Los personajes de Slayers son propiedad exclusiva de su creador


A pesar del dolor, Reena se puso en pie, tratando de encontrar la familiar voz

- ¡Creía que habías dejado los robos!

- ¿Amelia?- pregunto Gourry mientras se levantaba y se tocaba el chichón que le había salido en la frente con el golpe de la maza de Filia

- ¡Deberías entregarte a la autoridades, y arrepentirte de tus crímenes!- continuo ignorando al espadachín- ¡Que te niegues a reformarte es algo que no puedo permitir en nombre de la justicia! O dejas esas detestable practica… o yo misma tendré que hacerlo, a pesar de la amistad que nos une

En las ramas mas altas del roble una jovencita de pelo oscuro y grandes ojos azules, miraba desafiante a una Reena cada vez mas asombrada. Amelia Wil Tesla, princesa de Seiruun creía firmemente en sus palabras y en que la hechicera haría caso de ellas.

- ¡Amelia! Me alegro de volver a verte…- la pelirroja esbozo una sonrisa al tiempo que sacudía su mano intentando quitar hierro a las palabras de las chica- Creía que seguías en palacio… atendiendo los asuntos de la corte…

- ¡No puedo permitir que las leyes se quiebren¡Y tú eres una prueba de que aun hay muchos criminales a los que castigar!

- ¿No crees que exageras un poco?- rió Reena mientras sentía una gota de sudor bajando por su nuca- No soy una criminal… Ellos eran los ladrones…

- A los que atacamos sin un motivo…- razono Gourry

- ¡No! Estábamos paseando por el bosque…- intervino la maga

- ¡Pero si no sucedió así, Reena! Que extraño que no te acuerdes… En realidad… - la maga tapo con su mano enguantada la boca del rubio antes de que pudiera continuar

- ¡No le hagas caso, Amelia¡No sabe lo que dice!- el aludido comenzó a retorcerse intentando liberarse de la mordaza- Filia le dio un golpe con su maza y…

- ¡Filia!- la princesa se dio cuenta entonces de la presencia de la dragona, a quien dirigió una mirada furiosa- ¿Estabas tu presente y no impediste nada de esto?- frunció el gesto entristecida de una forma muy teatral- ¡Pensaba que un sacerdotisa como tu, entendería lo que significa la justicia…!

- Ex sacerdotisa. Recuerda que renuncio al cargo. Tal vez le venia demasiado grande- bromeo Xellos que estaba disfrutando de lo lindo con la discusión

- ¡Maldito demonio!- Filia se alejo decidida del canastillo, y tomo su maza- ¡Te enseñare a cerrar la boca!

- Aaaah… Es todo un detalle por tu parte, pero ya aprendí- los sentimientos negativos de la noche le hacían vibrar lleno de vida, y con ganas de mas. Volvió a hacer aparecer la taza de te- ¿Quieres un poco?

- ¡No tomaría nada que tu me ofrecieras, namagomi!

Xellos frunció el gesto. No sabia porque pero solía molestarle mucho que Filia le insultara. La taza volvió a desaparecer.

- ¡Menudo carácter que tenéis los dragones dorados de Fuego¿Erais todos así de desagradecidos? Aunque claro… Solo quedas tu, y el ejemplo habla por si solo

Filia sintió la necesidad de trasformarse en dragón y darle una lección a ese demonio de una vez por todas… En lugar de eso, apareció en la misma rama que Xellos, dispuesta a golpearle con todas sus fuerzas.

- ¡Fallaste!- grito el demonio desde otra rama mas alejada- ¿Cómo puedes ser tan torpe?- Filia, tras pelear con su maza que había quedado clavada en la rama por culpa de la velocidad y conseguir desencajarla, volvió a desaparecer. Una y otra vez, el demonio se las arreglaba para evitar que ella le golpeara. Los dos, finalmente se perdieron en el bosque, y Gourry juro que vio un lazo de color rosa por debajo de la capa de Filia.

Reena, aprovechando la confusión se acerco sigilosamente a la pila de sacos, tomando el que había empezado a abrir

- ¡No lo permitiré!

Amelia salto desde la rama, giro en el aire con agilidad dispuesto a aterrizar frente a Reena… Pero acabo, por el contrario, cayendo de cabeza y a espaldas de ella

- Como en los viejos tiempos….- suspiro Gourry mientras la ayudaba a levantarse

- Sólo me falta un poco de practica…- se justifico la princesa- Pero la semana pasada me salio perfectamente…

- ¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH!- el grito de Reena hizo que ambos corrieran alertados hacia la hechicera que aun sostenía el saco

- ¿Qué ocurre¿Una trampa? - sugirió Gourry

- ¿Un gato enfadado¿Un cepo¿Veneno? - aporto Amelia

Ambos intentaban ver, pero sin mucho éxito, que había dentro del saco, pero el cuerpo de Reena se lo impedía.

- ¡Solo hay papeles para un sorteo¡Y muñecas, libros ridículos, baratijas…!- empezó a sacar todas esas cosas de la bolsa, quedándose en la mano con un conejito de peluche rosa- ¡Nada de valor!

- ¡Debería servirte de lección!- exclamo una alegre Amelia sin darse cuenta de la desesperación de Reena que estaba cabizbaja.

El bebe, que había tenido suficientes gritos y discusiones por una semana, se puso a llorar a pleno pulmón

- Filia… ¡Haz que se calme!- exclamo una nueva voz.