Tenya.
Habría pensado que era un sueño de mal gusto, que tendría que despertarse con un pellizco, y luego se lo habría contado a ella y a Midoriya como una ocurrencia divertida. Lo habría hecho, pero aquel cuchillo que pasó por su cara se sintió bastante real, y bastante doloroso.
No supo cuando o como quedó rodeado, pero supo cómo quedó inconsciente antes de despertar en el centro de una pandilla de personas que se veían amenazantes y peligrosas, le dolían casi todas las partes de su cuerpo, sobre todo su cara, uno de sus ojos dolía tanto que no podía parpadear ni mantenerlo abierto, su labio estaba roto y de este brotaba un hilillo de sangre, y de su cara, no solo su labio estaba sangrando, el resto de su cuerpo estaba casi en las mismas condiciones debido a la forma en que lo golpearon antes de noquearlo, y seguramente lo siguieron haciendo después.
Su mente habría estado más concentrada quejándose por el dolor de su cuerpo, si esto no fuera mayormente reemplazado por la confusión.
¿Qué estaba haciendo ella aquí?
—¿Uraraka-kun?
Arrugando su frente en su entrecejo, observó a la susodicha confundido. Su compañera de clases y amiga estaba entre las personas que lo habían lastimado, ella evitaba su mirada y la mantenía en su mochila de la escuela. Pensó en la posibilidad de que ella también estaba allí porque había sido llevada junto con él, sin embargo, ella no poseía ni un rasguño. Si ese era el caso, tendría que hacer algo para que no la lastimaran también.
El filo de un cuchillo pasó con rudeza por su mejilla repentinamente, después de reaccionar ante la herida se dio cuenta que una chica desconocida estaba sosteniendo firmemente su cuello, pasando el cuchillo por este, las hebras rubias de la chica sobresalían de sus dos moños redondos en su cabeza, con su boca mordía otro cuchillo, su silueta delgada era cubierta por lo más raro de la ecuación, el uniforme de la escuela a la que él iba.
—Tienes un rostro muy lindo, Iida-chan— ella rozaba el cuchillo desde su cuello hasta su torso pacientemente, Tenya tragó saliva cuando la chica rubia tomó el otro cuchillo de su boca y lo posicionó cerca de la suya—. Pero tu rostro no tiene suficiente sangre, necesito ver más.
—Toga... —Uraraka habló, al parecer llamando a la chica rubia.
—¡Cállate, Ochako-chan! No he tenido suficiente...
—Vamos, Toga, haz que la inútil de Uraraka lo lastime un poco, hasta ahora no ha hecho más que quejarse...
¿Qué estaba pasando?
Las personas a su alrededor empezaron a quejarse y refutar cosas al azar, que incluían a Uraraka. Esto lo confundió todavía más, la rubia lentamente alejó los cuchillos y se incorporó, no decía nada, solo lo miraba, a él, con sumo desprecio, como si le hubiera quitado algo valioso alguna vez.
—¡Ya callense! Son tan molestos, solo yo puedo dirigirme a mi querida Ochako-chan...
Todos se callaron, Uraraka miraba el piso, sosteniendo su mochila en su pecho.
—Oye, Ochako-chan ¿Dijiste que me ayudarías no?— La rubia, llamada Toga, volteó a ver a Ochako con una sonrisa muy extraña plasmada en su rostro—. Lo prometiste, dijiste que no me dejarías, lo hiciste ¿No?
Tenya no tenía idea de que hizo que un escalofrío recorriera su espalda, el tono de voz de aquella chica hablándole a Uraraka o el hecho de que la misma llevó un cuchillo a sus propios labios y los cortó sin emitir ninguna queja, la sangre cayó de estos derramándose sobre la camiseta del uniforme de la escuela.
—Toga...
—¿Lo prometiste no?
Después de un breve silencio. Uraraka solo asintió con la cabeza.
—Entonces, lastímalo. Hiere su cuerpo hasta que grite de dolor, hazlo por mí. Ayúdame.
—Uraraka...kun—Tenya trató de incorporarse sobre el suelo, pero el intento solo sirvió para estamparse nuevamente contra el suelo retorciéndose de dolor—. ¿q-qué está pasando?
Esta vez ella lo miró, parecía angustiada e igual de confundida que él, pero supo que no era por los mismos motivos. Toga se giró hacia él y envió su rostro al piso de una patada, el impacto lo hizo perder su visión sobre el alrededor y la audición por unos segundos. De su boca salió más sangre. No supo cuánto tiempo no pudo ver lo que sucedía con claridad, todo se había vuelto borroso, solo podía sentir el dolor palpar en su rostro recién pateado y en casi todas las demás partes de su cuerpo, en sus oídos únicamente podía percibir el sonido de un pitido irritante y condescendiente. Cuando su vista comenzó a aclararse, el sonido de la realidad empezaba a volver, escuchando las risas primero y varios gritos.
Lo primero que vio fue la silueta de Uraraka en frente de él, sosteniendo un cuchillo en una de sus manos, en la otra arrastraba su bolso en el suelo, sosteniéndolo de las tiras.
—¿Q-qué estás haciendo? —preguntó, su voz apenas era audible.
¿Era la misma Uraraka que él conocía?
Recordaba haber estado con ella anteriormente, riendo en casa junto a Midoriya y Todoroki mientras se ayudaban mutuamente con los deberes de la escuela, en el tiempo en que se conocían debido a Midoriya, fue lo suficiente para que él pudiera decir que ella era alguien sensible, amable. Siempre estaba junto a Midoriya ayudándolo a levantarse, queriéndolo. Fue él tiempo suficiente para decir que ella era alguien noble y que amaba a Midoriya tanto como él a ella, aunque nunca lo dijeran.
Miró incrédulo como alguien que consideraba su amiga incendiaba la mochila donde ella sabía que estaba la única foto que tenía de su hermano fallecido.
Las imágenes de aquel recuerdo surcaron su mente como si estuviera soñando despierto, un amargo recuerdo, en un momento realmente amargo. Tenya no podía evitar sentir amargura recorrerlo de un lado a otro al verla allí. Estaba sentada junto a él, en el otro extremo del sofá, con el rabillo de su ojo notaba que mantenía su mirada baja, en el medio de ambos estaba Todoroki igualmente con la mirada baja, él en cambio se mantenía firme mirando a Midoriya cruzando la sala desde el otro extremo.
Midoriya se detuvo para observarlo un momento. Tenya aprovechó para decir lo que quería preguntar desde hace un rato.
—¿Hay algo que no nos hayas dicho?
Midoriya movió su vista inquieto desde él hasta Uraraka, luego se movió hacia ella para tomarla de la mano y llevarla lejos del sofá, y de ellos.
—Lo haré, dame un momento.
Izuku.
Se aseguró de tomar la mano de Ochako con la mayor suavidad que le cabía, estando en tensión por el reciente ambiente, temió haberla tomado con brusquedad, bajo ningún concepto quería parecer brusco con ella. La llevó sin decirle una palabra hasta su ahora habitación, ella de igual manera, no pronunció nada al respecto, caminó tan rápido como pudo y abrió la puerta de su pieza.
Al parecer, Ochako se había adaptado bien en dicha habitación, más que en el resto del apartamento. Todo estaba ordenado y su notorio estilo estaba en todo el aposento, la marca que decía con toda claridad "Bienvenido a la habitación de Ochako". La pared que antes era solo una pared blanca y normal, ahora era decorada por varias figuras aleatorias de goma que parecían pegatinas, unas eran de estrellas y planetas, otras de animales como conejos, ovejas y gatitos, la más grande de ellas pegada al lado de su cama era de una estrella fugaz. Peluches en su cama regados en las almohadas, una pequeña lámpara con forma de luna en su mesa de noche y luces rosas navideñas alrededor de su cama. En el pasado nunca había tenido la oportunidad de ver la habitación de Ochako, aunque ella estuvo varias veces en la de él, ahora que lo estaba de una cierta manera, se sentía casi natural.
La llevó adentro y soltó su muñeca, Ochako caminó hasta su cama poniéndose en frente de él dándole la espalda, con anticipación ella formuló las palabras antes de que el pudiera hacerlo.
—Realmente lo siento, en verdad...
Su voz salió casi apagada, mirándola desde su espalda notó que cruzaba los brazos sobre su pecho, parecía estar más abrazándose a sí misma. Mantenía su cabeza gacha.
—Es mi culpa, no debería estar aquí—volvió a hablar, su voz parecía querer comenzar a romperse en un tono sollozante.
—Uraraka-san, espera... ¿De qué estás hablando?
Se dirigió hacia ella y trató de tocar su hombro, ella se apartó bruscamente antes y su mirada llena de lágrimas lo invadió.
—¡N-no quiero ser la causante de que se arruine su amistad o de alguna pelea entre ustedes!— Exclamaba entre su llanto, por lo que su voz era temblorosa, llevaba sus manos a sus mejillas tratando de limpiar el recorrido que estas hacían por su rostro de forma desesperada—. Es por esto que debí pensar mejor antes de quedarme aquí, yo no merezco tu ayuda y mucho menos volver a relacionarme contigo...
—¡Espera, Uraraka-san por favor tienes que calmarte! ¡Te traje aquí porque yo me encargaré de todo!
La sensación de verla llorar era muy amarga.
—Sería mejor que me fuera, lo siento mucho Deku-kun, no debería estar aquí— se movió de un lado a otro en la habitación, aún limpiando las lágrimas de su rostro con movimientos bruscos y poco delicados de sus manos—. Solo te causaría problemas.
Un nudo se formaba en su estómago y algo apretaba su pecho fuertemente al seguir escuchando su llanto, el sentimiento era tan amargo y doloroso, que apenas podía sentirse capaz de soportarlo.
Tampoco quería que se fuera, no ahora que se había propuesto a ayudarla sin importar el resto de los detalles, no ahora que la había vuelto a ver y había una oportunidad para aclarar dudas respecto a muchas cosas, no ahora que se sentía mejor con su compañía. La razón por la que la trajo a su habitación había sido para que no sintiera el pesado ambiente, y tampoco lo aumentara, y dejara que él se encargara de hablar con sus amigos, ver a Ochako llorar y culparse a sí misma no estaba en los planes de hoy, así como que sus amigos lo tomaran por sorpresa.
Miró como entre sollozos y lágrimas su pequeña figura terminó de rodillas en el piso, con las manos en su rostro y su cabeza baja. Su pecho se apretó ante esto, si esto seguía así él iba a terminar llorando con ella también.
—Perdón, perdón... —ella repetía sollozando. Izuku se encontró tan jodido con eso.
Sentía que iba a enloquecer, o en otras cuestiones, que se partiría en pedacitos ahí mismo si seguía sintiendo ese insoportable sentimiento que obtenía al escuchar sus sollozos y sus palabras entrecortadas de disculpa y de culpa. En todo caso, hoy estaba descubriendo algo, odiaba que Ochako llorara.
—¡Uraraka-san! —Exclamó, y su cuerpo se movió solo.
Sus rodillas tocaron el piso y sus brazos se enrollaron alrededor de su cabeza, cortando la distancia entre ellos colocó su cabeza a un lado del rostro de ella, su cabello le hizo cosquillas. Ella comenzó a sollozar en su hombro, a Izuku le pareció tener un deja vu,
—No tienes que disculparte, estás aquí porque yo estuve de acuerdo —intentaba no llorar con ella al hablar, estando con ella en ese momento se percibía como el adolescente llorón que alguna vez fue—. Te aseguro que no pelearemos, hablaré con ellos, déjamelo a mí.
—No, deja que yo hable con ellos
Su voz en su oído también le hacía cosquillas, aunque el hecho de que esta saliera temblorosa le rompía el corazón. Hoy, en serio estaba descubriendo lo mucho que odiaba verla llorar, lo iba a agregar a la lista de cosas que odiaba con el alma.
—No. Lo harás después, cuando estés lista —Se aferró más a el abrazo, incluso ambos estando de rodillas en el piso, se notaba la diferencia en sus complexiones, no era tanta, pero lo suficiente para poder atrapar su cabeza en sus brazos.
—Pero no quiero dejarte todo el trabajo ¿Y si discuten?
—Créeme, los conozco mejor, no haremos algo como eso —Sonrió aunque ella no lo viera estando aferrada en su hombro, le pareció tierna su preocupación—. Ahora, quédate aquí, espera a que yo hable con ellos, pero, por favor ya no llores, no me iré si sigues llorando.
Ella lloriqueó nuevamente, esta vez, el lloriqueo le pareció menos doloroso, parecía más de alivio, y era bastante tierno. Aún así, quería que parara de llorar, una mano libre fue hasta su nuca y la acarició con suavidad, revolviendo su cabello castaño corto y entrelazándolo entre sus dedos. Las manos de ella se apoyaban en sus hombros mientras lloriqueaba, su corazón se sintió más tranquilo al oír como sus sollozos pasaban lentamente, entre sus brazos, Ochako por fin dejó de llorar, y sintió como su mundo volvía a él.
—Aquí te espero —habló, apoyando su barbilla en su hombro.
—¿Y ya no llorarás? —se dirigió a ella con dulzura en su voz.
Percibió como negaba con la cabeza.
—Disculpa por ser tan llorona últimamente —Pronunció entre una pequeña risita, que fue combinada con el sonido de su nariz aguada.
Con lentitud, acercó su mejilla pecosa más cercana a la de ella y las frotó lentamente, ambos mofletes se tocaron uno contra el otro, fue un acto impulsivo y algo inusual en él, Izuku al sentir la suavidad de su mejilla sonrosada contra la suya agradeció la sensación agradable, incluida la de los dragones revoloteando en su estómago, supo que ella también le agradó la acción, cuando respondió de la misma manera. A este punto las orejas de Izuku podrían haber tenido una elevación en su temperatura y ella pudo haberlo sentido, pero a él no le importó.
—Está bien llorar, pero cuando tienes un hombro en el que puedas hacerlo. Es mucho mejor que llorar solo.
Odiaría más saber que lloraba sola.
En primaria conoció a Shoto y Tenya, al principio ambos le daban algo de miedo, y no solo porque venían de una intimidante familia adinerada, también poseían una personalidad llamativa, demasiado para él, Tenya era del tipo que siempre estaba en cuestión de hacer las cosas de forma correcta, y Shoto era callado, pero siempre dispuesto a demostrar lo bueno que es en algo. Después de conocerlos más a fondo, se preguntó porque el miedo lo había alejado antes de personas tan increíbles como ellos. Eran buenas y practicas personas, y se preocupaban por él como si fueran hermanos.
Por supuesto, estaba seguro de que la situación con Uraraka no llegaría a mayores y que ellos respetarían sus decisiones, el problema era uno, aunque lo respetaran no estaba seguro de si lo entenderían, aunque, realmente no había mucho que entender y que él pudiera explicar sin que sonara como un capricho.
Tenya lo miró, de nuevo examinando sobre él, como si buscara algo que anduviera mal con el chico de ojos verdes. Shoto estaba sentado en el sofá con la mirada perdida, pero claramente ansioso, Tenko en cambio jugaba Angry Birds en su teléfono con el sonido del juego a todo volumen.
Izuku se sentó en la barra sosteniendo el silencio, cuando Tenko notó su presencia pausó el juego y dejó el sofá.
—Les daré algo de espacio.
Yo preferiría que no.
Pasó su mirada de Tenya a Shoto y de Shoto a Tenya, buscando en sus pensamientos por dónde empezar.
—Muy bien, pueden empezar ustedes— les dijo, resignado a las preguntas que le harían.
—Ya entiendo porque actuabas tan extraño —Iida habló, sorprendentemente calmado—. ¿Por qué está aquí?
—¿Y por qué actuaban como si nada? —Shoto habló, sorprendentemente bastante enojado y enfatizando en nada.
—El día que salimos todos juntos hace unos días, me encontré con ella —Izuku decidió responder—. Al principio decidí ignorarla, pero su aspecto me preocupó. Entonces cuando la busqué mis sospechas eran ciertas—. bajó la mirada, sobando su brazo con una mano -. Tenía fiebre y la traje aquí para ayudarla. Estaba sola y no tenía donde ir.
—Eso fue hace varios días —Tenya especulaba—. ¿Y la parte donde termina visitándote todos los días?
—No me visitaba, ella... vive conmigo.
No supo exactamente como describir las expresiones de sus caras.
Ochako.
Ochako odiaba varias cosas.
Odiaba la oscuridad en su habitación desde pequeña, su madre le dijo que no siempre tenía que encender el televisor para tener algo de luz, y le compró una lámpara con forma de luna para dormir, y su padre unas pegatinas con formas diversas que colocaba en las paredes, cuando apagaba la luz, estas brillaban. Odiaba los truenos, el sonido la aterrorizaba, las noches con truenos su madre se quedaba con ella, la acurrucaba en su pecho y le contaba historias que calmaban sus miedos. Odiaba pasar todo un día sin dar una sonrisa sincera, odiaba llorar de tristeza, odiaba que alguien más llorara de tristeza.
Odiaba perjudicar a alguien más. Odiaba sentirse culpable.
Pero si en perjudicar se refiere, ella ya lo había hecho varias veces, sabía que perjudicaba a su padre al nunca llamarlo, y era culpable de muchas cosas, muchas cosas con las que ya era tarde para lidiar y poder hacerlas mejor. Y pensar en lo que pudo o no pudo haber hecho era lo único que le quedaba. Solo era buena sosteniendo pedazos rotos de cosas que ella no podía arreglar.
Abrió un cajón en su mesita de noche sacando una caja de este, puso la caja entre sus piernas y abrió la tapa colocándola a un lado, dentro estaba la pequeña figura de un netsuke, consus ojos rodeados de negro y pupilas azules, con dos mechones amarillos que parecían las orejas de un conejo. Y una característica y gran sonrisa.
Hace mucho tiempo en navidad, una navidad tan fría como la que vendría pronto, la segunda navidad sin su madre. Escapó de su casa como era costumbre para entonces, escapando de un lugar donde su madre no estaría, y como también era costumbre, Izuku la encontró. Y este pequeño netsuke de su héroe ficticio favorito llegó a sus manos como un regalo de navidad.
Aquella navidad lo pensó, Deku era como una galaxia.
Ella era una pequeña estrella a su lado, feliz y brillando de ser acogida en su trayectoria de vida. No importando si era una estrella solitaria que nadaba en lo que parecía ser la nada, el hecho de que por momentos Deku fuera su galaxia la hacía feliz.
Al día de hoy, lo seguía pensando.
Y cuando miraba este netsuke, lo recordaba.
Fue hasta la cama metiéndose dentro de las sabanas sosteniendo aún la pequeña figura de All Might. Se acurrucó a sí misma dentro de las sabanas sosteniendo la figura contra su pecho, solía hacerlo mucho, la calmaba y le daba calidez, la misma calma y calidez que le daba Izuku, cuando vivía con Bakugou, ella tenía su propia habitación y en las noches con truenos, sostenía el pequeño netsuke toda la noche para sentirse segura. Aun habían ganas de llorar, pero solo se limitó a cerrar los ojos y pensar en diversas cosas para distraer sus pensamientos.
El teléfono vibró a un lado de ella.
De: Tsu-chan.
Tema: Responder.
Estoy bastante preocupada, al menos bríndame una señal de humo.
Frotó su nariz aguada, se sentía mal de dejar que Tsuyu se preocupara demás por ella, no estaba enojada con ella, y no quería que ella lo pensara. Pero, había mucho que tenía que explicarle, y ella también.
Para: Tsu-chan.
Tema: Estoy mejor.
¿Por qué no me dijiste que te acostaste con Bakugou?
Tsuyu no respondió con la rapidez habitual que poseía, Ochako suspiró ante esto y envió otro mensaje.
No estoy enojada contigo, pero hay cosas que quiero que hablemos, un día de estos. Te quiero.
Se recostó una vez más en su cama y llevó la figura a su pecho, se preguntaba si todo estaría bien con Izuku y los chicos, aún existía la posibilidad de ir y decirles que se iba, que no volvería mas a cruzar palabras con ninguno para no perjudicar a Deku. Aunque ella mismo había sugerido irse cuando lloró frente a Izuku, en el fondo no quería mover un paso lejos de él, no todavía.
¿Eso estaba mal? Quizá, para una estrella nada especial y apenas brillante como ella, era un pecado seguir en la galaxia de Deku.
Izuku.
—Viven juntos.
—Si.
—Son roomates —Iida seguía afirmando.
—Si.
—Oye, cuando te sugerí ser mi roomate no quisiste, no es justo— Shoto agregó.
—Ese no es el punto Todoroki-kun— Iida lo interrumpió firme.
Todoroki rascó su nuca y se echó de espalda en el sofá.
—La traición— Pronunció en desacuerdo.
—Entonces, ustedes ni siquiera han hablado sobre el pasado— Tenya volvió a hablar, él era una mezcla entre confundido y enojado ahora—. ¿Sabes qué es algo irracional? Después de varios años tratando de superarla.
—Oye, no estuve tanto tiempo superándola— El peliverde miró a su amigo de lentes, ofendido.
Shoto e Iida respondieron con un silencio acusatorio.
—Te di de mis reservas de helado por varios meses, y te daba palmadas en la espalda— Shoto entrecerró sus ojos, Izuku recordó aquellos sucesos, se sintió avergonzado y su cara se calentó—. El punto es, que hubiera sido más aceptable que estuvieran viviendo juntos, si hubieran hablado del tema antes, pero lo estás evitando completamente.
—Nada de aceptable— Tenya lo corrigió—. Son un chico y una chica viviendo juntos, y según lo que nos dijo ella ya estuvo en su cama.
—Con fiebre— Izuku agregó, apoyó su frente de una mano y suspiró cansadamente.
—Bueno, al menos deberían hablar del tema antes de llevarla a la cama— Aludió Shoto con un tono divertido escondido.
—¡Que no es...! Escucha— Izuku trató de calmar su vergüenza—. No estoy evitando el tema, lo estoy reservando.
—¿Reservando para qué? Ahí la tienes después de años sin verla, habla con ella— Todoroki decía, su tono le hacía parecer decir entre líneas ¿Eres ciego o eres idiota?
—Lo haré, cuando sea el momento.
—Bien, primero tienes que explicarme cuando es el momento correcto para decirle a alguien que te lastimó, lastimó a tu amigo, te traicionó, lo mal que te hizo sentir y preguntarle por qué mierda lo hizo. Que yo sepa, eso viene antes de estar viviendo con esa persona.
Por alguna razón recordó a Kacchan dentro de esa oración. Bueno, en realidad si sabía la razón.
—Modera tu lenguaje, Todoroki-kun— Tenya le dio un golpecito en la cabeza del bicolor.
—Tengo mis derechos de libertad de expresión— Shoto respondió.
Izuku no sabía cómo responderle con claridad, no podría decirle que, por el momento, no le importaba sacar el tema mientras pudiera ayudarla. Lo siguiente podía ser lo más sensato que podría responder: no quería presionarse a sí mismo a hablar sobre eso, y tampoco quería presionar a Ochako.
Y también, tenía un presentimiento, de que ella en realidad no hizo lo que hizo porque quería. O por el gusto de hacerlo, después de encontrarse con ella nuevamente, no parecía tener la cara de que lo odiara, como había dicho la última vez que se habían visto en secundaria.
"Te odio."
Aún podía escucharlas en su cabeza.
—Sé que lo que pasó es algo que nos afectó, a ti y a mí, Iida-kun... pero... siempre, después de eso, tuve el sentimiento de que algo no encajaba en todo esto, pensé que era solo un presentimiento sin sentido, hasta que la volví a ver – Miró el pasillo que llevaba hasta la habitación de la castaña, su corazón retumbó fuertemente en su pecho al pensar en ella -. Creo que hay algo que ella tiene que decirnos.
—Midoriya-kun, si esto sale mal...
—Confíen en mí, además... —Izuku interrumpió a Iida, los miró y sonrió, plenamente agradecido de cómo se preocupaban por él, no pudo haber pedido mejores amigos—. Ya soy adulto.
—Claro que confíamos en ti, es que estamos preocupados— Iida arrugaba sus cejas en el entrecejo, mirándolo con duda.
—Lo sé, y estoy agradecido con eso.
Cuando pusieron al día con un resumen de Ochako a Tenko, el chico de cabello negro se mantuvo atento en todo momento, después le diría a Izuku que estaba bien con su decisión pero que lo manejara con cuidado, sorprendentemente, también estuvo de acuerdo con él al decir que algunas cosas no encajaron con Ochako y que lo mantuviera informado. Cuando terminaron, charlaron y rieron sobre otras cosas, Izuku se enteró que llegaron a su apartamento de repente porque le huyeron al padre de Todoroki.
— Muy bien, nosotros ya nos vamos— Iida estiró su cuerpo al levantarse del sofá, extendiendo sus brazos hacia arriba.
—Fue un gusto su visita, a pesar de lo incómodo de hace unas horas, y las acusaciones— Izuku decía mientras sostenía un cojín entre su pecho y apoyaba su barbilla en este.
—Vendremos otro día a causar más de eso— Shoto dijo, saliendo por la puerta con la boca llena de froot loops.
—Midoriya-kun— Iida lo llamó, dirigió su mirada hacia él con un semblante serio—. Sé que dije que confío en ti, pero en ella... no estoy seguro. Si ella hace algo, que incluya traicionar tu confianza, voy a arreglar las cuentas del pasado yo mismo.
—Si, yo entiendo— Le sonrió suavemente, viéndolo salir.
Entre los tres, Iida y él tuvieron más cercanía con Ochako, formando un vínculo bastante especial con ella, estaba seguro que ambos quedaron igual de confundidos después.
—¡Espérenme en el auto, tengo que decirle algo a Midoriya!— Anunció Tenko cuando ambos salieron.
Tenko fue a sentarse a su lado.
—Primero, si tu especulación es incorrecta, estoy aquí para quemarle la casa a la chica— Le sonrió divertido y le pasó la mano por el cabello, alborotando este más de lo que ya estaba—. Y segundo, es una chica realmente linda, estoy orgulloso de ti.
Le lanzó el cojín a su cara.
—¡No. Es. Nada. Como. Eso! – Exclamó con voz chillona pausando cada palabra, sus mejillas se calentaron.
—Eso es imposible— Tenko quitó el cojin de su cara—. Una linda chica, un lindo chico, con evidente pasado romántico no pueden estar tranquilos viviendo juntos hasta que liberen esa tensión.
—¡Shimura-kun, n-no es un pasado romántico!— Giró su cara, solo para que no notara su notorio rostro en llamas. Tenko se echó a reír.
Al menos no de las dos partes.
—Y... ¿A qué te refieres con tensión?— preguntó, cubriendo sus mejillas con las palmas de sus manos.
— No puedes estar hablando en serio— Él lo miró como si estuviera preguntando algo demasiado obvio de discernir.
—No puedo entenderte cuando estás tratando de molestarme.
—Sexo.
—De acuerdo, largo— Le lanzó otro cojín que tenía cerca, golpeó su rostro con brusquedad— Suficiente de tu presencia por hoy —. Llevó a su amigo del brazo hasta la puerta.
—No creí que te avergonzara tanto esa palabra— Decía él riéndose en voz alta mientras era arrastrado.
—¡Hasta pronto!
Izuku logró cerrarle la puerta en la cara, suspiró mientras se apoyaba de ella. En su bolsillo su teléfono vibró, lo tomó lentamente y abrió el buzón de mensajes.
De: Tenko Shimura.
Sexo:)
Estuvo a punto de arrojar el celular al otro lado de la habitación.
...
Una vez regresó a la habitación de Ochako, la castaña estaba dormida y acurrucada entre las sabanas.
Se sentó en la orilla de la cama con delicadeza para no despertarla colocando su mano a un costado de su rostro, cuando no tenía fiebre, era bastante linda durmiendo. Su boca estaba semi abierta y sus abundantes pestañas del mismo color de su cabello hacían contraste con sus rosadas mejillas. Notó que algo amarillo sobresalía de su mano, que estaba posicionada en su pecho, sosteniendo con firmeza.
Sus ojos se ensancharon al reconocer dicha forma ¿Era lo que creía que era?
Ella se movió un poco, pero siguió durmiendo, su mano dejó sobresalir un poco más a la figura que sostenía, entonces lo pudo ver mejor.
Era la figura netsuke que él le había dado en navidad ¿Todo este tiempo la había conservado?
Tal vez, después de todo si había cosas que ella tenía que decir.
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¡Muchas gracias por sus reviews! Lamento que este capítulo sea un poco flojo, aún sigo siendo novata con la redacción y no me termina de gustar, también quise incluir un POV de Iida aquí porque es importante más adelante, espero no les haya molestado.
Para bien, o para mal ¿Crees que Ochako es mala en esta historia?
