Notas del capítulo:
Como de costumbre cabe mencionar que ningún personaje utilizado en esta historia es mío, pertenecen todos y cada uno al arsenal de campeones que tiene Riot Games para el videojuego League of Legends, por lo tanto la propiedad intelectual es suya. En ningún momento mi intención es obtener un fin de esta historia, mucho menos lucrar económicamente.
Una creación de una invocadora para ustedes, queridos invocadores de la grieta :D
Como siempre este capítulo está dedicado a mi hermoso beta, novio y razón de ser que seguramente no estará muy feliz de tener una nueva historia en lugar de un avance de las otras.
Gracias por aguantarme, Sckorve, aún no sé cómo lo haces
Capítulo 01: Son mis latidos.Se distrajo observándola por un momento, dejando que sus ojos admiraran el espectáculo que era verla caminar por la comisaría con ese estilo tan único que ella tenía, el sonido que sus botas de alto tacón generaban y el cómo su cabello castaño se movía con gracia ante el contacto de la brisa que se filtraba.
Su corazón dio un latido doloroso.
Apartó la mirada, regresándola al expediente que tenía en sus manos intentando distraer su mente de todo el ruido que hacía y de la sensación que se instalaba en su pecho, amenazando con exhibir su secreto enfrente de todos.
— ¿Vi?
Los cabellos en su nuca se crisparon al momento que escuchó esa voz llamándola por su nombre
— ¿Dime cariño?
— Hay un caso — Mencionó Caitlyn con su acostumbrado tono serio frente a ella.
Vi alzó el rostro haciendo que sus ojos se encontraran el azul intenso de los ojos de Caitlyn.
— Cielos, vaya forma de pedir ayuda que tienes lindura — Puso en sus labios su acostumbrada sonrisa curva, con la que solía coquetearle a la sheriff
— Te he dicho un millón de veces que me llames "Caitlyn" o "Sheriff" — Suspiro un poco fastidiada por los apodos que la otra usaba
— Me conoces y sabes que no lo haré, pastelito
Caitlyn solo puso los ojos en blanco, su compañera solía ser todo un caso.
— Saldremos en 10 minutos, así que prepárate.
— Estaré lista en 2 — respondió mientras veía como se alejaba sintiendo la punzada con más fuerza.
Tomo sus cosas y se dirigió al baño de la comisaria para encerrarse en una de la cabinas individuales para chicas.
Como era medianamente común un ataque de tos la tomó por sorpresa, haciendo que de su boca salieran pétalos azules, aterrizando en su mano derecha.
Cerró el puño con fuerza, sintiendo aquellos delicados pétalos con el roce de sus dedos, al tiempo que lo llevaba a su pecho y cerraba los ojos, percibiendo el latir de su corazón tenuemente a través de su armadura.
Nunca en toda su vida había conocido el amor y ahora que lo había hecho, que ese sentimiento cálido había llegado a su vida, se volvía la razón de su prematura muerte.
El doctor al que había visitado se lo había dicho, lo suyo era un extraño padecimiento sin nombre aún que afectaba a menos del 5% de la población.
Sus síntomas eran comenzar por estornudar pétalos, puesto que en su en el interior de sus pulmones habían flores creciendo; Hermosas flores que tarde o temprano le matarían ya fuera porque las raíces crecerían tanto que terminarían por traspasar su corazón o porque ya no podría respirar más a causa de los pétalos.
"No es tan grave" Repitió las palabras del doctor en su mente "La verdad es que es una enfermedad tratable, con una operación pueden ser retiradas las flores que ponen en riesgo al infectado. Pero con esa acción se pierden los sentimientos que provocaron su existencia".
Justo después de esas palabras ella se había levantado y para después marcharse sin decirle nada al doctor; Aún a sabiendas de que ese amor unilateral la iba a matar, no quería perderlo, no quería deshacerse de él. Quería conservar el único sentimiento puro y real que se había instalado en su corazón.
Tiro los pétalos al bote de la basura que se encontraba a su derecha y se dispuso a salir para ir a su nueva misión.
[…]
— Creí que dijiste "2 minutos" — Dijo Caitlyn al verla llegar con paso lento
— Oh, ¿Así que si me estabas escuchando? — Respondió con su acostumbrada sonrisa en el rostro
— Siempre lo hago
Un silencio se apoderó entre ellas, puesto que Caitlyn no esperaba que esas palabras escapasen de su boca y Vi no estaba lista para escuchar aquello.
Otro latido.
La urgencia por toser se apoderó de su cuerpo, ¿Por qué ahora esos ataques se estaban volviendo más frecuentes?
Se encorvó un poco sobre sí misma, tratando de reprimir el espasmo e inmediatamente cubrió su boca con su mano, de ninguna manera dejaría que su pastelito se enterara de su patética situación, porque de hacerlo tendría que decirle la verdad y no quería eso.
Quería tener esa pequeña amistad entre ellas, lo preferiría a perder todo lo que, por años, había tardado en crearse.
— Oye… — Exclamó Caitlyn dejando su rifle de lado para acercarse en un ágil movimiento a donde estaba ella — ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
— ¿Preocupada por mí, lindura? — A pesar de que no lo quería su voz sonó entre cortada, puesto que aquel impulso se había hecho más fuerte
— Vi, hablo en serio, ¿Qué pasa? — Se puso tensa ante aquellas acciones de la chica del cabello rosa, hacía casi dos años que habían trabajado juntas y esa era la primera vez que presentaba algún malestar
— No es nada, solo no me siento muy bien
Un escalofrío recorrió su espalda ante aquella respuesta; La semana anterior Vi había ido de encubierta a la parte baja de Piltóver, aquella que parece rosar con Zaun. Una idea peligrosa le envenenó la mente
— Tenemos que llevarte con un doctor
— ¡No! — Por un momento entró en pánico, su secreto jamás debía ser revelado
— Vi, no te estoy preguntando. ¿Qué pasaría si una toxina de Zaun entró en tu sistema? — Apartó la mirada, no podía seguir mirando esos ojos que la veían con sorpresa
— No es eso. Fui con el doctor la semana pasada — Se vio interrumpida de nueva cuenta, espero a que el espasmo pasara para después proseguir — No es una toxina…
— ¿Entonces? — Se cruzó de brazos al tiempo que su mirada se volvió cautelosa
— Solo es un simple resfriado — Mintió, volviendo a poner esa sonrisa en su rostro
— ¿Por qué no me dijiste nada?
— Sabía que podrías ese rostro — Quitó rápidamente su guantelete izquierdo para poner su dedo índice sobre la frente de Caitlyn — Y yo quiero evitar que ese rostro tan lindo que tienes se llene de arrugas, sería un desperdicio
Caitlyn apartó la mano de Vi con un rápido y certero movimiento
— ¡Déjate de bromas! Es tu salud, por lo menos tendrías que…
— ¿Está todo bien? — Por la puerta de la comisaría se asomó Jayce al tiempo que se acercaba a ellas
— No — Respondió Caitlyn al tiempo que se giraba para encontrarse con su compañero de frente
— ¿No?
— Vi no se siente bien, así que la acompañaré a su departamento para asegurarme que llegue a salvo
— Yo podría hacer eso si tu…
— Lo haré yo.
— No es necesario — Interrumpió Vi, los rumores de un compromiso arreglado entre Caitlyn y Jayce habían llegado a ella hacía un tiempo, verlos juntos le provocaba un extraño sentimiento que nunca antes había sentido antes, era molesto — Puedo llegar a mi apartamento sola.
— De ninguna manera — Recalcó la sheriff.
— Bombón, viví en Zaun por un largo tiempo antes de venir aquí… Creo que puedo arreglármelas para…
— Dije que me aseguraré que llegues bien a casa. No es una pregunta, no es una opción y no está a votación — Apartó un mechón de su cabello colocándolo detrás de su oreja con suma elegancia.
— Creo que ninguno de los dos puede opinar, será mejor que hagas lo que dice — Agregó Jayce sonriendo de medio lado.
— Está bien — Finalizó. No quería seguir en ese lugar.
— De acuerdo, Jayce, manda a alguien más a la misión que teníamos programada para hoy y cancela todo.
— ¿Incluso la cena? — Su tono de voz fue sugerente.
— No, creo que a esa puedo llegar… ¿A las 9?
— Sí
— No la canceles
Vi comenzó a caminar fuera de esa conversación, sabía que no le haría ningún bien seguir escuchando, segundos más tarde escuchó como Caitlyn corría para alcanzarla, ninguna de las dos dijo nada. Para la sheriff era normal, ella no era una mujer de muchas palabras y aunque le resultaba extraño que la vigilante no hiciera alguno de sus comentarios se lo terminaba por atribuir a la enfermedad.
Por otra parte eso era demasiado incómodo para Vi, su interior se moría de ganas por preguntar si acaso ella estaba saliendo con Jayce… O peor aún, si ella se encontraba enamorada del hombre del martillo.
Pero tenía miedo.
Tenía tanto miedo de la respuesta que prefería quedarse callada, "Esto es más que suficiente", se repetía mentalmente, "no tires todo a la basura por nada".
— Es aquí — Dijo por fin, llegando a la zona media de Piltóver y sacando las llaves de un compartimiento especializado en su guantelete derecho
— Es nostálgico.
— ¿Disculpa?
— Desde que te uniste a las fuerzas de Piltóver no había vuelto a venir — Una media sonrisa se instaló en su rostro
— Bien, preciosa, estoy aquí. Increíblemente en una pieza — Se giró a mirarla cuando terminó de abrir la puerta
— ¿No vas a invitarme a pasar? — Preguntó alzando una ceja
— No creí que fueras a aceptar
— Tengo algo de sed y quiero asegurarme que te quedes en cama
— ¿Y no preferirías quedarte en cama conmigo? — Se mordió fuerte la lengua después de decir eso, odiaba esos momentos en los que su cerebro parecía desconectarse de su lengua
— Vi… — Sonrió de forma casi imperceptible, si ella podía seguir haciendo esas bromas entonces quizá no se encontraba tan mal.
— Adelante — Abrió completamente la puerta e hizo una reverencia cediendo el paso a su hermosa Sheriff
— Gracias
Cuando Caitlyn entró se sorprendió bastante, puesto que al entrar lo primero que esperaba era un desorden total en la habitación pero se encontró con todo lo contrario; El departamento de Vi estaba organizado y limpio.
— ¿Quieres algo de tomar entonces? Tengo agua, jugo, agua, jugo… ¿Ya mencioné que tengo agua?
— El agua está bien
— Toma asiento, ya vuelvo.
Caitlyn hizo caso, tomando asiento en el sillón que encontraba en la sala, observaba lo vacías que estaban las paredes hasta que algo atrajo su atención completamente; En el suelo se encontraba tirado un solitario pétalo de color azul, lo reconoció de inmediato.
— Aquí tengo tu… — Enmudeció abruptamente al ver lo que ella tenía entre sus dedos.
— No sabía que te gustaban este tipo de flores
— Ah… Eso; Ni siquiera sé cómo se llama
— Es un narciso, de hecho, mi flor favorita.
La sangre se le heló ante esas palabras, ¿justamente las flores que más le gustaban a Caitlyn eran las que le producían ese dolor?
— ¿Y qué significa?
— Los narcisos simbolizan amores no correspondidos — Miró con pesar aquel pétalo mientras lo acariciaba lentamente entre sus dedos.
El vaso que sostenía en sus manos cayó al suelo.
La vista de Caitlyn se alzó rápidamente para ver la silueta de Vi que se movía en dirección a su propio baño.
Vi entró para, posteriormente, poner seguro a la puerta. Sintió una arcada que sabía que no podía controlar acompañada de un dolor que jamás había sentido antes, pero que se había sentido como alguien rasgara su pulmón. No pudiendo controlar más la situación de su boca salieron más pétalos, pero por primera vez, estaban acompañados de sangre.
— ¡¿Vi?! — Escuchó como la sheriff tocaba la puerta mientras intentaba abrirla — ¡Vi!
— Estoy bien — Respondió sintiendo como más flores salían de su boca — Solo quisiera estar sola, si no te importa
— ¿Estás segura?
— ¡Por…! — Más pétalos azules cubiertos levemente de rojo — Por supuesto
— ¿Puedo hacer algo para ayudarte? — Preguntó recargando su mano en la puerta
— No — Respondió resignada al tiempo que se abrazaba a sí misma
— Está bien, pero estaré en la comisaría si necesitas algo — No quería irse, su compañera no se escuchaba bien, pero tampoco quería incomodarla.
— Nadie puede… — Finalizó en voz baja.
Son mis latidos los que se van a parar,
mi corazón el que se va a ilusionar,
Es mi problema, no el tuyo
By:
Sora Jigoku & Sckorve
¡Hi desu! Y… Sí, no lo sé, estoy insegura de este trabajo en particular, pero me está gustando y espero de todo corazón que les haya gustado a ustedes. Espero sus comentarios y si tienen alguna duda no duden en hacérmelo saber Hasta la otra.
¡Ciaossu!
