordaron.
En Hogsmeade durante el duro invierno, parecía inundado de nieve, los niños correteaban por las calles con sus manos llenas de bolones, dispuestos a arrojárselo a cualquiera que pasara por sus narices, por lo que Lily iba dispuesta a deshacer cualquiera que se le acercase más de un metro con sus varita. Camino por distintas tiendas en las que se detuvo a comprar distintos regalos mágicos a su familia y amigos, por supuesto a Petunia no podría regalarle nada que poseyera magia, si lo hacia de seguro se lo devolvería de inmediato, tampoco estaba segura si obsequiarle algo pues habían prometido no hablarse nunca más y hasta ahora lo estaban cumpliendo, de todas formas le compro un pequeño presente, unos lindos aretes que el dueño aseguró no tenían ninguna cualidad especial, apenas llegara a Londres, durante las visitas navideñas les diría a sus padres que se los entregaran de su parte.
Caminando por la avenida principal, en donde se hallaban la mayoría de las tiendas, divisó a un grupo de muchachos que venían desde la casa de los gritos, era bastante raro ver gente por los alrededores, aquel lugar tenía una terrorífica leyenda a la que todos le temían, nadie sabía lo que ocurría en esa casa, sin embargo notoriamente la esquivaban desviándose mediante caminos alternativos. Lily avanzó rápidamente hacia ellos guiada por la curiosidad y distinguió los rostros de James Potter, Sirius Black y Peter Pettigrew, pero por ningún lado vio a Remus Lupin, hoy sería día de Luna llena y lo más seguro para el sería ocultarse, entonces comprendió por que el grupito de amigos salía de la casa de los gritos, ahí se encontraría Remus.
-¡Evans! Lily sintió un cosquilleo en su estómago al ver a Potter- ¿Qué haces sola por Hogsmeade? o…-río- ¿Me estabas Buscando?
-Ni lo sueñes… -se volteó y comenzó a caminar rápidamente sin ningún sentido para esquivar a James, pero no tuvo resultados pues este la siguió, dejando solos a Sirius y a Colagusano que se reían vistosamente.
-Vamos Evans detente es bastante inmadura mi persecución- La cogió de un brazo, el cual cedió dejando caer unas bolsas- Por lo visto has hecho las compras navidad… rápidamente empezó a recogerlas, Lily que lo observaba atónita no fue capaz de molestarse, nuevamente se había quedado sin palabras en frente a James Potter -Toma… -La extendió una serie de paquetes.
-Gracias- le respondió secamente para ocultar su creciente nerviosismo.
-¿Cómo?-preguntó asombrado -Entonces… ¿No me gritaras?
- ¡Tampoco soy un espantoso troll, Potter!- se defendió Lily que continuó caminando sin sentido
-¿A dónde vamos?- preguntó James sorprendido por la dirección que habían tomado.
-Yo contigo no voy a ningún lado - Le dijo a James que la miró risueño, había descubierto la nueva actitud de Lily, estaba perturbada.
-Creo que tampoco sabes a donde vas- se burló James. Lily, por primera vez en la vida le dirigió una hermosa sonrisa.
- tienes razón…-reconoció finalmente.
- ¿Estás aceptando salir conmigo?- se apresuró en preguntar.
-No lo creo- le dijo en tono de enfado, sin intención aparente de negarse. Estaba totalmente confundida, jamás se imaginó una situación así, mucho menos con James Potter.
-Yo creo que si- La jaló del brazo y la condujo a una tiendita.
Todo el mundo en el salón de té de Madame Pudipié se volteó sorprendido al ver el espectáculo que apareció ante sus ojos. Lily Evans estaba saliendo con James Potter.
Alice que se hallaba en lugar sentada junto a Frank, miró con enfado a su amiga y a su acompañante, Potter siempre había sido un ser abominable que ambas odiaban, personificaba la arrogancia y soberbia en persona. Era ilógico que Lily le pudiese llegar a gustar un día, pero estaban juntos, así que dudo. Siguió incrédula con la mirada a la pareja que se habían acomodado en una mesa desocupada y ambos se observaban de una manera particular. Lily parecía algo enfadada, pero no era la misma de siempre, en sus ojos había un extraño brillo.
-Esta lleno de pare… -Lily no terminó la palabra parejas y rápidamente la reemplazó de Personas de Hogwarts.
Todos se besaban o se tomaba las manos, por lo que era bastante incomoda la situación en la que estaban. Lily deseo salir corriendo del lugar. James se reía al observar su rostro de espanto.
-¿Qué sucede Evans?-le preguntó mientras desordenaba su cabello.
-Nada, creo que es mejor que me vaya -hizo ademán de ponerse de pie, pero James la detuvo. -Quédate Lily…-le insistió- Prometo que no seré arrogante…
- Que bueno escuchar que reconoces tus…-se burló- tus cualidades Potter.- ambos se miraron tímidamente y sonrieron, no sabían que decir, se quedaron nuevamente en silencio, por lo que aprovecharon de ver sus cartas y pedir dos té y pastelillos.
-¿Qué vas hacer para navidad? -reinició la conversación James. -¿Te quedas en Hogwarts o vas a estar con tu familia?
-Con mi familia, creo, es divertido estar en Londres para las navidades, por lo general veo a mis amigos de primaria y…
-¿Muggles! preguntó sorprendido.- ¿Qué hacen para divertirse o para vivir sin magia y sin quidditch?
-Bueno...cuando vives toda tu vida sin magia no creo que la encuentres necesaria, pues no sabes lo que es -Lily miró a James y este se hallaba estupefacto -Con respecto al Quidditch- sonrió -Los muggles hacen otro deporte que les fascina…
-¿Qué cosa puede ser más entretenido que el Quidditch?-la cuestiono incrédulo.
-El Fútbol…-antes de que Potter la interrumpiera con más preguntas se apresuró a explicarle -Se juega con doce u once jugadores por equipo entre delanteros, defensas y claro… -se acordó -un arquero que cubre el arco para que no hagan goles, se usa una sola pelota y se juega con los pies, cabeza, tronco, pero nunca manos…El juego consiste principalmente en quitarle la pelota al equipo contrario y anotar goles- James ahora comprendía el fútbol tenía una similitud con el quidditch- Hay muchas selecciones que se disputan una copa mundial, pero en los equipos de Inglaterra mi padre es fanático del Liverpool.
-No suena tan aburrido, quizás vaya a verlo algún día. De todas formas…-repuso- El quidditch sigue siendo mucho mejor, no creo que haya nada que lo sobrepase…-habló orgulloso.
- Bueno…si tu dices- se burlo- ¿Y que vas hacer tu Potter?
- ¿Para la navidad?-pensó unos segundos -Voy a ir a mi casa junto a Sirius, vive con mi familia hace un año aproximadamente- explicó- creo que abriremos los obsequios y…ahmm- vio a Lily concentrada escuchándolo y no puedo evitar bromear -Iré a Londres a Hampton Court a visitar a mi novia…
Lily lo vió unos segundos sin comprender a lo que se refería…
-Jamás seré tu novia Potter y la verdad tampoco sé que es lo que hago acá le dijo seria.
-También dijiste que jamás saldrías conmigo, pero esos detalles los arreglaremos luego. Le respondió rápidamente a lo que Lily no supo que decir, después de todo tenía razón.
Bueno Potter…
-
-James…la corrigió
-James… -dijo Lily sintiéndose extraña al decir su nombre, siempre lo había tratado formalmente y rechazado en público. Ambos se vieron a los ojos por largo rato sin decir palabra alguna, pareciera como si se fueran a besar, pero sin disimular Lily volteó su cara y se encontró con la mirada de Alice, quien la estaba observando desde hace mucho rato. Levantó su mano le hizo un par de señas para que se acercaran a su mesa…
- No creo que Alice quiera venir si estoy yo, no lo que caigo muy bien -dijo James, lo que produjo una extraña sensación en Lily, que le sonrió con ternura. -Pero si sigues sonriendo así puedo mejorar mi conducta.
Aquellas palabras ruborizaron a Lily, la cual no sabía como actuar, muchas veces Potter le había dicho ese tipo de comentarios, pero siempre los ignoraba o trataba de seguir de largo simulando que no importaban, no obstante ahora si. En este momentos no sabia si salir corriendo o continuar haciendo señas a Alice, que según lo que podía ver estaba molesta.
-Está indignada -admitió Lily.- Debe ser porque estoy aquí contigo y tiene mucha razón, hablaré con ella más tarde se merece un poco de intimidad con Frank- dijo avergonzada.- Han sido muy buenos amigos…
Un grupo de chicas escandalosas de quinto entraron al salón de té de Madame Pudipié, interrumpiendo su conversación, no traían pareja, lo que parecía sospechoso pues todos en el lugar la poseían, quizás estuvieran espiando a alguien, pensó Lily. Lamentablemente no se equivocaba, las chicas dirigían constantemente las miradas hacia su mesa susurrando frases indescriptibles, algunas se veían decepcionadas, incluso al borde del llanto. James que al igual que ella había percibido la engorrosa situación, le dirigió una mirada de triunfo a Lily, como si quisiera presumir acerca de lo que estaba ocurriendo, sin embargo ella lo ignoró, sintiéndose inmensamente estúpida y celosa.
Se puso de pie rápidamente y tomó sus cosas, estaba decidida a escabullirse del salón de té y dirigirse a Hogwarts sin que nadie la notara en el camino. "James Potter es un idiota, pero más idiota yo que he aceptado salir con él" era el único pensamiento que rondaba en su cabeza, si pudiera volver el tiempo atrás, jamás hubiese estado sentada en la misma mesa que él a solas, con todo el mundo viéndolos como un terrorífico espectáculo. Puso unas cuantas monedas sobre las mesa y caminó rápidamente hacia la puerta sin decir palabra alguna, pero Potter la sujetaba de un brazo, como antes lo había hecho para evitar que se fuera, de todas formas ella no cedería, no quería estar ni un minuto más en aquel cursi lugar decorado con flecos y cintas rosas en compañía de él y de su club de admiradoras.
Ambos civilizadamente, para evitar una vergonzosa discusión en público que los pusiera en evidencia, abandonaron el lugar y se dirigieron hasta la avenida en donde no vieron tanta gente. James ya no estaba sonriendo como en el Salón, al contrario sus rostro estaba serio pero conservaba su humor. Lily lo miró de soslayo mientras se encaminaban hacia la escuela y pudo ver que la observaba atento. Se sentía furiosa y realmente no se explicaba porque, lo único que deseaba en ese instante era alejarse y desaparecer de la vista de todos.
-¿Estás celosa Evans?- preguntó James sabiendo que aquella había sido la pregunta más necia de su vida. Lily lo miró espantada, Potter tenía razón. Sin saber que responderle apuró su paso y desapareció por las puertas de Hogwarts.
-¡No te atrevas a seguirme Potter o juro que te lanzó una maldición imperdonable!- lo amenazó.
