Permaneció de pie frente a la chimenea, por un tiempo interminable. No podía despegar sus ojos de las tenues llamas azuladas que ardían perezosas. Esperaba ansiosa que el hombre que amaba viniera para llevarla al fin del mundo si él así quería. Esperaba por el desenlace de una vida llena de vació y sinsabores. Esperaba confiaba en que ahora si seria feliz.

Pero en vano esperó.

Por qué él no se regresó. Por qué no volvió para decirle cuanto la amaba. Por qué quien cruzo las llamas, que de pronto se tornaron verdosas, fue su único y legitimó compañero que un día ella había escogido para compartir sus sueños, tristezas y alegrías.

Hermione retrocedió un par de pasos, al ver como Ron entraba por la chimenea y se sacudía el hollín de los hombros. Trago fuerte al ver la mirada de su esposo sobre ella. Sintió pánico al no reconocer, en aquellos ojos algún asomo de lo que pensaba o sentía el pelirrojo en esos momentos, sin embargo sus mejillas y sus orejas estaban coloreadas de un intenso color rojizo, lo que hacia presuponer cuan mal estaba. Ya no cabía duda de que la verdad había sido revelada.

Ron se quito la capa de viaje lentamente dejándola descansar sobre el respaldar del sillón mas cercano. Suspiro profundamente como tratando de buscar fuerzas para poder expresar sus ideas. Abrió la boca pero no emitió ningún tipo de sonido.

La morena contuvo la respiración, y pregunto aun a sabiendas de la consecuencia que su duda acarrearía.

-¿Dónde esta Harry?...

Ron cerro sus manos en sendos puños y sus ojos se humedecieron violentamente. Bajo la mirada, pero no pudo reprimir las lagrimas que sin pudor mojaron no solo las mejillas rubicundas del hombre, sino que salpicaron la alfombra bajo sus pies.

Hermione sintió una puntada en su corazón, al ver aquello. Se llevo la mano a la boca para reprimir un sollozo. Aunque ya de nada valían los arrepentimientos. Ya todo estaba consumado. Aguardo unos segundos, al ver que su esposo parecía recobrar el dominio sobre sus sentimientos. Secándose las lagrimas con rabia con el dorso de su mano, levanto la mirada y la encaro con furia.

-¿Cómo pudiste?...

Solo dos palabras pudo pronunciar, con voz ronca. Hermione le sostuvo la mirada y llena de valor confeso sin tapujos

-Por que lo amo... lo amo desde hace muchos años... por qué no ha pasado un día en que no pensara en él...

-¡¡CALLATE!... grito Ron enardecido y tomando con ambas manos el sillón donde había dejado su capa lo lanzo con fuerza contra una de las paredes de la sala.

La morena ahogo un grito de sorpresa y terror al ver como el mueble se estrellaba contra la sólida edificación quedando fragmentado en varios pedazos. Instintivamente retrocedió cuando Ron volvió a fijarse en ella.

-¿POR QUÉ ME HICISTE ESTO?... ¿POR QUÉ CON HARRY?... ¿POR QUÉ?...¿POR QUÉ?... gritaba mientras seguía tomando objetos a su paso y lanzándolos lejos, logrando que se volvieran añicos en segundos.

-Con destruir la casa no cambiaras las cosas... razono Hermione tratando de disimular su miedo y empuñando la varita por si su esposo intentaba agredirla o autoagredirse.

-¿Qué hice yo para merecer esto?...pregunto abatido colocándose sus dos manos sobre la cabeza al tiempo que de nuevo sus ojos se llenaban de lagrimas.

-Fuiste un egoísta Ron... jamás me trataste como tu esposa... le recordó ella acercándosele con decisión... sino como un objeto de tu propiedad... nunca pensaste en mi... ni siquiera te molestabas en saber si era feliz, si me sentía satisfecha, amada...

-Pero ¿por qué con Harry?... volvió a preguntar Ron con voz quebrada

-Y ESO ES TODO LO QUE TE PREOCUPA?... grito Hermione perdiendo la paciencia... SI HUBIESE SIDO CON OTRO NO TENDRÍA IMPORTANCIA PARA TI?...

-Harry es mi mejor amigo... acoto Ron con renovada furia ignorando las quejas de su esposa... pero eso no te importo... eres una... ambos son unos... le confié mi mujer a mi mejor amigo y me la robo descaradamente.

-Yo creo que el único que se robo algo aquí fuiste tu Ron... aclaro Hermione serenamente.

Ron la miro por un instante totalmente confundido, por lo que ella continuo hablando sin importarle mas nada

-El día que me descubrí enamorada de Harry estuve dispuesta a irme con él... a olvidarme de nuestro compromiso... pero Harry no lo permitió... por que no quería herirte... no quería hacerte daño... prefirió renunciar a mi confiado en que a tu lado yo seria feliz, que contigo encontraría lo que él no estaba seguro de brindarme.

De nuevo las lagrimas surcaron las mejillas, ahora totalmente pálidas, del pelirrojo. Respiraba entrecortadamente y se estrujaba las manos nervioso.

-Y yo acepte por qué en el fondo yo te amaba, de una forma diferente pero te amaba Ron... siguió la morena en su confesión... pero tu mataste ese amor... cada día de estos diez años lo fuiste asfixiando, logrando así, sin proponértelo, ni proponérmelo, que mi amor por Harry se mantuviera intacto... y cuando volví a verlo, no pude evitarlo... no pudo resistirme a entregarme a él por completo... a amarlo como muchas veces soñé hacerlo.

-No sigas... no sigas... suplico Ron aturdido escondiendo el rostro entre sus manos.

-Lo amo Ron... le declaro sin remordimientos... amo a Harry Potter... por eso me voy con él...

Ron cayó de rodillas y llorando convulsivamente reconoció

-Te amo Hermione... no he amado a otra mujer mas que a ti... perdóname sino fui un buen esposo... perdóname sino fui lo que esperabas... pero no me dejes... me moriría sin ti... dame otra oportunidad...

-Me voy Ron... ya esta decidido... Harry viene por mi... anuncio la morena tratando de ignorar la actitud de su esposo

-Él no vendrá por ti... le anuncio en un susurro

Hermione frunció el entrecejo y con recelo insistió

-Claro que viene por mi... me lo prometió... él iba a hablar contigo...

-Si... Harry hablo conmigo... pero él no vendrá por ti... dijo Ron poniéndose en pie con la mirada triste... tu eres mi esposa y eso jamás cambiara... puedes gritarme todos los días que no me amas... que prefieres a Harry... no me importa...

Sintiendo un leve mareo se aferró a la pared. Ron le estaba mintiendo. Estaba dolido y era comprensible. Harry vendría, vendría por ella, para compartir juntos el resto de sus vidas.

-No lo esperes Hermione... dijo Ron alzando su varita y tras un par de hechizos convocados, la sala regreso a su antiguo orden... el ministerio lo envió a una misión

-¡MENTIRA!...¡MENTIRA!... grito Hermione tomándolo del brazo y obligándolo a mirarla... ¿QUÉ LE HICISTE?... ACASO LO...

-¡¡JAMAS!... por encima de cualquier cosa es mi amigo... se defendió Ron ante la idea que su esposa había asomado... ¿me crees capaz de algo así?... yo jamás mataría a alguien aunque se lo merezca.

Ahora era Hermione que lloraba desconsolada. Ron la miro sin saber que hacer o que decir

-No puede... no puede haberse ido... él me ama... me ama... repetía ella como para convencerse.

-Si... te ama... reconoció Ron con el orgullo pisoteado... pero no volverá... así que confórmate conmigo.

Hermione lo miro confundida

-Comencemos de cero... le propuso con una tímida sonrisa... yo te amo... estoy dispuesto a reconquistarte... a cambiar todo lo que sea necesario.

Segura de que no soportaría mas aquella situación, Hermione huyó del lugar, y busco refugio en su habitación, donde lloro amargamente.

No supo cuanto tiempo paso allí tendida en la cama, boca arriba con la mirada fija en el techo, intentando convencerse de que todo había sido una pesadilla. De que Harry no había vuelto, que nunca compartió momentos maravillosos a su lado, ni que él le había hecho descubrir lo sublime del amor. Pero con ese pensamiento las lagrimas de nuevo empañaron su mirada, porque de nada servia negarse a si misma la realidad de lo vivido, y mucho menos negarse de la posibilidad del abandono. Su corazón latió a prisa de forma dolorosa mientras una idea se formulaba en su cerebro. No podía quedarse con la duda, no podía dar por sentado algo que parecía inaudito.

Se dio un baño rápido, se vistió a prisa y sin problemas logro trasportarse hasta el Ministerio de Magia.

Camino con decisión hasta el ascensor, y se bajo en el piso donde los Aurores tenían su cede. Se acerco a una bruja de mediana edad y con premura le dijo

-Buenas Tardes... quisiera hablar con el señor Remus Lupin...

La bruja levanto la mirada de un montón de papeles que organizaba con fastidio. La contemplo por un instante y con aburrimiento le pregunto

-¿A quien debo anunciar?

-Hermione Granger.

Remus apareció casi inmediatamente, acercándose rápidamente a la morena sin ocultar su preocupación.

-Hola Hermione... ¿cómo estas?

-Mal Remus... estoy muy mal... le confeso ella sin tapujos.

Remus la tomo por el brazo y la escolto hasta su oficina. Y cerrando la puerta la invito a sentarse

-¡No... no quiero sentarme!... ¡¡estoy desesperada!... hablo Hermione entre sollozos... por favor Remus... por nuestra amistad... dime ¿donde esta Harry?

-No lo se... dijo Remus negando con la cabeza... nadie sabe donde esta... solo el Ministro de Magia lo sabe... fue enviado a una misión ultra secreta.

-¡¡MENTIRA!... exploto ella tomando a Remus de las solapas de su túnica... TODO ESO ES UNA VIL MENTIRA... ¿POR QUÉ SE EMPEÑAN EN SEPARNOS SI NOS AMAMOS?

Remus la miro a los ojos compasivo, tomo las manos femeninas y las acuno entre las suyas

-Mi querida Hermione, no sabes como me duele toda esta situación... cuanto no daría yo porque ambos estuvieran juntos ahora y para siempre... pero... al parecer... por ahora no va a poder ser...

-Ustedes están en nuestra contra ¿verdad?... insinuó la morena con rabia... por qué no pueden permitir que un auror se involucre con una bruja divorciada... es eso ¿no?... el Gran Harry Potter no puede unirse a una...

-¡Por Merlín Hermione!... ¿qué tonterías dices?... le reprocho Remus molesto... eso nada tiene que ver... la vida privada de los aurores no...

-Por favor Remus, ¿me crees idiota?... le interrumpió Hermione... Tonks se paso todo el tiempo detrás de nosotros... tú mismo hablaste con Harry quien sabe que cosas... el Ministro no lo dejaba en paz... y puedo asegurar sin temor a equivocarme que fue él quien mando por Ron...

Remus guardo silencio y bajo la mirada.

-Entonces tengo razón... ustedes planearon todo... esa repentina misión para Harry.. el que Ron volviera tan rápido de El Cairo...

El mago no refuto aquellas acusaciones, por el contrario las confirmo con su actitud avergonzada.

-¿Con que derecho ustedes han decidido por Harry y por mi?... pregunto Hermione dolida e impotente... yo lo amo... y él me ama... ¿qué le hicieron?... por que le obligaron a...

-Nosotros no lo obligamos... apunto Remus levantando la mirada... él accedió a irse sin ningún tipo de presión.

Hermione lo miro con recelo sin entender

-Harry y Ron hablaron por un largo tiempo... le explico Remus... a solas... en privado... Harry me había confesado que te amaba y que lucharía contra todos por ti... seguro estaba yo de que no aceptaría la misión que en la reunión se le había asignado... pero cuando regreso de hablar con Ron no quiso intercambiar palabras conmigo... solo fue tras el ministro y le comunico que aceptaba la misión y que partiría en ese mismo momento... no se despidió de nadie...

Aquellas palabras fueron como dagas filosas que se clavaron profundamente en el corazón de Hermione. Tuvo que sentarse para que su cuerpo no impactara contra el piso, al sentir que sus piernas no la sostendrían por mas tiempo. Remus se inclino frente a ella preocupado, volvió a tomar sus manos y le acaricio el rostro.

-Te juro por mi vida Hermione que no se donde esta... si lo supiera no dudaría en decírtelo... dijo con tristeza... porque yo se todo lo que han sufrido el uno sin el otro... pero quizás ese no sea el destino predestinado para ustedes... quizás el amor que se profesan no tiene espacio ni lugar en esta hora...

Que amargo sabia la derrota. Sabia a Hiel. Y quemaba, quemaba profundo en el alma. Era insoportable. Era inhumano. Quizás era preferible la muerte a tener que aceptar que se te era negado el derecho a amar, a tener que soportar la soledad luego de haber conocido una dulce y embriagante compañía.

Remus acompaño a Hermione hasta su casa. Por que ella no parecía tener las fuerzas suficientes para caminar, ni hablar, a penas si respiraba. Ron estaba sentado en la sala, cuando los vio aparecer a ambos por la chimenea. Se sorprendió sobremanera, porque el pelirrojo pensaba que su esposa estaba en su habitación. Fue a reclamarle, pero al ver el vació en su mirar y la expresión en su rostro, prefirió esperar por la explicación que Remus pudiera darle.

La morena fue conducida hasta su cuarto, donde su esposo la acomodo entre almohadas y sabanas. Ron se preocupo porque no parecía tener fuerza ni voluntad, era como tratar a una muñeca hecha de harapos. Sin embargo prefirió no prestarle mucha atención, pensando que con el nuevo día ella estaría mejor.

Pero que equivocado estaba.

A medida que los días pasaron, la actitud de Hermione lejos de mejorar, empeoro. No hacia el mas mínimo esfuerzo por levantarse de la cama, ni para asearse, ni para comer. No hablaba. Dormía solo de a ratos. Su mirada perdida se había fijado en un punto: en el cristal de la ventana.

El pelirrojo la atendió durante los primeros días de forma amorosa, asumiéndose culpable del mal que aquejaba a su esposa, por lo que en ningún momento dejo de decirle lo mucho que la amaba y que una nueva vida les esperaba para compartirla juntos.

Luna Lovegood le ayudo gustosa al ver a su amiga sumida en aquel estado de ausencia total. Ambos trataron de brindarle a Hermione todos los cuidados que necesitaba, confiados en que pronto ella volvería a ser la misma.

Pero ya cercano de cumplirse un mes Ron se desespero sobremanera, al ver que sus esfuerzos eran infructuosos: había cuidado de ella lo mejor que pudo, sin despegarse de ella ni un instante, pero la situación se hizo insostenible. Recurrió a un curandero en San Mugo que gustoso acepto ir a evaluar a Hermione a la casa. Y luego de una evaluación minuciosa dio su veredicto.

-La señora esta sumergida en una terrible depresión... explico preocupado... la cual se hace mas difícil de tratar por su sangre muggle... usted sabe que ellos son mas frágiles para sobrellevar situaciones de alto contenido emocional.

-Pero ella es una bruja... acoto Ron preocupado... y siempre fue muy fuerte... tiene que haber alguna poción o algo que la ayude a salir de esto...

-Bueno dada su condición el uso de pociones esta proscrito... dijo el curandero mesando su barba pensativo... quizás si logramos descubrir la causa que la llevo a ese estado

Ron sintió el peso de la culpa de nuevo sobre su corazón, sin embargo un duda le hizo preguntar

-Pero...¿por qué no puede ella tomar una poción?...

-Porque esta embarazada señor Weasley... su esposa esta esperando un hijo...

Ron permanecía sentado en una silla al lado de la cama. Miraba a su esposa fijamente quien como siempre mantenía la mirada fija en el cristal de la ventana, parpadeando solo de vez en cuando. Luna estaba sentada un poco mas allá, observando al pelirrojo.

-¿Por que estas tan seguro que es de Harry?... pregunto ella con suavidad...

-Es su hijo... reconoció Ron a secas... no hay que sacar muchas deducciones para saberlo.

-Y ¿qué piensas hacer?... quiso indagar Luna

-No lo se... por ahora solo me importa que ella se recupere... expreso el pelirrojo tomando la mano de su esposa y apretándola con suavidad... luego se vera

-Y ya se lo dijiste?... siguió preguntando la bruja

-A quien?...pregunto a su vez Ron

-Pues a Hermione... dijo Luna como si fuera lo mas obvio... ¿ya le dijiste que va a ser madre?.

Él miro a Luna confundido y negando con la cabeza dijo

-No...no le he dicho... pero quizás no sirva de nada... porque no parece estar conciente...

Luna se sentó en la cama al lado de Hermione y con voz suave le dijo muy cerca de su oído.

-Hermione...Hermione... recuerdas lo que te dije aquella tarde, frente a la tienda muggle... que el amor daría frutos... ¿recuerdas?...

Para asombro de ambos, Hermione despego sus ojos de la ventana y los clavo en el celeste mirar de Luna, quien manteniendo el tono de voz continuo

-Pues no me equivoque amiga... vas a ser madre... dentro de poco el amor que una vez te hizo dichosa se materializara en un hermoso hijo...

La morena pestaño varias veces, como quien despierta de un profundo sueño. Unas pequeñas lagrimas rodaron por sus mejillas hasta morir en la funda de la almohada.

Ron brinco de la silla, sentándose al lado de su esposa, apretó con fuerza su mano y le dijo

- Y espera por ti Hermione, tu hijo espera por ti... para nacer...para crecer...

Como cada mañana, él le llevaba el desayuno, pero ya desde hacia tres días, no tenia que dárselo como si se tratara de una niña pequeña, ahora ella misma se alimentaba, algo despacio pero sin duda con bastante apetito.

Desde que ella había vuelto a conectarse con el mundo que le rodeaba, Ron seguía atendiéndola con esmero, logrando que su esposa recobrara rápidamente las energías perdidas, y con ayuda de Luna llego a valerse de nuevo por si misma de forma exitosa en poco tiempo.

Sin embargo el asunto, gracias al cual, Hermione ya estaba de vuelta, no había sido tocado. Ron presentía que ella no quería hablar de ello, con Luna presente, y no se equivocaba. Porque una vez que la amable bruja se hubo marchado; el tema salió rápidamente a relucir.

-Gracias por todo Ron... expreso Hermione mientras su esposo le retiraba la bandeja de sus piernas... creo que ya puedo bajar a comer... este encierro me mata...

-Ya veremos... el curandero viene hoy para revisarte... acoto Ron mientras enfilaba sus pasos fuera de la habitación... si él considera que puedes empezar con tus actividades... podrás hacerlo.

-Espera Ron... le llamo Hermione sentándose al borde la cama... ven... tenemos que hablar

-Se me va a hacer tarde... intento excusarse... mejor hablamos durante el almuerzo.

-No Ron...me gustaría hablar ahora... le pidió ella... aun no son ni las siete...

Comprendiendo que de nada valía postergar mas el asunto dejo la bandeja sobre el buró y arrimando una silla se sentó frente a su esposa. Se miraron por un instante. Hermione se acerco a él y tomándolo de la mano lo atrajo hacia ella. Ron se sentó a su lado.

-Luna me dijo todo lo que hiciste por mi... y no sabes cuanto te lo agradezco..

-Ella también ayudo mucho... además eres mi esposa, era lo menos que podía hacer... le interrumpió encogiéndose de hombros.

-Pudiste haberme enviado a San Mugo...reconoció Hermione... en donde seria muy bien atendida sin duda, pero en donde jamás me hubiera recobrado.

-Soy egoísta por naturaleza... por eso no te hubiera mandado lejos de mi... dijo Ron sin matices en su voz... además al saber que tendrías un hijo te hubieras recuperado de igual forma.

Ella bajo la mirada y él la desvió hacia otra parte, para que su esposa no viera las lagrimas que pugnaban por salir de sus ojos.

-Con respecto a eso... he estado pensando... comenzó a decir con un nudo en la garganta

-Creo que es muy pronto para hablar sobre ello... se apresuro a decir Ron... aun estas convaleciente... cuando estés mejor del todo...

-No Ron... ahora... no mañana... asevero Hermione tomando su mano... es preciso que aclaremos nuestra situación de una vez por todas

Ron la miro con miedo y tragando fuerte asintió con la cabeza.

-He pensado en marcharme... confeso mirándolo fijamente... después de todo lo ocurrido y después de saber lo de mi embarazo... creo que es lo mejor...

-Yo quiero que te quedes... dijo Ron sin rehuir la mirada... esta es tu casa... yo soy tu esposo...

-Pero voy a tener un hijo de Harry... acoto Hermione con sensatez... eso hace que la posibilidad de una segunda oportunidad entre nosotros quede descartada...

-Lo se... se que cuando Harry se entere de que tendrá un hijo contigo...regresara del lugar en donde esta... reconoció Ron sin disimular su rabia y dolor... pero en el supuesto caso de que él no lo asuma... quiero que sepas que yo si estoy dispuesto... que yo jamás te dejaría sola en esto...

Hermione lo abrazo con fuerza, sintiendo que todo el rencor que alguna vez sintió por su esposo, se borraron sin dejar huella en su corazón.

Un ruido los hizo separarse. Volvieron su mirada hacia la ventana. Una enorme lechuza de color negro picoteaba insistente el cristal.

Ron se apresuro a dejarla entrar. Traía un rollo de pergamino atado a su pata. Tenia el sello oficial del Ministerio de Magia Ingles en el borde superior derecho y una cinta negra colgaba de la esquina inferior izquierda.

A medida que el pelirrojo leyó lo escrito en tinta verdosa brillante, su rostro palideció de forma tan abrupta, que Hermione se levanto rápidamente para sostenerlo segura de que pronto se desmayaría.

-Ron ¿qué ocurre?... ¿qué pasa?...

Su esposo la miro sorprendido y asustado. Y luego de volver a releer el pergamino dijo con voz pastosa

-Harry... Harry... ha muerto...