Disclaimer: Estos personajes, excepto Andrea y sus hijos, no son míos sino
de J. K. Rowling, Warner Bros y no sé quien más; no gano dinero con ellos
así que no tienen que demandarme, gracias.
Tras el velo
Por Elanor Black
Capítulo 7. Ataque en Privet Drive
La mañana, había amanecido muy soleada en Privet Drive, y en el cielo no aparecía ni una sola nube que intentase frenar los rayos del sol, que aquel día parecía querer demostrar hasta qué punto era verano.
Harry tomó su desayuno con los Dursley en silencio, intentando evitar todo contacto, y ya creía que conseguiría alcanzar las escaleras para huir a su dormitorio, cuando la voz nasal del tío Vernon lo detuvo.
-Chico, mañana tengo una reunión muy importante de trabajo, es posible que consiga un ascenso- Dijo el señor Dursley muy satisfecho y orgulloso.- Todo debe ser perfecto así que tendrás que lavar el coche, quiero que esté impecable.
-¿y porqué tendría que hacerlo yo?, tengo cosas más importantes que hacer, aún no he escrito a mis amigos de la estación- dijo Harry en tono de amenaza.
-Escribe a los anormales esos, y después lavas el coche-dijo el tío Vernon intentando parecer firme- si es que quieres comer durante el resto del verano-terminó.
Harry se resignó, no tendría más remedio que acabar limpiando el coche, así que dejando la carta para después, bajó refunfuñando las escaleras, dirigiéndose hacia la puerta para lavar el automóvil de su tío.
El vehículo en cuestión, estaba bastante sucio, parecía que no se hubiese limpiado desde la última vez que lo lavó Harry, el año anterior, así que con gran parsimonia y disgusto, Harry cogió la manguera y las bayetas. Se le pasó por la cabeza la idea de utilizar la varita que llevaba en el bolsillo, pero después de lo del año pasado, no quería ni imaginar las consecuencias del uso de la magia fuera del colegio.
La calle estaba desierta. Aquel era un día caluroso que hacía justicia a la estación del año que transcurría, de esos que derriten hasta el asfalto, y ninguna persona sin un motivo justificado, se expondría al sol inclemente excepto él, pero se consolaba pensando en que si apretaba mucho el sol, podría refrescarse un poco con la manguera, idea que cada vez le iba resultando más atractiva.
Por fin había terminado, y el coche brillaba agradecido por la limpieza. Harry estaba asado de calor, así que como premio, puso su cabeza bajo el potente chorro de agua fría. Se cayeron las gafas junto a la rueda del coche. Cerró el grifo del agua y se agachó para recoger sus lentes. "Pues sí que ha sido efectiva el agua, me está entrando hasta frío, espero no coger un resfriado" pensaba Harry, pero aquella sensación no era natural, de pronto, fue como si todo parase, el silencio se hizo ensordecedor, y el frío le caló hasta los huesos.
"Otra vez no" pensó Harry, "no pueden ser otra vez los dementores" rogaba Harry mientras giraba la cabeza y se ponía las gafas, pero estaban llenas de agua, y no ayudaban demasiado a su visión, como pudo, intentó limpiarlas, a la vez que sacaba su varita, y los vio, eran muchos, y se acercaban lentamente, rodeándolo, como flotando sobre el suelo.
Agarró con fuerza su varita desesperado, e intentó pensar en algo alegre, pero los recuerdos de Sirius, y la pesadilla de su pérdida, era todo lo que llenaba su mente. "Harry, concéntrate, por lo que más quieras" se regañaba a si mismo, "algo alegre, algo alegre, algo alegre", los dementores estaban cada vez más cerca, y para empeorar la situación tras los dementores, ahora podía vislumbrar varios encapuchados, mortifagos obviamente."¡Qué bien cuanta visita!" pensaba irónico. "Algo alegre, algo alegre, algo alegre", estaban ya encima de Harry, tan sólo a dos metros, tenía que ser ahora o nunca.
-Expecto patronus- Pero no era la voz de Harry la que dijo el sortilegio, eran dos personas las que convocaron al unísono dos animales plateados, que rodearon a Harry y empezaron a embestir contra los dementores, que ahora cedían terreno y acababan deshaciéndose ante el ataque del lobo y la gaviota de plata.
Pero Harry no tuvo tiempo de girarse para ver quién estaba con él ya que los mortifagos, a la vista del fracaso de los dementores, empezaron a atacar, y varios rayos de colores impactaron en el lugar en el que segundos atrás estaba Harry, que ahora se refugiaba tras el coche de Tío Vernon.
Vio cómo Lupin y Tonks avanzaron lanzando hechizos, que eran repelidos por los mortifagos, que los superaban en número.
-¡DESMAIUS!- Gritó Harry, contra uno de los mortifagos, pero este repelió el hechizo, lanzando a su vez otro contra Harry, que el chico pudo esquivar, agachándose. Cuando se levantó para lanzar un nuevo hechizo notó cómo un rayo de luz dorada atravesaba su cuerpo, y todos los músculos de su cuerpo se destensaban haciéndolo soltar la varita y caer al suelo como un muñeco de trapo, a la vez, otro sortilegio impactaba contra el coche volcándolo sobre Harry, que vio como el vehículo se le venía encima, sin saber que hacer para evitar ser aplastado. Y la oscuridad lo envolvió.
En aquel mismo instante llegaron varios magos, miembros de la orden y aurores del ministerio que se unieron a Lupin y Tonks en la lucha contra los mortifagos. Al darse cuenta de que la ayuda por fin, había llegado, Tonks se volvió para intentar rescatar a Harry, que yacía bajo el coche volcado, y junto a él, en el suelo estaba su varita que Tonks guardó. Se acercó para intentar rescatar al muchacho, y cuando iba a hacer un hechizo para intentar levantar el vehículo, se dio cuenta de que en realidad este, no estaba tocando al joven que yacía en el suelo, el techo del vehículo estaba extrañamente deformado, formando una especie de hueco que evitaba el aplastamiento de Harry, Tonks no supo explicarse cómo estaba así el coche, pero tampoco tenía tiempo para pensarlo, Harry no tenía buen aspecto, y el tiempo jugaba en su contra. Cogiendo a Harry en brazos sacó de su bolsillo una moneda que agarró con fuerza. Notó el tirón característico del traslador y cómo sus pies se separaban del suelo, aterrizando con fuerza en otro lugar, habían llegado al cuartel general, estaban a salvo, si es que Harry seguía con vida. Tonks lo notaba terriblemente frío.
.......................................................................................................
Cuando los chicos llegaron a las escaleras vieron como Tonks entraba en el salón con el cuerpo de Harry en brazos, seguida por la Señora Weasley, ellos las persiguieron.
-Tonks, qué ha pasado-Preguntó la señora Weasley muy preocupada, no demasiado segura de hacer la siguiente pregunta- ¿está vivo?
Pero Tonks no pudo responder a ninguna de las dos preguntas porque en ese mismo momento cayó al suelo, y fue entonces cuando se dieron cuenta de la herida que tenía en su cabeza de la manaba sangre abundantemente.
- ¡Oh dios!, ¡qué hago!, estoy sola, donde están todos-preguntaba desesperada la señora Weasley pero los únicos que la acompañaban en la casa en aquel momento era un grupo de chiquillos que miraban aterrorizados a Tonks y a Harry.
En aquel mismo instante, y como respuesta a la señora Weasley, llegó una mujer con aspecto decidido y una gran bolsa, de la que empezó a sacar pociones. Era la señora Pomfrey, medimaga de Hogwarts, que había sido avisada para que acudiese allí de forma urgente.
-Molly por favor, saque a los chicos de aquí- dijo la señora Pomfrey.
A pesar de las protestas de Ron y Ginny la señora Weasley los echó fuera, y entró cerrando la puerta tras de sí.
Ron, andaba de acá para allá pisando con rabia, mientras Ginny lloraba silenciosamente sentada al borde de una silla mirando fijamente hacia el suelo. Claudia se sentó a su lado, y no sabiendo muy bien qué hacer le puso el brazo sobre su hombro. Brian y Roberto estaban apoyados en la pared junto a la puerta de la habitación mirando a los demás. Aunque no conocían al chico herido, sentían el miedo y el dolor de sus nuevos amigos, al verlo en aquella situación. Era obvio que debía ser alguien muy importante para ellos.
Fue Roberto el que rompió el silencio -mirad, chicos, seguro que se pone bien- aunque Ron le echó una mirada fulminante que hizo que se callase en aquel mismo instante.
Para Ron, nada de lo pudiesen hacer o decir podría ayudarle, era Harry el que estaba en la habitación contigua, en un estado... que parecía cuando menos, bastante grave.
-Él es Harry, Harry Potter. Mi amigo. Mi mejor amigo- dijo Ron derrotado, apoyándose contra la pared, y dejándose resbalar, hasta sentarse en el suelo, hecho un ovillo.
Nadie contestó.
Los hijos de Snape habían oído hablar del chico que vivió, quién no conocía su nombre en el mundo mágico, aparecía hasta en los libros de historia. Y que él fuese el herido, el que estaba en la habitación de al lado..., aquello lo hacía todo como más real. El chico que vivió había sido herido, había sido atacado, él, que había sobrevivido a Voldemort, estaba ahora en la habitación contigua en no se sabe que estado. No cabía duda de que los tiempos que se aproximaba iban a ser muy negros, y el hecho de que aquel chico, que era considerado como la demostración de que la oscuridad no era invencible, estuviese en aquella situación, resultaba desmoralizante y hacía más real la amenaza que se cernía sobre todo el mundo, no sólo el mundo mágico, aquella guerra acabaría afectando también al mundo muggle por más que los magos tratasen de evitarlo o de ocultarlo, excepto en el caso de que el mago oscuro fuese derrotado sin darle tiempo a organizar la ofensiva.
Más allá del hecho simbólico que tuviese ese ataque, para los habitantes de esa casa era mucho más que eso, habían atacado a alguien muy cercano a las personas que vivían allí, para Ginny y Ron, Harry era como un miembro más de la familia Weasley, y, para los nuevos visitantes, aquel chico, por el hecho de significar tanto para sus nuevos amigos, era percibido como alguien muy cercano; lo habían visto a su llegada, y era un chico como cualquiera, de su misma edad, y tenía un aspecto tan vulnerable... Por la reacción de los pelirrojos era obvio que se trataba de alguien muy próximo y querido, y era eso mismo, lo que los hacía sentir como si aquel chico, desconocido hasta entonces, fuese alguien a quien les hubiese gustado conocer, y no sólo por ser el niño que vivió, sino por la persona que se ocultaba tras ese hecho, la persona que era Harry. No Harry Potter, el niño que vivió. Sólo Harry.
El tiempo pasaba, y nadie salía de la habitación contigua, nadie les decía qué estaba pasando ni qué había ocurrido y los chicos se sentían cada vez más desmoralizados, más preocupados, no sabían qué hacer.
Por debajo de la puerta de la entrada se coló una carta dirigida a Harry, que Ron guardó.
Tras lo que pareció una eternidad, la puerta de la casa se abrió, y por ella entró Remus Lupin, con un aspecto bastante lamentable, tenía una manga de su túnica rajada por la que se podía ver su brazo, que en aquel momento tenía un extraño y feo color azul además de despender un suave humo blanquecino.
-Chicos, ¿dónde están?-preguntó refiriéndose obviamente a los heridos.
-Primero tendrás que explicarnos lo que ha pasado- dijo Ron muy firme, no pensaba quedarse así, necesitaba saber qué era lo que estaba ocurriendo.
-Fuimos atacados, eran demasiados, cuando llegó la ayuda, Harry... -fue respuesta de Lupin.
-Están en el salón, la señora Pomfrey los está atendiendo.-contestó Ginny.
Lupin se dejó caer en una de las sillas.
-¿no sería mejor que los llevasen a San Mungo?-Preguntó Ginny.
-No creemos que San Mungo sea seguro para Harry, entra y sale demasiada gente, es demasiado accesible.-Dijo Lupin con voz cansada.
Después de un rato, que a todos les pareció interminable, se abrió la puerta del salón y salieron la señora Pomfrey y Molly. Al ver al Señor Lupin, la señora Pomfrey se sorprendió un poco, y observó con mirada crítica su aspecto.
-Señor Lupin, ¿qué hace usted aquí?, debería estar en San Mungo para que le hubiesen mirado esa herida- le regañó Pomfrey.
-¿Cómo están ellos?- fue la respuesta de Lupin.
La señora Pomfrey sabía que aquella herida debía estar doliéndole bastante, pero Lupin parecía muy convencido de no irse sin saber más, así que rebuscó un frasco en su bolsa y empezó a aplicarle la poción mientras explicaba la situación de los heridos- Tonks está bien, solo necesitará un poco de reposo, mientras le hacen efecto todas las pociones que le he dado. Respecto a Harry, el impacto del hechizo no es lo que más me preocupa, permanece inconsciente y no sé exactamente porqué, está bajo shock, no puedo decir cuando despertará, pero está fuera de peligro.-informó la medimaga-¿Qué puede decirme de lo que le ocurrió al señor Potter?, me sería de gran ayuda-preguntó dirigiéndose a Lupin, empezando ya a vendar el brazo que ahora tenía un color rojizo.
Pero lo que Lupin sabía no era gran cosa, estaba luchando con varios mortifagos, y no vio mucho. Quizás, cuando Tonks despertase pudiese aportar algo más.
_____________________________________________________
Hasta aquí el capítulo 7, espero que les haya gustado.
Y como siempre se aceptan sugerencias, críticas, y demás en forma de review. Que yo los recibo y me encanta que me contéis que os parece.
Si quereis que os avise cuando actualice nuevos capítulos, no teneis más que dejarme vuestro e-mail.
Respecto a los reviews del capítulo anterior:
Idril Black: Hola guapísima. Ya sabemos lo que le pasó a Harry, bueno, más o menos. Voy a ser buena, y en el próximo capítulo veremos un poco lo que hizo Claudia para resolver lo de su sueño. Respecto a Brian, me salió así solito, de hecho no estaba muy segura de si agregarlo a la familia o no, pero parece que va a ser un personajillo simpático. Muchísimas gracias por tu review, espero que este capítulo también te haya gustado, aunque no sea muy divertido, pero no estaba la cosa como para bromas.
Jorg: Hola, Gracias por tu review. Desde luego, Snape moriría de la impresión si esos dos tuviesen algo que ver, aunque veremos que nadie es suficientemente bueno para su niñita, ya veremos... Hasta pronto.
Moony: Me alegro de que al final te esté gustando. La verdad es que es mi primer fic, y comprendo que pudiese no gustar mucho, pero yo intentaré hacerlo lo mejor posible. Muchas gracias por tu review. Espero que este capítulo te haya gustado aunque un poco deprimente. Hasta pronto.
Asu_San: Primero, muchas gracias, me anima mucho que te esté gustando y espero que siga siendo así. Como puedes ver, parece que Harry está bien y respecto a Claudia, yo no la consideraría mala, pero bueno, ya veremos... Saludos.
Marla: Hola, como puedes ver ya sabemos lo que le pasó a Harry. No tardarán mucho ya en volver a la escuela, y veremos a qué casa va cada uno, pero entre tú y yo te diré que todos no irán a la misma. Espero que te haya gustado el capítulo. Gracias por tu review. Hasta pronto.
jEsS!c: ¡que nic más complicado! ¡Hola! Espero no haber tardado mucho. Gracias por tu review. No pienso dejar la historia a medias, que cuando leo alguna por ahí abandonada, me da mucha rabia. Espero que te esté gustando. Besos.
Jessy_Tonks: jeje soy un poco mala pero no demasiado que si no, no hay misterio. Gracias por tu review, espero que te haya gustado el capítulo. Nos vemos.
Hasta pronto. ^.^
Tras el velo
Por Elanor Black
Capítulo 7. Ataque en Privet Drive
La mañana, había amanecido muy soleada en Privet Drive, y en el cielo no aparecía ni una sola nube que intentase frenar los rayos del sol, que aquel día parecía querer demostrar hasta qué punto era verano.
Harry tomó su desayuno con los Dursley en silencio, intentando evitar todo contacto, y ya creía que conseguiría alcanzar las escaleras para huir a su dormitorio, cuando la voz nasal del tío Vernon lo detuvo.
-Chico, mañana tengo una reunión muy importante de trabajo, es posible que consiga un ascenso- Dijo el señor Dursley muy satisfecho y orgulloso.- Todo debe ser perfecto así que tendrás que lavar el coche, quiero que esté impecable.
-¿y porqué tendría que hacerlo yo?, tengo cosas más importantes que hacer, aún no he escrito a mis amigos de la estación- dijo Harry en tono de amenaza.
-Escribe a los anormales esos, y después lavas el coche-dijo el tío Vernon intentando parecer firme- si es que quieres comer durante el resto del verano-terminó.
Harry se resignó, no tendría más remedio que acabar limpiando el coche, así que dejando la carta para después, bajó refunfuñando las escaleras, dirigiéndose hacia la puerta para lavar el automóvil de su tío.
El vehículo en cuestión, estaba bastante sucio, parecía que no se hubiese limpiado desde la última vez que lo lavó Harry, el año anterior, así que con gran parsimonia y disgusto, Harry cogió la manguera y las bayetas. Se le pasó por la cabeza la idea de utilizar la varita que llevaba en el bolsillo, pero después de lo del año pasado, no quería ni imaginar las consecuencias del uso de la magia fuera del colegio.
La calle estaba desierta. Aquel era un día caluroso que hacía justicia a la estación del año que transcurría, de esos que derriten hasta el asfalto, y ninguna persona sin un motivo justificado, se expondría al sol inclemente excepto él, pero se consolaba pensando en que si apretaba mucho el sol, podría refrescarse un poco con la manguera, idea que cada vez le iba resultando más atractiva.
Por fin había terminado, y el coche brillaba agradecido por la limpieza. Harry estaba asado de calor, así que como premio, puso su cabeza bajo el potente chorro de agua fría. Se cayeron las gafas junto a la rueda del coche. Cerró el grifo del agua y se agachó para recoger sus lentes. "Pues sí que ha sido efectiva el agua, me está entrando hasta frío, espero no coger un resfriado" pensaba Harry, pero aquella sensación no era natural, de pronto, fue como si todo parase, el silencio se hizo ensordecedor, y el frío le caló hasta los huesos.
"Otra vez no" pensó Harry, "no pueden ser otra vez los dementores" rogaba Harry mientras giraba la cabeza y se ponía las gafas, pero estaban llenas de agua, y no ayudaban demasiado a su visión, como pudo, intentó limpiarlas, a la vez que sacaba su varita, y los vio, eran muchos, y se acercaban lentamente, rodeándolo, como flotando sobre el suelo.
Agarró con fuerza su varita desesperado, e intentó pensar en algo alegre, pero los recuerdos de Sirius, y la pesadilla de su pérdida, era todo lo que llenaba su mente. "Harry, concéntrate, por lo que más quieras" se regañaba a si mismo, "algo alegre, algo alegre, algo alegre", los dementores estaban cada vez más cerca, y para empeorar la situación tras los dementores, ahora podía vislumbrar varios encapuchados, mortifagos obviamente."¡Qué bien cuanta visita!" pensaba irónico. "Algo alegre, algo alegre, algo alegre", estaban ya encima de Harry, tan sólo a dos metros, tenía que ser ahora o nunca.
-Expecto patronus- Pero no era la voz de Harry la que dijo el sortilegio, eran dos personas las que convocaron al unísono dos animales plateados, que rodearon a Harry y empezaron a embestir contra los dementores, que ahora cedían terreno y acababan deshaciéndose ante el ataque del lobo y la gaviota de plata.
Pero Harry no tuvo tiempo de girarse para ver quién estaba con él ya que los mortifagos, a la vista del fracaso de los dementores, empezaron a atacar, y varios rayos de colores impactaron en el lugar en el que segundos atrás estaba Harry, que ahora se refugiaba tras el coche de Tío Vernon.
Vio cómo Lupin y Tonks avanzaron lanzando hechizos, que eran repelidos por los mortifagos, que los superaban en número.
-¡DESMAIUS!- Gritó Harry, contra uno de los mortifagos, pero este repelió el hechizo, lanzando a su vez otro contra Harry, que el chico pudo esquivar, agachándose. Cuando se levantó para lanzar un nuevo hechizo notó cómo un rayo de luz dorada atravesaba su cuerpo, y todos los músculos de su cuerpo se destensaban haciéndolo soltar la varita y caer al suelo como un muñeco de trapo, a la vez, otro sortilegio impactaba contra el coche volcándolo sobre Harry, que vio como el vehículo se le venía encima, sin saber que hacer para evitar ser aplastado. Y la oscuridad lo envolvió.
En aquel mismo instante llegaron varios magos, miembros de la orden y aurores del ministerio que se unieron a Lupin y Tonks en la lucha contra los mortifagos. Al darse cuenta de que la ayuda por fin, había llegado, Tonks se volvió para intentar rescatar a Harry, que yacía bajo el coche volcado, y junto a él, en el suelo estaba su varita que Tonks guardó. Se acercó para intentar rescatar al muchacho, y cuando iba a hacer un hechizo para intentar levantar el vehículo, se dio cuenta de que en realidad este, no estaba tocando al joven que yacía en el suelo, el techo del vehículo estaba extrañamente deformado, formando una especie de hueco que evitaba el aplastamiento de Harry, Tonks no supo explicarse cómo estaba así el coche, pero tampoco tenía tiempo para pensarlo, Harry no tenía buen aspecto, y el tiempo jugaba en su contra. Cogiendo a Harry en brazos sacó de su bolsillo una moneda que agarró con fuerza. Notó el tirón característico del traslador y cómo sus pies se separaban del suelo, aterrizando con fuerza en otro lugar, habían llegado al cuartel general, estaban a salvo, si es que Harry seguía con vida. Tonks lo notaba terriblemente frío.
.......................................................................................................
Cuando los chicos llegaron a las escaleras vieron como Tonks entraba en el salón con el cuerpo de Harry en brazos, seguida por la Señora Weasley, ellos las persiguieron.
-Tonks, qué ha pasado-Preguntó la señora Weasley muy preocupada, no demasiado segura de hacer la siguiente pregunta- ¿está vivo?
Pero Tonks no pudo responder a ninguna de las dos preguntas porque en ese mismo momento cayó al suelo, y fue entonces cuando se dieron cuenta de la herida que tenía en su cabeza de la manaba sangre abundantemente.
- ¡Oh dios!, ¡qué hago!, estoy sola, donde están todos-preguntaba desesperada la señora Weasley pero los únicos que la acompañaban en la casa en aquel momento era un grupo de chiquillos que miraban aterrorizados a Tonks y a Harry.
En aquel mismo instante, y como respuesta a la señora Weasley, llegó una mujer con aspecto decidido y una gran bolsa, de la que empezó a sacar pociones. Era la señora Pomfrey, medimaga de Hogwarts, que había sido avisada para que acudiese allí de forma urgente.
-Molly por favor, saque a los chicos de aquí- dijo la señora Pomfrey.
A pesar de las protestas de Ron y Ginny la señora Weasley los echó fuera, y entró cerrando la puerta tras de sí.
Ron, andaba de acá para allá pisando con rabia, mientras Ginny lloraba silenciosamente sentada al borde de una silla mirando fijamente hacia el suelo. Claudia se sentó a su lado, y no sabiendo muy bien qué hacer le puso el brazo sobre su hombro. Brian y Roberto estaban apoyados en la pared junto a la puerta de la habitación mirando a los demás. Aunque no conocían al chico herido, sentían el miedo y el dolor de sus nuevos amigos, al verlo en aquella situación. Era obvio que debía ser alguien muy importante para ellos.
Fue Roberto el que rompió el silencio -mirad, chicos, seguro que se pone bien- aunque Ron le echó una mirada fulminante que hizo que se callase en aquel mismo instante.
Para Ron, nada de lo pudiesen hacer o decir podría ayudarle, era Harry el que estaba en la habitación contigua, en un estado... que parecía cuando menos, bastante grave.
-Él es Harry, Harry Potter. Mi amigo. Mi mejor amigo- dijo Ron derrotado, apoyándose contra la pared, y dejándose resbalar, hasta sentarse en el suelo, hecho un ovillo.
Nadie contestó.
Los hijos de Snape habían oído hablar del chico que vivió, quién no conocía su nombre en el mundo mágico, aparecía hasta en los libros de historia. Y que él fuese el herido, el que estaba en la habitación de al lado..., aquello lo hacía todo como más real. El chico que vivió había sido herido, había sido atacado, él, que había sobrevivido a Voldemort, estaba ahora en la habitación contigua en no se sabe que estado. No cabía duda de que los tiempos que se aproximaba iban a ser muy negros, y el hecho de que aquel chico, que era considerado como la demostración de que la oscuridad no era invencible, estuviese en aquella situación, resultaba desmoralizante y hacía más real la amenaza que se cernía sobre todo el mundo, no sólo el mundo mágico, aquella guerra acabaría afectando también al mundo muggle por más que los magos tratasen de evitarlo o de ocultarlo, excepto en el caso de que el mago oscuro fuese derrotado sin darle tiempo a organizar la ofensiva.
Más allá del hecho simbólico que tuviese ese ataque, para los habitantes de esa casa era mucho más que eso, habían atacado a alguien muy cercano a las personas que vivían allí, para Ginny y Ron, Harry era como un miembro más de la familia Weasley, y, para los nuevos visitantes, aquel chico, por el hecho de significar tanto para sus nuevos amigos, era percibido como alguien muy cercano; lo habían visto a su llegada, y era un chico como cualquiera, de su misma edad, y tenía un aspecto tan vulnerable... Por la reacción de los pelirrojos era obvio que se trataba de alguien muy próximo y querido, y era eso mismo, lo que los hacía sentir como si aquel chico, desconocido hasta entonces, fuese alguien a quien les hubiese gustado conocer, y no sólo por ser el niño que vivió, sino por la persona que se ocultaba tras ese hecho, la persona que era Harry. No Harry Potter, el niño que vivió. Sólo Harry.
El tiempo pasaba, y nadie salía de la habitación contigua, nadie les decía qué estaba pasando ni qué había ocurrido y los chicos se sentían cada vez más desmoralizados, más preocupados, no sabían qué hacer.
Por debajo de la puerta de la entrada se coló una carta dirigida a Harry, que Ron guardó.
Tras lo que pareció una eternidad, la puerta de la casa se abrió, y por ella entró Remus Lupin, con un aspecto bastante lamentable, tenía una manga de su túnica rajada por la que se podía ver su brazo, que en aquel momento tenía un extraño y feo color azul además de despender un suave humo blanquecino.
-Chicos, ¿dónde están?-preguntó refiriéndose obviamente a los heridos.
-Primero tendrás que explicarnos lo que ha pasado- dijo Ron muy firme, no pensaba quedarse así, necesitaba saber qué era lo que estaba ocurriendo.
-Fuimos atacados, eran demasiados, cuando llegó la ayuda, Harry... -fue respuesta de Lupin.
-Están en el salón, la señora Pomfrey los está atendiendo.-contestó Ginny.
Lupin se dejó caer en una de las sillas.
-¿no sería mejor que los llevasen a San Mungo?-Preguntó Ginny.
-No creemos que San Mungo sea seguro para Harry, entra y sale demasiada gente, es demasiado accesible.-Dijo Lupin con voz cansada.
Después de un rato, que a todos les pareció interminable, se abrió la puerta del salón y salieron la señora Pomfrey y Molly. Al ver al Señor Lupin, la señora Pomfrey se sorprendió un poco, y observó con mirada crítica su aspecto.
-Señor Lupin, ¿qué hace usted aquí?, debería estar en San Mungo para que le hubiesen mirado esa herida- le regañó Pomfrey.
-¿Cómo están ellos?- fue la respuesta de Lupin.
La señora Pomfrey sabía que aquella herida debía estar doliéndole bastante, pero Lupin parecía muy convencido de no irse sin saber más, así que rebuscó un frasco en su bolsa y empezó a aplicarle la poción mientras explicaba la situación de los heridos- Tonks está bien, solo necesitará un poco de reposo, mientras le hacen efecto todas las pociones que le he dado. Respecto a Harry, el impacto del hechizo no es lo que más me preocupa, permanece inconsciente y no sé exactamente porqué, está bajo shock, no puedo decir cuando despertará, pero está fuera de peligro.-informó la medimaga-¿Qué puede decirme de lo que le ocurrió al señor Potter?, me sería de gran ayuda-preguntó dirigiéndose a Lupin, empezando ya a vendar el brazo que ahora tenía un color rojizo.
Pero lo que Lupin sabía no era gran cosa, estaba luchando con varios mortifagos, y no vio mucho. Quizás, cuando Tonks despertase pudiese aportar algo más.
_____________________________________________________
Hasta aquí el capítulo 7, espero que les haya gustado.
Y como siempre se aceptan sugerencias, críticas, y demás en forma de review. Que yo los recibo y me encanta que me contéis que os parece.
Si quereis que os avise cuando actualice nuevos capítulos, no teneis más que dejarme vuestro e-mail.
Respecto a los reviews del capítulo anterior:
Idril Black: Hola guapísima. Ya sabemos lo que le pasó a Harry, bueno, más o menos. Voy a ser buena, y en el próximo capítulo veremos un poco lo que hizo Claudia para resolver lo de su sueño. Respecto a Brian, me salió así solito, de hecho no estaba muy segura de si agregarlo a la familia o no, pero parece que va a ser un personajillo simpático. Muchísimas gracias por tu review, espero que este capítulo también te haya gustado, aunque no sea muy divertido, pero no estaba la cosa como para bromas.
Jorg: Hola, Gracias por tu review. Desde luego, Snape moriría de la impresión si esos dos tuviesen algo que ver, aunque veremos que nadie es suficientemente bueno para su niñita, ya veremos... Hasta pronto.
Moony: Me alegro de que al final te esté gustando. La verdad es que es mi primer fic, y comprendo que pudiese no gustar mucho, pero yo intentaré hacerlo lo mejor posible. Muchas gracias por tu review. Espero que este capítulo te haya gustado aunque un poco deprimente. Hasta pronto.
Asu_San: Primero, muchas gracias, me anima mucho que te esté gustando y espero que siga siendo así. Como puedes ver, parece que Harry está bien y respecto a Claudia, yo no la consideraría mala, pero bueno, ya veremos... Saludos.
Marla: Hola, como puedes ver ya sabemos lo que le pasó a Harry. No tardarán mucho ya en volver a la escuela, y veremos a qué casa va cada uno, pero entre tú y yo te diré que todos no irán a la misma. Espero que te haya gustado el capítulo. Gracias por tu review. Hasta pronto.
jEsS!c: ¡que nic más complicado! ¡Hola! Espero no haber tardado mucho. Gracias por tu review. No pienso dejar la historia a medias, que cuando leo alguna por ahí abandonada, me da mucha rabia. Espero que te esté gustando. Besos.
Jessy_Tonks: jeje soy un poco mala pero no demasiado que si no, no hay misterio. Gracias por tu review, espero que te haya gustado el capítulo. Nos vemos.
Hasta pronto. ^.^
