Todos los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi la grande!

HERMANOS

El dolor en mi alma…

Las cosas se han complicado admirablemente.

Kikyo ha muerto.

Los siete Guerreros, el Santo Higushi, El monte de las ánimas… Náraku…

Y ahora, para su gran desgracia, Náraku ha vuelto más poderoso, ya que su corazón se ha apartado de él. Un bebé albino es el resultado de sus metamorfosis.

Y Kikyo ha muerto.

Inuyasha casi olvidó todo lo pasado, por el odio que sintió hacia su hermano al comprobar que él no la había ayudado. Pero a pesar de eso, Sesshoumaru no aceptó el desafío, y solo le dijo que en vez de usar su energía para reprocharle, mejor buscase a su enemigo, quien la había matado.

Y también cargaba con el remordimiento de casi haber perdido a Ahome… aunque ella lo perdonó, le dejó bien claro que sabía que nuevamente se iría corriendo… cuando hubiese la más mínima esperanza de encontrarla con vida…

A Sesshoumaru le afectó ver el dolor de su hermano. Pero tantos siglos de absoluto autocontrol no le ayudaron. Así que solo se retiró para darle tiempo. Después le encontraría para arreglar cuentas…

-Inuyasha… -Miroku observa preocupado a su amigo – por favor…

-Que pasa Miroku?

-Solo quiero que sepas que cuentas con nosotros… ¿somos un equipo no?

-Keh! Estoy bien!

-No es verdad –esta vez, Sango es la que le habla –todos nos damos cuenta

-Sí, Inuyasha! No nos puedes engañar! –Shippo abraza una de sus piernas

-Déjenlo… necesita pensar a solas –Ahome los sorprende con esto, lo cual hace que al fin, todos se pongan de pie, y se dediquen a sus tareas, reales o imaginarias.

Inuyasha salta hacia un promontorio rocoso, sentándose en la cima, con una rodilla flexionada hacia su cuerpo, y el brazo apoyado en ella. Su frente se apoya por fin, sobre su antebrazo, donde todo su dolor amenaza con salir en forma de lágrimas.

Un extraño sonido proviene del bosque a sus espaldas… todos se ponen alerta… pero solo sale Rin…

Otra vez seguida de Jaken

Rin, la pequeña acompañante de Sesshoumaru, se dirige hacia las muchachas, regalándoles sendos abrazos, Jaken se acomoda en un árbol cercano, mientras que los demás miran interrogantes al sapillo.

-No me pregunten, el amo Sesshoumaru nos guió hasta aquí, y luego desapareció. –Jaken se encuentra muy ofendido por tener que convivir de nuevo con estos tontos humanos.

-Sesshoumaru-sama se encontraba muy pensativo por algo… -Rin no tiene tantos remilgos – ¿¿podemos comer con ustedes? Yo se pescar muy bien!

-Claro Rin! –le contestan

La velada transcurre tranquila, excepto por el constante malestar de la incertidumbre. Inuyasha vigila desde su atalaya, pero nada teme.

El olor de su hermano lo rodea todo el tiempo…

-Me pregunto cuando saldrás, Sesshoumaru… - murmura para sí

-Me preguntaba cuando me llamarías… -La grave y profunda voz proviene de algún punto a sus espaldas – ¿sigues sufriendo por esa sacerdotisa?

-¿Por que lo preguntas? ¿No fuiste tú quien me dijo que no le importaba que tipo de relación tuviera con ella? – no hay reto en su tono de voz, solo curiosidad

Entonces, aparecen a su costado izquierdo, la estola y las piernas de su hermano mayor… quien toma asiento justo a su lado, en una posición bastante relajada… sus brazos casi se rozan. La estola cae al suelo, tras ellos.

Una brisa vespertina agita las mangas del haori del Youkai, que terminan azotando suavemente el pecho del hanyou. Éste lo aparta con cuidado, dejando la tela hacia atrás. Sesshoumaru observa la operación con toda calma. Sus cabelleras se mezclan, dejando ver las pequeñas diferencias de tonalidad entre ellas.

-Ese haori… –dice Sesshoumaru, mirando el rojo traje de Inuyasha

-Sí, nuestro padre me lo heredó…

-Lo sé… no se cuantas veces lo ví con él

-¿Lo usaba acaso?

-Poco… en el palacio… o cuando peleamos con los demonios del fuego…

-¿Entonces nuestro padre lo llevó puesto alguna vez?

-Ya te dije…

-¿¿Que pasó con esos demonios?

-Bueno… su fuego era distinto… los mas poderosos se habían reunido junto a nuestro padre, el General Perro, pero muchos murieron allí. Así que para vencerles era necesario matar al líder, que poseía el cofre donde habitaba la fuente de su poder… para acercarse, necesitaba algo más que solo sus espadas… así que se puso ese haori, y se lanzó sobre el jefe. Lo mató y en el proceso mató al ángel preso en el cofre… Ese haori lo protegió de las llamas…

Unos minutos pasaron, en completo y acompañado silencio

-¿Tu estuviste con él en todas sus batallas?

-No… muchas se libraron antes de que yo naciera. Y algunas, mientras crecía… no se me dejaba ir.

-Ya veo… al menos tu estuviste con él… yo ni siquiera lo conocí.

-Pero ya lo has conocido…

-Sí… cuando vencimos a Souunga –Inuyasha cambia su expresión, a una mas dulce- es un ser imponente… pero

-¿Pero no es lo mismo que haberle tratado?...

-Hai – un suspiro doloroso refuerza lo dicho

-Entonces… dime… ¿Aún sufres por ella?

-Nunca entenderás el corazón humano, Sesshoumaru… si, aún sufro, y hasta que me reúna con ella, no dejaré de sentirlo…

-Puedo reunirte con ella ahora mismo! –ruge Sesshoumaru en un arranque de ira – nada detesto más que a los que se rinden por los sentimientos!

-Los sentimientos no hacen que te rindas… te hacen fuerte… no dije que quería morir... – Inuyasha le sostiene la mirada, hasta que el youkai toma una expresión más calmada – solo dije que viviría con éste dolor en mi alma…

-Hm

-¿Por que no la ayudaste?

-Tampoco lo entenderías, hermano, aún nos falta mucho para eso…

-Bueno, tal vez, algún día me lo digas…

-Tal vez…

Siguieron un rato sentados, cerca uno del otro, sin hablar, sin mirarse, solamente haciéndose compañía, mientras que abajo, ambos grupos los observaban con una mezcla de asombro e incredulidad. El grupo de Inuyasha sentía algo parecido a la felicidad… Rin entendía más de lo que quería expresar, y Jaken buscaba la forma menos dolorosa (por que, eso sí, no le gustaba el dolor) de suicidarse…

A pesar de que siguieron con sus tareas y charlas, constantemente les miraban de reojo…

-Cuanto se parecen! ¿Verdad? –Dijo al fin Sango

-Sí… pero si los estudias bien, Inuyasha tiene un mayor parecido con su padre… -Miroku había prestado gran atención al espíritu de Inu-no-Taisho

-Sesshoumaru es sumamente bello, tal vez sus facciones delicadas y sus marcas provengan de su familia materna… pero aún así, es increíble como se parecen…-Ahome les miraba con gran atención

-Incluso en el carácter! Ambos son tan tercos! –Grita Shippou – y fuertes!

- Sesshoumaru-sama tiene un gran corazón… ¿Inuyasha-sama es igual de bueno?- pregunta Rin, sonriente

-Sí, querida Rin, Inuyasha tiene un gran corazón… porque el suyo es humano… -le contesta la sacerdotisa – es por eso que él es tan bueno, y tan noble, y se preocupa por nosotros…

-Tanto, que no le importaría morir por salvar a cualquiera de los que le acompañamos… - Miroku acaricia la cabeza de la nena, mientras habla

-Igual mi Sesshoumaru-sama! A él le preocupamos mucho! Incluso le preocupa Jaken, que siempre está enojado, y da mucha lata! No le importaría morir…

-Eso es, Rin tonta, por que nadie le puede quitar nada que le pertenezca al Amo Sesshoumaru! El te cuida por que tu le perteneces! No por que te quiera, niña tontaaa! –Grita Jaken, furioso.

En eso, un tronco alado se estrella justo en la cara del pequeño demonio verde, aplastándole y enviándole al suelo… todos miran anonadados en la dirección en que llegó el arma voladora, y se encuentran con la molesta mirada del hermoso demonio de blanco… pero la mirada estaba dirigida únicamente al impertinente monillo, que ahora se recuperaba del anterior desmayo… al ver los áureos ojos de su enfadado amo, prefirió volver a desmayarse.

Inuyasha sonreía ante esta extraña exhibición… fue bastante cómico oír al sapillo gritando, para entonces sentir el cambio en el aura que rodeaba a su hermano, el cual solo movió ligeramente un dedo… pero en su actitud, cualquiera diría que podía haber movido un mundo…

-¿Debo entender, hermano, que quieres a esa niña?

-No

-¿Entonces es tu propiedad?

-No

-¿Otra vez con monosílabos?

-Hm

-Vamos empeorando…

-No te metas en lo que no te importa, Inuyasha

-Eso está mejor…

-Es hora de que me vaya… - se pone de pie

-Esta bien… ¿Sesshoumaru?- imitando el movimiento de su hermano

-¿Que? - Ahora, ambos se encuentran muy cerca, frente a frente, el espacio de la cornisa es pequeño… el pelo del mayor roza continuamente el rostro del menor…

-Yo… quisiera… - La mano de Inuyasha se eleva un poco, pero se detiene en el aire…

-¿Que? Termina la frase… -Sesshoumaru entrecierra los ojos para observarle mas profundamente

-Siento lo de… tu brazo… de verdad –Inuyasha baja la mirada, un poco apenado- quisiera…

-No, fue una lección… un verdadero guerrero aprende de todas las cosas… -Sesshoumaru levanta su brazo y lleva su mano al rostro del hanyou, al mentón, para levantarle, de modo que se encuentren las miradas de nuevo – mejor que fueras tú…

Solo quiero hacer mención de las caras que ostentaban todos los presentes… simplemente, la palabra shockeados, no aclararía el punto… petrificados, estáticos, anonadados, impactados, infartados… y todo adjetivo, no alcanza a describir el sentir del grupo… no alcanzaban a escuchar la conversación… pero podían ver todo…

Las bocas y los ojos como platos… con el cuerpo tenso, a punto de romperse algún hueso… el silencio sepulcral con el aire contenido en los pulmones… tenían miedo hasta de respirar…

Inuyasha levantó entonces su propia mano, y rozó con la punta de los dedos el contorno del rostro de Sesshoumaru, cuya mano aún se encontraba sobre su mejilla… ambos se sonrieron levemente…

Sesshoumaru dibujó, con ayuda de la imaginación, el delicado dibujo de las marcas de Inuyasha, de cuando se convertía en bestia…

Inuyasha recorrió con sus dedos las purpúreas líneas del rostro de Sesshoumaru

El gesto cesó tan repentinamente como había iniciado…

El hanyou retiró su mano

El Taiyoukai detuvo su caricia.

Ambos saltaron al suelo, ágiles, para reunirse con sus camaradas, quienes estaban en un estado de apoxia severo, ya en un bonito pero poco saludable tono morado… al fin, al verles llegar al suelo, soltaron el aire, y se recuperaron del susto…

-Rin, Jaken

-¿Si amo? –Responde la alegre pequeña

-Vamos

-Si! – Rin de gira para despedirse de sus amigos –Hasta pronto!

-Hasta luego, Rin-chan! –Le responden

Sesshoumaru y su comitiva se internan nuevamente en el bosque, perdiéndose de vista rápidamente…

-Inu… -El inicio de la frase fue cortado inmediatamente por el aludido

-No! que quede bien claro… no quiero que esto se mencione nunca más… ni una sola palabra, ni una sola pregunta! –Inuyasha luce terriblemente determinado

-HAAAAAIIIIII! - responden al unísono…

Durante el transcurso de la madrugada, cuando todos dormían pesadamente, Inuyasha se acerca a Ahome, y la despierta cuidadosamente…

-¿Ahome? –Susurra –¿Ahome?

-¿Inuyasha? –Pregunta modorra

-¿Puedes venir conmigo? –El muchacho la mira con ojos de desesperación

-Claro! –Ahome despierta por completo al ver esa mirada

El joven hanyou la toma en sus brazos y la lleva a un árbol, sentándose en una gruesa rama a varios metros del suelo… ella le mira inquisitiva, y preocupada…

-¿Que pasa Inuyasha?

-Ven… hace frío –Inu la arropa con su ahori, apretándola contra su pecho

-Inuyasha… -Ahome corresponde el gesto, pasando sus brazos alrededor de la cintura del hanyou, y enterrando su cara en su hombro – ¿que te pasa?

-Ahome… yo… yo odié a Sesshoumaru por mucho tiempo… luego… algo pasó… no estoy seguro… pero dejé de odiarle… incluso… creo que…

-¿Qué? Dilo –Ahome siente una gran ternura

- creo que… empecé a respetarle

-¿Y?

-Pero cuando murió Kikyo, y él no hizo nada para salvarla, quise matarlo, como nunca…

-Inuyasha –Ahome siente como mil dagas se le clavan en el alma

-Pero ahora, no lo se… todo ha cambiado de nuevo…

-El vino por que ha estado muy preocupado por ti desde esa vez, Inuyasha… no es muy expresivo… supongo que no te dijo gran cosa en esa ocasión ¿verdad?

-No, no me dijo nada al respecto… pero… Ahome...

-¿Que ocurre?

-Ahome… su gesto… fue…

FLASHBACK

-Es hora de que me vaya… - se pone de pie

-Esta bien… ¿Sesshoumaru?- imitando el movimiento de su hermano

-¿Que? - Ahora, ambos se encuentran muy cerca, frente a frente, el espacio de la cornisa es pequeño… el pelo del mayor roza continuamente el rostro del menor…

-Yo… quisiera… - La mano de Inuyasha se eleva un poco, pero se detiene en el aire…

-¿Que? Termina la frase… -Sesshoumaru entrecierra los ojos para observarle mas profundamente

-Siento lo de… tu brazo… de verdad –Inuyasha baja la mirada, un poco apenado- quisiera…

-No, fue una lección… un verdadero guerrero aprende de todas las cosas… -Sesshoumaru levanta su brazo y lleva su mano al rostro del hanyou, al mentón, para levantarle, de modo que se encuentren las miradas de nuevo – mejor que fueras tú…

Inuyasha levantó entonces su propia mano, y rozó con la punta de los dedos el contorno del rostro de Sesshoumaru, cuya mano aún se encontraba sobre su mejilla… ambos se sonrieron levemente…

Sesshoumaru dibujó, con ayuda de la imaginación, el delicado dibujo de las marcas de Inuyasha, de cuando se convertía en bestia…

Inuyasha recorrió con sus dedos las purpúreas marcas del rostro de Sesshoumaru

El gesto cesó tan repentinamente como había iniciado…

EL hanyou retiró su mano

El Taiyoukai detuvo su caricia.

FIN DEL FLASHBACK

-Ahome… su gesto fue…

-Que? Ya dime! Que me matas!

-…

-Fue… ¡UN GESTO DE MI PADRE!

-Que!

-Cuando lo hizo, pude oír en mi cabeza su voz… decía:

"no trataste a nuestro padre, tal vez algún día… podamos hablar… que sepas de quien eres hijo… pero por ahora, solo necesitas saber como acostumbraba mostrar su afecto… a mi… a mi madre… luego a tu madre… "

-Dios! –Ahome lloraba de la emoción

-Luego… hizo eso… yo… Inuyasha se encontraba al borde del llanto – Ahome… fue como sentir a mi padre!... fue como estar con mi padre!

-Inuyasha! Me siento tan feliz por ti! –Ahome al fin había entrado por completo en el corazón del hanyou, eso la hacía mas feliz, que si le hubiese declarado su amor – Estoy tan feliz por los dos!

-Aunque el dolor en mi alma sea intenso… siempre tendré esto para consolarme… y…

-Siempre me tendrás a mí… ¿lo sabes también verdad?

-Tú eres quien sana las heridas de mi corazón, Ahome…

-Gracias, Inuyasha… yo solo quiero… yo solo deseo que seas feliz…

-Eso ya lo sabía –El muchacho le sonríe con dulzura, acercando un poco su rostro al de ella

Poco a poco, Inuyasha se arma de valor, y acorta el espacio que les separa, llevando su boca hacia la de ella, buscando sus labios… cuando al fin se unen, todo el dolor, toda la desesperación del hanyou desaparecen. El remordimiento por Kikyo se borra para dar cabida al sentimiento de completa paz y tranquilidad que le proporciona la boca de Ahome… el beso se vuelve apasionado y se alarga durante varios preciosos minutos, siendo ella quien lo rompe suavemente…

-Inuyasha… aishiteru…Inuyasha –Ahome susurra llenando con su aliento la boca del joven

-Te quiero…Ahome…mi Ahome…-responde, bebiéndose sus suspiros.

El beso se termina entre suspiros entrecortados, para acomodarse tiernamente uno en brazos del otro… cuando se disponen a dormir, así, abrazados, confiada una, feliz el otro… el le habla con el alma…

-Ahome… no importa cuanto tarde… no importa que suceda ahora… estaremos juntos, renaceré a tu lado… te amaré como te mereces… espérame

-Si, Inuyasha… sabes que lo haré…

Caen dormidos, en completa paz, anhelando la llegada del nuevo día, para buscar al maldito que los ha tenido con el alma en vilo desde hace tanto, para acabar con esta cruel batalla… y por fin… vivir el amor…

Sesshoumaru se queda vigilando a sus dormidos acompañantes… el frío hace tiritar a la pequeña Rin… cuando él lo nota, la toma en brazos y la envuelve dulcemente con su estola, como si de una bebé se tratara… ella sonríe y se arrebuja más en la suave prenda… Jaken es movido también y puesto en un extremo de la misma, para que entre en calor…

El Taiyoukai, el gran demonio perro… el poderoso, el invencible, ahora es solo un padre preocupado… un hermano orgulloso… un hijo digno… un recuerdo viene a su mente.

Flashback

-¿Debo entender, hermano, que quieres a esa niña?

-No

-¿Entonces es tu propiedad?

-No

-¿Otra vez con monosílabos?

-Hm

-Vamos empeorando…

-No te metas en lo que no te importa, Inuyasha

-Eso está mejor…

Fin del flashback

El Taiyoukai sonríe ante el recuerdo de la risa de su hermano menor…

-No Inuyasha… no debes entender nada… solo debes estar seguro –Dice mientras acuna a la niña en sus piernas – debes estar seguro de ello… y esa mujer… esa mujer curará tu dolor… y yo estaré ahí… ya lo verás…

CONTINUARÁ

Graciaaas! Gracias a todos los que me envían reviews! Vioinu, traté de contestarte, pero me rebotó tu correo, así que te agradezco por aquí… a todos los demás, ya saben queridos míos, que me contactaré por mail… gracias, y esto me anima a seguir!

Un abrazo a todos…

P.D. no va a ser ni Shounen-ai ni Yaoi!