De Ojos Hermosos

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Los personajes no son míos. Esta historia está hecha sin fines lucrativos.

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A veces se preguntaba que tenía esa mujer que no tuviera ella. La gente solía decirle con cierta regularidad que tenía en sí misma un encanto natural, una belleza que podía opacar casi a cualquier chica, era muy inteligente y tenía un carácter que, si bien era fuerte, agradaba a las personas, incluso a ese artemarcialista de ojos azules que en ese momento parecía coquetear como un adolescente con la única chica a la que no podría ganarle nunca, si tenía todas esas cualidades, ¿Cómo era posible que no pudiera hacer lo que hacía esa mujer?

Siempre había sido consentida, no había cosa que pidiera que no le fuera cumplido, sin embargo, aunque muchas veces conseguía convencer a Ranma de ciertos caprichos, había cosas en las que él se ponía tajante y no había forma mortal de convencerlo, ¡ah, claro, solo había una! La mirada de esa que de manera ridícula coqueteaba con él.

Dando un suspiro, miró su propio reflejo en los escaparates de las tiendas, ¡Pero si era tan bonita como ella! ¡¿Cómo rayos era que él no la complacía?! Sus ojos azules y brillantes destacaron en su reflejo y con furia cerró los ojos, la gente solía decirle que sus ojos eran hermosos, pero cientos de veces deseo poder tener unos ojos como los de ella, ese café brillante casi llegando al color almendra que con los destellos correctos parecían volverse oliva por momentos e hipnotizaban a cualquiera... o por lo menos a Ranma.

- Mira Ranma, ¡Qué bonito! - dijo Akane señalando una vidriera con colgantes de plata – Puedo apostar que este le encantaría a mamá

- Ni hablar Akane, hace cinco minutos le compraste esa cosa de masaje y antier le compraste un perfume, aunque sea mi madre, creo que son regalos suficientes para esta y la siguiente navidad.

-. ¡Oh por favor! Solo uno más - ella suplicó, Ranma resistió su mirada algunos segundos más antes de llevar su mano a sobar sus sienes y dar un suspiro, esa era una rendición. Dando un grito de victoria ella entró casi corriendo a la tienda.

¡Ese! ¡Ese era el poder que necesitaba! Una simple mirada y ¡Paff! ¡Ranma había caído! ¿Sería demasiado si se compraba unos lentes de contacto cafés?

- Oye... sería posible que... - comenzó ella cuando se quedaron solos poniendo una cara inocente.

- No - contestó tajante él

- ¡Ni siquiera he dicho nada! ¡¿Podrías por lo menos dejarme hablar?!

- Aun estoy enojado contigo, que te hayas colado a las compras con nosotros no significa nada.

- ¡Estoy harta de esto!

- Bueno eso debiste de haberlo pensado antes de lanzar esas espátulas y destruir parte del dojo - él dio media vuelta intentando entrar a la misma tienda que Akane

- ¡Era un estúpido juego no es la gran cosa!

- ¡Cuidado con cómo me hablas! - sentenció - vamos a tener que reparar el lugar antes de navidad, lástima que escogiste un mal momento para ponerte a jugar- remarcó

- ¡Por favor Ranma!

- ¡No me llames...

- La discusión se oye hasta allá dentro, ¿quieren parar ambos? - Akane tocó el hombro de Ranma y este pareció calmarse, por su lado, la joven simplemente se cruzó de brazos y les dio la espalda - ¿Puedes ir a pagar? - se dirigió a él

- ¿Y por qué tengo que pagar yo? - Akane le dio otra mirada y el ojiazul, rendido, fue dentro de la tienda con otro suspiro

- ¿Todo bien? - le pregunto cuando se quedaron solas, encaprichada le dio la espalda

- Solo fue un tonto juego... - resopló - Además el dojo siempre está siendo destruido por todo mundo y solo agarra problema conmigo

- Escucha...

- Si también vas a regañarme, mejor no digas nada Akane – la mencionada, cansada, la tomó por los hombros y la giró hacia ella, luego viéndola a los ojos habló

- Quiero que mirándome de frente me digas que crees al cien por ciento que lo que hiciste no está mal

- Pe...

- Sin peros, quiero que lo digas.

La batalla de miradas no duró demasiado, al parecer los poderes de la mirada de Akane iban más allá de lo que alguna vez imaginó, aunque era algo que ya sabía desde hace mucho.

- De... de acuerdo, tal vez... me excedí con eso... - bajó la mirada y casi avergonzada aferró su mano en la chaqueta de Akane, como si buscara reconfortarse, ella pareció notarlo porque sonrió en el acto.

- Bien, ese es un primer paso - levantó la vista encontrándose con la cara iluminada de Akane por el sol de invierno, trayendo como por arte de magia el tono verde de su iris y quedó casi hipnotizada. - Por cierto, por muy enojada que estés, no vuelvas a llamarme Akane ¿Si? - la chica asistió sin pensarlo - ¿Por qué no vas a aquella tienda y compras una dotación grande de panecillos de vainilla para todos? - volvió a girarla, puso varios billetes en su abrigo y la empujó hacia la dirección de la panadería, la joven de ojos azules estaba tan desconectada, que solo pestañeó y caminó sin hacer una sola réplica - ¡Te vemos en el parque de la siguiente cuadra!

Akane suspiró, luego, exhaló su propio vaho calentando sus manos aún a través de los guantes.

- Toma – Ranma se acercó a ella y entregó la bolsa de papel membretada de la joyería casi de mala manera – No sé por qué la consientes de esa manera, la vas a echar a perder

- ¿Y me lo dices tú... - Akane vio el contenido de la bolsa notando un artículo extra - ... Qué acabas de comprarle una joya de regalo para navidad a pesar de que le dijiste que no tendría obsequios? - Ranma casi enrojeció

- Yo... es diferente Akane... ¡Además tú fuiste la de la idea esta mañana! - volteó la cara con orgullo – aún estoy muy enojado con ella

- La verdad yo creo que estás más enojado porque ella estaba jugando con Kotaro que porque haya destruido el dojo – él intentó negarlo fervientemente - En lo que va del año, los gemelos lo han dejado casi derruido cuatro veces y no estabas tan fúrico - la mirada de Akane lo puso tan nervioso que comenzó a despotricar.

- Su entrenamiento justifica los desperfectos, pero ella no estaba entrenando realmente ¿Qué carajos tiene que estar enseñándole el mocoso Hibiki a usar las espátulas? La escuela de combate Saotome tiene armas mucho mejores que las cochinas espátulas - declaró - ¡Es más, ni siquiera el cerdo usa espátulas! Ukyo las usaba cuando joven, pero desde que se casó casi se retiró de las artes marciales, así qué ese mocoso no tiene por qué venir a enseñarle cosas inútiles a mi hija. - comenzó a caminar por la calle esquivando transeúntes

- Ranma, la idea fue de ella – le recordó con calma alcanzándolo y entrelazando sus brazos.

- ¡Pues prohíbeselo y ahórranos futuros problemas!

- Si tanto te importa, prohíbeselo tú

- ¡¿Y crees que no lo he intentado?! Pero tal parece que yo no tengo ese poder que tanto usas – dijo volteando a mirarla y hacer ojos viscos solo para molestarla, ella le dio un manotazo.

- Si te hace sentir mejor, solo le gusta un poco, no está enamorada

- ¡Ca... Cállate Akane! - el hombre se tapó los oídos indignado hasta la raíz- ¡Ella aún es una niña!

- Cumplirá trece, y es mejor que te prepares porque su adolescencia pinta a ponerse más complicada que la de los otros cuatro que tenemos en casa - suspiró y Ranma luego de asimilarlo, también lo hizo.

- ¿Crees que aun podamos empacar e irnos de viaje de entrenamiento por los próximos, no sé, siete u ocho años? - Se detuvo en una banca y se sentó junto con su esposa, frente a ellos vieron a su hija cruzar la calle en dirección a ellos sosteniendo una gran bolsa de papel probablemente llena de pan dulce, en plena banqueta tres compañeros de escuela le cerraron el paso hablándole animadamente – Ojalá no se pareciera tanto a ti, parece que será igual de popular y tendremos a un chico diferente tocando las puertas del dojo cada semana intentando desafiarme por su mano...- dijo con desazón

- ¿Estás bromeando? ¡Es la única que se parece a mí! ¡Todos los demás parecen tus clones! - lo tomó por el mentón y lo obligó a mirarla - además, incluso si se pareciera a ti sería asechada, basta con mirar como siguen a tus otros hijos, no son precisamente invisibles - dijo con gracia - sin duda, todos heredaron el encanto Saotome que tanto amo.

FIN

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ACLARACIONES

*Akane llama a Nodoka mamá por estar casada con Ranma, juego de palabras del japonés.

* Si, Kotaro es el hijo de Ryoga y Ukyo.

N/A

¿Diciembre sin Fin? No lo sé, lo intentaré lo más que pueda, pero no prometo nada, ayer intenté postear este corto desde mi móvil (porque a mi computadora no le pareció mejor momento que este para estar descompuesta TnT) y no me dejó acceder al panel de publicación, pero, en todo caso este sería correspondiente a 01.

Espero que todos estén muy bien, saludos a todos, nos estaremos leyendo, de este lado del internet, AkaneMiiya.