Recordando la charla y contestando preguntas (cap 4)

-Disculpe Prof. Dumbledore ¿de que charla se tenía que acordar? – preguntó Hermione

Dumbledore giró la vista hasta posarla en la persona que le había hecho la pregunta y con una sonrisa le dijo.

-Veo que no se le escapan los detalles, Hermione – Albus, con lo que ésta se sonrojó – es una charla que tuve con Harry en la madrugada después de los acontecimientos del ministerio.

-¿Y de que hablaron? – preguntó Ron, ganándose una mirada de reprobación de arte de Molly, aunque ella también quería saber.

-Albus, ¿se puede saber de que hablaron? – preguntó Remus

-No veo el porque no deban saber, ya que a Harry dijo que si preguntaban les conteste – respondió Albus, convocando al pensadero ya que iba ser mejor mostrarle la charla para que entiendan mejor las cosas.

-Bueno acérquense que va a ser mejor que veamos el recuerdo de la charla – dijo Albus apoyando la varita en la sien para tomar el recuerdo y depositarlo en el pensadero – después contestaré a sus preguntas, las que pueda responder claro.

Todos se acercaron formando un circulo alrededor del pensadero, Hermione estaba nerviosa porque vería a Harry con la reciente muerte de Sirius, Ron y los gemelos estaban ansiosos, Ginny, Luna y Neville curiosos. Los adultos se debatían entre la curiosidad, la ansiedad y la angustia de ver a un Harry destrozado por la muerte de su padrino.

-Bueno Harry- comentó Dumbledore finalmente, dándole la espalda al pequeño pájaro, estarás contento al escuchar que ninguno de tus compañeros va a sufrir daños irreparables por los eventos de esta noche.

Harry trató de decir "Bien" pero ningún sonido salió de su boca. Le parecía que Dumbledore le estaba recordando la cantidad de daños que había causado con sus acciones esa noche, y aunque Dumbledore por una vez le estaba mirando directamente, y su expresión era más bondadosa que acusatoria, Harry no podía soportar encontrarse con sus ojos.

-Madam Pomfrey está ahora atendiendo a todos provisionalmente-continuó Dumbledore-. Nymphadora Tonks tal vez necesite pasar un tiempo en San Mungo, pero parece que se recuperará completamente.

Harry se contentó con asentir a la alfombra, que estaba cada vez más iluminada cuanto más pálido se hacía el cielo en el exterior. Estaba seguro de que todos los retratos alrededor del cuarto estaban escuchando atentamente cada palabra que decía Dumbledore, preguntándose dónde habían estado Dumbledore y Harry y por qué les habían herido.

-Sé cómo te sientes, Harry-aseveró Dumbledore muy calmadamente.

-No, no lo sabe-replicó Harry, y su voz se hizo de repente más alta y fuerte. Una ardiente furia brotaba en su interior. Dumbledore no sabía nada acerca de sus sentimientos.

-¿Lo ve, Dumbledore?- dijo Phineas Nigellus perspicazmente-.Nunca trate de entender a los estudiantes. Lo odian. Deberían ser más bien trágicos incomprendidos, encerrados en su autocompasión, sudando en sus propias...

-Es suficiente, Phineas-lo interrumpió Dumbledore

Harry le dio la espalda al Director y miró fijamente al exterior, por la ventana de enfrente. Podía ver el estadio de Quidditch en la distancia. Sirius había aparecido una vez allí, disfrazado como el lanudo perro negro, para así poder verlo jugar...Probablemente había ido para ver si era tan bueno como lo había sido James...Harry nunca se lo había preguntado...

-No tienes por qué avergonzarte de lo que estás sintiendo, Harry-se escuchó la voz de Dumbledore-. Al contrario...el hecho de que puedas sentir un dolor como éste es tu mayor fuerza

Harry sintió la ardiente furia lamiendo su interior, incendiándose en el terrible vacío, llenándole con el deseo de herir a Dumbledore por su tranquilidad y sus palabras vacías.

Mi mayor fuerza, es eso ¿no?-dijo Harry, su voz temblando mientras miraba fijamente el estadio de Quidditch, sin verlo realmente-.No tiene ni idea....No sabe...

-¿Qué es lo que no se?-preguntó Dumbledore calmadamente.

Era demasiado. Harry se dio la vuelta, temblando con furia.

-No quiero hablar acerca de mis sentimientos, ¿de acuerdo?

-¡Harry, sufrir así es la prueba de que todavía eres un hombre! Este dolor es parte de ser humano....

¡ENTONCES - NO - QUIERO - SER - HUMANO!

Harry lanzó un gruñido y cogió uno de los delicados instrumentos de plata, de una de las mesas con eje giratorio que había a su lado, y lo lanzó a través de la habitación. Se estampó contra la pared en cientos de pequeños pedazos. Varios retratos dejaron escaparan un grito de enojo y miedo, y el retrato de Armando Dippet dijo:

-¡Parece mentira!

-¡NO ME IMPORTA!!- les gritó Harry a todos, agarrando un lunascopio y lanzándolo a la chimenea-. YA HE TENIDO SUFICIENTE, YA HE VISTO SUFICIENTE, QUIERO SALIR, QUIERO QUE ESTO TERMINE, YA NO ME IMPORTA MAS.

Cogió la mesa en la cual habían estado los instrumentos de plata y la tiró también. Se rompió al caer al suelo y las patas rodaron en diferentes direcciones.

-Sí te importa- musitó Dumbledore. No se había alterado ni había hecho un solo movimiento para evitar que Harry destrozara su despacho. Su expresión era calmada, incluso indiferente-. Te importa tanto lo que sientes que te desangrarías hasta la muerte con el dolor que te produce.

-¡YO.... NO LO HARIA!!-gritó Harry, tan alto que sintió que su garganta podría desgarrarse, y por un segundo quiso correr hacia Dumbledore y hacerle pedazos a él también; hacer añicos ese viejo rostro calmado, sacudirle, herirle, hacerle sentir alguna pequeña parte del horror que él sentía.

Oh sí, lo harías-replicó Dumbledore , todavía mas calmado-.Ahora has perdido a tu madre, a tu padre y la cosa más cercana a unos padres que has conocido. Claro que te importa.

-¡USTED NO SABE CÓMO ME SIENTO!!-rugió Harry-.USTED....AHÍ DE PIE.... USTED...

Pero las palabras ya no era suficientes, destruir cosas ya no le ayudaría más. Quería correr, quería seguir corriendo y nunca mirar atrás, quería ser alguien que no pudiera ver esos ojos azul claro enfrente de él, ese odioso rostro viejo calmado. Se volvió sobre sus talones y corrió hacia la puerta, agarró el pomo otra vez, tiró de él.

Pero la puerta no se abrió.

Harry se volvió hacia Dumbledore.

-Déjeme salir-pidió. Estaba temblando de pies a cabeza.

-No-dijo Dumbledore simplemente.

Durante algunos segundos se miraron fijamente el uno al otro.

-Déjeme salir-solicitó nuevamente

-No-repitió Dumbledore.

-Si no me...si me mantiene aquí...si no me deja...

-Por lo visto seguirás destruyendo mis posesiones-dijo serenamente Dumbledore-.No me importa, tengo demasiadas.

Caminó alrededor de su escritorio y se sentó detrás de él, observando a Harry.

-Déjeme salir-pidió Harry de nuevo, con una voz que era fría y casi tan calmada como la de Dumbledore.

-No hasta que haya dicho lo que tengo que decir-declaró Dumbledore

-Usted...usted cree que quiero...usted piensa que voy a darle... ¡NO ME IMPORTA LO QUE TIENE QUE DECIR!- rugió Harry-.-¡No quiero escuchar nada de lo que tenga que decir!

-Querrás-afirmó tristemente Dumbledore -.Porque no estás ni de cerca tan enfadado conmigo como deberías estar. Si vas a atacarme, y sé que estás a punto de hacerlo, me gustaría habérmelo ganado.

-¿De qué está hablando?

-Es mi culpa que Sirius muriera-. declaró Dumbledore claramente-O debería decir casi toda mi culpa, no seré tan arrogante para reclamar la responsabilidad de todo. Sirius era un hombre valiente, astuto y activo, y esa clase de hombres normalmente no se conforman con sentarse en casa, ocultándose ,cuando creen que los demás están en peligro. Sin embargo, no deberías haber creído ni por un instante que era necesario que fueras al Departamento de Misterios esta noche. Si hubiera sido más franco contigo, Harry, como debería haber sido, hubieras sabido hace mucho tiempo que Voldemort trataría de engañarte para que fueras al Departamento de Misterios, y tú nunca hubieras caído en la trampa de ir allí esta noche. Y Sirius no hubiera tenido que ir detrás de ti. Esa culpa reside en mí, y sólo en mí."

Harry seguía de pie, con la mano en el pomo de la puerta, pero había desechado sus intenciones de irse. Estaba mirando fijamente a Dumbledore, respirando con dificultad, todavía escuchando, aún sin entender lo que estaba oyendo.

-Por favor, toma asiento-dijo Dumbledore. No era una orden, era una petición.

Harry dudó por un momento, entonces caminó lentamente, cruzando la habitación, ahora iluminada débilmente por pequeños hilos de plata y fragmentos de madera, y tomó asiento enfrente del escritorio de Dumbledore.

-Creo haber entendido-masculló lentamente Phineas Nigellus, que se encontraba a la izquierda de Harry-, ¿que mi tátara- tátara-nieto, el último de los Black, está muerto?

-Sí, Phineas- dijo Dumbledore

-No lo creo-declaró Phineas bruscamente.

Harry giró la cabeza a tiempo para ver a Phineas desaparecer de su retrato y supo que había ido a visitar su otra pintura de Grimmauld Place. Probablemente caminaría de retrato en retrato, llamando a Sirius por toda la casa...

Harry, te debo una explicación- dijo Dumbledore-.Una explicación de los errores de un hombre anciano. Veo ahora que, por lo que he hecho y lo que no he hecho, con tu respeto, pago todas las huellas de los defectos de la edad. La juventud no puede saber cómo la vejez siente y piensa. Pero los ancianos son culpables si olvidan lo que es ser joven...y yo parece que lo he olvidado últimamente...

Ahora el sol brillaba apropiadamente. Había un borde deslumbrante de color naranja sobre las montañas y el cielo de encima era incoloro y brillante. La luz se reflejaba en Dumbledore, sobre sus cejas y barba plateadas, sobre las líneas profundamente marcadas en su rostro.

-Hace quince años- continuó Dumbledore-, cuando vi la cicatriz marcada en tu frente, supuse lo que eso podía significar. Supuse que eso debía ser el signo de una conexión forjada entre tú y Voldemort.

-Ya me ha dicho esto antes, profesor-replicó Harry directamente. No le importaba ser grosero. Nunca más le iba a importar nada demasiado.

-Sí-afirmó Dumbledore con aire de disculpa-.Sí, pero verás... es necesario empezar por tu cicatriz. Por eso quedó claro, poco tiempo después de que volvieras al mundo mágico, que yo estaba en lo cierto, y que tu cicatriz te estaba dando advertencias cuando Voldemort estaba cerca de ti o si sentía grandes emociones.

-Lo sé-dijo Harry con cansancio.

Y esta habilidad tuya para detectar la presencia de Voldemort, incluso cuando está disfrazado, y de saber lo que está sintiendo cuando sus emociones se despiertan, ha sido cada vez más pronunciada desde que Voldemort regresó a su propio cuerpo y a la totalidad de sus poderes.

Harry no se molestó en asentir. Ya sabía todo esto.

-Más recientemente-siguió Dumbledore-,me preocupaba que Voldemort pudiera haberse dado cuenta de la existencia de esta conexión entre ustedes dos. Casi con seguridad, llegó un momento en el que penetraste demasiado en su mente y sus pensamientos, de manera que pudo sentir tu presencia. Estoy hablando, por su puesto, de la noche en la que fuiste testigo del ataque al señor Weasley.

-Sí, Snape me lo dijo- murmuró Harry.

-Profesor Snape, Harry-le corrigió Dumbledore con calma-.¿Pero nunca te preguntaste por qué no era yo el que te explicaba esto? ¿por qué no te enseñé yo Occlumency? ¿por qué no te he mirado demasiado durante meses?

Harry alzó la vista. Ahora podía ver que Dumbledore parecía triste y cansado.

-Sí-murmuró entre dientes-.Sí, me extrañó.

-Verás-continuó Dumbledore con aire cansado-,creí que no pasaría mucho tiempo antes que Voldemort intentara abrirse paso en tu mente, de manipularte y de desorientar tus pensamientos. Y yo no deseaba darle más incentivos para hacerlo. Estaba seguro que si él descubría que nuestra relación era, o había sido alguna vez, más cercana que la de un director y un alumno, habría aprovechado la oportunidad de usarte como medio para espiarme. Temía los métodos que podía usar contigo para hacerlo, la posibilidad de que pudiera intentar poseerte. Harry, creí que tenía razón al pensar que Voldemort podría hacer uso de ti en este sentido. En esas raras ocasiones en las que tuvimos contacto cercano, creí ver su sombra removiéndose detrás de tus ojos...Estaba intentando distanciarme de ti para protegerte. Un error de un hombre viejo...

Harry recordó el sentimiento de que una serpiente latente iba creciendo en él, preparada para atacar, en esas ocasiones en las que él y Dumbledore tuvieron contacto visual.

-El intento de Voldemort de poseerte, como ha demostrado esta noche, no habría sido mi destrucción. Habría sido la tuya. Él esperaba, al poseerte fugazmente hace un rato, que yo te sacrificaría intentando matarlo a él".

Suspiró profundamente. Harry estaba dejando que las palabras le pasaran por alto. Hubiera estado muy interesado en saber todo esto unos pocos meses atrás, y ahora nada tenía sentido comparado con el profundo abismo dentro de él que suponía la pérdida de Sirius, nada de esto importaba...

-Sirius me dijo que habías sentido a Voldemort despertarse dentro de ti la noche que tuviste la visión del ataque de Arthur Weasley. Supe de repente que mis peores temores eran correctos : desde ese momento Voldemort se había dado cuenta que podía usarte. En un intento de armarte contra los ataques de Voldemort a tu mente, planeé las clases de Occlumency con el profesor Snape.

Hizo una pausa. Harry observó la luz del sol, que se estaba deslizando lentamente a través de la pulida superficie del escritorio de Dumbledore, iluminando una botella plateada de tinta y una bonita pluma escarlata. Harry sabía con certeza que todos los retratos de alrededor estaban despiertos y escuchando atentamente la explicación de Dumbledore. Podía escuchar el murmullo ocasional de las túnicas, el leve sonido de una garganta aclarándose. Phineas Nigellus no había regresado todavía...

-El profesor Snape descubrió-continuó Dumbledore-,que tú habías estado soñando durante meses con la puerta del Departamento de Misterios. Voldemort, por supuesto, había estado obsesionado con la posibilidad de escuchar la profecía, desde que recuperó su propio cuerpo, y cuando pensaba obsesivamente en la puerta, también lo hacías tú, aunque no sabías lo que significaba.

Y entonces viste a Rookwood, que trabajaba en el Departamento de Misterios antes de su detención, diciéndole a Voldemort, lo que nosotros sabíamos desde hace mucho, que las profecías guardadas en el Ministerio de Magia están tremendamente protegidas. Sólo las personas a las que se refieren pueden tomarlas de los estantes sin correr el peligro de volverse locos. En este caso, tendría que haber entrado Voldemort en persona en el Ministerio de Magia y arriesgarse a descubrirse a sí mismo definitivamente, a menos que la cogieras tú por él. Se convirtió en una cuestión de gran emergencia que tomaras clases de Occlumency".

-Pero no lo hice- murmuró Harry. Lo dijo en voz alta para aliviar y desahogar el peso muerto de culpa que lo invadía; sin duda una confesión debería aliviar algo la terrible presión que comprimía su corazón-. -No practiqué, no me preocupé, podía haberme impedido a mí mismo tener esos sueños, Hermione no dejaba de decirme que lo hiciera, si lo hubiera hecho él nunca hubiera sido capaz de mostrarme a dónde ir y, Sirius no hubiera, Sirius no hubiera...

Algo estaba haciendo erupción en el interior de su cabeza: la necesidad de justificarse, de explicarse.

-Traté de comprobar si realmente había capturado a Sirius , y fui al despacho de Umbridge, hablé con Kreacher en el fuego, y dijo que Sirius no estaba allí, ¡dijo que se había ido!

-Kreacher mintió-declaró Dumbledore con calma-.Tú no eres su amo, puede mentirte sin necesidad de auto-castigarse. Kreacher intentó hacer que fueras al Ministerio de Magia.

¿Él...él me envió a propósito?

-Oh sí. Me temo que Kreacher ha estado sirviendo a más de un amo durante meses.

-¿Cómo?-preguntó Harry quedándose en blanco-.Ha estado en Grimmauld durante años

-Kreacher aprovechó su oportunidad un poco antes de Navidad-explicó Dumbledore-.Según parece, cuando Sirius le gritó "que se fuera". Tomó las palabras de Sirius al pie de la letra e interpretó esto como una orden para dejar la casa. Se fue con el único miembro de la familia Black al que todavía le tenía respeto....la prima de los Black, Narcissa, hermana de Bellatrix y esposa de Lucius Malfoy.

-¿Cómo sabe todo esto?-interrogó Harry. Su corazón palpitaba muy rápido. Se sentía enfermo. Se acordó de haber estado preocupado por la extraña ausencia de Kreacher durante la Navidad, se acordó de su regreso en el ático...

-Kreacher me lo dijo anoche-aclaró Dumbledore-.Verás, cuando le diste al profesor Snape esa advertencia en clave, se dio cuenta que habías tenido una visión de Sirius atrapado en las entrañas del Departamento de Misterios. Él, como tú, intentó contactar con Sirius inmediatamente. Debí explicarte que los miembros de la Orden del Fénix tienen métodos más seguros de comunicación que la chimenea del despacho de Dolores Umbridge. El profesor Snape descubrió que Sirius estaba vivo y a salvo en Grimmauld Place.

-De todas maneras, cuando no regresaste de tu viaje con Dolores Umbridge al bosque prohibido, el profesor Snape se preocupó aún más de que todavía pudieras pensar que Sirius había sido capturado por Lord Voldemort. E inmediatamente alertó a ciertos miembros de la Orden.

Dumbledore dio un gran suspiro y entonces continuó:

-Alastor Moody, Nymphadora Tonks, Kingsley Shacklebolt, y Remus Lupin estaban en el cuartel general cuando se puso en contacto. En seguida todos estuvieron de acuerdo en ir en tu auxilio. El profesor Snape le pidió a Sirius que se quedara, porque necesitaba que alguien permaneciera en el cuartel general para decirme lo que había pasado, para que yo estuviera allí en el momento debido. Entretanto, el Profesor Snape intentó buscarte en el bosque.

Pero Sirius no quería quedarse atrás cuando los demás habían ido a buscarte. Delegó en Kreacher la tarea de decirme lo que había pasado. Y así fue que, cuando llegué a Grimmauld Place, poco tiempo después de que todos se hubieran marchado al Ministerio, fue el elfo quien me dijo, reventando de risa, a dónde había ido Sirius.

-¿Se estaba riendo?-preguntó Harry con voz cavernosa.

-Oh, sí-contestó Dumbledore-.Verás, Kreacher no fue capaz de traicionarnos totalmente. es un guardián de secretos para la Orden, no podía decirle a los Malfoy nuestro paradero o contarles alguno de los planes confidenciales de la Orden que le habían prohibido revelar. Estaba limitado por los encantamientos de su especie, lo que quiere decir que no podía desobedecer una orden directa de su amo, Sirius. Pero le dio a Narcissa la clase de información que es muy valiosa para Voldemort, que a Sirius debió parecerle algo insignificante, como para pensar en prohibirle que lo repitiera.

-¿Como que?-preguntó Harry.

"Como el hecho de que la persona que más le importaba a Sirius en todo el mundo eras tú respondió Dumbledore tranquilamente-. Como el hecho de que considerabas a Sirius una mezcla entre padre y hermano. Por supuesto, Voldemort ya sabía que Sirius estaba en la Orden, que tú sabías dónde estaba, pero la información de Kreacher le hizo darse cuenta de que la única persona a la que irías a rescatar a cualquier parte del mundo era Sirius Black.

Los labios de Harry estaban fríos y entumecidos.

Así que ...cuando anoche le pregunté a Kreacher si Sirius estaba allí...

Los Malfoy, sin duda por órdenes de Voldemort, le habían dicho que encontrara la forma de mantener a Sirius alejado una vez que hubieras tenido la visión de Sirius siendo torturado. Entonces si decidías revisar si Sirius estaba o no estaba en casa, Kreacher podría ser capaz de hacer como si no estuviera. Ayer, Kreacher lastimó al hipogrifo Buckbeak y, en el momento en el que hiciste tu aparición en el fuego, Sirius estaba arriba tratando de atenderlo.

En ese instante parecía haber poco aire en los pulmones de Harry, su respiración era rápida y superficial.

-¿Y Kreacher le dijo todo esto...y se rió?- gruñó.

-No quería decírmelo acotó Dumbledore, pero soy suficientemente experto en Legilimency para saber cuándo alguien me está mintiendo y "le persuadí" para que me contara toda la historia, antes de salir hacia el Departamento de Misterios.

-Y- susurró Harry en voz baja, sus manos contraídas en fríos puños, sobre sus rodillas-...y Hermione nos seguía diciendo que fuéramos amables con él.

-Ella tenía razón, Harry-comentó Dumbledore-. Le advertí a Sirius, cuando adoptamos el numero doce en Grimmauld Place como nuestro cuartel general, que Kreacher debía ser tratado con respeto y amabilidad. También le dije que Kreacher podía ser un peligro para nosotros. No creo que Sirius me tomara muy en serio, o quizá nunca vio a Kreacher como un ser con sentimientos tan intensos como los de los humanos.

-No le culpe....no...hable... de Sirius como...- Su respiración era entrecortada, no le salían las palabras apropiadas. Pero la ira que había contenido brevemente se había encendido en él nuevamente; no permitiría que Dumbledore criticara a Sirius -. Kreacher es un mentiroso...asqueroso...él merece...

-Kreacher es lo que los magos han hecho de él, Harry-señaló Dumbledore-.Sí, merece que le compadezcan. Su existencia ha sido tan miserable como la de tu amigo Dobby. Tuvo que cumplir a la fuerza el mandato de Sirius, porque Sirius era el último de la familia a la que fue esclavizado, pero no sentía verdadera lealtad por él. Cualesquiera que sean los defectos de Kreacher, debe admitirse que Sirius no hizo nada para que a Kreacher le resultara mucho más fácil.

-¡NO HABLE DE SIRIUS DE ESA MANERA!-gritó Harry.

Estaba de nuevo en pie, furioso, listo para lanzarse sobre Dumbledore, que sencillamente no entendió para nada a Sirius, lo valiente que fue, todo lo que había sufrido...

-¿Y qué me dice de Snape?-escupió Harry-.No está usted hablando de él, ¿verdad? Cuando le dije que Voldemort tenía a Sirius él sólo me habló con desprecio, como siempre.

-Harry, sabes que el Profesor Snape no tenía otra opción, enfrente de Dolores Umbridge, más que fingir que no te tomaba en serio-declaró Dumbledore con firmeza-, pero como te he explicado, informó a la Orden lo más pronto posible de lo que habías dicho. Fue él quien dedujo a dónde habías ido cuando no volvisteis del bosque. También fue el que le dio a la profesora Umbridge Veritaserum falso cuando ella estuvo intentando forzarte a decir el paradero de Sirius...

Harry hizo caso omiso de esto; sentía un placer salvaje culpando a Snape, parecía que estaba aliviando su propio sentimiento de horrible culpa, y quería escuchar a Dumbledore decir que estaba de acuerdo con él.

Snape...Snape mar...mar...martirizaba a Sirius con lo de quedarse en casa, le dio a entender a Sirius que era un cobarde

-Sirius era demasiado viejo y listo para haber permitido que esas tontas burlas le hirieran aseveró Dumbledore.

-¡Snape dejó de darme lecciones de Occlumency!- gruñó Harry-.¡Me echó de su oficina!

-Estoy enterado de eso dijo Dumbledore con pesadumbre-. Acabo de decir que fue un error mío no haberte impartido yo mismo las clases de Occlumency, aunque estaba seguro, en aquel momento, que no había nada mas peligroso que el que tú abrieras aún más tu mente a Voldemort mientras estuvieras en mi presencia

-Snape lo empeoró, mi cicatriz siempre me dolía más después de cada lección con él– Harry recordó los pensamientos de Ron acerca de esto y los puso a prueba-.¿Cómo sabe que él no estaba tratando de ablandar mi mente para hacer que a Voldemort le fuera más fácil conseguir entrar en mi?

-Confío en Severus Snape afirmó Dumbledore de manera simple, pero me olvidé, otro error de un hombre anciano, que algunas heridas son demasiado profundas para que cicatricen. Pensé que el profesor Snape podría superar sus sentimientos hacia tu padre, estaba equivocado.

-¿Pero eso esta bien, verdad?-gritó Harry, ignorando las caras escandalizadas y los murmullos de desaprobación que emitían los retratos que cubrían las paredes. Esta bien que Snape odiara a mi padre, ¿pero no esta bien que Sirius odiara a Kreacher?

-Sirius no odiaba a Kreacher aclaró Dumbledore. Lo consideraba un sirviente indigno de mucho interés o de mucha atención. La indiferencia y el descuido a menudo hacen más daño que la completa antipatía......La fuente que destruimos esta noche dijo una mentira. Nosotros los magos hemos maltratado y abusado de nuestros semejantes demasiado tiempo, y ahora estamos recogiendo nuestra recompensa.

-¿ENTONCES SIRIUS MERECÍA LO QUE TUVO, NO?- chilló Harry.

-Yo no dije eso, y tampoco me escucharás decirlo nunca,-replicó Dumbledore tranquilamente-.Sirius no fue un hombre cruel, en general era amable con los elfos domésticos. No tenía cariño a Kreacher, porque Kreacher era un recuerdo viviente del hogar que Sirius había odiado"

-¡Sí, lo odiaba!-afirmó Harry, su voz era cortada, dándole la espalda a Dumbledore y alejándose. Ahora el sol brillaba dentro de la habitación y los ojos de los retratos le seguían con la mirada mientras caminaba, sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, sin siquiera ver realmente la oficina-.Usted le hizo estar callado en esa casa y él la odiaba, por ese motivo quiso salir anoche.

-Estaba tratando de mantener a Sirius con vida-declaró Dumbledore con calma.

-¡A la gente no le gusta estar encerrada!-replicó Harry furiosamente, rodeándolo-.Me hizo lo mismo a mí todo el verano pasado.

Dumbledore cerró los ojos y escondió la cara entre sus largas manos. Harry le observó, pero este inusual signo de agotamiento, de tristeza, o lo que fuera, de Dumbledore, no le conmovió. Al contrario, se sintió aún más enfadado de que estuviera mostrando signos de debilidad. No tenía derecho a mostrarse débil cuando Harry quería enfurecerlo y enojarlo.

Dumbledore bajó sus manos y observó a Harry a través de sus anteojos de media luna.

-Es hora-susurró-de que te diga lo que debería haberte dicho hace cinco años, Harry. Por favor toma asiento. Voy a decirte todo. Sólo te pido un poco de paciencia. Tendrás la oportunidad de enfurecerte conmigo, de hacer todo lo que te apetezca, cuando haya terminado. No te detendré.

Harry le miró ferozmente un instante, se arrojó en la silla opuesta a Dumbledore y esperó. Por un momento Dumbledore miró fijamente a los terrenos iluminados por la luz del sol a través de la ventana, entonces volvió a mirar a Harry y comenzó:

-Hace cinco años llegaste a Hogwarts, Harry, a salvo e intacto, como yo lo había planeado y querido. Bueno, no totalmente intacto. Habías sufrido. Sabía que sufrirías cuando te dejé en el umbral de tus tíos. Sabía que te estaba condenando a diez oscuros y difíciles años-. Se detuvo. Harry no dijo nada-

Tal vez te preguntarás, y con buena razón, por qué tuvo que ser así. ¿Por qué no podía hacerse cargo de ti alguna familia de magos? Muchos lo hubieran hecho más que de buena gana, se habrían sentido honrados y felices de criarte como un hijo.

Mi respuesta es que mi prioridad era mantenerte con vida. Corrías más peligro del que tal vez nadie, excepto yo, se dio cuenta. Voldemort había sido vencido horas antes, pero sus partidarios, y muchos de ellos son casi tan terribles como él, seguían sueltos, enojados, desesperados y violentos. Y también tuve que tomar mi decisión teniendo en cuenta los años que estaban por delante. ¿Creí que Voldemort se había ido para siempre? No. Sabía que no importaba si pasaban diez, veinte, o cincuenta años antes de que regresara, pero estaba seguro que lo haría, y también estaba seguro, conociéndole como le conozco, que no descansaría hasta matarte.

Sabía que los conocimientos de Voldemort sobre magia eran tal vez más extensos que los de ningún otro mago vivo. Sabía que incluso mis más complejos y poderosos hechizos y encantamientos protectores no podían ser invencibles si alguna vez él recuperaba todo su poder.

Pero también sabia dónde era débil Voldemort. Y a raíz de esto tomé mi decisión. Tú debías ser protegido por una antigua magia que él conoce, que desprecia, y que, por lo tanto, siempre ha subestimado, en su contra. Estoy hablando, por supuesto, del hecho de que tu madre muriera para salvarte. Ella te dio una persistente protección que él nunca esperó, una protección que fluyó por tus venas hasta este día. Por lo tanto, deposité mi confianza en la sangre de tu madre. Te entregué a su hermana, el único pariente que queda.

-Ella no me quiere-comentó Harry de repente-.No me da ni un maldito...

-Pero te admitió- le cortó Dumbledore-.Quizás te admitió resentida, furiosa, de mala gana, con amargura, pero aún así aceptó quedarse contigo y, haciéndolo, selló el hechizo que puse en ti. El sacrificio de tu madre hizo que el vínculo de sangre fuera la protección más fuerte que te puedo dar.

-Todavía no.....

-Mientras puedas llamar hogar al lugar donde la sangre de tu madre habita, no podrás ser tocado o dañado por Voldemort. Ella derramó su sangre, pero continúa viva en ti y en su hermana. Su sangre se convirtió en tu refugio. Sólo necesitas regresar allí una vez al año, pero mientras lo puedas llamar hogar, allí no podrá hacerte daño. Tu tía sabe esto. Le expliqué lo que había hecho en la carta que dejé, contigo, en su puerta. Sabe que el hecho de permitirte estar en su casa bien puede haberte mantenido vivo los últimos quince años.

-Espere-lo detuvo Harry-espere un momento.

Se sentó derecho en su silla, mirando fijamente a Dumbledore.

-Usted envió el Howler. Le dijo que recordara. Era su voz...

-Pensé-explicó Dumbledore , inclinando su cabeza ligeramente-que tal vez necesitaría recordar el pacto que había sellado al aceptarte. Supuse que el ataque de los dementores podían haberle desvelado los peligros de tenerte como hijo adoptivo.

-Lo hizo-dijo Harry tranquilamente-. Bueno, a mi tío más que ella. Él quería echarme, pero después de que llegara el howler ella...ella dijo que me tenía que quedar-miró fijamente al suelo por un momento, entonces continuó-.Pero esto que tiene que ver con...no pudo decir el nombre de Sirius.

-Entonces, hace cinco años-prosiguió Dumbledore como si nunca se hubiera detenido en su historia-,llegaste a Hogwarts, tal vez ni tan feliz ni tan bien alimentado como me hubiera gustado, pero todavía vivo y sano. No eras un pequeño príncipe consentido, pero eras un niño tan normal como había esperado, dadas las circunstancias. Hasta aquí, mi plan estaba funcionando bien.

-Y entonces.....bueno, recordarás los acontecimientos de tu primer año en Hogwarts tan bien como yo. Te enfrentaste magníficamente a los retos que se te presentaron y antes, mucho antes de lo que había previsto, te encontraste cara a cara con Voldemort. Sobreviviste de nuevo. E hiciste más. Retrasaste su regreso a sus poderes y fuerza absolutos. Peleaste la pelea de un hombre. Estaba........más orgulloso de ti de lo que pueda decir.

Sin embargo había un error en este maravilloso plan mío-confesó Dumbledore-. Un error obvio que yo conocía, aunque entonces, podía ser la ruina de todo. Y sin embargo, sabiendo lo importante que era que mi plan tuviera éxito, me dije a mí mismo que no permitiría que este error lo arruinara todo. Sólo yo podía prevenirlo, así que yo solo debía ser fuerte. Y aquí fue mi primera prueba, mientras tú estabas en la enfermería, débil por tu lucha con Voldemort.

-No entiendo lo que está diciendo-comentó Harry.

-¿No te acuerdas que me preguntaste, mientras estabas en la enfermería, por qué Voldemort había tratado de matarte cuando eras un bebé?

Harry asintió.

-¿Debería habértelo dicho entonces?

Harry miró fijamente dentro de los ojos azules y no dijo nada, pero su corazón estaba palpitando rápidamente de nuevo.

-¿Todavía no ves el error en mi plan? No....... a lo mejor no. Bien, como sabrás, decidí no responderte. Once, me dije a mí mismo que eras demasiado joven para saberlo. Nunca tuve la intención de decírtelo cuando tenías once años. El conocimiento habría sido demasiado en esa edad tan joven.

Debí haber reconocido los signos de peligro entonces. Debí preguntarme a mí mismo por qué no me sentía más preocupado de que tú ya me hubieras hecho la pregunta a la cual yo sabía que, algún día, tendría que darte una terrible respuesta. Debo reconocer que era demasiado feliz al pensar que no tenía que hacerlo en ese día en particular........ eras muy joven, eras demasiado joven.

Y así entramos en tu segundo año en Hogwarts. Y otra vez te encontraste con retos con los que incluso magos adultos nunca se han enfrentado. Y una vez más te defendiste más allá de lo que nunca había soñado. Sin embargo, no me preguntaste de nuevo por qué Voldemort había dejado esa marca en ti. Discutimos acerca de tu cicatriz, oh sí. ..... estuvimos muy, muy cerca del tema. ¿Por qué no te lo conté todo?.

Bueno, me parecía que doce no eran, después de todo, mucho mejores que once para recibir esta clase de información. Te permití abandonar mi presencia, sangrando, exhausto, pero con los ánimos en alto, y sentí una punzada de intranquilidad, de que quizá te lo debería haber dicho entonces, pero me callé. Verás, todavía eras muy joven, no pude encontrar en mí mismo ganas de arruinar esa noche de triunfo..... ¿Lo ves, Harry? ¿Ves ahora el error en mi brillante plan? He caído en la trampa que había intentado prever, que me había dicho a mi mismo que podía evitar, que debía evitar..............

-No...

-Me importabas demasiado- declaró Dumbledore simplemente-.Me preocupaba más por tu felicidad que porque supieras la verdad, más por la paz de tu mente que por mi plan, más por tu vida que por las vidas que se podían haber perdido si el plan fallaba. En otras palabras, actué exactamente como Voldemort lo espera de nosotros, los tontos que amamos al actuar.

¿Tengo por esto alguna defensa? Desafié a todos aquellos que te observaban como yo lo hago, y te he observado más cerca de lo que hayas podido imaginar, por querer ahorrarte más dolor del que ya has sufrido. ¿Qué podía importarme si miles de personas sin nombres ni caras y criaturas eran despedazadas en un vago futuro, si aquí y ahora tú estabas vivo, y bien, y feliz? Nunca soñé que tendría tantas personas en mis manos.

-Entramos en tu tercer año. Te observé de lejos mientras luchabas por repeler a los dementores , y encontraste a Sirius, aprendiendo lo que era él y rescatándolo. ¿Debí decírtelo entonces, en el momento en el que arrebataste triunfalmente a tu padrino de las garras del Ministerio? Pero ahora, a la edad de trece, mis excusas se agotaban. Tal vez eras joven, pero habías probado que eras excepcional. Mi conciencia estaba intranquila, Harry. Sabía que el momento llegaría pronto........

"Pero saliste del laberinto el año pasado, después de haber visto morir a Cedric Diggory, escapando de la muerte tan cercana a ti........ y no te lo dije, aunque sabía, que ahora que Voldemort había regresado, debía hacerlo pronto. Y ahora, esta noche, sé que hace mucho que estás listo para saber el conocimiento que te he estado ocultando durante tanto tiempo, porque has probado que debí haber puesto esta carga sobre ti antes de esto. Mi única defensa es ésta: te he visto peleando bajo más cargas que ningún otro estudiante que haya pasado nunca por esta escuela, y no podría convencerme para añadir ninguna otra, la mayor de todas

Harry esperó pero Dumbledore no habló.

-Sigo sin entender.

-Voldemort trató de matarte cuando eras un niño por una profecía hecha poco tiempo antes de tu nacimiento. Sabía que se había hecho la profecía, pero no todo lo que decía. Decidió matarte cuando todavía eras un bebé, creyendo que estaba cumpliendo con los términos de la profecía. Para su desgracia, descubrió que estaba equivocado cuando la maldición con la que intentó matarte rebotó contra él. Y por eso, desde que retornó a su cuerpo, y particularmente desde tu extraordinaria escapada de él el año pasado, ha estado decidido a escuchar la profecía en su totalidad. Ésta es el arma que ha estado buscando tan asiduamente desde su retorno: el conocimiento de cómo destruirte

Ahora el sol había salido totalmente. El despacho de Dumbledore estaba bañado de luz. El estuche de cristal en donde residía la espada de Godric Gryffindor brillaba blanco y opaco, los fragmentos de los instrumentos que Harry había lanzado al suelo brillaban como gotas de lluvia, y detrás de él, el bebé Fawkes gorgojeaba suavemente en su nido de cenizas.

-La profecía se rompió-apuntó Harry, pálido-.Estaba levantando a Neville de aquellos bancos en la..habitación en donde estaba la bóveda y rasgue su túnica y se cayó............

-Lo que se rompió era solamente la grabación de la profecía, guardada por el departamento de Misterios. Pero la profecía fue hecha para alguien, y esa persona tiene recursos para recordarla perfectamente.

Al llegar a este punto Dumbledore hizo un movimiento con la mano y todos dejaron de ver el recuerdo. Mientras Dumbledore devolvía el recuerdo a su cabeza y guardaba el pensadero.

-Profesor Dumbledore ¿Por qué mando a Harry con los Dursley en ese estado? – le preguntó Hermione

-Cómo le dije a Harry, por la protección que tiene al estar con lo que queda de sangre de su madre, y es su tía Petunia – le contestó sereno Dumbledore

-Si, pero en ese estado los Dursley no lo iban a consolar, comprender, dar un abrazo, dar muestras de cariño y eso no lo iba a ayudar a Harry – dijo Hermione

-Eso también lo sé Hermione, pero tenía que estar allí el tiempo suficiente para estar protegido de Voldemort – dijo Dumbledore

-Al final tenía razón Sirius al no tener al margen a Harry, muchas cosas se hubieran evitado – dijo Remus triste

-Pero ven que Dumbledore, solo buscaba mantenerlos protegidos – dijo Molly molesta porque le recriminaban a Dumbledore.

-Molly nadie le está echando la culpa o recriminando... - dijo Arthur, pero no pudo terminar porque Remus lo interrumpió.

-Dime Molly ¿Cómo estarías si el que murió hubiese sido Arthur y no Sirius? o ¿Cómo se sentirían uds? – dijo Remus mirando a los hijos Weasley – y saben perfectamente que Harry los quiere como si fueran su familia, aunque a Arthur no lo vea como a un padre.

-Supongo que mal como estaría Harry – dijo Molly

-Estarían mal si, pero no como Harry, ya que son una familia por suerte numerosa y encontrarían el apoyo en sus hijos o hermanos – dijo tranquilamente Dumbledore

-Pero Harry ¿a quien tiene?, asesinaron a sus padres, tuvo que vivir con gente que lo odia, cuando encuentra a Sirius encuentra a un padre-hermano, como bien dijo Albus, al que también asesinan – dijo Remus

-¿Qué se supone que tenemos que hacer?, ¿mimarlo, estar encima de él? Para aumentar su egocentrismo – gruñó Snape

-Severus .... – dijo Dumbledore

-Sabes, no sé por que Harry no te mató cuando pudo – dijo Remus

-Será porque es un cobarde, que quería alardear – dijo mordazmente Snape

-O será que tuvo compasión de un imbécil como la tuvo su padre, o te olvidaste como te venció Snivellyus – dijo irónicamente Remus, levantándose mientras lo apuntaba con la varita.

-Remus, siéntate y guarda esa varita. Lo mismo va para ti Severus y calmense – dijo Dumbledore

-Esto nos deja más que claro que Voldemort quiere eliminar a Harry, además de restaurar su reinado de terror – dijo Kingsley

-Eso quiere decir que la profecía dice ¿como eliminar a Harry? – preguntó Ron

-No, no dice como eliminar a Harry – contestó Dumbledore

-Entonces ¿Qué dice la profecía? Prof Dumbledore – preguntó Hermione – porque es ud la persona para quien fue hecha ¿no?

-Eso mientras menos personas lo sepan mejor es, contesta tu pregunta Hermione – dijo Dumbledore esbozando una sonrisa

-Ahora solo hay que esperar que el ministro de luz verde como la dio Crouch – dijo Moody

-Esperemos que sea pronto – dijeron al mismo tiempo Kingsley y Tonks

Quedando así terminada la reunión de la orden y por lo tanto se empezaban a ir algunos de los miembros de la orden, mientras que los otros se dirigían a sus habitaciones para descansar.

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