Capítulo 6: Odio a los hombres
6 de mayo de 1986, martes, un día pésimo para cumplir años, peor aún si se cumplen quince. Esto ya era suficiente para Akane que no se encontraba muy animada, la última carta de su amigo la dejó bastante preocupada pero su familia logró tranquilizarla, argumentaron que al tratarse de Seto todo podría ser una exageración.
La mañana de su cumpleaños transcurrió tranquilamente, como siempre su padre derramó un torrente de lágrimas porque su niña pequeña ya no era una niña; esto en lugar de irritarla como en sus últimos cumpleaños, la logró enternecer, ciertamente su vida ha cambiado mucho, empezando por el acoso del tonto de Kuno, le daba la impresión de que a partir del torneo donde él declaró su "amor" ante todos, su popularidad creció desmesuradamente; como si su existencia hubiese pasado desapercibida para el resto de la escuela y hasta que fue señalada muchos supieron que ella existía. Ahora no sólo tenía a Kuno pretendiendola, si no que cada semana en promedio aparecía otro pretendiente, y otro y otro, algunos tímidos, otros más atrevidos, pero ninguno lograba conquistarla, no lo lograrían porque hasta después de mucho tiempo pudo ser sincera consigo misma y reconocerse enamorada, había tenido muchos años para analizar sus propios sentimientos, ciertamente le tomó mucho tiempo reconocer el motivo de ciertas acciones que ella hacía, como el dejarse crecer el cabello, inicialmente creyó que sólo le hacía caso a su hermana mayor cuando le pedía ser más femenina, pero no era por eso, ella quería agradarle más al doctor si lograba parecerse más a su hermana.
Estos sentimientos de ella, ahora conscientes, eran su móvil para el día a día, era buena en los deportes, le gustaba practicarlos, y su naturaleza activa y torpe no le molestaba porque cada lesión le conducen a ese par de ojos castaños que tanto le gustan, no se medía a la hora de practicar kendo, tenis, béisbol, incluso no temía subirse a una patineta o ingresar a una pista de hielo. Únicamente se medía cuando su padre la entrenaba en el dojo, porque estaba segura que a la primer lesión él dejaría de entrenarla y eso era algo que de verdad no podía dejar que ocurriera.
Su cumpleaños pasó tranquilamente y ella trató de disfrutarlo al máximo, como si tuviera un presentimiento de que éste sería su último cumpleaños tranquilo, y la verdad es que tenía un poderoso motivo para pensar esto, el siguiente año estaría en preparatoria, en la misma escuela que sus hermanas y que el odioso de Kuno, tendría que pasar al menos dos años con ese estúpido tan cerca. Al salir de la escuela se fue con sus amigas de compras y después a la pista de hielo, ahí tuvo un mágico momento a solas consigo misma, media pista estaba despejada, alguien puso música clásica de fondo, "La folia" de Vivaldi, una pieza occidental que Seto se la puso hasta el cansancio mientras vivió en su casa y que de manera inconsciente a ella le hacía aflorar su lado más femenino; patinaba al ritmo de la música, por primera vez en su vida se sintió completamente plena, se sabía fuerte, femenina, dueña de unos sentimientos hermosos y un amor secreto que mientras siguiera siendo menor de edad no podría revelar al mundo; la música la hacía recordar ese tiempo en que se vistió de Romeo, vulnerada por su ternura e inocencia, se prometió proteger a esa pequeña niña que fue, ahora que se convertía en una mujer fuerte y hermosa, una de la cual esa pequeña niña estaría orgullosa, giros y piruetas al ritmo de la música eran su homenaje a sí misma en su plenitud, cerrando con el broche de oro que son los halagos de sus mejores amigas.
Pero esta felicidad de tierna quinceañera no duraría por mucho tiempo, los meses pasaron muy rápido y se acercan las fechas de la graduación de preparatoria de su hermana Kasumi y de la suya de secundaria, en la primera tuvo lugar una embarazosa situación, justo antes de que el maestro de ceremonias diera fin al evento, el estúpido de Kuno subió al podio y declaró que Akane Tendo ingresaría a Furinkan y que cualquiera que esté interesado en salir con ella tendrá que vencerla en combate; ella sólo estaba ahí por su hermana y ese imbésil la avergonzó ante todos y ante su padre, el cual sólo atinó a decir que se pusiera a entrenar más.
Por otra parte, también se acerca la fecha de su graduación de secundaria; ella tiene un montón de invitaciones de chicos para que fuesen sus parejas de baile; nunca supo de quién fue la grandiosa idea de hacer una graduación al estilo americano con un baile de gala, le parecía una idea terrible; pero no era lo mismo en el caso de sus amigas Yuka y Sayuri, pues cada una de ellas tenía su pareja, los tipos más guapos y rudos de su generación, unos tipos tan serios, tan "gangsters", que nunca se les habían acercado antes, ni siquiera a Akane con su desbordante popularidad; por eso las veía muy contentas, pues se trataba de dos chicos que parecían estar genuinamente interesados en ellas, hasta que desgraciadamente fueron descubiertos en sus sucias intenciones: ese par de idiotas sólo las estaban utilizando para llegar a Akane, ni siquiera fueron lo suficientemente listos como para ponerse de acuerdo entre ellos, cada uno tuvo la misma idea "enamorar a la amiga y el día del baile dejarla plantada e ir por Akane" tontos, tontos, tontos.
Fueron descubiertos por ambas amigas quienes acudieron a Akane inmediatamente, ella al verlas tan devastadas se enfurece, va a buscar a ambos sujetos y se ve en una pelea fuerte, termina lastimada, ese par de estúpidos se creían pandilleros, pelean sucio y tenían navajas escondidas, hecho que no pasó desapercibido para los transeúntes que no dudaron en hablarle a la policía que detuvo inmediatamente a esos pelmazos, ella presenta sólo unas cortadas en sus manos, no tan profundas, pero ahora tiene un motivo para ver al doctor Tofu. Ella está a punto de entrar al consultorio cuando siente una temblorosa mano posarse sobre su hombro.
-Yo no entraría ahí si fuera tu, querida- una igual de temblorosa y pausada voz se hizo escuchar, se trataba de esa señora que todas las mañanas tira agua a la calle y que a numerosas personas ha salpicado, a ella, a Seto, incluso a sus hermanas y jamás pareció darse cuenta.
-Disculpe ¿por qué no puedo entrar?- preguntó Akane mostrándole sus ensangrentadas manos.
-Si entras el doctor podría cortarte las venas en lugar de curarte-
-Señora por favor ¿De qué está hablando?- comenzaba a desesperarse del tono lento e indiferente de la anciana.
-Es que Kasumi está ahí adentro- dijo señalando con su tembloroso dedo.
-Kasumi ¿Se refiere a mi hermana Kasumi Tendo?-
-Justamente, el doctor se vuelve sumamente peligroso cuando ella está con él-
-¿Cómo que peligroso? no es cierto, él no sería capaz de hacerle daño a nadie- por alguna extraña razón no le parecía que estuviera diciendo disparates, sabía a lo que la anciana se refería, pero le dolía admitirlo.
-No me estas entendiendo, querida, no estoy diciendo que el doctor sea malo, sólo es peligroso acercarse en estos momentos-
-¿Y por qué, dígame, y también diga qué tiene que ver mi hermana con esto?- la voz de Akane comenzaba a quebrarse.
-No te has dado cuenta, pequeña, el doctor está locamente enamorado de tu hermana-
-¿Qué? ¡Eso no es cierto!-
-Es cierto linda, el doctor ha estado enamorado de ella desde hace varios años, desde que estaba el doctor Takeda, el pobre ha tenido que sufrir en silencio y creo que eso lo ha enloquecido-
-Si es tan peligroso, debería entrar, mi hermana puede salir herida- sabía que no existía peligro, pero quería verlo con sus propios ojos.
-No pequeña, no es esa clase de peligro, observa- se fijan por la ventana y miran cómo el doctor Tofu ríe nerviosamente mientras deshace las falanges de un esqueleto en pedacitos -Con ella es inofensivo, pero si eres un paciente tu vida corre peligro, la otra vez le tocó a mi pobre vecino, entró por una lumbalgia y salió con el cuello torcido, duró dos días saludando con la cabeza de lado-
-No puede ser, esto es terrible- Akane dijo esto por ella misma, por fortuna su interlocutora creyó que se refería a su vecino.
-No lo es tanto, querida, el doctor quedará curado de su demencia el día que tu hermana le corresponda, y creeme, estoy segura que eso sucederá pronto-
-¿Cómo dice?-
-No lo ves, pequeña, a tu hermana también le gusta él-
-No es cierto, ella jamás me lo ha dicho, ella jamás me guardaría un secreto así- se lo decía para sí misma, pero en su corazón sabe que lo que la anciana dice es cierto.
-Es porque ella misma no se ha dado cuenta, tu hermana es muy maternal, su afecto lo demuestra con cuidados, atenciones, con su compañía y sonrisas, seguido viene con él a ofrecerle galletas, o algo de cenar y a pedirle libros, eso querida mía, es interés, y la intuición de una vieja como yo es muy buena, verás que lo que te digo se cumplirá tarde o temprano-
Se marcha rápido de ahí, no quiere seguir escuchando a la señora que le parece que posee la voz del destino, no tuvo dudas en lo que acaba de escuchar pero eso no quiere decir que duela menos, lo que escuchó le pareció lógico y sensato ¿Cómo no se dio cuenta antes? Ellos hacen una pareja perfecta, siente unas ganas tremendas de abrazar a su hermana y desearle la mayor felicidad, pero duele, duele, duele.
La alcanza la lluvia, la lluvia que es la mensajera y pintora de los cuadros medulares de su vida, la lluvia ha estado presente en sus momentos más cruciales, cuando la vida le da y le arrebata algo; esta es una ocasión importante pero no tiene idea de qué le están quitando y qué le están dando, sólo sabe que todo duele y no tiene idea de qué será ahora, de qué le depara el destino.
Todo en su cabeza le da vueltas, siente un prominente asco ante las imagenes de la última semana, hombres tercos, torpes, engreídos, egoístas despiadados, esos cerdos que piensan con su entrepierna, asco, puro asco, le es terrorífico pensar en un dolor como el que ella siente pero que sea provocado por un idiota como los que ha conocido, es aterrador, ninguna mujer debería sufrir por imbéciles sin corazón, se siente repugnada, mareada… por acto reflejo se cubre su rostro con las manos ante su impotencia, un olor metálico la obliga a observar sus manos, la sangre no deja de emanar y completamente empapada se dice a sí misma "Odio a los hombres, y sólo un amor más grande del que siento ahora me hará cambiar de opinión, prometo no entregar mi corazón a quien no valga la pena, sólo un hombre extraordinario será merecedor de mi amor".
