Disclaimer: el mundo de Harry Potter pertenece a J. K. Rowling, y el mundo de "Jonathan Strange y el Señor Norrell" pertenece a Susana Clarke.
Por otra parte, habrán Spoilers de Harry Potter y el príncipe mestizo (o Harry Potter y el misterio del príncipe como lo han llamado en España)
¡Ah! Me olvidaba comentarlo, esto va a ser Slash, que conste que he avisado, no quiero recibir reviews reclamándome que haya juntado a Harry y Draco.
EL REY
CAPITULO 2 - EL FUGITIVO
"- Recuerda esto Mi Niño - le decía Madre arrodillada delante suyo con las manos en su cara obligándolo a mirarla - sólo hay un rey para los ingleses del norte, llevas mi sangre y la sangre de mis padres por ello debes serle leal sólo a ese rey, sólo debes arrodillarte ante él. Tu padre es del sur, por ello se posó ante ese loco, en aquel entonces todavía no nos conocíamos.
Pero tu mi Pequeño, sólo debes bajar la cabeza ante el Rey del Norte, el Rey Negro, el Rey Cuervo, da igual el nombre que le des, es la misma persona, todos los que tenemos sangre del norte debemos arrodillarnos ante él porque le pertenecemos, así como le pertenecen los ríos y la tierra..."
Draco despertó lentamente de aquel sueño de una infancia ya muy lejana.
El amanecer iluminaba todo el cielo con tonos anaranjados pero a él le daba igual. Sólo tenía una cosa en mente.
Se desperezo y se miro el brazo: la marca oscura relucía en su brazo de forma siniestra. Había probado multitud de cosas para ocultarla, pero no desaparecía. Opto al final por vendársela.
La habitación en la que vivía, al igual que toda la mansión, estaba en ruinas. Los muros y el techo aun aguantaban en la mayor parte de la casa, que era donde el vivía. Pero la vegetación cubría toda la mansión.
Pero las plantas eran sus aliadas.
Por eso Draco no hacia nada por remediarlo, quizás también porque la casa reflejaba su estado de animo, quizás por lo que Madre le había dicho alguna vez.
"- Las casas en ruinas pertenecen al Rey Cuervo, mira esta casa Bebé, en ella habita el espíritu de nuestro Rey"
Draco estaba tranquilo.
Nadie lo buscaría allí. Porque nadie podría imaginar que el mimado y arrogante heredero de los Malfoy viviera en una mansión en ruina. Pero ese Draco había muerto.
Después de todo lo ocurrido Draco había optado por alejarse de aquellos que le daban asilo, y esconderse por su cuenta de aquellos a los que había traicionado.
A veces todavía soñaba con el cadáver de Madre.
"- No puede estar muerta... no puede... yo la protegía..."
Draco no era valiente, no era un Gryffindor, tenía miedo, por eso se escondía.
Shadow House era el lugar perfecto para esconderse.
La antigua magia actuaba en la casa, su ultima propietaria así lo había querido, y por ello había dejado que el lugar se derrumbara, y así el Rey Cuervo protegía la casa. Por eso la casa pasaba desapercibida a la mirada incluso de la mayoría de los magos, sobretodo teniendo en cuenta de que la mansión no estaba en el reino del Rey Cuervo (la casa estaba en Inglaterra del Sur, en Wiltshire)
Tampoco no lo buscarían allí porque estaba demasiado cerca de la mansión Malfoy, la cual podía ver en la lejanía si miraba por la ventana. Draco estaba seguro de que creían que había huido lo más lejos posible.
Voldemort controlaba toda la magia de sus sirvientes, así que Draco había abandonado la varita y se aprovechaba de las antiguas alianzas del rey. Todas las grietas habían sido tapiadas por las ramas de los árboles, y la nieve acumulada encima preservaba el calor dentro.
Las plantas eran sus aliadas. Todavía recordaba la canción que Madre le cantaba respecto a las alianzas que las plantas y el Rey Cuervo habían hecho.
"- La hiedra prometió maniatar a los enemigos de Inglaterra,
el escaramuzo y la zarza prometieron azotarlos,
el espino dijo que respondería a cualquier pregunta,
el abedul dijo que haría puerta a otros países,
el tejo nos trajo armas,
el cuervo castigo a nuestros enemigos,
el roble vigilo los montes lejanos,
la lluvia lavó toda la tristeza."
Draco puso los pies en el suelo y un temblor sacudió todo su cuerpo, el suelo estaba helado y él estaba descalzo. Cogió unos calcetines del montón de ropa que tenía acumulado en el suelo y se los puso, también se puso unos tejanos y una camiseta roja. Odiaba esa camiseta, pero era la más calentita que había podido robar en el pueblo cercano. Así sobrevivía: robando.
No.
Realmente Draco ya no era el mismo de antes.
Se puso un abrigo encima de toda la ropa, y unas botas, Draco solía tener frío incluso cuando los demás tenían calor, por esa razón lo había pasado muy mal en las mazmorras.
"- ¿Tienes frío, Mi Pequeño? Ven, te pondré un hechizo calorífico"
Draco se golpeo la cabeza contra una pared. Debía dejar de recordar constantemente a su madre, hacia ya más de medio año que había muerto, y la echaba mucho de menos. Ni siquiera había podido ir a visitar su tumba.
"- Descansa en paz Madre - dijo Draco echando la tierra encima del ataúd en el que dormía para siempre Narcisa Malfoy - viviré Madre, tal como tu quisiste, las ultimas palabras que me dijiste estarán siempre presentes en mi vida, viviré tal como me inculcaste de pequeño, serviré al Rey Cuervo, haré uso de tus enseñanzas y te vengare"
Y tanto que la vengaría, aunque todavía no sabía como. Voldemort sería destruido, y Draco contribuiría a ello. Voldemort no debía haberla matado, no tenía razón para matarla. Draco había callado para proteger a su madre, y había sido condenado a Azkaban junto a su padre.
Pero su cadáver había aparecido en la puerta del ministerio.
"- ¿Mamá? - dijo Draco al ver el cadáver de su madre siendo trasladado por dos medimagos - ¡Mamá! - dijo soltándose de los dos aurores que lo escoltaban al tribunal y abrazándose a su madre - mamá... tu corazón... su corazón no late... - dijo mirando a los dos medimagos - no puede estar muerta... no puede... yo la protegía..."
Después de eso Draco había traicionado a Lord Voldemort revelando todo lo que sabía. Por eso y por ser todavía menor de edad, a Draco le habían retirado los cargos. Y después había decidido huir, no iba a confiar en la Orden del Fénix, podrían haber espías del Lord dentro de ese organización, tal y como Severus lo había sido.
"- ¿Sabes Draco? Todos los de la Orden del fénix son unos idiotas, creyeron en mi, sólo porque Dumbledore creía en mi"
Y ahora se escondía en Shadow House.
"- Mira bien esta mansión Mi Vida - decía Narcisa mientras paseaban junto a Lucius por los abandonados jardines de Shadow House, cada uno le cogía de una de sus pequeñas manitas - es uno de los lugares más mágicos de Inglaterra, sólo porque Maria Absalom, su dueña, dejo que la casa se deteriorara, y ¿sabes? murió a la edad de 149 años, esto es parte del poder del Rey. Las casas en ruinas pertenecen al Rey Cuervo, mira esta casa Bebé, en ella habita el espíritu de nuestro Rey"
Draco sonrió mientras bajaba unas deterioradas escaleras, todavía recordaba aquel día con perfecta claridad.
Había sido uno de los días más felices de su vida.
Padre había decidido no ir a trabajar, y Madre quiso mostrarles aquella casa que había encontrado durante sus largos paseos. Ella estaba segura que era Shadow House, la casa desaparecida en el olvido, y cuando atravesaron la reja que rodeaba el jardín Draco sintió un cosquilleo en todo su cuerpo, y sintió el aroma adormecedor de las flores, y sintió que la magia del lugar le hablaba.
A partir de aquel día Draco había podido acceder a la magia del Rey Cuervo.
"La magia será escrita en el firmamento por la lluvia, pero ellos no sabrán leerla;
la magia será escrita en las caras de las colinas rocosas, pero sus mentes no podrán contenerla;
en el invierno los árboles desnudos serán los signos de una escritura negra, pero ellos no la entenderán..."
Así rezaba una antigua profecía escrita de la mano del mismo rey en su libro. Otro mago dijo unas palabras parecidas referentes a la perdida magia del Rey Cuervo.
"- El árbol habla a la piedra, la piedra habla al agua. Diles que lean lo que esta escrito en el cielo ¡Diles que pregunten a la lluvia! Todas las antiguas alianzas de John Uskglass, el Rey Cuervo, subsisten"
Todavía recordaba la pasión con la que Madre le contaba eso.
Sus mejillas encendidas, las manos extendidas hacia el cielo, el calor que se desprendía de su cuerpo. Y Draco sentado encima de las rodillas de Padre, que sonreía cariñosamente mirando a su esposa.
Draco llego a la estancia donde guardaba la comida. Antiguamente había sido la cocina donde vivían los siervos, un sitio donde el antiguo Draco nunca hubiera entrado, pero que resultaba más caliente que el enorme comedor que nunca llegaba a calentarse. Con unas palabras y posando su mano sobre una de las velas, una pequeña llamita se encendió.
Lo único bueno que Draco encontraba del frío es que conservaba los alimentos, así que la comida le aguantaba varias semanas sin hacerse mala. Cogió un queso y algo más de embutido y comenzó a comer. La verdad es que le apetecía algo caliente en el estomago. Quizás al mediodía bajaría al pueblo y con sus ágiles manos sustraería algunos monederos y se podría pagar una buena comida.
Draco acabo de comer y salio de la mansión y se paseo por el jardín helado. Le gustaba pasear por allí después de almorzar, era una costumbre que Madre tenía, y era una manera de inmortalizarla. Estalactitas de hielo colgaban de los árboles, y las huellas de sus pasos el día anterior ya se habían borrado, parecía que nunca nadie había pasado por allí. Hacia frío, tanto fuera como dentro suyo.
El mismo se había helado, su corazón se había congelado, ya nada podía sentir exceptuando la venganza, eso era lo único que calentaba su cuerpo.
"- No vayas Draco, tengo un mal presentimiento, Mi Niño... quiero que sepas una cosa, te quiero, eres lo más importante de mi vida, haría cualquier cosa por protegerte..."
Madre quería protegerlo, y él quería protegerla a ella.
Por ella estaba dispuesta a ir a Azkaban.
Al igual que Padre había ido por protegerlos a los dos.
