Se invita cordialmente a leer Un tiempo extra (Clase 2-F)

Lo que ocurrirá en los siguientes capítulos es una extensión de esa historia, una tangente ocurrida específicamente después del capítulo 8 "Chicas rudas y hermosas".


Capítulo 7: Elipsis

Aún recuerdo los pequeños detalles del día en que llegaste a nuestra casa. Esa ocasión la lluvia se hizo presente únicamente para acompañar esas palabras que soltó mi padre y que pensé era broma… esas palabras vinieron a cambiar mi vida entera.

¿Prometido? ¿Qué es esto, el período Edo?

¿O es que mi obsesión con el personaje de Julieta me trajo a un Conde Paris en lugar de un Romeo?

Qué importante fue ese momento, la base de toda nuestra historia.

"¿Quieres ser mi amiga?" te dije sin saber que eras un hombre. "¿Practicas artes marciales?".

"Un poco" me respondiste con una falsa modestia que jamás te volví a ver.

Me derrotaste, cuando llevaba mi vida entera invicta, de alguna manera se cumplió el decreto de Kuno "si quieren salir con ella tendrán que vencerla".

Y me venciste.

Tonto.

Nunca creí sentirme así después de tantas cosas vividas juntos.

Juntos.

Esa palabra la siento tan propia y tan ajena, porque estamos juntos.

Lo estamos.

Sólo falta que nos lo digamos.

¿Será posible eso algún día?

Sólo recordar todas esas ocasiones en las que hemos estado a punto de… algo.

Como esa vez en el dojo después de estar en la pista de hielo, no puedo creer que estuvimos a punto de besarnos por un estupido reto.

Como un par de niños que no saben la magnitud de lo que hacen.

O aquella vez en esa escena shakespeareana totalmente distorsionada, bloqueados por una delgadísima cinta adhesiva, de la que no hubo tanta protección como creí, porque aun así sentí…

Tu calidez.

Tu tacto.

Tu cabello rozando el mío.

Y tu agitada respiración.

Nuestra relación ha sido sólo un ir y venir.

Un estira y afloja.

Porque puedo odiarte con la misma intensidad en que te amo…

Cómo te odié cuando intentaste apartarme del traje, porque te creí todas sus mentiras, sonabas tan convincente, y nunca habíamos estado tan cerca y tan decididos de besarnos como en esa ocasión, de sólo recordarlo me pongo furiosa, pero…

Pero más recuerdos llegan a mi mente y me hacen olvidar tu tremenda idiotez. Son tantas las veces que puedo enumerar en las que nos hemos visto en situaciones así, pero hay momentos medulares que marcaron un antes y un después…

Ryugenzawa…

Es algo raro, pero desde que volvimos de ahí las cosas mejoraron un poco, como si te hubieras propuesto ser un tipo más agradable conmigo a partir de ese momento.

Y creo que lo lograste.

Esa ocasión fue la primera vez que tomaste mi mano, lo has vuelto a hacer en muy pocas ocasiones pero esa primera vez jamás la olvidaré.

Fue como si se hubiera roto uno de tantos muros que nos separan.

Ni hablar de lo ocurrido en Jusendo…

Sentí mi vitalidad extinguirse en ese fuego, pero sabía que no me dejarías morir así como yo no dejé que perdieras esa batalla.

Y la impotencia…

De verte abatido creyéndome muerta mientras yo escuchaba cada una de tus palabras, las más sinceras que jamás te he escuchado decir.

Y la boda…

Que se convirtió en un enorme juego de todos contra todos.

Tonto.

Yo te escuché, te sentí, tus lágrimas cayeron en mi rostro y te atreviste a decir:

"Yo no dije eso"

Tonto.

Y después de la boda…

Este juego del amor se fue a tiempo extra.

Cambiamos de estrategia.

Yo… trato de ser más paciente.

Tu… eres más amigable.

Te decidiste a entrenarme.

Algo bastante raro en ti, pero al mismo tiempo no lo es.

El señor "yo no peleo con chicas" se ha enfrentado a todas las peleadoras que conozco.

¿Por qué decidiste entrenarme?

¿Para alimentar tu ego llamándote "maestro"?

Tu ego no necesita de eso.

¿Puede ser que haya algo más ahí?

Todo fue a raíz de la propuesta de Kotaro para entrenarme.

Te pusiste muy celoso y casualmente empezamos a entrenar al día siguiente.

¿No querías que otro tipo tuviera contacto físico conmigo?

No creo.

Nadie como tú puede hacer de una técnica llamada "La cuna infernal" algo tan glorioso para mi.

Tonto.

¿Necesitas llamar técnica marcial a un abrazo efusivo?

Si, porque eres un tonto.

Pero eres mi tonto.

Mi tonto.

Mío.