Canción para leer: Crazy- Gnarls Barkley
Capítulo 4
Dipper entró a un bar a tomar algo, en el lugar se miraban que había tipos rudos, se sentó en una mesa en el fondo para tomar whisky con tranquilidad, más tarde entraron un grupo de jóvenes encabezados por una chica pelirroja que llamó la atención del castaño, agudizo sus oídos y supo que ella se llamaba Wendy, sin querer estaba absorto observándola como si la hubiera conocido en el pasado, de repente unos tipos estaban buscando pleito con el grupo de la pelirroja, comenzó una pelea, el grupo de Wendy era menor en número pero peleaban bien aunque los acorralaron, uno de los hombres viendo que estaban distraídos iba a contactar su puño derecho con el rostro de la chica, el cuerpo de Dipper se movió sin pensar agarrando la mano de hombre quebrándosela al instante, luego no contento con eso lo pateó lejos, rápidamente noqueo a los demás, minutos después solo quedó el grupo de la pelirroja en pie.
― ¿Quién eres? ¿por qué nos ayudaste?
―No lo sé, solo al verte ahí mi cuerpo se movió solo, bueno es hora de que salga de aquí.
―Espera no me dijiste tu nombre, ni he visto tu rostro con esa capa.
―Da igual pero soy Onix― dijo Dipper mostrando su impecable rostro que revelaba en la frente una marca de una constelación, al ver eso la pelirroja recordó a su amigo.
―Dipper.
―Otra vez ese nombre ¿eres amiga de esos lunáticos?
― ¿Lunáticos?
― Sí, hace días una familia de locos quería que tomara una prueba de ADN, ya que creían que era el tipo que mencionas.
―No están locos, solo que aún lo buscan desesperadamente, él fue un gran amigo.
― Al parecer no estás loca como ellos pero quien en esta vida esta cuerdo aunque sería genial ser ese chico para ser tu amigo.
― ¡Oye no te pases de listo!― gritó Robbie pero empezó a temblar cuando la mirada de Dipper se enfocó en él.
― ¿Así que puedes hablar pero no pelear? ¿y aun así me retas acaso quieres morir?
―Espera cálmate, mi amigo Robbie no quería ofenderte ¿no es así Robbie?― aclaró Wendy inconscientemente colocando la mano derecha en el pecho del castaño, Dipper al notar esto sostuvo la mano de la pelirroja con delicadeza y la besó.
―Sí, tú lo dices, no hay problema.
Wendy retiró su mano con velocidad mirando asombrada al castaño, este le sonrió guiñándole un ojo.
― ¡¿Qué te pasa?!
―Simplemente admiró su belleza y…― en ese instante se desplomó en el suelo, todos quedaron asombrados e inmediatamente lo auxiliaron.
Lo llevaron a un puesto de salud cercano pero no lo aceptaron sin papeles, así que fueron hasta la Cabaña del misterio ya que Ford sabía algo de medicina, la familia Pines por otro lado estaban sorprendidos de volver a ver a ese chico grosero.
― ¿Quieres que curemos de él?― mencionó Ford señalando al castaño en la camilla.
―Sí, se lo debemos nos salvó de una pelea.
―Lo sé pero es raro que este mismo chico hiciera contacto contigo, bueno en fin veamos que tiene, por cierto tú y tus amigos pueden irse a descansar.
―Esta bien.
Quince minutos después regresó la pelirroja, observo el musculoso cuerpo del castaño, luego miro una herida en la costilla derecha de este, Ford estaba tan absorto curándolo que notó minutos más tarde a la pelirroja que miraba fijamente el cuerpo del chico.
―Sí, quieres tómale una foto, dura más.
―No es eso, miraba su herida y sus cicatrices.
―Sí, es una herida fea, de hecho todo su torso esta lleno de cicatrices profundas pero pensé que te ibas a ir con tus amigos.
―Sí lo iba hacer pero me preocupe por él.
―Lo sé y te vas a preocupar más luego de esto, aprovechando que esta inconsciente realice una prueba de ADN y según el resultado él es Dipper.
―Pero él dice llamarse Onix.
―Y debe ser así, al parecer él no nos recuerda.
Pasaron dos días, Dipper despertó y vio que se encontraba en un lugar desconocido, al verse solo decidió escapar a pesar de estar en ropa interior.
―Yo no haría eso si fuera tú― una voz femenina habló a su espalda.
―No solo querías que te salvara sino que me secuestraste en tu casa y con mi cuerpo inconsciente saciaste tu lujuria.
― ¡¿Qué?! ¡No!― declaro roja como su cabello Wendy.
― ¿Entonces porque estoy casi desnudo y en tu casa?
― Porque estabas herido y tu cuerpo tenía fiebre además no es mi casa.
―Ya veo has curado mis heridas ¿así que deseas?
― ¿Qué?
― ¿Deseas algo de mí?
― ¡No!
― Eso es raro, las mujeres que han visto mi cuerpo siempre desean algo.
― ¿Qué?
― Así que no deseas nada, que desperdicio, inclusiva iba aceptar tus deseos más oscuros.
―No sé de qué hablas, ahí te deje ropa, báñate y cámbiate, te esperan abajo.
