Disclaimer: Excepto los personajes inventados para esta historia, el resto pertenecen a la obra de JK Rowling

Capítulo 2: Mensajes y mensajeros

Se había vuelto a pasar otra noche en vela. No conciliaba el sueño y no alcanzaba a adivinar el porqué, aunque en lo más profundo de sus entrañas sabía cual era su problema.

Su mujer lo había intentado todo, pero no había forma de que pudiese acostarse, todos los esfuerzos eran en vano.

No obstante, y aunque Lance no dormía, si que tenía sueños estando despierto, sueños, que de haberlos comentado ante cualquier psiquiatra pudieran haberle llevado a un hospital psiquiátrico.

Y es que aunque no lo quisiera, la magia estaba volviendo a aflorar en él, sabía que algún día tendría que volver a afrontar su naturaleza.

Era Julio de 1995, y Lance llevaba ya más de un mes sin conseguir dormir. Para no preocupar más a su familia, fingía que dormía; cuando realmente se quedaba inmerso en sus pensamientos toda la noche.

Con la excusa de tomar un vaso de agua, Lance bajó a la cocina, que encontró bastante desordenada por culpa de su hijo varón, ya de 11 años, el cual se podría calificar de todo menos ordenado. Con un suspiro se calmó, no era cuestión de pegar voces a estas horas de la mañana, ya le regañaría a la mañana siguiente.

No bien Lance se disponía a volver a su habitación, un ruido le hizo sobresaltarse. Pensó que era un ladrón, y se apresuró a mirar por la ventana para ver quien estaba merodeando por el jardín de su casa. 2 personas, que Lance reconoció como magos por su vestimenta, pero que fue incapaz de reconocer debido a que llevaban una capucha puesta.

En esos momentos, Lance sintió terror y angustia, casi hubiese preferido que hubiese sido un ladrón. Armándose de valor, Lance salió al jardín, pensando que si no habían entrado en la casa por la fuerza, no deberían ser peligrosos.

En cuanto salió, Lance pudo distinguir mejor a los dos encapuchados. Uno era alto y fuerte, vestía túnica y capa moradas, mientras que el otro tenía una complexión mucho más débil y era más bajo.

¿Lance Redrock?

Si

Venimos a entregarle este mensaje, disculpe la intromisión

No hay problema

Por favor, lea el mensaje en privado y no comente a nadie nada, al menos de momento

Así se hará

Y sin más, desaparecieron.

Lance pensó entonces que ese era un buen momento para leer la carta, eran las cuatro de la mañana y su familia no se levantaría por lo menos hasta las 8, ya que todos estaban de vacaciones. Procurando hacer el menor ruido posible, se sentó en el sofá del salón, cerró la puerta y encendió la lámpara de pie. En la mesilla que acompañaba a la butaca aún se encontraban unos papeles de clases que estaba preparando para el próximo curso escolar, además de varias bolsitas de té y agua caliente. El té era algo que le relajaba mucho los nervios, y como tal, se preparó una buena taza antes de ni siquiera mirar el sobre que le habían entregado.

Cuando lo miró, su sorpresa no fue excesiva, viendo que tipo de personas habían ejercido de mensajeros. El remitente no era otro que el viejo búho, el nombre en clave con el que él conocía a Albus Dumbledore. Lance sacó el pergamino del envoltorio y leyó:

Mi querido Lancelot:

Ha pasado más de una década desde que decidiste dejar el mundo mágico por voluntad propia; pero como ya me comentaste en su día, si la ocasión así lo requiriese, te podía enviar algun mensaje siempre que éste fuese urgente.

Como imagino que no estás al corriente de lo que ha ocurrido en el mundo mágico, es mi deber decirte que Voldemort ha "resucitado" hace un año y que la orden del phoenix se ha vuelto a poner en marcha.

Como siempre te he dicho, al contrario de ese terco sentido de la humildad que siempre has tenido, tu has sido uno de los puntos clave en la magia actual, y me gustaría que me pudieses ayudar.

Pero antes que nada, necesito hablar contigo más detenidamente, por favor, mándame una lechuza en cuanto te sea posible para acordar lugar y fecha.

Un gran abrazo de tu viejo amigo

El viejo búho