Harry Potter y el príncipe de los mestizos
Cap. 2
Agonía
La llegada a San Mungo no pasó desapercibida, ya por el sólo hecho de que tres hombres trajeran a un adolescente lleno de heridas, con sangre que le salía por la boca cada vez que tosía y que ese adolescente no era más ni menos que Harry Potter el "niño-que-vivió" en el que algunos tenían la esperanza que vuelva a salvarlos de otra época de terror y miedo. Al ver bien a los acompañantes del muchacho, vieron al director de Hogwarts y a dos profesores según había trascendido Snape y Lupin, todos con los rostros preocupados.
-¿Qué paso? – preguntó un sanador que pasaba por ahí – rápido síganme
-¿Su nombre si es tan amable? – preguntó Dumbledore
-Ah si perdonen, soy Tony Cucciuffo, estuve en Hufflepuff – contestó el sanador
-Ahora deposítenlo en aquella cama, si me permiten que lo revise, me gustaría tener más espacio
-Espero que no le importe que haya alguien en la habitación – dijo Dumbledore
-Mientras nos dejen trabajar, no veo inconvenientes – contestó el sanador mientras enchufaba a Harry como si estuviera en coma (todos los aparatitos, jejeje)
-¿Cómo está? – se animó a preguntar Remus
-Mal, muy mal, tiene muchas heridas internas, sumadas las externas y hasta que no estén los resultados de los análisis no sabremos que más nos podemos encontrar– respondió Tony
-Creo que tendríamos que darle una poción, para que se recupere por lo menos físicamente – dijo Snape
-¿Cuál? – peguntó interesado Dumbledore, mientras que Remus ya estaba en otro mundo ajeno
-La misma que le preparé para el Señor Oscuro y los demás – contestó
-¿Cómo quedaron ellos? – preguntó interesado
-Mal, pero el que sufrió menos fue él, los demás están igual que Potter
-¿Está débil, pero estable?
-Si
-Ya veo, no se esperaba esta explosión del poder de Harry
-Yo creo que buscaba otra cosa
-Si, pero ¿Qué?
Cuando llegó Kingsley al ministerio, se puso a hacer el encargo que le hizo el director y se concentró en poner a los que más confianza les tenía y a los que no los ponía con él o con Tonks, para poder tenerlos vigilados. Una vez terminado el diagrama se lo entregó a su superior para que lo apruebe, pero éste se lo llevó al ministro de la magia para que lo autorice y el ministro puso la firma y se dirigió a San Mungo.
Mientras en Grimmauld Place, cuando apareció Arthur fue atosigado a preguntas por todos, que hablaban y gritaban todos al mismo tiempo, lo que hizo que se le sumaran los chicos al descontrol que se estaba produciendo, hasta que el retrato de la Sra. Black gritó
-¡INMUNDICIAS Y DESECHOS DE LA SOCIEDAD ¿POR QUE NO SE DEJAN DE GRITAR! ¡UDS QUE PROFANAN EL HOGAR DE LA NOBLE CASA DE LOS SAGRE PURA BLACK! ¡MALDITOS TRAIDORES A LA SANGRE… - vociferaba la señora Black hasta que entre Tonks y Arthur lograron hacerla callar
-Bueno gracias a la Sra. Black acá se hizo un poco de silencio – comentó divertida Tonks
-¡¡¿Qué pasó con Harry! – preguntaron ansiosos los chicos y Molly. Arthur palideció un poco, no sabía como contarles el estado actual de Harry después del ataque, pero esas miradas apremiantes, no le dejó más alternativa que contarles.
-Bueno…como empezar…
-Por el principio ¡por Merlín Arthur! – se quejó Molly
-Está bien, pero no es fácil, Uds. no lo vieron, se lo podrán imaginar, pero no lo sabrán nunca con exactitud – comenzó Arthur haciendo que se preocupen aun más – después de que saltaron las alarmas y nos aparecimos allí, el panorama que encontramos no fue muy alentador, había mucha gente viendo como temblaba la casa, pero no había ningún mortifago, por lo que supusimos que todo era provocado por Harry, los tíos de Harry no tenían la menor idea de lo que pasaba y estaban por demás asustados, luego apareció Dumbledore y después una luz muy fuerte seguida de una explosión le siguieron al grito de Harry, esa explosión derribo la parte superior de la casa lastimándolo. Luego de que apareciera Snape y ayudara a Dumbledore a sacar Harry de la casa, pero peor fue cuando salieron de la casa con Harry en brazos, sangraba por la cabeza, tosía y escupía sangre, tenía muchas heridas…
-Entonces el muchacho hizo saltar todas las alarmas, curioso – lo interrumpió Ojoloco
-¿Qué? – preguntó Molly
-¿Cómo? – preguntó Tonks
-¿Harry es tan poderoso como para hacerlo? – peguntó Arthur, ahora todos miraban a Moody
-No subestimen al muchacho, no por nada puede realizar un patronus corpóreo desde los 13 años – contestó Moody
-Y es un buen profesor… - decía Neville hasta que lo interrumpieron
-¿Qué materia impartía? – preguntó Tonks interesada
-Defensa contra las artes oscuras – contestó Ron
-Yo diría que fue el mejor profesor junto a Lupin – comentó Luna
-Ven, no subestimen el poder del chico – repitió Ojoloco
-Bueno ahora hay que esperar a que venga Dumbledore y avisar a los demás miembros – dijo Arthur todavía asombrado por lo que acababa de escuchar - ¿y los gemelos?
-En su habitación – contestó Molly
Mientras Dumbledore, Lupin y Snape esperaban a que terminaran con los análisis y exámenes, escucharon una voz muy conocida, esa voz pedante y soberbia pertenecía a Cornelius Fudge el ministro de la magia que se habría paso al son de "soy el ministro y quiero ver a Potter", no podían creer como alguien así pudiera ser ministro todavía, no después de que saliera a la luz que los estuvo tachando de locos, seniles y demás adjetivos calificativos poco agradables. Ante la inminente entrada del ministro Dumbledore se adelantó
-¿Qué desea Fudge? – preguntó Albus con un tono cortante y poco amistoso
-Quiero saber que pasó, me enteré que atacaron a Potter y por eso vine a verlo – contestó
-Veo… - dijo y luego de meditarlo unos instantes – supongo que ya debe saber que atacaron a Harry, como también supongo que los aurores que estuvieron presentes le darán el informe correspondiente junto con los demás departamentos que estuvieron en el lugar
-Seguro, pero igual quiero ver a Potter – replicó encaprichado Cornelius
-No es necesario que lo vea, los sanadores le pueden entregar un informe del estado que se encuentra – contestó cruzándose de brazos, dando a entender que no iban a pasar
-Dumbledore… - dijo Cornelius perdiendo la paciencia
-Acá lo encuentro profesor – dijo Tony que venía seguido por Snape, ya que Remus se quedó con Harry
-Si, dígame – respondió
-El Señor Potter debido a sus lesiones está muy grave, no se le encontraron daños cerebrales, pero su estado es delicado – decía Tony, y adelantándose comentó – solo resta esperar y que el chico tenga ganas de vivir
Eso fue un balde de agua fría para todos los presentes, el ministro se quedó sin habla, Dumbledore y Snape como si hubieran recibido un petrifus totalus y las personas que estaban allí con la boca abierta, sin contar que cierta persona de cabello rubio, se relamía por la primicia que iba a dar al mundo mágico.
-Bueno en cualquier momento tendrían que llegar los aurores para hacer la custodia – dijo Dumbledore
-¿Y ahora? – preguntó un abatido Remus
-Te quedas cuidando a Harry, mientras Severus y yo vamos al cuartel – contestó Dumbledore
-¿Y en las noches de luna llena? – preguntó Severus
-Eso ya lo veremos cuando sea el momento – respondió.
Cuando llegaron al número 12 de Grimmauld Place, los recibieron igual que al Señor Weasley, sólo que ahora se habían sumado los gemelos que al salir de su cuarto los pusieron al tanto.
-¿Y?
-¿Qué noticias hay?
-¿Cómo está Harry? – fueron algunas de las preguntas
-¡Demonios! ¿Pueden hablar? – dijo un pelirrojo, sin poder controlar su temperamento
-Controle su temperamento Weasley – dijo Snape
-Ahora que están un poco más calmados – dijo mirando a Ron, Dumbledore – Harry está grave, recibió un ataque mental y todo depende de Harry.
-¿Cómo que todo depende de Harry? – preguntó Tonks
-Si, todo depende de las ganas de vivir que tenga – contestó - Ahora tiene que comenzar la reunión, chicos por favor
Dicho esto los chicos para asombro de todos, subieron sin decir una palabra, todos iban cabizbajos y en silencio hacia las habitaciones, ninguno podía creer lo que escucharon. Mientras los chicos subían los adultos entraban a la cocina para comenzar la reunión y una vez que estuvieron todos ubicados.
-Bueno ¿comenzamos? – preguntó Dumbledore que se veía más cansado que nunca
-¿Qué pasó? Porque por lo que nos contó Arthur estaba Harry solo – dijo Moody
-Severus puedes contestar a esa pregunta mejor que yo – dijo Dumbledore
-Había reunión, luego llamó a tres mortifagos, que fueran donde estaba él y de ahí fueron a un cuarto, donde nos llamaron para custodiar la sala, allí el Señor Oscuro hizo un ritual para poder entrar en la mente de Potter con ellos y así comenzar el ataque, por lo tanto no pude avisar porque no podía salir durante el ritual – comentó Snape
-¿Pero el destello y la explosión? – preguntó Tonks
-Era la magia descontrolada de Harry – respondió Dumbledore
-¿Él hizo saltar todas las alarmas? – preguntó Molly
-Subestiman al chico – dijo Moody ganándose las miradas de todos
-No sabemos el motivo, pero parece que Voldemort despertó parte del poder de Harry que estaba latente en el – contestó Dumbledore
-¿Puede ser tan poderoso? – preguntó Mundungus
-De eso puedes estar seguro, por como los dejó – respondió Snape
-¿Cómo? – preguntó interesado Ojoloco
-Salvo el Señor Oscuro, los demás quedaron inconscientes – comentó
-¿Notaste algo más? – preguntó ahora Dumbledore
-Ahora que lo mencionan, al Señor Oscuro lo rodeo un aurea y se sentía que desprendía mucho poder más que lo muestra normalmente – dijo Snape
-Eso puede explicar un poco las cosas – dijo Dumbledore
-¿Qué puede explicar? No entiendo – dijo Tonks y muchos estaban igual que ella
-Que si no me equivoco, Voldemort es más poderoso que antes, puede que haya quienes puedan mantenerlo a raya, pero no ganarle…
-Muy alentador – dijo Arthur
-Entonces subestimando a Harry, quiso probar que tan poderoso es y lo que hizo fue despertar el poder latente en Harry y se llevó una sorpresa – completo Dumbledore
-¿Con que motivo? – preguntó Molly
-Con el motivo de saber a lo que se enfrenta y saber hasta donde puede llegar y así no terminar como hace 15 años – respondió Snape
-Pero como no sabemos que pasó, es una suposición – dijo Moody - ¿Puede que haya otro motivo o intención?
-Eso sólo lo sabe Voldemort y lo que pasó lo sabe Harry, por lo que si es una suposición – respondió Dumbledore
-Entonces hay que estar atentos a cualquier movimiento por más inofensivo que sea – dijo Moody
Moody compartía con Dumbledore y Snape el hecho de que había algo más en todo esto, que no era un simple ataque para conocer al rival, había mucho más de lo que se imaginaban.
Mientras que en otra parte de Inglaterra, como todas las mañanas en un bella casas de las afueras de Londres, una familia se despertaba para poder desayunar tranquila y felizmente, ajena a los sucesos acontecidos recientemente en el mundo mágico y al revuelo que causarían dichos hechos. Ésta familia tenía un secreto, ese secreto era que su hija de 16 años era bruja, la mejor bruja de su generación. Y por ello no les parecía extraño ver una lechuza llagar temprano por las mañanas, como la llegada de una lechuza blanca durante el receso escolar de la chica. Pero esa mañana no iba a comenzar de la mejor manera para la adolescente, ya que no había podido dormir bien, por culpa de una pesadilla constante, por esa pesadilla tenía un mal presentimiento, estaba segura que le había pasado algo a él y ella sin poder hacer nada, tomó una foto de su mesita de luz y cuando un golpe la trajo a la realidad.
-¡Hedwig! – exclamó, se levanto rápidamente y volvieron a su cama
-¿Qué pasó? ¿Por qué estás tan triste? – le preguntó al escucharla ulular - ¿Es por Harry no? ¿Le pasó...
-¿Hermione se puede? – le preguntó la madre
-Si
-¿Qué pasa hija?
-Nada… - dijo pero una lágrima salio de sus ojos
-¿Es por Harry? – preguntó la madre, ella asiente - ¿Qué pasó, esa es su lechuza, no?
-Si es Hedwig, su lechuza
-¿Por qué estás así?
-No lo sé
-¿Pasó algo, te escribió algo?
-No, no escribió
-¿Entonces? – pregunto la madre sin llegar a entender a su hija
-Es que tengo un mal presentimiento
-¿Un mal presentimiento?
-Si, como si le hubiera pasado algo…
-¡Hermione! – gritó su padre, al escuchar el grito su madre rodó sus ojos
-¿Qué? – pregunto esbozando una pequeña sonrisa al ver el gesto de su madre
-¿Quién es el niño-que-vivió? – le preguntó mientras subía para llevarle el profeta a su hija
-Es Harry papá – le contestó cansada - ¿Por qué?
-Creo que debes leer esto – dijo con voz apesadumbrada, mientras le tendía el diario, y se sentaba al lado de su hija incitando a su mujer a que haga lo mismo
Hermione al ver los titulares del diario se quedó dura, no lo podía creer lo que sintió durante la noche-madrugada no lo soñó, sino que fue real, la angustia, el dolor en el pecho, era verdad, su mal presentimiento se hizo realidad. Sus ojos se llenaron de lágrimas, lágrimas que comenzaron a caer libres por su rostro, la imagen del diario mostraba una realidad que nunca se hubiera imaginado vivir, el estado de Harry en esa foto no daba margen, sangre que brotaba de la cicatriz, la que expulsaba por la boca cada vez que tosía, las demás heridas no dejaban mucho para la imaginación. Las manos de sus padres tratando de hacerla sentir acompañada y que estaban allí, para que puede desahogarse, la hicieron sentir fuerte para seguir y poder leer la noticia.
"¿Se muere el niño-que-vivió?" ese es el título de la nota, ¿muy alentador verdad? Ahora sacando el sarcasmo y yendo a la noticia o mejor dicho mala noticia, que me tocó presenciar. En la noche-madrugada en el barrio de Little Whigning, Surrey, en una casa de familia se produjo un incidente que todavía no han podido explicar las autoridades del ministerio, pero que según los muggles fue causada por una fuga de gas. El hecho no hubiera sobresalido si no fuera porque en esa casa vive o vivía Harry Potter, que como bien pueden ver en la imagen fue sacado de entre los escombros por el director de Hogwarts, Albus Dumbledore (que como hace tiempo siempre llega antes que el personal del ministerio, aclaración aparte), en muy mal estado, secundado por unos profesores, si bien no lo llevaba en brazos hizo el traslador para transportar al chico a San Mungo. Dejando a los miembros del ministerio a cargo del desastre para que lo arreglen, una vez en el hospital fue llevado con suma urgencia a una sala para su rápida atención y quedándose a esperar los resultados de los análisis y exámenes realizados por los sanadores. La respuesta de éstos nos deja casi sin la esperanza de que el chico que una vez nos libró del "el-que-no-debe-ser-nombrado" lo vuelva hacer, dado que dijeron que todo dependía de las ganas de vivir que tenga. Ahora me pregunto ¿Por qué no tendría ganas de vivir un chico de 15 años? La verdad es que su cuerpo puede llegar a reponerse de las heridas, pero ¿Qué hay de las otras heridas, me preguntarán de que heridas hablo ¿no, pues las heridas que se formaron por culpa de los que lo tildaron de loco, que buscaba más fama, que era un desequilibrado y otras cosas más por decir la verdad de la vuelta de "ya-sabes-quien" y tengo la suerte de no haber sido yo quien lo difamó, es decir ¿Qué sentir cuando el ministro y la sociedad mágica le dan la espalda y lo tildan de mentiroso?
Pero revisando la historia de Harry Potter, mis esperanzas de que quiera vivir la verdad se esfumaron, mataron a sus padres, su padrino prófugo por ser seguidor de "ya-saben-quien" y entregador de los Potter y para colmo ser testigo del resurgimiento del "el-que-no-debe-ser-nombrado", yo no tendría ganas de seguir. Sólo espero que él sea fuerte como lo vino demostrando y que perdone a los que se burlaron de el y pueda devolver la paz a la comunidad mágica. Ahora por último y para terminar una pregunta que deberían hacerse ¿Qué está haciendo el ministro Cornelius Fudge para remediar esto?
Rita Skeeter
Al terminar de leer dejó caer el diario, y susurrando no, Harry no y a pesar de que estaba abrazada por sus padres no la podían contener, sentía que su corazón se rompía en mil pedazos, no podía ser que Harry esté muriendo, se enfrentó a Voldemort cuatro veces y salió con vida, no podía morir ahora y así, sin dar pelea primero, ese no era el Harry que ella conocía y nadie lo conocía como ella ni siquiera Dumbledore, que lo tiene vigilado desde que nació.
-Hija voy a prepararte un té ¿si? – dijo el padre acongojado por el estado de Hermione
-Si linda, y yo me llevo a Hedwig para darle un poco de comida – dijo la madre, Hermione asintió mientras se llevaba la foto de Harry a su pecho y se ponía en posición fetal en la cama y descargaba su pena llorando.
Mientras pasaba esto, en Grimmuald Place ya todos habían amanecidos con ojeras y estaban tratando de desayunar algo, todos sentados alrededor de la mesa de la cocina, a Tonks le tocaba estar de guardia en el hospital y para suerte de Molly su animo estaba por los suelos entonces no hacia desastres, y esa falsa tranquilidad fue rota por la llegada de las lechuzas que traían el diario el profeta, con su nota de primera plana.
-¡¿Cómo se enteró! – exclamó Arthur
-¿Qué? - dijeron los gemelos
-Skeeter ¿Cómo se enteró? – dijo Arthur
-Pero que dice, Arthur por favor léelo en voz alta – dijo Molly
-Llega a decir algo fuera de lugar y …- decía Tonks
-¡Tonks! – la retó Ojoloco
-Está bien – dijo Arthur, y así lo hizo leyó en voz alta la nota
-Pero, ¿seguro que dice Skeeter? – preguntó Tonks
-Así parece – dijo Dumbledore que hacía su aparición en la cocina, quien ya había leído la nota
-¿Esa no es la lechuza de Harry? – preguntó Neville, a lo que todos levantaron la vista hacia la ventana por donde entraba una lechuza blanca y se dirigía hacia el director de Hogwarts. Esta se posó en el brazo del director y le extendió la pata donde había una carta y no un pergamino.
Estimado Profesor Dumbledore
Le escribimos en son de la noticia recién acaecida y la verdad estamos preocupados por la salud de Harry, por el cual nuestra hija tiene gran cariño y apego. Por la misma le pedimos que nos permitiera poder llevar a Hermione a donde se encuentra Harry, ya que se encuentra muy afectada por las imágenes que salieron del chico, como también el atrevimiento de que Hedwig se quede con ella para hacerle compañía.
Esperamos su pronta respuesta
Saludan atentamente
Flia. Granger
-Vuelve allá Hedwig y hazle compañía – dijo Dumbledore a la lechuza
-Cuando tenga el informe del sanador, les haré saber cuando pueden ir a visitarlo – dijo Dumbledore antes de desaparecer
Al tiempo que un anciano se aparecía en las cercanías de de una casa de familia, una lechuza se aproximaba a esa misma casa, el anciano esperó a que la lechuza entrara por la ventana para acercarse y tocar la puerta.
-¡Vaya que es rápida esa lechuza! – exclamó el Sr. Granger
-Si, ahora hay que ver que nos contestan – comento la Sra. Granger
-La verdad, espero que Dumbledore… - el Sr. Granger fue interrumpido por alguien que llamaba a la puerta.
-¿Quién puede ser a esta hora? – preguntó la Sra. Granger
-Súbele el te a Hermione que yo voy a atender – dijo el Sr. Granger
Mientras su mujer subía con el te y la lechuza, que se montó sobre su hombro, su marido se dirigió a la puerta de entrada intrigado por saber quién llamaría a estas horas. La Sra. Granger al entrar a la habitación de Hermione se le llenaron los ojos de lágrimas al ver el estado en el que se encontraba Hermione por la noticia, ya que la angustia la estaba haciendo hipar, los ojos los tenía totalmente rojos e hinchados por el llanto. Se sentó a su lado, la abrazo e instó que tome el te para que se relaje un poco, mientras la acariciaba y le decía que todo iba a estar bien, que se iba a mejorar y que todo iba a ser como antes, aunque interiormente al volver a ver la foto en el diario sabía que iba a ser muy difícil. Por otro lado el Sr. Granger que quedó duro de la impresión al ver al director de Hogwarts para en el umbral de la puerta de su casa, era tal como se los había descrito su hija.
-¿Puedo pasar? – preguntó amablemente el director, haciendo que el Sr. Granger vuelva a la tierra.
-Si…si seguro, disculpe – dijo todavía con impresión
-Gracias
-No hay por que darlas
-Bueno, Uds. escribieron para saber si la Srta. Granger podría visitar al Sr. Potter – comentó Dumbledore luego de unos minutos de silencio
-Si, disculpe…pasa que no siempre uno está con magos – se disculpó el Sr. Granger
-No hay ningún inconveniente
-La verdad no sé como tomará esto Hermione está muy afectada y supongo que le gustaría acompañar a Harry en estos momentos – expresó el Sr. Granger
-¿Le parece si le preguntamos a ella? – ofreció el director
-Claro, ¿es inoportuno si la acompañamos? – preguntó mientras le indicaba el camino hacia la habitación de Hermione.
-No lo creo, sería un apoyo para ella, sentirlos cerca además de sus amigos
-Gracias no me gusta verla así y no poder hacer nada
-Es comprensible
-Es acá - dijo el Sr. Granger antes de golpear la puerta, por donde se escuchaba a la Sra. Granger tratar de darle ánimos
-Vamos linda, ya vas a ver que se va a poner bien, no te preocupes – decía la Sra. Granger una y otra vez a su hija para darle ánimos
-¿Tú crees mamá? – decía Hermione entre sollozos - ¿Leíste la parte donde dijeron que todo dependía de las ganas de vivir de él?
-Hija ¿Por qué no va a tener ganas de vivir…? – no terminó de preguntar la Sra. Granger porque la puerta se abrió dejando ver una figura nada parecida a la del Sr. Granger.
-¡Profesor Dumbledore! – exclamó sorprendida Hermione
-Srta. Granger, Sra. Granger – saludo Dumbledore
-¿Qué hace acá? – preguntó, para agregar en un grito - ¡¡¿Cómo está Harry!
-¡Hermione! Más respeto – le recalcó el padre
-Lo siento Prof. Dumbledore – se disculpó
-No hay problema, Hermione – dijo en tono conciliador el director -Y en respuesta a tus preguntas, estoy acá para que me acompañes a San Mungo, si tus padres no tienen inconvenientes y por último está grave y hay que ver como reacciona a la poción que el Prof. Snape le va a dar hoy…
-¿Ud. Cree que Harry va a tomar una poción preparada por Snape? – preguntó Hermione, ante esta pregunta Dumbledore sonrió por primera vez en dos días
-Espero que si, eso ayudaría a mantener el cuerpo en buen estado hasta que despierte – contestó el anciano director
-¿Puedo ir, no? – les preguntó a sus padres ni bien terminó de hablar Dumbledore
-Sólo si te acompañamos – contestó el padre sin consultar a la Sra. Granger, que lo miró con amor por el apoyo que le brindaba a su hija al no dejarla sola en un momento difícil.
-Gracias Papá – dijo abrazándolo
-Bueno, será mejor que vayamos partiendo, así llegamos para el informe del sanador – dijo Dumbledore
-Será mejor que nos cambiemos, porque así no vas a ningún lado Hermione – le dijo su padre al ver que todavía estaba con el camisón
-¡Papá! – dijo Hermione tirándole un almohadón, logrando una sonrisa cuando el padre le sacó la lengua
-Yo también te quiero – le dijo mientras salían de la habitación junto con su mujer y Dumbledore
Al llegar a la sala de estar, le ofrecieron un te o café al director mientras esperaban que se cambiara Hermione, cosa que aceptó gustoso y le pidió la taza prestada para hacer un traslador para llevarlos a San Mungo y que los pueda traer de vuelta a los padres de la chica. No había dado un sorbo cuando una adolescente vestida con ropa deportiva y con el pelo atado como cola de caballo aparecía en la sala de estar guardando su varita en el bolsillo.
-¿Listos? – preguntó ansiosa
-Seguro, espera que seque la taza y la transforme en un traslador – dijo tranquilamente Dumbledore, mientras hacía un extraño movimiento con la mano y la taza brillaba por unos instantes.
-A la cuenta de tres toquen firmemente la taza por favor – dijo Dumbledore explicando a los padres de Hermione – 1…2…3
Todos sintieron el tirón al tocar la taza, todo giraba a gran velocidad, hasta que sus pies tocaron suelo firme, cayendo al piso salvo Dumbledore, que los veía con una expresión divertida, por el WOW que dijo el Sr. Granger para después decir que se parecía a la montaña rusa de los parques de diversiones mientras ayudaba a levantar a su mujer e hija, quien recibió una mirada severa de parte de las dos mujeres Granger.
-¿No son parecidas, estas dos bellezas? – le dijo a Dumbledore
-Cualquiera diría que son madre e hija – respondió
-¡No es momento para bromas! – se quejó Hermione mientras la Sra. Granger asentía, esto hizo sacar inmediatamente la sonrisa al Sr. Granger
-Bueno, por favor síganme que los voy a llevar a la habitación de Harry – dijo Dumbledore
Así fue que lo siguieron por unos cuantos pasillos, donde podían ver que había personas preguntando por el estado de salud del Sr. Potter, muy concentrados en la respuestas que no los vieron pasar, hasta llegar donde se encontraban unas personas custodiando las salidas de los elevadores, escaleras y una puerta en especial. Al ver esto a Hermione que estaba tranquila se le aceleró el corazón, las manos le empezaron a transpirar, el pasillo parecía que tenía el largo de la muralla china, no se acercaban más a la puerta de la habitación, la angustia crecía dentro de Hermione, se decía mentalmente que debía ser fuerte constantemente. Unas manos en sus hombros la hicieron volver y darse cuenta de que ya estaba en la puerta.
-¿Hermione? – preguntó una voz conocida
-¿La conozco? – contestó al reconocer la voz como la de Tonks
-No soy la auror Tonks…
-Si…creo haber leído que estuvo en el ministerio cuando dieron a conocer la vuelta del innombrable – la interrumpió
-Así es, esa soy yo – dijo guiñándole un ojo
-Buenas tardes – dijo Dumbledore, tratando de llamar la atención y cambiar de tema - ¿el sanador ya dio el informe de Potter?
-No Señor, todavía no sale de la habitación
-Perfecto, entremos – dijo Dumbledore mientras asía el picaporte de la puerta para abrirla
Al entrar Dumbledore primero, los padres de Hermione se pusieron detrás de esta para darle valor y hacerle notar que estaban con ella para darle fuerzas, por si lo que veía era peor de lo que se lo imaginaba. La habitación era blanca con ventanas hechizadas para que muestren un día soleado o una perfecta noche, se veían muchos aparatos al estilo muggle y otros que no conocía, en una esquina se encontraba un afligido Remus Lupin quien miraba de reojo como curaban a Harry, siguió recorriendo la habitación hasta llegar a la cama donde atendían a Harry, que se encontraba vestido solamente con unos slip dejando ver todas las cicatrices provocadas por el derrumbe de la casa sobre él, los ojos se le llenaron de lágrimas, su vista recorrió el cuerpo de Harry hasta llegar a su rostro, donde todavía no habían podido cortar totalmente la hemorragia de su famosa cicatriz, algo que le llamo la atención era que los ojos estuviesen abiertos, estos estaban opacos perdidos, hasta que algo pasó.
El sanador giró la cabeza con cuidado y la mirada perdida de Harry se topó con la figura de Hermione, al verla sus ojos recuperaron el brillo, fijó la vista en ella, lo que provocó la reacción tanto de los sanadores como la de los presentes que estaban esperando alguna reacción de parte del chico. Por lo que se abrieron y miraban expectantes lo próximo a pasar. Hermione al notar la mirada de Harry sobe ella se quebró y empezó a llorar, éste no soportó verla así por su culpa y con lo que le quedaba de fuerza, alzó su mano a unos centímetros de la cama como queriendo tocarla o tomarle la mano y dijo
-Herm…cof…por…cof…por favor…cof…no llores…cof cof cof – decía entrecortado por la tos y a lo último ya con sangre en la boca, dejando caer su cabeza y brazo pesadamente quedando en la más oscuras de las profundidades.
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