Hermione apareció en medio de la sala, se sentía perturbada y bastante enojada, dio un vistazo a su alrededor tratando de ordenar sus ideas. Un ruido de pisadas le indico que su esposo se acercaba rápidamente
-¿Dónde demonios has estado?... te he buscado por toda la casa
Ron reprimió su deseo de acercarse hasta su esposa, y postergo su fingido mal humor ante su mirada fría y amenazadora.
-Hermi... lo que viste no es lo que crees...
Hermione no se imputo, ni siquiera pestaño, por lo que Ron intentó adoptar una actitud agresiva
-Pero... ahora que lo pienso... ¿por qué estabas tu allí?... ¿qué hacías en el caldero chorreante, cuando se suponía que tenias que estar aquí en nuestra casa?
Sin embargo su intento se vio opacado ante la inminente furia que parecía apunto de explotar de los ojos miel de su esposa.
-No es que me moleste que estuvieras allí... continuo con un tono mas sumiso... pero no me gusta que desconfíes de mi... porque no hay razones para ello... era una sencilla reunión para Harry... tu sabes... los muchachos querían celebrar su regreso... yo solo estaba bailando... no debiste aparecer así, no sin antes notificarme... no es que hiciera falta en realidad, pero...
-Cállate Ronald... que con cada explicación, te hundes mas...soltó de pronto Hermione haciendo que Ron se sobresaltara
El pelirrojo abrió su boca para expresar algo, pero decidió no hacerlo al ver que Hermione se sentaba lentamente en la mesa del comedor.
-Siéntate Ronald... tenemos que hablar...
Ron se estremeció ante el tono frió de su esposa, pero sin titubeos hizo lo que ella pedía. Se sentó rápidamente a su lado, acerco su mano lentamente hacia la mano de ella que descansaba muy cerca de la suya. Pero cuando solo falta unos milímetros para que él pudiera tomarla, ella la aparto bruscamente.
-Creo que ha llegado el momento Ronald... el momento de sincerarnos...
Sus palabras retumbaron en las paredes de la casa, e hicieron que Ron se hundiera en su silla, sin poder dejar de mirarla.
-Lo que hoy me has hecho... ha logrado colmar mi paciencia... confeso Hermione dolida... y no se trata de que estuvieras bailando con otra mujer... ni se trata de que fueras a una fiesta... se trata de mi... de que siento que lo nuestro...
-¡¡NO!... grito Ron interrumpiéndola, poniéndose en pie de un salto...
-Cálmate, déjame hablar... le ordeno Hermione, pero al ver que él comenzaba a pasearse por el comedor, aumento el tono de su voz... y hazme el favor... SIÉNTATE...
-No...no... no quiero calmarme...negó Ron sin disimular su nerviosismo... no quiero sentarme... por que se lo que vas a decirme... y no quiero que lo digas
-Déjame hablar Ron... ¿por qué siempre lo das todo por entendido?... dijo Hermione perdiendo la paciencia... no sabes de lo que...
-Si lo se... lo se desde hace mucho tiempo... le interrumpió él sin dejar de caminar de un lado para otro... por que no soy idiota ¿sabes?... no necesito ser un genio para saberlo...
Hermione decidió guardar silencio y dejar que Ron hablara
-Pero yo te amo Hermione... te amo desde que tenia once años... desde que te vi, aterrada bajo la amenaza de aquel trol... confeso Ron deteniéndose a mirarla con angustia
-Y ¿por qué nunca me lo dices?... se quejo ella levantándose y colocándose frente a él...
-Por que pensé que eso esta sobrentendido...se explico... Trato de demostrártelo... se que soy muy torpe...
-Pero no estaría mal que me lo dijeras de vez en cuando... dijo Hermione sintiendo que la rabia no disminuida... ¿por qué siempre lo presupones todo?
-Por que tu tampoco me lo dices... desde hace mucho tiempo tu tampoco me dices que me amas...
Ante aquel reproche, Hermione sintió una puntada de culpabilidad. Él tenia razón, hacia mucho que ella había olvidado las palabras amorosas.
Pero eso se debía a que entre ellos algo se había roto; algo había hecho que un abismo se abriera entre los dos.
-Dame otra oportunidad... pidió Ron acercándose a su esposa... déjame demostrarte lo importante que eres para mi.
-No es tan fácil Ron... sentencio Hermione alejándose... aun no entiendo como dices amarme tanto y me mientes tan vilmente...
Ron guardo silencio. Se estrujo sus manos, intentando encontrar una explicación para su actitud
-Es como si quisieras alejarme de todo y de todos... razono Hermione volviendo a sentir rabia... como si tuvieras vergüenza de que te acompañe... o será acaso que quieres disfrutar de otras compañías...
-No... no... nada de eso es cierto... se defendió él... ¿cómo puedes pensar así?.
-Y ¿CÓMO QUIERES QUE PIENSE?... grito Hermione furiosa...ME MENTISTE... DIJISTE QUE IRIAS A UNA REUNIÓN Y RESULTO SER UNA FIESTA... UNA FIESTA PARA HARRY... QUIEN ES TAN AMIGO TUYO COMO MIO...
-Pero Hermi... yo... es que... bueno... balbuceó Ron buscando inútilmente una razón convincente...
Un silencio incomodo se abrió. Ambos permanecían de pie, mirándose fijamente. Ron se sentía cada vez mas nervioso y Hermione cada vez mas furiosa.
-Espero Ronald... espero tu explicación...
-Pero es que no lo ves Hermione... no quiero perderte... confeso Ron abrazándola con fuerza.
Ella cerro los ojos y se dejo abrazar por unos instantes, podía sentir las húmedas mejillas de su esposo rozar las suyas, al intentar buscar sus labios para besarla, pero ella se aparto un poco.
Con actitud derrotada Ron la soltó y bajo la mirada. Hermione acaricio sus rojos cabellos.
Si. Sin duda alguna algo se había roto.
Ella luchaba por encontrar una razón para seguir queriéndolo, pero la rabia y el hastío no se lo permitían. Estaba sumergida en un torbellino de sin sabores que no daban cabida para nada mas que el rechazo.
Él volvió a levantar su mirada, tratando de buscar en los ojos de su esposa, algún ápice de perdón y tolerancia. En que momento había dejado de quererlo, era una pregunta que lo carcomía, sin embargo no se daría por vencido. No. Ella era su esposa, le pertenecía, y aunque fuera a la fuerza la retendría a su lado. Aunque tuviese que alejarla mas, de todo y de todos, lo haría.
Hermione se dio la vuelta y subió las escaleras cansada. No tenia fuerzas para seguir con aquella discusión, pero estaba segura que ya habían quedado claras algunas cosas.
Se acostó sobre la cama, se abrazo a la almohada y pensó de nuevo en Harry, sintiendo que si aquella tarde ella no hubiera hecho caso a su razón, su vida seria otra.
Aquella tarde. Al recordarla su corazón comenzó a latir con fuerza.
Aquella tarde corrían por un sendero oscuro, mientras decenas de mortifagos los perseguían, lanzándoles hechizos y maleficios, los cuales esquivaban magistralmente.
Harry la sostenía de la mano con fuerza, mientras ella solo se dejaba llevar, confiando en él, segura de su fuerza y confiada de sus habilidades, sin embargo sintió que el cansancio se apoderaba de sus músculos, de sus huesos. Respiraba rápidamente intentando llevarle el ritmo al joven, pero llego un momento en que se tropezó y callo precipitosamente en el suelo fangoso.
-Vamos Hermione hay que seguir... le alentó Harry... nos pisan los talones
-No puedo mas Harry... no puedo mas... se quejo ella mientras intentaba ponerse en pie
Él la tomo por la cintura y la alzo. Ella se apoyo en su hombro.
-Has un esfuerzo por favor... le pidió... falta poco
-Será mejor que sigas tu... yo ya no puedo mas... confeso Hermione respirando entrecortadamente... me esconderé tras aquellos arbustos bajo la capa invisible...
-No... no voy a dejarte aquí sola... no me voy sin ti... insistió Harry
-Pero yo solo soy un estorbo para ti... además es a ti a quien esperan... eres tu el que debe llegar... reconoció Hermione
-Estas equivocada si piensas que voy a dejarte aquí... sentencio Harry... si estas cansada, entonces vamos a buscar un lugar seguro donde descansar.
Harry miro a su alrededor y tras unos arbustos distinguió lo que parecía ser una cueva. Invito a Hermione a seguirlo y rápidamente se acercaron hasta el lugar. En efecto era una cueva, quizás la guarida de algún lobo, pero parecía abandonada. Debieron agacharse para poder entrar, lo cual ocurrió justo a tiempo. Afuera se escucharon los gritos y las pisadas de los mortifagos. Se cubrieron con la capa invisible, ante la posibilidad de que divisaran la cueva y decidieran inspeccionarla.
Él paso su brazo sobre los hombros de ella y la cobijo, mientras sobre su pecho se recostaba ella. Ambos corazones latían a prisa, quizás por el miedo a ser descubiertos en aquel escondite improvisado, o tal vez porque algo mas bullía dentro de ellos, que en ese momento ya parecía no tener control. El mismo control que desde hacia ocho años los había dominado y lograba mantener la distancia de la amistad.
Sin pensar, sin razonar, mientras afuera parecía que un huracán de voces y pisadas se estaba tornando algo peligroso, Harry apretó a Hermione contra su cuerpo, mientras una de sus manos se deslizaba suavemente por sus cabellos y la otra exploraba su espalda. Ella lejos de tratar de comprender aquellas caricias para nada tímidas, se dejo guiar por ese mismo deseo de romper la barrera de la amistad, aunque no fuera el lugar, ya que sin duda era el momento, porque una vez vueltos a la realidad, habían otros compromisos esperándolos. Su mano fue adentrándose por entre la túnica y luego mas allá de la camisa y la corbata.
Y así sintiendo ese calor de piel, oliendo ese perfume que emana con cada suspiro que poco a poco fue despertando los sentidos, la realidad les golpeo con fuerza. Sus miradas se buscaron, con el corazón empujando como loco sangre hasta cada rincón y la respiración entrecortada, anhelando un leve contacto de su labios, como pide un sediento la ultima gota de roció, porque mientras sus miradas se fundían y sus rostros se fueron acercando, la certeza de que un beso les haría recuperar la razón les hizo olvidar de pronto quienes eran.
Hermione se inclino y cerró sus ojos al sentir el aliento de Harry sobre sus labios, los cuales él observo por un momento, sintiéndose confuso, ante el deseo de tocarlos, de saborearlos, de comprobar lo que muchas veces pensó, al imaginársela solo de él y para él. Confuso al saberla ajena, pero en este ahora, en este momento, eran solo ellos dos. Por lo que sin importar el después, la beso.
La beso como si de eso dependiera su vida. La beso y fue besado. Fue besado como nunca pensó que podría ser besado. Con pasión, con deseo, pero con infinita ternura.
Se separaron lentamente, sin dejar de mirarse con deseo y anhelo de algo mas.
-Lo siento...
-Discúlpame...
Dijeron al mismo tiempo, pero sin el menor rastro de sentirlo así. Hermione buscaba en su interior, en su corazón un sentimiento de culpa, pero al igual que Harry no encontraron una razón para sentir vergüenza por lo que acaba de pasar.
La tierra tembló debajo de ellos, y asustados miraron alrededor, comprobando que la entrada de la cueva había sido descubierta por los mortifagos.
-Debemos irnos de aquí... reconoció Harry sin disimular su miedo.
Agarro una piedra mediana, algo mohosa, y tocándola con su varita, invoco un "Portus", colocaron sus manos entrelazadas sobre la rugosa superficie del objeto, y fueron trasportados lejos de sus perseguidores.
Aparecieron en medio de una sala, que reconocieron como el cuartel general de la Orden del Fénix. Unidos por el simple gesto de las manos entrelazadas, recibieron la avalancha de gritos, abrazos y besos con los que fueron recibidos.
Solo una mirada celeste, les hizo soltarse.
-Por Merlín, ¿dónde se habían metido?... pregunto Ron mientras abrazaba a Harry, visiblemente feliz de verlo... nos devolvimos y nada de ustedes...
-Nos escondimos... y Harry invoco un portal... explico Hermione, ya que Harry estaba algo pálido y miraba a Ron de forma extraña.
-Oh Hermione, Gracias al cielo que estas bien... exclamo Ron besándola en los labios... estaba tan preocupado... Amigo mío, gracias por traérmela de vuelta... no se que seria de mi vida sin esta mujer...
Ron sostenía las manos femeninas entre las suyas y mientras las besaba delicadamente, Harry le dedico una mirada a Hermione, quien se sintió impotente al entender que lo que por un momento pensó podía llegar a ser, no era mas que una vana ilusión.
-Para eso están los amigos... susurro Harry palmeando la espalda del pelirrojo, para luego darse la media vuelta y caminar hacia un grupo de magos ubicados al fondo de la sala.
Hermione lo vio alejarse, pero se sentía inquieta y perturbada por lo ocurrido. Así que un par de horas mas tarde, ella lo vio subir al segundo piso de la casa, así que lo siguió para poder hablar con él.
-Harry quiero hablarte...casi suplico, antes de que él entrara en la habitación principal.
Se detuvo. Pero sin volver su mirada hacia ella le pregunto
-Sobre qué?
-Sobre nosotros, sobre lo que paso esta tarde... confeso Hermione acercándose
Harry empujo la puerta y con un movimiento de su mano, la invito a entrar a la habitación.
-Harry...yo...
Antes de que ella pudiera continuar, él la tomo entre sus brazos. Bajo las penumbras de la habitación sus labios volvieron a encontrarse, a rozarse, a sentirse, a entregarse en un profundo beso.
En busca de aire y de una explicación razonable para lo que hacían, se separaron. Harry la soltó, pero Hermione no hizo lo propio.
-¿Qué es esto Harry?...¿qué significan estas ansias locas de sentirte?... pregunto ella confusa mientras lo abrazaba con fuerza
-No se... no lo entiendo... confeso Harry sin poder evitar volver a abrazarla... pero no esta bien... esto que siento no esta bien...
-Oh Harry...¿por qué... por qué?... sollozó ella en su pecho... ¿por qué ahora... es que mi corazón comprende cuanto te ha amado?
El moreno se aferró a ella con fuerza, dejando que sus lagrimas fueran secadas por los rizos castaños.
-Hermione no tengo derecho a ti... dijo Harry con voz entrecortada
-Pero Harry... hoy a quedado al descubierto, lo que por tantos años quisimos ocultar... razono Hermione con anhelo... tu me amas, tanto como yo a ti...
-Si... pero debemos olvidarlo, ocultarlo... puntualizo Harry separándose de ella
-No... ¿cómo me dices eso?... se negó ella... No puedes pedirme eso, no después de...
-Así debe ser Hermione... sentenció Harry mientras la sujetaba por los brazos... entiende... haríamos mucho daño... Ron te ama, tu eres su vida... y yo no podría vivir sabiendo que le he hecho daño...
-Y nosotros?... y lo que tu sientes?... y lo que yo siento?... pregunto Hermione confundida
-Lo que yo sienta no importa... pero tu... eres lo mas importante... tu y Ron... yo no te merezco Hermione... además a mi lado no vas a ser feliz... razono Harry con tristeza... en cambio Ron representa la estabilidad de una familia que yo no puedo darte...
-Harry...
-No... no Hermione... le interrumpió... no es lógico que renuncies a algo sólido... por un momento...
-Aquí están...
Ron entro en la habitación, sin sospechar lo que segundos antes se había estado discutiendo entre su novia y su mejor amigo.
-¿Qué hacen aquí?... afuera hay una fiesta... y ustedes dos aquí... es que... ¿ocurre algo?...
Hermione bajo la mirada mientras se mordía el labio inferior. ¡Claro que pasaba algo!. Había comprendido que ese sentimiento tan fuerte que sentía por su amigo desde hacia tantos años, era amor, tan sencillo como eso.
-Bueno si...
Hermione levanto su mirada y sostuvo la respiración, pero al verse reflejada en los ojos verdes de Harry lo comprendió. Se sonrieron con resignación y decidieron de mutuo acuerdo, sin decirlo en palabras, renunciar a lo que habían descubierto aquella tarde.
-Mañana me marcho... y le decía a Hermione que me avisen cuando sea la boda... por qué aun sigo siendo el padrino ¿no?
A la mañana siguiente, Hermione comenzó su día como siempre: preparando desayuno y barriendo el patio. Estaba triste por no encontrar a Harry en la casa. Quizás había decidido quedarse en otro lugar, para no molestar, ante el inconveniente de la noche anterior. En silencio le sirvió a su esposo la comida, y le preparo su ropa de trabajo. Ron tampoco dijo palabra alguna mientras se vestía. Había dormido en la habitación que estaba destinada a su amigo, porque Hermione puso el cerrojo a la puerta, y él no quiso usar magia para entrar. Sin despedirse salió del cuarto, pero se detuvo al pie de la escalera, esperando a que su esposa le dijera algo, pero en vano aguardo unos minutos, porque eso no sucedió. Muy lejos estaba él de imaginar que su esposa ni cuenta se había dado de que ya se había marchado, porque ella estaba pensando en alguien mas.
A medio día, luego de acomodar la lacena, Hermione se cambio de ropa, para ir al callejón Diagon a realizar unas compras. Tomo su varita mágica y la colocó dentro de su capa. Lanzo los polvos floo a la chimenea y pronuncio su lugar de destino, pero nada ocurrió.
Ella pestaño varias veces, tratando de analizar que había ocurrido. Volvió a lanzar polvos floo dentro de la chimenea, pero de igual forma nada paso.
Frunció el entrecejo, algo andaba mal. Quizás la conexión con la chimenea del caldero chorreante estaba sellada por algún motivo. Después arreglaría eso. Tomo su capa e hizo un movimiento ondulante y se cubrió con ella. Cuando volvió a abrir los ojos, casi se cae de la impresión. Aun seguía de pie, en la sala de su casa.
Aquello no podía ser posible. Lo intento dos veces mas sin ningún éxito. Perdiendo un poco la calma, tomo un florero y lo toco con su varita, pronunciando un "Portus", pero nada paso. Desesperada, toco el florero con la varita varias veces, sin dejar de pronunciar el hechizo para conjurar un portal, y solo desistió cuando el objeto se rompió entre sus manos.
Al ver un hilo de sangre correr por su mano, comenzó a atar cabos, y horrorizada comprendió lo que ocurría. Corrió hasta la puerta de entrada e intento abrirla con las manos, con hechizos intento romperla pero no pudo. De igual forma lo intento con la puerta trasera, con las ventanas, pero todo fue inútil. Estaba encerrada en su propia casa.
Sintiéndose inútil e impotente se dejo caer en el suelo, apoyando la espalda, contra la puerta principal. Respiraba con dificultad, no podía creer lo que estaba ocurriendo. No podía creer que Ron, su esposo, la hubiese encerrado.
Algo tenia que hacer, no podía quedarse allí, dejándose dominar de aquella forma.
Corrió a la biblioteca, para buscar algún contrahechizo. Y cuando iba por el quinto libro, sin encontrar nada, escucho una pequeña explosión procedente de la sala.
Era Ron.
Se miraron por un instante, y sin previo aviso ella se abalanzo sobre él y comenzó a golpearlo con los puños cerrados
-¿Cómo te atreves a encerrarme?... no soy tu esclava... gritaba Hermione reclamándole
-Perdóname... aulló él ante el ataque... no debí hacerlo, lo se... pero estaba desesperado... esta mañana ni siquiera te despediste... perdóname Hermione... por favor perdóname
Ron la tomo por la cintura, y cayo de rodilla frente a ella, hundiendo el rostro en su regazo. Siguió suplicando su perdón, mientras Hermione permanecía de pie, sin moverse, sin saber que hacer.
-Te amo Hermione... te amo... no quiero perderte... no quiero que me dejes... insistía Ron lloroso
-No Ron... tu no me amas... quien ama no hace las cosas que tu me haces... razono Hermione tratando de soltarse.
-Es que no quiero que me dejes... dame una oportunidad... por favor... pero no me dejes... continuo Ron, mientras permanecía de rodillas frente a ella.
-Yo en ningún momento he dicho que voy a dejarte... dijo Hermione fastidiada
-Lo se... pero necesito que me jures que no me vas a dejar... que no te vas a ir... volvió a repetir Ron mientras se acercaba a ella aun de rodillas.
-Levántate... bien sabes que no voy a jurarte nada... bufo Hermione molesta.
-Es que necesito saber que cuando regrese, aun estarás aquí...
-¿Cuándo regreses?... pregunto Hermione con interés
Ron se levanto del suelo, y mirándola le dijo nervioso mientras se pasaba las manos por sus rojos cabellos
-El ministerio me traslada al África por varios meses... pedí que me permitieran llevarte, pero no se puede... por ello debes quedarte... pero necesito que me prometas que a mi vuelta aquí estarás esperándome, para que podamos rescatar lo nuestro.
-Y por cuanto tiempo estarás fuera... siguió preguntando, pensando que tal vez un tiempo alejados, ayudaría a serenar las cosas
-No lo se... dijo Ron acercándose a ella... por favor... promételo... me esperaras...
-Aquí estaré Ron... dijo sin matices
Ron sonrió y abrazándola le dijo contento
-Harry se ofreció a quedarse contigo durante el tiempo que yo este fuera... me pareció buena idea... no quiero que te quedes sola... espero que estés de acuerdo...
-Harry?... qué... qué Harry se ofreció a quedarse?... pregunto sorprendida Hermione
-Si... ambos coincidimos que no es bueno que te quedes sola... le confirmó Ron con una sonrisa...
-Yo puedo cuidarme sola Ronald... no necesito que nadie me cuide... le refuto ella fingiendo molestia, porque en el fondo la idea de quedarse sola con Harry le provocaba sentimientos encontrados...
-Pero Hermione...
-Pero nada... de seguro que permites que Harry se quede, solo como pretexto para que me vigile... si eso es... para que te mantenga informado de lo que hago o dejo de hacer... sugirió ella, mientras intentaba aclararse.
-Sabes que Harry jamás se prestaría para algo así... el te quiere y te respeta mucho... le recordó Ron confuso ante la actitud de su esposa... y ¿cómo puedes pensar eso de mi?...
-Por favor Ron... me dejaste encerrada, sin posibilidad alguna de salir de aquí... ataco Hermione molesta... ya nada me sorprende de ti.
-Esta bien, esta bien... me equivoque... pero ya me disculpe... dijo Ron bajando la mirada
-Y crees q con eso basta...
Un chisporrotear desde la chimenea, les hizo detener la discusión. Volvieron su mirada al fuego verdoso, a tiempo para ver a Harry surgir de entre las llamas.
-Buenas tardes... saludo el moreno mientras se limpiaba el hollín de su capa...
-Harry ya le dije a Hermione... le informo Ron... y esta de acuerdo
-Yo no he dicho eso Ron... se quejo ella molesta... ni siquiera he asimilado eso de que te vas al África.
-Pero Hermione ¿por qué lo pones todo tan difícil?... se exaspero Ron rascándose la cabeza... ¿que tanto quieres que te explique?... me transfirieron porque debo realizar un curso en el Cairo... y Harry es testigo de que pedí que me acompañaras... ¿verdad compañero?
Ron volvió su mirada al moreno, buscando apoyo en él, éste afirmo con la cabeza las palabras del pelirrojo, pero mantenía una mirada seria.
-Ya veo... y ¿cuándo te vas?... pregunto Hermione mirando de reojo a Harry.
-Bueno de hecho... dijo Ron consultando su reloj... ya debería de estar de vuelta en el ministerio... partimos en dos horas.
-En dos horas?... dijo alzando el tono de voz.
-Es que fue una bacante que surgió de improviso... explico Ron... y es una gran oportunidad...
Los tres guardaron silencio por unos minutos. Ron mantenía la mirada sobre su esposa, esperando que ella dijera o hiciera algo, de igual forma Harry tampoco podía dejar de mirar a Hermione, porque también aguardaba alguna reacción de su parte.
La morena estaba conciente de que ambos magos estaban a la expectativa. Respiro profundo, tratando de analizar sus sentimientos.
-Vamos Hermi di algo... se quejo Ron impaciente.
-Siempre has hecho lo que has querido... acoto Hermione sin matices en su voz... así que mi opinión esta de mas.
-Pero lo que hablamos... lo que te pedí... le recordó Ron tomándola del brazo para evitar que se alejara.
-Ya te dije que no me iré... dijo como respuesta.
Ron sonrió satisfecho. Se acerco para besarla pero ella volvió la cara y los labios masculinos descansaron en su mejilla. Algo frustrado se despidió de Harry y desapareció por la chimenea no sin antes decir
-Ten preparado mi equipaje... en dos horas enviare por él...
Harry y Hermione permanecieron mirando las llamas hasta que estas se disiparon. Él se volvió hacia ella y buscando su mirada le dijo
-Para mi, tu opinión si es importante... así que tu dirás: me quedo o me voy...
Hermione se acerco a él y extendiendo su mano, dijo en un suspiro
-Quédate... te necesito...
FELIZ AÑO 2006... ¡Que todos sus sueños se hagan realidad!... Y sobretodo que Dios los Bendiga, para seguir teniéndolos alli...
