Capítulo 3: Kendo

Seto Izumi llevaba dos meses viviendo en la casa Tendo, eran días lindos para él, por supuesto extrañaba mucho a su madre, pero también la pasaba tremendamente bien, se sentía un miembro más de la familia.

Soun también estaba muy contento con la estancia de Seto, siempre quiso tener un hijo varón y de cierta forma estaba viviendo su sueño a través del pequeño niño; por desgracia al ser un hijo más también es una boca más que alimentar, su economía empezaba a verse afectada, pensaba en cómo obtener más ingresos una mañana mientras revisaba su correspondencia y literalmente encontró una solución en la palma de su mano. Por la tarde regresaron Akane y Seto de la escuela, inmediatamente Soun los mandó llamar al dojo.

-Niños, tengo una misión importante para ustedes- dijo al tiempo que vaciaba frente a ellos un baúl del que salieron varios bokken, cascos, pecheras y uniformes de kendo.

-¿Qué vamos a hacer, papá?- preguntó una pequeña Akane bastante emocionada, parecía que por fin su padre les enseñaría kendo.

-Tenemos tres semanas para entrenar antes del torneo de kendo al que los dos van a participar-

-¡En serio!- exclamó Akane emocionada.

-¡Ay no!- dijo Seto preocupado.

-Hay buenos premios para los primeros tres lugares, necesitamos el dinero niños, así que manos a la obra- Soun se dispuso a revisar el contenido del baúl e iniciar las lecciones en ese mismo instante. Y así pasaron las tres semanas, Akane tenía un talento natural para esta disciplina, dejando impresionado a su padre, en cambio Seto parecía no dar una en sus entrenamientos, aún así Soun alentaba al pequeño.

Finalmente llegó el día del torneo, Soun se encuentra en la fila de registro para inscribir a ambos niños y para su sorpresa había muy pocos competidores de los cuales las niñas eran todavía menos. A las cuantas horas arracó el torneo iniciando con la categoría femenil la cual Akane ganó sin mucho esfuerzo, en cambio en la categoría varonil había más competidores, fácilmente eran el 80% de los registros, entre ellos destaca un jovencito bastante presumido acompañado de su padre, un señor bastante raro que usaba lentes de sol y corte samurai, el hombre alentaba a su hijo tanto con felicitaciones como con amenazas, el espectáculo del padre era desagradable pero contrastaba con el que daba su hijo en el tatami, su primer enfrentamiento duró sólo un minuto, la arrogancia de ese chico era proporcional a su talento. Seto estaba muy nervioso al ver los combates, incluso desde que vio los combates de Akane se dio cuenta que no podría enfrentarse ni siquiera con un chico menor que él, le tomaron su registro, lo pesaron, le asignaron su primer pelea y justo antes de subir al tatami Soun se acerca a Seto para cargarlo con rapidez, lo aleja a un punto ciego para el público y jueces donde Akane permanecía aun con su equipo de protección puesto y sosteniendo su trofeo; de unos movimientos sumamente rápidos le quita el número y la cinta roja a Seto y se las pone a Akane, Seto se queda estupefacto cargando el trofeo de Akane y sólo alcanza a ver cómo Soun regresa a la vista de todos y sube a Akane al tatami; el hombre había intercambiado a los niños sin que nadie se diera cuenta haciendo que Akane pelee en lugar de Seto y el pequeño niño no puede sentirse más aliviado.

Akane sabe que su padre está haciendo trampa pero ella lo hace alegremente, solo debía cuidar que no la descubrieran, estaba feliz de tener encuentros mucho más interesantes de los que tuvo en su categoría, pelear contra niños no la intimidaba, ni siquiera el otro presumido había logrado impresionarla, Akane fue avanzando en sus combates, resultó relativamente fácil ganar los primeros, su padre estaba bastante impresionado por el talento demostrado por su hija, tanto que en varias ocasiones casi se le escapa gritarle por su nombre para darle ánimos, estaba haciendo un excelente trabajo, incluso si quedaba en un segundo o tercer lugar quedaría satisfecho, pues todo parecía indicar que el último combate sería entre ella y el chico presumido, del cual veía que sería un combate muy cerrado.

Efectivamente anuncian el combate final, los competidores Seto Izumi y Tatewaki Kuno se enfrentarán después de un descanso de cinco minutos. Soun se acerca a su hija pero ella se encuentra tranquila, concentrada, sólo toma un pequeño trago de agua desde un vaso con pajilla, pues no se quitó su casco para nada, ni siquiera al estar fuera de peligro de ser descubierta. La pelea inicia, Akane ya está en su posición mientras observa con fastidio cómo su contrincante se retira su casco y saluda a la audiencia como si fuera la gran estrella, una vez que se digna a ponerse su equipo correctamente los árbitros dan la señal, los movimientos de ambos son precisos, letales y elegantes, Kuno se estaba impacientando, ya no estaba pensando en ganar el combate si no en derrotar a su contrincante aunque esto le costara la descalificación; y así hubiera sido si de haber asestado un golpe bajo contra Akane, pero ella logró esquivarlos todos, los árbitros estaban a punto de marcarle las faltas a Kuno cuando Akane con movimientos perfectamente ejecutados obtiene los puntos para ganar el torneo. De nueva cuenta Soun se acerca a su hija acompañado por Seto y realiza el imperceptible intercambio, deja a Seto sobre el tatami, el niño se quita su casco para recibir el trofeo, resultó bastante creíble que el niño acababa de tener un gran combate, estaba agitado, con el rostro colorado y empapado de sudor, ya que previamente Soun lo empapó de agua caliente y le apretó las mejillas para enrojecerlas, la agitación de Seto era producto de los nervios y una buena actuación de su parte. Mientras él estaba en escena haciendo su papel, Soun tenía cargada a su hija emocionado hasta las lágrimas -Hija mía, no puedo creer lo maravillosa que eres, muchas felicidades por tu victoria-

-Muchas gracias papá- decía Akane en voz queda tratando de tranquilizarse.

-Ojalá tu madre estuviera aquí para verte- Soun seguía cargando a su hija, parecía que ambos estaban festejando el triunfo de Seto.

-No papá, porque se habría enojado mucho con nosotros por hacer trampa- dijo Akane soltando una leve risa, tratando con ello de evitar que el torrente de lágrimas de su padre salgan sin cesar.

-Tienes razón cariño, lo que hicimos no fue correcto, pero toma en cuenta que esto lo hicimos por Seto- dijo él poniendo en el suelo a su hija.

-¿Lo hicimos por Seto? No entiendo-

-Si hija, porque en casa ahora somos más personas y necesitamos más dinero y porque él estaba bastante nervioso ¿Te hubiera gustado que tu amigo subiera al tatami muerto de miedo y lo golpearan?-

-Claro que no-

-Bien, quiero dejar claro dos cosas, la primera es que jamás le cuentes a nadie sobre este intercambio, esto sólo lo sabemos Seto, tu y yo, la segunda es que sólo en casos muy importantes puedes hacer trampa y siempre y cuando no lastimes a nadie ¿Entendido hija?-

-Entendido papá-

A unos cuantos metros de distancia de donde ellos mantenían su plática, padre e hija observaron como Kuno era humillado por su padre frente a todos, pues no dejaba de gritarle que era un perdedor y un canalla al querer pelear sucio. El incómodo espectáculo para la audiencia se volvió aún más desagradable cuando a la vista de todos Tatewaki hacía esfuerzos descomunales por contener sus lágrimas pues su padre estaba rapando su cabello como castigo por haber perdido el torneo.

Pasaron los días tranquilamente después del torneo, algunos de los compañeros de clase de Akane y Seto habían asistido como espectadores al torneo, los felicitaron a ambos por sus triunfos y sus vidas volvían a ser las mismas, hasta que una tarde mientras ambos salían de clases e iban camino a casa fueron interceptados por un niño calvo en uniforme de kendo y su bokken, que en los ojos se veía claramente que buscaba venganza.

-Al fin te encuentro Seto Izumi, prepárate para pelear- dijo Kuno mientras se arrojaba directamente a atacar a Seto, pero el colérico muchacho ni siquiera logró captar la cara de pánico de quien se suponía era su objetivo, fue interceptado por una fuerte patada en su barbilla proporcionada por la mismísima Akane, quien se encontraba bastante molesta de que este sujeto atacara a su amigo desarmado.

-¿Akane, pero qué has hecho?- dijo Seto bastante asustado mientras se ocultaba detrás de su amiga.

-Tranquilo, este sujeto no es tan fuerte, será mejor que nos vayamos antes de que nos sig…- Akane no pudo terminar la oración al ver cómo Tatewaki se ponía en pie aturdido después de tan fuerte patada.

-Señorita, le pido con todo respeto que no vuelva a interferir en una pelea entre hombres, podría resultar lastimada- decía el chico aturdido haciendo un gran esfuerzo por sonar lo más educado posible.

-Vaya, estoy impresionada, nunca había escuchado a un niño hablar con tanta elegancia- el comentario fue dicho con sarcasmo por Akane pero el aludido lo tomó literal, nunca antes había sido halagado por una niña, en realidad, nunca había sostenido una conversación con otra niña que no fuera su hermana.

-Akane, será mejor que lo dejes en paz, quizá podamos arreglar las cosas hablando- dijo Seto bastante nervioso.

-Por supuesto que no, viste cómo iba a atacarte, no lo voy a dejar ir ni que se salga con la suya- después de decirle esto a su amigo, se dirigió a su oponente con una mirada mucho más seria - Tu eres Tatewaki Kuno ¿cierto? Yo estuve presente en el torneo y me di cuenta que eres un sucio tramposo para pelear, pero Seto fue más listo y más honorable que tú y por eso te ganó, ahora vienes a atacarlo desarmado como el gusano sin honor que eres, esto no lo voy a permitir, quizás Seto sea bueno en kendo, pero yo pertenezco a la escuela Tendo de artes marciales estilo libre, así que yo Akane Tendo, te desafío.

-Yo no peleo contra niñas- respondió altaneramente.

-Más bien creo que no te gustaría perder contra una niña- afirmó Akane desafiante.

Seto sólo permaneció inmovil cuando en realidad quería cubrirse los ojos asustado, nunca había visto a su amiga pelear tan fieramente, Kuno no podía creer que una niña le estuviera dando tan buena batalla, no solo eso, lo estaba venciendo, Akane se moría de ganas de decirle que en realidad fue ella quien le ganó, pero su padre le había hecho jurar que jamás lo revelaría, así que la pelea se tornó muy violenta.

Llegó un momento en que el pequeño Seto no pudo observar más, pasaron unos minutos y se hizo un silencio que lo obligó a voltear a ver la escena. Akane salió un poco lastimada, había recibido un fuerte golpe en el hombro con el bokken que ahora estaba roto sobre la cabeza rapada del contrincante que yacía inconsciente en el suelo, como ya estaban fuera de la escuela ya no podían ir a la enfermería, Seto la llevó al primer lugar que encontró que parecía ser un consultorio, estaban a sólo unas cuadras del lugar de la pelea, entraron y fueron recibidos por un joven muchacho castaño que usaba gafas y limpiaba un esqueleto, Seto dio un respingo y un leve grito al ver aquella calavera.

-Tranquilo, no es de verdad- la sonrisa del muchacho se opacó al notar que el pequeño niño era acompañado por una pequeña que se veía lastimada. Se dispuso a revisarla y vio que la creciente inflamación en el hombro de la niña estaba bastante mal.

-Creo que esto lo tiene que ver el doctor ¿Cómo te hiciste ese golpe, pequeña?- preguntó el muchacho enternecido al ver como ella contenía sus lágrimas.

-Fue en una pelea- dijo con voz tímida, el muchacho quedó estupefacto, no se imaginaba esa respuesta así que mejor le pidió su nombre y algunos datos antes de llamar a su jefe.

-Tofu, muchacho ¿Qué es lo que tengo que ver urgentemente?- decía un doctor mucho mayor de grandes cejas y bigotes blancos mientras salía de su consultorio a la recepción y observaba a los niños, extrañado vio la inflamación del hombro.

-Ella dice que se hizo esto en una pelea- dijo Tofu preocupado.

-¿Cual es tu nombre, pequeña?- preguntó el doctor con voz suave.

-Akane Tendo- el doctor abrió los ojos de sorpresa al escuchar la respuesta.

-Bueno muchacho, creo que ya llegó la hora de desquitar tus prácticas, hace mucho que no me llegaban lesiones por deportes de contacto al igual que hace mucho que no tenía a un practicante conmigo, así que prepárate, vas a tener mucho trabajo como este en el futuro-

-Niños ¿Pueden darme algún número de teléfono para marcarle a sus padres?- preguntó Tofu.

-Claro, yo se lo doy- respondió Seto inmediatamente.

-Dale el teléfono al niño y que él marque, Tofu tienes que estar muy atento a lo que voy a hacer- indicó el doctor a su discípulo. Pasaron unos minutos y Seto regresó al consultorio diciendo que nadie había contestado en casa.

-Tranquilo hijo, me imagino que viven en el Dojo Tendo ¿no es así? Pueden esperar aquí el tiempo que quieran o si quieres puedes ir a casa a buscar al señor Tendo, ha de estar dando una clase en estos momentos- respondió el doctor mientras hacía su trabajo.

-Esta bien, voy a casa a buscar a alguien- dijo Seto al ver la cara de dolor de su amiga, necesitaba ayuda cuanto antes.

Mientras tanto Akane estaba nerviosa por la curación que le están haciendo, apenada por la cercanía del joven doctor, dolorida de su hombro y preocupada por lo que le diría su padre al saber cómo fue que se lastimó. Para su buena suerte su hermana Kasumi estaba saliendo de la escuela secundaria cuando se encontró a Seto en el camino, él le explicó lo sucedido y ella le pidió que por favor fuera a la casa, que no se preocupara, que ella pagaría la consulta y vendría con Akane de vuelta; el niño no dudó en ninguna de sus palabras, se retiró más tranquilo esperando que pronto llegarán las dos.

Akane se le quedó viendo a su hermana cuando entró a la recepción, tenía miedo de encontrarse con los ojos furiosos de su papá pero la mirada seria de Kasumi no era muy tranquilizadora que digamos, pero esa mirada seria se suavizó al cruzarse con el muchacho practicante que la miraba nervioso.

-Buenas tardes, vengo por mi hermanita ¿Cuánto va a ser de la consulta?- dijo Kasumi al verlo, él sólo pudo extenderle un recibo con la cantidad, la observó sacar el dineo y pagar, mientras tanto el doctor de bigotes blancos se reía por dentro de la cara de idiota de su practicante.

-Señorita Tendo, un gusto de verla- dijo el doctor a Kasumi quien terminaba de contar su dinero.

-Doctor Takeda, un gusto verlo de nuevo, pensé que ya se había jubilado- dijo ella con mucha dulzura.

-Aun no puedo señorita, pero espero sea pronto, quizás en un año más cuando se reciba mi practicante, los presento, señorita él es Tofu Ono, lleva trabajando conmigo apenas dos meses, Tofu ella es la señorita Kasumi Tendo, su padre tiene su Dojo a unas cuantas cuadras de aquí, sus alumnos son pacientes frecuentes en este consultorio-

-Un gusto conocerlo- le dijo ella al joven doctor enmarcando una de sus mejores sonrisas.

-Igualmente un gusto conocer su cabello- respondió él de manera automática y torpe.

-¿Cómo dijo?- preguntó ella sin borrar su sonrisa.

-Perdón, quise decir que tiene un lindo cabello, perdón por mi torpeza y perdón si mi comentario la incomoda- respondió él mientras nervioso jugaba con sus dedos.

-Para nada doctor, gracias por el cumplido- dicho esto Kasumi se despidió y salió del local con su hermana dispuesta a darle un sermón que seguramente su papá no le dará, porque él está orgulloso de su hija peleadora pero se le olvida que también es una niña que debe aprender a abrazar su feminidad. Mientras la mirada de un joven la seguía sin que ella se diera cuenta.

-Deja ya de observarla, el uniforme que porta no es de preparatoria, es de secundaria- dijo el doctor Takeda a su discípulo con mucha seriedad en su voz.

-¿Qué, ella es tan joven? Pero se ve tan madura- dijo Tofu sorprendido sin apartar su vista de su actual posición.

-Hace cinco años perdió a su madre, la vida la ha hecho madurar muy rápido, será mejor que pierdas tus esperanzas si no eres capaz de esperar y callar muchos años- Tofu sólo pudo dar un profundo suspiro antes de guardar silencio por muchos años más.