Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
~Absolutamente tuya. ~
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—La junta directiva no está contenta Senku —Xeno frunció el ceño, patentando una evidente mirada de fastidio a través de la pantalla de la computadora—. ¿Sabes a lo que nos atenemos si sucede otro incidente como este? Cancelarán el Proyecto.
Senku se frotó con insistencia el puente de la naríz, totalmente cansado de la perorata del científico estadounidense, su colega y mentor. Honestamente, Ishigami se sabía de memoria los riesgos a correr con cualquier incidente que pudiera entorpecer su importante investigación.
La más reciente, sin lugar a dudas estuvo a punto de mandar al retrete el financiamiento y el avance de las investigaciones de todo un año gracias a un problema de "seguridad" con el proyecto.
—No va a suceder algo como esto de nuevo, corregí el problema e implementé de nuevo el protocolo de activación. No tienes nada de qué preocuparte Xeno. —Senku iba a asegurarse de ahora en más, que el desastroso incidente no se repitiera, él no lo permitiría.
El hombre guardó silencio por unos minutos mientras miraba con seriedad a Senku y consideraba sus siguientes palabras.
—Sabes que podrías ahorrarte problemas de esta índole si ejecutas el protocolo de seguridad, es la única manera de impedir una reactivación…
—No lo haré y no es algo que esté a discusión. —Senku fue tajante al respecto. Definitivamente se negaba a implementar "esa" medida.
—Te recuerdo Senku —Xeno habló, dejando cualquier rastro amistoso a un lado—. No sólo eres mi colega en este proyecto sino que también eres nuestro sujeto de prueba, necesitamos recabar todos los datos posibles para lanzar esta iniciativa y si te niegas a cooperar, asignaremos a alguien más para obtener la información que necesitamos y estarás fuera de la investigación.
Maldición, pero por supuesto que sabía de esa posibilidad. Aún así, Senku se negó en más de una ocasión a cumplir con una de las cláusulas del maldito contrato, sin importar cuánto luchó internamente por aplazar ese momento, sabía que tarde o temprano tendría que llegar.
—Te dije que me encargaré de obtener los malditos resultados…
—Una semana, es tu última oportunidad. —con un semblante gélido e inescrutable, Xeno dio por terminada la videollamada.
Senku se quedó mirando la pantalla un par de segundos más de los necesarios, pensando en el ultimátum de su colega. ¿Qué iba a hacer ahora? Una semana, sólo tenía una jodida semana para entregar los resultados que Xeno y el resto del equipo estaban exigiendo.
Seguir negándose a lo inevitable sólo significaría un reemplazo y quedarse fuera de un proyecto sin precedentes.
No quería y se negó a abandonar por una simple razón.
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—Leona, no puedes andar desnuda por el departamento. —Senku dejó de teclear en su computadora cuando notó el reflejo de la semi desnudez de Kohaku en la pantalla.
Involuntariamente el cuerpo del científico reaccionó a la visión de los perfectos y redondeados pechos de la hermosa mujer, la mirada de Senku vagó descaradamente desde la cintura estrecha hasta la curvatura de sus caderas… Ella era perfecta.
—¿Esto te molesta? —ella se acercó a él, abrazando a Senku por la espalda y acomodando la cabeza en su hombro.
En realidad Senku sólo estaba exagerando ya que Kohaku se encontraba en ropa interior.
—Los humanos tienden a usar ropa en presencia de otros… pensé que te había quedado claro. —trató de ignorar la manera en que los pechos de Kohaku rozaban su espalda, la delgada tela de la camisa de Senku no sirvió de nada para evitar notar la suavidad de sus perfectos atributos.
—Bueno, no todo el tiempo. —Kohaku prácticamente ronroneó sobre la piel del cuello de Senku, tomándose su tiempo en olfatear el aroma del científico.
Y él supo leer las intenciones de Kohaku, el extraño tono empleado y la manera en la que ella estaba tan cerca de él, casi invadiendo su espacio personal le dijeron lo que estaba planeando.
Ella era astuta cuando realmente se lo proponía.
—Kohaku… —advirtió, apartándose ligeramente y girando su silla para poder mirarla a los ojos.
—¿Sigues enojado por lo que pasó con Mozu? —cualquier indicio de buen humor se esfumó de inmediato—. Lo siento Senku, nunca quise que él reiniciara mi programación… fue un accidente.
Senku recordó aquél incidente con Mozu, cuando ese idiota puso en riesgo toda la investigación al besar a Kohaku, borrando así la programación establecida en ella.
Kohaku era un androide avanzado creado por el conglomerado Nanami como parte del Proyecto Amber. Un ambicioso proyecto de biotecnología encaminado a un potencial mercado: la búsqueda de la pareja ideal.
Si las personas no podían encontrar a la persona ideal, entonces sólo tendrían que ordenar una con las características deseadas.
Amber 7.0 era el primer prototipo funcional que los laboratorios de la corporación Nanami habían creado con éxito; explícitamente un logro del Dr. Xeno ya que Senku se incorporó tiempo después al Proyecto para monitorear los avances de la investigación, y explícitamente como el sujeto de prueba número uno.
—No estoy enojado, Leona —bueno, al menos ya no lo estaba—. Pero tendré que mantenerte vigilada para evitar que otro incidente como ese ocurra. —frunció el ceño al recordar todo el trabajo que tuvo que hacer para recuperar a Kohaku.
—Yo te amo a ti, Senku —ella se acercó nuevamente, esta vez sentándose en el regazo del científico—. Tú eres mi novio y ni siquiera la reprogramación del beso de Mozu pudo borrar eso de mi sistema.
Las palabras de Kohaku le provocaron un ligero estremecimiento, Senku en más de una ocasión tuvo que recordar que dichas aseveraciones de afecto no eran reales y eran sólo la imitación del sentimiento humano al que llamaban amor.
Porque así lo decía su programación. Kohaku sería devota a él y lo "amaría" en tanto la configuración de la programación así se lo ordenara.
Y eso no debería afectarle a Senku de la manera en la que lo hacía, porque la manera en la que Kohaku lo miró cuando ella creyó estar con Mozu le dolió. La falta de sentimiento en sus ojos fueron una bofetada a su corazón.
Tal vez decirle a su estúpida mente que dejara de pensar en ella como lo hacía y sacarla de su corazón ya no serviría de nada.
—Sigo sin entender cuál fue la falla en el sistema para no borrar por completo tu base de datos sobre mí. —Senku inconscientemente afianzó a Kohaku de las caderas, sin molestarse en pedirle que se levantara de él como normalmente lo haría.
Esa fue una buena señal para ella.
—Tampoco lo sé, pero me alegra estar contigo de nuevo —enredó los brazos en el cuello de Senku—. Sabes que no tendrías que preocuparte de otro incidente si aplicas el protocolo de seguridad. —Kohaku fijó la mirada en él, casi suplicando que considerara esa opción.
—Leona, no estoy seguro de que esa sea la solución.
De nuevo esa opción ¿Por qué esa era la única manera de evitar que otro idiota se robara a Kohaku? ¿En qué demonios estaban pensando Ryusui y Xeno cuando planearon esa medida de seguridad?
—Quiero hacer el amor contigo Senku, independientemente de que esa sea la única manera de implementar el protocolo de seguridad para evitar que alguien más reescriba mi programación.
La manera en la que Kohaku lo miró mientras decía esas palabras provocó un escalofrío en su columna.
—Quiero pertenecerte. —la palma de la mano de Kohaku se instaló en el pecho de Senku para sentir los latidos de su corazón.
Lo supo, en más de una ocasión ella pudo vislumbrar en Senku el deseo reprimido y la inseguridad ante sus palabras o acciones. Ahora sin embargo, sus ojos carmín se oscurecieron para reflejar dicho sentimiento.
Quizá él lo quería tanto como ella.
El hecho de que él la necesitara y la deseara fue innegable.
Kohaku había dejado frustrantemente claro desde el principio que ella quería pertenecerle y está de más decir que intentó seducirlo en más de una ocasión.
Y Senku siendo el hombre lógico que suponía debía ser, jamás exteriorizó ni aceptó cómo soñaba con su piel, con sus gemidos desesperados, ni los pensamientos de reclamarla para él de la manera en la que ella quería.
Así que las muestras de cariño y los besos ocasionales fueron todo lo que se permitió a sí mismo y por supuesto, disfrutar de la vista de sus profundos ojos aguamarina.
Ella era un Androide diseñado para "amar" incondicionalmente a quien tuviera designado.
Y aún sabiendo que toda esa farsa del noviazgo no era más que parte de su investigación, Senku cometió el error de crear sentimientos por ella.
—Por favor Senku, hazme el amor. —le dió un casto beso en los labios.
Él no respondió, no pudo contestar. En vez de eso la miró mientras cada gota de sangre en sus venas corría hacia el sur, mientras cada nervio de su cuerpo le gritaba su abrumadora necesidad por ella.
Senku apretó la mandíbula con fuerza ante la necesidad de descubrir qué tan bien se sentiría toda esa piel suave en exhibición presionada contra él.
Sus ojos nunca la dejaron mientras ella lo miraba con anhelo y evidente necesidad.
—Senku… hagámoslo. —la mano de Kohaku se acercó y tocó la de él.
La piel cálida y suave, su cuerpo casi desnudo ante él, y sus hermosos ojos fijos en los suyos le hicieron tomar una decisión.
Antes de que pudiera siquiera pensar con claridad sobre el asunto, la boca de Senku reclamó la de ella con fuerza en un beso torpe, crudo y descuidado.
Kohaku jadeó con asombro por la repentina intromisión de la lengua de Senku en su boca mientras sus manos subían hacia su cabello para enredar los dedos en sus mechones, jalando con brusquedad en la intensidad del beso.
Senku llevó sus propias manos hacia los pechos cubiertos únicamente por la delgada tela de ese estorboso sostén, los amasó y maldita sea ella emitió un delicioso gemido que lo puso más duro. Él reconoció que los pechos de Kohaku eran tan suaves y excitantes como se veían.
Gimió cuando ella mordió su labio inferior con fuerza, y ante esto, Senku llevó sus manos hacia abajo para apretar el trasero de su "novia".
Había soñado con algo como esto en más de una ocasión.
Senku la acomodó de tal manera que las piernas de Kohaku se abrieron aún más para poder sentir la rigidez confinada en sus pantalones, y con total descaro él empujó las caderas hacia arriba para frotarse en su entrada.
¿Esto estaba bien? Se preguntó.
Quizá jamás se cuestionó antes si Kohaku sería capaz de sentir placer, pero ahora cualquier duda se disipó al escuchar sus gemidos y ver su rostro contraerse por la sensación intrusiva de su palpitante miembro muy cerca de su sexo.
Cada roce y toque sólo incrementaron los sonidos de genuino placer en ella.
Ella jadeó su nombre, apartando los labios de la boca de Senku para enterrar el rostro en el hueco de su cuello mientras éste movía sus caderas en un delicioso movimiento circular. Y él lo hizo una y otra vez, lamiendo, chupando y mordiendo la piel del cuello de Kohaku.
Tal vez nunca estuvo de esta manera con una mujer, pero ella se sentía tan real.
Kohaku volvió a chillar cuando él lamió el inicio de sus senos, y escuchar su nombre de esa manera tan necesitada lo excitó aún más. Senku quería escucharla gritar su nombre una y otra vez cuando la penetrara y mientras la embestía.
Necesitaba quitarse los molestos pantalones y hacer trizas la ropa interior de Kohaku para sentir su calor.
Pero antes de que pudiera actuar para quitarse el pantalón, Kohaku deslizó las manos por su pecho muy lentamente hasta llegar a su cinturón, desabrocharlo y posteriormente arrancar el botón de la molesta prenda con fuerza.
—Quítatelo. —ordenó ella sin dejar de mirarlo a los ojos.
Sin pensar o reprochar por el hecho de que Kohaku le hubiera arruinado el pantalón, Senku a regañadientes la obligó a levantarse de él para ponerse de pie y sacarse la prenda.
Se lo bajó bruscamente, llevándose la ropa interior con éste y pateando sus zapatos a un lado mientras ella desabrochaba los botones de su camisa para posteriormente deslizarla por sus hombros.
Se sintió tan expuesto ante ella.
—Mi turno. —la sonrisa sensual de Kohaku se ensanchó cuando lentamente desabrochó su sostén para quitárselo y deslizó sus bragas hacia el suelo.
Senku soltó un jadeo involuntario ante la visión de Kohaku frente a él. Ella de verdad era perfecta.
No podía creer que esto estuviera sucediendo realmente.
Kohaku se acercó lentamente hacia él, arrinconándolo al escritorio que tenía detrás, le rodeó el cuello con los brazos y lo besó. Senku sintió sus pezones duros frotándose contra la piel expuesta de su pecho mientras se presionaba más cerca de él.
—Te deseo tanto Senku. —Kohaku interrumpió el beso y lo miró intensamente.
—Y yo a ti, Leona. —sus palabras fluyeron sin problemas, sosteniendo la mirada de Kohaku.
Ella le dió un casto beso antes de arrojar al suelo todas las cosas que se encontraban sobre el escritorio y empujar a Senku sobre éste. A él no le importó.
Con una mirada felina se trepó sobre él, sentándose a horcajadas sobre su estómago mientras movía la cabeza hacia abajo para besarlo profundamente. La lengua caliente y húmeda de Senku le dió la bienvenida mientras se deslizaba contra la de ella.
Él también fue consciente de la humedad y el calor que podía sentir contra su estómago.
Senku llevó las manos a sus caderas para empujarla hacia atrás y rozar su pene al palpitante y necesitado sexo de su novia, incitándola así a que rogara para que se hundiera en ella.
Nunca había sentido algo así. Estaba bastante seguro de que realmente nunca en su vida había sentido una necesidad tan salvaje como la que estaba sintiendo ahora con ella.
Senku deslizó una mano a lo largo del muslo y entre las piernas de Kohaku, gimiendo cuando el calor resbaladizo de su humedad cubrió sus dedos.
¿Cómo podría ser esto posible? Ella se sentía tan real de una manera que nunca pudo llegar a imaginar.
¿Sería posible que ella…?
Se aventuró a explorar con su dedo, haciendo que ella se arqueara contra él y gimiera cuando la punta de su dedo encontró una pequeña protuberancia de carne dura y apretada.
—¿Cómo se siente esto Kohaku? —Senku deslizó su dedo hacia abajo, rozando delicadamente los húmedos pliegues.
Nunca había hecho esto antes, pero sabía algo sobre anatomía y fisiología. Podría intuir a dónde iban las cosas.
Antes de que pudiera hacer más, Kohaku lo miró con los ojos entrecerrados.
Ella se inclinó hacia abajo y dejó un rastro húmedo de besos desde su cuello hasta su pecho, la lengua de Kohaku rodeó su pezón provocando que él jadeara y sus dedos de los pies se doblaran.
Ella se apretó contra su erección, jadeando al unísono con él.
¿Qué estaba haciendo? Se preguntó Senku en completa estupefacción.
Incrédulo, vio cómo ella se arrastró más abajo por su cuerpo bajándose de él y del escritorio. Senku cerró los ojos con brusquedad cuando la lengua de Kohaku salió de su boca para lamer la cabeza de su pene, provocando un grito estrangulado en él.
Echó la cabeza hacia atrás antes de darse cuenta que sus manos estaban en el cabello de su novia, tirando de ella suavemente hacia arriba.
—¿Qué sucede Senku? —preguntó ella cuando él exhaló temblorosamente—. ¿Hice algo mal, te lastimé?
—No… no me hiciste daño —Senku se mordió el labio con incertidumbre ante sus ojos preocupados—. Es que nunca he hecho esto. —admitió con expresión seria ocultando así su nerviosismo.
Internamente, el corazón de Senku se derritió ante la mirada preocupada que ella le estaba dando.
—Yo tampoco, pero quiero hacerlo. —lo acarició con delicadeza provocándole otro gemido.
Senku se preguntó cómo podía ella arreglárselas para parecer tan inocente con la boca a unos centímetros de su miembro.
Kohaku esbozó una sonrisa antes de subir nuevamente a él para depositar un ligero beso en los labios de Senku.
—No tienes que hacer esto, Leona…
—Déjame hacerlo Senku, quiero probarte.
¡Maldición! ¿Por qué dijo algo como eso?
A pesar de sus reservas iniciales, Senku asintió lentamente en aprobación. Kohaku se deslizó nuevamente hacia abajo y lo acarició antes de tomarlo en su boca.
No pudo negar que ver la delicada boca de Kohaku sobre su pene fue la vista más asombrosa y excitante que jamás hubiese visto.
Tenía la boca caliente, su lengua hábil se movió con una facilidad tan experta que se preguntó de dónde había sacado tal habilidad. ¿Era esto una ventaja más de su gloriosa programación?
No le importó. Al menos no cuando sus labios se separaron para gemir ruidosamente y su respiración se agitó peligrosamente.
La mano de Senku se enredó en los mechones rubios de Kohaku mientras usaba la otra para estabilizarse al verla brindarle placer.
Los pequeños sonidos de satisfacción que ella emitía lo estaban volviendo loco, pero no tanto como la sensación de su boca, labios y lengua trabajando al unísono en su pene.
Iba a correrse pronto si no la detenía, Senku estaba seguro que no podría durar mucho más tiempo.
—Leona detente… no podré… —quiso advertirle, pero no pudo seguir sin morderse el labio para contener los sonidos vergonzosos que salían de su boca en lugar de palabras.
Y Senku cayó en la desesperación cuando ella decidió usar sus manos también, bombeando la parte de su eje que no alcanzaba a cubrir con su boca. Kohaku ahuecó y acarició sus testículos, haciendo cosas increíbles con ellos y llevándolo rápidamente al límite.
Su liberación lo golpeó con fuerza y cerró los ojos mientras gritaba su nombre.
A pesar de que Senku tiró de su cabello para apartarla, Kohaku bebió todo de él sin dejar que una sola gota se derramara.
La visión de Kohaku liberando su miembro del delicioso confinamiento de su boca fue lo único de lo que fue consciente antes de dejar caer pesadamente la cabeza hacia atrás mientras exhalaba una bocanada de aire. Senku se cubrió los ojos con el brazo, notando la humedad en su frente por el sudor; de igual manera apartó el mechón de cabello que se le pegaba desagradablemente al cuello.
Entonces cayó en cuenta de algo.
—Creo que tendremos que posponer esto Kohaku… subestimé mi propia resistencia. —Senku trató de acompansar su agitada respiración.
—Quizá pueda arreglar eso. —pero ella le dió una pícara sonrisa de medio lado.
Kohaku se subió lentamente y se posicionó a horcajadas sobre él ante la incrédula mirada de Senku, extendió la mano para acariciar su miembro antes de acomodarse para comenzar con un lento vaivén de caderas. Movió su húmedo calor contra él una y otra vez para incitarlo.
Él jadeó y luego gimió cuando el calor del sexo de Kohaku se encontró con la punta de su pene mientras ella lo deslizaba a lo largo de su necesitada longitud.
Eso funcionó para volver a endurecerlo.
Kohaku acarició una de las mejillas de Senku mientras se acercaba para besarlo.
—Eres mío Senku —susurró contra sus labios con la voz ronca—. Y ahora yo también seré solamente tuya.
Kohaku detuvo la deliciosa fricción para posicionarse sobre el miembro erguido de Senku y se dejó caer, envolviéndolo en su calor, hundiéndolo por completo en su interior.
Ella gimió una vez que lo envainó completamente dentro de ella, sus paredes se tensaron mientras echaba la cabeza hacia atrás en éxtasis ante la sensación.
Senku gimió ruidosamente, estar dentro de ella era asombroso, tan húmeda, cálida y apretada. Era lo mejor que había conocido en su vida, y ella tenía razón, él era suyo por completo.
Kohaku comenzó a moverse, marcando así el ritmo y la velocidad de las embestidas, hundiendo a Senku una y otra vez en su interior. Su mirada acalorada y llena de deseo nunca se apartó de la de él.
—Kohaku… —Maldición, no iba a durar mucho.
Encontró sus caderas con los movimientos descendentes de Kohaku entre embestidas y podía sentirlo, iba a correrse pronto como el patético hombre virgen que era.
¿Ella podría tener un orgasmo? ¿Él podría brindárselo? Demonios, realmente quería averiguarlo.
—Quiero estar arriba, Leona. —gruñó
Y Kohaku obedeció cambiando su peso y haciéndolos rodar sobre el escritorio mientras aún estaba completamente dentro de ella.
Le dio un fuerte empujón y ella arqueó la espalda, moviendo la cabeza hacia un lado mientras sollozaba su nombre.
Moviéndose hacia atrás para empujar de nuevo, la vio retorcerse debajo de él, desecha por sus largos y duros golpes, sus piernas envolviéndose alrededor de su cintura para no dejar ni un milímetro de distancia entre sus cuerpos.
Esta criatura fuerte, obstinada y vivaz se estaba deshaciendo por él. Senku había anhelado y codiciado a Kohaku desde el momento en el que la vio al otro lado de esa sala de pruebas en el laboratorio.
Ella era tan hermosa.
Durante el tiempo en el que el idiota de Mozu la corrompió con ese beso y ella se olvidó parcialmente de él, Senku no quiso más que traerla de vuelta a su lado. Kohaku le pertenecía.
Incluso ahora, cuando ella jadeó y luego gritó su nombre mientras la embestía de nuevo, supo que así era y ahora nadie más podría tenerla.
Senku se deleitó con los gritos de Kohaku, de la manera en la que su nombre salía de sus labios mientras se hundía en su interior, apretándose a su alrededor con el placer inigualable de su lujuria. La sintió apretarse más a su alrededor con cada embestida, y sus uñas rastrillar su piel, haciéndolo casi sangrar.
Pero no le importó.
Enterró la cabeza en el cuello de Kohaku y gimió su nombre mientras mordía su piel.
Estaba cerca, tan cerca.
—Mírame Senku. —Kohaku ahuecó sus mejillas con las manos, acariciándolo mientras ambos mantenían la mirada en los ojos del otro.
Se miraron fijamente mientras él se hundía profundamente en ella, Kohaku acercó lentamente sus labios a los de Senku para besarlo, ahogando así los crecientes gemidos que salían involuntariamente de sus labios hinchados.
Se arqueó hacia él y la nueva posición favoreció a Senku para abrazarla aún más y dar una última pero profunda estocada que le dejó la mente en blanco.
Sólo eso bastó para alcanzar su liberación. El interior de Kohaku se apretó a su alrededor brindándole un placer abrumador que le hizo derramarse por completo en su interior.
En ese instante sólo estaba ella y su nombre en sus labios. Senku hundió su rostro en el cuello de Kohaku para ahogar su audible gemido.
Y ella sollozó su nombre a su vez, arqueándose contra él mientras alcanzaba su propio orgasmo. Kohaku gritó una y otra vez el nombre de Senku mientras prácticamente convulsionaba de placer.
Senku colapsó sobre el pecho desnudo de Kohaku, jadeando para tratar de recomponerse del orgasmo avasallador. Ella lo envolvió en un abrazo y le acarició el cabello.
Permanecieron así, él todavía en su interior y ella acariciando sus mechones distraídamente.
—Te amo Senku.
Escuchar esas palabras de ella se sintió completamente diferente de todas las veces anteriores en las que se lo había dicho.
Se sintió más real que nunca. La manera en la que lo miró y la manera en la que se entregó a él le confirmaron la veracidad tras ese sentimiento que ella siempre se encargó de recalcarle y que él, siempre se negó a admitir.
Ella lo amaba. Kohaku lo amaba no porque estuviera en su programación hacerlo sino porque en verdad había desarrollado sentimientos por él.
—También yo, Kohaku. —sintió a Kohaku exhalar repentinamente.
Quizá ella no se esperaba que él le devolviera las palabras, tampoco Senku, simplemente salieron de su boca sin que pudiera evitarlo.
—Ahora ya no tendré que preocuparme de que otro idiota quiera robarte. —Senku esbozó una media sonrisa de diversión y quizá también de satisfacción.
Pero la dicha le duró apenas una fracción de segundo antes de que Kohaku le diera un golpe en el costado que lo hizo quejarse audiblemente.
Sin embargo él tenía razón, ahora Kohaku le pertenecía sólo a él y él a ella.
Al demonio el Proyecto y la investigación, Kohaku no era un objeto de estudio, ella era su Leona… la única mujer que lo hizo conocer ese innecesario sentimiento que muchos llaman amor.
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.
.
Fin.
N/A:
Aquí el tema del día Riko "Robot Sexual" (más o menos XD) con un par de días de retraso u.u
Espero no quedara tan mal…
Ok mi idea era algo como "Absolut Boyfriend" pero las cosas nunca salen como quiero y al final salió esto XD
En fin n.n espero les gustara y ya saben que los comentarios son bienvenidos así como los tomatazos :v
La Yoari se despide y se disculpa por si ven algún error por ahí, la dislexia no ayuda mucho u.u
Hasta la próxima! n.n
