Disclaimer: Estos personajes, excepto Andrea y sus hijos, no son míos sino de J. K. Rowling, Warner Bros y no sé quien más; no gano dinero con ellos así que no me demanden, por favor.
Tras el velo
Por Elanor Black
Capítulo 10: La ceremonia de selección.
Harry abrió los ojos tras atravesar la barrera de entrada al anden 9 ¾. Ron y la señora Weasley estaban un poco más adelante, y pronto llegarían Ginny, Hermione y Tonks, así que se apartó un poco para que no chocasen con él.
Al mirar alrededor, vio una imagen similar a la de años anteriores y a la vez distinta. El anden estaba lleno de alumnos que se saludaban tras el verano, pero era distinta, se notaba un cierto ambiente tenso después de los últimos sucesos, y gran numero de aurores vigilaban la estación también en el lado mágico, en previsión de un posible ataque, dudoso, ya que los ataques ocurridos durante el verano se produjeron en lugares poco concurridos en general. Algunos ataques a muggles, algunos a magos, pero la batalla real aún no comenzaba, al parecer, Voldemort aún no se consideraba preparado del todo, y seguía reclutando aliados, aunque el ministerio por fin parecía haber reaccionado, y preparaba a la población mágica en la posible defensa, y al igual que Voldemort, intentaba aliarse con otros seres mágicos siguiendo el consejo de Dumbledore.
-Harry, deberíais subir ya. Nosotros seguiremos inspeccionando el tren y la estación.- Sugirió la voz de Lupin, sacándolo de su pensamientos.
-Si, Harry. Hermione, Ginny y yo vamos al vagón de prefectos, pero después te buscamos.- Dijo Ron tras despedirse de su madre.
Aunque no llegaron a subir la escalerillas de acceso a uno de los vagones del tren, porque antes oyeron cómo alguien los llamaba.
-Hey chicos- Dean acababa de llegar acompañado de Seamus y Neville- ¿qué tal fue el verano?- dijo dirigiéndose a todos, aunque mirando especialmente a cierta pelirroja.
-Hola Dean- lo saludó Ginny acercándose a él muy sonriente.
Los demás también se saludaron, tras lo cual acabaron subiendo al tren, aunque Ron, Hermione, y Ginny, que lucía en su pecho el emblema de prefecta de quinto año, fueron al vagón específico que tenían reservado, mientras Harry, Dean, Seamus y Neville, se acomodaron en uno que encontraron libre, sin tener que buscar demasiado.
Aquel viaje sería un poco distinto a los anteriores, ya que al parecer, en el tren varios aurores del ministerio viajarían con los alumnos, para velar por su seguridad, entre ellos el ex profesor Remus Lupin que había sido contratado también como Auror, ya que aunque tenía los estudios y conocimientos necesarios, debido a su condición de licántropo no fue contratado en el pasado, y el ministerio necesitó comprobar la gravedad de la situación, para admitirlo tanto a él como a otras personas que fueron discriminadas. Después de todo, la guerra sirvió para abrir los ojos de algunos, aunque sólo fuese por pura conveniencia.
La hora de salida del tren se iba aproximando, y Harry no dejaba de mirar insistentemente por la ventanilla.
-Harry, ¿a quién esperas?-preguntó Dean curioso.
-No, a nadie, sólo… observaba a la gente- se excusó Harry, sin ser demasiado convincente.
Harry no tuvo que intentar disimular mucho más porque en aquel momento, y para su alivio, se abrió la puerta del compartimento, haciendo que todos cambiasen su foco de atención. Una chica rubia de cabellos largos y desgreñados, que llevaba su varita tras la oreja izquierda, arrastraba un pesado baúl.
- Perdonad que os moleste, pero no os importará que me siente con vosotros, ¿verdad?- dijo mientras entraba sin esperar respuesta.- Ya creía que no llegaba- continuó mientras levantaba el baúl para intentar colocarlo en los estantes.
Los chicos aún seguían sorprendidos por la naturalidad con la que la chica se había colado en el vagón, pero finalmente, Neville reaccionó, y la ayudó a colocar el baúl en su lugar.
-Hola Luna. ¿Cómo fue el verano?- le preguntó amablemente.
-Oh, estupendamente, estuve de vacaciones en Suecia con papá, y vimos muchas cosas extraordinarias, no conseguimos cazar los Snorkack de cuernos arrugados, pero descubrimos otras cosas de gran importancia, y ahora sabemos que el ministerio, tiene allí una base en conjunto con el gobierno Sueco, de Eolontes adiestrados para el combate contra quien vosotros sabéis.
Harry no pudo evitar que una expresión de duda asomase a su rostro, después de todo seguía siendo Luna Lovegod.
El tren se puso en marcha, y los chicos se asomaron a la ventanilla para despedirse de sus familiares. Harry no pudo negar que una sensación de alivio lo embargaba, por fin volvía a Hogwarts. El lugar de la tierra en el que más le gustaba estar. Aunque esperaba que este curso fuese mejor que el anterior, porque debía admitir que Umbridge le había amargado la existencia, con la inestimable ayuda del profesor Snape, no lo olvidemos, y además sin quidditch. Harry suponía que con Dumbledore, la prohibición "de por vida" quedaría anulada. Definitivamente, aquel curso no podría ser peor, ¿o sí?
Tras hablar un poco sobre las vacaciones de cada uno, Dean y Seamus, comenzaron una partida de snaps explosivo, Luna se escondió tras el último número de El Quisquilloso, y Neville, comenzó a leer un libro sobre Plantas exóticas del Amazonas, que su tío le regaló por su último cumpleaños, con la promesa de enviarle algunas semillas que conseguiría en un futuro viaje a la zona. Harry sacó la última edición de El profeta para ver que podía encontrar de interés.
Un rato más tarde, se abrió la puerta del compartimento, dando paso a la menor de los Weasley. –Caramba chicos os encuentro muy concentrados.- Tras lo cual se sentó junto a Dean, que en vista de la visita, decidió dejar la partida para más tarde y así poder charlar con la pelirroja, aunque no consiguió gran cosa ya que cuando abrió la boca para hablar con ella, un chico, de pelo claro, y ojos azules entró como un huracán en el compartimento.
-¡Por fin os encuentro, princesa!, ¡He revisado todo el tren en vuestra búsqueda! ¿Acaso os escondíais de vuestro adorado príncipe?- Dijo el chico besándole la mano.
Ginny sonrió alegre-Por supuesto que no os olvidé, mi príncipe, pero otros quehaceres reclamaban mi atención- dijo intentando mantener la compostura.
-¿Quehaceres más importantes que compartir vuestro tiempo conmigo?-Preguntó Brian con voz ofendida.
-Eso me temo, mi señor. Estuve en una reunión sobre el gobierno del reino-Explicó la pelirroja.
-Está bien, en tal caso quedáis excusada. Veo- dijo Brian mirando a los ocupantes del vagón, que a su vez lo observaban con curiosidad- que estáis bien acompañada, aquí tenemos al caballero de la herida en la frente- dijo dirigiéndose a Harry- Me alegro de volver a encontraros, sir Harry.
-Igualmente- dijo Harry entre sorprendido y divertido.
-Brian, te presento a Dean, Seamus, Neville, y Luna- Dijo Ginny señalando a cada uno de los ocupantes del vagón.
Brian saludó formalmente a cada uno de los chicos del vagón, y al igual que hizo con Ginny al entrar en el vagón, hizo una reverencia y besó la mano de Luna.
-¡Que hermoso nombre el vuestro, noble dama!, Es un placer conoceros.- Dijo Brian muy galante.
Luna, que de por sí tenía siempre un gesto de sorpresa, quedó aún más impactada, acertando a decir un simple hola.
-Bueno, chicos- dijo Ginny levantándose- Yo debo seguir la ronda por el tren.
-Yo os escoltaré- dijo Brian muy contento acercándose a la puerta, y abriéndola para dejarla salir-así podrás enseñarme el resto del tren.
Tras lo cual ambos salieron del compartimento.
-Caramba, Harry, quién demonios es ese crío- preguntó Dean un poco entre molesto y sorprendido.
-Pues se llama Brian Silver, y es nuevo en el colegio, pero no de primero, creo que entra a segundo.-Contestó el moreno.- En realidad, a penas lo conozco, así que no sé decirte gran cosa.
-Pues a mí me ha parecido encantador-intervino Luna- es un chiquillo la mar de simpático.-Tras lo cual volvió a ocultarse tras su periódico.
Todos volvieron a sus actividades de antes, pero Harry ya estaba aburrido de leer el periódico ensalzando lo mucho que estaba haciendo el ministerio, así que decidió ir a darse una vuelta por el tren.
-Voy a dar un paseo, ¿alguien se anima?- Sugirió Harry.
Pero Seamus y Dean estaban muy enfrascados en la partida, Luna seguía inmersa en su periódico, y Neville, miró a Luna, y se encogió de hombros negando y volviendo a su libro.
Nada más salir, se encontró con Hannah Abbott y Ernie Macmillan, prefectos de Hufflepuf, que saludaron muy efusivamente a Harry y se interesaron por si aquel año seguirían con el ED, a lo que Harry no supo que responder, y pospuso la decisión para más adelante, en realidad lo pensó, pero no sabía como iría aquel curso, además el ED ya no era ningún secreto, y en todo el colegio se sabía lo que había ocurrido durante el pasado curso, y que motivó además la salida de Dumbledore.
A medida que Harry iba avanzando por el pasillo, iba encontrándose con otros conocidos y también chicos que lo saludaban y murmuraban tras su paso. Al parecer "el precio de la fama" era algo de lo que no podría librarse. Y empezaba a pensar que eso de pasearse por el tren quizás no fuese tan buena idea. Pasó otro compartimento, y el corazón le dio un vuelco, no estaba seguro, pero creía haber visto a aquella chica, no, seguro que no era ella, pero no pudo evitar dar unos pasos atrás, y mirar a través del cristal. Sí, era ella, la chica del pelo negro y los ojos azules, cuya mirada se perdía en el paisaje que se observaba a través de la ventana. Apoyaba su cabeza en el hombro del otro chico que también conoció en la casa, ¿cómo se llamaba?, Roberto, que leía ávidamente un libro… no podía ser… aquel chico estaba leyendo "el libro favorito" de Hermione: "Historia de Hogwarts". Se fijó un poco más y se dio cuenta de que la chica llevaba vendado un brazo, ¿Qué le habría pasado? En el compartimento, había tres chicas más, que por su aspecto parecían ser de primero, y cuchicheaban entre ellas. Harry no se atrevió a pasar al compartimento, y siguió su camino por el tren.
-Harry. Espera, dónde vas- la voz de Ron lo detuvo. Harry no supo explicar por qué pero en cierto modo le decepcionó que sólo fuese Ron.
-Estaba dando un paseo para estirar un poco las piernas. ¿Y dónde te has dejado a Hermione?
-Buah, las chicas son unas rencorosas, no te imaginas cuánto. Se va a ver al orangután de Krum, y encima, cuando vuelve, resulta que es ella la que se enfada conmigo, y tengo yo la culpa. La he dejado con Claudia y Roberto un par de vagones atrás, ella no los conocía y se los he presentado, pero después se ha puesto a hablar con el chico, a que no sabes qué, él también está leyendo Historia de Hogwarts- dijo con hastío-, así que he acabado escapando, he oído ya tanto sobre ese libro, que le he cogido manía. Por cierto, me preguntaron por ti.
-¿Por mí? ¿Quién?-preguntó intentando parecer indiferente.
-Pues ellos, es que no me oyes.
-Si, pero quién Roberto o Claudia.-Preguntó Harry empezando a impacientarse.
-Pues no sé, ¿pero qué más da?
-No, nada, solo era curiosidad. (N.A. ya… curiosidad)- Creo que voy a ver que hace Hermione, y a saludarlos, después de todo son nuevos y apenas conocen a nadie.
-Está bien, pero tienes que echarme una mano con Hermione, cada vez que me mira parece que quiere matarme.
Harry no contestó, si le decía a su amigo que él se lo había buscado por romper las cartas de Hermione sin siquiera leerlas y que cuando ella volvió de Bulgaria, él se había comportado como un bruto sin dejarla hablar, el pelirrojo acabaría enfadándose también con él, así que prefirió guardar silencio y volvió sobre sus pasos hacia el compartimento de los chicos nuevos.
Cuando Harry llegó, Hermione, hablaba animadamente con Roberto y Claudia sobre los métodos y la organización del colegio, que al parecer estaban comparando con las del anterior colegio de los chicos.
-Ah, qué bien que llegas, Harry, acaban de preguntarme sobre los equipos de quidditch, y quién mejor que tú para informarlos- dijo Hermione dirigiéndose a su amigo.- Harry fue el buscador más joven de los últimos cien años en el colegio.- Les explicó a Roberto y Claudia.
-Hola Harry, cómo fue el resto del verano, espero que mejor que cuando nosotros te visitamos.-Lo saludó Roberto.
-Eso desde luego es muy fácil- dijo Claudia sonriendo.
-Bueno, fue un poco aburrido, pero desde luego mejor que ser atacado.-Explicó Harry-Aunque yo lo que prefiero, es volver al colegio.
-Harry, lo que le preguntaba a Hermione es cómo se hace para ingresar a un equipo y todo eso.-Aclaró Claudia.
-¿Los dos queréis ingresar en los equipos de quidditch?-preguntó Harry.
-No, sólo yo, bueno, y Brian. Aunque en nuestro anterior colegio no había quidditch, sí teníamos vuelo, y durante el último mes hemos estado practicando un poco- dijo Claudia sonriendo y mirando su brazo vendado.
-A mí no me preguntes, eso del quidditch no está hecho para mí, no se me da nada bien.- Dijo Roberto encogiéndose de hombros.
-Bueno, para ingresar en los equipos, dependerá de la casa en la que seáis elegidos, normalmente se hacen pruebas de selección durante la primera semana de clases.
-En fin chicos, Ron y yo tenemos que seguir la ronda, nos vemos después-Se despidió Hermione saliendo del compartimento seguida por Ron.
Aprovechando la salida de los prefectos, las chicas de primero que estaban también en el compartimento salieron hablando entre sí en voz baja y mirando a Harry disimuladamente.
-Parece que tu fama te precede, ¿No, Harry?- preguntó Claudia pensativa.
-Algo así, pero es algo a lo que te acabas acostumbrando, que la gente cuchichee a tu paso al principio era un poco molesto, pero con el tiempo llegas a casi ni darte cuenta. Por cierto, qué te hiciste en el brazo.
-Como podrás imaginarte, estaba practicando un poco con Brian, pero me despisté y una bludger me golpeó con lo que me caí de la escoba, pero no apoyé bien el brazo y este es el resultado-dijo moviendo un poco el brazo como si fuese el ala de un ave- Tomé una poción para arreglarlo, pero me recomendaron llevarlo vendado todo el día, aunque no es nada, cuando lleguemos a la escuela, me libraré del vendaje-Afirmó Claudia muy segura.
-Harry, no habrás visto a Brian por una casualidad, es que se supone que debo cuidarlo, y se fue hace ya un buen rato-intervino Roberto.
-Sí, pasó por nuestro compartimento, pero hace ya bastante.
-En ese caso voy a darme una vuelta, a ver si lo encuentro.-dijo Roberto saliendo del compartimento no sin antes mirar a Claudia de un modo que a Harry le resultó un tanto sospechoso.
Tras la salida de Roberto los dos chicos quedaron en silencio unos instantes, aunque finalmente Claudia se decidió a decir lo que le preocupaba desde que salió del cuartel, aunque no sabía como empezar.
-Veras Harry, yo… quería preguntarte algo- dijo Claudia un poco insegura.
-¿Si?
-Se trata de la noche en la que nos conocimos, no sé si te acuerdas…
-Si, claro que me acuerdo.
-Verás, yo estaba en tu habitación y…
Pero Claudia no pudo continuar porque en aquel momento se abrió la puerta de acceso al compartimento, entrando una chica, bastante guapa, de pelo largo y liso, y rasgos orientales, que la miraba fijamente, y Claudia juraría que con ganas de estrangularla. Venía seguida por dos chicas, que se quedaron fuera.
-¡Cho!- dijo Harry sorprendido al ver a la chica entrar tan bruscamente.
-Harry, por fin te encuentro, estaba buscándote-dijo con voz melosa acercándose a él y cogiéndolo del brazo- Verás, me gustaría hablar un momento contigo, si no te importa…
-eh, claro… digo… que no me importa- Contestó Harry no queriendo ser descortés- Luego nos vemos- se despidió de Claudia, mientras salía arrastrado por Cho Chang.
Una de las chicas de la puerta miró a Claudia, con gesto desaprobatorio.
-No tienes nada que hacer con Harry. Por si no lo sabes, él y Cho, han estado saliendo, y no deberías interponerte, si no quieres hacer el ridículo.
-Lárgate-dijo Claudia despectivamente mirando de arriba a abajo a la chica, tras lo cual volvió la cara y fijó su atención en el paisaje de la ventana.
Ella no quería nada con Harry, y quién demonios se creía la estúpida aquella para amenazarla, bah, ya ajustaría cuentas en su momento. Aquella chica no tenía idea de con quien se había metido, y además la habían interrumpido ahora que había conseguido hablar con Harry, y tras todo el verano esperando ese momento... definitivamente, estaba muy molesta.
Un rato más tarde llegaron Brian y Roberto, riendo y bromeando.
-Esto va a ser muy divertido- dijo Brian muy alegre-Pero Claudia, te veo muy solita. ¿Qué pasó con Harry? ¿Se lo preguntaste?
-No pude, llegaron unas estúpidas, y me interrumpieron, y el muy tonto se fue con ellas y me dejó con la palabra en la boca.
-Tampoco sería para tanto, te veo muy ofuscada…-dijo Brian sonriendo ampliamente.
-No digas tonterías, solo es que por fin que iba a poder hablar con él después de un mes esperando, se larga, y como no arregle esto pronto…
-Como papá o mamá se enteren de lo que pasó… van a volver a enfadarse contigo, más que la vez anterior.-dijo Brian- Como sigas así, vas a dejar de ser la niña buena de papá-rió el pequeño.
-Brian, estás tú muy simpático, se agradece tu apoyo-dijo Claudia irónicamente.
-En fin, tendremos que encontrar otro momento, para que puedas hablar con él-dijo Roberto dejándose caer sobre uno de los asientos.
-Según me dijo una chica muy guapa a la que conocí, el viaje será muy largo, creo que me echaré una siestecita hasta la hora del almuerzo- dijo Brian sentándose al lado de Claudia y recostándose sobre su hombro.
-Así quietecito, hasta pareces bueno- dijo Claudia revolviendo los claros cabellos de su hermano pequeño.
-No es que lo parezca, es que soy bueno… de hecho, el mejor-dijo Brian sonriendo.
-Creo que volveré a la lectura, se dicen menos tonterías que las de cierto individuo de este compartimento-terminó el mayor de los tres.
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Cuando el tren se detuvo Harry y los chicos ya llevaban sus túnicas puestas, así que cogieron el equipaje y se apearon del tren. Ya era de noche, y a pesar de estar a principios de Septiembre, hacía bastante frío.
Aún estaba un poco molesto por la forma en que Cho lo había "secuestrado", y seguro que la otra chica pensaba mal de él por la forma en la que se había ido, y todo por una tontería, porque realmente Cho no quería nada…
-Hola Harry, sólo quería ver cómo estabas, leí en los periódicos que te habían atacado y estaba muy preocupada por ti, aunque parece que te recuperaste bastante bien, y veo que no has perdido el tiempo- dijo señalando con desagrado hacía el compartimento del que lo acababa de sacar.
-Como ves, estoy bien- dijo Harry sin contestar al último comentario.
-No conozco a tu nueva novia, ¿ya dejaste a Hermione?-preguntó ácidamente.
-Esa chica no es mi novia, y Hermione tampoco, aunque no creo que eso sea asunto tuyo-Contestó Harry molesto.
Cho cambió la cara con la contestación parecía dolida, y Harry no sabía que hacer, no quería ser desagradable con ella, después de todo fue la primera chica a la que había besado, pero tampoco venía a cuento su actitud. ¡Chicas!
-Yo sólo quería hacer las paces contigo…-Dijo Cho mirando hacia el suelo.
-Pues lo disimulas muy bien-Contestó Harry, cansado de la actitud de la morena.
-Lamento haberte molestado-dijo Cho seria girándose para marcharse.
-Espera Cho-dijo Harry sintiéndose un poco culpable por su comportamiento con la chica, que en definitiva sólo se había preocupado por lo del ataque. Cho se volvió. –Lamento haber sido tan brusco contigo, espero que podamos ser amigos.-Ante lo cual una amplia sonrisa apareció en el rostro de la muchacha.
-Perdóname tú a mí también, supongo que me he metido dónde no me llamaban. Amigos entonces-dijo tendiéndole la mano, que el chico estrechó.
-Los de primer año, por aquí, por favor.
Una voz familiar lo sacó de sus pensamientos, ¡Hagrid!, y acompañado por Ron y Hermione se dirigió a saludar a su Gran amigo.
-Hola Hagrid, nos alegramos de verte.
-Y yo a vosotros- dijo el semigigante sonriendo- Y alguien más también se alegrará de veros-dijo haciendo un guiño significativo.
Harry y Hermione temblaron al pensar que Hagrid se estaba refiriendo a Grawp.
-Sí, seguro…-contestaron con una sonrisa forzada.- bueno, nos vemos después- se despidieron para dirigirse a los carruajes, aunque se encontraron de bruces con Brian, Roberto y Claudia, que se acercaban a Hagrid.
-Hermione, ¿tú no sabrás si nosotros debemos ir con los de primero, o con los demás? – Preguntó Roberto.
-Mejor le preguntas a Hagrid, aunque supongo que iréis con los de primero.-contestó Hermione insegura.
-Hasta luego- se despidieron.
Harry miraba a Claudia. Claudia miraba a Harry. Pero ninguno de los dos dijo nada. Y siguieron sus respectivos caminos.
-Caramba, caramba, ¿qué tenemos aquí? Hay algo que no nos has contado Harry- le recriminó su amigo pelirrojo, muchísimo mas perspicaz de lo habitual- Qué son tantas miraditas, ¿acaso el rompecorazones de Hogwarts ataca de nuevo?-dijo ron riendo a carcajadas.
-No digas tonterías Ron, pareces Rita Skeeter, inventando cosas donde no las hay, es que acaso no puedo mirar a nadie porque en ese caso tendras que guiarme para no ver a nadie-contestó Harry lanzándole una mirada asesina.
-Ya, ya, pues esa chica quiere algo contigo, si no a qué viene preguntar por ti en el tren, y las miraditas…-insistió Ron
-Sabéis, estoy sorprendido, este año, el imbécil de Malfoy no nos ha molestado en el tren. Con un poco de suerte, lo han expulsado, y no tenemos que volver a ver su desagradable rostro- dijo Harry esperanzado cambiando de tema.
-Ni lo sueñes Potter- Draco Malfoy resultó estar a pocos metros de los chicos, esperando para coger uno de los carruajes- No creas que me alegra volver a este colegio de mugrientos y sangres sucias- dijo Malfoy mirando a Ron y Hermione respectivamente- Pero nadie se atrevería a expulsar a un Malfoy.
-Me temo que no estás al día, Malfoy, pero tu apellido ya no es nada para el mundo mágico, excepto en la lista de criminales y mortifagos- Contestó Hermione altiva.
-Estúpida sangre sucia, ya ajustaremos cuentas, ahora no tengo tiempo que perder contigo, pero buscaré un hueco especialmente para ti en mi agenda-dijo torciendo una sonrisa insolente, y girándose.
-Cuando quieras, MALFOY- contestó Hermione señalando cada letra del apellido del Slytherin.
Cuando entraron al Gran comedor, muchos alumnos estaban ya sentados en sus respectivas mesas, así que se dirigieron a la mesa de Gryffindor, y tomaron asiento, mirando a la mesa de los profesores, para ver qué novedades había entre los mismos, aunque ya sabían quién sería la nueva profesora de DCAO. Presidiendo la mesa estaba el profesor Dumbledore, como todos los años, que conversaba animadamente con la profesora Snape, que este año, se sentaba en el puesto que habitualmente ocupaba el profesor de pociones, y que este año se sentaba al otro lado de la profesora. Un poco más allá, Harry descubrió a dos nuevos profesores, uno conocido y otra desconocida. Se trataba de Kingsley Shacklebolt, que además de trabajar para la Orden del Fénix, era auror del ministerio, con lo que suponía Harry, que Funge creería que ejercería el papel de espía para el ministerio, respecto a la otra profesora, iba toda vestida de negro, y no llevaba sombrero, tenía un aspecto algo siniestro, parecía muy delgada, su gesto era serio, y parecía concentrar su mirada en un punto del infinito. Tenía el pelo muy negro y largo, más largo que cualquier persona que conociese. Sus ojos eran negros y penetrantes, y su piel era nívea. Mientras Harry la inspeccionaba, ésta súbitamente giro su mirada encontrándose con la mirada del chico de ojos verdes, haciendo que un escalofrío lo recorriese, y una sensación de miedo que no pudo identificar lo embargase. "¡Es terrorífica!", oyó decir a Ron, pero no podía desviar la mirada de aquella extraña mujer.
Finalmente Harry consiguió despertarse de la mirada de la mujer al notar como Hermione lo zarandeaba.
-Qué demonios te pasó Harry, parecías en trance- le susurró Hermione.
Al mirar alrededor, Harry se dio cuenta de que todos los de primero ya habían entrado, y estaban en fila frente a la mesa de los profesores, y la profesora Macgonagall estaba nombrándolos.
-Abbott, Richard.
Un chico de pelo rubio, se acercó al taburete, y la profesora Macgonall puso el sombrero sobre su cabeza, pocos segundos después, se oy
-¡Hufflepuf!
-¿Este año no hay canción del sombrero? -Le susurró Harry a Ron que se sentaba a su lado.
-¡Harry!- le recriminó Hermione.- ¿En qué estabas pensando?, ¿es que no la has oído?
-Alden, Stuart
Harry se quedó muy sorprendido, no se había enterado de nada. Intentó prestar atención a la selección.
-¡Ravenclaw!
Una ovación desde la mesa de Ravenclaw recibió a un chico que sonreía al dirigirse a sus nuevos compañeros.
-Aragón, Roberto.
Era el chico de sexto, que ya conocían, al parecer en la selección de los de primero, también habían incluido a los chicos nuevos, y mirándolos vio a Claudia que observaba al chico sentado en el taburete con el sombrero sobre su cabeza. Al parecer el sombrero se estaba tomando su tiempo con el chico, aunque finalmente se abrió la raja.
-¡Gryffindor!
Todos en la mesa aplaudieron al moreno que se acercó algo pálido a la mesa y se sentó junto a Hermione, en un sitio libre que había aunque no parecía del todo satisfecho, "mi padre me va a matar", murmuraba "me va a matar".
Harry miró hacia la mesa de los profesores, y tanto Dumbledore como Andrea, parecían muy contentos, aunque Snape tan serio como de costumbre, agarraba con tanta fuerza los brazos de la silla que parecían a punto de astillarse.
Claudia miró levemente hacia atrás, aunque después miró hacia el chico que ahora se sentaba junto a Hermione.
La fila de alumnos que esperaban para ser seleccionados iba disminuyendo, y Claudia parecía cada vez más nerviosa. Finalmente Macgonagall dijo su nombre:
-Green, Claudia.
Harry esperó para escuchar la casa a la que iría la chica, pero aquello al parecer también parecía una difícil decisión, de hecho, incluso empezaba a tardar más que con Roberto. ¿Sería porque venían de otro colegio?, Harry no sabía que pensar, pero finalmente, y tras unas de las selecciones más largas que Harry había presenciado desde que estaba en Hogwarts, el sombrero dio su veredicto, pareciese casi a disgusto.
-¡Slytherin!
Una ovación de su nueva casa recibió a la sonriente chica, que parecía muy satisfecha con sus nuevos compañeros. Pansy le hizo gestos para que se sentase a su lado, cosa que hizo la chica muy contenta. Esta vez hasta Snape aplaudió a la nueva miembro de su casa.
Aquello no podía ser, Harry no conseguía explicarse como era posible que aquella chica tan agradable y simpática fuese a Slytherin, el sombrero debía haberse equivocado, y que además la chica estuviese satisfecha con semejante elección, debería protestar, aunque mirándola era obvio que no tenia intenciones de quejarse.
Draco saludó a la nueva miembro de su casa al igual que el resto de sus compañeros. No estaba nada mal, de hecho era bastante guapa, aunque no se le escapó la forma en que Potter miraba a la chica y una sonrisa de malévola satisfacción se deslizó entre sus labios. Aquello iba a ser muy divertido.
Severus Snape no estaba nada contento con la selección de aquel año, cómo era posible que su hijo hubiese ido a parar entre los indeseables de Gryffindor, y que además pareciese llevarse bien con Potter y compañía, ¿¡Qué había hecho él para merecer aquello!? La respuesta era obvia, pero a pesar de todo, no podía evitar quejarse amargamente al destino, por semejante castigo. Al menos Claudia había ido a Slytherin, aunque el hecho de que el sombrero tardase tanto, no lo convencía demasiado. Al fin y al cabo, el resultado era lo importante, al menos ella y Brian serían Slytherin, pero su hijo Severus, en Gryffindor…
-Silver, Brian.
Se acercó con paso firme y seguro hacia el taburete sonriendo ampliamente, no tenía dudas sobre su futura casa, era la mejor.
Apenas el sombrero rozó sus cabellos cuando gritó:
-¡Gryffindor!
Brian se levantó muy contento y se dirigió a su nueva casa, junto a su hermana, pero sus nuevos compañeros no le aplaudían, las aclamaciones venían de otro lugar, ¡venían de la mesa de Gryffindor! Un momento, ¡¿¿¿el sombrero había dicho Gryffindor???! No, debía haber un error, él tenía que ir a Slytherin. Miró confuso hacia la profesora que le había puesto el sombrero en la cabeza, y ella le señaló la casa de Gryffindor, así que finalmente dirigió sus pasos hacia la mesa de Gryffindor, que lo aplaudía tan calurosamente, que Brian, finalmente pensó, que quizás no estuviese tan mal, además Roberto también estaba allí aplaudiéndolo, y la chica pelirroja le sonreía abiertamente. En fin, qué más daba, tendría que ser él el encargado de dar el toque de calidad a su nueva casa, decidió mientras se sentaba entre dos chicas muy guapas.
Snape estaba al borde de la apoplejía al ver que su otro hijo iba a parar a la casa de Gryffindor, aquello era demasiado para él. Cuando Andrea se giró para decirle algo a su marido, se dio cuenta de lo furioso que estaba. Aunque era muy bueno disimulando, la vena en su cuello tan marcada delataba su estado furibundo. No pudo evitar sonreír a su esposo mientras intentaba darle ánimos discretamente.
Hasta aquí este capítulo, me temo que era demasiado largo y tuve que partirlo en dos partes, pero pronto subiré el resto.
Espero que os haya gustado, a mí al menos, me gusto escribirlo.
Así que ya sabéis, podéis dejarme review para decirme que os ha parecido, y si hay algo que no os guste, pues también, en ambos casos estaré encantada de saber vuestra opinión o peticiones..
También podéis mandarme un e-mail o agregarme al Messenger, mi dirección es: elanorblackhotmail.com
Me gustaría explicar un poco el porque de que los hijos de Snape vayan a sus respectivas casas: Roberto pudo haber acabado en cualquier casa excepto Slytherin, me temo que la ambición, que para mí es la característica principal de esa casa, no está en su forma de ser. Respecto a Claudia, tampoco era demasiado claro su destino, y Slytherin era una entre otras opciones, pero la chica deseaba fervientemente ir allí, desde siempre su padre le inculcó la idea de que el resto de las casas eran basura en comparación con la casa de la serpiente, y aunque empieza a dudar sobre lo exagerado de las ideas de su padre, para ella, ir a otro lugar hubiese sido poco menos que un fracaso, tuvo que discutir mucho con el sombrero para lograr su objetivo, pero no puedo negar que si logró convencerlo es por algo. El pobre Brian no tuvo opción de discutir con el sombrero, y aunque para él ha sido un disgusto, la decepción no le durará mucho, es un chico así de feliz.
Evidentemente, Severus odiará por encima de todo la relación de sus hijos con los Gryffindor, pero por su propia seguridad, intentará no decirles nada, para que actúen como si no fuesen sus hijos ¡Qué padre tan sacrificado!
Contestando a los reviews del capítulo anterior, Un millón de gracias a todos los que dejasteis reviews, me hacéis muy feliz. Lamento decir que no hubo ganadores al concurso sobre a qué casa irían los hijos de Snape.
Clau de Snape: Hola preciosa, espero que te haya gustado el capítulo, y siento haber mandado a tu tocaya a Slytherin, espero que no me mates por eso -, pero su destino estaba trazado desde antes de empezar a escribir el fic. Al menos a Snape le queda ese consuelo, aunque no está nada, nada satisfecho. Me tienes sorprendida, si intento hacerla más semejante a ti seguro que no lo consigo, ¿También con la guitarra?, aunque apuesto a que tu padre no enseña pociones… Un beso.
Idril Black: Hola guapetona, espero que lo estés pasando bien por la tierra media, saluda a Legolas de mi parte . Muchas gracias por el review, espero que este capítulo te haya gustado. Supongo que en este también te habrás reído con Snape, aunque Claudia finalmente no fue con sus hermanos, si todos sus hijos van a Gryffindor, lo tenemos que mandar a San Mungo del tirón ja je ji jo ju. Hasta pronto, un besazo.
Jessy Tonks: Hola cariño. Como has podido leer, y aunque una de sus hijos quedó en Slytherin, a Snape igualmente le dio un ataque. Al bueno de Harry aún le queda por pasar, mira que es tonto, cómo se deja engañar por la &%$# de Cho. Espero que te haya gustado el capítulo. Muchos besos.
Marla: Hola guapísima. Me temo que finalmente ha sido Claudia la que se quedó solita, en realidad se quedó con Pansy ., ¿cómo se las apañará?, ya veremos... Espero que te haya gustado este capítulo, creo que para ser un capítulo de transición ocurren bastantes cosillas y también da algunas pistas de lo que viene aunque no todas son lo que parecen. En todo caso no he querido matar al profe de pociones del disgusto. Un beso.
Cerdo Volador: ¡Hoola!, espero que este capítulo también te haya gustado. Muchísimas gracias por tu review. Hasta pronto. Un besazo.
Jessik Black tonks: ¡¡Buenas!! En realidad no hacía tanto que no lo actualizaba, básicamente intento subir un capítulo cada semana, y no te preocupes, por ahora no pienso dejarlo. Muchas gracias por el review, y espero que también este capítulo te haya gustado. Un beso.
En fin, nos vemos pronto. Sed buenos.
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