11.- Seguir Adelante

La luna resplandecía tan radiante como nunca. Coqueta y vanidosa, que no dejaba de admirarse a sí misma sobre la superficie del calmado río.

A pesar de ser una noche fría y nebulosa, en el que seguramente muchos de los espíritus de la naturaleza divagaban por ahí, Ginny buscaba un lugar donde pudiera estar sola y dedicarse un tiempo a sí misma, a reflexionar y a tratar de ahogar tristezas que no la dejaban en paz.

La situación cada día se ponía mucho más difícil y no estaba segura si iba a poder salir ilesa de aquel calvario en el que su alma se estaba consumiendo poco a poco al tener que lastimarse a sí misma al tratar de fingir que ya no estaba mas interesada en él, al hacerle creer que su amor no significaba ya nada. Que estaba interesada en alguien más.

¡Estúpida! Irremediablemente dejo escapar varias lagrimas. No había derramado ni una sola desde hace mas de un mes, por el simple hecho de mantenerse fuerte e inquebrantable. De mostrarle a él su nuevo yo. Se había construido una mascara obviamente para poder sobrellevar las cosas en total paz. Sin peleas ni reclamos ni nada, pero¿Hasta cuando podría aguantar dicha situación? Ni ella misma lo sabía. Por que a cada palabra suya o cada mirada, tenía el loco impulso de reclamarle su engaño, su traición, el que la usara vilmente para olvidar a esa mujer. Lo odiaba a muerte, pero también lo amaba y eso nada lo podía cambiar.

Decidida a no atormentarse mas, Ginny se limpió las lagrimas teniendo como objetivo, único objetivo, seguir adelante y cumplir con su trabajo. Ya luego vería lo que le depare el destino.

De súbito, cuando iba abandonando su refugio, sintió un fuerte tirón. Alguien le había cogido de la muñeca con brusquedad, jalándola de regreso hacia donde la luz dela luna los iluminara..

-¿Qué te pasa?- fue lo que dijo la pelirroja enojada, al ver al ver de quien se trataba. Había sacado su varita durante el forcejeo y hasta pensó en atacar, pero había reconocido su silueta en la penumbra.

-Debemos hablar. Esto no puede continuar así.

-¿Así¿Cómo?- sonaba sarcástica- Según tu "¿Qué no puede continuar así?"

-Sabes a lo que me refiero. A nuestra relación. aa que no podemos seguir como estamos¡MAL!

-Nuestra relación es única y estrictamente laboral. Y que yo sepa va muy bien.

Estaba dispuesta a concluir esa charla que comenzaba a tomar un mal rumbo. Ginny se iba, pero Harry, tomándola del brazo no le permitió dar mas de dos pasos.

-Estoy hablando en serio Ginevra. – sonaba decidido. Muy decidido y cuando se ponía en ese plan de terco era mejor escucharlo; sin embargo, Ginny también era otra terca, mucho más que él.

-No!- dijo rotundamente soltándose con brusquedad de él y empezando a retomar su camino.

-Tahina aborto a nuestro hijo- Harry estaba decidido a lo que sea con tal que Ginny lo escuchara y al parecer así lo había logrado, bueno al menos había logrado detenerla.

Las palabras de Harry llegaron a ella como si fuera un taladro. Se detuvo como si de repente enfrente de él hubiesen colocado una gran muralla de cristal que no le permitía avanzar. Se giró lentamente hacia él con la mirada desorbitada sin poder creerse lo que había escuchado.

-¿Qué dices?- musitó la pelirroja y a pesar de eso, Harry logró escucharla y volvió a repetir lo dicho.

-...Estaba en la cima de su carrera como estrella de las pasarelas que siempre deseo ser. Tenía todo lo que deseaba. Me tenía a mi y yo..- hizo una pausa y vacilante agregó- no te miento que también la quería y hasta pensé en casarme con ella- volvió a ser una pausa e hizo una mueca de desagrado como si le molestara contar esa parte de su vida.- Todo estaba muy bien entre los dos, hasta que se embarazó. Yo.. yo supe después su estado, cuando.. cuando después de un desfile se desmayó debido a una fuerte infección, originada por ese aborto mal aplicado. Al principio pensé que se trataba de un error. Que Tahina no sabía de su estado y debido al stress y al exceso de trabajo se había producido aquel suceso, pero después descubrí que no fue así. Ella abortó porque quiso.

-OH, Harry!- Ginny estaba atónita. No se podía creer lo que estaba escuchando. Jamás se espero eso de esa mujer. Todo, menos eso.

Su primer impulso al estar cerca él fue abrazarlo. En ningún momento pensó en nada. Todo lo que nada tuviera que ver con ese abrazo solidario, comprensivo y de apoyo quedaba atrás. Bien atrás.

-Esa mujer es un monstruo. No tiene corazón.

-Es superficial. Siempre piensa primero en ella y si tiene tiempo después en los demás- hizo una pausa y luego agregó- Vez porque no puedo volver con ella. Ves porqué me es tan difícil que la perdone.

Lo único que Ginny entendía, era que había una gran verdad que a cada instante se hacía mas fuerte y le estaba resultando doloroso al ser conciente de eso, aún así, el momento de hablar había llegado.

-Mejor dejémoslo para después.

-Por favor!- insistió él y Ginny en esos momentos se encontraba débil y lo único que pudo hacer fue aceptar- Lo de esa tarde fue una equivocación de mi parte. Lo reconozco. Nunca debí dejarme enredar por Tahina para que se despidiera de mí con un beso...

-Pues lo que vi no fue sólo un beso- ya empezaba con el sarcasmo. Pero tampoco se iba a poner a gritar y llorar.

-Lo sé. Pero es que ella me conoce de sobra y.. al tocarme de esa forma y al besarme así yo..

-Tu¿qué?

-¡Entiéndeme!- se sentía extraño tener que hablarle a ella de cosas que solamente otro hombre podía entender- .. Hace mucho que no estoy con una mujer y ella..

-¡Basta!- dijo evidentemente furiosa. Ya no quería escuchar más. Le daba asco. La llenaba de rabia-¡Es suficiente!

-Pero Ginny- trataba de tocarla, pero Ginny lo rechazaba.

-Cállate! Y escúchame tú a mí- ordenó avanzando amenazadoramente hacia él- Para hacer lo que hiciste esa tarde... Dejarte arrastrar de esa forma con esa mujer después de lo que te hizo, sólo me lleva a una conclusión. A la misma maldita conclusión que no me ha dejado en paz- los ojos de Ginny destellaban fuego y daba miedo, lo que hizo que Harry retrocediera un par de pasos- Aún amas a esa mujer.

-¿Que?- estaba asombrado por las barbaridades que Ginny estaba diciendo ¿cómo podía pensar eso de él?- No es verdad¡Estas equivocada!

-No mientas más y de una vez acéptalo. Tu quieres a esa mujer y yo.. yo no soy nada para ti. Sólo tu boleto de escape para olvidarla.

-No!- el morenito se estaba saliendo de sus casillas. ¿Qué podía hacer para que Ginny le crea?- No es verdad! Tienes que creerme!

-No insistas!

-Insisto! Te estas inventando cosas donde no las hay! Yo no amo a Tahina, te amo a ti¿Es tan difícil de entenderlo?- la había cogido de los hombros sacudiéndola.

-El que no entiende eres tu!- Ginny no se iba a dejar doblegar mucho menos convencer por

él. Estaba decidida. No tenía ni una duda respecto a los sentimientos de él.

Harry se echó a reír como un demente- ¿Sabes? De todas las personas que conozco, nunca e conocido a alguien tan terca y arrogante como tu!

-Óyeme! No te permito que me hables así!

-Y yo no te permito que dudes de mi amor!- le grito en la cara y luego sin pleno aviso la aprisionó entre sus brazos y la besó. La besó como hace mucho no lo hacía. Con furia, con desesperación como si de eso dependiera su vida..Con mucha pasión. Ginny forcejeo en un principio, pero a los pocos segundos se dejó doblegar y cayó rendida ante él, correspondiendo de la misma manera su beso.

La presión cálida de sus lenguas, era como una danza subliminal, una invitación al goce erótico, que ninguno era indiferente. Se atraían entre sí, presionando sus cuerpos, sus mentes con las del otro. Exploraban insaciables sus labios. Recorrían con deleite cada rincón de esa intimidad casi olvidada.

-...sólo una oportunidad... Una sola- decía él, aún con sus labios pegados a los de ella.

Prendida de su mirada y escapando de la cárcel de sus brazos, la pelirroja dio varios pasos hacia atrás, negando suavemente con la cabeza.

-Hace mucho me hice un juramento. Nunca más volver a confiar en las personas que me lastiman...como tú lo hiciste..

-Ginny, no..- dijo dando un paso adelante, pero antes que pudiera decir o hacer algo, Ginny se echó a correr hacia el bosque dejando a Harry desorientado, triste. Con el mundo desbaratándosele lenta y dolorosamente.

Ninguno se dio cuenta que durante su conversación alguien mas estaba ahí espiándolos.


Fue sorpresa para Hermione encontrara en la puerta de su casa a sus padres y hermano. ¿A qué se debía la visita?

-Lo hemos estado pensando mucho hija y... hemos venido a pedirte una disculpa por nuestro comportamiento de la otra vez. Tú eres nuestra hija y.. lo menos que te mereces es nuestro rechazo..- decía el hombre jugando con sus pulgares de sus manos, miraba a su esposa y después a su hija. Luego agregó- Debes entender que nos tomo por sorpresa la noticia de que estuvieras embarazada. Yo pensé que.. no sé... por la educación que te hemos brindamos tu.. bueno.. tu te esperarías hasta el matrimonio para tener relaciones..

-Papá...!

Ante el comentario de su padre Hermione se sonrojo de sobremanera. Hablar de sexo y/o educación sexual a esas alturas estaba de más. Hermione ya sabía lo que era.

-En conclusión...- comenzó a decir el hermano de Hermione, Demian, para quitar el incomodo ambiente- Queremos que sepas que tienes todo nuestro apoyo, eso si nos perdonas y si no...también.

Hermione guardo silencio algunos segundos mirando a sus padres y hermano con detenimiento y luego con una sonrisa cautivadora dijo:- Claro que sí. Es lo que más quiero, que me apoyen en estos momentos que son tan importantes para Ron y para mí..

Tanto padres y hermano se acercaron a la panzona de Hermione y la abrazaron con efusividad y cuidado. La castaña se echo a llorar de felicidad y justo en ese momento se apareció Ron con un artesanal de juguetes que dejo caer al suelo cuando notó la presencia de sus suegros y cuñado, además el hecho de que Hermione lloraba le hizo pensar mal.

-¿Qué le han hecho?- dijo de manera amenazante a los visitantes.

-Ron..- trataba de hablar la castaña ante la agresividad que este mostraba hacia su familia.

-¿Qué le han hecho?- repitió poniéndose delante de Hermione y cubriéndola con su cuerpo- Odio ver llorar a Hermione y si le han hecho o dicho algo para lastimarla me olvidare que son su familia y se las verán conmigo.

-Ron, no...

-Nosotros no le hemos hecho nada, muchacho- decía el padre tratando de acercarse al joven, pero este le mostró hostilidad y obligó al señor Granger detenerse en su intento.

-Ron, ya basta!- le decía Hermione- Mis padres no han venido hacerme daño. Todo lo contrario- decía aminorando la agresividad de su marido- Ellos...ellos vienen a brindarnos su apoyo.

-Eso es verdad- hablaba Demian quien salía a encarar la situación aún amenazante de Ron- Queremos la felicidad de Hermione y... parece que tu eres el indicado.

-Esto.. Yo- miró a Hermione- creo que la regué ¿verdad?

-Para nada- el Sr. Granger se acercaba ahora mas seguro de que no corría peligro de muerte- Has demostrado querer a nuestra hija al tratar de defenderla, incluso de nosotros que somos su familia.

-Esto.. Yo quiero a Hermione sobre toda las cosas y por ella estoy dispuesto a todo. –dijo un poco azorado, pero realmente seguro de sus palabras.

-Sí, ya vemos. Incluso aguantar porrazos- decía Demian que se echó a reír provocando que Ron frunciera el entrecejo al recordar la golpiza que este le dio.

-Pero bueno- decía la Sra. Granger- Ahora que nuestra hija ya nos perdono, esperamos que tu también lo hagas, Ron...

Ron y Hermione intercambiaron miradas y ella le sonrió- Claro. Aunque debo confesar que no hay nada que perdonar. Es más les propongo que hagamos como si nada hubiese pasado, qué dicen¿aceptan?

-Desde luego!

Al cabo de unos minutos...

-Me gustaría ayudarles con los preparativos de la boda- Hermione y Ron intercambiaron mirada. Ellos ya estaban casados¿Cómo decirles? Seguramente lo tomarían a mal; sin embargo, las cosas no pasaron a mayores cuando le dieron la noticia. Sólo se alteraron un poco y la mamá de Hermione se echó a llorar.

-Bueno, al menos todavía falta la ceremonia ante la ley- dijo la madre de Hermione sonándose la nariz. Le habría gustado organizar la boda religiosa y la recepción y todo...! Una lastima que se haya perdido ese día tan importante para su hija.

-No hemos tenido fiesta y si tu quieres mamá, podemos hacer los preparativos, claro que después que nazcan nuestros hijos- dijo acariciándose el voluminoso vientre...

-¿HIJOS?

-Sí, tendremos trillizos...


En los días que pasaron, Harry y Ginny pocas veces hablaron. Nada de ellos, todo sobre el trabajo. Se habían decidido (sin acordarlo), tratar de hacer sus vidas lejos del otro. El problema es que, les resultaba difícil llevar a cabo sus planes teniéndose tan cerca, conviviendo bajo el mismo techo y frecuentando las mismas amistades en aquella misión.

Una mañana terrible sorprendió a todos. Era fría y gris. Amenazaba con desatarse una tormenta de nieve. El viento casi lastimaba como látigo azotando la piel. Las tinieblas empezaban a ocupar el camino haciendo más difícil el trayecto de los aurores que se terminaron separando en tres grupos.

Horas después, dándose cuenta de lo ocurrido, Harry tuvo un mal presentimiento al no tener a Ginny a su lado.

-Nos dividiremos en dos grupos- decía Harry- Remus lleva a tu gente hacia el norte. Nosotros iremos al este.

-De acuerdo!

Un par de horas mas tarde, Harry había encontrado a parte de su ejercito (en el que no estaba Ginny, lo que lo tenía más inquieto), regresando donde había acordado con Remus.

El equipo del licántropo no tardó en aparecer y Harry se percató de que algo no andaba Bien.

-¿Qué a ocurrido?- preguntó Harry acercándose hacia un grupo de aurores heridos y ¡muertos!

-Fue una emboscada. Los tomaron por sorpresa.

-¿Dónde está Ginny?- preguntó buscando la melena roja de la joven auror entre los heridos y muerto- ¡No!


Hermione estaba de compras en un Súper mercado muggle no muy lejos de su departamento, tenía pensado preparar una rica comida para cuando su hambriento marido llegara a casa; sin embargo, de súbito comenzó a sentirse muy mal. Estaba como mareada y le dolía insoportablemente el vientre como si este se le fuera a reventar¿qué le pasaba?

-¿Se encuentra bien señora?- pregunto unos de los supervisores del súper.

Hermione trató de decirle que sí y que ya se le iba a pasar, pero su malestar aumentó y la vista se le nubló, cayó desmayada en medio de la gente que la observaba con preocupación, y antes de caer completamente inconsciente, había escuchado una voz muy familiar...


Grande, fuerte y poderoso. Tenía un aspecto sombrío, cruel y demente. Gregory Goyle era un mortifago frustrado que buscaba a toda costa ocupar un lugar (que muchos sabían de sobra) le quedaba grande. No era lo suficientemente inteligente para llevar un ejercito a su mando y poder conquistar el mundo; sin embargo, todos le seguían mas que nada que por miedo, ya que Goyle era un guerrero difícil de vencer. Demasiado sanguinario y cruel con los que se oponían a él. Tenía la costumbre de comerse vivas a sus victimas y gozar con el sufrimiento de estas.

Goyle no era ajeno a que su cabeza le habían puesto precio, que Harry Potter lo buscaba por mar y tierra. Aún así no le importaba y se burlaba de él. Le hacía creer que estaba en un lugar y plop! Después ya no. Pero por poco y lo cogen en uno de sus tontos juegos. Afortunadamente pudo escapar, pero estaba seguro que a la próxima le sería difícil, por eso había que planear con mucho cuidado el próximo juego y ya tenía un As bajo la manga.

Había descubierto el talón de Aquiles de Harry "una mujer", y no una cualquiera, pues le fue muy difícil conseguirla...

-Te vas a arrepentir de esto. Me las vas a pagar!- Ginny forcejeaba para desprenderse de las cuerdas invisibles que la aprisionaban, pero le era imposible. Estaba fuertemente sujetada de pies y manos formando una equis, sobre una plataforma de piedra circular inclinada levemente hacia atrás.

-Nah! No estas en condiciones- decía burlón acercándose a ella amenazadoramente- Vaya! Si eres muy bonita. Ahora veo porque Potter esta loquito por ti.- dijo y acaricio con uno de sus grandes y rechoncho dedos la cara de Ginny. Asqueada, ella no se contuvo y le escupió-¡Estúpida!- la abofeteó sin contemplaciones y por más dolor que sintió no gritó mucho menos lloró. Mostró en sus ojos el odio y asco que sentía por Goyle, cosa que le sorprendió al ex Slytherin, provocando que este retrocediera un tanto temeroso- Toda una Griffindor- dijo al cabo de unos momentos de recobrar la compostura- Pero ni tu valentía te va a librar de lo que te espera. Una vez que acabe con el trabajo que mi señor no pudo realizar, te convertirás en mi esclava hasta que me canse de ti y me sirvas para un delicioso de bruja.

-No te tengo miedo- sonaba desafiante y eso enfadaba más a Goyle.

-Mas vale que lo tengas Weasley!

Se volvía a acercar a ella con malas intenciones, sacó su varita y apuntó directamente hacia su pecho y al cabo de unos segundos pronuncio tres veces seguidas el fulminante cruciatus.


No estaban muy lejos. De eso estaba seguro Harry. Su instinto de cazador le decía que estaban más cerca de lo que cualquiera se imaginaba del escondite de Goyle. Su corazonada jamás fallaba y esa vez tampoco parecían hacerlo.

El sofisticado detector de magia negra que solían llevar los aurores se activo, dando las coordenadas exactas de donde provenía aquella energía negativa.

-Ya falta poco! Te encontraré donde sea que estés Goyle.-musito. Luego observando a su ejercito preguntó- ¿Listos?

-Sí, Señor!- dijeron todos al unísono

-Ginny, aguanta sólo un poco más. Pronto volveremos a estar juntos. Te lo prometo.


Justo en el momento que Ron llegaba al departamento, Recibió una lechuza de su madre diciéndole que Hermione estaba internada en San Mungo.

Temiendo lo peor, ron llegó de inmediato al hospital encontrando a su madre en la sala de espera en la sección de partos.

Mucho tiempo atrás...

Molly Weasley se lo había pensado muchas veces antes de ir a buscar a su hijo y nuera al departamento donde vivían. Había entendido lo injusta que fue con ellos y lo que hizo al oponerse a esa relación no tenía justificación, mucho peor al poner en tela de juicio el comportamiento de Hermione.

Molly Weasley sabía que Hermione era una mujer integra y digna de respetar, pero cabe decir que en su época un caso como se calificaba de indigno..

-Pero los tiempos cambian, mujer! Además ellos se quieren. A poco no lo has notado.

La mujer no supo que decir la verdad que su esposo tenía razón.- sólo quiero la felicidad de mi hijo.

-Y créeme que esa felicidad esta a lado de Hermione.

-Lo sé.

-Entonces que esperas para ir a hablar con ellos.

-Tiempo. Necesito tiempo...

Pero no se decidió hasta después de mucho ir a buscarlos. A ninguno encontró y cuando le pregunto al portero este le dijo que la Sra. Weasley no tardaría en regresar ya que iría al súper que estaba cerca.

Pero la demora era demasiada, y algo le decía a Molly que las cosas no estaban bien. Tenía una fuerte presión en el pecho y guiada por un presentimiento fue hasta el súper de la vuelta. Llegó justo en el momento que Hermione caía al piso inconsciente.

Sin importarle nada, Molly usó magia para aparecerse con Hermione en San Mungo y Hermione fue de inmediato llevada a emergencias. Mientras, Molly le escribía a su hijo una carta breve explicándole dónde estaban.

Al cabo de unos minutos Ron se aparecía con la mirada desorientada. Estaba asustado, nervioso.

-¿Dónde está¿Qué pasó?- preguntaba al borde de un colapso nervioso.

-Luego, Ron. Luego. Tienes que ir con ella en este momento. Hermione te necesita.

Ron sólo asintió y luego desapareció tras unas puertas batientes que llevaba hacia el ala de los consultorios.

Molly aguardó afuera durante muchas horas en los que había aprovechado para ponerse en contacto con sus hijos y marido, pero...

-Ginny esta trabajando. No podrá venir... - y de súbito la presión que tenía en el pecho se incrementó. Algo no estaba bien. Si instinto de madre se lo estaba diciendo.


Había permanecido inconsciente por varios minutos debido al torturador cruciatus que le aplicaron. Pero Goyle aún se quería entretener con ella y fácilmente con un "enérvate", la despertó.

-Es muy pronto para que te me mueras. Primero quiero ver la cara que Potter pondrá cuando te vea..

-Eres un maldito cerdo!- Apenas y se le podía escuchar.

-No, no, no. Volvemos a empezar mal! Belleza!

-Ni creas que te vas a salir con la tuya- le decía mirándolo con asco. Como si fuera la peor basura del mundo.

Goyle se echó a reír y luego dijo- Esta vez las cosas serán muy distintas, mi querida belleza- decía pasando su mano por la cara de ella y luego, tirando de sus cabellos con fuerza la obligó a mirarle a la cara- Hemos encontrado su talón de Aquiles.

Ginny quiso gritar, llorar pero apenas y pudo cerrar sus ojos con fuerza y reprimir sus ganas de gritar al sentir las manos de Goyle tocando su cuerpo bajo la ropa y luego sentir con asco la lengua de este lamiéndole la cara.

-Me pregunto si el resto de tu piel tiene el mismo sabor delicioso de tu bello rostro.- comenzaba a desabotonarle la túnica cuando sintió la presión de una mano en su espalda jalarlo hacia atrás, provocando que cayera al suelo.

-Te voy a matar!- Tenía la mandíbula apretada y sus ojos destilaban fuego, Goyle al verlo sonrió. Hace mucho que lo esperaba, y si todo salía como lo esperaba, muy pronto sería el gobernante del mundo entero.

Sin embargo, Harry no se andaba con rodeos, y esta vez estaba listo para usar por tercera y última vez el Avada Kedavra!

No muy lejos de donde estaban, se escuchó una explosión. La batalla entre aurores y mortifagos había dado comienzo.

-Será que no intentes nada Potter porque si lo haces, ella morirá.

Harry giró la cabeza en dirección a Ginny y vio como esta era apuntada por una varita encantada a la altura de la sien. ¡Maldición, Harry la reconoció, era la hermana de su varita. Era la varita de Voldemort! Goyle la conservaba, pero ¿Cómo?

-La noche que cayo mi señor, yo estaba cerca y antes de que su cuerpo se desvaneciera, obtuve su varita. Durante mucho tiempo a sido nuestro símbolo y hoy... hoy me he dignado a usarla para esta ocasión tan especial que será tu defunción.

-Ya lo veremos. Enfréntame si puedes!

Goyle rió y Harry intuyo que las cosas se complicarían mas de lo debido.

-Yo no importo. Mátalo de una maldita vez!- decía la pelirroja sabiendo lo que pasaría si Harry usaba el Avada Kedavra. La varita que la apuntaba se activaría y ella también recibiría el impacto fulminante.

Sin embargo, Harry no le hizo caso y arrojó su varita a los pies de Goyle, quien la cogió y luego le apuntó. Goyle empezó a caminar con sigilo sin dejarle de apuntar a Harry, la había dado la espalda a Ginny, por lo que no se dio cuenta que había alguien más en ese lugar.

Pronto, el infierno empezó. El olor a sangre derramada, llegaba hasta ellos. Algunos hechizos volaron hasta casi rozarles la piel, sin siquiera lastimarlos. Harry ya tenía pensado lo que iba hacer. Aunque no tenía su varita a la mano, tenía otras cualidades para hacer magia.

Desprendió un poco de energía de su cuerpo y este se impactó contra Goyle, mandándolo a volar varios metros. Aturdido, Goyle no entendía lo que pasaba, se fijo en Ginny pensando que ella también saldría lastimada de ese ataque pero, ella estaba ilesa y a salvo.

-¿Sorprendido?- Harry se iba acercando a Goyle con deseos de hacerlo picadillo, pero primero deseaba hacerlo sufrir mientras tanto, Ginny era liberada por Remus y se incorporaba a la lucha sin darse cuenta que la aquella varita encantada la estaba siguiendo sin dejarla de apuntar.

-No me subestimes Potter!- rió y Harry no entendió a lo que se refería, pero luego, cuando Goyle le hizo una seña para que mirara hacia donde la batalla se llevaba a cabo, notó claramente que el peligro para Ginny aún no había pasado...

-No puede ser...

-Cada hechizo que use contra alguien, la energía negativa que ella desprende se irá acumulando hasta colmarse y entonces no habrá remedio y morirá...

Se echó a reír y entonces Harry furioso le lanzó un potente cruciatus (sin varita) contra él que lo dejaría fuera de fuera de combate a cualquiera; sin embargo, eso a Goyle no le causo mucho dolor.

Entre Harry y Goyle empezó una feroz pelea. Y aunque Goyle tenía todas las de ganar, Harry demostró ser mucho mejor oponente que él. Goyle no tuvo oportunidad de escapar ante una nueva ráfaga de energía que Harry desprendió, al segundo Goyle había sido mandado a volar muchos metros hacia atrás impactándose contra la rama de un árbol que le atravesó el pecho. Goyle escupió una bocanada de sangre antes de verse el pecho y ver con horror llegar la muerte.

-Es lo que te merecías maldito.- decía Harry acercándose al cuerpo inerte de Goyle-. Le quitó la varita y antes de unirse con sus compañeros para acabar con esa absurda guerra, dijo- Esta es la última vez que el mundo mágico se tiene que enfrentar con mortifagos.


El peligro para Ginny no había pasado y Harry lo sabía. Fue en busca de la pelirroja en medio de la desgarradora batalla, en el que los enemigos caían uno tras otro como insectos.

Ya no había oportunidad para los mortifagos, la batalla estaba a punto de decidir al ganador, cuando ocurrió lo que Harry mas temía. La varita encantada se estaba activando justo en el momento que Ginny usaba su última maldición, un poderoso cruciatus que dejaba agonizante a su oponente. Harry no tuvo tiempo de gritar. Tal vez si lo hacía, habría sido una perdida de tiempo, por eso corrió hasta ella y en el momento que el rayo de luz verde se iba a impactar en Ginny, Harry se interpuso.

-NO!


El susto que Hermione se llevó al recuperar el conocimiento y encontrarse en un hospital. Por un momento se imaginó lo peor y entro en un estado de histeria, felizmente Ron llegó y pudo calmarla.

El sanador le había dicho que la joven madre no se había medido con los esfuerzos físicos y eso originó que pasara por aquel mal momento en el que felizmente nada grave había ocurrido. Tanto la madre como los hijos estaban en perfectas condiciones; sin embargo era necesario que ella pasara la noche en el hospital.

-No se asusten- decía el sanador al ver las caras angustiantes de los padres primerizos- es sólo cuestión de rutina, que te quedes aquí- le decía a Hermione, ya que como era sanadora sabía perfectamente lo que significaba.

-Sí. -dijo cansada recostándose sobre el pecho de su esposo- pero, mañana ya me podré ir¿verdad?

-Desde luego.

-Bien. En ese caso iré a arreglarlo todo para que nos quedemos aquí- Hermione puso cara- O sí, ni pienses que te voy a dejar sola. Me quedó aquí y punto.

-Como digas. Es bastante terco- le dijo al sanador.

-Ya te escuche Mione- Hermione se encogió de hombros mordiendo traviesamente su lengua. El sanador rió y luego ambos hombres salieron de la habitación.

Hermione se quedó sola en la habitación por algunos minutos, en el que comenzaba a caer en un profundo sueño; sin embargo, la presencia de una visita la hizo despertar.

-A-Aryen- dijo sorprendida ya que pensaba que su amigo estaba en Irlanda- ¿eres tu?

-Hola Hermione¿cómo estás?- dijo acercándose a ella con una sonrisa. Le dio un beso en la mejilla y luego cogió sus manos con delicadeza.

-Bien- dijo y Aryen enarcó una ceja. Hermione sonrió pero no dijo más, no quería entrar en detalle y rápidamente agregó- ¿Ya regresaste de tu viaje?

-No. Pero ... asuntos personales me trajeron de regreso por una semana- le acariciaba la mejilla con dulzura. Como la quería y no podía evitar sentir rabia de que fuera de otro y no de él.

-Aryen..

-Ya me enteré que te casaste con Weasley y..- hizo una pausa, no sabía como continuar , le dolía de solo pensar que la familia que él deseaba junto a la mujer que quería le pertenecía a otro..-..espero que seas feliz.

-Lo soy..

Aryen sonrió con tristeza alejándose un poco de ella- Mas le vale a ese Weasley que así sea.

Un silencio en el que ninguno supo que más decir y en el que Aryen se volvió a acercar a ella mas de lo que ya estaba, sentándose junto y acariciando la mejilla de ella con el dorso de su mano, se quedó prendido de su mirada y de la humedad de sus labios. Deseaba besarla, poder volver a sentir sus labios entrelazados con los suyos, aunque sea sólo un segundo; sin embargo, todo quedó ahí en querer y no poder porque Hermione era prohibida y porque la puerta se abrió de par en par mostrando a un ron furioso.

Momentos antes..

Una vez Ron arreglo todo para pasar la noche con Hermione en el hospital, regresaba a la habitación cuando se encontró a Molly deambulando por uno de los pasillos del hospital. Parecía preocupada, distraída, porque cuando la llamo ésta no pareció escucharle, hasta que se acercó a ella y le toco el brazo.

-¿Pasa algo?- le pregunto preocupado. Su madre le sonrió y negó suavemente con la cabeza.

-No..-dijo, pero no consiguió convencer con su respuesta al pelirrojo.

-Algo te pasa.-dijo e hizo una pausa-¿Es por lo de Hermione?

Molly aguardó un momento antes de responder- Sí..-no quería decirle a su hijo que estaba preocupada por su hermana, ya bastante tenía con estar angustiado por lo de Hermione.

-¿Cómo está ella?

-Afortunadamente ella y mis hijos están en perfectas condiciones; sin embargo deberán pasar la noche aquí por cuestiones de rutina y esas cosas...

-Ah! Bueno al menos ya esta mejor.

Se quedaron en silencio por mucho rato hasta que Ron rompió aquel tenso silencio al darle las gracias por haber ayudado a Hermione y llevarla hasta el hospital.

Molly le sonrió maternalmente y le acarició la mejilla- Digamos que sólo estuve en el lugar y momento correcto.

-Aún así...gracias mamá.

-No me agradezcas nada. Lo que hice lo hice porque era mi deber de madre, suegra y abuela...claro que eso no quita que me ganaré una amonestación por haber hecho magia delante de varios muggles.

Ambos sonrieron - No te preocupes mamá, me encargaré que no hagan nada en contra tuya.

Molly abrió y cerró la boca varias veces antes de decir- Las ventajas que una madre tiene cuando su hijo es famoso.

Después de las carcajadas que resonaron en toda la habitación y que fueron obligadas a callar, Molly quiso explicarle a su hijo el motivo por el cual fue a buscarlos al departamento.

-Después mamá. Ya habrá tiempo de hablarlo.

Molly no contradijo a su hijo, pues Ron tenía razón además lo que quería decirle a su hijo también se lo quería decir a Hermione.

-Y.. entonces Hermione vuelve mañana a casa.

-Sí -dijo un poco preocupado y Molly quiso saber porqué- El sanador dice que Hermione debe guardar reposo. No debe hacer ni un esfuerzo físico. Lo que paso esta tarde sólo fue un aviso de lo que puede ocurrir si Hermione no se cuida.

-quieres decir..

-Como te dije mamá. Hermione necesita guardar reposo. Mucho reposo..si es posible guardar cama hasta que el embarazo concluya.

Molly ya había pensado que esa posibilidad se presentaría, ya que en un tiempo algo parecido le ocurrió cuando esperaba a los gemelos.

-Hijo...no sé tu, pero yo he estado pensando en..-guardo silencio por algunos segundos mientras encontraba las palabras precisas para decirle lo que pensaba-..que Hermione y tu vayan a vivir a la casa. Yo podría cuidar de ella cuando tu no estés.. y ayudarla en todas esas cosas que seguramente va a necesitar.

La propuesta tomó por sorpresa a Ron; sin embargo, le pareció magnifico. Sabía que su madre era un tanto sobre protectora, pero también estaba seguro que eso sería lo mejor para Hermione y sus hijos hasta que llegue el momento tan esperado y después hasta que se puedan instalar en la casa que pensaba construir muy cerca de la madriguera.

Sin perder más tiempo Molly se regreso a la madriguera para arreglarlo todo cuando Ron y Hermione llegaran. Mientras, Ron se iba de regreso a la habitación de su esposa sin imaginarse encontrar a cierto "sanador" detestable acariciando a su mujer.

Su reacción no se hizo esperar. Dio un fuerte portazo que resonó por toda la habitación y los pasillos cercanos.

Hermione los miro asustada; pensando en lo peor quiso hablar, y aclarar las cosas antes que Ron creyeran cosas que no son, pero Ron ya lo había pensado y estuvo a punto de irse no obstante, en un intento desesperado por detenerlo, Hermione dio un mal movimiento que trajo consecuencias dolorosas.

Ron se detuvo en su intento de huida y al igual que Aryen se acercó a Hermione para saber lo que le ocurría, ya que la joven tenía una expresión de dolor en su rostro...

-Hermy, Hermy¿Qué te pasa?- decía angustiado.

-Por favor...no te vayas.- decía con lagrimas en los ojos y cogiéndose el vientre.

-No. No lo haré mi amor. Nunca te voy a dejar- la abrazaba y la aferraba a su pecho- perdóname. Perdóname...

En esos momento angustiantes. Ron sólo tenía cabeza para Hermione. Ni cuenta se dio que Aryen los miraba desde la puerta con suma tristeza y envidia de la buena por todo el amor que se tenían. Decidió irse sin decir adiós. Era mejor así.


El brillo de sus ojos se había apagado; su sonrisa de niña traviesa se perdió en la desesperanza. Ya no era la misma chica de antes: alegre y risueña, de carácter impulsivo y desenfadado, no. Ya no. Prácticamente se había convertido en un alma en pena que buscaba un refugio, un consuelo en el seno del hogar que la vio crecer y en el que por muchos años fue feliz.

Molly se extraño que su hija le pidiera quedarse en casa cuando siempre fue una muchacha independiente, deseosa de ser libre, aún así no le pidió explicaciones y dejo que se quedara en casa pero, con el paso de los días se dio cuenta que algo en su hija no estaba bien. La luz que siempre irradiaba se estaba extinguiendo al igual que ella encerrada en su habitación. Ya todos después descubrieron que Harry y ella ya no estaban juntos y pensaron que esa era la razón por la que estaba así de triste y deprimida, pero algo le decía a Molly que no todo era verdad. Había más detrás de todo, aún así no dijo nada y prefirió mantenerse al margen, guardando la esperanza que las cosas entre ellos se solucionaran.

Molly estaba en lo cierto de pensar así, pues Ginny no sólo estaba deprimida porque ya no tenía a Harry a su lado sino, también haberse comportado como una estúpida al dudar del amor que Harry le profesaba. El de no haber creído cuando le gritaba a la cara la verdad de su amor. Harry era orgulloso igual que ella y por eso, estaba segura que ya no habría una oportunidad para ambos.

Que tonta era. ¿por qué no le creyó? Por su maldito orgullos. Tal vez por el hecho de que ella siempre salía lastimada de sus relaciones su desconfianza iba en crecimiento; sin embargo, con Harry todo sería diferente- creyó- y no lo fue. Después de encontrarlo con Tahina en esa situación, pensó que él era como los otros, ya que todo hombre famélico de sexo era vulnerable a la carne ofrecida. Aún así Harry era una victima de las circunstancias y Ginny ya lo había entendido así. Tarde, pero lo había hecho y aunque quería perdonarlo, siempre había una vocecita que le decía que el que comete pecado una vez, busca el segundo.

-¿Puedo pasar?- era la primera vez que desde su llegada a la casa, Ginny salía de su habitación.

Para Hermione fue una sorpresa verla en la puerta de su cuarto. La recibió con una sonrisa. Ya se había tardado Ginny en irla a buscar seguro y hablarían largo y tendido durante muchas horas; sin embargo, durante los diez primeros minutos desde que Ginny llegó no cruzaron palabra porque primero, Hermione esperaba que fuera Ginny la que hablara y segundo porque Ginny no encontraba las palabras necesarias para poder hablar y pedirle a gritos a Hermione su ayuda pero, al cabo de cinco minutos, Ginny dejo de caminar de un lado a otro para sentarse al otro extremo de la cama totalmente abatida dejando con impotencia que las lagrimas recorrieran su mejilla.

-Lo extraño- tenía un nudo en la garganta que se fue aliviando poco a poco al pronunciar aquellas palabras que pesaban sobre sus hombros.

-Lo sé- dijo Hermione con voz comprensiva. Acariciaba su cabellera roja como queriendo transmitir todo su apoyo y comprensión para que su amiga se sintiera mejor.

-Hermione...- varios minutos después, un poco mas tranquila se atrevió a preguntar vacilante por Harry- Sé que a estado viniendo a visitarte.

-Sí. ha venido- dijo sonriendo complaciente. Ya sabía el rumbo que iba tomando esa conversación.

-Cómo¿Cómo está?

-Si te refieres a su salud. Se está recuperando favorablemente. En cuanto a su estado de ánimo, creo. No. Anda igual que tú de deprimido.

Ginny guardó silencio por algunos segundos antes de decir- He sido una tonta.- inútilmente trataba de secarse las rebeldes lagrimas que resbalaban por su mejilla.- Nunca debí dudar de él. Lo que tengo me lo merezco.

-Ginny... – trataba de replicar Hermione, pero al parecer Ginny ya estaba dando por finalizada esa charla que sólo le sirvió para desahogarse aunque sea un poco de todo ese dolor que le oprimía el pecho.

-Será mejor que cada uno de nosotros sigamos con nuestras respectivas vidas.

-¿Qué quieres decir?

-Después de mi graduación, pediré un traslado. No sé donde, pero pediré que sea lo más lejos posible.


La noche de navidad, Ginny salió a dar un paseo por el jardín. La verdad que no tenía muchas ganas de estar en la cena que su madre organizo. Sabía que no sólo su familia estaría en dicha reunión, también estarían los Lupin, Ashley y su hijo y él. Harry.

-¿Por qué las cosas tienen que ser tan difíciles?

Cerró los ojos inclinando su cabeza para atrás sintiendo la presión del viento sobre su rostro. Al abrir los ojos se dio cuenta que empezaba a nevar. No hizo nada por regresar. Se quedó ahí congelándose mientras su mente regresaba a aquel día en el que Harry lo arriesgó todo por ella.

Flash Back

Una vez sintió su cuerpo libre, sin demora se unió a la batalla que estaba segura sería definitiva.

Estaba herida. Tenía un brazo mal herido y aún así estaba dispuesta a dar el todo por el todo. Se enfrentaba de igual a igual contra sus oponentes, sintiéndose cada vez más fuerte, poderosa. Con una sed de lucha incansable.

Cuerpos inertes. Otros moribundo y/ó heridos, teñían el suelo con un rojo carmesí nauseabundo. El ébano de la noche se tornaba cada vez más oscuro, cubriendo con un espeso y tenebroso manto la poca luz generada por el ir y venir de los diversos hechizos desplegados; sin embargo, dicha oscuridad fue opacada por una intensa luz verde...

Estaba a punto de lanzar un último hechizo, cuando dicha luz verde se convirtió en un poderoso y potente rayo paralizante, noqueando los sentidos; Sin dar oportunidad a algún tipo de reacción. De súbito vio pasar su vida en un abrir y cerrar de ojos, como si estuviera viendo una película. Su propia película.

Esperó a la muerte sin temor. Ya todo estaba dicho; sin embargo, cuando más cerca estaba de la muerte escuchó la voz de Harry llamándola.

-Ginny!

-No!- gritó ella tratando de que no se acercara, pero ya era tarde. Harry se había lanzado contra ella, aferrándose a su cuerpo.

Ambos cayeron a un lado como si fueran un trompo, dando varias vueltas sobre la fría nieve.

Por un momento todo estaba en silencio. No se oía nada, ni siquiera el viento que silbaba escalofriante como si estuvieran en medio de un desierto.

Lentamente, Ginny abrió los ojos deseando que todo lo había ocurrido fuera sólo un sueño; sin embargo, la realidad fue otra.

Al percatarse de que Harry era el que estaba a su lado mal herido, todo lleno de sangre y con una gran herida en la espalda, quiso morir. No pudo evitar llenarse de desesperación y acercándose Lo más pronto que pudo, pero al estar frente a él no pudo siquiera preguntar, ni hablarle. Nada ni una palabra salía de su boca, sólo gemidos de desesperación e impotencia por no poder hacer nada por ayudarlo. En cambio él, sin darle mucha importancia ala situación por la que estaba pasando, le sonrió como tratando de decirle que todo estaba bien y que se encontraba en perfectas condiciones, pero una mueca de dolor no le permitió continuar.

-¿Por qué?- acabo preguntando Ginny luego de un rato en el que ambos se quedaron en silencio.

-Es qué aún no Lo entiendes.- Ginny guardo silencio, sabía a Lo que Harry se estaba refiriendo, pero estaba tan preocupada por su salud que no tenía cabeza para pensar o definitivamente no quería pensar en nada.

Con un poco dolor, Harry logró levantar una de sus manos hasta cogerle la barbilla a la pelirroja y hacer que la mirara- Daría cualquier cosa por ti. Porque te amo.

Flash back end

Después de aquel recuerdo, Ginny dio un profundo suspiro, se abrazó a sí misma frotando sus brazos con sus manos, cuando sintió como era envuelta en una capa oscura.

Definitivamente al sentir sus manos sobre sus hombros frotándolas como queriendo darle calor, supo que se trataba de él. No hizo ni un solo gesto, se quedó tal como estaba esperando pacientemente a que Harry se terminara de acomodar a su lado.

Por un largo tiempo ninguno cruzó palabra hasta que Harry se decidió por hablar...

-Me enteré que pediste tu traslado.- Ginny no le respondió y no pregunto como fue que se enteró. Pero sospechó que Hermione tenía mucho que ver con eso.

-Creo que Lo mejor será estar lejos por un tiempo. Necesito un espacio para mi. Para poner en orden mis ideas. De saber que es lo que realmente quiero y deseo hacer con mi vida.

-Y crees que huyendo será la mejor forma de hacerlo.

Ginny sabía que Harry lo decía por experiencia propia. Pero las cosas eran distintas, ya que Harry se fue porque quiso, porque quería alejarse del asedio de la prensa y de todo los malos recuerdos. En cambio Ginny, no. Ella sólo alejarse temporalmente porque quería tiempo para reorganizarse.

-No estoy huyendo.- contestó calmadamente- sólo necesito un espacio. Necesito pensar en..

-¿En qué¿Qué es Lo que tienes que pensar? Acaso es algo sobre nosotros. Porque si es así, entonces tengo derecho a saber.

Ginny parpadeo varias veces. Tenía frente a ella la cara de enojo de Harry; ya se esperaba esa reacción de él por esa razón es que no quería decirle nada acerca de su viaje.

-¡Entiende! De este viaje depende muchas cosas.- hizo una pausa y luego colocando una mano acariciándole la mejilla, en el que él puso su mano sobre la de ella cerrando los ojos como queriendo capturar ese momento, Ginny agregó- Es por nuestro bien.

Harry no dijo más. Era eso lo que quería escuchar. El que Ginny aún pensara en ellos y que quería tanto como él que todo volviera a ser como antes.

-Entonces te estaré esperando para cuando creas conveniente volver.

Ginny sólo asintió y cuando creyó que todo estaba dicho entre ellos, Harry se acercó a ella con claras intensiones de querer besarla. Ginny no retrocedió y esperó que ese momento llegara. Lo esperaba con ansias locas. Quería que Harry se posesionará de su boca como tantas veces lo había hecho, que le hiciera sentir todas esas vibraciones de calor sofocante que le hacían perder la noción de la realidad, del tiempo. Quería temblar entre sus brazos. Sentirse vulnerable al contacto de su lengua con la suya. De sus cuerpos palpitantes aferrados con deseo. Sin embargo, Ginny sabía que si permitía eso, ya no querría irse y entonces sus planes no se llevarían a cabo como lo deseaba.

Los labios de Harry apenas y rozaron los suyos. Había girado su cara a un lado al tiempo que Harry se disponía a besarla. A decir verdad, Harry ya se esperaba esa reacción de su pelirroja, por eso no dijo nada y agradeció a todos los dioses que Ginny reaccionara a tiempo, porque estaba seguro que si la besaba, ya no querría dejarla ir, o en tal caso la habría seguido a donde sea.

-Vayamos adentro. De seguro y nos deben estar esperando.- decía Harry pasando un brazo sobre los hombros de Ginny, ella le sonrió y ambos tan amigos tan enamorados, tomaron el camino de regreso a la madriguera.


No me pregunten porqué no hice que HG terminen juntos. La verdad ni yo misma lo sé. Ah! Pero les tengo preparada una sorpresa para el siguiente capitulo

N/A: Aish! hasta que por fin termino este capitulo. Pensé que se me haría mas largo, pero no, aquí acaba.

¿Qué les pareció¿les gusto? La verdad que yo me esperaba otro final para el capi, pero al final me salió este y... bueno ni modo que lo cambie¿verdad? Además no me quedó mal, creo que esta muy bien ¿que piensan? Jajaja para eso me deben dejar un review. Sólo denle clic en GO.

El próximo capitulo es el final (Una lástima uu! ) y bueno como es el final será un epilogo. Veremos que pasa con nuestros personajes al final del Fiction.

Hasta el siguiente capitulo.

RosAngels