Hermione cerro la puerta lentamente, dejando tras ella a su esposo profundamente dormido. Se acerco hasta el espejo que colgaba sobre el lavamanos del baño. Allí observo su rostro, con el dorso de su mano lo recorrió, mientras recordaba las palabras de Ron
-"Harry vendrá mañana"
Poco a poco bajo la mirada por su cuerpo y con horror pensó
-"No puede verme así... tan gorda... tan descuidada"
Sin pensarlo mas salió corriendo del baño y de la habitación, sin importarle si el ruido producido haría despertar a su esposo, pero no sucedió nada. El pelirrojo solo se dio la vuelta sobre si mismo y se arropo, roncando mas fuerte, si aquello era posible.
Casi corrió hacia la pequeña biblioteca, ubicada bajo la escalera. Dio un rápido vistazo a los libros que descansaban en los anaqueles. Tenia que haber algún libro que la ayudara. Necesitaba una rápida solución. En menos de doce horas debía recuperar su antigua condición física. Aunque en realidad no habían muchos que cambiar, solo algunos kilogramos de mas. Su principal problema radicaba en que había perdido los deseos de arreglarse.
Tomo un libro. Busco en el índice y encontró un capitulo que se titulaba: "Soluciones rápidas para defectos físicos irremediables por el paso de los años"
Hojeo las paginas rápidamente. Hasta que encontró algo que quizás podría ayudarla
"Siente que su cuerpo ya no es el mismo... ¿que hay de mas en donde debería haber de menos?... su ropa ya no se ajusta en el lugar preciso sino que esos molestosos rollitos se desbordan por doquier?... Entonces usted ha encontrado la solución... un hechizo rápido y efectivo que la ayudara en su voluminoso problema"
Hermione leyó las instrucciones para realizar el hechizo. Se mordió el labio inferior angustiada. ¿Y si el hechizo lejos de ayudarla, complicaba mas las cosas?. Se sentó en una silla cercana. Miro detenidamente su varita. ¿Valdría la pena arriesgarse de esa forma?. Cerro los ojos. Entonces unos ojos verdes se abrieron paso en su memoria, y tras ellos los recuerdos.
Aquel día en el gran comedor, reunidos en grupo comentaban sobre el próximo articulo que la reportera Rita Skeeter, publicaría en el diario El Quisquilloso, se imaginaban la cara de la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras. Pero luego de un rato, Hermione y Harry habían quedado solos. Ella miro hacia las puertas de roble, esperando a que Ron apareciera por allí, y vio entrar a Cho Chang. Inmediatamente miro de reojo a Harry y noto su reacción al ver a la chica. Curiosa pregunto como le había ido. Y para su sorpresa, sintió una inexplicable alegría al escuchar lo mal que todo había resultado. Intento indagar más y por supuesto el chico se lo contó con lujo de detalles. Tratando de hacer caso omiso al sentimiento que la embargaba, decidió, mas allá de sus deseos, aconsejar a su amigo, hacerle ver el error que sin querer cometió, como la buena amiga que era...
-...Y no habrías estado de más mencionar lo fea que me encuentras...
-Pero si yo no te encuentro fea...
El corazón de Hermione dio un vuelco. Soltó una carcajada, tratando de esa forma disimular al máximo su nerviosismo. El recuerdo de Ron llego a su memoria, y comenzó a hablar de él, para obligarse a si misma a borrar lo que estaba sintiendo. Sabia que el comentario de Harry había sido sincero y desprovisto de cualquier otro matiz que no fuera el de una amistad. Pero como evitar que su corazón latiera tan rápido, mientras las palabras resonaban en su mente: "Pero si yo no te encuentro fea"
De vuelta al presente, aun podía escuchar en sus oídos aquellas palabras. Se estremeció. Empuño la varita. Se puso en pie y sin titubeos invoco el hechizo.
Un leve hormigueo recorrió su cuerpo de pies a cabeza. Pestaño un par de veces, como esperando algo mas, pero ese algo no llego.
Confundida se toco las caderas y el abdomen. Y se sonrió. Al parecer el hechizo había hecho efecto.
Corrió de nuevo hasta el dormitorio. Sin pensarlo encendió la luz, se quito la ropa en silencio y se contemplo en el espejo que colgaba de la pared.
Sin embargo su mirada mostraba desilusión. No hubo gran cambio. Solo un poco menos voluminosas las caderas y un poco mas plano el abdomen, pero en realidad no veía que el hechizo hubiese hecho algo impresionante. Debió ahogar un grito al sentir de nuevo el hormigueo y ver como todo volvía a su estado natural.
Ya sabia ella que no se podían confiar en esos hechizos de segunda.
Un silbido tras ella le hizo dar un respingo
-¿Qué pasa preciosa?... pregunto un Ron que la miraba embelesado
Hermione se volvió hacia él, y mirándolo fijamente le pregunto
-Ron... dime algo... ¿estoy gorda?
El pelirrojo la miro de arriba abajo, detallándola, pero sin dejar de pensar, que clase de pregunta era aquella, y sobretodo a esa hora de la noche.
-Pero Hermi... a ¿que viene eso?
-Solo respóndeme... y quiero la verdad... le exigió ella
-Pues no... a mi me parece que estas bien... en realidad... muy bien... dijo Ron de forma muy sincera, a él siempre le había parecido que su esposa era hermosa, aunque no se lo hubiese dicho nunca
-No te creo... no lo dices en serio... dijo Hermione algo molesta, volviéndose a mirar en el espejo.
Ron se levanto y la abrazo por detrás. Subió sus manos hasta los pechos femeninos y apretándolos con ansias le susurro en el oído.
-No tendría porque mentirte... nunca lo he hecho
Sintió los labios de su esposo recorrer su cuello y con cierta resignación acepto sus cumplidos.
-Gracias... dijo intentando soltarse, pero no pudo, Ron la mantenía firmemente sujeta a él... eeehhh... Ron... creo que ya es tarde...
Pero él no entendió razones. Sin previo aviso la empujo, con cierta premura, sobre la cama y abriéndose paso entre sus piernas, se introdujo dentro de ella, haciéndola gemir pero no por placer sino por incomodidad. Era doloroso sentirlo así, bruscamente, sin un momento previo de calor y pasión. Cerro los ojos, tratando de concentrarse, de aceptar que aquellas torpes caricias no eran producto de un acto vil, sino de alguien que intentaba amarla a su manera.
Antes de que pudiera tomar conciencia de lo que Ron hacia sobre ella, él se tendió exhausto a su lado y besando tiernamente su cuello se dejo vencer rápidamente por el sueño.
Hermione suspiro profundo, reprimiendo de forma estoica sus ganas de llorar. Fijo su mirada en el techo, pensando que tal vez jamás volvería a tener razones para sonreír.
Al día siguiente, terminaba de doblar la ropa ya lavaba, cuando una lechuza gris entro rauda por la ventana. Traía un pergamino enrollado en su pata derecha. Hermione lo leyó
"Cariño... Llegare como a eso de las ocho... Harry vendrá conmigo...Besos... RON"Levanto la mirada del pergamino y vio el reloj de pared. Las manecillas marcaban las cinco menos cuarto. Horrorizada comprendió que solo quedaba menos de tres horas. Con un movimiento de su varita fue por cada rincón de la casa, acomodando cualquier detalle. Luego subió al dormitorio y se baño por mas del tiempo necesario. Se cambio de ropa infinidad de veces, hasta que frustrada escogió un túnica algo holgada de color melón y se recogió el cabello en una coleta. Se coloco algo de maquillaje, y se calzo unas zapatillas de tacón corto.
Suspiro resignada, mientras se miraba por ultima vez en el espejo. Se sentía fea y vieja. Un indescriptible deseo de desaparecer se acuno en su corazón, que no le hizo ver lo bonita y joven que en realidad era.
Voces provenientes de la parte baja de la casa, le hicieron comprender que su esposo y su amigo habían llegado.
No podía creer que volvería a verlo, después de tantos años.
Camino despacio hasta el borde de la escalera. Se asomo con disimulo y lo vio.
Allí estaba él. Tan atractivo pero tan sencillo como siempre. Llevaba una fina túnica color marfil y su alborotado cabello azabache. Se veía tan joven.
Ambos hombres volvieron su mirada hacia la mujer que permanecía de pie, tras el barandal de la escalera, en el segundo piso de la casa. Ella no pareció darse cuenta de que le sonreían, y la miraban sorprendidos. Se veía tan bonita. Una belleza real, al natural, sin aditivos. Pero solo uno de ellos suspiro, preso de añoranza.
-Hey Hermi...¿qué haces allí?... ven... Harry quiere verte
La voz de su esposo le hizo dar un respingo. Y tratando de controlar los nervios comenzó a bajar las escaleras, pero se quedo a medio camino, cuando sus ojos se encontraron con los de su amigo.
Harry le sonrió abiertamente y camino hasta ella. Se detuvo dos peldaños mas abajo, de donde ella se encontraba y sin dejar se sonreírle le dijo
-Hermione... estas hermosa... tal como te he recordado todos estos años
La morena sintió un calor intenso subir por su cuerpo hasta acumularse de golpe en sus mejillas. Sonrió nerviosa.
-Gracias Harry... agradeció ante lo que ella acepto como una mentira de su amigo... tu también te ves muy bien
Harry la tomo por la cintura y la abrazo con fuerza. Una oleada de frenesí invadió el corazón de Hermione, lo que la hizo corresponder al gesto con total entrega, recostando su cabeza en el hombro de él. Se separaron lentamente.
Sin poder dejar de mirarlo le sonrió. Pero de pronto recordó donde estaba y quien era. Busco la mirada de su esposo, quien los miraba complacido.
Bajo la mirada reprochándose a si misma, aquellas sensaciones que experimentaba. Se soltó del abrazo de Harry y rápidamente se unió a Ron.
El moreno también bajo la mirada, al parecer algo confundido.
-Te gusta nuestro hogar Harry?... pregunto Ron entusiasta... no es muy lujoso... pero es nuestro nidito de amor
Harry recorrió con la mirada el lugar, y con dejo de melancolía dijo
-Es muy bonito... los felicito
-Hermione te preparo una habitación... confeso Ron colocando su mano sobre el hombro de Harry... te quedaras con nosotros
Harry pareció sorprendido y mirando a Hermione dijo con recelo
-No quiero molestar... ya tengo alquilada una habitación en...
-No... nada de eso... tanto tiempo como un vagabundo... ya es hora de que experimentes un poco el calor de hogar... le reprocho Ron mientras servia unas bebidas
-Pero es que yo... no es mi intención incomodarlos... insistió Harry sin dejar de mirar a Hermione, quien se notaba visiblemente nerviosa
-Tonterias... Hermione es muy organizada en sus quehaceres domésticos... dijo Ron entregándole a Harry un vaso con whisky de fuego... para ella no representas ninguna incomodidad
Harry la miro con asombro, Hermione sonrió
-Si Harry... realmente nos gustaría que te quedaras... ha pasado tanto tiempo desde la ultima vez...
-Desde la ultima vez... repitió Harry sin poder evitar sonreír... hace ya tanto tiempo y sin embargo me parece que fue ayer...
Hermione se ruborizo ante el brillo de los ojos verdes del moreno, desvió su mirada, algo preocupada hacia su esposo, pero éste leía entretenido unos papeles que había sacado de su maletín.
-Y ¿qué hay para cenar?... pregunto Ron sin dejar de leer.
-Tu nunca puedes dejar de pensar en la comida... le reprocho Hermione molesta
-Lo siento cariño... pero yo soy así... y así me amas ¿no?... le recordó el pelirrojo guiñándole un ojo
Hermione no respondió, miro de reojo a Harry, cuya sonrisa se borraba y el brillo de sus ojos desaparecía.
-En un momento estará servida... dijo ella caminando hacia la cocina
-Yo te ayudo... se ofreció Harry dispuesto a seguirla
-Déjala Harry... ella sola sabe arreglárselas... es una experta ama de casa... dijo Ron despreocupado... ven Harry vamos al comedor... hay tanto de que hablar
-Hermione una experta ama de casa?... pregunto Harry, sin disimular su desconcierto siguiendo al pelirrojo.
-Si... ella es la señora de la casa... se ufanó Ron... todo lo tiene siempre listo... me cocina, me atiende, esta siempre dispuesta a...
-Pero tendrá alguien que la ayude ¿no?... interrumpió Harry antes de querer enterarse a que estaba siempre dispuesta Hermione... algún elfo domestico
-¡Elfo domestico!... bufo Ron divertido... Harry, olvidas que Hermione es una defensora de esas criaturas... además ella no necesita de eso...
-Pero Ron... ella esta en la casa todo el día?... es decir.. no trabaja?... pregunto Harry sin poder salir de su asombro...
-Trabajar?... para que?... yo le doy todo lo que necesita... dijo Ron algo ofendido.
-Bueno es que... yo pensé... bueno... fue Premio Anual... fue aceptada de inmediato en la Escuela de Juristas... intento explicarse Harry ante la mirada de su amigo... nunca me imagine que Hermione se quedara encerrada entre cuatro paredes...
-No esta encerrada entre cuatro paredes... repuso Ron molesto... ella es feliz siendo mi mujer... la señora Weasley...
Harry guardo silencio, no quería un enfrentamiento con su amigo. Sin embargo no pudo evitar sentir una extraña sensación de pesar en su corazón. Porque él muy bien sabia, que su amiga no podía ser feliz. La conocía. Quizás mas que nadie. Volvió sus ojos hacia la puerta de la cocina, y vio a Hermione cerrarla despacio. Podía jurar haber visto una lagrima escapándose de los ojos miel, lo que le hizo sentir aun mas pesadumbre, al comprender que quizás ella había escuchado parte de la conversación.
Hermione camino despacio hasta la estufa, y recostándose de ella, se cubrió el rostro con las manos. Cuan bien la conocía Harry. Sintió vergüenza de volver junto a ellos. No podría soportar su mirada, quizás de reproche, quizás de compasión.
-Hermi...tenemos hambre... apresúrate... casi grito Ron, haciendo que Hermione se sobresaltara.
-Voy enseguida... respondió con premura.
Hizo unas florituras con su varita e hizo desaparecer la comida, que inmediatamente apareció, sobre los platos, frente a Ron y a Harry.
El pelirrojo comenzó a servirse sin demoras, mientras Harry volvió su mirada hacia la cocina, esperando que ella saliera.
-Vafmoff... Haffrryf... sef... teff... intento decir Ron con la boca llena de comida, al ver que su amigo no comía, debió tragar fuerte para añadir… enfría la comida.
-Quiero esperar a Hermione... confeso Harry y sin disimular su ansiedad, se levanto y fue hasta ella.
Abrió lentamente la puerta de la cocina y la encontró terminando de decorar un pastel
-¿Por qué no vienes?... pregunto Harry acercándose... te estamos esperando.
-No te preocupes por mi Harry... coman... yo luego voy... dijo Hermione sin levantar su mirada del pastel
-No... yo quiero comer contigo... puntualizo Harry tomándola de la mano... deja eso para después.
Entraron de nuevo al comedor tomados de la mano. Ron ya había terminado de comer, y estaba ocupado leyendo el periódico.
Harry corrió la silla que estaba a su lado, para que Hermione se sentara. Ella así lo hizo.
Se miraron por un instante, antes de comenzar a comer.
-Debo confesar que hace mucho que no disfruto de una comida casera... comento Harry luego de varios minutos en silencio, mientras comían.
-Eso te pasa por querer ser un solteron... dijo Ron desde detrás del periódico
-Es que no he encontrado con quien... se defendió Harry volviendo su mirada hacia él.
-Querrás decir que no has querido encontrar con quien... le reprocho Ron sin mostrar su rostro.
-Si... lo reconozco... no he querido...
Harry bajo la mirada, pero luego la levanto y clavo sus ojos en Hermione.
Ella bajo el tenedor de nuevo al plato, al ver otra vez ese enigmático brillo en los ojos de su amigo
-Por qué tal vez la encontré... y torpemente la deje que se marchara... añadió Harry con melancolía.
Hermione se ruborizo y sus ojos huyeron de la intensa mirada de Harry.
-Ciertamente eso si es un problema... acoto Ron bajando el periódico... porque Ginny se caso hace dos años... así que perdiste tu oportunidad... pero hay muchos peses en el mar... si te empeñas conseguirás a la mujer ideal.
-Como tu lo hiciste... dijo Harry con cierto resentimiento.
Hermione lo miro algo asustada y luego se fijo en Ron, quien lo miraba con suficiencia
-Si... y no me costo mucho...
-Cuando uno no lucha por lo que quiere... cuando lo tiene no sabe valorarlo... enfatizó Harry dejando escapar así sus pensamientos
Ron frunció el entrecejo. Hermione los miraba alternativamente asustada y nerviosa.
-Es muy cierto amigo... dijo Ron volviendo a sonreír... pero soy un tipo con suerte... por cierto Hermi, donde esta mi postre... no pensaras dejarme a medias
-Lo dejo sobre la mesa... le informo Harry con tono serio... como Hermione no ha terminado de comer, podrías ir tu por él.
-No, no importa, yo lo traeré... intervino Hermione al ver la mirada poco agradable que Ron le dedico a Harry
Cuando la morena se metió en la cocina, Harry exploto
-¿Por qué eres así con ella?... le reclamo... es tu esposa, no tu sirvienta
-Pero... ¿yo qué hice?... se asombro el pelirrojo ante la reacción del moreno... solo pedí mi postre
-Pues tienes un par de piernas que pudieron hacerte ir hasta la cocina y buscarlo por ti mismo... continuo Harry molesto... ella aun no ha terminado de comer...
-Ya tranquilo... luego terminara... ella esta acostumbrada... dijo Ron desestimando el asunto.
De pronto sobre la mesa aparecieron trozos de pastel, que Ron no tardo en engullir.
-Eres un desconsiderado... no entiendo como te soporta... dijo Harry indignado apartando su plato, había perdido el apetito.
-Hey... pero no soy tan malo... además ella también tiene sus defectos... luego de que pases varios días bajo el mismo techo con Hermi... te darás cuenta que no es ningún capullito de alelí...
Harry no pudo evitar sentirse furioso. Se levanto presuroso a ayudar a Hermione. Ron permaneció sentado, tomando de nuevo el Diario El Profeta entre sus manos
-No tienes que hacerlo Harry... en serio... dijo Hermione tratando de quitarle los platos de las manos... ve con Ron... deben tener tanto de que hablar...
-Pero quiero hacerlo... dijo Harry sin dejarse quitar los platos... además Ron parece estar muy ocupado
Ambos volvieron sus miradas hacia el pelirrojo, quien parecía imperturbable.
-Si así parece... dijo Hermione con una sonrisa triste
Harry la siguió hasta el fregadero. Y sin reservas pregunto
-Hermione eres feliz?
Ella rehusó mirarlo y torpemente mintió
-Si Harry... claro que soy feliz...
-Mírame y dime que de verdad eres feliz... insistió Harry colocando su mano en el mentón de ella y obligándola a que sus miradas se encontraran
Hermione subió su ojos hasta dejarlos descansar sobre los de Harry. Podía sentir el picor que causan las lagrimas bajo los párpados. Que difícil le resultaba ignorar lo que su corazón pedía a gritos confesar desde hacia tantos años. Y ante aquella cálida mirada sintió que sus fuerzas flaqueaban. ¿Cómo podía decirle que no, que no era feliz?. ¿Cómo decirle que su renuncia no había valido la pena?. ¿Cómo decirle que de alguna forma lo ocurrido aquella tarde aun la quemaba por dentro?.
Y...¿Cómo preguntarle si, a pesar del tiempo, él aun sentía lo mismo?.
-Harry es hora de irnos...
Ron estaba en la puerta, con la capa de viaje puesta. Harry volvió su mirada hacia él, al tiempo que Hermione les daba la espalda, tratando de encontrar que hacer para disimular el temblor de su cuerpo y sobre todo de sus manos.
-Seamus debe de estar esperándonos en el caldero chorreante... continuo Ron... apresúrate
-Pero... debo acomodar mis cosas... saber en donde me voy a quedar...dijo Harry denotando el poco deseo que tenia de acompañar a su amigo... escribirle una carta de Remus... otra al ministro de magia...
-Por favor Harry luego hay tiempo para todas esas otras cosas... se impaciento Ron... vamos que estamos retrasados.
Mientras Harry intentaba sajarse de la salida, Hermione había tenido tiempo en analizar la situación, por lo que molesta pregunto
-Un momento... ¿cómo es eso del caldero Chorreante?... ¿acaso vas a salir?
-Si... ¿no te dije?... contesto Ron abrochándose la capa de viaje al cuello
-No...no me dijiste nada... reclamo Hermione cruzando sus brazos sobre su pecho
-Ah pues se me olvidaría... pero bueno ahora ya lo sabes... vamos Harry...
Ron tomo los polvos flu. Harry permanecía estático, no se atrevía a dar un paso, al ver la sombría expresión en el rostro de Hermione
-No Ronald Weasley no se nada... así que me explicas bien como va eso de que te vas al caldero chorreante de farra...
Harry sonrió divertido, al ver el miedo asomarse en los ojos de su amigo.
-Bueno Hermi... es Viernes por la noche... además no nos vamos de farra... es solo una reunión de amigos... intento Ron de parecer inocente
-Me crees idiota Ron... casi grito ella... ¿reunión de amigos?... crees que no se lo que hacen en esas reuniones de amigos
La orejas de Ron se ruborizaron escandalosamente. Harry comprendió que su amigo había sido descubierto en una mentira.
-No se de que me hablas mujer... le refuto tomando una actitud ofendida... te estas dejando llevar por chismes... solo es una reunión de amigos y punto... no me esperes despierta.
Y diciendo esto se dio la media vuelta y lanzo los polvos Floo a la chimenea, pronunciando su destino con voz clara y fuerte
Harry lo vio marcharse atónito, no podía creer que Ron se hubiese marchado así como así, dejando a Hermione con las palabras a flor de labios. La miro de reojo, tenia los ojos semicerrados y la boca fruncida.
-Hermione... esteee...yo... bueno... no se que decir... intento disculparse Harry... siento que Ron te halla tratado así...
-No te disculpes Harry... tu no tienes nada que ver en esto... dijo Hermione tratando de calmarse... además ya estoy acostumbrada a que Ron haga esas cosas.
-Pero Hermione...
Harry se acerco a ella, tentado a rodearla con sus brazos, tentado a demostrarle todo lo que bullía en su interior por ella. Pero se contuvo, haciendo acopio de todas sus fuerzas.
Hermione se alejo, ajena a la expresiva mirada masculina. Con un dejo de rencor lo despidió
-Buenas noches Harry... te deben estar esperando para una fabulosa noche de farra...
Y antes de que él se perdiera por entre las llamas, una idea surgió en la mente de ella.
Cuando Harry salió de la chimenea, con la túnica algo llena de hollín, debió retorcer un paso y cerrar un poco los ojos, ante la algarabía, luces de cámaras, serpentinas y papalillos que lo aturdieron por unos instantes
-¡¡Bienvenido Harry!... Dijo alguien tomándolo del brazo, llevándolo al medio del salón, donde una salva de aplausos retumbaron por el lugar.
-¿Qué es todo esto?... pregundo Harry aun aturdido mientras se quitaba los papelillos de la cara y las serpentinas del cabello
-Una fiesta de bienvenida a nuestro amigo y héroe Harry Potter... grito Seamus dándole una sonora palmada en la espalda.
Sus amigos lo llevaron rápidamente hasta una mesa rectangular, donde lo sentaron. Harry observo todo a su alrededor y se dio cuenta que era una fiesta con todo: músicos, comida, bebida. Estaban todos sus amigos y amigas, tanto de Hogwarts, como de la Escuela de Aurores.
Todos se acercaron a él y lo saludaron con alegría.
Harry miro a Ron con molestia. A él no le gustaban las fiestas ni las celebraciones y pensaba que a su amigo tampoco, pero por la forma en que el pelirrojo se comportaba, parecía ser muy asiduo a ellas.
-Hola Harry ¿ que tal?... le saludo una chica que Harry tardo un poco en reconocer como Luna Lovegood... hola Ron... y ¿Hermione?
-Se quedo en casa... a ella esta fiestas no le gustan... dijo Ron tranquilamente mientras tomaba un sorbo de su bebida
Harry no pudo evitar mirarlo con asombro.
-Pero le dijiste que era para celebrar la vuelta de Harry... pregunto preocupada Lavender que se había sentado al lado de Harry luego de darle un beso en la mejilla
-Si... pero no quiso venir... prefiere permanecer en la tranquilidad de nuestro hogar... continuo Ron mintiendo descaradamente
Harry abrió mas los ojos por el asombro. Ron lo ignoro olímpicamente
-Como ha cambiado... ella no era así... se quejo Hanna sentada frente a ellos, mientras sostenía la mano de Neville entre las suyas... siempre compartía con nosotros... pero de un tiempo a esta parte no quiere salir de esa casa
-Ella les envía saludos... y agradece su preocupación... dijo Ron terminando de un trago su bebida y mientras se servia mas pregunto... y ¿cuando comienza la cena?
-Hermione no sabia de esta fiesta... soltó Harry muy molesto sin poder contenerse... si tu, Ron, le hubieses dicho que esta fiesta era para mi... ella hubiese venido.
Ron quedo inmóvil, con el vaso a medio camino entre su boca y la mesa. Miro a Harry confundido, mientras el resto de los presentes clavaban su mirada en el pelirrojo
-No le dijiste nada Ronald... pregunto Luna con voz cantarina pero recalcando cada palabra
-Yo... eehhee.. pues... cla...claro... que... que le dije... tartamudeo Ron al notar todas las miradas sobre él, pero sobre todo la de Harry
-Mi querido muchacho... dijo una voz atronadora detrás del grupo de amigos... que alegría verte
Harry sintió como era levantado de un solo jalón de su asiento. Sonrió a pesar de ello, porque ya sabia quien tenia suficiente fuerza para hacer tal cosa.
-Hola Hagrid... para mi también es un gusto verte...
El semigigante lo dejo de nuevo en su asiento y sentándose aparatosamente en la mesa dijo jovial
-El joven Longbotton me dijo de esta fiesta en tu honor Harry... y por supuesto no podía perdérmela por nada del mundo.
-Gracias... dijo Harry mientras veía como Ron se levantaba de la mesa y se perdía entre la gente.
Hagrid continuo hablando, pero Harry no escuchaba. Una rabia interior le impedía concentrarse, por lo que luego de meditarlo, se excuso con sus amigos y levantándose de la mesa fue tras Ron
El pelirrojo estaba en la pista de baile, muy bien acompañado.
El moreno se paro justo frente a la pareja y con tono fuerte lo llamo
-HEY RON
Pero éste siguió bailando muy junto a la chica. Parecía que no le había escuchado o se hacia él que no había escuchado.
Harry permaneció de pie junto a la pista de baile, dispuesto a esperar a Ron hasta que terminara de bailar.
De pronto otra chica abrazo a Harry por la espalda y le dijo alegre
-Mi querido Harry... cuanto tiempo
La chica en cuestión era una aurora, que había estudiado junto a Harry. Sin que él pudiese hacer algo por impedirlo ella se lo llevo a rastras hasta el medio de la pista de baile y rodeándolo con sus brazos juntó su cuerpo contra el de él.
A Harry no le quedo mas alternativa que comenzar a moverse bajo el ritmo melodioso de la canción que la cantante de la orquesta vociferaba a voz en cuello.
Tratando de llevarle el paso a su antigua compañera y de llevar una conversación decente, no pudo evitar seguir observando a Ron, quien parecía sumamente complacido con las caricias algo insinuantes que recibía de su compañera de baile. Se reía tontamente de algo que la chica le susurraba en el oído, mientras Harry lo observaba todo contrariado y muy molesto.
De pronto el pelirrojo se detuvo en seco en plena danza. Harry hizo lo mismo y dirigiendo su mirada en dirección a donde su amigo tenia fija la suya, pudo ver a una Hermione en un extremo del salón.
-Ocurre algo Harry...
El moreno dio la vuelta para que su compañera no viera a Hermione, quien estaba allí de pie, viendo a Ron con una expresión indescriptible en su rostro.
Para cuando el moreno logro librarse de la chica, ni Ron ni Hermione estaban por todo el lugar.
Harry lucho contra el conflicto que la situación había creado: no podía marcharse así de la fiesta, no podía hacerle ese desaire a sus amigos y amigas. Pero quería ir junto a Hermione, temía por su seguridad, temía que Ron fuese a hacerle daño, porque ya tenia claro que su amigo no era él mismo, había cambiado y mucho.
-"Yo renuncie aquella tarde a todo... y me niego a pensar que cometí un error al hacerlo"... pensó el moreno mientras volvía a sentarse en la mesa junto a sus amigos.
-Vamos Hermione regrésate para tu casa... vi cuando Ron se marchaba por la chimenea... aconsejaba Luna a la morena.
Ambas mujeres estaban bajo la escalera del caldero chorreante, ocultas de las miradas, abrigadas por la sombras del lugar.
-No... no quiero... ¿como Ron pudo hacerme algo así?... he sido tan estúpida... se reprochaba Hermione llorosa... ¿como no me di cuenta?...
-No juzgues tan precipitadamente la situación... quizás las cosas no son lo que parecen... opino Luna tratando de consolar a Hermione
-Y yo sintiéndome culpable... pero se acabo... esta misma noche recobro mi vida...
Hermione se despidió de Luna y tras un movimiento de su capa desapareció.
