Disclaimer: Estos personajes, excepto Andrea y sus hijos, no son míos
sino de J. K. Rowling, Warner Bros y no sé quien más; no gano dinero con ellos
así que no me demanden, por favor.
Tras el velo
Por Elanor Black
Capítulo 9: Descubierta.
Claudia cerró el libro, y se dispuso a mirar cuanto costaba, pero, no tenía etiqueta, ni precio, no tenía nada. En realidad, ella tampoco tenía dinero con el que pagarlo, puesto que le habían robado el bolso, y tenía la impresión de que realmente aquel libro, no estaba en venta, de hecho, un libro obviamente mágico, no debía estar en una librería muggle, y tampoco tenía idea de cómo habría ido a parar allí, pero debía que llevarse el libro, eso lo tenía claro, así que no esperó a que volviese a salir el librero. Le pagaría el libro por correo, tampoco quería robarlo, que era la impresión que tenía de lo que estaba haciendo, pero no tenía otra opción así que introdujo el libro en la bolsa del chocolate y salió de la tienda en dirección a San Mungo.
Hacía algo más de una hora que había salido del hospital, aunque a ella le pareció mucho más tiempo. Finalmente llegó a los escaparates que hacían de entrada y en voz baja pidió entrar, como había visto que hizo la chica del pelo rosa, ahora se fijó en que uno de los maniquís del escaparate se movió, y como no pasó nada más, intentó atravesar el cristal. Lo consiguió.
Una vez dentro, se dirigió hacia los ascensores, para subir a la cafetería, y al abrirse las puertas se encontró con Tonks que salía.
-Por fin te encuentro, no estabas en la cafetería.- Le dijo Tonks.
-Bueno, ahora iba hacia allí- Repuso Claudia.- ¿nos Vamos?
-Sí, claro, por cierto, como está tu amigo- Se interesó Tonks sonriendo ampliamente.
- Oh, la verdad es que no tiene muy buen aspecto- contestó Claudia pensativa.
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Por suerte, nadie las vio llegar.
"Si después de las advertencias de mis padres, se enteran que lo primero que hago es salir de la casa, me la hubiese ganado", pensó Claudia, mientras subía las escaleras hasta la habitación que compartió la noche anterior con sus hermanos.
Guardó la bolsa en su mochila, y apenas se sentó sobre la cama cuando se abrió la puerta.
-¡Ah!, por fin te encuentro,- Entró la señora Weasley- ya han llegado los equipajes. Compartirás habitación con Ginny, estarás mucho más cómoda que con los chicos.
-Gracias.- contestó Claudia levantándose.
-Ven te enseñaré donde está- Dijo la señora Weasley saliendo de la habitación, seguida por Claudia que había cogido su mochila.
Tras subir a otra planta, entraron en una de las habitaciones de un largo y oscuro pasillo iluminado al fondo por la luz que entraba por un pequeño ventanuco. El dormitorio era bastante sobrio, tenía tres camas, un escritorio, un gran armario y un cuadro, que aparecía vacío. Al fondo vio su maleta, regalo del último cumpleaños, era una maleta bastante especial, ya que aunque su tamaño exterior no era demasiado grande, por dentro, nunca había conseguido llenarla del todo, siempre cabía algo más, y junto a ella Tico, encerrado en su jaula dormia plácidamente.
-Vaya, veo que tienes una ¿mascota?-dijo la señora Weasley.
-Sí, es un Hámster Ruso- le aclaró Claudia.- Se llama Tico.
-Ah. Ron tenía una rata, pero ya no, ahora tiene una lechuza.- dijo la señora Weasley un poco nerviosa.
-Las lechuzas pueden ser más útiles, pero Tico también tiene sus ventajas-sonrió Claudia observando con cariño a su minúscula mascota.
-Bueno, me voy abajo, te dejo con tu equipaje.
-Sí la verdad es que hay mucho que desempacar.- Suspiró Claudia.- ¿Donde está Ginny?, antes quisiera saber cuál es mi parte.
-Creo que está arriba, en el desván, con Buckbeak.
-En ese caso subiré al desván.- dijo Claudia dirigiéndose hacia la escalera.
Cuando llegó arriba, se encontró ante tres puertas. No sabía a cual dirigirse, pero prestando un poco de atención, oyó voces tras la puerta de la derecha, así que tocó, y se abrió la puerta.
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-Y entonces me encontré con los chicos y un hipogrifo bastante grande que intentó atacarme, pero no tengo ni idea de porqué.
-Y bien, Harry, podrías aportar alguna idea de qué hacer. No he vuelto a coger el libro, creo que para leer las runas necesitaré hacer algún hechizo, y hasta que volvamos a la escuela eso no será posible, así que ahora intento buscar a algún Harry, que pueda tener algo que ver con las voces del libro, pero debo confesar que no sé que hacer…
Claudia se levantó de la silla en la que se encontraba y dejó el ordenador sobre la misma. Empezó a pasear por la habitación jugueteando con un pequeño medallón que llevaba colgado a su cuello. Se detuvo lentamente y se acercó a la cama sentándose junto al chico, que parecía dormido y lo observó detenidamente. Pudo comprobar que tenía el pelo muy negro y despeinado. Su piel era muy pálida, y entre los flequillos asomaba una cicatriz, la marca que Voldemort le dejó como muestra de su ataque. Claudia acercó su mano, y suavemente, apartó su pelo de la cicatriz, y pensó con tristeza en todos los problemas que aquel chico tuvo para obtenerla, y en lo pequeño que debía ser cuando perdió a sus padres. No quería imaginar lo que sería perder a sus padres. Aunque su madre, a veces podía ser un poco estricta, era estupenda y la quería mucho. Su padre a veces era un poco seco, y no era muy dado a demostraciones de cariño, pero Claudia sabía que la quería mucho, muchísimo, y ella no tenía problemas en darle un abrazo cuando lo veía un poco serio o triste. Sabía que podía conseguir lo que quisiera de su padre, era su niña mimada. Y mirando a Harry, se acercó lentamente, y le dio un beso en la frente. Lamentaba su situación. Siguió observándolo. Tenía la cara delgada, los labios eran finos, la nariz recta, y los ojos, rodeados de largas y oscuras pestañas, eran de un color verde esmeralda muy brillante, y la observaban fijamente. Claudia dio un salto hacia atrás y casi se cayó al suelo.
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Harry acababa de despertar de un sueño de lo más extraño, e intentó recordarlo.
Soñó que paseaba por una especie de selva, y de pronto en medio de la selva apareció una puerta, que tenía grabado un extraño dibujo rojo y blanco, intentó abrirla, pero la puerta estaba cerrada. Empezó a buscar una llave, pero en el suelo había muchas llaves, manchadas de barro, y de pronto empezaron a aparecer gatos que pisoteaban las llaves y empezaron a maullar todos a la vez, y también apareció una persona, que no pudo reconocer, que le dio una llave, con el dibujo de la puerta, y cuando introdujo la llave en la cerradura, y la giró, abrió la puerta, pero despertó. Junto a él creyó ver a alguien, pero no estaba seguro de si aún dormía o no.
Se incorporó en la cama, y miró a su alrededor.
Frente a él había una chica que lo miraba fijamente con expresión de sorpresa y algo sonrojada. Sus ojos eran azules, su pelo negro y liso, y vestía un camisón verde, que le llegaba por encima de las rodillas. La chica le resultaba extrañamente familiar (N.A: si él supiera, ja ja), aunque no la había visto antes, de eso estaba seguro.
Estuvieron mirándose uno al otro durante unos instantes, aunque finalmente, fue Claudia la que reaccionó.
-Hola- dijo en una voz poco segura- ya despertaste. – "eso es obvio" se regañó a si misma-¿Cómo te encuentras?
-Ah… bien…, y tú eres…-dijo Harry aún un poco confuso.
-Claudia, soy Claudia Green-se presentó.
A Harry aquel nombre no le sonaba para nada, no conocía a nadie con ese apellido.
-¿Y dónde estoy?-Preguntó Harry.
-Estás en el cuartel general de la Orden del Fénix. No sé si lo recuerdas, pero al parecer te atacaron, y Tonks te trajo aquí- le explicó la chica de los ojos azules.
-Sí, si… recuerdo el ataque… el coche…- dijo Harry pensativo- Entonces… estoy en casa de Sirius.- Y una sensación de tristeza lo embargó, y se quedó en silencio.
-¿De verdad te encuentras bien?, no tienes buen aspecto, será mejor que avise a alguien de que ya despertaste- Dijo Claudia dirigiéndose hacia la puerta del dormitorio.
-No, espera, no te preocupes, estoy bien, sólo estoy un poco cansado. ¿Dormí mucho?
Claudia se detuvo, y se acercó de nuevo a Harry- En realidad estuviste inconsciente desde ayer, bueno, teniendo en cuenta que ya es de madrugada, desde anteayer. Estaban muy preocupados por ti. Por cierto… feliz cumpleaños, con atraso, te perdiste tu fiesta- dijo acercándose a él y dándole dos besos en las mejillas a los que Harry no respondió.
Ante el gesto Harry se quedó de piedra, no estaba acostumbrado a que una desconocida le diese besos, de hecho no estaba acostumbrado a que nadie lo hiciese.
Claudia vio como el chico primero se quedaba paralizado, y después, empezaba a ponerse rojo, lo que la sorprendió un poco, y también la incomodó, de dónde ella venía era un gesto de lo más normal, al saludarse, al presentarse, al felicitar a alguien… los ingleses parecían un poco secos, quizás había hecho algo incorrecto, pero ella estaba acostumbrada a ese gesto, y tampoco era para tanto.
-Bueno de todos modos ahí tienes algunos regalos que te mandaron- dijo Claudia turbada, señalando la mesilla donde Ginny había amontonado algunos paquetes.-En todo caso creo que es mejor que me vaya, y avise a alguien de que despertaste, ya nos veremos.
-Prefiero que no avises a nadie, es tarde. Ya hablaré con ellos mañana- Pidió Harry.
-Como quieras, hasta mañana entonces. –Se despidió Claudia saliendo de la habitación y dejándolo con sus pensamientos.
Harry se levantó de la cama, y oyó un pequeño tintineo. Al parecer algo había caído de la cama, así que miró al suelo, y brillando vio un pequeño medallón con el dibujo de la puerta de su sueño. ¿No fue un sueño? Harry se sentía muy confuso.
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Cuando Harry despertó a la mañana siguiente, se encontró a Ron junto a su cama.
-¡Ron!, hey tío, al fin nos vemos, y antes de lo previsto.- Lo saludó Harry que se despertó de muy buen humor, de hecho, de mejor humor que en mucho tiempo.
-Harry, por fin despiertas. Nos tenías algo preocupados.-le regañó el pelirrojo.
-Bueno, que se le va ha hacer, de todos modos, no estaba Voldemort allí, así que no corría verdadero peligro.
Ron lo miró con cara asustada- ¿Se puede saber que hechizo te hicieron?, te has vuelto un temerario.
Harry cayó en la cuenta de que Ron no sabía nada de lo de la profecía, antes o después tendría que acabar contándosela a sus amigos, pero eso podía esperar, ahora no tenía ganas de pensar en eso. Por fin había dejado la casa de los Dursley, y eso era lo importante. Esperaba que a Dumbledore no se le ocurriese mandarlo de vuelta con sus tíos.
-Nada, solo bromeaba. Por cierto ¿como van las cosas por aquí? ¿Qué novedades me puedes contar?- Preguntó Harry.
-Pues Respecto a las actividades de Quién tú sabes, no sé demasiado, tu sabes como es mi madre para informarnos, han ocurrido algunos ataques selectivos, el más sonado el que te hicieron a ti, que salio en la primera página del profeta. También sé quién será el nuevo profesor, bueno profesora de DCAO.
-Espero que no sea como Umbridge, porque con las profesoras no nos ha ido muy bien.
-Pues no sé que decirte, porque a primera vista parece normal, pero el problema es que sospecho que tiene algo que ver con Snape, porque se conocen, y además también se apellida Snape, así que yo supongo que será una especie de prima, muy lejana, espero. Me han dicho que no es mala profesora, pero su relación con Snape… no sé, no me fío.
-Lo último que necesito es que otro Snape de profesor…
-Ah y también tenemos más compañía en el cuartel, han traído a unos chicos, pero mamá nos advirtió que no debíamos "atosigarlos a preguntas" así que no se demasiado de ellos, excepto que estaban en el mismo colegio, que son de España y que han sido alumnos de la Profesora Snape, en todo caso ya los conocerás.
Entonces la chica que estaba anoche en su habitación debía ser una de ellos, pensó Harry que prefirió no mencionar a Ron que ya conoció a una de los nuevos.
-Por cierto, qué me dices de Hermione. ¿No está aquí?
Ante la pregunta Ron no se puso demasiado contento.- No, aún no ha vuelto de sus maravillosas vacaciones en Bulgaria- Dijo en tono sarcástico- Estará muy ocupada con Vicky.
Por la explicación de Ron, Harry pensó que era mejor cambiar de tema.
-Estoy muerto de hambre, vamos a desayunar.
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Claudia se despertó al oír un ruido. Ginny entró muy contenta en la habitación.
-Buenos días, dormilona. ¿A que no sabes qué?-Preguntó haciéndose la interesante, mientras una gran sonrisa se le escapaba- ¡Harry ya está bien! Ha desayunado con nosotros. Mamá lo ha mandado a dormir, pero ya está bien. Y Tonks también está bien, está abajo desayunando con la profesora Snape.
-Hoy parece que todo son buenas noticias- dijo intentando aparentar un poco de sorpresa. Al saber que su madre estaba abajo, se terminó de arreglar rápidamente. –Bajo a desayunar. ¿Tú ya has comido?
-Si, los chicos y yo ya desayunamos, abajo sólo están ellas dos.-Contestó Ginny.
Cuando Claudia llegó a la cocina, saludó a las dos mujeres que desayunaban y conversaban animadamente.
-Buenos días. Estás hecha una dormilona ¿eh?-la saludó su madre sonriente al verla entrar a la cocina.
-Bueno, es que anoche no conseguía dormirme, y ya cogí el sueño bastante tarde-intentó justificarse Claudia- Hola Tonks -saludó a la joven de pelo rosa-Me alegro de verte ya en pie. ¿Cómo te encuentras?
-Oh, muy bien, por mí no tienes que preocuparte. Por cierto ¿Cómo está tu amigo?- se interesó Tonks.
-Eh… Harry, me han dicho que ya está bien.
-Sí, Harry está bien, pero yo me refería a tu amigo del hospital- dijo mientras untaba una tostada con mermelada.
A Claudia se le cayó el alma a los pies por la pregunta, y mientras, Andrea la observaba frunciendo el ceño.
-Eh… ¡Ah!, él… está muy bien, gracias.
-Claudia, no sabía que tuvieses amigos aquí, en Londres.-Dijo Andrea intentando parecer casual.
-Si, tengo un amigo que conocí por carta- intentó explicar Claudia.
-Sí, pero su amigo, tuvo un accidente, y fuimos a verlo a San Mungo- Explicó Tonks.
Claudia, ante la mirada inquisitiva de su madre, y tras el comentario de Tonks, supo que su corta vida había llegado a su fin, su madre la iba a asar a la parrilla y a fuego muy, muy lento. La habían pillado, y estaba perdida, no sabía que hacer, ni que decir, así, que como quién no quiere la cosa, intentó escapar.
-Ahora que recuerdo, tengo muchas cosas que hacer, luego nos vemos.-Dijo intentando aparentar normalidad mientras salía de la cocina, pero no llegó muy lejos, ya que tras ella, salió su madre y la detuvo cogiéndola del brazo.
-Sube al cuarto de tus hermanos, ahora voy yo, antes tengo que hablar con Tonks.- le susurró, tras lo cual, volvió a entrar en la cocina.
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Cuando Claudia entró en la habitación de sus hermanos, ni siquiera se molestó en llamar, no quería ni pensar en lo que le esperaba.
-¿Qué ha pasado?- Preguntó Roberto preocupado al ver la cara de su hermana, la conocía demasiado bien, y por su gesto debía ser algo muy gordo.
Brian los miró interrogativamente, algo se había perdido, porque sus hermanos estaban los dos muy serios.
-Es mejor que salgáis los dos de la habitación, mamá tiene que hablar conmigo, y es preferible que no estéis aquí, porque la he liado bien.-dijo claudia en tono seco.
-¿Cómo que la has liado?, explícate, porque me he perdido algo, ¿Verdad?, ¡siempre me dejáis fuera de las cosas interesantes!- Se quejó Brian.
-Brian, por favor, ahora no es el momento, mejor sal fuera, a ver cómo está Buckbeak.- intentó convencerlo su hermana.
-De eso nada, ¡quiero saber que ha pasado!- y se cruzó de brazos sentándose en la cama de golpe.
-Yo tampoco pienso irme, no te voy a dejar sola- dijo Roberto, también muy seguro- pero podrías decirnos porqué dices que la has liado ¿no?
-Mamá se ha enterado de que he salido.-Dijo Claudia tristemente.
-¿Cómo que has salido?, esto no es justo, a mí no me han dejado ir a la tienda de artículos de primera necesidad de los Weasley, y tú sí puedes salir. ¡No hay derecho!- Brian estaba muy enfadado.
-Brian, deja de decir tonterías, a ella tampoco le han dejado salir, se escapó.-Le aclaró Roberto.
-¡Que se escapó! ¡Y sin mí!, yo también quería escaparme, podrías haberme avisado-Se quejó el pequeño, sorprendido todavía por el hecho de que su hermana se hubiese escapado, y él no, y porque, a pesar de todas sus medidas de vigilancia, no se dio cuenta- eres una mala hermana-sentenció.
-Brian, deja ya de decir tonterías y vete a dar una vuelta, no estoy de humor para discutir contigo, de verdad- Claudia empezaba a perder la poca paciencia que tenía, y no se sentía con ánimos para los juegos con el pequeño- Como se entere papá….
-Pero si papá nunca se enfada contigo- bufó el pequeño.
-Creo que esta vez si se enfadaría- Respondió Roberto- Y creo que mamá se lo dirá. Lo tienes muy mal Claudia.
-¿debería ir haciendo el testamento?-Preguntó Claudia.
-Yo me pido a Tico, ¿vale?- dijo Brian.
-De eso nada, que seguro que se lo das al bestia de Brutus para que se lo coma- Dijo Claudia intentando parecer seria.
-No digas tontería, Brutus no se lo comería, él no mataría ni a una mosca. Brutus es muy bueno, y que sepas que seguro que se llevarían muy bien. ¿Verdad Brutus?- dijo Brian dirigiéndose a su mascota, que se paseaba de un lado a otro de su jaula, y se acercó alegremente a su dueño al ver a éste dirigirse hacia la jaula. Brutus era un buitre de plumaje gris, excepto cerca del cuello donde las plumas eran de un blanco níveo, y en la cabeza, donde no tenía plumas, dejando ver un pellejo rosado lo que le daba un aspecto bastante feo, pero sus negros ojillos brillaba alegres al mirar a su dueño.
Claudia se sentó pensativa en el borde de una de las camas, esperando pacientemente mientras imaginaba lo que le dirían sus padres.
-Hemos conocido a Harry Potter-Dijo Roberto cambiando de tema, mirando a su hermana.
-Sí, ya me lo ha dicho Ginny- dijo Claudia, pensando en lo ocurrido la noche anterior y no pudiendo evitar que una sonrisa se deslizara por sus labios, ahora que lo pensaba, le parecía gracioso lo nervioso que se puso Harry por la tontería de los besos.
-Un momento… Tú…- dijo Roberto pensativo-¿Por qué sonríes así?, ¿Qué me he perdido?. Tú ya lo conociste.
Entre los dos hermanos había una conexión especial, en algunos casos los gemelos pueden sentir a sus respectivos hermanos de una forma diferente, esta unión entre ellos era muy potente, quizás por la magia, pero ciertamente, para ellos era muy fácil saber que le ocurría al otro con sólo una mirada, y a veces ni siquiera ésta era necesaria. Roberto había presentido, que algo le había ocurrido a su hermana.
-Sí, bueno, yo lo conocí anoche- Admitió Claudia.
-¿Y puede saberse que hacías tú anoche en su habitación?- Preguntó Roberto, un poco brusco.
-No hacía nada, tonto, lo que pasa es que no podía dormir, y fui a ver cómo estaba. No quería despertar a Ginny, y no es para tanto. Digo yo.-Se defendió Claudia.
-¿Cómo que no es para tanto, meterte en la habitación de un chico, un desconocido, a las tantas de la noche? Si no podías dormir, pues cierras los ojos y lo intentas.- Dijo Roberto enfadado.
-Por Dios Roberto, pareces papá. Y no es un desconocido cualquiera, que es amigo de Ron y Ginny, estaba inconsciente, no creo que fuese peligroso. Además, lo que yo haga no es cosa tuya, tú no eres mi guardaespaldas. Soy ya mayorcita para hacer lo que me parezca.-Dijo Claudia definitivamente molesta.
-Ya, muy mayorcita, por eso va ha venir ahora mamá, para felicitar tu buen comportamiento ¿no?- Contraatacó Roberto.
-Eso no tiene nada que ver, además tú sabes por que tuve que salir. No entiendo porqué te pones así.
Brian observaba la discusión como si de un partido de tenis se tratase, hasta este punto, donde creyó conveniente intervenir.- Y ya que estamos en ello, ¿por qué tuviste que salir?
Pero Claudia no pudo responder, porque en aquel instante se abrió la puerta, entrando su madre, que no venía sola y para mala suerte de la chica, su padre la acompañaba.
-Hola papá-Brian iba a acercarse a darle un abrazo, aunque su padre parecía tan, tan enfadado, que decidió quedarse junto a la jaula de Brutus, pero lo volvió a pensar y acabó sentándose junto a su hermana.
Roberto también saludo a sus padres, y a pesar de que aún estaba enfadado con Claudia se sentó al otro lado de ella. Presentarían un frente conjunto.
Claudia fue la última en saludar a sus padres, bajando la mirada. Aguantaría el chaparrón.
-Creo recordar que os dijimos que bajo ningún concepto podíais salir de esta casa. Creo que fuimos bastante claros en este punto, o quizás no fue así, o acaso estabais sordos y no lo oísteis- Dijo Severus Snape en voz aparentemente calmada.- Estoy esperando una respuesta, es que ahora tampoco me oís- siguió levantando la voz.
Andrea lo interrumpió para insonorizar la habitación.-Perdona, puedes seguir- le dijo a su marido cuando terminó el hechizo.
- Sí te oímos, papá, pero es que- intentó contestar Claudia.
-No te oigo, habla más fuerte, para salir, no tuviste miedo, así que no veo porqué ahora lo tienes para contestar- dijo Snape interrumpiéndola bruscamente.
-Te oímos papá, pero…
-Pero nada. Si me oíste, porqué demonios saliste. Dije NO SALIR, ¿no fui claro?, o quizás debimos encerraros en una jaula para que obedecieseis.
-Tuve un sueño- interrumpió a su padre- ¡alguien estaba en peligro!
-¡¡¡VOSOTROS ESTAIS EN PELIGRO!!!- Dijo su padre levantando la voz muy enfadado.- ¡Vosotros estáis en peligro!, y tú no sólo te pones más en peligro a ti misma, sino que expones a tus hermanos. A ver como te lo explico. Si se sabe que existís, estáis muertos. Los tres. ¡¡MUERTOS!!, y nosotros también. Si te da igual lo que te pase, al menos deberías pensar en tus hermanos y en tu madre. Si no fuese por que eres mi hija, diría que pareces una estúpida Gryffindor.- terminó escupiendo la palabra.
Claudia, sabía que nada de lo que dijese haría que su padre entendiese sus motivos, no la escucharía, era mejor callar. Si había tenido el dichoso sueño era por algún motivo, y desde luego lo resolvería, pero, ya vería cómo y cuando, era obvio que aquel no era el momento de pedir colaboración más cualificada, pero desde luego, rendirse no era algo que pasase por su imaginación, por muy enfadados o contrarios que se mostrasen sus padres, ella haría lo que tuviese que hacer, y no pondría a nadie en peligro, no era ninguna estúpida. Ya encontraría un modo. No pensaba pasarse la vida soñando con cartones parlantes.
Cuando su padre estuvo más calmado, se volvió hacia ellos.-Claudia recoge tus cosas, es obvio que no podemos dejarte aquí. En cinco minutos te recogemos en tu habitación.- Y diciendo esto se desaparecieron.
Claudia se quedó quieta en la misma posición. "¿Cómo que me voy?" y pareció despertar al ver como sus hermanos empezaban a recoger todos sus bártulos, y a sacar toda la ropa del armario.
-¿Qué estáis haciendo?- preguntó.
-No es obvio, nos vamos contigo. No pensarás que vamos a dejarte sola.- Dijo Roberto sonriendo.
-Compartiremos tu destierro y destino, no creerás que podías librarte de nosotros tan fácilmente- dijo Brian sonriendo- Además, este cuartel es un timo, no pasa casi nada interesante, y a Ginny, Ron y Harry, los veremos en la escuela ¿no?
Claudia sonrió alegre, sus hermanos en el fondo y de vez en cuando eran los mejores, y no pudo resistirse a darles un abrazo.
-¿Estás seguro Brian?, puede que nos enjaulen- preguntó Claudia.
-No digas tonterías, no nos van a enjaular- dijo Brian aunque no seguro del todo.
Al ver su expresión, Roberto y Claudia no pudieron evitar soltar una carcajada.
-Bueno, tendremos que darnos prisa, yo voy recogiendo mis cosas, cuando estéis listos, subís a mi habitación, pero no tardéis, porque no creo que papá quiera esperar, y puede que os dejemos en tierra.- Dijo Claudia saliendo casi corriendo de la habitación.
En menos de seis segundos ya estaba en su dormitorio, donde también estaba Ginny. No podía perder tiempo, así que fue guardando todas sus cosas de cualquier forma en la maleta- Ginny, podrías llamar a tu hermano para que suba en un momento, como puedes imaginarte, tengo que irme, y me gustaría despedirme de vosotros antes de que vengan a recogerme, ¿Harry sigue dormido, verdad?, si es así no es necesario que lo despiertes. Pero tienes que ser muy rápida, estarán aquí en dos minutos aproximadamente.
Ginny se sorprendió un poco, pero prefirió hablar después, así que fue a por Ron.
Claudia consiguió recogerlo todo en un tiempo récord, aunque no quería pensar en cómo de arrugada estaría su ropa cuando la volviese a sacar de la maleta. En aquel instante llegaron sus hermanos seguidos de Ginny, Ron y Harry.
-Vaya, esto es una auténtica reunión general. Ginny nos ha traído sin decir que es lo que pasa…- dijo Ron mirando a los chicos- ¿es que acaso os vais?- preguntó al verlos a los tres con las maletas.
-Pues sí, Ron, me temo que nos tenemos que ir, así que le pedí a Ginny que os trajese para despedirnos de vosotros. Me ha encantado conoceros, y espero veros pronto.
-Si, nos veremos pronto, creo- dijo Roberto sonriendo tendiendo la mano a Harry y Ron y dando dos besos a Ginny, gesto que Ron miró frunciendo las cejas.
Brian imitó a Roberto, con Ron y Harry, pero a Ginny le besó la mano en un gesto muy caballeresco- Ha sido un placer bella dama, espero que nuestros caminos vuelvan a cruzarse.
-El placer ha sido mutuo-contestó Ginny siguiéndole el juego.
Harry, que no conocía demasiado al pequeño, observó la escena sorprendido.
-Brian, deja ya de hacer el tonto- le regañó Claudia, mientras se acercó y dio dos besos a Ginny, Ron y Harry, que no terminaba de acostumbrarse a que aquella chica le diese besos, aunque tampoco era algo que le desagradase.
En aquel instante, se oyó el CRACK característico de que alguien se aparecía, aunque en este caso fueron dos las personas que se materializaron en la habitación: la profesora que había conocido en el desayuno, y que al parecer sería la nueva profesora de DCAO, que para su sorpresa y disgusto venía acompañada por su profesor más odiado y para el que Harry no tenía calificativos apropiados que describiesen el sentimiento de ira, rencor, asco… que le profesaba: el profesor Snape.
Los adultos no esperaban encontrar a tanta gente en la habitación, pero Severus Snape como siempre, evitó reflejar la sorpresa y el disgusto que le producía ver a Harry Potter, aún más relacionándose con sus hijos, pero expresar eso con palabras era un lujo que no podía permitirse, desde luego, no sería por él por quién se descubriese la relación que lo unía a esos chicos.
-Hola de nuevo- saludó Andrea.
-Señorita Green, es hora de irnos- Dijo el profesor Snape con voz glacial, dirigiéndose a su hija e ignorando al resto de los presentes.
-Profesor, Brian y yo la acompañaremos- Dijo Roberto firmemente.
-Eso no es lo que habíamos acordado- contestó Snape contrariado.
-Severus, se me olvidó decirte que el profesor Dumbledore me pidió que también llevásemos a los señores Silver y Aragón, tendrás que disculparme por no habértelo dicho antes- le dijo Andrea, esperando que su esposo estuviese de acuerdo con el cambio de planes, ya que creía preferible que Claudia no se quedase sola, sus hermanos le harían compañía en el castillo en el que pasarían el resto del verano.
-Está bien-concedió- agarren con fuerza el traslador a la de tres- dijo dirigiéndose a sus hijos.
Estos se acercaron al periódico que les tendió el profesor, e hicieron un gesto de despedida a sus nuevos amigos. Cuando su padre contó hasta tres, se agarraron fuertemente al traslador y desaparecieron de la habitación.
Severus hizo un gesto con la varita sobre el equipaje de los chicos que hizo desaparecer la maletas y las jaulas, tras lo cual, se desapareció él mismo. Tras despedirse de los sorprendidos chicos, también Andrea desapareció de la habitación.
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Hasta aquí este capítulo. Espero que les haya gustado a todos aquellos que se haya molestado en leerlo, y si lo leyeron, por favor, dejen review, y me alegran el día, aunque les haya parecido un aburrimiento, y me dicen por qué no les gustó.
El próximo capítulo se titulará "La ceremonia de selección", así que se pueden imaginar de que va. Se aceptan apuestas sobre el destino de los hijos de Snape, quien acierte, en caso de alguien quiera participar, puede elegir el nombre de otro personaje que entrará en escena, para el que aún no lo elegí. Tienen hasta el próximo Jueves, día en el que supongo que subiré el nuevo capítulo, si lo tengo para entonces.
Pensé en que Snape llegase para ver la despedida de su hijita de Harry, pero al final fui buena, ya tendremos tiempo para alegrarle la vida al profesor de pociones ja je ji jo ju.
Me temo que Claudia perdió su medallón, que como habréis supuesto jugará un papel importante.
Por el título del fic, es obvio que Sirius acabará en escena, aunque al pobre aún le queda tiempo para ser rescatado, obviamente, yo no soy de la opinión de que esté muerto, si no hay cadáver, yo no me lo creo, Rowling nos quiere hacer sufrir.
Y ahora contesto a los reviews del capítulo anterior, por anticipado os doy las gracias a todos los que dejáis reviews, que me animáis un montón a seguir escribiendo:
Clau de Snape: ¿¡Mi creación!? Hola hijita, je je. Desde luego estás cerca del profe, que te adora, aunque hayas sido un poco mala. Bueno, aparte de que seas mi personaje, gracias por dejar review. Harry ya despertó, como ya habrás leído. Espero que te haya gustado el capítulo. Me temo que lo de Sirius tendrá que esperar, pero lo del cole viene en el próximo, ja ja esto se podrá divertido, espero. Hasta pronto, Un beso.
Marla: Hola preciosa, espero que te haya gustado el capítulo. Muchísimas gracias por el review. Respecto al Harry de Claudia, ni ella misma lo sabe, la vedad es que está un poco perdida con su investigación. Un beso muy grande. Hasta pronto.
Jessy Tonks: Muchas gracia por tu review, cariño. Harry no quedará soltero, o eso espero, Intentaré que espabile un poco, porque en los libros en el terreno amoroso es un poco desastroso, y ya tiene dieciséis años. Bueno, espero que te haya gustado el capítulo. Muchos besos, nos vemos.
Idril Black: ¡Hooola! ¡¡¡ ¿Nueva Zelanda?!!! ¡Qué envidia!, me encantaría ir allí, seguro que está chulísimo, además allí hicieron el Señor de los anillos, y yo soy un poco fanática, más de los libros que de la película, pero qué importa, jo, que suerte. Aparte de esto, un millón de gracias por tu review, me animas un montón, respecto a tu interrogación, sólo te diré que puede ser, pero no lo garantizo. No dejo de pensar que estás en Nueva Zelanda, mándame una postal. Ji ji. Bueno, hasta pronto, un millón de besos.
Y aquí me despido definitivamente por este capítulo, y os recuerdo que podéis votar por las casas a las que irán los hijos de Snape, y podéis decir que nombre querríais que pusiese a otro personaje que aparecerá, y si queréis dar alguna característica, se hará lo que se pueda. (Pista, no todos irán a la misma)
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