Sus pasos la llevaron hasta aquel putrido bar, ella sin dudar entro.

Todo movimiento y sonido se detuvo al instante.

Susurros se alzaron pero ella los ignoró, su imagen inocente contrastaba fuertemente contra la descuidada del lugar, de repente una mano se estampó con fuerza en su trasero.

Ella se detuvo y se giró a ver al que lo había hecho.

Le sonrió encantadoramente y recargo su trasero en su mano, de inmediato él comenzó a acariciarlo.

En un rápido movimiento ella sacudió su mano y dió un giro sobre si misma, estrellando su pie izquierdo en su cara, al instante él sujeto salió disparado contra una mesa.

El cayó con fuerza y se quedó ahí tirado sobre comida, bebida e incluso dos sujetos.

La muchacha mantuvo el rostro inexpresivo, aunque interiormente estaba radiante de felicidad al ver que aquel ser había respetado su parte del trato y todas sus habilidades fuertemente forjadas en su anterior vida se mantuvieron aquí e incluso se habían incrementado ligeramente.

La miró con los ojos abiertos y ella con la gracia de un depredador se acercó a él ignorando a los compañeros del tipo que comenzaban a levantar sus armas.

Ella se detuvo frente a la figura tirada y desorientada de él, se agachó ligeramente y sus manos blancas lo sujetaron firmemente del cuello de su camiseta manchada de bebida.

Sin mostrar esfuerzo ella lo alzó hasta que su rostro estuvo frente al de ella, los pies del tipo patéticamente arrastrados en el suelo dándole una imagen estúpida al ser levantado por una chica tres cabezas más baja que el.

—Sólo una persona puede hacer lo que has hecho, y aún así él no lo haría porque él es un caballero y no una basura como tú. Vuelves a tocarme y te arrancaré tus asquerosas manos.

Sin decir más ella lo lanzo con sorprendente maestría contra sus compañeros, provocando un enredo de cuerpos en el suelo y más reguero de comida y bebida.

Se giró y de nuevo se aproximó a la barra.

—Estupida.— Exclamó la voz del mismo sujeto.— Estoy seguro que no es un caballero, quizás solo es un marica que no sabe que hacer con una mujer.

Sus palabras la detuvieron, no dijo nada pero antes de que cualquiera pudiera reacciónar ella arrebato al camarero el cuchillo que se usaba para cortar limones y lo lanzó directamente al espacio entre sus ojos.

Todos en el lugar la miraron impresionados y ella sólo miró con asco el cuerpo del sujeto muerto.

— ¡Sarquiss!— Exclamó una mujer rubia con un pañuelo en su cabeza y gafas de sol, la muchacha se dejó caer a su lado y lloró sobre él pecho del pirata.

Ella sólo miró fríamente el cuerpo en el suelo, este era alto, de cabello largo en color celeste plateado. Llevaba puesto un abrigo largo con el pecho destapado y unos pantalones, de rayas verticales de colores rojo y blanco.

Ladeo la cabeza al ver en su pecho tatuada una Jolly Roger que se le hacía familiar.

Encogiéndose de hombros se aproximó de nuevo a la barra y se sentó en un taburete, golpeó la mano en el mostrador llamando la atención del cantinero y este con terror la miró.

—Comida y una jarra de agua, cualquier comida está bien.

Él hombre asintio y se apresuro a servirle su pedido.

—Aquel hombre...— Comenzó tembloroso él cantinero mientras le ponía enfrente un plato de arroz con carne y una bandeja de pan.— Su capitán te matará.

Ella sólo enarcó una ceja mientras daba un buen trago al vaso de agua recién servida.

—Ah sí, que bien.

Un grito de furia resonó en el lugar, el cantinero y la mayoría de los clientes temblaron y rápidamente huyeron del lugar.

La pelirroja continuo comiendo tranquilamente ignorando los pasos pesados que se aproximaban a ella.

Una mano grande se poso en su hombro y lentamente lo comenzó a apretar.

—Tú...— Siseó una voz molesta.— Asquerosa perra barata. Mataste a mi primer oficial, era el único en mi tripulación que valía la pena.

Giró su rostro y echo un vistazo sobre su hombro.

Un hombre alto y moreno con el pelo rubio, la miraba ferozmente.

Este tenia una cicatriz encima del ojo derecho y tatuajes en sus brazos, vestía pantalónes blancos, una faja de color verde y una camisa de color rosa sin mangas. Sobre sus hombros descansaba un abrigo azul marino.

Ella suspiro y dejando el plato medio vacío dió un manotazo a la mano del hombre, giró el banquillo y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Interrumpiste mi comida.

Él sujeto parpadeo ligeramente, un segundo después él alzaba su brazo derecho y este asombrosamente se convertía en un resorte.

Tomó impulso y lo estampó en la barra tras la muchacha.

El río maniáticamente y ella enarcó una ceja.

Sus manos toscas la tomaron firmemente de los cabellos y la bajaron del banco a la fuerza.

Ella no hizo ni dijo nada sólo se dejó llevar.

Él pirata rubio arrastró a la pelirroja y cruzando las puertas del bar la soltó sobre un charco de lodo.

Ella se sentó sobre sus rodillas y con sus manos sacudió el lodo de su vestido antes rosa.

Sus ojos grises se clavarse en los de él.

Lentamente se levantó y lo miró, notando su cuerpo en tensión.

Se enderezo y alzando su puño lo estampó en el pecho del chico mandandolo a volar y estrellarse contra una panadería al ser tomado por sorpresa.

—Bellamy la hiena, tienes una recompensa de55,000,000 bellys.

Él pirata clavo sus ojos inyectados en sangre en ella.

— ¿Eres una caza recompensas?

Ella río mientras negaba y lentamente se aproximó a él.

—Por supuesto que no, sólo soy una forastera. Técnicamente sí te iba a buscar, estás en mi lista después de todo. Pero francamente me sorprende verte aquí, seguramente él que me envió aquí está aburrido.

Ella salto y azoto su pie en la cabeza del muchacho antes de que él siquiera tuviera tiempo de replicar.

Está vez ella fue la que lo tomó de los cabellos y comenzó a arrastrarlo a través de las calles empedradas.

Ignorando a la tripulación furiosa del chico que se vio obligada a huir al ver un grupo de marines que alertados por el alboroto corrían hacia su dirección.

La gente temerosa se aparto del camino de la chica que sin indicios de cansancio llevaba a rastras a un hombre tres veces su tamaño.