Disclaimer: ahora me explico mejor la idea de esta historia es de un libro de Jackie D'Alessandro al igual q algunos personajes, los mas conocidos son de las Clamp, espero que ahora me entiendan nnU

Capitulo 4

Eriol se quedó mirándola. Evidentemente la joven sufría de alucinaciones, pero su mirada de horror le helo la sangre en las venas. Demonios –se dijo-, si no voy con cuidado, acabará por convencerme de que hay duendes acechando detrás de todos los árboles Trató de retirar la mano delicadamente de entre las suyas, pero ella la apretó con fuerza.

Pronto –susurró-. Veo árboles, la luna. Vais a caballo, por un bosque. Está a punto de llover. Ojalá supiese más, pero eso es todo lo que he visto. No puedo deciros qué forma adoptará ese peligro, pero os juro que pesa sobre vos una amenaza auténtica. E inminente. –Su voz sonaba desesperada, implorante-. No debéis cabalgar en el bosque por la noche, bajo la lluvia.

Enfadado consigo mismo por haberse puesto un poco nervioso, Eriol se soltó bruscamente.

Soy perfectamente capaz de cuidar de mi mismo, señorita Daidouji. No se preocupe.

La mirada de ella expresó frustración.

Pues estoy preocupada, excelencia, y vos deberías estarlo también. Aunque comprendo vuestro escepticismo, os aseguro que lo que digo es cierto. ¿Qué motivos podría tener para mentiros?

Ya me he hecho esa misma pregunta, señorita Daidouji. Y me interesa mucho conocer la respuesta.

No hay respuesta. No estoy mintiendo. Cielo santo¿sois siempre tan testarudo? –Achicó los ojos, sin apartarlos de los suyos-. ¿O es que quizás estáis sahumado?

¿Lo había llamado testarudo¿Y qué demonios significaba sahumado ?

¿Cómo?

Sí. ¿Os habéis excedido en el consumo de bebidas alcohólicas?

La fulminó con la mirada.

Achispado. Quiere usted decir achispado. Pues no, desde luego que no lo estoy. ¡Por Dios, son sólo las siete de la mañana! –Se inclinó hacia ella, y su irritación alcanzó su punto culminante cuando vio que ella se mantenía firme y le sostenía la mirada-. Tampoco soy testarudo.

Un resoplido impropio de una dama se escapó de los labios de Tomoyo.

Estoy convencida de que le encanta creer que no lo sois. –Reunió sus cosas y se puso de pie-. Debo marcharme. Tía Johanna se estará preguntando qué ha sido de mí. –Sin una palabra más, dio media vuelta y enfiló a paso ligero el sendero que conducía a la casa.

Eriol la siguió con la mirada hasta que desapareció; reprimió su enfado Qué mujer tan impertinente –pensó-. Que Dios ayude al pobre idiota que acabe encadenándose a esa japonesa mal educada .

Sin embargo, una vez que su ira remitió, una palabra comenzó a rondarle por la cabeza: peligro.

Lo asaltó cierta inquietud, pero él se la sacudió de encima resueltamente. Estaba en su propia finca privada, a millas de distancia de cualquier lugar poblado. ¿Qué podría pasarle allí¿Qué una ardilla hambrienta le mordiese la pierna¿Qué una cabra le propinase una patada en el trasero? Se rió para sus adentros al imaginar a unos animalitos peludos persiguiéndolo por el terreno.

Su diversión se cortó súbitamente cuando pensó en la carta de chantaje. ¿Tendría el chantajista la intención de hacerle daño? Sacudió la cabeza, desechando la idea. El chantajista quería dinero, y no lo conseguiría si hacía daño a su fuente de ingresos.

Por otro lado¿con qué objeto le habría del peligro¿Estaría contratada por el chantajista¿Estaba intentando meterle miedo para que pagase al desgraciado del chantajista¿O acaso era otra de las víctimas del chantajista y simplemente quería ayudarlo¿O es que, sencillamente, estaba chiflada?

No lo sabía, pero no concedió el menor crédito a esas tonterías sobre visiones.

No, no estaba en peligro.

En absoluto.

Y tampoco era testarudo.

Dos horas después, Eriol entró en el comedor con la intención de tomarse una taza de café en paz, y tuvo que reprimir un gruñido. Dos docenas de pares de ojos lo contemplaban. Maldición. Se había olvidado del resto de las visitas de su madre que, en rigor, eran también invitados suyos.

Buenos días, Eriol –lo saludo su madre en un tono que conocía muy bien y equivalía a: Gracias a Dios que has aparecido, porque alguien está aburriéndome a muerte -. Lord Digby estaba explicándonos con todo detalle las virtudes de los nuevos sistemas de riego. Si no recuerdo mal, ése es uno de tus temas predilectos.

A Eriol casi se le escapó una carcajada al ver la mirada de desesperación que ella le dirigía, una mirada que ni siquiera el hombre, más despiadado podría pasar por alto. Adivinó que su madre quería que acaparase la atención de lord Digby, por lo que se sentó a la cabecera de la mesa y dedicó al caballero un gesto alentador.

¿Sistemas de riego? Fascinante.

La conversación prosiguió, y, después de que un criado le sirviese café, Eriol fingió escuchar a lord Digby mientras su mirada vagaba por la mesa.

Sakura le sonrió y, tras echar con disimulo un vistazo a derecha e izquierda, puso los ojos en blanco. Él respondió con un guiño, complacido de que ella estuviese tan alegre y de que se las hubiese ingeniado para conservar el sentido del humor a lo largo de lo que prometería convertirse en un desayuno mortalmente aburrido.

Paseó la vista por los otros invitados, asintiendo distraídamente con la cabeza en respuesta al discurso de lord Digby. Lady Digby estaba sentada en medio de sus numerosas hijas. Dios santo¿cuántas eran? Hizo un cálculo rápido y contó cinco. Todas ellas lo miraban pestañeando con coquetería.

Apenas logró reprimir un escalofrío. ¿Cómo había llamado Shaoran a esas mocosas? Ah, sí: cabezas de chorlito bastante tontas. Tomó nota mentalmente de que debía hacer caso de las recomendaciones de Shaoran y permanecer lo más alejado posible de las hermanas Digby. Si les prestaba la menor atención sin duda lady Digby correría a llamar a un sacerdote.

La condesa de Penbroke estaba sentada junto a la madre de Eriol, y ambas conversaban animadamente sobre algo que él no alcanzó a oír. Lady Penbroke lucía otra muestra de su inacabable reserva de tocados extravagantes. Eriol observó fascinado cómo un criado esquivaba ágilmente las largas plumas de avestruz que sobresalían de su turbante color verde pálido y amenazaban con sacarle el ojo a alguien cada vez que ella movía la cabeza.

Eriol estuvo a punto de atragantarse con el café cuando vio a lady Penbroke echarse al hombro despreocupadamente una boa de plumas, otro de sus accesorios favoritos. En lugar de depositarse sobre sus hombros rechonchos, la prenda cayó de lleno en medio del plato de una de las hermanas Digby. La chiquilla, que contemplaba a Eriol con una sonrisa embobada, ensartó sin darse cuenta la boa con el tenedor. Antes de que Eriol pudiera avisarle, el mismo criado de pies ligeros que había evitado las plumas de lady Penbroke soltó la boa del tenedor, envolvió con ella a lady Penbroke con un preciso movimiento de la muñeca y prosiguió su camino en torno a la mesa sin pestañear. Impresionado, Eriol decidió subirle el sueldo.

Se reclinó en su silla y continuó con su examen de los comensales. Advirtió que su madre parecía bastante contenta, serena y sorprendentemente fresca, pese a que probablemente se había ido a dormir al alba. Llevaba la dorada cabellera recogida en un moño que le favorecía mucho, y su vestido verde esmeralda hacia juego con sus ojos. Sakura se le parecía tanto que Eriol sabía exactamente qué aspecto tendría su hermana veinticinco años después: sería absolutamente hermosa.

La mirada de Eriol continuó recorriendo a los invitados. Arqueó las cejas cuando vio a Shaoran hacerle una señal con la cabeza por encima de su taza de café. ¿Acaso el hecho de que su amigo no hubiese partido todavía a Londres significaba que ya tenía algún informe que comunicarle acerca de la señorita Daidouji?

Frunció el entrecejo y de nuevo repasó con la vista a los comensales. ¿Dónde estaba la señorita Daidouji? Había una silla notoriamente desocupada ante la mesa.

En realidad no estaba ansioso por ver a aquella jovencita impertinente. En absoluto. De hecho, de no ser porque necesitaba averiguar qué conexión tenía con William, la habría borrado de su mente por completo.

Sí; se olvidaría de aquellos grandes ojos amatistas que podían cambiar de alegres a serios en un santiamén, y de su espesa y rizada cabellera color negro violeta, que parecía invitarlo a acariciarla con los dedos. No volvería a pensar en su boca. Hmm… su boca. Esos encantadores, carnosos y enfurruñados labios…

Caracoles, excelencia¿os encontráis bien? –La voz de lord Digby devolvió a Eriol a la realidad.

Perdón¿cómo dice?

Os he preguntado por vuestra salud. Habéis soltado un quejido.

¿Ah, sí? -¡Maldita sea! Esa mujer representaba un engorro, incluso cuando no estaba presente.

Sí. Los arenques ahumados también me producen ese efecto. Y las cebollas. –Lord Digby se inclinó hacia él y añadió en voz baja-: Lady Digby siempre se da cuenta cuando me permito algún capricho a la hora de la comida. La condenada sabe exactamente qué me he llevado a la boca y cierra con llave su alcoba si pruebo a escondidas un solo bocado de cebolla. Quizás os interese tener eso en consideración cuando estéis preparado para elegir esposa.

Cielo santo. La mera idea de estar encadenado a una de las hermanas Digby le quitó el poco apetito que le quedaba. Lanzando una mirada significativa a Shaoran, Eriol se disculpó con lord Digby y se puso en pie.

¿Adónde vas? –le preguntó su madre.

Eriol se le acercó, se colocó tras el respaldo de su silla y le plantó un beso en la sien.

Tengo unos asuntos que tratar con Shaoran.

Ella se volvió, escrutándole el rostro con una mirada de inquietud, sin duda, buscando los signos de fatiga que a menudo percibía en sus ojos. Consciente de que ella se preocupaba por él, su hijo le sonrió forzadamente y le dedicó una reverencia formal.

Tienes un aspecto maravilloso esta mañana, madre. Como siempre.

Gracias. Tú tienes un aspecto… -bajó la voz hasta un tono confidencial- distraído. ¿Ocurre algo malo?

En absoluto. De hecho, me propongo tomar el té contigo, esta tarde.

Una expresión de sorpresa se reflejó en el semblante de su madre.

Ahora estoy convencida de que algo va mal.

Con una risita, Eriol se excusó y se encaminó a su estudió privado para esperar a Shaoran.

Eriol apoyó la cadera en su escritorio de caoba y observó a Shaoran, arrellanado en el sillón granate de cuero, el preferido de Eriol.

¿Estás completamente seguro de que nunca había estado en Inglaterra antes de que desembarcase hace seis meses? –preguntó Eriol.

Tan seguro como puedo estarlo de leerme las montañas de listas de pasajeros de los barcos –Al advertir que Eriol fruncía el ceño. Shaoran se apresuro a agregar-: Que es justo lo que haré en cuanto llegue a Londres, pero hasta entonces sólo puedo transmitirte lo que me contó la condesa de Penbroke. Anoche mantuvimos una larga conversación que por poco dio como resultado la perdida de uno de mis ojos a causa del objeto puntiagudo que llevaba puesto en la cabeza. Fíjate. –Señaló un pequeño arañazo que presentaba en la sien-. Probablemente llevaré esta cicatriz el resto de mi vida.

Nunca dije que esta misión iba a estar desprovista de peligros –comentó Eriol, imperturbable.

Pues está cargada de peligros, en mi opinión –Mascullo Shaoran-. El caso es que, mientras le iba a buscar una taza de ponche tras otra y esquivaba sus plumas, ella me aseguró, de forma bastante rotunda, que está es la primera visita de su sobrina a Inglaterra. Creo que sus palabras exactas fueron: Y ya era hora .

¿Sabes cuánto tiempo piensa quedarse la señorita Daidouji?

Cuando se lo pregunte a lady Penbroke, clavó en mí una mirada acerada y me informó de que, puesto que la muchacha acaba de llegar, no ha hecho planes todavía para mandarla de regreso a América.

¿Y qué hay de su familia?

Ambos padres están muertos. Su madre, la hermana de lady Penbroke, murió hace ocho años. El padre falleció hace dos.

¿Tiene hermanos?

No.

Eriol enarcó las cejas.

¿Qué hizo cuando murió su padre? No debía de contar con más de veinte años. No habrá vivido sola¿verdad?

Ahora tiene veintidós. Me quedé con la impresión de que el padre de la señorita Daidouji la dejó en una posición desahogada, pero no le legó una fortuna. Después de poner en orden los asuntos de su padre, ella se fue a vivir con unos parientes cercanos de la rama paterna que residían en la misma ciudad. Por lo visto dichos parientes tienen una hija de la misma edad que la señorita Daidouji, y ambas son muy amigas.

¿Averiguaste alguna cosa más?

Shaoran asintió con la cabeza.

Cuando la señorita Daidouji hizo la travesía a Inglaterra, llegó con una compañera de viaje contratada, una tal Loretta Thomkins. Cuando el barco atracó se separaron. Lady Penbroke tenía entendido que la señora Thomkins pensaba quedarse en Londres. En ese caso, no resultará muy difícil localizarla.

Excelente. Muchas gracias, Shaoran.

De nada, pero me debes un favor. Varios, de hecho.

A juzgar por tu tono, no estoy seguro de querer saber por qué.

Le he hecho tantas preguntas sobre su sobrina que creo que a lady Penbroke se le ha metido en la cabeza que voy detrás de la chiquilla.

¿Ah, sí? –Eriol se puso rígido-. Supongo que la habrás desengañado rápidamente.

Shaoran se encogió de hombros y se sacudió una pelusa de la manga.

No exactamente. Antes de hablar con lady Penbroke, toqué el tema de la señorita Daidouji ante varias damas bien relacionadas. La mera mención de su nombre bastaba para suscitar risitas, parloteos y expresiones de desaprobación. Si lady Penbroke hace correr la voz de que he mostrado interés por su sobrina, quizá se acallen los parloteos. La señorita Daidouji me parece una joven agradable que no merece que la den de lado. De hecho, ahora que lo pienso, es encantadora¿no te parece?

No me he fijado demasiado en ella.

Las cejas de Shaoran se alzaron hasta casi desaparecer bajo su flequillo.

¿Tú¿Tú no te has fijado en una hembra atractiva¿Estás enfermo¿Tienes fiebre?

No. –Maldita sea¿cuándo se había convertido Shaoran en un tipo tan fastidioso?

Bueno, pues permíteme que te ilustre. La falta se aptitudes sociales de la señorita Daidouji queda sobradamente compensada con su hermoso rostro, su terso cutis y los hoyuelos que se le forman cuando sonríe. Posee una belleza serena, poco llamativa, que requiere de un segundo y detenido vistazo para ser apreciada. Aunque en la alta sociedad su estatura se considera poco elegante, yo la encuentro fascinante. –Se dio unos golpecitos en la barbilla con el dedo, pensativo-. Me pregunto cómo sería besar a una mujer tan alta…, sobre todo a una con una boca tan sensual como la de la señorita Daidouji. Sus labios son verdaderamente extraordinarios…

Shaoran.

¿Sí?

Eriol obligó a sus músculos contraídos a relajarse.

Estás divagando.

Shaoran adoptó una expresión de pura inocencia.

Pensé que estábamos hablando de la señorita Daidouji.

Exactamente. Pero no es necesario repasar la lista de sus… atributos.

Los ojos de Shaoran centellearon.

Ah. De modo que sí te habías fijado.

¿Fijado en qué?

En sus… atributos.

Resuelto a poner fin a esa conversación, Eriol dijo:

No estoy ciego, Shaoran. La señorita Daidouji, como bien dices, es encantadora. Pero no pienso permitir que eso influya en mí mientras busco información. –Clavó una mirada penetrante en su amigo-. Confió en que tú tampoco lo permitas.

Por supuesto. Te recuerdo que no soy yo quien está interesado en esa mujer.

Yo no estoy interesado en ella.

¿Ah, no? –Con una risita, Shaoran se puso en pie, atravesó la alfombra de Axminster y posó una mano sobre el hombro de Eriol-. Me tienes de acá para allá por todo el reino recabando información sobre ella por razones que aún no me has revelado pese a que sabes que me devora la curiosidad, y he notado que ponías una cara muy lúgubre cuando de deshacía en elogios de sus extraordinarios labios.

Estoy seguro de que no he puesto ninguna cara.

Una cara lúgubre –repitió Shaoran-. Como si te dispusieses a propinar una patada en mi elegante trasero.

Muy a su pesar, Eriol enrojeció. Antes de que pudiera contestar, Shaoran prosiguió:

Pareces un volcán a punto de entrar en erupción. Resulta se lo más… interesante. Y dicho esto, partiré hacia Londres. Sabrás de mí en cuanto descubra algún dato de interés. –Cruzó la habitación pero se detuvo ante la puerta-. Buena suerte con la señorita Daidouji, Eriol. Tengo la sensación de que vas a necesitarla.

Continuara…

Notas de la autora: Miles de disculpas por la demora, pero tengo una buena excusa, hace poco entre al colegio y es una gran embrollo, tengo esta semana tres exámenes y ya no puedo mas así que espero que sepan disculparme, pero aquí esta y ahora voy a agradecer los reviews y de antemano muchas gracias a todas:

liz-350: hola muchas gracias por tu review, la verdad es que me has hecho despertar de mi letargo y supongo que gracias a ti volvio mi musa y por lo mismo muchas gracias de veras, con respecto al acercamiento en el capitulo 5 se viene asi que no desesperes, bueno creo que eso es todo muchas gracias otra ves.

Hillary: hola muchas gracias por tu reviews, espero que este capitulo te guste y q bueno que te hayan gustado los demas. Nos vemos.

Tenshi Akire: hola muchas gracias por tu review, me agrada que te haya gustado la escena del lago la verdad es que me costo mucho imaginarla y me alegra que les haya gustado a todas, con respecto a tus preguntas, lo del peligro se sabra mas adelante y de alggo grave tambien se sabra mas adelante, pero eso desencadenara algo muy lindo, espero que eso te lo conteste, nos vemos bye.

Saio: hola muchas gracias por tu review, con respecto a tu pregunta sobre sakura si voy a detallar mas su personalidad, y no esta por estar, porque ella juega un papel muy importante mas adelante, asi que espero que esto conteste tu pregunta, nos vemos, bye.

Marinnechan: hola, que bueno que te haya gustado el capitulo y disculpa la demora, pero tuve algunos pequeños problemas, y muchas gracias por tu apoyo, nos vemos, bye.

Yuzu: hola, bien he aquí la continuación, que bueno que haya estado mejor, y que te siga gustando, espero tus comentarios, nos vemos, bye

Daulaci: hola, que bueno que te siga gustando el fic, con respecto al beso, se viene en el proximo capitulo con muchas sorpresas mas tambien, que bueno que te gusten las escenas romanticas porque la verdad me cuesta mucho hacerlas tengo que recurrir a mis sueños o a algunas películas y libros, pero ya me Sali del tema jejeje, nos vemos, bye.

Ayin: hola, que bueno que te siga gustando el fic, me alegra mucho, siento dejarte algunas veces metida por como dejo las escenas, pero hay que mantener el suspenso, pero no desesperes ya se acerca el esperado beso y algunas sorpresillas mas, nos vemos, bye.

nena05000: hola amiguis, hace tiempo que no hablamos, jejeje, pero que te puede decir me alegra que te haya gustado el capitulo, espero que este tambien te guste con respecto al beso en el proximo capitulo sera, pues sucede que estoy esperando el momento propicio y falta poco para que llegue, siento mucho no haberlo puesto antes pero no he tenido mucho tiempo, asi que espero que la espera valga la pena, espero poner el proximo lo mas pronto posible, asi que hasta entonces, o por el msn jejeje, bye

Crystal-Darling: hola que bueno que te haya gustado mi fic, me siento halagada de que tu que eres una gran escritora me hayas dejado un review, asi que muchas gracias por eso, nos vemos, bye.

KaAn: hola, que bueno que te haya gustado el capitulo, con respecto al beso, se viene en el proximo capitulo, muchas gracias por tu review, nos vemos, bye.

Bueno eso es todo de verdad muchas gracias a todas por sus comentarios, nos vemos en el proximo capitulo de "Una Boda Imprevista"