¿Donde vive ese chico?
Capitulo 9
"Tal vez ..."
Llevaban un rato andando, el cansancio ya empezaba a invadirles. Kagome cada vez estaba mas cansada. Vacilo un momento, pues cada vez perdía mas las fuerzas. Inuyasha la cogió de la cintura, pues vio que empezaba a desmayarse. Kagome, miro a Inuyasha, poniendo la mejor de sus caras
El se acercó a su oreja, diciéndole; "Si quieres descansamos, no tengas reproche en decirlo, mi Kagome". Ella hizo un gesto de negación con la cabeza, y se cogió de la cintura de Inuyasha, acercándose mas a el, apoyando la cabeza en su pecho.
Una mañana calurosa, de Invierno, sin duda. Aunque pasearan entre árboles, podían filtrarse rayos de luz a través de sus hojas. Parecía un día de verano, pues la brisa rozaba sus rostros, haciendo aquel día, que pareciese de lo mas veraniego.
Miroku se giro un momento, y pudo observar a Kagome he Inuyasha besándose mientras andaban. Esto hizo que le entrara un poco de envidia, pues el todavía no había conseguido novia. Sango caminaba sin parar, tenia que recordar el camino perfectamente, pues si se perdían podía ser demasiado peligroso, y correrían peligro los 4. Miroku se acerco a Sango por detrás, y empezó a hablarle.
-Sango...¿Estas enfadado conmigo?¿Te he hecho algo malo?- Miroku esperaba una respuesta, pero parecía que no hubiera vida inteligente dentro de la cabeza de Sango. Por fin, dijo algo.
-¿Si lo estuviera que pasaría?- Sango cada vez andaba mas deprisa.
- No se, pregunto. Como siempre que hablo contigo, pasas de mi, pues, nu se...- Miroku se sentía decepcionado con la respuesta de Sango. Ella se percato de que estaba desilusionado. Tal vez le quería, pero ella era demasiado fuerte como para caer a los pies de un hombre. Tal vez les tenia manía desde que era pequeña, pues su padre las abandono a su madre y su hermano, cuando tan solo tenia 5 años.
Tal vez, era muchos tal vez que corrían por su cabeza...Tal vez una oportunidad...El era diferente, no tenia la misma expresión de querer utilizarla, como otros chicos que había conocido anteriormente.
-No se que me pasa Sango...Pero contigo es diferente, y tu ya lo sabes, te lo digo siempre que puedo...Me gustas mucho, y solo para lo que tu piensas, pues tu estas muy...- Sango puso cara de pocos amigos y Miroku se puso muy rojo.
- Estas muy presentable U. En serio, me gustas mucho. - Estas ultimas palabras causaron un toque de nerviosismo en Sango. Tal vez lo decía en verdad, Tal vez no..
Debería actuar, ya se lo había pensado muchas veces, y seria lo mejor.
-Miroku, pídemelo
otra vez.-
-¿El que?-
- Lo de ...sa..lir- Su palabras
fueron sonando cada vez mas majito, casi fueron ni escuchadas por
Miroku.
-¿Como?Que si quieres salir conmigo?-
-
...Si...- Sango agacho la cabeza.
-¿En serio¿? No me
vas a pegar?- Miroku cogió posición de defensa, pues
casi siempre le pegaba, por todo lo que dijera.
- No seas burro! Como te voy a pegar? No estaría bien...-Sango lo miro por un momento mientras caminaba. El corazón le dio un vuelco. Miroku sonreía. Aquella mirada no le gustaba que se la pusiera, pues le hacia volverla loca.
-No
me sonrías...- Sango miro hacia otro lado.
-¿Por
que? No te gusta que te sonría así?-
-¿Como lo sabes?- Sango volvía a latirle el corazón de aquella manera tan extraña.
-Esta claro que te gusta...Siempre que me mirabas, te sonreía así, y mirabas para otro lado. Y pensé que te gustaba, por eso, cada vez te la hacia mas, y pensé que te gustaba.- Además de ser observador, era una persona. (NT: Je je je que mala soy )
-Mas vale que bajemos por aquí, hay un pequeño atajo...- Miroku observo como cambiaba de tema...Eso hizo preocuparle un poco. Pensaba que poco a poco podría saber algo mas de es chica tan misteriosa...
Sango llamaba a Inuyasha y Kagome, para que supieran que tenían que bajar por aquí. Miroku aprovecho para bajar primero. Era una pequeña pendiente de tierra. Si no llevabas cuidado, podrías caer por ella. Inuyasha también bajo,
gracilmente, sin perder en equilibrio ni un momento.
Cuando termino, cogió a Kagome por la cintura, teniendo cuidado de que no cayera, haciendo una pequeña reverencia antes de cocerla, diciendo que era un noble caballero, si podía coger a la doncella en apuros, de una muerte segura. Ella reía por las chorradas que decía Inuyasha. Miroku les miraba poniendo cara de envidia...
Ahora le tocaba a Sango. Miroku no tenia ninguna gana de hacer el mismo pariré que Inuyasha, pues Sango le recibiría con un tortazo o algo por el estilo. Sin darse cuenta, Sango resbalo, tirandose a los brazos de Miroku.
Hubo una pequeño silencio entre ellos dos...Miroku cogía a Sango por la cintura, y ella estaba agarrada a su cuello. Miroku aprovecho para decirle al oído.
-Si no me quisieras...Te hubieras separado y me hubieras pegado..Tal vez...Podrás quererme ¿No, pero ahora que pienso...Estamos saliendo juntos no?-
Fue extraño que Sango no se separara...Tal vez, estuviera a gusto de aquella postura. Miroku se tubo que separar, pues Kagome y Inuyasha estaban jugando a cojerse y a pillarse. Ella, se quedo un tanto como decepcionada. Cogió, y se fue pasando a Miroku, sin decirle una palabra.
Pasaban por un pequeño desfiladero. No se oía ningún ruido. Miroku estaba detrás de Sango, a unos 10 metros, he Inuyasha y Kagome, ya les habían perdido hasta la vista. No era muy difícil perderse, pues era todo en camino recto. Empezaron las manos vibraciones, pues empezaba a oír un ruido que no parecía de el todo gustarle.
Miroku miro hacia arriba de el desfiladero, y pudo observa que una gran roca se dirigía hacia Sango.
-SANGO!CUIDADO!-
Miroku fue corriendo hacia Sango , haciéndola caer al suelo, los dos a la vez. Uno encima de otro. Inuyasha llego corriendo, preguntando que porque había habido un deslizamiento. Kagome miro hacia arriba, y pudo observar algo.
-Hay alguien allí arriba! Puedo verle...Tiene el pelo negro!- Aquella descripción no servia de mucho, pues mucha gente tiene el pelo negro. Inuyasha cogió a a Kagome y se fueron de allí corriendo, podían haber mas deslizamientos.
Sango seguía allí debajo de Miroku. Sin decir nada. Por fin, decidió separarse, el sabia que no le gustaba que la atosigaran.
-La próxima vez, ten mas cuidado San...Sango...¿Que te pasa?-
Estaba llorando. Le caían lagrimas por las mejillas. Miroku se preocupo, pensaba que se había roto algo.
-¿Te
has roto algo?¿Respóndeme Sango?-
- Miroku !-
Sango salto, abrazó fuertemente a Miroku. Ante la reacción de ella, no sabia como actuar.
-Soy tan tonta!Tu te portar muy bien conmigo, pero yo, en cambio, he sido una persona horrible! Siempre te he pegando, y nunca te he hecho caso..¿Por que te portas así de bien conmigo!
-Por que te quiero...-
Sango no esperaba aquella respuesta. Se separo un poco, y pudo ver su cara. Ella estaba muy llorosa por ser tan independiente ,y el, casi apunto de llorar.
-Miroku...Muchas
gracias.-
Se miraban mutuamente, alguien tenia que dar el primer
paso. Sango era demasiado vergonzosa, y se sentía una
incrédula al pensar que Miroku era como los demás.
Miroku seguía mirándola.
Los ojos azules de Miroku producían un cierto nerviosismo en ella... Nunca pensaría que podía haber estado tantas veces en los brazos de un hombre.
Si el la besaba, pensaría que era un fresco, pero si no, se quedaría con las ganas de probar sus labios.
Pero no hizo nada de las dos cosas. Se levanto, y la ayudo a levantarse, dejándola un poco atontada.
-Debemos ir con ellos, o aun se caerán a un rió .-
-Tienes razón, vallamos.-
Empezaron a andar. Miroku suspiro por un momento. Por una vez en la vida, una respuesta inteligente por parte de el. "Bien hecho Miroku" pensaba para si mismo.
Pero algo estorbó sus pensamientos de pervertido y obseso mental xD.
Sango le había agarrado por la camisa. Sus ojos miraban hacia otro lado.
-Miroku yo...-
-¿Si? Pasa algo?.- Hubo un silencio entre ellos dos.
-Puedo ... ¿cogerte de la mano? Si no te importa claro...-
Miroku sonrió. Ella seguía mirando al suelo y no puedo ver los ojos llorosos de la chica, que tarde o temprano, le confesarían su amor por el.
-¿Por qué me va importar?.-
Miroku se puso a su derecha, y le agarro de la mano. El corazón de Sango le dio un vuelco. La sensación que había tenido con el en el autobús se había vuelto diferente. Si. Estaba enamorada de el.
Pero ella, estaba segura, que se lo confesaría a su manera. Por que, no siempre las palabras son necesarias para decirle a alguien que le quieres. A veces, una mirada, una sonrisa, una lagrima, una acción, bastan para transmitir tus sentimientos hacia aquella persona que amamos.
Por fin, llegaron a aquella casa, donde estaba un hombre esperándolos para llevarlos. El camino fue de lo mas tranquilo.
Miroku se sentó al lado de Sango. A ella no le importo en absoluto. Cuando ya llevaban un rato, el rodeo con su brazo los hombros de la chica, a la cual, ella respondió mirando al suelo, haciendo una leve sonrisa, acompañado de un leve sonrojo.
Llegaron a la ciudad donde deberían acudir. Kagome recordó el nombre de el hotel, y decidieron ir allí.
