¡Hi desu! Y antes que nada, espero que hayan tenido una muy feliz navidad y que en la tienda les hayan salido las skins que querían, recuerden que hay doble bono en el rp.

Espero que disfruten del capítulo que he hecho con mucho amor y obviamente, no fue obligada a hacerlo por Santa Draven para estas fechas :D


Capítulo 03: Te quiero sentir en la piel

Las cosas habían pasado demasiado rápido, pero Caitlyn sentía como si todo hubiese pasado en cámara lenta ante sus ojos; El cómo Vi perdió la conciencia y como la llevaron con un doctor que sabría de esa enfermedad.

¿Qué clase de enfermedad era esa?

Sabía que ella vivía en un mundo en donde existían deidades, ascendidos y creaturas que ostentaban el poder de Dioses, pero aun así no podía creer que existiera una enfermedad que hiciera que crecieran plantas en los pulmones de una persona hasta el punto de hacer que pétalos emergieran de su boca como si de vomito se tratase.

El tiempo pasaba tan lento que parecía una tortura para ella en aquella sala de espera, Jayce la había acompañado un rato pero después decidió cubrir a Caitlyn en la comisaría, cosa que agradeció profundamente ya que no quería apartarse de ese lugar hasta saber que su compañera estaba bien.

Quería… No, necesitaba escuchar que su vida no estaba en riesgo y que pronto sería capaz de verla de nueva cuenta.

El sonido de la puerta abriéndose atrajo su atención, encontrándose con Orianna (1) quién salía de ella.

— ¿Cómo está ella? — Pregunto poniéndose de pie al momento que se acercaba a aquella doncella mecánica.

— Estable — Respondió simplemente — Aunque, no tiene un buen panorama

— ¿Un buen panorama?

— Su enfermedad está avanzando.

— ¿De qué va esta enfermedad? — al decir eso volvió a sentarse en el sillón, acción que repitió Orianna a un lado de ella.

— En el tiempo que estuve viajando por RunaTerra tuve la oportunidad de aprender sobre ella, su nombre es Hanahaki — Tomó una pausa para evaluar la reacción de la Sheriff de Piltóver

— ¿Qué la causa?

— Amor no correspondido

— ¿Qué? — Seguramente había escuchado mal

— Amor no correspondido; O por lo menos es lo que cuentan en las regiones en las que he estado

— ¿Tiene cura?

— Tiene dos formas de curarse, la primera es que su amor se vuelva un amor correspondido y la segunda…

— ¿Aja?

— Es una operación, para extraer las flores. Pero tiene un efecto secundario.

— ¿Efecto secundario?

— Al quitar las flores la persona pierde los sentimientos que las hicieron nacer en primer lugar

— ¿Deja de amar a esa persona?

— No he sabido de personas que se sometan a la cirugía y vuelvan a enamorarse

El silencio se apodero del lugar. ¿Esa era la razón de que Vi no dijera nada sobre su enfermedad?

¿Vi iba a morir?

— ¿Puedo verla?

— Quizá en un rato más.

— ¿Puedo preguntar algo más? — Se encontraba aturdida por la situación que estaba pasando pero aun sí… La curiosidad le carcomía el alma.

— Adelante — Orianna podía observar preocupación en ella.

— ¿Existe…? — Aclaró su garganta — ¿Existe alguna razón por la que sean narcisos azules? — Desvió la mirada, al tiempo que acomodaba un mechón de su cabello detrás de su oreja.

— Es difícil de responder, cambia de individuo a individuo… Pero hasta donde tengo entendido el color que toman los pétalos toman una particularidad de la persona de la que se está enamorada — Entre ellas dos surgió un silencio momentáneo — Tengo que visitar a otros de mis pacientes.

— Entiendo

Orianna se adentró en los pasillos del pequeño hospital dejando a Caitlyn sola.

En sus pensamientos apareció aquel pétalo de color azul que encontró en la casa de Vi; sintió de pronto como si su corazón se hubiera detenido puesto que a su mente llego la imagen de dos trenzas azules, de un tono bastante similar al de aquellos narcisos.

Mordió fuertemente su labio inferior al recordar la última vez que habían visto a la bala perdida, el cómo había soltado sus cabellos azules exclamando un "¿Cómo es que pudiste olvidarme tan fácil?" para acto seguido disparar en contra de ellas.

¿Qué era exactamente aquello que tenía que recordar? ¿Qué eran ellas dos?

Claro que sabía que Vi había vivido en Zaun, pero por ningún motivo se puso a pensar en la remota posibilidad de que hubiera conocido a ese demonio de cabello azul.

El vello de su nuca se erizo ante esa idea que había estado dando vueltas, pero hasta ese momento aterrizaba con fuera

Negó con la cabeza.

Vi no podía estar enamorada de Jinx, ¿verdad? ¡No podía!

Sintió de pronto vértigo, acompañado de un mareo tan fuerte que hizo que olvidara sus heridas, su cuello no dolía tanto como la idea de que su Vigilante se hubiese enamorado de una criminal.

— Sheriff

Ante aquella voz masculina la aludida alzó la mirada, encontrándose con el rostro del doctor que le miraba con una sonrisa amistosa

— ¿Pasa algo?

— Lo peor ya pasó — Anunció — Ella se encuentra consiente

— ¿Podría yo verla?

— Claro, es el cuarto 4-D

— Gracias

Después de decir eso se puso en pie y se encaminó hacía el cuarto que le había dicho el doctor. Tomó aire antes de abrir la puerta, puesto que debía ser fuerte para lo que se encontraría.

Tomó aire y después se adentró con decisión.

Vi estaba recostada en aquella cama, con una intravenosa en su brazo derecho y un respirador en sus fosas nasales; Se veía tan pequeña ante sus ojos sin su armadura y sin sus guanteletes, tenía los ojos cerrados.

Aclaró su garganta mientras cerraba la puerta detrás de sí, ocasionando que la mujer de pelo rosa abriera sus ojos azules y la observara.

— Hey… Cupcake — Su voz sonó áspera

Vi… — Respondió sin saber que decir en ese momento, solo podía concentrarse en ella y en la forma en que su pecho subía y bajaba detenidamente.

— No me mires así — Desvió el rostro, apartándolo de aquella inquisidora mirada

¿Por qué no me lo dijiste? — Sintió un nudo en la garganta y como sus ojos se cristalizaban levemente

Yo… ¿Cómo podría?

— No puedes morir

Se hizo un silencio

— Yo no lo elegí esto.

— ¡Claro que lo estás eligiendo! ¡Te estás rindiendo! — Se quedó callada de golpe al sentir dolor en la garganta y como reflejo la cubrió con una de sus manos.

— Caitlyn — Vi intento ponerse en pie dándose cuenta hasta ese momento de las cosas que estaban conectadas a su cuerpo

— No hagas locuras — Se apresuró al ver lo que estaba intentando hacer, quedando justo a un lado de ella se encontraba recostada

— ¿Te duele? — Preguntó; Sutilmente posicionó la punta de sus dedos sobre el hematoma que se dibujaba en la piel nívea de su compañera

— No, solo me causa molestias al hablar — Aclaró su garganta de nueva y contuvo su respiración mientras sentía como esos dedos hacían una suave caricia.

— No deberías estar aquí — Llevo su mano a su boca, cubriéndola mientras tocía.

— ¡Vi! — Paso su mano por encima de la espalda de su compañera, que se había encogido sobre sí misma.

De la boca de Vi salieron esos pétalos pertenecientes a la flor que Caitlyn solía amar, pero que ahora no podía más que odiar al ver como apagaban aquella vida que para ella tan valiosa.

Después de eso Vi hizo su cabeza hacía atrás, inhalando todo el aire que podía llevar a sus pulmones. El doctor le había dicho que había tantos pétalos que presentaría dificultades para respirar, aspiró de nueva cuenta utilizando esta vez su boca.

— Oye… Cait

— ¿Qué sucede?

— ¿Podrías quedarte conmigo esta noche? — Le observo fijamente, notando como la sorpresa se dibujaba en sus facciones

— No veo donde podría quedarme — Respondió analizando el sencillo cuarto, ni siquiera había una silla.

— La cama… — Aspiro de nueva cuenta — La cama es muy grande.

— Podría lastimarte

— Me lastima más tu rechazo, bombón — Una sonrisa irónica se instaló en su rostro, que tan acertada era esa frase en ese momento

— Está bien, dame un poco de espacio — con un ademan deshizo lo poco que quedaba del elegante tocado que llevo a la cena, tratando de calmar los latidos que se producían fuertemente en su pecho.

Vi parpadeo varias veces sin poder creer aquella situación del todo. Pero ante sus ojos la sheriff se quitó sus tacones y se recostó a su lado, colocando su cabeza en la almohada.

Ellas dos nunca habían estado tan cerca la una de la otra, podían sentir el calor que sus cuerpos emanaban; Aun estando tan cerca no eran capaces de percibir el cómo sus corazones latían tan fuertemente.

— Jamás te había visto así — Murmuró Caitlyn, admirando el cuerpo de Vi bajo la tenue luz de la luna que entraba por la ventana; Sin esa armadura que siempre llevaba puesta se veía más pequeña y, aunque nunca sería capaz de decirlo en voz alta, frágil.

— Me veo de la mierda — Respondió con una sonrisa

— Vi…

— Vale, olvide que no te gustan las malas palabras

— Me refiero a que siempre te he visto con tu armadura y… Tampoco te había visto tan molesta — Entre ellas se generó un silencio — Por un momento… Pensé que lo matarías

— Esa era mi intención.

— ¿Qué?

— Cuando vi lo que estaba haciendo yo… — Suspiró y trató de apartar aquella horrible visión de su mente

— Tú no eres capaz de matar a alguien… — Notó como al decir esas palabras, la chica del cabello rosa apartó la mirada — ¿Verdad?

— ¿En serio me preguntas eso ahora?

Silencio, prolongado

— ¿Y bien? — Caitlyn insistió, puesto que en su mente no podía concebir la idea de que su compañera hubiera asesinado a alguien

— No intencionalmente

— ¿Intencionalmente?

— La vida en Zaun fue muy… Difícil — Espero un poco para seguir hablando, puesto que no era sencillo — Y yo hice cosas de las que no estoy muy orgullosa en este momento

— Puedes confiar en mí, Vi

— Tenía planeado un robo grande — Se quedó observando el techo, tratando de que aquellos recuerdos no tuvieran una repercusión tan intensa en ella y que se quedaran tan difusos como hasta ahora lo habían sido — Pero todo salió mal, confíe en las personas equivocadas. Hubo un derrumbe y muchos mineros murieron a causa de eso.

— No creo que deberías culparte por eso

— El hecho es — Prosiguió porque aunque había escuchado las palabras de Caitlyn, no quería que ella intentara hacerla mejor — La culpa me hizo cambiar mi forma de ver las cosas y decidí atraparlos, uno por uno — Una sonrisa nostálgica se instaló en su rostro — Fue la mejor decisión que he tomado

— ¿por qué?

— Porque uno de ellos se volvió el líder de la banda que tú seguías y por ello, nos conocimos.

Silencio.

— ¿Nunca has extrañado Zaun?

— No

— A eso llamo una respuesta rápida

— Cariño, mi vida era una autentica porquería. Zaun es… Sofocante, y no solo por los gases tóxicos que se respiran, no. Solo recuerdo haber sido feliz una vez y eso fue hace muchos años; Y por si lo preguntas, no, ese pequeño momento de felicidad no es la gran cosa, porque lo opaca el hambre, la miseria, los golpes y los muertos que siempre encuentras por la calle recordándote que si no te andas con cuidado, tú puedes ser el siguiente.

Silencio de nueva cuenta, esta vez más prolongado.

Caitlyn nunca había tenido que sufrir ninguna de esas penurias, el hambre, la sed o el miedo eran cosas desconocidas en su infancia y le era muy difícil poder imaginar cómo hubiera reaccionado ella.

Vi adquirió un nuevo brillo ante sus ojos.

Una flor capaz de florecer en la adversidad.

La observó. Aún con esas ojeras y esa tristeza que reflejaban sus ojos mientras observaba el techo, ella la encontraba como el tesoro más valioso en Piltóver.

Y el suave sonido que hacía el respirador la trajo de vuelta a la realidad, la cruda situación de saber que aquel tesoro desaparecería pronto.

— Vi no quiero que mueras — Dijo en un sollozo, ni siquiera notó el cuándo en sus ojos se acumularon esas lágrimas volviéndolos cristalinos.

— Cait — Se giró preocupada ante aquella voz quebrada y sintió como su corazón se detenía al ver esos ojos — Hey…

— No mueras — Repitió

— Caitlyn yo no…

— ¿Por qué lo haces?

— ¿Escuchaste lo que te dije? Mi vida era un asco — En un arrebato tomó la mano de la sheriff de Piltóver y la puso sobre su pecho — ¿Sientes como late? ¿Sientes calidez? ¡Nada de eso existía antes de que viniera a este lugar! Cait, yo no sentía nada y no quiero, no puedo perder esto; Este amor me hace ser esta persona que no conocía — Sus ojos se cristalizaron por primera vez en muchos años, tantos que aquel escozor en los ojos la desconcertó Tengo miedo — Un sollozo se hizo presente mientras lágrimas caían a caudales por sus ojos, soltó el agarre de Caitlyn al tiempo que con sus manos trataba de limpiar las gotas que escurrían por su mejilla — No quiero morir, pero no quiero vivir así de nuevo

Ella nunca había visto de esa manera a la Vigilante de Piltóver, siempre tan coqueta con ella, tan confiada; Se abalanzo lo más delicado que pudo sobre ella, abrazándola con fuerza, aferrándola a sí misma como si con eso pudiera evitar que desapareciera.

Vi correspondió ese abrazo, sintiendo como su corazón latía con intensidad como nunca lo había hecho, teniendo cuidado con la intravenosa para no dañar a ninguna de las dos. Podía percibir aquel calor, mucho más reconfortante de lo que jamás imagino.

Se quedaron así hasta que el llanto ceso. Caitlyn se apartando lentamente quedando sentada enfrente de su compañera

— Lo siento, yo no quería lastimarte — Susurró desviando el rostro, tratando de ocultar la tonalidad rosada que tenía a causa de aquel contacto.

— Cielo tú… Eres la única persona con ese derecho

Sus miradas se encontraron ante aquellas palabras.

Pero el contacto no fue duradero.

Vi puso su mano sobre su pecho y después sobre su boca, encogiéndose en sí misma. El dolor que sentía era intenso, casi como el que había sentido en la escena del crimen y no pudiendo controlar más aquel espasmo, de su boca escaparon pétalos que, lejos de parecerse a los primeros, tenían una tonalidad roja predominante a causa de la sangre que tenían impregnada. Las palabras de aquella muñeca se repitieron en su mente "Tus sentimientos querrán salir con la misma intensidad que lo sientas".

Pudo apreciar vagamente como Caitlyn se ponía en pie y abría la puerta del cuarto, mientras llamaba al doctor con desesperación.

Cuando el espasmo se calmó, ella apartó su mano de su boca y terminó por darse cuenta de que estaba teñida también de un color carmesí intenso.

"Vi no quiero que mueras"

Se repitió un su mente.

El doctor entró y todo se volvió oscuro una vez más siendo lo último que pudo escuchar el cómo Caitlyn exclamaba su nombre una vez más con preocupación.

[…]

Caitlyn se quedó completamente congelada en el lugar en el que se encontraba, su corazón latía a mil por hora con un profundo miedo por lo que acaba de pasar.

Dio un leve brinco al sentir la mano de alguien en su hombro.

Era el doctor que la miraba seriamente.

— Creo que lo mejor es que vaya a dormir, Sheriff

— Me gustaría esperar a que ella…

— Lo mejor será dejarla descansar y que de paso descanse usted — Lanzó una mirada a su cuello — ¿Ya le dieron algo para el dolor o las marcas?

— Sí, hace un rato.

— Descanse, le aseguro que ella está en buenas manos… ¿Quiere que llamemos a alguien para que la acompañe a casa?

— No. Vivo bastante cerca — Sus ojos se dirigieron a la puerta que en ese momento se encontraba cerrada. Sabía que detrás de esa puerta la persona que ella más quería se encontraba debatiendo entre la vida y la muerte — Volveré a primera hora mañana.

Se dio la vuelta y lentamente salió del lugar sin quererlo realmente.

Te quiero sentir en la piel,
no te preocupes por mi bien,
hazme el daño que quieras amor

By:
Sora Jigoku & Sckorve.


Notas finales:

¡Feliz navidad~ Prospero año y felicidad! Ok, no.

Pero si quería felicitarlos por estas fechas. Espero estar aquí de nuevo en breve; Solo que mi pobre beta ha estado demasiado ocupado y solo que diré que trabajar para un banco… Es demasiado absorbente, pero, no soy de las que abandonan.

Ahora, no saben lo bonito que siento con sus comentarios, ustedes son los mejores en serio. A veces ni siquiera sé cómo reaccionar a sus muestras de afecto.


Respuestas:

Visceral:

¡Hi desu! Y, antes que nada… ¡Gracias por seguir por aquí! ¡Me encantan tus comentarios! En estos escritos que humildemente aprecian que los leas significa un montón para esta invocadora. Tenemos cupcakes y por tiempo limitado, poro galletas :3 toma las que gustes

¡Ay no! Deberías ver la sonrisa grandísima que traigo encima por tu comentario, a ciencia cierta, ni siquiera sé cómo responderlo adecuadamente. Me da una enorme alegría que estas historias te gusten eres un amor por completo.

Espero que estés de maravilla, que podamos volver a leernos y que todo te esté yendo de maravilla.

Gracias por tu bello apoyo.

Abrazos y mis mejores deseos como de costumbre para ti.

Zero:

¡Hi desu! Y déjame darte la bienvenida a este fanfic

La verdad es que, aunque pareciera que tardo más en responder que en escribir es todo lo contrario; Pero lo hago con todo el cariño del mundo, puesto que los aprecio con todo mi corazón; La paciencia que me tienen, las cosas lindas que dicen, es todo un placer.

¿Vez? Justamente como esa gracias por dale una oportunidad a mis escritos, lo aprecio un montón

Lamento la super demora en esta actualización han pasado muchas cosas en este transcurso de tiempo.

Ponshy:

¡Hi desu! Y déjame darte la bienvenida en esta plataforma con cupckaes y poro galletas.

¡Dios! Creo que eres la primera persona que me lee en ambas plataformas me siento demasiado halagada y no sé cómo reaccionar adecuadamente ante eso, así que solo voy a decir: ¡Muchísimas gracias! Eres demasiado genial y lo aprecio muchísimo.

Espero que estés de maravilla y que todo vaya bien, pero sobre todo, que nos podamos volver a leer pronto Sería un placer

Te envío mis mejores deseos

¡Hasta pronto!


Y esto es todo por hoy.

Espero que este mes haya sido bueno para ustedes, que hayan recibido sus recompensas y les salgan cosas bonitas de sus orbes.

¡Hasta la próxima!

¡Ciaossu!

*Un invocador se ha desconectado*