Todo lo que rodeaba a Max parecía haberse detenido. Todo, excepto el ritmo de aquel tambor. Samuel cantaba rítmicamente en una lengua desconocida para ella, y el mundo parecía contestarle con sonidos que la llevaron a un profundo trance.

Su cuerpo no podía moverse, pero eso importaba poco. Aunque continuaba sentada inmóvil frente al tótem, su mente podría percibir claramente todo lo que la rodeaba. La Academia Blackwell había desaparecido; en su lugar, se levantaba un pequeño asentamiento de nativos cuyo aspecto no había visto nunca en fotografías. El Tobanga tampoco estaba; detrás de Samuel apareció una vivienda que hubiera pasado como una más, excepto por la cantidad de símbolos y amuletos colocados a izquierda y derecha de la entrada. Sin duda, pertenecía a un miembro destacado de la tribu.

Max intentó hablar, pero de su boca no salía ningún sonido. Se dió cuenta de que los tres habían entrado en aquel mundo en forma astral, siendo poco más que fantasmas en aquel lugar. Los nativos pasaban a su lado ingnorando su presencia. En aquel momento, tanto Kate como Max oyeron una voz dentro de sus cabezas; aunque no era la misma voz que usaba en el mundo físico, sabían que era la voz de Samuel.

"Nos encontramos en tierra de los recuerdos de los antepasados" dijo Samuel sin mover los labios , mediante algún tipo de telepatía "El tiempo se ha detenido en el mundo humano. No os preocupéis. Cuando regresemos, sólo habrán pasado unos segundos desde que nos sentamos. Pero antes de disipar la niebla de vuestras mentes, necesito que encontréis cinco amuletos para dejarlos como pago frente a esta puerta. Cada uno de ellos contiene un recuerdo perdido en el tiempo"

Tanto Kate como Max se levantaron, mirándose extrañadas. Dejando a Samuel entonando su ritmo, ambas se separaron para buscar los cinco amuletos. Pese a que no fué una búsqueda fácil, finalmente acabaron por conseguir lo que buscaban utilizando de manera combinada sus poderes. Una vez dejaron los amuletos en la puerta de la vivienda, Samuel las invitó a sentarse de nuevo cerca de él.

"Ahora" pensó Samuel, hablándoles por telepatía "escuchad la historia y llegad a vuestras propias conclusiones"

Sin dejar de entonar el cántico ritual con los labios, Samuel empezó a narrar una historia mediante el pensamiento, marcando rítmicamente las palabras en sus mentes. El mundo desapareció ante sus ojos y la historia empezó a pasar ante sus ojos como en una pantalla:

"Antes de la llegada del hombre blanco, el Gran Espíritu construyó un puente de piedra entre las dos orillas del río como un regalo a los Seres Humanos" Explicó Samuel "El Gran Espíritu puso sobre el puente a una sabia mujer, Loo-Wit, como su guardián, así como a sus tres hijos, Multnomah, el guerrero; Klickitat, el hacedor de tótems; y Wyeast, el hacedor de canciones. La Paz se mantuvo a ambos lados del río hasta que Klickitat y Wyeast cayeron bajo una maldición y se enamoraron de la misma mujer, Squaw. Los hermanos no tardaron en pelear entre sí, destruyendo el puente y a su guardiana en el fragor de la lucha. Squaw, con el corazón roto, se durmió para siempre y allá continúa, transformada en montaña"

"Conozco esa leyenda" pensó Kate "Papá me la explicó de niña. Es la leyenda del Puente de los Dioses. ¿Cómo no me he acordado hasta ahora? Espera, ¿cómo la conocía él?"

Kate se mordió mentalmente la lengua, reprimiendo una maldición. ¿Habría interrumpido a Samuel? ¿Lo consideraría una falta de respeto?

Por toda respuesta, Samuel le sonrió mientras seguía canturreando. Kate respiró alviada.

"Provienes de un linaje de personas sabias, Kate" prosiguió Samuel "La abuela de tu abuelo intentó preservar la historia completa, en contra de la voluntad del resto de hombres blancos. Aunque su voluntad era firme, sólo lo consiguió en parte. Los blancos borraron todo registro que consideraron impuro de las Tres Tribus del Río antes de dispersar a los supervivientes por las reservas"

"Las Tres Tribus... ¿sobrevivieron a la destrucción del puente?" Se atrevió a preguntar Max.

"Esa parte de la historia sólo sobrevivió entre los espíritus animales que la presenciaron, y sólo desde su mundo, en el cual estáis, se puede recordar. Cuando la guerra empezó, cada una de las Tres Tribus suplicaron a sus chamanes que los salvaran del desastre. Los nombres que les dieron sus abuelos se perdieron en la noche del tiempo, pero se les conocía como Pájaro de Trueno, de la tribu del Acantilado; Cuervo, de la tribu de las Montañas; y Nutria Moteada, de las Aguas Profundas.

Un gran viento les llevó hasta las tierras donde el Sol Azul habita en oscuras cavernas bajo el suelo, allá donde la tierra toca el cielo, y el veneno y la muerte duermen bajo el color y la vida. Allá el Sol Azul escuchó sus súplicas y les concedió cinco dones para que pusieran fin a la guerra entre los dos hermanos y pusieran a salvo a sus tribus: para unos, el poder de comandar las voluntades y el de mover montañas; para otros, el poder de entrar en los corazones y el de doblar el tiempo; y finalmente, el don de la inmortalidad.

Nutria Moteada deseaba el don de la inmortalidad en su corazón, de modo que urdió un plan y utilizó magia prohibida para conseguir que Pájaro de Trueno y Cuervo se enamorasen; así, ambos renunciarían a la inmortalidad, por miedo a que ésta les condenara a estar separados los unos de los otros"

"¿Ambos?" Preguntó Kate "¿Los dos eran hombres?"

"Eran hombres de dos espíritus, como la mayoría de chamanes o yo mismo. Antes del hombre blanco, Kate, los seres humanos distinguían entre cinco géneros: hombre, mujer, hombre de dos espíritus, mujer de dos espíritus, y transgénero. Tanto Pájaro de Trueno como Cuervo habían recibido el don de poder ver el mundo con ojos de ambos espíritus, masculino y femenino. Nutria Moteada era una mujer de dos espíritus. Creía que lo sabías, ya que respondiste correctamente a mi acertijo"

"En realidad dije que eran seis espíritus por nosotros tres y el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo" pensó Kate.

"Wowser" Pensó Max, sin poder evitarlo.

Samuel fingió ignorar que Kate había acertado sólo por suerte y continuó:

"Sol Azul percibió la codicia y la maldad en el corazón de Nutria Moteada, de manera que no concedió sus dones a la ligera; y le puso como condición que liberase a los amantes de su hechizo cuando cada tribu se encontrase a salvo en sus territorios. La paz, dijo, tenía el precio de que las Tres Tribus vivieran separadas hasta que dos Lunas bailasen en el cielo. De lo contrario, los dos hermanos continuarían su lucha hasta que sólo quedase uno, devastando las tierras que albergaron a los antepasados"

"El tornado" pensó Max "¿El tornado no lo provocan mis poderes? ¿Son los dos hermanos?"

"Tus ojos empiezan a abrirse, Max" contestó Samuel "Procura, sin embargo, que no te ciegue la luz"

"¿Pero por qué ahora? Esas tres tribus debieron fusionarse con otras y los miembros que quedan se concentraron en las reservas hace décadas" apuntó Kate.

"Tras regresar a estas tierras, los tres chamanes usaron sus dones para apaciguar a los dos hermanos, combinando todos sus dones para arrebatarles su ira y enviarla a través del espacio y el tiempo allá donde giraría y giraría eternamente sin causar más daño a las personas. Esa ira sin sentido tomó la forma del huracán que tus ojos y los míos ya han visto. Sin embargo, Nutria Moteada no cumplió su promesa y mantuvo su hechizo, sabiendo que Pájaro de Trueno y Cuervo preferirían estar juntos en la muerte que separados en vida. Así, los tres chamanes se dejaron engullir por el huracán para llevarlo más allá del cielo y la tierra; pero el precio a pagar fueron las vidas de Pájaro de Trueno y Cuervo, mientras que Nutria Moteada regresó con vida gracias al don de la inmortalidad"

Max no sabía que se podía llorar en un viaje astral. Todo aquel tiempo se había estado culpando del desastre que se cernía sobre Arcadia Bay, hilvanando teorías basadas en su imaginación y en complejas teorías cuánticas. De repente se sintió tremendamente pequeña mientras recordó un graffiti escrito toscamente en el vertedero al que fué con Chloe. Esto es más grande que tú, decía. En cuanto a Kate, se la veía extrañamente tranquila, teniendo en cuenta que la experiencia que estaban viviendo no entraba exactamente en los cánones dogmáticos de su fe.

"¿Qué ocurrió con sus almas? Quiero decir, sus espíritus... me refiero a los cuatro espíritus" preguntó Kate "Es extraño, pero aunque vivieron hace cientos de años, es como si pudiera sentirlos aquí"

"¿Kate?" preguntó Max ante la afirmación inesperada de su amiga.

"Para mí no es una sensación nueva, Max" aclaró Kate "Es muy parecida a la sensación de hacer Comunión"

"Kate puede percibirlo porque ha cultivado su espiritualidad de una manera abierta... a espaldas de alguien querido, creo" asintió Samuel, haciendo enrojecer levemente las mejillas de Kate "Efectivamente, una vez cesó la lucha y los hermanos se vieron liberados de su ira, se sintieron arrepentidos. Por tal que su ira no se liberase nunca más, decidieron anclar los espíritus de Pájaro de Trueno y Cuervo a cada uno de los territorios de sus tribus. Klickitat fabricó dos tótems, que se plantaron en el Acantilado y en la Montaña; y Wyeast, con sus canciones, ató para siempre ambos espíritus a cada uno de los tótem. Y cada tribu cambió de nombre y de espíritu guia; De esa manera, las tribus quedarían para siempre separadas mientras que Pájaro de Trueno y Cuervo estarían juntos a través de la tierra. El espíritu de Pájaro de Trueno quedó ligado al Tobanga que veis"

"¿Y qué... qué pasó con Nutria?" se preguntó Max.

"Sol Azul la despojó del don de la inmortalidad al ver el uso que le había dado" dijo Samuel "y devolvió sus espíritus a donde salieron. Desterrada por su propia tribu, juró volver y vengarse antes de abandonar su viejo cuerpo y unirse al Gran Espíritu, muchas estaciones después"

"Pero entonces... ¿de dónde salen mis poderes?...¿y la tormenta?" dijo Max, fijando su mirada en Samuel.

"Esta tierra estuvo a salvo hasta que el tótem de Cuervo fué destruído hace unos meses debido a un gran incendio en las montañas" contestó Samuel, señalando al infinito "En aquel momento, su espíritu quedó libre y vagando por la tierra, hasta que llevado por el dolor, e incapaz de estar sin el ser amado, traspasó el río y entró en este territorio. Eso provocó la grieta por donde la ira de los dos hermanos encontró una salida y volverá a manifestarse de nuevo en este mundo. La Tormenta no volverá a su lugar hasta que haya destruído la tierra de los antepasados, desenterrando a su amada Squaw, o bien hasta que Cuervo quede otra vez ligado a la tierra"

"Necesitamos otro Tótem" pensó Max.

"Sólo el Hacedor de Tótems podría tallarlo. Y sólo el Hacedor de Canciones podría volver a unir su esencia a la del Tótem" contestó Samuel "El destino de estas tierras está decidido de antemano. Sólo puede aplazarse, pero al precio más elevado, y de forma temporal"

"¿Cómo?" preguntó Kate.

"Si la tierra acoge de nuevo a un descendiente del linaje de Cuervo, éste se vería atraído hacia su espíritu para guiarlo hasta las grandes praderas del otro mundo" afirmó Samuel, con voz triste "pero tras siete ciclos de estaciones, el duelo acabaría y el espíritu de Cuervo volvería hacia el Tobanga"

"¿Cuervo tuvo descendientes? Quiero decir... estaba enamorado de un hombre" preguntó Kate.

"Cuervo era viudo el dia en que Nutria lo hechizó y ligó su corazón al de Pájaro de Trueno. Antes de la guerra, su esposa le dió un hijo. Tras la muerte de su padre, el niño se vió separado de su tribu y fué acogido por los Walla Walla. Los ancianos de la tribu escucharon su historia y le dieron un nuevo nombre: Precio Alto, para recordar el sacrificio de su antepasado"

Kate y Max cayeron en la cuenta al mismo tiempo.

"Oh Dios" pensó Kate.

"Mierda" pensó Max "Precio es "Price" en inglés. ¡CHLOE!"

"Max, ¡tiene todo el sentido!¡Los Price son del linaje de Cuervo!" exclamó Kate "¡Chloe sentía esa atracción hacia el peligro porque subconscientemente deseaba salvar a su madre de la tormenta y sabía que su muerte calmaría al tornado!¡Por eso, entre otras cosas, ni se le ocurrió quitarse la bota cuando quedó atrapada en la vía del tren!"

"Pero ¿y los poderes?" preguntó Max.

Kate, cuyo rostro denotaba estar ante un dilema moral difícil de gestionar, empezó a reflexionar en voza alta, con voz temblorosa:

"Los poderes... creo que nos han sido dados para proteger a Chloe de ella misma, Max. Por eso quien nos los haya prestado no pretende que salvemos la ciudad, sino que ayudemos a destruírla"

"¿CÓMO?" preguntó Max, sorprendida.

"Por eso te dieron tu poder: sabían que entre Chloe y tú surgiría algo. Tú le diste a Chloe una razón para vivir, y al mismo tiempo tu... amor por ella te haría mirar a otro lado mientras la tormenta destruía Arcadia Bay. Pero no contaban con que ella se sacrificara voluntariamente, ni con que te pidiese expresamente que la dejaras morir. Por eso nos han traído de vuelta a las dos: con mi poder puedo convencerte de que la salves; y también puedo hacer que evacuén la ciudad sólo con una visita al despacho del Alcalde. Nos están ofreciendo un trato: la ciudad a cambio de la vida de Chloe y la de sus habitantes. Oh Dios Max... ¡somos las villanas de esta historia!"

Max recibió la hipótesis de Kate como un puñetazo en el hígado. De no ser por que estaba en forma astral, habría vomitado allí mismo sin remedio. Las señales habían estado delante de sus narices todo el rato, pero Kate llevaba razón: lo que sentía por Chloe le había nublado tantos sentidos como agudizado el resto.

"Kate, si lo que dices es cierto, no veo quién podría sacar provecho de la situación" replicó Max "¿Quién sacaría provecho de destruir una ciudad vacía?"

"No quieren destruir la ciudad. Sólo el Tobanga" contestó Kate "Dijiste que nadie le había prestado atención, ni siquiera los que deberían haberlo hecho. Si se creó con magia, tal vez la única forma de destruírlo sea con una fuerza de origen mágico"

"¡Eso no tiene sentido! ¡El tótem de Cuervo se quemó en un incendio no mágico!" dijo Max "¿Verdad, Samuel?"

Samuel, sin embargo, permaneció en silencio.

"¿Samuel?" preguntó Max.

"Kate tiene razón, Max" dijo Samuel, en voz baja "El inciendio en las montañas fué causado por alguien que tenía el poder para dañar el Tótem, aunque no fué sino una marioneta de aquella que mueve los hilos desde el mundo espiritual. La misma que recogió los dones de Cuervo cuando éste quedó libre y los dispersó mediante animales inofensivos para no despertar sospechas. La misma que depositó esos dones en vosotras pensando que seríais buenos instrumentos. La misma que es maestra en usar el amor y el buen corazón de los seres humanos para manipularlos y conseguir sus fines deshonestos"

"Nutria Moteada" dijo Kate "ese súcubo heraldo de Satanás nos está utilizando para destruir el Tobanga. No sé de magia indígena, pero seguro que tiene algo que ver con el quinto don"

"¡PUES QUE SE LO QUEDE! ¡MALDITA SEA!" Explotó Max, hastiada y furiosa, dando puñetazos contra el suelo. "¡Y QUE LE APROVECHE LA INMORTALIDAD CUANDO EL MALDITO SOL LE EXPLOTE EN SU CARA DENTRO DE MILLONES DE AÑOS Y LA HUMANIDAD LLEVE EXTINGUIDA EL MISMO TIEMPO!"

Por un momento, Kate estuvo tentada de hacer caso a la idea de Max. Podían hacerlo: con los poderes combinados de las dos, sería fácil impedir el asesinato de Chloe, hacer que Nathan y Jefferson confesaran y evacuar la ciudad antes de la llegada de la Tormenta. Incluso podría hacer que Nathan lo pasara realmente mal en prisión. Tan mal como le hicieron pasar a ella y al resto de chicas...

Ese último pensamiento hizo saltar algo desde lo más profundo de Kate. Se vió a sí misma como salvadora del mundo, llevando a las ovejas por buen camino, castigando a los abusadores y consolando a los afligidos. Pero esa imagen se desvaneció ante el recuerdo de su su padre recitando Daniel 8:25, que hablaba sobre el Diablo:

"Y por su astucia hará que el engaño prospere por su influencia; él {se} engrandecerá en su corazón, y destruirá a muchos que están confiados. Aun se levantará contra el Príncipe de los príncipes"

Kate puso sus manos sobre los hombros de Max, renunciando a usar su poder otra vez. El poder la corrompería. Tranquilamente, buscó sus ojos.

"Max, no puedo... no podemos dejar que ese demonio se salga con la suya. Se que no crees en Satanás. Ahora mismo, Dios me perdone, ni yo estoy muy segura de en qué creer. Pero seguro que estás de acuerdo en que dejar que un ser tan malvado se reencarne y camine hasta el fin de los tiempos sobre la tierra no es buena idea. Te citaría algún versículo, y no te haría efecto, así que en su lugar citaré a un sabio: Percibo mucho miedo en tí, Max; El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento"

La cita de Star Wars pareció funcionar, ya que Max intentó calmarse nada más escucharla. Tras unos segundos de respiraciones profundas, miró a Kate, mientras tocava suavemente su brazo.

"El miedo es el camino hacia el lado oscuro" dijo Max "Gracias, Yoda"

"Soy Obi-wan, no lo olvides" contestó Kate "Y creo que tengo un plan para destruir la Estrella de la Muerte. ¿Me acompañas?"

"¿Es una misión imposible, potencialmente suicida, y cuyo éxito no está en absoluto garantizado?" preguntó Max.

"Probablemente" dijo Kate, con una media sonrisa "Podemos salvar a todo el mundo y dejar a Nutria con un palmo de narices... o podríamos causar que el Universo implosionara"

Max no podía creer que aquella chica fuera la misma encantadora y dulce muchacha que hacía unas semanas hablaba de decoraciones hogareñas como si no hubiese roto nunca un plato. Pero la vida es extraña, y que Kate pasara de planear un té con pastas a una estratagema que forzaría el continuum espacio-temporal tenía bastante sentido.

Max le devolvió una mirada de complicidad.

"Te escucho" le dijo, confiando en ella.

"Entonces, vamos a meter a un genio dentro de una botella"