Prologo

Canción para leer: Horns; Bryce Fox

Dipper Pines caminaba torpemente en Gravity falls ahora tenía quince y debía que encontrarse con los amigos de Wendy ya que iban a dar una fiesta sorpresa para ella, Dipper ayudo en la organización de todo, ahora era solo asistir y felicitarla pensaba el castaño, cuando llegó vio todos reunidos desde Tambry hasta Robbie, Wendy estaba feliz a lado de un chico que era el novio de turno, al ver a ese chico el ánimo del castaño bajó pero la pelirroja se acercó a agradecerle.

―Dipper, gracias por la fiesta, eres un gran amigo.

―De nada Wendy, esto para celebrar que pasaste todas las materias.

―Pero igualmente no lo habría logrado sino fuera por ti― pero en ese instante el novio de la pelirroja interrumpió― Gracias, niño por ayudar a mi novia, este verano lo pasaremos juntos siempre.

―Oye estaba hablando.

―Lo sé nena, pero también quería agradecerle a tu pequeño hermanito― resalto el chico en tono burlón.

―Vale, en fin Dipper voy a disfrutar la fiesta, de nuevo gracias.

―Está bien Wendy.

El resto de la noche Dipper vio como Wendy se besaba y bailaba con ese chico, estaba el castaño celoso y triste, así que temprano fue hacía su casa pero siempre se desviaba en un atajo dentro del bosque donde hay un pequeño claro, el castaño a cada paso que daba miraba más cerca el claro sin embargo un seductor susurro lo empezó a llamar y por curiosidad siguió el camino de la voz, al llegar noto una mujer herida, empezó a acercársele preocupado, lo primero que detallo era su belleza un cabello como el manto nocturno, labios rojos, carnosos y un cuerpo delgado, con su respiración agitada solo el verla daba una sensación de erotismo, ella lo alzo a ver sus ojos color rubí cruzaron mirada con el castaño.

― Ayúdame chico, ven bésame― Como si estuviera bajo un hechizo Dipper camino hacia ella y la besó con una ferocidad que nunca antes había estado en él, en ese instante el castaño sintió un fuerte dolor en el pecho notando que la mujer le había clavado una extraña daga ahí y que una extraña luz los iluminaba, luego al mirarla esta le sonrió y dijo― Que ingenuo.