Hola a todos... me gusta experimentar... así que esta vez será un Harry/Hermione, dedicados a todos los que les guste esta pareja... y veremos que tal me va...
LA MUJER QUE ME ROBE
La campiña comenzaba a florecer y la hierba ya había crecido lo suficiente como para reverdecer el pálido suelo de aquella región montañosa. El viento fresco acariciaba las copas de los árboles y hacia danzar suavemente a las nubes del claro cielo azul. Un sol brillante se asomaba cálidamente, abrazando sin reservas a dos personas que iban caminando por un sendero pedregoso.
-Esta comenzando a hacer calor... debimos haber usado los polvos flu... se quejo un joven de tez morena, mientras se quitaba la túnica y la colocaba doblada en su brazo.
-Deja de quejarte Henry, ya te dije que no se si la chimenea de la casa fue sellada... le reprocho una joven de largos cabellos castaños y hermosos ojos verdes... además fuiste tu él que quería caminar ¿no?...
-Si... porque confié en tu palabra Lily... dijo Henry indignado... me dijiste que la casa quedaba cerca del camino principal... y ya llevamos casi media hora de camino
-¡Que exagerado!... bufo Lily apurando el paso... mientras mas refunfuñes mas pesado se te hace...
Henry suspiro resignado. No entendía en que momento su novia lo había convencido para ir hasta ese lugar. Pero ya de nada valía el arrepentimiento. Agudizo un poco la visión, al ver una rustica casa que se alzaba sobre una pequeña loma, luego de atravesar un pequeño puente de madera.
-¡Allá esta la casa!... ¡mi casa!... donde crecí... donde pase los mejores años de mi vida... dijo Lily exaltada.
Atravesó corriendo el puente y rápidamente llego hasta la vieja verja, derruida por el tiempo. Henry troto hasta llegar a su lado. Observo con detenimiento el lugar. No dudaba que en algún tiempo pasado, el lugar debió haber sido un lugar de ensueño. Una casa de estilo colonial, rodeada de un amplio jardín y el paisaje campestre.
Lily no se detuvo mucho tiempo frente a la casa. Entró sin mas demora. Henry la siguió.
La casa estaba vacía. Solo algunos muebles arrumados en una esquina, hacían recordar que algunas vez fue habitada. Las cortinas raidas y sucias colgaban de las paredes, y gruesas telarañas cubrían los techos y las esquinas.
Una escalera de caracol invitaba al segundo piso, pero algunos de sus peldaños estaban rotos y la baranda amenazaba con caerse al mas mínimo roce.
-¿Por qué tus padres no vendieron esta propiedad?... pregunto Henry curioso... pudieron haberles dado un buen dinero por ella... pero ahora quizás no valga mucho.
-No lo se... contesto Lily sin dejar de detallar todo a su alrededor... solo se que mi madre nunca quiso venderla... decía que sus paredes guardaban demasiados recuerdos.
Exploraron la casa poco a poco.
-¡Hey Lily!... ¡ven a ver esto!... grito Henry desde el fondo de una habitación del segundo piso.
Cuando la joven se asomo por la puerta, vio que su novio arrastraba un viejo y oxidado baúl fuera de un armario empotrado en la pared.
Lo toco con manos temblorosas, delineando con la punta de sus dedos, una enorme "H" y una "G", que labradas sobre la tapa, aun no perdían su relieve.
-Es el baúl escolar de mamá... exclamó emocionada.
Y sin poder esperar, lo abrió. En su interior habían varias túnicas del uniforme, un caldero, un telescopio, plumas, y varios libros de tapas duras. Lily se sentó en el suelo y fue sacando cada objeto con sumo cuidado, casi de forma reverencial. Henry la imito y se coloco a su lado.
-Woow... cuantos apuntes... comento el joven mientras pasaba las hojas de un grueso cuaderno... de verdad tu madre era una estudiante aplicada, como dice tu tía Ginny, una sabelotodo
Lily esbozó una sonrisa, y una pequeña lagrima rodó por su mejilla al recordarla. Una mujer de carácter, pero sensible y soñadora. Tan educada, disciplinada, tan ordenada, defensora de los mas débiles, dispuesta a ayudar en todo momento. Que gran mujer había sido su madre.
-Tu padres se conocieron en el colegio ¿no?... dijo Henry interrumpiendo sus pensamientos... fue allí donde se hicieron amigos del famoso Harry Potter ¿verdad?
-Si... mis padres fueron sus mejores amigos... afirmo Lily, mientras tomaba un libro al azar del montón que yacía en el fondo del baúl... él fue el padrino de la boda... pero nunca lo conocí, solo se de él, lo que mamá me contaba.
-Dicen que era un hombre solitario, un tipo misterioso... comento Henry... nunca se caso, ni tuvo familia... y por lo que he leído fue un héroe, que venció al mago tenebroso Lord Voldemort... que rescato a su padrino del Velo de la muerte...
-Se cuentan muchas cosas de él... le interrumpió Lily dejando a un lado el libro para tomar otro que había llamado su atención... algunas quizás mentiras, otras realidad... es una leyenda... y como tal nunca sabremos hasta que punto se mezclan la verdad y la fantasía.
-Tienes razón...
Henry continuo hablando, pero Lily no le prestaba atención. Tenia entre sus manos un libro abierto, que para su sorpresa, parecía mas bien un diario. Lo miro con detenimiento y comprobó emocionada que aquella pulcra caligrafía, era la de su madre, y que aquellas paginas estaban llenas de relatos sobre su vida.
Detuvo su lectura en un día en particular:
"...Cuando Harry me ayudo a subirme a Buckbeak, mi corazón comenzó a latir muy rápido, y por un momento dude, y aun dudo si fue por la idea de volar sobre el hipogrifo o si fue por estar tan cerca de él... pero eso no puede ser... porque Harry es mi amigo..."
Una extraña sensación se abrió paso en el corazón de Lily al leer aquello. Varias paginas mas adelante, pudo leer:
"... Víktor ha sido tan caballeroso, tan amable... pero me ha dolido mucho que Ron me hubiese acusado de estar ayudándole en la próxima prueba...yo solamente podría ayudar a Harry... ¿por que Ron será tan majadero?... si él supiera cuanto hubiese preferido haber sido su pareja... o la de Harry... si... no puedo negármelo... también me hubiese gustado ir del brazo de Harry... se veía tan atractivo con esa túnica de gala... solo en ese momento reconocí cuanto han llegado a inquietarme esos ojos verdes, esa sonrisa..."
Lily se asusto aun mas. Escogió otra hoja al azar...
"...tengo la sospecha que esa Rita Sckitter esconde algo, y como que me llamo Hermione Granger que lo averiguare; como se ha atrevido a inventar todas esas mentiras sobre Harry y Yo... pero... sin embargo... oh... ¿por qué he soñado despierta con la idea, de que tan solo por un momento, esas mentiras se hagan realidad?... ¿por qué he deseado ser en realidad la novia de Harry?... si él solo es mi amigo... mi mejor amigo"
El corazón de Lily latía mas rápido de lo normal, y su garganta estaba algo reseca. Se salto varias paginas para continuar leyendo
"...hoy me despedí de Harry en la estación, y me atreví a darle un beso. Fue en la mejilla. Pero fue tan increíble sentir el calor de su piel en mis labios..."
Lily cerro de un golpe el diario. Henry se sobresalto, y volvió su mirada en busca de una explicación, pero se sorprendió al ver que su novia estaba lívida.
-Cariño ¿qué te ocurre?... te sientes bien?... pregunto tomándola del brazo.
-Estoy bien... creo que es mejor que nos vallamos... dijo Lily sin mayor explicaciones.
Henry volvió a colocar las cosas dentro del baúl. La chica miraba el diario, mientras se debatía entre el deseo de lanzarlo por la ventana o el deseo de continuar leyendo lo allí escrito. Aunque la segunda opción, abría la posibilidad, de que llegase a descubrir algo que, tal vez seria mejor dejar en el pasado. Pero ya era tarde. Su curiosidad se había despertado. Quería saber hasta donde había sido capaz de llegar su madre, por esa extraña atracción hacia el tal Harry Potter, y si es que solo había sido una simple atracción.
Estaba en su cama, entre sus sabanas, con el diario sobre su pecho, luchando consigo misma, por no seguir inmiscuyéndose en el pasado de su madre. ¿Y qué mas daba, si en realidad había sentido una atracción por su amigo?. Eso era pasado, y eso en nada cambiaria el amor que su madre le había dado y el que ella le había profesado. Además fue su padre a quien ella escogió al final, así que de seguro aquello solo fue algo momentáneo, una duda juvenil, que se puede tener en un momento de inmadures. Sin embargo otra vez la curiosidad la embargaba. Abrió tímidamente el diario y leyó las primeras líneas de un día cualquiera
"...Harry beso a Ginny delante de todos, en la sala común, y aunque reconozco que están hechos el uno para el otro, y que no hay mejor chica para él que ella, no puedo evitar sentirme así... estoy tan confundida... hasta pensaba que amaba a Ron, porque los celos que sentí al verlo junto a Lavander me hicieron comprender mis sentimientos hacia él... pero... esto que ahora siento, lo confunde todo... porque no se como describirlo... es como si hubiese perdido una parte de mi... es como si mi corazón quedara incompleto, porque la otra mitad esta con Harry..."
Lily volvió a cerrar el diario. Miro de lado, hacia una foto sobre su mesa de noche, donde su padre y su madre saludaban alegres. Ahora estaba mas confundida. Seria acaso posible que su madre hubiese engañado a su padre durante todos los años que estuvieron juntos. No podía creerlo. No. Definitivamente no podía ser así.
Abrió el diario una vez mas. Y se topo con un sobre amarillento. Lo abrió sin vacilaciones. Era una carta. Una carta de su madre, para ella.
"Querida hija mía...
Si estas leyendo estas líneas, es porque sin duda alguna, mi diario esta entre tus manos en este momento... y no quiero que pienses que me molesta. No, al contrario, me siento dichosa, de que por fin pueda abrir mi corazón contigo pequeña mía. Me imagino que muchas preguntas y dudas rondaran tu cabecita en estos momentos... por tal razón creo conveniente que te ayude a contestarlas y disiparlas. Por ello te invito a dejar de leer por un momento esta carta o el diario y me permitas mostrarte algunos hechos que mucho tienen que ver contigo... por ello mi pequeña Lily... deja ahora esta lectura y toma la vasija que descansa sobre el aparador de tu estudio... la que te regale cuando decidiste mudarte sola... luego usa tu varita e introdúcela en el interior de la vasija... y déjate llevar por mis recuerdos...
Lily hizo lo que su madre le indicaba en la carta. Coloco la vasija sobre la superficie de madera de la mesa del estudio, introdujo su varita y revolvió el contenido. El interior se lleno lentamente de una sustancia etérea de color azul plomizo, la cual fue arremolinándose hasta que una figura surgió de allí. La joven bruja se asusto al ver como la figura tomaba la forma de su madre.
-Hola mi querida pequeña... dijo la figura con el mismo tono de voz de Hermione Granger...
-Ho...ho...la... saludo Lily abrumada por lo que veía. Su corazón comenzó a latir rápidamente y una lagrima rodó por su mejilla. Aun no superaba la perdida física de su madre y ahora la tenia allí tan cerca y aparentemente tan real.
-Tranquila hija mía... soy solo un recuerdo... el recuerdo que yace en tu corazón... le explico la figura... use un antiguo hechizo, por si llegaba a pasarme algo, antes de poder contarte algunas cosas.
-Ósea ¿qué ya tenias todo esto previamente planeado?... pregunto asombrada la joven.
La figura sonrió complacida.
-No podía esperar menos de ti mamá... dijo Lily correspondiendo a la sonrisa... y me alegro que así halla sido, porque tengo muchas preguntas que hacerte, y me gustaría que me explicaras algunas cosas...
-Ven hija... demos un paseo por el pasado... y allí podré explicarte y responder a todas tus preguntas...
-Eso es un pensadero?... pregunto Lily cuando se acercaron a la vasija.
-No mi pequeña... contesto la figura... es el pasado convertido en realidad...
Lily no entendió el significado de aquella palabras, pero siguió a la figura de su madre y se dejo adsorber por la sustancia etérea que aun se arremolinaba alrededor de las paredes de la vasija.
Sintió una presión sobre su cuerpo al girar por entre la sustancia, sabia que estaba cayendo, por lo que sintió pánico, pero no tuvo tiempo de gritar, ya que todo ocurrió muy rápido. Un golpe en su costado derecho le indico que había caído sobre una superficie dura. Abrió sus ojos y miro a su alrededor y con sorpresa vio que estaba en la cocina de su casa materna. Pero no era como la recordaba.
-Vamos pequeña levántate... le indico la figura... no te ensucies el vestido
Lily así lo hizo, sin poder evitar sonreír, aun siendo un recuerdo, su madre no podía dejar de mandar. Se limpio el sucio de su falda con la mano, pero al escuchar una voz se enderezó y volvió su mirada hacia la puerta.
-Esto no puede ser... no consigo mi varita...
-De seguro esta en la cocina Ron...
Un Ronald Weasley de unos treinta y tantos años entro a la cocina. Lily sonrió emocionada al ver a su padre.
-No la encuentro... grito Ron dando una rápida mirada a su alrededor.
Una Hermione mucho mas joven entro en la cocina. Lily se sorprendió al verla. Llevaba un vestido floreado, que le quedaba muy holgado, tal vez era una talla mas grande, un delantal atado a su cintura, el cabello recogido en un moño detrás de su cuello y unas zapatillas negras sin tacón.
Lily la detallo sin poder creer lo que veía. Aquella mujer no podía ser su madre.
-¿Esa eres tu?... pregunto a la figura
-Si... esa soy yo... contesto con un dejo de melancolía.
-Pero no puede ser... te pareces a la abuela Molly... debe haber una equivocación... tu jamás te pondrías un vestido como ese... ni esos zapatos... no... definitivamente esa no eres tu
-Claro que lo soy mi pequeña... dijo la figura mientras se acercaba a Lily... ahora voy a pedirte que entres en mi... solo déjate llevar... porque es necesario que conozcas cada detalle
Lily no entendió aquellas palabras. Y no tuvo tiempo de reaccionar, solo sintió, cuando la figura de su madre la envolvió en un abrazo, un escalofrió y de pronto comenzó a observar todo de forma diferente. Podía conocer y experimentar los sentimientos de su madre como si fuera ella.
-Aquí está Ron... dijo Hermione algo cansada mientras le mostraba la varita mágica a su esposo... te dije que aquí estaba
-¿Qué haría yo sin ti?... pregunto risueño Ron mientras le guiñaba un ojo... bueno ahora si podré disfrutar de mi desayuno...
Ron se sentó a la mesa, y Hermione comenzó a servirle el desayuno. Cuando ella se dispuso a sentarse, ya su esposo había terminado de comer y procedía a levantarse de la mesa. Ella lo miro por un instante. Sus ojos denotaban la molestia que aquello le había causado, sin embargo suspiro resignada. No era la primera vez que pasaba, ya debía de estar acostumbrada a que su esposo la dejara comiendo sola.
-Me voy... se me hace tarde... por cierto, no me esperes despierta, hoy voy a llegar algo tarde... le comunico Ron mientras se colocaba la capa de viaje
-Y se puede saber el por qué?... pregunto ella con molestia
-Hay una reunión en el ministerio... tu sabes... esas fiestas aburridas... contesto él sin darle importancia al asunto.
Hermione bajo la mirada, y con su tenedor aplasto una salchicha contra el plato frustrada. De pronto recordó algo y levantándose rápidamente de la silla, caminó hasta un almanaque que colgaba de la puerta trasera de la casa. Lo leyó. Y luego salió corriendo hacia la sala, donde Ron procedía a lanzar polvos flu dentro de la chimenea.
-Hoy es la fiesta de Halloween del ministerio... recordó Hermione tomando a su esposo del brazo... ¿por qué no me lo recordaste?... y como es que tu vas a esa fiesta sin mi?
-Esas fiestas son muy aburridas...sentencio Ron sin mirarla... ¿qué vas a hacer tu allá?
-¿Cómo que...que...?... pues ver a mis amigos y amigas... reunirme con ellos, hablar, bailar, divertirme, pasar un rato diferente para variar... reclamo Hermione furiosa
-Pero querida... ¿que puedes hablar tu con Pavarti, Luna o Hannah?... dijo Ron en tono burlesco mientras la veía compasivo... ellas no saben nada de recetas de cocina, ni de polvo para fumigar los cetos, ni de los últimos chismes de la farándula...
Hermione lo miro resentida y dolida, mientras hacia el esfuerzo por no llorar, pero Ron no se fijó, como siempre, que sus palabras herían el corazón de su esposa, porque continuo impasible
-Ellas solo saben hablar de finanzas, de licitaciones, de sus viajes, de sus hijos... te aburrirías... Mejor te quedas aquí en tu casita, como una buena esposita, y me esperas en la camita...
-NO... NO VOY A ESPERARTE EN NINGUNA CAMITA... RONALD WEASLEY... ESTOY CANSADA DE QUE ME TRATES COMO A UN OBJETO... grito Hermione con enojo... NUNCA ME DEJAS ACOMPAÑARTE... SOLO ESTOY AQUÍ PARA SER TU SIRVIENTA... YO NO ME CASE CONTIGO PARA ESTO... YO FUI LA NUMERO UNO DE MI PROMOCIÓN, FUI UN PREMIO ANUAL...
-Oh por favor Hermione no empieces otra vez con lo mismo... dijo Ron cansado... entiende que eso es pasado... ahora tu presente soy yo, nuestra casa, nuestro hogar
-Y te has preguntado alguna vez, si yo estoy conforme con este presente... le pregunto Hermione, mientras lagrimas surcaban sus mejillas.
Ron dejo caer los polvos flu sobre la alfombra. La miro asustado.
-¿Qué... qué quieres decir con eso?
-Quiero algo mas que seguir encerrada entre estas cuatro paredes... necesito ocupar mi tiempo en otra cosa... le pidió ella
Ron suspiro aliviado y sonriendo dijo
-Ya hablaremos de eso luego... ahora me voy... hasta mas tarde... y por favor limpia eso... dijo señalando hacia la alfombra... a veces soy tan torpe.
Se dio la vuelta y desapareció por la chimenea. Hermione se seco las lagrimas y empuñando su varita mágica, de forma diligente, hizo desaparecer los polvos flu que ensuciaban la alfombra. Luego de regreso en la cocina, se sentó derrotada en la silla y descansando sus brazos sobre la mesa, comenzó a llorar de nuevo.
¿Qué había pasado con sus sueños?
¿Cómo había permitido que todo se hubiese quedado en el olvido?
Ciertamente aquella no era la vida que ella había planificado para si.
En un principio asumió sus renuncias, como un acto de amor hacia su esposo y por el bien del nuevo hogar que estaban formando. Pero luego de diez años de matrimonio, ¿En realidad era un hogar lo que mantenía al lado de Ronald Weasley?
Levanto los ojos llorosos y miro a su alrededor. El silencio la golpeo con fuerza. Detallo luego sus manos. Quien hubiese creído que esas manos que tan magníficamente conjuraban hechizos de difícil ejecución para la mayoría de los magos de sangre pura; ahora solo servían para conjurar hechizos de limpieza y aseo.
No podía entender lo sumisa que se había vuelto. Recordó por un momento sus riñas con su antiguo amigo, quien ahora era su flamante esposo. Y de nuevo la renuncia fue la única explicación posible. Segura estaba que si al menos tuviera un hijo que amantar, al cual vestir, ayudar a crecer y sobretodo amar, sus días no serian tan asfixiantes.
Sin deseos de seguir llorado, comenzó sus tareas hogareñas.
Ya al final de la tarde de aquel día, se baño y se sentó a descansar en un mullido sofá frente a la chimenea. Mientras tejía, esperaría la llegada de Ron, porque había meditado algunas cosas que quería poner en claro de una vez por todas. Sin embargo, contrario a lo que pensó, la espera no resulto tan larga. Cerca de las ocho de la noche Ron hizo aparición por la chimenea.
-Y eso?... te esperaba hasta mucho mas tarde... confeso Hermione mientras se ponía en pie para recibirlo.
Aunque fue cortés, y le ayudo a quitarse la capa de viaje, aun el rencor yacía en su corazón. Ron pareció notarlo, por que apenado dijo, mientras tomaba el rostro de su esposa entre sus manos
-Es que no me gusta estar lejos de ti... además se que te quedaste molesta conmigo y eso me tuvo preocupado todo el día.
Le dio un suave beso en los labios. Hermione aparto un poco la cara y son resentimiento le dijo
-Tan preocupado que no pudiste siquiera enviar una lechuza, para corroborar si aun seguía aquí.
-Hermi... ¿qué te pasa?... ¿qué te ocurre?... pregunto Ron sumamente contrariado... últimamente estas tan agresiva conmigo... no me sonríes como antes... ya no me haces el amor... solo te dejas hacer...
-Caramba... esto si es que una sorpresa... el señor se ha dado cuenta que solo él disfruta del sexo... bufo Hermione dolida... pero que gran contrariedad... claro si solo tienes tiempo para tu trabajo, para el quidditch... y para esa estúpida asociación
-¿Qué tiene que ver la Asociación con tu mal humor?...pregunto Ron sorprendido
-Ya ni siquiera vale la pena pelear contigo... exclamo Hermione mientras se sentaba pesadamente en el sofá... siempre has sido tan lento para entender las cosas.
"No se como me case contigo... si tan solo hubiese pensado mejor las cosas aquella tarde", pensó Hermione mientras Ron la observaba frunciendo el entrecejo, buscando una explicación a toda aquella situación.
De pronto el rostro de Ron se ilumino y sonriendo dijo
-Ahora entiendo... estas celosa... claro es eso... estas celosa... por todas esas brujas que están en la Asociación...
Hermione lo miro fastidiada. ¡Que lejos estaba el pelirrojo de comprender la verdad!. No eran celos lo que sentía. Era un completo y total aburrimiento. Era hastió y cansancio lo que la abrumaban desde hacia tiempo y que ahora le hacían dudar sobre la decisión que había tomado. Hasta le estaban haciendo dudar que realmente amara a su esposo. Pero y entonces ¿por qué seguía allí, encerrada entre aquellas cuatro paredes?
-Pero mi amor... dijo Ron con dulzura, interrumpiendo los pensamientos de ella... ¿como vas a pensar que yo puedo estar con alguna otra mujer?... si tu eres mi vida, la dueña de mi corazón, la primera, la única... te amo tanto que sin ti, nada tendría sentido para mi.
Hermione cerro los ojos al sentir los labios de Ron recorrer su cuello. No tuvo valor para seguir reprochándole. Y entonces lo entendió. Aun seguía allí por una sencilla explicación: sentía lastima de lastimar a quien decía amarla tanto y necesitarla tan desesperadamente. Sin embargo aquello no era suficiente razón.
Abrió los ojos, observo como Ron le abría la blusa y llevaba su boca hasta uno de sus pezones. Lo mordió bruscamente, haciendo que ella se quejara. Se disculpo torpemente, pero continuo devorando los pechos femeninos.
Hermione suspiro algo excitada y dejándose llevar acaricio los cabellos de él. Rápidamente quedo desnuda bajo el cuerpo de su esposo.
Y sin chance a disfrutar del preámbulo que antecede al encuentro intimo, Ron entro en ella y comenzó a moverse con violencia. La embestía rápidamente, dejando descansar todo su peso sobre Hermione, quien no tenia libertad de movimiento. Solo podía mover los brazos y los uso tratando de moverlo, de alejarlo un poco de ella, para poder así, responder a sus deseos de ser participe. Él busco sus labios y la beso desesperadamente, sin percatarse de lo que ella intentaba hacer. Ron gemía y gruñía con satisfacción al sentir que pronto llegaría al clímax. Hermione sintió como su esposo llegaba al orgasmo sin contar con ella, sin importarle en los mas mínimo si había obtenido el mismo placer que él.
Se separo y se sentó apartándose, mientras Ron respiraba entrecortadamente. Un vació se cobijo en su alma, mientras intentó acallar las sensaciones que en su bajo vientre aun latían intactas. Reprimió una lagrima; tomo su vestido del suelo y cubriéndose con él, se levanto del sillón
-No sabes lo feliz que me haces... susurro él mientras la tomaba por la cintura y la obligaba a sentarse sobre sus muslos... podría pasar toda la noche haciéndote el amor.
-Mañana tienes que trabajar... le recordó ella, tratando de evitar otro encuentro... será mejor que descanses.
-Oh si mañana... se me olvidaba... dijo Ron como recordando algo de pronto... mañana llega Harry del Oriente Medio... y voy a invitarlo a que se quede con nosotros, mientras consigue donde alojarse.
