Desde aquella noche maldita...

Introducción

Éste fanfiction relata una historia de sentimientos, pasiones, secretos, mentiras, traiciones, intrigas... habla del horror que puede suponer una existencia maldita. Habla de oscuridad... y habla de luz. De perdición y de esperanza.

Esta historia tiene dos protagonistas, que pasaré a presentar brevemente:

Gwendoline Bathory, más conocida como Gwen, es una joven de 22 años en el Nueva York de principios del siglo XX. Vive con su madre, en una enorme casona de estilo victoriano propiedad de sus abuelos maternos. No conoce a su padre. Éste les abandonó a ella y a su madre cuando Gwen misma contaba con la tierna edad de 4 años, sin un motivo aparente, dejándolas sin dinero. Por suerte, pudieron sobrevivir gracias a la ayuda de amigos y familiares.

La vida de Gwen ha estado siempre marcada desde el principio por el secretismo y las mentiras de su madre, quien, ocultando el vergonzoso secreto del abandono de su marido, se inventó que había enviudado y se habían encontrado con que no quedaba nada de la fortuna de su esposo, que era considerable. De este modo, quedaban ocultas bajo una máscara de respetabilidad y de buena familia, y así, ha vivido la vida monótona y triste de alguien que no ha conocido amigos verdaderos jamás. Su único consuelo y pasión es la pintura, a la que se dedica en cuerpo y alma. El mayor deseo de Gwen (dejando aparte el hecho de conocer a su padre) es no casarse jamás y convertirse en una artista de renomre, algo que entra en contradicción con la moral conservadora de su madre.

Wilhelm Shrader es un vampiro, perteneciente al clan Toreador y a la 9ª generación de Caín. Procedente de Viena, ciudad en la que nació hara cosa de dos siglos, su sueño cuando aún vivía también era ser reconocido por su talento. Ese sueño se cumplió cuando conoció a su sire, el vampiro que le convirtió en lo que es ahora. En poco tiempo, se vio colmado de gloria y alabanzas por sus obras, muy variopintas todas ellas.

Pero así como obtuvo el reconocimiento y el prestigio muy pronto, también conoció pronto la tragedia y el dolor, un dolor más hondo que el que ningún mortal ha experimentado jamás. Esto tuvo como consecuencia que el caracter se le agriara, las ilusiones se desvanecieran y su visión y sus obras se distorsionaran lentamente con el paso del tiempo. Muy pragmático pese a ser de un clan de hedonistas y vividores, Wilhelm nunca se ha interesado por los mortales más allá de su belleza o de sus capacidades artísticas, y ni siquiera deja que esto le afecte. Lo que realmente admira y ha admirado, más que el arte en sí, es la maravilla de una vida inmortal... un arma de doble filo.

Estos personajes, en principio tan dispares, cruzarán sus destinos una noche, y desde entonces, todo cambiará para ellos de forma radical, para bien... o para mal.

ADVERTENCIA:

Estos personajes han sido creados por mí, basados en el juego de rol de Vampiro: La Mascarada. Toda la terminología y conceptos referentes a los vampiros pertenece a White Wolf, creadores de la serie Mundo de Tinieblas. Y todo lo demás, es pura ficción salida de la retorcida mente de los jugadores. Ésta historia ha sido adaptada de unos post originales en el foro de RPG Mist City.

Dedicatorias:

Dedico ésto y agradezco muy especialmente a Andrés, el usuario de Wilhelm y "co-escritor" de esta historia, por haber adoptado a este personaje que tantos dolores de cabeza me ha dado (en su creación como en todo lo demás), y por su imaginativa y su don para la narrativa a la hora de escribir esto. Ah, y por soportarme, que ya es un mérito... xD! Gracias!

También lo dedico a todas las personas que habéis estado presentes en la creación, evolución y desarrollo de Gwen, mi personaje, que por los años que tiene debería ya ser considerada una antediluviana (XDDD). Gracias a todos, que no sois pocos. Y para terminar, a Thuringwethil, estés donde estés, por haberme introducido en el juego de Vampiro y en Mundo de Tinieblas.

Sin más que decir, disfrutad.