Las calles de la ciudad estaban muy transitadas, muchas personas iban y venían con paso presuroso, y los carros muggles tocaban corneta de forma impaciente. Hermione se sorprendió un poco al ver a sus compañeras caminar muy animadamente entre la muchedumbre de hombres y mujeres, que nada tenían que ver con el mundo mágico. Ella pensó que irían al callejón Diagon o algún otro lugar parecido. En silencio anduvo detrás de las brujas que charlaban y reían, mientras veían las vitrinas de diferentes tiendas donde se exhibían diferentes artículos de uso femenino. Se detuvieron frente a una en particular.

-Oh pero que hermoso conjunto... imagino la cara de mi Neville si me ve usando uno... comento Hanna con una sonrisa picara

-Ni se te ocurra comprártelo... de seguro en nueve meses tendremos otro Longbotton... asevero Pavarti divertida

-Si déjalo respirar mujer... exclamo Patil con fingido reproche.

Las brujas rieron con complicidad. Hermione se fijo en dicho conjunto. Por un momento una sombra de envidia oscureció su corazón. ¿Por qué ella no podía bromear de aquella forma con sus amigas?.

-"Simplemente porque aunque tengo un esposo no tengo una digna vida hogareña"... se respondió a si misma con resignación; pero de pronto recordó una caricia sobre su piel que le hizo imaginarse, modelando aquella prenda para un Harry ansioso y deseoso de hacerle cosas increíblemente placenteras.

-Hermione ¿por qué tan callada?... pregunto Luna mientras le dedicaba una mirada evaluadora.

La morena despego sus ojos de la vidriera, donde un hermoso conjunto de ropa intima, con finos encajes estaba colocado delicadamente sobre un mullido cojín de terciopelo rojo, se volvió y se topo con los ojos celestes de Luna

-Otra vez pensando en él?... pregunto Luna con una sonrisa.

Hermione bajo la mirada tratando de ignorar el comentario, por lo que Luna agrego

-No tienes porque sentir vergüenza... eso pasa cuando uno esta enamorado... sobretodo cuando el amor por fin rompe las cadenas del silencio...

-No se de que hablas Luna... yo...

Luna hizo un gesto con la mano, interrumpiendo a la aturdida morena.

-Como ya te dije Hermione... deja de sentir vergüenza... solo entrégate... solo vive este momento que tal vez mañana ya no tendrás...

En los ojos celestes de la bruja se asomo cierta tristeza, que hizo al corazón de Hermione dar un vuelco al comprender que toda esa felicidad que estaba viviendo era efímera y fugas. Una lagrima intento asomarse por sus ojos, pero respiro profundo para reprimirla

-Que no te importe cuantas veces podrán compartir su amor... que solo importe con cuanta pasión y verdad te entregues a él... razono Luna con voz calmada ocupando de nuevo la atención de Hermione... porque por siempre tu serás de él y él será tuyo... aunque las circunstancias sean otras... aunque el destino sea otro.

-Pero yo quiero que mi destino sea él... que mi vida entera sea él... confeso Hermione testaruda... no me importa renunciar a todo... con tal de ser solo de él y para él.

-Eso no lo decides tu... ni lo decide él... porque ya el camino esta trazado... sentencio Luna con prudencia... solo disfruta este paréntesis amiga... embriágate con el roció de esta noche perdida en el tiempo, que dará frutos en el estéril camino que aun te queda por recorrer.

Ante aquellas extrañas palabras Hermione quedo mucho mas confundida. Observo como Luna entraba en la tienda y se reunía rápidamente con las demás brujas que parecían haber comprado media docena de prendas intimas.

La morena contemplo de nuevo el conjunto de encajes, y apretando con su mano izquierda la billetera de Harry que descansaba en su bolso, entró, resuelta a compartir con él todos los minutos que pudieran robarle al tiempo.

Al atardecer ya de vuelta a la Villa, en encontraron con que la reunión de aurores aun no había concluido.

-¡Por Merlín como han tardado!... exclamo Luna sorprendida.

-Creo que mejor nos vamos acomodando para la fiesta... opino Hanna... hay que estar muy bonitas para esta noche

-Fiesta?... pregunto Hermione preocupada... cómo... una fiesta?

-Pues si querida una fiesta... afirmo Hanna viéndola confusa... una fiesta de gala con orquesta y todo

La morena se quedo paralizada, tratando de ordenar sus ideas. Ahora entendía porque Harry le había facilitado el dinero, y ella uso una pequeña parte solo para comprar un tipo de ropa que de ninguna forma podía usar para la susodicha fiesta. Preocupada se dejo caer sobre la cama, miro de reojo el armario donde colgaban un par de vestidos y túnicas. Nada de eso le servia para el momento. Y ni que decir de sus zapatos, algo descoloridos. ¿Cómo le diría a Harry que no podría acompañarlo a esa fiesta?. Observo el paquete que descansaba a su lado; sonrió anhelante pensando que quizás cuando el moreno la viera usando aquella prenda se olvidaría por completo de la fiesta. Esperanzada con aquel pensamiento, camino hasta el baño, donde duro casi dos horas, porque bajo la regadera, mientras el agua tibia mojaba su piel, el deseo por besar y ser besada, acariciar y ser acariciada le hacían imaginar miles de situaciones donde Harry era el protagonista.

Salió del baño y pudo escuchar la algarabía procedente del piso inferior. Pensó en la forma de informarle a Harry del percance, cuando descubrió sobre la cama, un paquete rectangular que ella no había recordado haber visto antes de irse a la ducha. Se acerco con cautela. Una pequeña nota sobresalía de la caja. Hermione la tomo y la leyó

"Un pequeño obsequio para resaltar aun mas tu belleza... Te espero en el salón... Tu Harry"

Ahogo un grito de sorpresa al quitarle la tapa a la caja. Era el vestido que juntos habían visto en aquella tienda en el callejón Diagon. Con delicadeza lo saco y se lo coloco sobre su cuerpo para contemplarse en el espejo. Aquel era no solo un hermoso regalo, era además, la muestra patente, de lo que aquel hombre sentía por ella. Embargada de emoción procedió a vestirse.

Cuando ya estuvo peinaba y maquillada, volvió a observarse en el espejo

-Bueno es lo mejor que pude lograr... se dijo no muy satisfecha... y ahora los zapatos...

Antes de llegar al armario se detuvo en seco. ¿Zapatos?...¿cuáles zapatos?... Ella no tenia zapatos para un vestido como aquel. Se mordió el labio inferior preocupada. Y ahora ¿qué hacia?. Como si una Hada Madrina hubiese escuchado del percance, un pequeño paquete también triangular apareció de improviso sobre el buró. Para su grata sorpresa eran unas finas zapatillas que combinaban a la perfección con su atuendo.

Una vez que ya no había ningún detalle al azar, camino con nerviosismo hasta la escalera, desde donde se veía la animada reunión que se desarrollaba en el salón de la Villa. Con pasos inseguros descendió por los escalones, hasta que al llegar casi al final del recorrido, una emoción indescriptible la invadió, al ver a un elegante mago, vestido con un traje gris de dos piezas, de fino corte, completado con una impecable capa que caía desde sus hombros hasta sus tobillos, abrochada en su cuello con un pequeño broche plateado.

Harry le sonreía, y parecía completamente extasiado de verla. Cuando Hermione llego a su lado, el joven dijo algo azorado

-¡Estas... hermosa!...

-Gracias Harry... tu también te ves muy bien... dijo Hermione con sinceridad.

Le ofreció su brazo con caballerosidad, donde ella descansó su mano y se dejo guiar hasta el salón. Ya la fiesta había comenzado. La orquesta tocaba una alegre melodía, que hizo a todos volcarse a la pista de baile.

-No bailo muy bien... pero si gustas... sugirió Harry algo tímido

-Claro Harry... esta noche quiero compartir cada segundo contigo... dijo Hermione con una sonrisa

Llegaron hasta el medio de la pista. Ella coloco su mano izquierda en el hombro derecho de él, mientras una de las manos masculinas se aferraba a su cintura y la otra se entrelazaba con la suya. Comenzaron a moverse al compás del ritmo musical. Harry se movía algo inseguro, pero Hermione se dejaba llevar ligeramente, lo que le ayudo a ambos a danzar por todo el lugar sin importar por cuanto tiempo lo hicieron. Mientras giraban sobre sus pasos, el moreno la aferraba con mas fuerza, hasta llegar un momento en que sus rostros estuvieron peligrosamente juntos. Haciendo acopio de todas sus fuerzas lograron vencer la tentación de besarse allí mismo, a la vista de todos los presentes. El ritmo se hizo mas movido, lo que les obligo a separarse un poco, pero sin dejar de bailar como nubes llevadas por el viento. La pista se llenaba y se vaciaba conforme el tipo de música cambiaba, pero ni Harry ni Hermione parecían cansados. Parecía que solo les importaba estar así, juntos y hablándose en susurros; y es que esa era la mejor manera para no despertar sospechas. Sin embargo para casi nadie paso desapercibido aquello, porque sus miradas fijamente entrelazadas y sus cuerpos firmemente unidos los delataban. Aunque eran dos, parecía que se habían fundido en uno solo.

-Jamás había bailado de esta forma... reconoció Harry alegremente

-Jamás habías bailado conmigo... le recordó Hermione con picardía

-Así es mi amor... nunca había tenido ese placer... reconoció Harry estrechándola mas contra su cuerpo... hay tantas cosas que no he vivido a tu lado...

-Oh Harry ... suspiro Hermione reclinando su cabeza sobre el pecho de él... desearía detener el tiempo y quedarme suspendida en este amor que siento por ti... pero

-No hablemos de eso... le interrumpió... ahora lo que importa es que reconquistemos lo perdido...

-Y tu crees que de verdad podamos lograrlo?... pregunto insegura mientras lo miraba fijamente

Harry guardo silencio. Hermione comprendió y bajo la mirada. Aun habían tantos cabos sueltos, tantos obstáculos por vencer, que era casi imposible que esa idea se materializara. Aun así ella quería que esa noche fuera especial, por lo que decidió no pensar en nada mas que no fuera él.

-Quiero que me hagas el amor esta noche Harry... le confeso de pronto... quiero que me hagas tu mujer una vez mas y si es posible para siempre...

El moreno se detuvo y la miro con cierta duda. ¿Acaso había escuchado bien?.

Ella le sonrió y sin mediar mas palabras se alejo. Enfilo sus pasos fuera del salón, dedicándole una breve mirada antes de perderse escaleras arriba.

Llego hasta su habitación y lo espero sentada al borde de la cama. Fue la media hora mas larga de su vida. Pero tuvo paciencia, porque comprendía que Harry no podía salir corriendo detrás de ella. Había que guardar las apariencias.

Sin embargo ya nada estaba oculto, y mas pronto de lo que pensaban el sol iluminaría por detrás del horizonte.

Un ruido la hizo ponerse en pie. Muy nerviosa, vio como la puerta de su habitación se abría lentamente. Contuvo la respiración, al verlo aparecer por la pequeña rendija y exhaló un suspiro cuando él cerro la puerta tras de si con seguro. Acortaron la distancia que los separaba.

Harry le acaricio las mejillas con su pulgar, mientras el resto de los dedos de sus manos se adentraban por entre sus cabellos, hasta llegar a su cuello donde se toparon con el broche del vestido que sin problemas fue abierto. Luego con suma lentitud sus manos bajaron hasta los hombros femeninos desde donde rodaron por sus brazos hasta sus manos, llevándose con sus dedos, los tirantes del vestido. De esta forma quedo al descubierto el cuerpo de Hermione aun cubierto por una fina tela llena de encajes, que por el brillo en los ojos del moreno, sin duda despertó aun mas su deseos.

El vestido se había quedado trabado en las caderas de ella, por lo que Harry la ayudo a retirarlo por completo.

Hermione tomo el rostro de él entre sus manos y guió sus labios hasta posarlos sobre los suyos, para devorarlos suavemente. Él correspondió sin medida a sus besos, pero sin impedirle que sus manos siguieran en la tarea de desnudarla por completo. Una vez quitada la hermosa pero estorbosa prenda, Harry no pudo contenerse y abandonando la boca de ella, enfilo sus labios y su lengua hacia los pechos femeninos que lo esperaban ansiosamente. Con su mano rodeo uno de ellos, acariciándolo y masajeándolo con cierta premura, mientras que el otro lo tomo por asalto introduciéndolo todo lo que pudo dentro de su boca. Tal acción hizo que Hermione gimiera y temblara, debiendo aferrarse a los hombros masculinos para no caer.

Conciente de lo que había provocado, comenzó alternativamente a succionar y a morder ese pezón que erguido, poco a poco fue tornándose turgente preso de las ardientes caricias a que era sometido. Sin dar espacio a alguna tregua posible Harry tomo el otro pecho que resistía bajo la presión de su mano y descargo sobre el toda su pasión, recorriéndolo con su lengua, haciendo que numerosos escalofríos recorrieran a Hermione por completo, su respirar entrecortado delataba su minusvalía ante tan divina y dulce agresión.

Cada suspiro y cada gemido provocaba en Harry el deseo de prodigarle todo el placer posible y perdiendo la cordura por la suavidad de aquella piel, sus manos buscaron que hacer, por lo que una se posesionó de sus glúteos y la otra bajo hasta uno de los muslos femeninos. Inconscientemente ella separo un poco sus muslos dándole así cabida a adentrarse por su intimidad. Y así lo hizo. Deslizo lentamente sus dedos por entre la húmeda concavidad y suavemente fue recorriendo el lugar, haciéndola estremecer incontrolablemente.

Harry busco la mirada de Hermione, mientras profundizaba los roces de sus dedos. La mirada vidriosa de ella irradiaba sorpresa, pero también satisfacción por lo que sentía. Él sonrió complacido y sin esperar mas, introdujo dos de sus dedos dentro de ella, produciendo que el cuerpo femenino se tensara un poco. La morena le mordió el labio inferior como respuesta a la invasión. Entendiendo su deseo, movió sus dedos rítmicamente, primero despacio y luego con mas fuerza.

-Oh... Oh... Oh Harry... gemía ella abrazándose a él al sentir increíbles espasmos recorriendo sus caderas hasta hacer explosión dentro de su bajo vientre

El moreno la sostuvo entre sus brazos, mientras ella recuperaba el aliento. Luego la coloco delicadamente sobre la colcha que vestía la cama. Hermione abrió los ojos tratando de recobrar sus sentidos, se sentía algo mareada, pero plenamente dichosa. Su corazón latía a mil por hora y todo su cuerpo aun temblaba. Se acaricio los pechos aun húmedos y algo adoloridos por la pasión en ellos derramada, sin poder evitar sonreír. Se relamió los labios llenos aun del sabor de Harry, sin poder evitar desearlo nuevamente. Lo busco con la mirada y para su grata sorpresa estaba ya desnudo entre sus piernas, se acomodo sobre ella y se inclinó hasta que sus rostros se tocaron. Contuvo la respiración al sentir el fuerte miembro varonil rozar su entrepierna mientras se abría paso para tomar posesión del tibio y húmedo lugar que lo esperaba palpitando ansiosamente.

Harry la beso profundamente al tiempo que se adentraba en ella. Pudo sentirlo deslizarse suavemente, pudo sentirlo acoplarse sin problemas y lo sintió empujar mas sus caderas contra las de ellas, intentando hacer el contacto mas profundo. Él comenzó a moverse despacio hundiendo su cara en el cuello de ella quien entrelazo sus piernas alrededor de su cintura para estrecharlo mas contra su cuerpo. Deslizo sus manos por la espalda masculina mientras lo oía respirar entrecortadamente a medida que aumentaba el ímpetu de las penetraciones dentro de ella. Ahora era él quien gemía completamente extasiado mientras las manos femeninas lo recorrían y le hacían temblar por el suave roce de sus uñas.

-Oh Hermi... no hagas eso... suplico él en un susurro

-No te gusta... pregunto ella con falsa preocupación acariciando con mas frenesí el final de su espalda justo donde comienzan los glúteos masculinos de fuerte contextura, por que sabia muy bien el efecto que aquel roce estaba causando, había descubierto una parte muy vulnerable.

-Si... sigues... no...no...podré...con...te...nerme... confeso preso de deseo, mientras se estremecía

Hermione detuvo sus manos, no quería que aquello terminara. Harry respiro profundo y disminuyo su ritmo hasta casi detenerse. Tenia los ojos cerrados y la boca ligeramente abierta. Ella lo contemplo y no pudo menos que saberse completamente enamorada. Aparto el flequillo de cabello azabache que cubría su frente, donde la cicatriz en forma de rayo estaba perlada por el sudor. Con el dorso de su mano acaricio su rostro, y ante el contacto él abrió los ojos. Se miraron unos instantes

-Te amo... se dijeron casi al mismo tiempo.

Se inclino hasta besarla, mientras se abrazaban. De nuevo las ganas y el deseo se apoderaron de sus cuerpos y sus mentes. Moviéndose rítmicamente el uno muy junto al otro, lograron entregarse a ese amor que los hacia plenos pero que también los condenaba. Se abrazo con fuerza a su espalda, mientras él la levantaba un poco de la cama para lograr entrar mas en ella y dejar en su interior su total presencia, su cálida esencia que con rapidez colmó hasta el mas recóndito rincón jamás alcanzado hasta ese momento, donde dejaría el imborrable recuerdo de su amor.

La mañana toco los cristales de la ventana, disfrazada de tibios rayos solares, que cayeron suavemente sobre el rostro de Hermione. Perezosamente abrió los ojos, movió su rostro hacia el lado derecho de su cama y contemplo con una sonrisa un cuerpo que reposaba con una respiración pausada. Ella lo abrazo con ternura y deseo. Sus ansias de mujer reclamaban un nuevo encuentro, pero sabia que debía esperar un poco. Harry dormía tan placidamente que era muy egoísta de su parte despertarlo. Se acomodo a su lado e intento dormirse, algo que no le costo ningún esfuerzo. Se durmió soñando que cada mañana seria igual que aquella, que por el resto de su vida, ese cuerpo seria su cobijo, que esas manos cada noche la acariciarían y que esos labios la besarían cada hora de cada día.

-Hermione...Hermione... vamos amor despierta... es hora de irnos

Conciente de que Harry le hablaba y la movía por el hombro, Hermione se dio la vuelta sobre si misma y volvió a cubrirse con las sabanas. No quería despertar de su placido sueño, no quería volver a la realidad.

-Vamos perezosa... es tarde ya... todos se han ido... volvió a insistir Harry sin poder evitar reír ante la actitud rebelde de Hermione

-No... no quiero... bufo ella molesta y tomándolo por el brazo lo atrajo hacia ella

Harry cayo sobre Hermione. Ella atrapo sus manos y las coloco sobre sus pechos; por instinto las manos masculinas apretaron ambas voluptuosidades y un travieso pulgar comenzó a juguetear con sus pezones.

-Hermione en serio debemos irnos... dijo Harry en un hilo de voz... me esperan en el ministerio

Haciendo caso omiso de sus ruegos, ella comenzó a besarle el cuello, algo que hizo al joven gemir. Poseída por la necesidad de mas, comenzó a quitarle la camisa, cuando un ruido los hizo sobresaltar

Toc...Toc...Toc...

Alguien llamaba a la puerta. Harry se puso en pie rápidamente y abotonándose la camisa desapareció. Hermione se vistió a prisa con una bata e intento peinarse mientras caminaba hacia la puerta que aun era golpeada con insistencia.

La abrió con lentitud y para su sorpresa era nada mas y nada menos que el mismísimo Ministro de Magia.

-Buenos Días Sra Weasley, disculpe que la moleste... dijo el ministro algo avergonzado bajando la mirada al ver que Hermione vestía aun su ropa de dormir... pero debo notificarle que su esposo esta por llegar.

El cerebro de Hermione aun aturdido por lo que su cuerpo no dejaba de pedir a gritos, le hizo preguntar de forma atropellada

-Mi esposo?... cual esposo?

-Su esposo... el señor Ronald Weasley... aclaro el Ministro confundido ante la actitud de la bruja.

-Si... si claro...dijo rápidamente tratando de solventar la situación... mi esposo... si claro mi esposo

Ya su cerebro había procesado la información...

-Pero mi esposo viene para acá?... pregunto asustada... a este lugar?

-Si así es... le confirmo el Ministro... él me escribió muy temprano esta mañana, preguntándome por usted y el señor Potter... y yo les dije que ambos estaban aquí.

-Pero Ron no estaba en El Cairo?... pregunto visiblemente molesta... por qué regresa tan pronto?

-Lo que pasa es que ayer en la reunión se decidieron algunos cambios... le explico el Ministro algo confundido... el señor Potter no le comento nada?

Hermione caminaba nerviosa de un extremo a otro de la habitación. Temblaba completamente asustada al imaginarse la reacción de Ron, cuando supiera la verdad. Por que ya había resuelto decirle todo, confesarle su amor por Harry y confesarle que le había sido infiel con su mejor amigo. Ante este ultimo pensamiento se estremeció. No por lo que Ron pudiese pensar de ella, sino por lo que pensaría de Harry. Solo en ese momento comprendió las palabras de Tonks. La amistad de dos grandes e inseparables amigos llegaría a su fin de una forma vil. Por un instante Hermione se sintió malévola y perversa, porque había marcado el destino de Ron y de Harry solo para su propio beneficio.

La puerta del cuarto de abrió de pronto, pero se tranquilizo un poco cuando vio a Harry cerrándola tras él.

-Ron viene... fue lo único que ella pudo decirle

-Lo se... por eso debemos irnos... expreso Harry con seguridad

-Irnos?... a... a donde?... pregunto Hermione con titubeó.

-Lejos... muy lejos de aquí... donde solo importemos tu y yo... dijo tomándola de la mano... iremos al mundo muggle donde nadie nos conozca... donde no hallan preguntas...

-No Harry... no... negó Hermione oponiendo resistencia...

-Pero es que no entiendes... no van a entender nuestras razones... explico Harry molesto... nos juzgaran... nos señalaran...

-¿Por que tenemos que huir como fugitivos?... intento razonar Hermione...¡no hemos hecho nada malo!...

La morena hizo silencio por un segundo mientras analizaba sus propias palabras, y antes de que Harry volviera a hablar, dijo con actitud derrotada

-Oh si... lo hicimos... ¡no!... ¡fui yo! ... yo fui la que actuó mal... yo soy la que debe responder por sus actos...

-No Hermione... tu sola no vas a responder por algo que yo también hice... reconoció Harry abrazándola... te amo y no voy a perderte nuevamente...

-Tengo miedo Harry... confeso ella asustada... tengo miedo de lo que pueda pasar

-No pasara nada, mientras estemos juntos... aseguro Harry

-Hermione... Hermione soy yo...

El corazón de Hermione se detuvo por un instante, para luego latir con fuerza al escuchar la voz de Ron afuera en el pasillo.

Harry apretó con fuerza su mano y ambos caminaron con decisión hasta la puerta, pero una segunda voz los hizo detenerse

-No creo que este en su habitación... ella y Harry se fueron temprano esta mañana...

Era la voz de Remus que parecía haber interceptado a Ron en el pasillo.

-Pero el Ministro de Magia me dijo que...

-Remus tiene razón... Hermione se despidió de mi esta mañana, ya deben de estar por llegar a Londres.

Esta vez era Luna quien hablaba. Hermione y Harry aun dentro de la habitación escucharon como Remus se llevaba a Ron hacia el piso inferior. Luna toco con sutileza la puerta y se asomo con cuidado

-Ron se ha ido... creo que ustedes deben hacer lo mismo...

-Gracias Luna... agradeció Harry sin poder ocultar su nerviosismo.

-No hay problema... ahora Hermione vete a tu casa... antes de que Ron llegue... le indico Luna tan serena como siempre.

-Si Hermione vete... yo te alcanzo en un segundo... aseguro el moreno

De nuevo se escucharon pasos subiendo la escalera. Luna y Harry volvieron sus ojos hacia la puerta la cual se fue abriendo poco a poco.

Pero luego de un leve destello dorado, Hermione se encontró de pie en la sala de su casa.

Pido miles... no mejor millones de disculpas por la tardanza pero centenares de cosas me mantuvieron alejada de los FF... Gracias por su paciencia... aquí dejo otro capitulo... y debo confesar que la historia esta por llegar a su fin...

Ahora a enviar muchos RR...

Chao... cuídense mucho... nos vemos próximamente... un enorme beso para todos y un cálido abrazo para todas