Historia realizada sin fines de lucro basada en personajes que pertenecen a Rumiko Takahashi.
"Ella antes de él" o "Akane a. R. (antes de Ranma)" es un fic que avandoné hace diez años y hasta ahora vuelvo a retomar, una precuela para el manga y para mi fic "Un tiempo extra (Clase 2F)"
Capítulo 1: Érase una vez en Nerima
Era un jueves de lluvia esa noche de mayo, cuando los integrantes de la familia Tendo esperaban ansiosos la llegada de su quinto integrante. El señor Tendo estaba en la sala de espera de la clínica, todas sus oraciones en los últimos nueve meses pedían por un varón, la crisis económica por la que pasaba su familia no le había permitido prepararse para la llegada del bebé, contaban con todos los regalos para niño que habían recibido a la llegada de sus dos hijas, pues en aquellas épocas no se podía saber si nacería un niño o una niña, así que contaba con ropa y accesorios para vestir a su hijo sus primeros cuatro años. Sin mencionar que un varón aseguraría la herencia de su dojo.
Un doctor se aproximó, pero el semblante de éste estaba afectado, en palabras directas pero con tacto le informó que la señora Tendo presentaba problemas con el parto, que debía ser sometida a cirugía y por ello quedaría impedida de tener más herederos. Sus deseos de un varón se esfumaron con tal noticia, el miedo de perder a su esposa o que le ocurriera un daño irreparable lo dejó afligido. Los minutos se volvieron horas en esa fría sala de espera, sin embargo, recobró su cordura, su calor y sus esperanzas al ver por fin a su esposa con una pequeña niña en sus brazos.
Pasados unos días de la llegada de la pequeña Akane, Soun recibió una postal bastante vieja y maltratada que decía:
"Querido amigo, no quepo en mí de gozo, ha nacido mi hijo varón, ya podremos cumplir nuestra promesa de unir nuestras escuelas.
Saotome Genma"
Soun colmado de alegría corrió hacia su mujer a contarle lo ocurrido.
-¿Querido, estás seguro de esto?- decía la mujer mientras observaba la postal.
-Claro que si amor, Saotome y yo fuimos los últimos alumnos del mejor maestro de Artes Marciales Estilo Libre de todo Japón, la unión de las familias representa un futuro prometedor para las artes marciales y para nuestras hijas.-
-Pero Soun, que haremos si al crecer las tres se rehúsan al matrimonio arreglado. Además, ¿Por qué nunca me contaste sobre esa promesa que hiciste con tu amigo?- empezó a hablar con voz tenue y terminó haciendo esta pregunta enérgicamente.
-Pu… pues, porque nunca pensé que Saotome llegase a casarse, jeje, de verdad no creí que existiera una mujer que se fijara en él- la voz de Soun sonaba nerviosa.
-Amm… ¿Tan feo está?- preguntó con gesto afectado la mujer.
-No tanto, pero si es bastante tosco, grosero, oportunista y poco sensible, de verdad que no puedo imaginar a alguna mujer que acepte todo eso-
-¡Pero con qué clase de personas piensas emparentar a nuestras hijas!- la señora Tendo estaba roja de furia.
-No, no, no, en serio, no es para que pienses tan mal, son personas consagradas a las artes marciales, no tienes porque ponerte así mi amor- su respuesta fue más una súplica.
-De acuerdo, pero no va a gustarme esta idea tan rápido, nuestras hijas son apenas bebés, faltan muchísimos años todavía para que nos preocupemos por compromisos desde ahora.
-Me parece bien, es muy cierto lo que dices, conozco a Saotome y es capaz de casar a nuestros hijos aunque sean unos bebés, lo importante es asegurar nuestro futuro y no voy a entregar a ninguna de nuestras hijas tan fácil.- dijo Soun en tono muy serio.
-Entonces… ¿qué piensas hacer?-
-Voy a responder esta postal, le enviaré una carta con las condiciones del compromiso.- decidido fue por tinta y papel.
-¿Y cuáles son las condiciones?- preguntó curiosa su mujer.
-Tendrá que hacer de su hijo un excelente artista marcial y el compromiso se concretará hasta que tengan una edad razonable, no antes de los dieciséis-
-¡Dieciséis! ¡Todavía serán muy niños!-
-Pero teníamos esa edad cuando nos hicimos novios ¿que no te acuerdas?
-Aamm, yo, emm… está bien, es cierto… me parece bien- ya sonrojada no dio más opinión.
Desde ese día no se volvió a tocar este tema, pasaron tres años felices donde el matrimonio disfrutaba mucho de sus tres hijas, las pequeñas crecían sanas y hermosas. Kasumi a sus seis años ya ayudaba a su madre en todo lo que le pidiera, siempre cantaba en los festivales de preescolar; Nabiki aprendió a caminar y a hablar muy rápido, a sus cuatro años ya era capaz reconocer los números hasta el cien y leer algunas palabras. Akane, en cambio fue más distinta a su hermanas, con sus apenas tres años de edad empezaba su instrucción marcial. Desde que estaba en brazos de su madre, cuando lloraba como la bebé de seis meses que era, la única manera de tranquilizarla era llevándola al dojo a ver a su padre entrenando a sus alumnos, funcionaba como un hechizo, paraba de llorar y observaba detenidamente los entrenamientos. No tardó mucho en aprender a caminar e imitar las katas que veía, fue entonces que su padre conmovido por este interés genuino en las artes marciales se propuso instruirla todas las mañanas antes de ir al jardín de niños.
Pero la felicidad de esta familia no duró mucho, cuatro años después del nacimiento de Akane, su madre cayó enferma, al parecer, la operación a la que fue sometida tuvo un desperfecto que no fue detectado, provocando una lenta enfermedad, ya muy avanzada cuando fue detectada. Por ello el señor Tendo puso todo de su parte para alargar la vida de su mujer, llegando a lugares tan remotos como Ryugenzawa en busca del agua de vida. Sus intentos lograron alargar un poco la vida de su esposa y darle una gran felicidad y tranquilidad para antes de partir.
-Soun, se que esto me ocurrió por algo, y no soy quien para cuestionar ni oponerme a las decisiones del destino… No quiero marcharme sin antes decirte lo mucho que te amo…-
Soun Tendo siempre se distinguió por su temple inquebrantable en las situaciones más difíciles, pero este día y desde esta vez, no volvió a ser el mismo, su fuerza se iba con cada respiro de su esposa.
-Es el momento amor, no… no quiero que las niñas me vean morir, ellas ya saben que esto va a pasar y saben lo mucho que las amo, a todos los seguiré amando desde el más allá… Prométeme… que las vas a cuidar, así como cuidaste de mí todo este tiempo… se que crecerán hermosas y buenas con tu ejemplo…-
-Yo también te amo… y lo haré hasta el final de mis días… esperaré hasta el día en que te vuelva a ver y te daré cuenta de nuestras hijas, voy a cuidar de ellas siempre, en ellas siempre te veré, las tres se parecen mucho a ti…- su voz era cortada por las lágrimas que ya no pudieron ser contenidas por más tiempo.
Y así, entre lágrimas y susurros, la señora Tendo dio su último aliento, dejando a Soun llorando un mar de lágrimas, y desde ese entonces no volvió a contenerlas. La adaptación a tal pérdida fue dura, Kasumi lloró mucho las primeras semanas, pero, al ver a su padre al borde de la locura suprimió su propio dolor, desde aquel día, en que lo vio llorar desesperado después de quemar la cena, supo que él sufría más que ella, y con un simple "descuida papá, yo lo hago" a sus tiernos ocho años se convirtió en pilar más fuerte que sostenía la cordura y los ánimos de su padre. La recuperación de Nabiki es un tanto incierta, de pequeña siempre fue muy lista, pero también muy introvertida, se pasaba los días sentada en el mismo lugar leyendo sus cuentos favoritos, pero, siempre que veía a su padre triste, se le acercaba y le hacía preguntas de lo que fuera, esa era su manera de consolarlo, haciéndolo pensar en otras cosas, y a su vez, aprendiendo cosas nuevas. Para Akane solo habían dos personas mas importantes para ella, su padre, tan grande y tan fuerte, lo veía como su amigo que la entrenaba y al cual temía de hacerlo enojar si se portaba mal o no se terminaba la comida; y su madre, la veía como un bello ángel que le contaba cuentos antes de dormir y la cargaba en sus brazos cuando lloraba; al perder a su ángel no encontró más consuelo que el de su padre, no quería despegarse de él ni siquiera para ir al jardín de niños, después de la muerte de su madre, todas las mañanas lloraba porque no quería estar sin su papá.
Una de esas mañanas, varios niños se empezaron a burlar de ella, siempre los ignoraba, pero ese día fue muy diferente, un niño gordo le dijo "pareces niña llorando así" ella no entendió, hasta que escuchó que otro niño le dijo al niño gordo "tonto, no es un niño, es una niña que parece niño" y después de eso, varias voces decían "es cierto, se viste como niño" "esa niña quiere ser niño" seguido de las inocentes pero crueles risas de muchos que la veían. Su llanto se hizo más fuerte, la ira de una pequeña niña es incontenible, sabiendo karate, golpeó al primer niño que vio burlándose de ella, el agredido también furioso le regresó el golpe, pero antes de que empezara una verdadera pelea, un lindo niño castaño de ojos miel se interpuso.
