LADRÓN- Capítulo 1

-De acuerdo Rockbell, este es el lugar. El número 230. Ve y preséntate tú sola. Yo iré con Riza a aparcar el coche y estaré contigo dentro de un minuto.

Winry Rockbell salió del impecable coche de Roy. Estaba lloviendo ligeramente, por lo que corrió hasta los escalones principales de este elegante departamento.

Llamó al timbre y esperó. Entonces se dio cuenta que no sabía ni siquiera el nombre de aquel tipo. Lo único que sabía era que Mustang le había ofrecido para ser su esposa por durante algunos días. Sonaba algo complicado pero resultaría interesante. En el pasado había hecho gran cantidad de trabajos en los que había tenido que adoptar otra personalidad pero, tras unirse al equipo de trabajo de Roy, un año antes, había trabajado normalmente sola. Aquel caso podía ser un agradable desafío. Tal vez, incluso fuera divertido y sería una buena preparación para trabajos venideros.

Volvió a llamar el timbre de la puerta. Como la lluvia empezó a arreciar, se arropó más en el chal de pedrería que llevaba a los hombros. Vamos, abre la puerta

Roy también le dijo que sería usada como sebo para un ladrón a quien le gustaba seducir a sus víctimas antes de robarlas. Aquella parte no sería tan divertida, pero sabía que podría realizarlo. La experiencia la habían hecho muy buena en su trabajo.

-Maldita sea –musitó, apretando el timbre una vez más.

Podía ser una mujer dura cuando era necesario, pero no le gustaba esperar bajo la lluvia sin una buena razón. Si no entraba en la casa pronto el vestido que llevaba se llenaría de arrugas.

Muy irritada miró hacia la acera. ¿Dónde estaba Roy? ¿Estaría aquél tipo en casa? Según Roy le había dicho, aquel hombre se había dirigido a su casa directamente para ducharse después de haber realizado un trabajo, pero ¿Dónde estaba? Si era tan urgente que ella le conociera aquella noche ¿Por qué no estaba él para abrirle la puerta y recibirla con los brazos abiertos?

Siguiendo un impulso, tomó el picaporte de la puerta y lo giró. La puerta estaba abierta. Más sorprendida de lo que había supuesto, vio como la puerta se quedaba entreabierta. Nunca había esperado que estuviera abierta Menudo idiota, si ni siquiera cierra la puerta. Bueno, ¿y ahora qué?

-Hola –exclamó ella, asomándose por el hueco de la puerta. No hubo respuesta. Sin embargo, las luces estaban encendidas y había música-. He venido con Roy Mustang y me estoy empapando aquí afuera –añadió, poniendo un pie en el umbral-. Por eso voy a entrar.

De pie a la entrada de un salón, tenuemente iluminado, rezó porque no se hubiera equivocado de piso.

-Min, ¿Eres tú? –preguntó una voz masculina.

-No, no soy Min –respondió ella, más firmemente convencida de que se había equivocado de piso-. Estoy aquí con Roy.

Apenas había terminado de decir aquella frase cuando un hombre apareció en lo alto de un pequeño tramo de escaleras, vestido únicamente con una toalla azul alrededor de la cintura. Lo primero que notó era que tenía un cuerpo estupendo, ligeramente musculado, que eran los que más le gustaban. Lo segundo que notó fue que…. Era Edward.

No lo había visto desde hacía muchísimo tiempo, cuando salió en el periódico de los militares como el gran "salvador" de la noche, en uno de los tantos casos que le fueron asignados. Y seguía tan atractivo como entonces. Cuando sus ojos se cruzaron, el corazón de Winry se aceleró con los recuerdos que tenía de él. Con mucho esfuerzo logro tranquilizarse. Entonces, tragó saliva.

-Oh, no –dijo Edward sacudiendo la cabeza-. No es posible. No puede ser. Por favor… dime que no eres la mujer que me envía Roy-. Añadió riendo de pura desesperación e incredulidad.

Aquello hizo que Winry se sintiera iracunda. Tal vez había estado enamorada de él, pero eso no significaba que ella se alegrara de verlo más de lo que él se alegraba de verla a ella.

-De hecho, así es.

-Esta es mi peor pesadilla –musitó él, bajando las escaleras- ¿Pero cómo demonios es que ahora trabajas para los militares?

-Pues, tú no eres el único que puede hacer algo productivo de su vida.

-Espera, espera… ¿De que demonios hablas? ¡Tú no deberías estar aquí, deberías estar en casa encargándote de.. de… de todas tus cosas!

-¿Todas tus cosas? ¡A qué rayos te refieres!- Le habló tratando de encubrir todas sus emociones encontradas.

-¿Cómo que a que me refiero?... Tú…Tú…. ¡Tú simplemente no puedes, no debes de estar aquí!

-Tú tampoco eres exactamente a quien yo habría elegido en primer lugar como acompañante –le espetó ella-. Ni en segundo lugar, ni siquiera en el décimo.-En realidad, todavía no sabía a que cosa era lo que se refería Ed, en todo caso, ella es la que debería de estar enojada, a fin de cuentas, todo lo que había esperado por él, había sido en vano.

-¿Te estás quejando por tener que trabajar conmigo? ¡No me lo creo!

-Bueno, pues créetelo. Y yo que creía que no volvería a verte. ¿Qué diablos te ha hecho regresar?

Aquello le resultó sumamente doloroso… ¿Cómo decirle que había hecho hasta lo imposible por regresar con Al, para poder estar junto a ella? Siendo que ella le había pagado de una muy mala manera.

-No hay suficientes motivos por los cuales quedarse allá, la Alquimia principalmente.

Winry contuvo el aliento ¿Cómo se atrevía? ¿Eso era todo por lo que había regresado?

-¡Basta ya! ¿Qué diablos está pasando aquí? –la poderosa voz de Roy hizo que tanto Edward como Winry se voltearan a mirarlo. En la puerta de la entrada, tenía los ojos muy abiertos y el abrigo empapado.

-Se les oía desde la calle. Y Edward… ¿Qué estás haciendo exhibiéndote con una toalla?

-Roy, tienes que conseguirme otra mujer.

-¿Qué hay de malo con ésta? –Preguntó Roy apuntando hacia Winry con las manos extendidas.

-Simplemente la considero alguien poco capaz.

-¿Cómo? –replicó Roy confundido-. Es una excelente investigadora, Acero. Y la más adecuada que tengo en estos momentos, tendrá que valerte.

Edward sabía muy bien que todo esto debió de haber estado premeditado por Mustang, haciendo que su estómago se revolviese más.

-Esta mujer –intervino Winry- No es un trozo de carne encima de una tabla de la carnicería, está aquí delante de ustedes, así que tal vez podrían dejar de referirse a ella en tercera persona.

-Tú acabas de hacer lo mismo –Dijo Edward.

-Solo para causar efecto. ¿Ves lo horrible que suena?

-Sigo sin saber porqué no estás vestido –señaló Roy.

-Estaba en la ducha –respondió Edward-, y ella entró sin llamar. Tal vez si yo fuera un sospechoso sería diferente, pero…

-¡He llamado al timbre tres veces!

-Vamos Roy –observó Edward sin prestar atención a aquel comentario-. Consígueme a otra. Quién sea.

-Ya te he dicho que no hay nadie más. Sólo tengo otras dos mujeres que encajan con el perfil que me diste, pero están ahora mismo ocupadas en otros casos igual de importantes. Mira, Winry hará un buen trabajo… Nunca me ha defraudado.

Edward la miró con los ojos llenos de crítica.

-Que nunca te ha defraudado, ¿Eh? –replicó Edward, como si no creyera una sola palabra.

-No.

-¿y Riza?–respondió Edward, sin apartar la mirada de ella.

-¿La teniente que tiene que ver? –añadió Mustang.

-¿No puede ella echarme la mano en este trabajo?-. Le preguntó añoranzadoramente

Por un momento pareció que al Alquimista de la flama se le hubieran encendido los ojos, tomando una tonalidad rojiza, poco usual en él.

-Sabes muy bien, Acero, que la Teniente Hawkeye única y exclusivamente trabaja para mi -. Algo en el tono de Mustang hizo que Edward no quisiera seguir con su obstinada idea.

Entonces vio que Edward empezaba a sacudir la cabeza. Seguía sin interesarle la versión de la historia de Winry, a pesar de que habían pasado cuatro años.

Winry decidió que no iba a perder el tiempo intentando que él la escuchara y le aclarara el porqué había actuado como actuó en aquella ocasión, ya que esto era exclusivamente de trabajo.

-Bueno, ¿Quieres que yo haga este trabajo, Elric?

-Tengo que elegir entre una roca y una piedra –musitó él, suspirando.

-Créeme, si te digo que este tampoco es mi trabajo ideal, pero soy una profesional y puedo afrontarlo. Si tu no puedes –Le desafió ella- Dilo y me marcharé encantada.

Esperó su respuesta con el corazón en la garganta, sin saber por qué. O tal vez sí. De repente, había sentido la necesidad de trabajar con él para poder tener la oportunidad de demostrarle que estaba equivocado. Quería mostrar a aquel idiota pomposo y arrogante que era muy buena en su trabajo. Nunca había creído que se le presentaría una oportunidad como esta, pero ahí la tenía, como un regalo inesperado.

Edward seguía sin decir nada. Winry no estaba dispuesta a suplicarle y a revelarle lo que ella esperaba ganar de aquella situación. Por ello, después de esperar un tiempo que le pareció razonable, se dio la vuelta para marcharse. De todos modos, trabajar con él sería una tortura.

-Venga, Roy –dijo ella-. Volvamos a la fiesta. Tal vez todavía queden algunos canapés.

-Espera.

Aquella voz fue la de Edward e hizo que el pecho se le contrajera con una mezcla de victoria y nerviosismo. A pesar de todo, sonrió al ver como él se desmoronaba porque ella fuera a marcharse. Resultaba agradable ver que Edward tenía un poco de miedo.

-¿Sí? –preguntó ella, dándose lentamente la vuelta.

-De acuerdo –susurró él, casi dolorosamente-. Venga, te informaré del caso.

El corazón comenzó a latirle de nuevo a toda velocidad, pero no sonrió, solo se limitó a esbozar una mueca de triunfo.

-Regresa a la fiesta, Roy –le dijo a su jefe-. Ya puedo yo encargarme de esto.

-¿Están seguros que no se sacarán los ojos en cuanto salga por la puerta? –preguntó Roy.

-Resulta tentador –Dijo Winry, mirando en dirección a Edward- Pero intentaré resistirme.

Roy pareció dudar. Si embargo, tras un momento se marchó sacudiendo la cabeza. Cuando él cerró la puerta de la calle, Edward y Winry se quedaron solos. Todo parecía estar en silencio, a excepción del suave murmullo de la música. Cuando Ed se acercó y lo apagó, los dos se quedaron inmersos en un silencio total. Luego, miró a Winry qué, una vez más le aguantó la mirada. Ella deseó ser capaz de leer aquella mirada, algo que nunca había conseguido. Sin embargo, al mirarlo recordó algo que la pilló completamente desprevenida: lo mucho que había adorado aquellos ojos en el pasado. Eran cálidos, con un toque topacio que envolvían a la persona que miraban.

-Ven a sentarte y… yo iré a ponerme algo de ropa –dijo él.

-Buena idea.

De hecho, aquella era la mejor idea que él había tenido desde que ella había entrado por la puerta. Ver su cuerpo medio desnudo había hecho revivir fuegos de antaño en ella, y aún más. Se estremeció al percatarse de que Ed, su amigo de la infancia, a quien en tantas ocasiones ayudó, ya no poseía sus miembros mecánicos, el automail había desaparecido dándole paso a carne, huesos y músculos. En un primer instante sintió nostalgia, al no ver a su viejo amigo de siempre. No más pequeño Ed, si bien, a ciencia cierta no era una masa musculosa que ocupara todo el marco de la puerta, no se veía ya nada como un niño. Sus facciones, ahora como todas las de un adulto, el aterciopelado cabello rubio que en aquel entonces lo llevaba trenzado, le caía sin forma sobre la cara "sexy" pensó Winry, aunque nunca lo admitiría, le daban un aire de madurez que ella nunca se hubiera podido imaginar de aquel obstinado y terco Alquimista.

De pronto Winry se vio meditando acerca de que por sobre todas las cosas ella se negaría a volverse a sentir atraída por él, ¿Para qué? ¿Para que le volviese a pagar de la forma como lo hizo? Tantos años de espera, de espera continua con el corazón en la boca, esperando por un regreso que no pronto llegaría, una promesa rota de cuando eran niños, ¡No señor! Eso no le volvería a pasar, después del modo en el que habían acabado o mejor dicho que NO hubieron acabado entre ellos.

En un segundo lugar, estaban a punto de convertirse en compañeros de trabajo, en un misión probablemente peligrosa, últimamente se estaban dando muchos casos en los que, plagios, estafas y demás, eran ocasionados por pseudo-alquimistas, algo peligroso para los militares y aún más para los civiles así que esto requería la mayor atención que Winry pudiera brindarle. Dada la situación, era lo mejor que podía hacer, el pensar en Edward en un momentáneo compañero de trabajo. Necesitaba demostrarle a él, todo lo que había hecho en este tiempo.

Cuando él hubo desaparecido, Winry subió los pocos escalones que llevaban al salón y se sentó en el sofá. Mientras se estiraba el vestido, miró a su alrededor y vio… la vida de Ed. La vida que había tenido sin ella. Y pensar en tanto tiempo desperdiciado en el pasado, y que una vez que él regresó, no se dignó siquiera a darle unas simples "Gracias", no al contrario.

Recorrió con la mirada las fotografías de personas que no eran ella, todos los objetos y muebles de los que se habían hecho en este tiempo los hermanos Elric.

Todo parecía haber cambiado para Edward. Había emprendido su "aventura" junto con Al, quien en ese entonces todavía estaba enfrascado en un cuerpo metálico, en búsqueda de eso mismo: sus cuerpos.

Desde ahí todo se fue complicando, se convirtió en un "Perro de los militares" quienes en aquellos años se encontraban embaucados en cosas en su mayoría, o ya sea prohibidas o fraudulentas siempre en búsqueda de un poder supremo, comúnmente denominada "Piedra Filosofal".

Luego vinieron los homúnculos que sin duda alguna fueron un grave dolor de cabeza para Ed y su hermano, quienes por muchos instantes estuvieron a punto de perecer en el intento. Después, por durante tres largos años Edward estuvo atrapado de el otro lado de la puerta, mientras Al se encontraba luchando por encontrarlo de nuevo.

Tres años, tres LARGOS años de espera continua, esperando un regreso que si se dio, aunque de una manera poco ortodoxa. ¿Y para qué regresó? ¿Sólo para darle esperanzas y una hora después estar otra vez de el otro lado de la puerta, y no solo eso, si no que en esa ocasión también su hermano le había acompañado.

Ese había sido un golpe fuerte para ella y luego dos años y fracción después se enteró de que ellos ya habían regresado, y ni siquiera fueron para darle la buena nueva, vaya, ni siquiera les había vuelto a ver.

Un año después de que Ed y Al se fueran ella decidió ser una más de los militares, aunque nunca lo hubiera aceptado a ella siempre le había llamado la atención, y ahora aquí se encontraba, dispuesta a demostrarle a él, y al mundo que es más que una simple chica y exponerle de todo lo que se perdió de ella.

Al mirar de nuevo al salón por primera vez se dio realmente cuenta de que iba a trabajar con Edward, el hombre que había sido mucho más que un amigo y de quien ella solo había sido su mecánico personal. Aquel hombre a quien Winry había adorado, tanto como si él lo sabía como si no.

Winry había deseado construir una vida con él, despertarse a su lado todas las mañanas hasta que los dos fueran unos ancianos… aquel había sido un golpe que no había esperado.

No obstante, era una mujer adulta y profesional. Le había dicho a Roy que lo haría y así sería.

Lo único que esperaba era que ellos no se relacionaran. Aunque aquello no era muy probable, teniendo en cuenta lo mucho que él la despreciaba. Lo único que esperaba era que ella no se volviera a sentir atraída por él…

¡Dios santo! ¿En qué se había metido?

-------------------------------------------------

nn aquí el primer chapter seguidito de el prólogo.

Pues bien, helo aquí, el primer capítulo a tan solo unos segundos de haber puesto el prólogo xD... espero que no esté confusa la historia, es que aparte me pareció que Winry, con sus conocimientos de mecánica, les podría ser de mucha ayuda a los militares xD... no me maten por eso ;).

Este fic tendrá mucha "acción" jejejejejeje... pero eso es algo de lo que hablaré después.

Cabe aclarar que los capítulos no se tardarán mucho tiempo (es que se lo que se siente esperar meses a que actualicen un fic y tu estés estresao ) así que serán continuos ;)

Necesito saber que les está pareciendo, o alguna duda o sugerencia, por favor... serían de muchísima ayuda para mi.

Gomen! No sé maniobrar muy bien e Fanfiction, así que no se como me haya quedado el formato de la historia… TT batallé horrores para subirla.. uu así que gomen nasai por eso.

Por cierto… ejem… cof cof! Desde hace mucho tiempo que no tenía computador, por lo cual estoy volviendo a empezar desde cero, uu así que si alguien desea charlar un poco por el MSN conmigo me haría mu feliz TT (Qué siempre toy mas sola que una heladería en invierno) mi mail pa quien le interese lo pueden ver dándole clic onde está mi username ;)

por cierto…

FMA no me pertenece ¬¬ (ni siquiera los openings o endings? uu) así que no me demanden ;)