Aventuras y Amor en la Torre


Advertencias: one-shot AU, parodia de la película de Disney Enredados y otras narrativas similares. NaruSasu. Sasuke con características animales. Este fic fue escrito durante un video en vivo en mi página de Facebook el 12 de julio de 2021 a partir de los pedidos que hacían lxs espectadores en el momento, por eso puede dar algunos giros inesperados y terminar abruptamente (cuando terminó el tiempo del vivo). Asimismo, me acompañó en el vivo Tarú Le, quien mientras tanto fue realizando la ilustración que hoy sirve de portada para el fic.


Sasuke enrolló su largo cabello oscuro en torno a él, mientras se cepillaba despacio sus felinas orejas. Orochimaru nuevamente se había ido en uno de sus viajes, dejándolo encerrado en la torre donde había vivido sus últimos 17 años. ¿Qué habría más allá de estas paredes? No lo sabía pero tampoco le interesaba. Allí tenía todo lo que necesitaba: sus libros, sus lujosos vestidos, su alimento… continuó acicalándose minuciosamente, ahora pasando el cepillo por su larga cola gatuna, cuando un ruido llamó su atención.

Sonaba a un golpe o una piedra que se hubiera caído. Entonces, se acercó con lentitud a la ventana para inspeccionar. A medida que se aproximaba, los ruidos incrementaban. ¿Acaso había alguien allí afuera?

Para cuando se arrimó al marco y se asomó, acabó por estar cara a cara con un muchacho de su edad, rubio, con cara de despistado y varias marcas de rasguños en su piel.

—¡Oh! ¡Pensé que la torre estaba abandonada! Disculpa, pero tengo que pasar…

Y, apenas hubo dicho esto, el desconocido se echó de un salto dentro de su habitación. Sasuke puso cara de horror y, como reacción automática, le dio una fuerte patada.

—¿Cómo te atreves a meterte en mi casa así, idiota?

—¡Pero pedí disculpas! —exclamó el otro, sobándose la cadera golpeada.

—¡Y te metiste antes de que pudiera responder, soquete! —replicó Sasuke, cada vez más irritado.

—Bueno, bueno, es que no había tiempo, me están persiguiendo. Déjame quedarme un momento y prometo irme, de verdad, -ttebayo.

Sasuke ya estaba levantando el pie para darle otra patada cuando reconoció en su mejilla y en sus manos rastros de sangre. El joven estaba mucho más herido de lo que había pensado en un inicio y eso despertó su compasión. Por lo tanto, bajó la pierna que tenía en el aire y solo se cruzó de brazos.

—¿Y por qué te persiguen, si se puede saber? Seguro eres algún criminal peligroso pero quiero que tengas en claro que yo no estoy indefenso y que cualquier cosa que intentes conmigo va a fracasar.

—¡No, no, no soy ningún delincuente!

—Algo tienes que haber hecho para que se hayan ensañado así contigo, tienes heridas por todas partes. —Y ahora Sasuke se inclinó sobre él, para inspeccionar la sangre que brotaba. Mentalmente, repasaba el contenido de su cajita de primeros auxilios, preguntándose si tendría todo lo que haría falta.

El rubio rio ante su deducción.

—¡Para nada! Estos golpes me los hice yo, por ir muy rápido, soy algo torpe. Vengo corriendo desde hace varios kilómetros, por en medio del bosque, así que me llevé puesto algún que otro árbol y las zarzamoras me clavaron sus espinas sin piedad. ¡Malditas zarzamoras!

—Ah, ya, y yo aquí preocupándome por ti cuando en realidad el único problema es que eres un soquete.

—¡Oye! —exclamó el muchacho, levantando un puño con enfado—. Si no me hubieran estado persiguiendo, yo habría podido venir de forma más elegante. Después de todo, soy un príncipe.

—¿Un príncipe, tú? No me hagas reír.

—¡Ey! ¡Sí lo soy! ¡Soy el príncipe Naruto Namikaze del Reino del Fuego! Heredaré todo esto en cuanto… —pero el chico se interrumpió y, rascándose la cabeza, ofreció una sonrisa lastimera—. En realidad, ya no sé si podré hacerlo, porque me pusieron una condición que no me gustó nada.

—¿Encima de que eres príncipe y tú única responsabilidad es heredar cosas te andas quejando?

Mientras hablaba, aunque mantenía el tono de enojo, Sasuke ya estaba revolviendo entre sus cosas para buscar el botiquín, porque no podía soportar ver esas heridas abiertas por más de que Naruto actuara como si no le importaran.

—No entiendes, -ttebayo —declaró Naruto, enojado—. Es que me quieren hacer casar con una chica que ni conozco, la eligieron solo porque es importante en el reino vecino y nos quieren usar para hacer alianzas políticas, pero ni ella ni yo estamos enamorados.

—¿Enamorados? —preguntó Sasuke, ya con el algodón y el alcohol en la mano—. ¿Qué quiere decir eso?

—¿¡Cómo que qué quiere decir!? ¿Por qué no lo sabes? ¡Estar enamorado es la sensación más linda que existe! ¿Qué acaso estuviste siempre encerrado aquí, que no conoces algo tan elemental?

—¿Y qué si siempre viví aquí, que no te gusta lo elegante que es mi habitación? —reclamó Sasuke, tomándole el brazo con fuerza para poder aplicarle el algodón en las heridas.

—¡Auch! —gritó Naruto, al primer contacto con el alcohol.

—¿Vas a gritas cada vez que te aplique alcohol? Miedosito.

—¿Yo, miedosito? ¡Tú nunca te animaste a salir de esta tonta torre! ¿Quién es el gatito miedosito aquí, eh?

—¿Gatito? ¿Te estás burlando de mis orejas, idiota?

Sasuke tironeó un poco más de lo necesario del brazo que estaba curando, solo para molestarlo. Naruto, sin embargo, en lugar de enfadarse estiró el otro brazo hacia su cabeza.

—Para nada, solo hacía referencia a que no hayas salido de este lugar tan chiquito, con lo linda que es la libertad. Pero, respecto a tus orejas… nunca podría burlarme de algo tan bonito.

Y, acto seguido, empezó a acariciarlas. Sasuke se puso tenso, todo su cuerpo preparado para la huida, pero la sensación era tan agradable que finalmente decidió fingir que no lo había notado. Concentró su vista en el botiquín y el dedo en el cual estaba poniendo una bandita adhesiva, como si no sintiera nada. Cuál no fue su sorpresa al reconocer que otras partes de su ser delataban que sí estaba sintiendo algo: había empezado a ronronear. Se quedó duro y miró de reojo a Naruto, con la vana esperanza de que se tratara de un sonido que solo él escuchara. No obstante, la gran sonrisa del rubio, junto con el claro sonrojo que tenía, expresaban con claridad que no solo lo estaba escuchando sino que además le gustaba bastante ese sonido.

—Creo que te agrada que te acaricien aquí, ¿verdad, gatito?

—Cállate, usuratonkachi. Es una reacción automática, no significa nada. Y si me sigues llamando gatito voy a arrojarte por la ventana por la que tan difícilmente trepaste.

—Bueno, si no me dices tu nombre, no puedo más que llamarte gatito. Oye y acabo de descubrir que también tienes una cola, mira cómo se mueve feliz por mis caricias.

—¡No es eso! ¡Mi cola solo se mueve porque… porque sí! ¡Y me llamo Sasuke! ¡Llámame Sasuke, maldita sea!

—Ok, ok, Sasuke-cuyas-orejas-y-cola-se-mueven-solas…

—¡Sasuke, solo Sasuke!

—No puedo creer que realmente estés enojado si a la vez estás ronroneando, Sasuke.

Sasuke apretó los dientes, cada vez más molesto, pero a la vez era cierto que la sensación en su cabeza lo estaba desarmando. Tenía la urgencia de caminar en círculos y enroscarse en torno a Naruto. ¿Qué estaba pasando? ¡Nunca había querido hacer cosas tan tontas antes! Pero en la medida en que el rubio continuó con sus caricias, ya no pudo resistirse. Soltó el botiquín y se refregó contra Naruto, mientras el sonido de su ronroneo se incrementaba cada vez más.

El rubio también estaba anonadado, porque lo cierto era que el sentimiento que le despertaba ver a Sasuke así era muy distinto de lo que había sentido en el pasado cuando su padre le presentaba alguna princesa o marquesa para convencerlo de casarse. Aunque esas chicas eran muy bonitas, nunca le habían resultado tan tiernas y atractivas como lo era ahora Sasuke, ya casi recostado sobre él, para permitirle mayor alcance a sus mimos.

—Oye… esto… ehm… es bastante agradable, ¿no?

—Mhnn… —masculló Sasuke, aún renuente a admitir lo obvio.

—Sabes… estoy contento de haberme escapado de casa.

—¿Ah, sí? ¿A pesar de todas las heridas que te hiciste?

—Eso no tiene importancia… todo ese lío valió la pena si me permitió conocerte.

—¿¡Qué dices!?

—Sí… nunca había sentido esto antes.

—¿Qué cosa?

—No sé bien cómo explicarlo…

—¿No será esa palabra rara de la que hablaste antes?

—¿Cuál?

—¿E-ena… enamorado?

Naruto se sonrojó violentamente y bajó la mirada hacia él.

—¿Tú dices?

—Yo no digo nada.

Naruto rio en voz baja.

—Tal vez tengas razón…

Mientras hablaban, sus rostros se iban aproximando, sin saber bien qué buscaban pero sin poder apartarse. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de… ¿de qué? No lo sabemos, porque justo en ese momento Orochimaru abrió la puerta de un golpe.

—¡Sasuke-kun! ¡Quién es ese extranjero al que has permitido entrar en nuestra torre! ¡Sabes que tienes prohibido abrirle la puerta a alguien más!

De la sorpresa, Sasuke dio un salto para alejarse de Naruto. No obstante, las palabras de Orochimaru no le gustaron para nada y, muy al contrario, le hicieron tomar conciencia del encierro en el que vivía. Naruto, por su parte, se sintió muy incómodo al descubrir que había alguien que trataba a Sasuke como si fuera de su propiedad. Se enojó tanto que de pronto se supo capaz de cualquier cosa antes de permitir que Sasuke siguiera a merced de ese viejo brujo. Extendiendo un brazo, tomó la mano de Sasuke rápidamente.

—Sasuke… ¡no tienes por qué vivir más aquí! ¡Eres una persona libre, como cualquier otra! ¡Ven conmigo!

Y tiró de él, hacia la ventana. Orochimaru no se las haría tan fácil, por lo que les arrojó unas serpientes mágicas que buscaban atrapar sus pies.

—¡Sasuke, no puedo creer que permitas que un desconocido te dé órdenes de esa manera! ¡Tú, que eres tan orgulloso! ¡Suéltate de su agarre!

Eso enfadó a Sasuke, ya que los deseos de libertad ya estaban instalados en su corazón.

—¿Quién dijo que no soy yo quien quiere irse, viejo? —exclamó—. Naruto solo está haciendo lo que yo le pedí.

Y entonces, movió su cola para atrapar con ella a las serpientes.

—¿No era que solo se movía de forma automática y que no tenías control sobre ella? —dijo Naruto, divertido.

—Cállate, no es momento para hablar de eso, debemos bajar por la ventana…

—¿Y cómo haremos eso?

—¡Usa mi cabello!

Sasuke arrojó su cabello por la abertura y Naruto bajó por allí como por una soga. Luego alzó las manos para atrapar a Sasuke, que simplemente se lanzó sobre él. Aunque se dieron un buen golpe, aún estaban en condiciones de escapar.

—Espera, si vamos solo corriendo Orochimaru nos atrapará, porque tiene el caballo más rápido de la región.

—¿Ah, sí?

—Sí, debemos robárselo, yo sé dónde está y como me tiene mucho aprecio, seguro me permitirá montarlo.

Corrieron hasta unos establos y Sasuke llamó: "¡Itachi!". Pronto se acercó un bello corcel negro, como si quisiera que el muchacho le palmeara la cabeza.

—Así es, buen chico… ¿puedes llevarnos a Naruto y a mí más allá de la frontera?

El caballo solo se inclinó un poco para que pudieran subirse. Ya montados allí, emprendieron la huida.

—Y ahora, ¿adónde vamos? —preguntó Sasuke, que no conocía nada de aquel territorio.

—Mmm eso depende…

—¿De qué depende?

—Bueno… como te dije… yo tengo un reino pero solo podré volver a él si me caso.

—Ah… entonces… ¿vas a irte allí a casarte y me dejarás aquí?

—¡Claro que no, -ttebayo! Pero para saber qué hacer necesito que me des una información importante.

—¿Cuál?

—Bueno, resulta que solo puedo casarme con alguien de la nobleza.

—Ajá…

—Así que me preguntaba… ¿eres príncipe o algo?

—¿¡Me estás proponiendo matrimonio!?

—¿Puedes responder la pregunta, -ttebayo?

—Pues sí… sí soy príncipe… o al menos así siempre me lo ha dicho Orochimaru, aunque decía que mi familia era perseguida y que por eso debía protegerme en la torre.

—Ya veo… pero creo que ese Orochimaru solo quería guardarte para sí. Si eres un príncipe, podrías casarte conmigo y entonces podríamos heredar el bonito Reino del Fuego, ¿qué opinas? Pasarías de tener solo una pequeña torre a tener todo un país, no suena tan mal, ¿o sí?

—Mmh… en realidad… es cierto, no suena tan mal.

Y así, mientras las orejas de Sasuke chocaban ligeramente contra el cabello de Naruto, continuaron cabalgando hacia el horizonte, con sus problemas resueltos y abriendo el camino a nuevas aventuras.

* * *FIN * * *

Notas de Autora: me gustaría volver a escribir en vivo pero por ahora no he encontrado muchas personas dispuestas a participar. Si ustedes que están leyendo esto quisieran sugerirme ideas de escritura en una de estas actividades, avísenme a ver si reúno suficiente público, je. La idea sería hacerlo por Facebook.