Capítulo 3: Viejos amigos, proposiciones nuevas
Después del mensaje de Dumbledore, Lance sabía que no podía defraudarle, debía al menos de hablar con el. El problema era cómo enviarle una lechuza sin que su familia se enterase, aparte del hecho de que no tenía una lechuza y aún no quería presentarse en el mundo mágico por si alguien le reconocía.
Lo que Lance no se esperaba era que esa misma tarde llegase una lechuza de Dumbledore, lo que el viejo mago no sabía es que la familia de Lance estaba con el cuando el ave se posó en el alfeizar de la ventana. Ante la sorpresa de éstos, Lance fingió también estar sorprendido, exclamando cuan extraño era que un ave nocturna volara a plena luz del día. Por fortuna, su familia le restó importancia, y cuando todos se fueron de la cocina, Lance se apresuró para leer la carta, que era escueta.
"Disculpa Lancelot, se me olvidó que no tenías lechuza, utiliza ésta misma para enviarme un mensaje de vuelta, no te preocupes, ella conoce perfectamente mi paradero"
Daba la casualidad que su esposa y su hija tenían que ir a una función de su clase ese día, y que su hijo se iba a quedar en la casa de un amigo a dormir. Lance pensó que tal vez Dumbledore había ayudado en esto, de forma que no hubiese más complicaciones de las que ya de por si estaban surgiendo. Cogió un bolígrafo y escribió en la nota:
"Esta noche a las 21.00 es la hora perfecta para nuestro encuentro"
A las ocho y media, Lance se despidió de toda su familia, ya que su mujer iba a aprovechar que tenía que coger el coche para ir al colegio para dejar a su hijo.
En cuanto el reloj dio las nueve exactas, el timbre de la puerta sonó. Con decisión, pero con un peso horrible a la vez en el estómago, Lance fue a abrir la puerta. Dumbledore apenas había cambiado en estos años, alguna arruga más en su cara tal vez, pero su mismo aspecto de siempre, dando una sensación no errónea de gran fortaleza a pesar de su caparazón envejecido.
Si no fuese porque te conozco como si fueses mi hermano, jamás te hubiese reconocido – Dijo Dumbledore abrazando a Lance–
Sabes que es para mi un placer volverte a ver, fuiste mi maestro y a pesar de todo, aún lo sigues siendo. Sobre mi aspecto, tuve que cambiarlo radicalmente, ya sabes como es el mundo muggle, no aceptan nada que se desvíe lo más mínimo de la norma
Aunque tienes en parte razón, creía que tu habías sido siempre alguien que luchaba por ser él mismo; solo espero que este cambio de aspecto no haya afectado a tu forma de ser
Tranquilo Albus, sigo siendo en esencia el mismo, aunque la magia para mi dejó de ser parte de mi vida, tu más que nadie sabes bien el porqué
Lance, conozco perfectamente tu situación y el porqué decidiste dejar nuestro mundo, pero vengo a proponerte la vuelta al mundo mágico
Mi respuesta es no, no me hace falta escuchar tus razones, ya conoces mi respuesta.
Creía que me acababas de decir que no habías cambiado, donde has dejado al Lance amable que escuchaba a todo el mundo?
Esa parte de mi sigue existiendo pero no en tu mundo
No es mi mundo, sino nuestro mundo, por mucho que lo niegues yo se que tu quieres volver
No Albus, no intentes meterme en tus juegos, no aceptaré
Al menos déjame explicarte la situación
Si no hay más remedio…
A pesar de que Lance se había puesto la coraza del pasotismo de cara a Dumbledore, por dentro él quería escucharlo, pero el miedo a que le clavasen una espada por detrás hacía necesitar de esa armadura. Ahora no podía dejar a su familia sola. No era esa clase de hombres que abandonaba a su familia, el los quería.
Se – Dijo Dumbledore – Que lo que realmente te impide volver a luchar es tu familia, se cuánto los aprecias, pero te puedo asegurar que no tendrías que deshacerte de ellos, podrás seguir tu camino con ellos, debido a que tus hijos, aunque no lo saben, han heredado el don mágico que tu tienes
Me alegro, pero hay un problema muy grande, y es que mi mujer no tiene ese don, y créeme cuando te digo que no le gustará saberlo, cualquier cosa extraña para ella no es digna de ser analizada
Si realmente te quiere, tendrá que aceptar la nueva situación
Tienes toda la razón en eso
Lo que te ofrezco es un trabajo en Hogwarts, el profesor Flitwick se ha retirado tras más de 50 años en la enseñanza, y pocas personas hay tan dotadas para los encantamientos como tu. Además has tenido una dote especial para enseñar, ya fuese en la escuela de Aurores o en cualquier sitio, siempre te vi con mucha ilusión enseñando, es una capacidad innata en ti. Te dejo 3 días para pensartelo, después de esos 3 días, pasaré por aquí, he puesto un hechizo en la casa, si no quieres aceptarlo no podré entrar, de lo contrario pasaré dentro y hablaremos, pero no sólo tu y yo, sino esta vez con toda tu familia.
Que así sea
