El Símbolo de la Paz y la Justicia

Escrito por TheGodfather93, traducido por Fox McCloude

Disclaimer: Dragon Ball, My Hero Academia y todos sus personajes respectivos son propiedad de Akira Toriyama y Kouhei Horikoshi. Todos los derechos reservados.


Capítulo 18: La emoción de la batalla.


Cuando Present Mic lo declaró ganador, toda la tensión que quedaba en el cuerpo de Gohan se liberó, junto con un suspiro de alivio de sus labios. Odiaba tener que canalizar todo su enfoque a niveles tan extremos, pues requería un nivel de concentración enorme, pero diablos si no le había resultado útil. – "Gracias, señor Piccoro."

Ahora que por fin se podía relajar, Gohan hizo una pausa para asimilar la reacción de la audiencia, solo para encontrarse con un silencio estupefacto. Habiéndose esperado algo así, se encogió de hombros mentalmente y decidió no prestar más atención al pensamiento, girándose hacia las escaleras para salir de allí. En cuanto su pie tocó el primer escalón, una voz frenética desde atrás lo hizo detenerse.

- Entonces ¿eso es todo? ¿Te vas y lo dejas así nada más? – siseó Shinsou.

Sintiéndose muy incómodo por dentro, Gohan se giró y miró al chico al que acababa de vencer. Shinsou se había levantado de la hierba, y se apoyaba contra el borde del ring, con una mirada de odio en su rostro fantasmal, mientras le temblaba el labio inferior.

- ¿Te parezco tanto un chiste, que ni siquiera me tomas en serio? ¿Ni siquiera me das el tiempo del día? ¡¿Eh?! – continuó Shinsou a través de unos dientes apretados, con una lágrima bajándole por la mejilla.

- "No podrías estar más equivocado." – pensó Gohan, suprimiendo el deseo de consolar al chico al verlo llorar. – "Acabé la pelea así de rápido porque te estaba tomando en serio. Diablos, te estoy tomando en serio ahora mismo, porque tu poder me aterra como no tienes idea."

- ¡Ustedes los malditos del curso de héroes, se creen muy geniales con sus Quirks poderosos y espectaculares, pero no saben nada de lo que es pasar penurias por lograr tus sueños! – gritó Shinsou furioso. – ¡No saben lo desmoralizador que es que la gente le escupa encima a tus sueños día tras día, diciéndote que tu Quirk sería perfecto para un villano en lugar de un héroe! ¡O lo mucho que duele llegar finalmente a la U.A., solo para no poder tomar el maldito examen de entrada porque tu Quirk no es apto para el combate!

El ceño de Gohan se frunció imperceptiblemente. – "Estás haciendo un montón de suposiciones allí, pero vaya que sabes, hombre. Sí, el sistema apesta; sí, es muy injusto; y sí, lamento mucho lo que has pasado… pero estás descargando tu rabia en las personas equivocadas. Si quieres cambiar las cosas para mejor, deberías dejar de tener lástima de ti mismo y hacer un esfuerzo por cambiarlas."

Shinsou ladró una risa sardónica entre sus sollozos. – Bueno, ¿sabes qué? ¡Vete al diablo, que se vaya al diablo todo el curso de héroes! ¡Encontraré mi propia manera de llegar a la cima, y cuando lo haga, les mostraré a todos lo equivocados que estaban por tenerme en menos!

Ya habiendo tenido suficiente de la perorata de Shinsou, Gohan desvió la mirada y se marchó del ring, sin soltar su máscara ni por un momento. – "Qué tengas suerte, maldita sea."

- ¡Diablos! ¡Ese chico Son no tuvo piedad! – comentó alguien en la multitud.

- Qué frío… – añadió otra persona.

- Supongo que es el favorito por una razón, ¿eh? – sugirió una tercera voz.

Una cuarta persona dio su opinión. – ¡Ese chico Shinsou estaba completamente fuera de su liga!

Pronto, una mezcla de de murmullos ininteligibles se combinaron entre sí, asaltando los oídos poco interesados de Gohan mientras caminaba sobre la hierba.

- …Me siento mal por el chico.

- ¡Qué patán!

- …¡No debería haberse ido de lengua así!

- ¡Miren lo genial que es!

- Qué rudo…

- ¡Es un grosero!

- … demasiado esculpido para ser un adolescente.

- … parece algo patán.

Afortunadamente, estos se desvanecieron en el momento en que desapareció por el túnel, cuyas paredes frías de concreto hicieron un trabajo excelente en ahogar lo que bien podría haber sido ruido blanco. Al dirigirse a la cabina de su clase, exhaló profundamente y se frotó el puente de la nariz.

A pesar de su molestia de que lo insultaran a él y a sus compañeros, una parte de él sentía genuina pena por Shinsou. Desafortunadamente, el tipo era un patán, y aunque su sufrimiento era legítimo, su forma de manejarlo era inaceptable y poco heroico.

Si llegaban a verse fuera del festival deportivo, Gohan estaría feliz de consolar a Shinsou, pero así como estaban ahora, bajo los ojos curiosos de millones de personas por todo el mundo… el hacer enojar a alguien con un poder potencialmente letal era un riesgo demasiado grande. Y él tenía mucho que perder.

Decidiendo no seguir atormentándose con esos sentimientos negativos, Gohan dejó que su rostro se relajara. Habiendo superado esa colosal valla que era un adolescente perturbado y con poderes de control mental, ahora tenía que esperar su encuentro contra Ashido, que seguramente sería muy divertido. Eso sin duda le trajo una pequeña sonrisa a sus labios.

El resto de su caminata hacia la cabina de la Clase 1-A lo pasó contemplando su próximo encuentro, y para cuando llegó a su destino, se llevó una agradable sorpresa de ver que todos a excepción de Iida estaban presentes. Incluso Uraraka había aparecido, junto con el casi momificado dúo de Satou y Kirishima, el segundo de los cuales estaba amarrado a su asiento con tantos rollos de cinta que parecía como si llevara una camisa de fuerza. – "¿Qué diablos?"

Aunque sí pudo notar algunas de las miradas aprobatorias mientras caminaba a su asiento, principalmente de parte de sus compañeros masculinos, a excepción de Bakugou y Todoroki. El volátil rubio todavía se veía como si creyera que todos a su alrededor valieran menos que tierra, pero su mirada asesina característica no tenía su cantidad usual de rencor. El usuario de hielo, por otro lado, parecía que no podía importarle menos. Desde el lado femenino, Ashido y Uraraka le lanzaron sonrisas radiantes (la primera incluso añadiendo un pulgar arriba), mientras que Tsuyu y Yaoyorozu sonreían amablemente. Jirou, igual que Todoroki, parecía indiferente, y Hagakure era Hagakure.

Gohan también vio que su chaqueta estaba doblada cuidadosamente sobre su silla, y levantó una ceja curiosa al ver a una Ashido totalmente vestida.

- Me encontré con Yaomomo en los pasillos, y me hozo algo de ropa nueva. – le respondió rápidamente, con un ligero rubor en las mejillas. – Gracias de nuevo por prestarme tu chaqueta, por cierto.

- No hay problema. – dijo él devolviéndole la sonrisa mientras cogía su chaqueta para ponérsela de vuelta, y tomó asiento entre su vendado mejor amigo y Midoriya.

- Así que por eso es que no llevabas tu chaqueta. Y yo aquí pensando que estabas tratando de hacerte el macho alfa, presumiendo de tus músculos de ese modo. – musitó Kaminari.

- A diferencia de ti, Pikachu, Son no necesita esforzarse por ser alfa. – presumió Sato, para vergüenza del híbrido saiyajin.

Kaminari parecía sorprendido. – ¡Y-yo tampoco lo necesito! ¡Siempre irradio seguridad!

- ¿Es por eso que la única forma que tienes de conseguir acción es hacer equipo con un enano pervertido, y engañar a las chicas para que se vistan como porristas? – contraatacó Satou.

Kaminari palideció, y los ojos de Jirou se entrecerraron ominosamente.

- Ahí te atrapó, viejo. – añadió Kirishima.

- ¿Por qué te pones de su lado? ¡Ustedes dos pasaron como unos quince minutos moliéndose a puñetazos uno al otro! – gimió Kaminari.

- Bueno sí, esa fue una buena pelea entre hombres. – dijo Kirishima estando de acuerdo, para confusión del rubio. – Nos divertimos mucho, intercambiamos muchas palabras, y aprendimos un montón, los dos.

- ¡Cierto, cierto! – añadió Satou, haciendo brindis con una bebida invisible.

- Ustedes son un par de malditos frikis. – gruñó Kaminari.

- Felicidades por la victoria, Gohan-chan. No esperaba nada menos. – lo halagó Tsuyu. – Aunque debo admitirlo, me sorprendió que fueras tan frío con tu oponente.

- A mí no. – intercedió Satou. – ¿No escuchaste toda la mierda de insultos que estaba lanzando Shinsou antes del encuentro? El pequeño bastardo se lo estaba buscando.

- Concuerdo. – añadió Ashido, cruzando los brazos para enfatizar. – Tiene suerte que lo eliminaran antes que me tocara pelear con él.

- Aun así, Gohan-chan no parece el tipo de persona que se iba a enfadar por provocaciones tan patéticas. – señaló Tsuyu.

- Son únicamente estaba siguiendo mi consejo. – reveló Ojiro, para sorpresa del resto. Sonrió y se acercó para darle una palmada en el hombro a Gohan. – Buen trabajo allí, por cierto. Sabía que podía contar contigo, para limpiarle el reloj a ese sujeto.

- Espera… ¿estás diciendo que Shinsou realmente era una amenaza? – preguntó lentamente Satou, cuyo tono incrédulo captó el interés de sus compañeros de clase, que se veían igualmente escépticos.

Ojiro asintió, y su expresión alegre se evaporó. – Sí, ese sujeto es otra onda. Puede ponerte bajo control mental con su Quirk.

- ¡¿Control mental?! – repitió Sero estupefacto, y su reacción fue compartida por varios más en la cabina. Hasta Bakugou parecía algo sacudido. – ¡Eso es una locura! ¡Es como el Quirk perfecto para un villano!

- Sip. – asintió Ojiro. – Y todo lo que necesita para activarlo es hacer que le hables. Muy loco, ¿eh?

- Eso es… diablos, no estabas bromeando: ¡ese es un poder que sacude los nervios! – exclamó Satou.

- No me extraña que tenga un complejo de víctima tan grande. – reflexionó Tsuyu. – Seguramente no debió tener muchos amigos mientras crecía.

- Bueno, ahh, supongo que entonces es bueno que asista a la U.A., ¿verdad? – preguntó Ashido con una risita nerviosa.

- Y tuvo suerte que Son le aplicara la Todoroki. – añadió Kaminari. – Digo, imagínense si un niño con problemas psicológicos se desquitara con…

- ¿Te importaría elaborar en lo que quisiste decir con eso? – solicitó Todoroki, cuyo ceño se enfurruñaba peligrosamente.

Kaminari retrocedió ante la mirada gélida que le estaban lanzando, pero para darle crédito, logró mantener contacto visual con su compañero de clase con heterocromía. – ¡Y-ya sabes! ¡Todo eso de "vencer a tu oponente apenas inicia el encuentro"! ¡P-pero no te preocupes! Tu victoria fue mucho más espectacular, con ese iceberg gigantesco y… – Tragó saliva ante el rechinido de los dientes de Jirou, la expresión incómoda de Yaoyorozu, y el aire frío que brotaba aparentemente de la nada. – Creo que mejor ya me callo. – chilló.

Tras un breve arranque de incomodidad, las conversaciones regulares se reanudaron, y Satou se inclinó más cerca de Gohan. – ¿De verdad Shinsou te puso así de agitado? – le murmuró. – Quiero decir, tú eres capaz de volar planetas enteros. Aunque intentara algo, podrías haberlo hecho puré.

Gohan enfurruñó la cara, y la pregunta le hizo revivir algunas memorias dolorosas que hacía tiempo que esperaba que dejaran de resurgir.

- Si siquiera se te ocurre hacer eso, ¡te mato! ¡¿Me entendiste?!

- Yo también quiero pelear… y además, este científico todavía no ha hecho nada, así que acabarlo ahora parece un poco…

- Yo también pelearé, quiero probar de lo que soy capaz.

Apretó su puño con furia de frustración, una que muy rara vez sentía.

- Mi padre… solo dejó que sucediera. Y-yo traté de detenerlo, ¡pero no fui lo bastante fuerte!

- ¿Quieres obligar a mi bebé a luchar contra ese horrible monstruo que tú y tus irresponsables amigos crearon? ¡¿Acaso perdiste la cabeza?!

- Lo hiciste bien, Gohan. Estoy orgulloso de ti, hijo.

- ¿Son? – Satou le dio un golpe quedito, sacando al híbrido saiyajin de sus pensamientos.

Exhalando profundamente para calmarse, Gohan sacudió su cabeza. – Hay riesgos que no vale la pena correr. – respondió tersamente. Su gesto enfurruñado se suavizó. – La arrogancia… es como una enfermedad. Confíen en mí con eso.

Podía ver la curiosidad en los ojos de su mejor amigo, pero para su crédito, Satou decidió no seguir sondeando más. – Está bien, hermano.

Gohan asintió con gratitud y se hundió más en su asiento, con los brazos cruzados y un ceño fruncido firme en su rostro. Por más que quisiera suprimirlo, había una diminuta parte de él que ansiaba enfrentar su voluntad contra el poder de lavado de cerebros de Shinsou y superarlo… pero esa parte había sido encerrada, en una jaula sumergida en las profundidades de un mar de raciocinio, sentido común, el dolor de la pérdida, y la naturaleza humana.

Él sabía de primera mano los peligros de la arrogancia, y odiaría repetir los errores del pasado.

- Me pregunto cuándo empezará la siguiente ronda. – se dijo en voz alta, más por cambiar el tema que otra cosa.

Satou le lanzó una mirada confusa. – ¿No escuchaste el anuncio de Present Mic después de tu encuentro? ¿Sobre el intermedio que habrá antes de la próxima ronda?

- Oh. – replicó Gohan, genuinamente sorprendido. ¿De verdad había estado divagando tanto tras su pelea con Shinsou? – Creo que se me escapó. Luego de mi encuentro como que me distraje un poco. – admitió rascándose detrás de la cabeza.

- Sí, eso lo entiendo. Yo también estaría muy desorientado si tuviera que pelear contra un tipo que puede controlarme la mente. – respondió Satou, antes que una sonrisa arrogante se formara en sus enormes labios. – Quiero decir, todavía lo partiría a la mitad, pero aun así tendría que ser super cuidadoso con ello.

Había una pequeña carnada en esa afirmación, y Gohan se sentía muy tentado de arriesgarse a agarrarla, pero contuvo su lengua. En vez de eso, prefirió asentir simplemente. – Seguro que sí.

Satou pareció alegrarse por el cumplido, y volvió su atención hacia otro lado. Tomando eso como que su mejor amigo lo estaba dejando con sus propios asuntos, Gohan se puso las manos detrás de la cabeza y se reclinó en su asiento. El intermedio entre rondas era una buena idea, y sin duda la apoyaba totalmente. Le daba más tiempo de estabilizar sus emociones, y luego pensar en cómo afrontaría su encuentro contra Ashido.

Una mirada rápida a la chica por la esquina del ojo le mostró que andaba jugueteando en su asiento con una gran sonrisa en el rostro; ¿mezcla de nervios con excitación, quizás? Cualquiera que fuese el caso, sintió que los ánimos se le subían al verla. No sabía lo que su amiga de piel rosa estaría esperando de su encuentro, pero haría lo mejor posible para que valiera la pena.


(-0-)


- ¡Espero que se encuentren listos para algo de acción explosiva, amigos, porque el primer encuentro de los cuartos de final promete ser uno de los más electrizantes hasta ahora! – exclamó Present Mic, para adulación del público. – ¡Ambos, Bakugou Katsuki y Kaminari Denki han demostrado excepcional habilidad con sus Quirks hasta ahora, y no sé ustedes, pero yo estoy más que hypeado para ver lo que va a suceder cuando choquen estas dos fuerzas de la naturaleza! ¡¿Pueden decir un "HELL YEAH"?!

- ¡HELL YEAH! – rugió toda la audiencia.

- ¿Alguien piensa que Kaminari tiene una oportunidad? – preguntó Ashido en voz alta.

- Nop.

- Ninguna.

- Se fregó.

- Le van a explotar el trasero.

- Espero que tengan lista una bolsa para cadáveres.

Gohan se guardó sus pensamientos para sí mismo, pero por dentro estaba de acuerdo con la evaluación de sus compañeros. Por mucho que quisiera ver perder a Bakugou, el patán era un peleador formidable, y merecía ser uno de los favoritos para el torneo.

Ni siquiera Kaminari parecía tener confianza para su encuentro, ya que estaba chorreando gotas de sudor de la frente y temblando, claramente forzándose a poner una sonrisa en sus labios. Inversamente, Bakugou se veía totalmente malicioso, con sus rasgos deformados en una sonrisa enfermiza y sedienta de sangre, como un depredador que observaba a su presa.

- ¡Comiencen! – anunció Present Mic.

- ¡Choque Indiscriminado: 1,3 Millones de Voltios! – rugió Kaminari, azotando sus manos al suelo y liberando una brillante descarga eléctrica, que danzó por todo el ring a velocidad desorientadora.

Con su sonrisa arrogante volviéndose aún más macabra, Bakugou también golpeó el suelo con las manos y se lanzó a sí mismo al aire, usando las explosiones de sus manos como una especie de cohetes de propulsión, evitando con facilidad la electricidad. Y luego, sin perder un solo segundo, echó ambos brazos hacia atrás para propulsarse hacia adelante, directo a su oponente que estaba palideciendo rápidamente, como un misil teledirigido impulsado por la rabia.

Kaminari alzó sus manos temblorosas tratando de defenderse débilmente, hasta que un golpe de palma en la cara lo tiró al piso. Con los dedos enterrándose en la piel de su víctima, Bakugou alzó la otra mano que comenzaba a brillar de color naranja, y el usuario de electricidad no pudo responder con otra cosa que agitar los brazos desesperadamente.

- ¡Alto! – ordenó Midnight por segunda vez ese día. – ¡Kaminari-kun acaba de rendirse! ¡Bakugou-kun avanza a las semifinales!

En efecto, en medio de sus aspavientos desesperados, Kaminari tuvo suficiente autocontrol para hacer la seña de rendición, y ahorrarse sufrir el mismo destino que Iida.

Bakugou gruñó con decepción, pero retrajo su mano y se puso de pie, para luego mirar furioso a su oponente que todavía temblaba, con la cara totalmente pálida. – Al menos sabes cuál es tu lugar, gusano. – le dijo fríamente, antes de darse la vuelta y salir del escenario.

Kaminari permaneció en el suelo unos segundos más, antes de ponerse de pie y salir del ring, todavía dando los pasos muy lentamente y temblando.

- ¡Wow! ¡Qué despliegue tan dominante de Bakugou Katsuki! – alabó Present Mic, cuya voz no había perdido nada de su anterior entusiasmo. – ¡Démosle a nuestro ganador un bien merecido aplauso!

La multitud lo hizo, pero fue relativamente apagado. Probablemente esperaban un encuentro mucho más cerrado, luego de todo el hype que hizo Present Mic antes de comenzar.

- Diablos, Kaminari lo tuvo ligero a comparación de Iida. – musitó Sero.

- Es porque es demasiado pelmazo para dar pelea, una vez que las cosas se ponen difíciles. – gruñó Jirou.

Tsuyu asintió. – Sip. Ochaco-chan le habría podido dar a Bakugou-chan una pelea mucho más dura.

Gohan estaba totalmente de acuerdo con su amiga rana, pero no lo vocalizó. Solo se alegraba de que Kaminari no sufrió heridas serias. Bakugou era totalmente impredecible en esta clase de entorno.

Una mirada rápida a Midoriya mostró que el chico peliverde tenía los ojos cerrados, con el pecho rápidamente subiéndole y bajándole con sus respiraciones. Gohan no pudo evitar sonreír al verlo. Había tardado mucho, pero su protegido finalmente había agarrado el hilo de la meditación, y también cuando era el mejor momento para usarla sin que se lo dijeran.

- ¡Todoroki Shouto! ¡Midoriya Izuku! ¡Bajen al ring de inmediato, porque ahora les toca a ustedes! – solicitó Present Mic, y la multitud subsecuentemente recuperó el ánimo.

Midoriya exhaló profundamente y abrió sus ojos. Parpadeó unas cuantas veces para recuperar su visión, y luego intercambió miradas con Gohan, mientras la cháchara emocionada de sus compañeros se volvía irrelevante.

No hubo intercambio de palabras. En este punto, no necesitaban decirse nada, y cualquier cosa que hubiera que decir, había sido cubierta durante las largas, arduas, y exhaustivas horas que pasaron entrenando durante las últimas dos semanas.

Gohan simplemente sonrió y alzó su puño, y Midoriya lo chocó con el suyo. El peliverde se puso de pie y se marchó.

Luego de que se fue, Uraraka se deslizó a su ahora vacío asiento y suspiró, mirando algo sombría hacia el escenario. Sus ojos normalmente brillantes se habían apagado, y su boca se encontraba desagradablemente enfurruñada de tal manera que Gohan sintió que se le apretaba el corazón. Parecía como si quisiera decir algo, pero permanecía callada.

- Hey, todo estará bien. – la consoló Gohan en voz baja. – Debemos tener fe en él.

Uraraka se mordió los labios. – Lo sé, y claro que la tengo… pero ya viste lo que Todoroki-kun le hizo a Yaoyorozu. ¿Qué tal si…? – Se interrumpió antes de continuar.

Gohan suspiró y se le acercó más. – Entiendo tus preocupaciones, pero lo mejor que podemos hacer por él ahora es darle ánimos… igual como él te los dio a ti a pesar de estar preocupado. – Los ojos de la chica se ensancharon. – Ambos sabemos lo duro que ha estado trabajando… y ambos sabemos de lo que él es capaz. Como sus amigos, es justo que lo apoyemos como él nos apoya a nosotros, no importa quién sea su oponente.

Uraraka no dijo nada, al parecer pensando en sus palabras un rato. Luego cerró los ojos con fuerza y respiró profundamente, y al reabrirlos, estaba ardiendo una pequeña llama que antes no estaba en ellos. – ¡Tienes razón!


(-0-)


- ¡Nuestro siguiente encuentro podría ser el más intrigante hasta el momento! – anunció Present Mic. – ¡Midoriya Izuku ha jugado muy bien sus cartas durante todo el festival deportivo, mientras que Todoroki Shoto no es un extraño en mostrar su inmenso poder! ¿Acaso Midoriya logrará sacar una gran victoria con algún truco nunca visto? ¿O Todoroki continuará su gélido reinado de dominancia? ¡No sé ustedes, amigos, pero yo no puedo esperar para averiguarlo!

Ni Midoriya ni Todoroki reaccionaron a los halagos, pese a que la audiencia gritaba, vitoreaba y les hacía llover aplausos encima. Solo se quedaron de pie, viéndose fijamente mientras esperaban la señal de inicio.

- ¡Comiencen!

Un muro de hielo picudo salió hacia Midoriya, pero el peliverde se deslizó rápidamente hacia la izquierda fuera del camino, volviéndose una silueta borrosa momentáneamente. Al detenerse y estando totalmente erguido, parecía tener una capa de rayos verdes parpadeando por todo su cuerpo.

Los ojos de Todoroki casi se salen, la multitud rugió con aprobación y sorpresa, y una ronda de gritos ahogados reverberó por toda la cabina de la Clase 1-A.

- ¡¿Qué mierdas fue eso?! – gritó Bakugou.

- No puede ser… – murmuró Ojiro.

- ¡Viejo, eso fue increíble! – lo alabó Kirishima.

- ¡Tú puedes, Deku-kun! – animó Uraraka.

Gohan, mientras tanto, sonreía por dentro, emocionado de ver que sus esfuerzos habían dado frutos en el escenario más grande de todos. – "¡Sí, eso es! ¡Anuncia tu nombre ante todo el mundo… Super Deku!"

- ¡Whoa! ¡¿Acaban de ver lo que yo vi, amigos?! – aulló Present Mic ante la ola de aplausos atronadores, tomando ventaja del respiro en la acción para dar su opinión. – ¡Por primera vez hoy, Midoriya Izuku ha usado su Quirk, y es mucho más llamativo de lo que esperaría! ¡Eraserhead! ¡¿Qué es lo que estamos viendo ahora?!

- La respuesta… la tiene Midoriya. – replicó Aizawa de manera críptica.

Las palabras de los comentaristas parecieron sacar a Todoroki de su trance, y sus ojos de distinto color se entrecerraron mientras le lanzaba una mirada ominosa a su oponente. Un segundo muro de hielo salió disparado, pero Midoriya lo evitó de la misma manera, y luego lo volvió a hacer una tercera vez.

A estas alturas, cerca de un tercio del ring estaba cubierto por el hielo de Todoroki, cuyos picos dentados hacían que toda el área que abarcaban fuese totalmente imposible de atravesar. También sirvió como una barrera que bloqueaba a Midoriya desde el lado derecho del ring, y aunque todavía tenía espacio para maniobrar, su libertad para hacerlo iba en descenso.

Como si hubiese notado esto, el labio de Todoroki se curvó en una sonrisa cruel, mientras su oponente de pelo verde tomaba una expresión sombría.

Otro muro de hielo brotó hacia adelante, pero este falló a Midoriya por completo; en lugar de eso, había impactado en la esquina del escenario, acordonando el ring todavía más.

Uraraka jadeó, y Gohan apretó sus dientes. – "¡Diablos! ¡Le diste demasiado tiempo!"

Todoroki envió tres muros de hielo más, pero Midoriya fue capaz de evadirlos todos. Desafortunadamente, esto lo dejó atrapado entre dos barreras altas, gruesas y prácticamente irrompibles de hielo sólido. Se encontraba totalmente encajonado, y el único camino que podía tomar era el estrecho corredor que llevaba hacia su oponente.

Jadeando ligeramente y tiritando un poco, Todoroki encaró a su tembloroso adversario y asintió en una rara muestra de respeto. – Lo admito, me atrapaste con la guardia baja, y por eso te doy crédito. Me has hecho usar más energía de la que habría querido, pero ya se acabó. No tienes a dónde correr. – Apretó su puño peligrosamente, entrecerrando sus ojos. – ¡Este es tu fin, Midoriya! ¡Gracias por servirme como el escalón perfecto!

- ¡Deku-kun! – chilló Uraraka.

La escena abajo rápidamente se tornó en un frenético borrón de actividad, pero para Gohan, era como ver una película en cámara lenta.

Vio cómo el muro de hielo salía disparado hacia Midoriya, bien en curso para empalarlo.

Vio cómo Midoriya alzaba su mano izquierda y daba un golpe con su dedo meñique dirigido hacia la masa de hielo.

Vio cómo el hielo se partía en innumerables pedazos, cubriendo el ring en una espesa capa de neblina fría.

Vio cómo Midoriya saltaba hacia las esquirlas, y se abría camino hacia Todoroki, que retrocedió de la sorpresa, usando los trozos de hielo destrozado como si fueran trampolines.

Vio a Midoriya echar atrás su puño derecho (apretando los dientes con claro esfuerzo y los ojos brillándole en una furia esmeralda) y hundirle un devastador puñetazo en la cara desprotegida y desprevenida de Todoroki.

Parpadeó para quitarse la humedad de sus ojos casi salidos, y luego fue testigo de cómo Todoroki se deslizaba por la superficie del ring, para luego caer en la hierba de atrás. El mundo entero se quedó en silencio.

- ¡T-Todoroki Shouto ha salido volando fuera del ring! ¡Midoriya Izuku pasa a las semifinales! – rugió Present Mic, a lo cual la multitud estalló en vítores. – ¡Damas y caballeros, y todos los que estén en medio, démosle a este absoluto campeón una bien merecida ronda de aplausos!

Abajo en el ring, Midoriya asumió una pose de Guts, y gritó hacia el cielo con todas sus fuerzas. – ¡LO HICE!

- ¡S-santa mierda! – jadeó Kirishima, y sus compañeros compartían sentimientos similares.

- Deku-kun… – gimió Uraraka, cuyos brillantes ojos estaban llenándose de lágrimas de alegría.

Gohan se hundió más en su asiento y se quitó el sudor de la frente, teniendo dificultades para encontrar los pensamientos más adecuados para describir sus sentimientos. Estaba extasiado, por supuesto, e igualmente orgulloso del logro de su protegido. Aunque también se molestó un poco de que Midoriya tuviera que recurrir a medidas tan desesperadas, pero al menos, un dedo meñique roto era poco para sus estándares.

En general, pese a todo, Gohan estaba… satisfecho, y complacido de haber podido ayudar a su amigo a sortear los obstáculos de su Quirk. Aún tenían un largo camino por recorrer, obviamente, pero este era un excelente inicio.

Entre los rugidos delirantes de la multitud, Todoroki se había puesto de pie y estaba mirando al chico que lo acababa de vencer en shock. Tenía la nariz rota y sangrando, pero fuera de eso estaba bien. Si se hubiese enfrentado a Midoriya en una pelea prolongada, o de haber usado el máximo de sus habilidades, probablemente podría haber salido victorioso, pero las peleas a este nivel rara vez eran tan directas, mucho menos al haber un hándicap autoimpuesto en juego.

Eso, y el hecho de que en su arrogancia se puso demasiado cerca del borde del ring, contribuyeron a lo que sin duda sería una derrota aplastante. La pregunta ahora era, ¿cómo iba a responder Todoroki?

Mientras el usuario de hielo con heterocromía rechinaba sus dientes y se alejaba de los reflectores, Gohan desvió la mirada hacia el todavía rebosante de júbilo Midoriya, y le sonrió a su amigo peliverde. Se merecía esta victoria, y toda la adulación que venía con ella.

- Nuestro muchacho lo hizo bien, ¿eh? – preguntó Satou, dándole a Gohan un codazo en el costado.

- Claro que lo hizo. – dijo el híbrido saiyajin estando de acuerdo.

- Sip. Nuestro entrenamiento realmente dio sus frutos. – declaró Satou con orgullo.

Ahora, eso hizo que Gohan le alzara una ceja a su mejor amigo. – ¿Qué quieres decir con "nuestro" entrenamiento? Si tú no hiciste nada.

Satou simplemente se rio y sacudió los dedos, como si imitara a un mago. – ¿No lo hice?

- No, no lo hiciste. – presionó Gohan. – De hecho, recuerdo muy vívidamente que estuviste todo el rato sentado en tu trasero, jugando con tu teléfono, mientras yo hacía sparring con Midoriya…

Gohan retrocedía mientras evadía sin problemas varias de las patadas de Midoriya. El sudor bajaba por entre las cejas del chico peliverde a chorros, pero nunca retrocedía, para gran aprobación del híbrido saiyajin.

- ¡Vamos, Deku-kun, vamos! ¡Tú puedes! – le animaba Uraraka desde un lado.

- Eso todavía está por verse. – gruñó Aizawa junto a ella. – ¡Hey, Midoriya! ¡Date prisa! ¡Este es el último día que tendrás permitido practicar aquí!

Uraraka dejó de vitorear y miró al profesor en shock. – ¡Pero faltan tres días para el festival deportivo! ¡Todavía tenemos tiempo!

El gesto fruncido de Aizawa se transfiguró en una sonrisa burlona. – Ahh, es cierto, todavía no se los he dicho. Toda la facultad va a estar ocupada preparando el festival en los próximos tres días, así que no habrá nadie disponible para supervisarlos.

- ¡Sensei! ¡No puede venir y avisarnos eso a último minuto! – protestó Uraraka, empezando a pisotear donde estaba. – ¡Deku-kun ya de por sí está estresado!

- ¿No puedo? – respondió Aizawa con una risa mientras seguía mofándose. – Estoy seguro de que All Might me dio permiso de hacer lo que quisiera, cuando me pidió que les hiciera de niñera a ustedes, mocosos. Si tienes un problema con eso, puedes ir a decírselo a él.

Midoriya apretó sus dientes e incrementó su asalto, pero en su apuro provocó que sus ataques se volvieran más torpes. Gohan frunció el cejo antes de golpear a su oponente con el puño hacia la oreja. – ¡Concéntrate! ¡No hay tiempo para distracciones!

Midoriya gruñó y lanzó un torpe puñetazo que Gohan desvió hacia un lado sin problemas, y siguiendo la maniobra evasiva le dio una palmada en la cara al peliverde para hacerlo retroceder. – ¡Ponte serio, Midoriya! ¡Sé que eres mejor que esto!

Actuando como si acabara de recibir una bofetada, Midoriya gimió y apretó sus puños, pero apenas unos segundos después sus facciones se relajaron, y cerró los ojos con fuerza. Tras inhalar por la nariz y exhalar por la boca, los abrió de golpe de nuevo. Sus labios estaban hechos una línea delgada, sin denotar furia o alegría, ni nada entremedio, y su expresión era de calma. Seguía sudando como una tormenta, pero había regulado su respiración lo suficiente como para que su cansancio no fuera tan evidente.

Midoriya se lanzó de frente para iniciar un nuevo asalto, y esta vez, Gohan no tuvo quejas. Aún seguía esquivando y moviéndose alrededor de los golpes de su compañero de entrenamiento, pero necesitaba mantenerse en movimiento constante para poder lograrlo. A diferencia de antes, los golpes y patadas de Midoriya fluían libremente uno tras otro, con solo tropiezos menores aquí y allá, pero nada que valiera para tener que corregir. Luego, comenzaron a aumentar la velocidad, y poco después, se hicieron aún más rápidos.

Los ojos de Gohan gradualmente se ensancharon al ver unas líneas rojas apareciendo en las extremidades en movimiento de Midoriya, que se hicieron más gruesas antes de comenzar a brillar. Era como si sus venas estuviesen dándole poder como una especie de generador, y con ello los ataques de Midoriya comenzaron a acelerar más y más, hasta que literalmente solo fueron borrones de movimiento.

Las venas rojas brillantes ahora habían llegado hasta la cara de Midoriya, pulsando ferozmente mientras formaban un patrón en su piel con forma de cruz. Luego, fuera cual fuese la energía extraña que había estado acumulándose todo ese tiempo explotó en una lluvia brillante de chispas, dejando literalmente a Midoriya cubierto en una capa de rayos que parecían electricidad.

La quijada de Gohan se abrió de par en par. – Eso se parece a mi…

Un puño le dio en la mejilla, rompiendo su tren de pensamiento. Un momento después, su propia mano reaccionó y golpeó a Midoriya en la mejilla, mandando a volar al chico peliverde como un cohete.

Un golpe seco resonó, seguido por un grito de dolor de Satou. – ¡Auch! ¡¿Qué diablos, viejo?! ¡Casi destrozas mi teléfono!

- ¡Deku-kun! – gritó Uraraka.

Eso hizo que Gohan recuperara el sentido, y tras mirar sus alrededores, observó la escena en shock.

Midoriya se había estrellado contra Satou, y los dos estaban enredados en una masa de extremidades llenas de sudor; Uraraka había corrido hacia los dos mientras estaban tirados, y frenéticamente trataba de jalar a Midoriya para liberarlo. Aizawa simplemente permanecía de pie a un lado, rascándose la barbilla en una contemplación silenciosa, con un brillo irreconocible en sus pequeños ojos negros.

Cuando finalmente registró lo que había hecho, un subidón de culpa se formó desde el estómago de Gohan, y salió corriendo hacia sus amigos. – ¡Midoriya! ¿Estás bien? ¡De verdad, lo siento mucho, hombre! Mis reflejos…

- Lo hice… – dijo Midoriya con la voz entrecortada, haciendo que el híbrido saiyajin se detuviera.

- ¿D-Deku-kun? – murmuró Uraraka.

- Lo hice… – repitió Midoriya débilmente, con los ojos anegándose de lágrimas. – Finalmente… finalmente… lo hice…

- Sí que lo hiciste, amigo. – lo halagó Gohan, sonriendo orgulloso de su protegido. – Sí que lo hiciste.

- Nah, estoy bastante seguro que solo imaginas cosas. – protestó Satou.

Reconociendo una causa perdida cuando la veía, Gohan rodó sus ojos y se volvió hacia la sonriente Uraraka, que estaba limpiándose las lágrimas de los ojos. – ¿Te encuentras bien? – le preguntó.

- ¡S-sí! ¡Por supuesto! Solo que estoy muy, muy feliz. – replicó, moqueando un poco. – Se sintió muy bien ver el Super Deku en acción luego de que trabajó tan duro en él.

- ¿Super Deku? – repitió Kirishima, sonando muy curioso. – ¿Qué es eso?

- Así se llama la nueva forma de Deku-kun. Son-kun fue quien le puso el nombre. – respondió Uraraka.

- ¿Ehh? ¡Suena increíble!

- ¡Definitivamente! También suena muy apropiado. – dijo Ashido estando de acuerdo mientras se volvía hacia Gohan. – ¿Acaso tiene un significado especial, o…?

- ¡N-no realmente! Solo pensé que tendría sentido, ¿sabes? – replicó tímidamente, mientras se rascaba detrás de su cabeza.

- ¿Super Deku? ¡Tienen que estar jodiéndome! ¡¿Qué tiene de super que ese nerd mentiroso haya acertado un puño por pura suerte?! – dijo Bakugou con veneno en la voz, siempre para arruinar el humor. Hizo una pausa, como si los engranajes de su retorcida cabeza comenzaran a funcionar, y una sonrisa enfermiza lentamente se formó en sus labios. – Aunque, esto es bueno… no, ¡es grandioso! ¡En la siguiente ronda será mío, y lo voy a matar! ¡Lo mataré tan horrible que terminará muerto! ¡¿Me escuchaste, Deku?! ¡Vas a ser carne muerta, maldito nerd!

Mientras Bakugou se carcajeaba maniáticamente en su esquina solitaria de la cabina, sus compañeros lo callaron y continuaban conversando entre ellos, haciendo palpable la excitación.

Gohan le lanzó al volátil rubio una mirada de advertencia, sin estar totalmente seguro de qué hacer con sus amenazas. Bakugou estaba lleno de aire caliente la mayor parte del tiempo, pero su historia personal con Midoriya era razón para preocuparse. Si las cosas entre ellos se salían de control…

- ¡Odio ser el que trae malas noticias luego de una competencia tan electrizante, pero nuestro próximo encuentro no se llevará a cabo! – reveló Present Mic, ganándole una ronda de gritos ahogados de la audiencia, y no pocos abucheos bastante fuertes. – ¡Debido a las severas lesiones sufridas en su encuentro contra Satou Rikido, Kirishima Eijiro desafortunadamente ha sido declarado que médicamente no está en condiciones para seguir compitiendo! ¡Siendo así, su siguiente oponente, Tetsutetsu Tetsutetsu, sigue avanzando a las semifinales!

Gohan parpadeó dos veces cuando la mayor parte de los abucheos se detuvieron, ya que no esperaba que se cancelara el encuentro, pero aun así le alegró escucharlo. Kirishima estaba demasiado herido para competir.

El pelirrojo en cuestión comenzó a gruñir y a forcejear contra la cinta que lo mantenía atado en su asiento. – ¡Eso es una mierda! ¡Todavía puedo pelear! ¡Solo déjenme salir de aquí y se los mostraré! – protestó.

Satou suspiró. – Solo supéralo, hombre. Ya pasamos por esto.

Gohan estaba totalmente confundido. ¿Por eso era que Kirishima estaba amarrado a su asiento? ¿Por qué había soltado un berrinche cuando le dijeron que tendría que retirarse?

- ¡Me rehúso! – rugió el pelirrojo empezando a endurecer su cuerpo.

Ashido soltó un gruñido de frustración y negó con su cabeza cansinamente. – ¡Sero! ¡Otra vez se está convirtiendo en un dolor en el trasero! ¡Necesitamos más cinta!

- ¡Con gusto! – Sero sonrió con entusiasmo mientras se ponía de pie y se ponía a trabajar, con un rollo fresco de cinta extendiéndose desde sus codos. Kaminari y Ojiro también se movieron, agarrando cada uno por los hombros a Kirishima para retenerlo mientras Sero hacía lo suyo.

Se desató un pequeño forcejeo entre los cuatro, pero terminó cuando Kirishima le dio un puntapié a Kaminari en la pantorrilla. – ¡Ahh! ¡Diablos! – gritó el usuario eléctrico mientras se alejaba cojeando y agarrándose la pierna dolorida con las manos.

Antes que Kirishima pudiera provocar más caos, Shouji intervino tomando el lugar del enojado Kaminari, y se unió a Ojiro en sujetar al pelirrojo. Esta vez, tuvieron más éxito en ello.

Aunque para darle crédito, Kirishima no se daba por vencido. – ¡No! ¡Maldita sea, suéltenme! ¡Todavía puedo pelear! ¡Déjenme pelear! – seguía lloriqueando, luchando furiosamente contra sus ataduras.

Sero de pronto palideció al ver que las sacudidas de su prisionero se volvían más y más vigorosas, y algunas de sus cintas empezaban a romperse en los bordes. – ¡D-diablos! ¡Se empieza a soltar! ¡Rápido, que alguien le ponga sedante!

- Permítanme. – dijo Tsuyu, arremangándose mientras se acercaba a Kirishima. – El moco que segrego tiene propiedades paralizantes. Se le apagarán las luces después de esto.

Esto hizo que el pelirrojo se congelara, y su quijada empezó a temblar. – ¡Espera! ¡Asui, no serías capaz! ¡P-p-pensé que éramos amigos!

- Esto es por tu propio bien. – replicó Tsuyu en tono casual, sin perturbarse mientras Kirishima reanudaba su forcejeo.

- ¡Ya deja de ser tan terco, pedazo de imbécil! ¡Solo acéptalo! – gruñó Ashido, lanzándole una mirada asesina al chico.

- Pero… mi pelea…

- ¿Podrían por favor Ashido Mina y Son Gohan dirigirse al ring para el último encuentro de los cuartos de final? – solicitó Present Mic, lo que le arrancó un lamento adolorido a Kirishima.

Ashido hizo una pausa, y le sonrió al pelirrojo. – Bueno, creo que eso hace oficial tu derrota. Qué lástima. – Enfatizó su pequeña burla sacándole la lengua.

- Ah, está bien. Ustedes ganan. – gruñó Kirishima, finalmente dejando de sacudirse. Soltó un largo suspiro de decepción. – Pero aun así podría haber peleado. Mis agallas me habrían llevado a la victoria.

- O a una tumba temprana. – señaló Tokoyami, a lo cual Tsuyu asintió estando de acuerdo.

Kirishima empezó a sollozar. – No puedo creer que tengan tan poca fe en mí…

Gohan alcanzó a ver a Ashido rodando sus ojos mientras se ponía de pie para irse, y sus miradas se encontraron, a lo cual ella le lanzó una pequeña sonrisa que él le devolvió. No tenía idea de lo que estaría pasando por su cabeza, pero le alegró ver que estuviera de tan buen humor.

- Buena suerte, a los dos. – les dijo Tsuyu.

- ¡Sí, vuélense la barda! – añadió Uraraka.

Ashido les lanzó a las chicas una V de la victoria, y Gohan no pudo evitar sonreír por dentro por su entusiasmo.

Algunos de sus compañeros también les desearon suerte, pero los dos combatientes no dijeron nada antes de salir de la cabina y dirigirse hacia el túnel.

- H-hey, ¿no me van a desatar? – tartamudeó Kirishima detrás de ellos.

- ¿Luego de ese berrinche que hiciste? Nah, creo que estás perfectamente bien donde estás. – replicó Sero riéndose por lo bajo.

- ¡Sero, bastardo! ¡Eso no es justo! – protestó Kirishima.

- ¿Alguien tiene objeciones a dejar atado a Kirishima? – inquirió Sero.

- ¡Nop!

- Ninguna.

- ¡Mi maldita pantorrilla!

- Tú te lo buscaste, hermano.

- Eso es tan poco genial…

La discusión poco a poco se fue apagando mientras Gohan y Ashido se iban alejando, y cuando sus compañeros ya estaban totalmente fuera del radio de escucha, el híbrido saiyajin se volvió hacia su oponente y sonrió. – Kirishima sí que es otra onda, ¿eh?

Ashido suspiró, pero notó que había cierto cariño en su mirada. – Sí, es un gran idiota.

- Tal vez, pero su determinación es admirable. – señaló Gohan.

Ashido resopló. – Eso no lo hace menos idiota.

- Nunca dije que no lo fuera. – replicó Gohan con una risita.

Los dos caminaron en un silencio cómodo por un rato, hasta que el rugido de la multitud comenzó a llegar a sus oídos. Ashido tragó saliva. – ¿Estás nervioso? – le preguntó con voz queda.

- Un poco. – admitió Gohan. – Nunca me gustaron las multitudes. ¿Y tú?

- Sip. – respondió Ashido. – Todo esto es algo abrumador cuando piensas en ello, ¿verdad?

- Definitivamente. – dijo Gohan estando de acuerdo. – Pero es una gran oportunidad para acostumbrarse a ello, lo cual tendremos que hacer tarde o temprano.

- Mmm. – Ashido asintió.

Se detuvieron en el último tramo; al final del túnel que llevaba hacia el ring. Apenas estaban fuera de la vista de la multitud, pero lo bastante cerca como para verse envueltos por los vítores llenos de júbilo, desorden y hasta sedientos de sangre. El pie de Ashido empezó a temblar.

- Ayuda mucho tratar de ignorarlos. – declaró Gohan.

Ashido lo miró sorprendida, con los labios fruncidos. – ¿De verdad?

- Sí. – replicó Gohan, girándose para encarar a la chica. – Así los apagas totalmente y te enfocas solo en tu oponente. Por supuesto, es más fácil de decir que de hacer, pero eso ayuda mucho. Piensa como si te estuvieras cubriendo en una armadura a prueba de ruidos.

- Huh. – dijo Ashido, sin retirar su mirada. Gohan tampoco lo hizo, y unos segundos después, ella parpadeó y exhaló un suspiro de relajación. Una sonrisa se formó entonces en sus labios. – Buena suerte, Son.

- Buena suerte, Ashido.

Sin necesidad de que se los dijeran más, los dos amigos miraron al frente y salieron fuera, directo para subirse al ring.

- ¡Y aquí vienen nuestros valientes competidores! – rugió Present Mic. – ¡Ambos ya han demostrado sus cualidades, y sin duda lo harán de nuevo al pelear por el último puesto en las semifinales! ¡Son Gohan es el claro favorito, pero como Ashido Mina lo demostró elegantemente en su último encuentro, tiene el corazón de una peleadora y por eso no hay que subestimarla!

Gohan tomó su lugar en un lado del ring, mientras Ashido se situaba en la otra. Ella asumió una postura relajada con los brazos a sus lados, y sus ojos fijos en los de él, por lo que él hizo lo propio. Una subida de orgullo por su amiga empezó a arder por dentro, pero se obligó a contenerla. No era el momento de ser sentimental.

- ¡Comiencen!

El puño derecho de Gohan salió hacia adelante, disparando una ráfaga de viento, pero todo lo que golpeó antes de disiparse fue aire; Ashido había saltado hacia el lado izquierdo en el momento que inició el encuentro, evitando totalmente el proyectil invisible. Sin detener su impulso, reajustó sus pies y comenzó a patinar por el borde del ring.

Con el labio curvándose ligeramente, Gohan también se movió, en un estallido repentino de velocidad para colocarse frente a su oponente, cuyos ojos se ensancharon. Luego estiró brazo derecho para colocarlo frente a la cara de su oponente, haciendo que los ojos de ella se ensancharan. Esta se tropezó, pero de alguna manera logró estabilizar su equilibrio lo suficiente para caer hacia adelante y ejecutar una rodada torpe (pero efectiva) para pasar por debajo del brazo que le obstaculizaba.

Mientras ella buscaba ponerse de pie de nuevo, Gohan plantó sus propios pies en el suelo, lanzando una patada lateral hacia la espalda de Ashido. Esta vez el golpe sí acertó, y la chica se fue peligrosamente hacia el borde del ring. Afortunadamente, logró detenerse antes de caer fuera de los límites.

Mientras Ashido se daba la vuelta para encararlo, con un deje de alarma en su rostro, la expresión de Gohan se endureció y se lanzó hacia adelante. Al cerrar la distancia, comenzó a bombardear a su oponente con una salva de puños lentos pero precisos, mientras ella tenía dificultades para montar una defensa.

Un par de jabs golpearon el hombro de Ashido, seguidos de un golpe cruzado de derecha a su rostro que apenas evadió ladeando la cabeza. Sin embargo, el puño de Gohan todavía le rozó la oreja, haciéndola dar un respingo, y dándole la oportunidad de conectar un gancho de izquierda directo a su sien, que la aturdió momentáneamente.

Echándose atrás para dejarle a Ashido respirar, Gohan esperó hasta que ella recuperó el sentido, antes de lanzarle otro jab, aunque ese fue solo una finta. Ella se quedó tiesa, por lo que se acercó de nuevo y le dio dos puñetazos consecutivos al estómago, arrancándole dos gruñidos de dolor y haciéndole bajar la cabeza.

Luego dio otro paso atrás, y cuando la vio levantar la cabeza, volvió a cerrar la distancia, solo para que sus propios ojos se abrieran de par en par cuando ella literalmente se lanzó hacia él.

Se había quedado tan estupefacto por su contraataque, que falló en darle una respuesta apropiada, y antes de darse cuenta de lo sucedido, el impacto de dos almohadas muy suavecitas contra su rostro hizo que su mente se quedara en blanco.

Gohan apenas registró la sensación de los brazos envueltos alrededor de su cabeza, o las piernas apretándole la sección media del torso. Lo único que pudo hacer fue bajar los brazos, y perderse en la calidez y confort del amplio busto de Ashido Mina.

Aunque sí se dio cuenta cuando sus pies comenzaron a dar tumbos por el ring, pero su cabeza estaba tan desorientada que apenas podría forzarse a que le importara. Fue cuando su pie derecho tocó el aire, que la neblina se aclaró y sus ojos recuperaron la luz.

Sintiendo que las mejillas comenzaban a arderle, dio algunos pasos adelante antes de estar otra vez en suelo sólido. Inclinando la cabeza hacia arriba y tratando de ignorar esa masa tan delicada que presionaba sus mejillas, se encontró con la encantadora visión de una Ashido igualmente sonrojada que lo miraba desde arriba.

- ¡Maldición! ¡Estuve tan cerca! – gruñó ella.

Él alargó sus manos para quitársela de encima, pero eso solo hizo que ella apretara las piernas alrededor de su cintura con más fuerza. Tragando saliva, y esperando con todo su corazón que la parte inferior de su cuerpo no lo traicionara en esta posición tan precaria, Gohan le soltó los brazos, que volvieron a enrollarse alrededor de su cuello, y en vez de eso le agarró las piernas. Al lograr quitárselas de su cuerpo, los brazos de su mañosa oponente lo apretaron aún más duro.

Ashido se rio nerviosamente, y el rosa de sus mejillas se oscureció a un punto nunca antes visto. – ¡N-no te vas a librar de mí tan fácilmente, Son! ¡Te tengo justo donde te quería!

Gohan le devolvió la mirada desafiante a la chica, soltándole las piernas, que al instante se volvieron a pegar de su cintura. – En ese caso, déjame darte un pequeño consejo.

- ¿Oh? – inquirió Ashido, cuya boca se abrió de manera adorable.

Gohan suspiró. – Si alguna vez estás en una situación pegajosa… – Sus dedos volaron hacia los costados de Ashido, y procedieron a hacerle cosquillas sin piedad.

Ella empezó a chillar y a gritar, pero para darle crédito, no se soltó. Gohan apretó los dientes, sintiendo que sus oídos eran asaltados por esa voz chillona, pero ese era el menor de los males; esa sensación tan vigorosa de Ashido retorciéndose contra su cuerpo le estaba despertando sensaciones que le hacía sentir muy mortificado de experimentar en público.

Eventualmente, gracias al cielo, luego de algunos arranques de risa descontrolada, Ashido finalmente lo soltó y aterrizó de pie, jadeando por recuperar el aire. Las facciones de Gohan volvieron a endurecerse. – ¡Nunca temas pensar fuera de la caja!

Un violento uppercut le dio a la chica en el estómago, sacándole el aire, y enviándola hacia atrás a varios metros del borde del ring. Ella se sujetó el estómago y jadeó fuertemente, pero aun así volvió a incorporarse, lanzándole a Gohan una mirada de dolor.

Suprimiendo la punzada de culpa que sintió en su propio estómago, el híbrido saiyajin avanzó, solo para detenerse cuando Ashido alzó los puños y empezó a lanzarle una ráfaga de bolas de ácido en su dirección.

Plantando los pies a la anchura de los hombros y doblando ligeramente las rodillas, Gohan se agachó hábilmente, saltó hacia adelante y esquivó todo el camino alrededor de los proyectiles de ácido, que explotaron detrás de él comenzando a hervir sobre la superficie del ring. Incluso tuvo que pararse de manos cuando uno de los misiles de fluido aterrizó peligrosamente cerca de su zapato.

Ashido no se detuvo y siguió su infructuoso asalto, pero entre más continuaba, más inestable se volvía su respiración, y más se hundía su cara. Sus brazos, ya temblando por el cansancio menor, parecían volverse más y más pesados, y cuando finalmente cesó el ataque, Gohan hizo lo suyo.

Lanzándose de frente, golpeó con sus palmas los hombros de su oponente, sacudiendo el aire y forzándola a retroceder. Rápidamente siguió con una patada rápida usando su pierna desde atrás, luego una patada al costado y una giratoria en reverso, alternando piernas constantemente. Ninguna de ellas tuvo la fuerza para noquear a Ashido out, pero sí eran lo bastante rápidas y precisas para ponerla contra las cuerdas (metafóricamente).

- Estás siendo muy unidimensional. – la regañó con voz queda, haciendo transición hacia unos golpes rápidos pero compactos, la mayoría de los cuales dieron en el blanco, y el resto que fueron desviados por pura suerte. – Una ofensiva total no funcionará a menos que superes ampliamente a tu oponente, y una defensa total solo invitará a la presión y hará que te canses más rápido.

Detuvo su asalto momentáneamente para ver que lo que haría su oponente, que jadeaba con pesadez, y su recompensa fue un puñetazo tembloroso a su cara, como si el brazo estuviese lleno de plomo.

Gohan rápidamente desvió el golpe de Ashido, exagerando sutilmente el bloqueo alto, y simultáneamente contraatacó con un puñetazo a su abdomen, descargando una minúscula partícula de ki desde su puño, solo lo suficiente para desorientar a la chica. – El mejor enfoque es atacar y defender al mismo tiempo, y usar tu Quirk para potenciar tus golpes. – le informó quedamente.

En este punto, Ashido estaba temblando donde se encontraba, con la cabeza gacha y su expresión oculta. Otra vez, Gohan se sintió culpable de luchar contra el impulso de ver si su amiga de piel rosa se encontraba bien, enmascarando su preocupación con un rostro duro como el acero.

Dio un paso al frente, solo para detenerse cuando Ashido volvió a lanzarse hacia él. Esta vez, sin embargo, estaba preparado. Esperó justo antes de que ella hiciera contacto, la agarró por el cuello de la chaqueta, la atrajo mientras caía de espaldas, y la mandó a volar con un puntapié al estómago.

Suprimiendo un respingo al oír el golpe seco del cuerpo de la chica al caer en el concreto sólido, Gohan se puso de pie y negó con la cabeza, que se ponía de pie apresuradamente. – El mismo truco no funcionará dos veces conmigo. – la regañó, aunque tratando de sonar gentil y no burlón. – Sé muy bien que tienes más dentro de ti, Ashido. Sé que no me has dado todavía lo mejor que tienes.

Ashido le devolvió la mirada, y su expresión decaída le estrujó el corazón a Gohan. Su postura parecía estable, pero su chándal de la UA estaba ocultando lo que seguramente era un montón de moratones, y su espíritu sin duda debía estar herido. Eso, y el ligero temblor de sus extremidades, hablaba volúmenes de lo exhausta que estaba.

Pese a su lamentable estado, Gohan sabía mejor que nadie que, cuando los peleadores estaban en su estado más frágil, era que podían hacer surgir su verdadera fuerza oculta… y no tenía dudas de que Ashido Mina tenía el corazón de una guerrera. Y, como alguien tan afortunado de ser su amigo, dependía de él hacer que lo sacara.

Así que observó, y esperó, mientras Ashido forzaba a sus brazos y piernas a dejar de temblar. Se mantuvo en silencio mientras escaneaba su cara; ella apretó los dientes y cerró con fuerza los párpados, antes de reabrirlos para controlar su respiración. Pero, bajo esa capa exterior de calma, Gohan sintió que algo estaba mal… y mentiría si dijera que eso no le preocupaba.

Sin embargo, permaneció paciente mientras Ashido ponía sus puños cerca de su cintura, y cargó contra él. Mientras corría, apretando los dientes de nuevo, él notó un ligero rastro de plata escurriéndose entre los dedos de su mano derecha, haciendo que sus ojos se abrieran de manera imperceptible.

Una vez que Ashido se le acercó, atacó con un jab de izquierda hacia la cara de Gohan, que él esquivó desviando su cabeza hacia la derecha. Lo siguiente que vio fue una la mano derecha de Ashido volando hacia su mejilla, abriendo el puño para lo suficiente para rebelar una espesa bola de ácido en su palma.

El ver eso lo complació enormemente, sintiendo un deje de orgullo por su amiga de piel rosa, pero no tenía ganas de averiguar lo que pasaría si dejaba que ese golpe conectara. Así que, con pesadez en el corazón, desvió la cabeza hacia la izquierda, pasando por debajo de su mano y dejando que el ácido volara sin causar daño hacia un lado. Entonces, cuando ella se detuvo para procesar su fallo, él levantó su brazo derecho, dio un paso rápido detrás de ella, y le dio un codazo en la espalda.

Con un grito ahogado, Ashido se fue dando tumbos hacia adelante, por lo que Gohan fue tras ella, sujetándola por detrás y aseguró sus brazos alrededor de su estómago y sujetó su muñeca con su mano, atrapándola en un abrazo de oso. Ella soltó otro grito ahogado y trató de forcejear, pero sus brazos estaban firmemente sujetos contra sus costados, y no podía liberarse.

- ¡Así está mejor! – murmuró él. – ¡Podrías haberme atrapado, si no hubiera visto el ácido chorreando fuera de tu mano mientras corría!

Mientras Ashido intensificaba su forcejeo, él aflojó su agarre ligeramente, curioso de saber su siguiente movimiento. Había unas pocas rutas que podría tomar, y estaba ansioso de ver la que elegiría.

- ¡Me rindo! – gritó de repente, y las palabras lo apuñalaron como una daga en el pecho.

Con la quijada abierta, Gohan rápidamente se soltó y Ashido se fue dando tumbos, pero se las arregló para mantenerse de pie. La miró a la espalda, estupefacto, y se preguntó qué diablos habría pasado, ¿Por qué se había rendido? La había estado presionando con fuerza, seguro, pero no tanto como para que ya no le quedara nada en el tanque. Estaba seguro que…

- ¡Y este intrigante choque termina en una victoria para el favorito del torneo, Son Gohan! – rugió Present Mic hacia los implacables vítores. – ¡Ashido Mina hizo un valiente esfuerzo contra un oponente muy superior, pero el abrazo de Son fue tan fuerte como un oso, mucho para ella!

La multitud rugió de risa, pero Gohan lo apagó totalmente, junto con las alabanzas de Present Mic. Sus ojos estaban fijos en su oponente derrotada, pero ella ya se iba directo al túnel. ¿Cómo llegó allá tan rápido?

Sintiendo que la culpa de antes volvía a la superficie, Gohan salió corriendo detrás de ella, pero no tan rápido como para evitar levantar sospechas o iniciar rumores. Para cuando entró al túnel, la pudo ver corriendo por el pasillo.

Con la cara sombría, él también aceleró. – ¡Ashido, espera!

Ella no le respondió; en lugar de eso, apretó el paso.

- ¡Ashido, por favor! ¡Si hice algo que te molestara, lo siento! ¿No podemos hablar de esto?

De nuevo, solo le respondió con silencio. Su corazón se hundió.

- Mina… por favor...

Esta vez, Ashido sí se detuvo, pero solo fue temporal.

Apretando los dientes y los puños, Gohan se movió como una mancha directo enfrente de la chica. Esta lanzó un gritillo al verlo frente a ella, y se quedó mirándolo en shock. – ¡¿S-Son?! ¿Cómo…?!

- ¿No podemos hablar? – le suplicó, mirándole sus ojos anegados en lágrimas. Ella no se movió, pero tampoco dijo nada en absoluto, así que lo tomó como una señal para continuar. Exhaló profundamente para calmarse los nervios y sacudió la cabeza. – Mira, no sé qué fue lo que hice para molestarte… bueno, en realidad creo que sí tengo una idea, pero…

- ¡Me humillaste en televisión internacional, Son! – espetó Ashido, cuyo labio inferior no dejaba de temblar. – Me esforcé allá afuera con todo lo que tenía, mientras que tú solo estabas… solo estabas… – Finalmente se derrumbó, y Gohan no pudo soportarlo más.

Siguiendo no a su mente, sino a su corazón, alargó los brazos y la envolvió en el abrazo más cálido y reconfortante que pudo. Ashido, a pesar de lanzar un chillido de sorpresa y estar sin duda llena de emociones furiosas, se fundió directo en él. – Tienes que creerme… lo último que querría sería hacerte daño. – le dijo Gohan, descansando su barbilla sobre el pelo esponjoso de la chica.

Ashido moqueó, y su cuerpo tembló un poco. – Y-ya sé que no querías lastimarme. Solo que… me sentí tan… ridiculizada.

Gohan sintió que la daga de antes se enterraba más profundo en su pecho, haciéndole saber realmente cuán profundo acababa de meter la pata. Reacio, se soltó de su amiga y la sujetó suavemente de los hombros, encontrándose con una mirada sorprendida de parte de ella. – ¿Qué tal si vamos a algún lugar en privado para hablar de esto, eh?

Ashido tragó rápidamente, pero asintió. – De acuerdo.

- ¡Grandioso! – De inmediato Gohan se alejó y mirando sus alrededores, sus ojos se fijaron en una puerta cercana en el pasillo donde estaban.

Se acercó y presionó la oreja contra ella, pero no escuchó ningún ruido adentro. Respirando profundo, giró la manija y afortunadamente se encontraba abierta. Le dio a Ashido otra sonrisa. – Bueno, eso fue conveniente.

A pesar de todo, la chica se rio, haciendo que su corazón se sintiera aliviado. Abrió la puerta por completo e ingresó, encendiendo las luces para encontrarse con un cuarto razonablemente grande, más o menos de la mitad del tamaño del salón de clases, que estaba completamente vacío. Se rascó la mejilla, pues no se lo esperaba. – Huh. Debe ser algún cuarto de almacenaje en desuso o algo.

- Probablemente. – murmuró Ashido, entrando detrás de él y cerrando la puerta. Echó un vistazo al lugar, y se sentó apoyada en la pared de la izquierda, con las rodillas al nivel del pecho.

Gohan se rascó detrás de la cabeza, inseguro de si querría que se le uniera. Pero, al ver que no le dirigía ningún comentario o gesto de desprecio, se arriesgó y se sentó junto a ella, imitando su postura.

Mirándola por la esquina del ojo, no vio signos de protesta. En vez de eso, solo la miró de frente, sin vacilar. Tragó saliva, imaginándose que debía iniciar la conversación. – Entonces…

- ¿Entonces? – repitió Ashido, aunque no de manera burlona.

Gohan se pasó la mano por sus mechones picudos y suspiró. – Como te decía, no era mi intención humillarte. Jamás querría hacerte daño de esa manera, Ashido… tú eres muy importante para mí. Yo solo… trataba de ayudarte.

La mirada que recibió fue de incredulidad. – ¿Estabas tratando de ayudarme? – repitió Ashido. Afortunadamente, no había furia en su tono. – ¿Ayudarme cómo? ¿Pateándome el trasero por todo el ring al punto que no podía hacer nada? ¿Ni siquiera una sola vez?

Gohan dio un respingo. – Sí… creo que me extralimité un poco en eso.

- ¿Tú crees? – Ashido se rio sardónicamente, antes de suspirar. – Pude sentir lo fuerte que eres, Son. Podrías haber terminado la pelea en cualquier momento. Pero en vez de eso, te contuviste. Me diste oportunidad de pelear… y luego me derribaste, una y otra vez, haciéndome ver como una debilucha fuera de su liga. – Le lanzó otra mirada, con los ojos entrecerrados notablemente. – ¿Qué se suponía que pensara de eso? ¿Cómo esperabas que reaccionara?

La daga en el pecho de Gohan que sintió antes ya había sido arrancada; ahora, era como si se hubiese enterrado una estaca en su corazón, y cada palabra que decía Ashido la hundía con un martillazo más y más. El silencio reinó entre los dos durante unos largos y dolorosos segundos, antes de que él sacudiera su cabeza y decidiera que lo mejor que podía hacer era honesto.

- Cuando se decidió nuestro encuentro, no tenía idea de cómo enfrentarlo. – admitió, apretando y abriendo los puños. – Sabía que si te tomaba en serio desde el principio, el encuentro terminaría muy rápido, y no tendrías oportunidad de mostrar tus habilidades a los profesionales que nos observan.

Arriesgándose a mirar a Ashido, Gohan vio que gran parte de su ira se había disipado, reemplazada por una mirada inquisitiva. Eso lo tomó como una señal para continuar.

- Nunca hemos entrenado juntos, pero te he visto pelear varias veces, lo suficiente para tener una idea de tus fuerzas y debilidades, y de las cosas que podrías mejorar. Puedo ver que tienes mucho potencial, y pensé que, como amigo, debería ayudarte a lograrlo. – Se frotó las sienes y gruñó, entendiendo finalmente el egoísmo de sus acciones. – Vaya amigo que soy, si sobrepasé mis límites por pensar que tú estarías bien con eso, así que por eso, te pido que me perdones.

Para su sorpresa, Ashido soltó una risita, con las mejillas sonrojándosele ligeramente. – Así que, en vez de pedirme que entrene contigo, o llevarme a un lado para hablar estas cosas, ¿quisiste enseñármelas a los golpes, literalmente?

Gohan sintió un escalofrío. – En retrospectiva, eso debería haber sido lo más inteligente, pero fue una decisión de último minuto. C-como sea, en mi experiencia, la mejor manera de aprender a pelear de manera efectiva es que te pongan bajo presión y aprender por el ejemplo… dentro de lo razonable, por supuesto. – Se rascó la barbilla pensativamente y frunció el cejo. – De nuevo, mi propio entrenamiento está muy lejos de ser lo que llamarías normal. ¡Diablos, ahora me siento como un idiota aún mayor!

- No seas tan duro contigo mismo. – habló Ashido suavemente. – Quizás yo también me sobrepasé al reaccionar. Estabas siendo amable al tratar de ayudarme. Aprecio el gesto, incluso aunque… no lo sé… – dejó de hablar sin saber qué decir.

Gohan frunció los labios, sin sentir que se le bajaran los nervios en absoluto. – ¿Habrías preferido que te hiciera lo que le hice a Shinsou, y sacarte en cuanto iniciara el encuentro?

- Yo… honestamente no lo sé. – murmuró Ashido, sonando genuinamente insegura. – Puedo entender por qué hiciste lo que hiciste, créeme, definitivamente voy a tomar muy a pecho tu entrenamiento, pero… no lo sé. Déjame que piense un poco en eso.

- No te preocupes. – replicó Gohan sacudiendo la cabeza. – Olvídate que pregunté, soy yo el que se equivocó.

Ashido exhaló un suspiro cansado. – De nuevo, estás siendo muy duro contigo mismo. Vamos a decir que los dos metimos la pata y dejémoslo así.

- Si insistes. – respondió Gohan, incluso aunque no estuviera totalmente de acuerdo.

Ashido le lanzó una pequeña sonrisa. – Sí lo hago. Y hey, aunque me pateaste el trasero allá afuera, por lo menos hiciste que pareciera que puedo soportar algunos golpes. Eso siempre es bueno.

Incapaz de evitarlo, Gohan soltó una pequeña carcajada. – Mostraste un tremendo corazón allá afuera. Deberías sentirte orgulloso de ti misma. Sé que yo lo estoy. – Lo decía en serio.

- ¡Oh! ¡S-sí! ¡Definitivamente! – tartamudeó Ashido. – P-pero de todos modos, ahora que ya no estamos peleando, ¿te importaría decirme lo que esperabas enseñarme en primer lugar?

- Oh, seguro. – dijo Gohan, sintiendo que sus ánimos regresaban. – Mi meta principal era obligarte a usar tu Quirk para atacar y defender simultáneamente. Por ejemplo, podrías haber envuelto tus brazos en ácido para bloquear mis puños, a la vez que contraatacabas con los tuyos propios. Por eso pasé tanto tiempo peleando contra ti de cerca. Tu Quirk es increíblemente versátil, y se puede aplicar de maneras muy creativas.

- Mmm, eso es bueno. Ojalá tuviera mi teléfono para tomar notas. – murmuró Ashido.

- No te preocupes, me aseguraré de recordártelo después. – le ofreció Gohan amablemente.

- Estaré contando contigo. – murmuró Ashido, dejando caer su cabeza sobre el hombro del chico y sacándole un resoplido.

- ¿A-Ashido? ¿Estás bien? – le preguntó, sintiendo que su corazón empezaba a acelerarse.

- Cansada. – gruñó ella, bostezando. – Por si se te olvidó, pasaste como media hora golpeando y pateándome por todos lados. Dale un respiro a una chica, ¿quieres?

- ¡E-el encuentro no fue tan largo! – protestó Gohan, antes de dejar caer su cabeza algo nervioso. – Perdóname por eso, por cierto. Traté de contener mis golpes todo lo posible.

Ashido se rio. – Está bien. Solo te estaba molestando. Pero si de verdad quieres compensarme, déjame quedarme así por un rato. Realmente necesito el descanso.

Gohan tragó en seco. – ¿Y qué pasará si alguien pasa y nos ve?

- Eso es un problema para los Gohan y Mina del futuro. – dijo Ashido sin darle importancia.

- Eso es un poco arriesgado para mi gusto, pero bueno, como quieras. – gruñó Gohan amablemente. Luego sus ojos se iluminaron. – Hey, me llamaste por mi primer nombre…

- Yo, ahh, me gustó cuando me llamaste por el mío antes. – murmuró Ashido tímidamente. – Pensé en devolverte el favor.

Gohan sonrió cálidamente, decidiendo que podría acostumbrarse a eso. – Tendré eso en mente… Mina.

Esta historia continuará…


Notas del traductor:

Hola, hola, gente. Bien, seguramente muchos de ustedes habían empezado a creer que esta historia habría quedado abandonada luego de tan larga ausencia, ¿verdad? Bueno, creo que lo primero es la explicación: sucede que TheGodfather93 pasó por un montón de cosas durante el último año. Problemas por la pandemia, cambios de trabajo, problemas laborales, y lo más duro de todo, se le murió una tía que era un gran fan de sus fics (al parecer le gustaba mucho esta historia, y luego de su muerte eso también mató sus ganas de escribir). Así que bueno, ahora ya saben cuál es la razón de la ausencia, y en cuanto a mí, preferí no hostigarlo porque supuse que debía haber una razón muy seria para que abandonase la historia, y tuve razón.

Pero bueno, ya está de regreso. En cuanto a mis apuestas de quiénes iban a ganar, acerté de pleno a casi todo, aunque no todas las peleas resultaron tal como las predije exactamente. Con Bakugou y Kaminari, se salvó el chispitas de que lo explotaran al darse cuenta que mejor debía rendirse (será un idiota, pero ahí fue muy sensato). Entre Deku y Todoroki, por fin podemos ver el resultado del entrenamiento con Gohan, y por lo que vemos ya desarrolló lo que parece ser el Full Cowl, aunque aquí le dieron otro nombre por obvias razones. Y como aquí no tenía razones para hacerle terapia a Todoroki con sus problemas personales, creo que era obvio que se concentraría en ganar en vez de ayudarlo. Una lástima que no pudimos ver a Kirishima pelear contra Tetsutetsu, pero bueno, cuando el médico da las órdenes, hay que obedecer, ni modo (de todas maneras no creo que hubiera tenido oportunidad en esas condiciones). Pero claro, el evento estelar fueron Gohan y Mina. No tanto la pelea en sí (ya era obvio que iba a resultar de esa manera), sino lo que pasó después. Diré que de verdad me dio algo cuando ella salió corriendo y parecía estar enojada con él (y no sin razones), pero menos mal que se pudieron arreglar. Les diré que a este punto, los dos parecen tener tan buena química que si no fuera porque el autor ya dijo que la pareja de Gohan será Momo, y también porque apoyo el KirishimaxMina (que aquí mismo tiene algunos hints), no me molestaría verlos juntos.

Ahora las semifinales están decididas: Izuku vs Bakugou y Tetsutetsu vs Gohan. En la segunda el resultado está cantado, pero en la primera es un poco más difícil. Si es por mí, me decanto un poco más por Bakugou, ya que si bien Izuku ha progresado más que en canon gracias a Gohan, Bakugou todavía tiene la ventaja de mayor experiencia en combate y ser mucho más despiadado, y agréguenle que se acaba de emocionar ante poder enfrentarlo, lo que sin duda le dará un impulso adicional. Izuku tendrá que jugar muy bien sus cartas si quiere tener oportunidad, pero veo más probable que le toque a Gohan enfrentarse a Bakugou en la final para que al fin puedan limar asperezas como hombres. Sobre todo porque ya no tiene oportunidad de vengar la derrota de Momo contra Todoroki directamente.

Antes de despedirme, les aviso que en el interludio estuve traduciendo otro crossover de My Hero Academia con KonoSuba, que empezaré a publicar durante el fin de semana, si todo sale bien. Lo había empezado a traducir hace meses, pero con todo lo que estaba sucediendo (incluyendo los fallecimientos de mi abuela y mi tía), pues lo había pausado, y no quería empezar a postearlo hasta tener todos los caps traducidos hasta ahora.

Gracias por los reviews a Kisame Hoshigaki, yiman28, BRANDON369, Nahuel836, Cesar, Tsukimine12, C0fireLoc, MadnessKnight, taro0305, Guest, FANPyF y LectorCualquiera. A este último, no tenías que notificarme, me llegó la alerta cuando se publicó y empecé a traducir de inmediato (hasta lo avisé en Wattpad para los que están allí) pero igualmente aprecio que lo digas. Ahora sí, me despido hasta la próxima, y como siempre, ¡superen los límites, PLUS ULTRA!