Disclaimer: Estos personajes, excepto Andrea y sus hijos, no son míos sino de J. K. Rowling, Warner Bros y no sé quien más; no gano dinero con ellos así que no me demanden, por favor.

Tras el velo

Capítulo 14: Rumores.

Cuando Hermione intento leer las runas escritas en el papel, se quedó muy sorprendida, aquel era un tipo de runa muy extraña, parecían runas antiguas, pero tenían raras modificaciones que no concordaban con lo que habían estudiado en clase. Definitivamente ella no sabía por donde agarrar aquello. Intentó mirar en los libros de runas que tenía, incluso subió a su habitación en busca de todo lo que tenía, aquello resultaba un reto para ella, y no había nada más estimulante. Tenía que descifrar aquellos extraños símbolos.

Ron y Harry observaban con curiosidad el ritmo frenético que había adquirido su amiga, que tan concentrada estaba enfrascada en la lectura de sus libros que sólo acertaba a gruñir cuando ellos intentaban llamar su atención, finalmente Roberto acabó explicándoles que estaban tratando de descifrar unas extrañas runas que le habían pasado.

Si bien la explicación no era todo lo extensa que el dúo hubiese querido, ya era más que los gruñidos que su amiga profería.

Era bastante tarde y la sala común estaba bastante vacía. Los chicos decidieron dar por terminada la jornada del día, y ya iban a retirarse cuando se abrió el retrato de la dama gorda, y un chico con los brazos llenos de comida y gesto serio entro en la habitación. Obviamente no esperaba encontrar a nadie en la sala común, y menos a los prefectos de su casa que lo miraban con gesto de enojo, sobre todo Hermione.

-Brian Silver no deberías pasear por los pasillos a estas horas de la noche, acaso no sabes que está prohibido- dijo Hermione severamente- deberías ser castigado, podrías haber metido en problemas a nuestra casa, podrías habernos hecho perder muchos puntos, y si Filch llega a pillarte…

-Venga Herm, no seas exagerada, no es para tanto- intentó calmarla Ron con poco acierto.

-Por Dios Ron, se supone que tú también eres prefecto de nuestra casa, deberías apoyarme un poco más, aunque sólo sea por eso- dijo Hermione exasperada.

-No es por nada Herm, pero no creo que nosotros estemos en condiciones de regañar al chico por esta tontería- Contestó Ron- no voy a ser yo el que te recuerde cuantas veces hemos infringido nosotros esa norma.

-¡Ron!, eso, tú anima a nuestros miembros a pasear por el castillo a cualquier hora, esa es tu misión como prefecto- se quejó irónicamente, casi gritando.

-No, pero no voy a castigar a alguien por algo que yo mismo he hecho, no soy tan hipócrita-dijo Ron arrepintiéndose de las últimas palabras al oírlas salir por su boca, aquello no podía terminar bien.

-¡Hipócrita!, ¡¿me llamas hipócrita por pretender que un alumno no rompa las normas del colegio?! Mucho más hipócrita eres tú que te dices mi amigo, y a la primera de cambio decides que ya no existo, y rompes la correspondencia que te envío, sin el menor motivo aparente o justificado-Hermione se notaba cada vez mas nerviosa y enfadada, si seguía gritando así, acabaría despertando a toda la casa de Gryffindor-, ¿es eso un amigo? Ese es el valor que le das a nuestra "amistad", ¡sí! ¡Ya veo cuanto me valoras! ¡Eso sí es hipocresía!-y diciendo esto se dio la vuelta y subió las escaleras que conducían a las habitaciones de las chicas, al borde de las lágrimas, que consiguió retener hasta haberse girado, no permitiría que Ron Weasley supiese cuánto le había dolido su estúpido comportamiento de aquel verano.

Era obvio que ella para él no significaba nada especial, y conseguiría arrancárselo de la cabeza, lo haría. Con el pelirrojo todo parecía inútil.

Tras lo ocurrido durante el cuarto año, se dio cuenta de que quizás tuviese alguna oportunidad, aquel súbito interés que a cualquiera le habrían parecido celos, a Hermione le sirvió para darse cuenta de que el pelirrojo era para ella más que un amigo, aunque la exasperaba su falta de sensibilidad. A veces parecía el chico más encantador del mundo y otras, parecía que un trozo de madera seca podía ser mucho más perceptivo que él. A pesar de eso, Hermione decidió ir a por todas, lo quería, o al menos eso creía, y en Bulgaria, aquel verano, sus sentimientos parecían haberse hecho más fuertes. Cuanto lo echaba de menos…

No quería engañar a Víktor, y así se lo hizo saber, le confesó que el único chico para ella, era Ron, y el buscador húngaro, acabó entendiéndolo, y mucho más que eso, acabó siendo para el ella el apoyo que necesitaba, animándola a hablar con el chico, después de todo ¡porque no ser ella la que tomase la iniciativa!. Intentó ser más cariñosa en sus cartas, más sincera. Cuando volviese, intentaría sondear al chico, se lo jugaría todo, temía que las cosas no fuesen bien, y que su amistad se fuese al traste, pero lo intentaría, estaba segura de sus sentimientos.

Se extrañó al no recibir contestación de su amigo, y después supo del ataque a Harry, supuso que estuvo muy ocupado, pero al volver…

Nada era como había imaginado.

El chico estaba más frío y venenoso con ella que nunca. Ginny le devolvió los trozos de las cartas que ella con tanto cariño y esfuerzo le había enviado. Había puesto su esperanza en cada palabra, y él ni siquiera las había leído. Sólo las había roto, como rompió sus ilusiones. Había pisoteado sus sentimientos. Un jarro de agua fría apagó todo aquello que había imaginado.

Él no tenía en ella la más mínima confianza. Y Hermione encerró sus sentimientos en el rincón más oculto, intentando olvidarlos, pero había veces que el resentimiento podía ser más fuerte, y perdía el control. Estaba claro, no debió apostar tanto por el chico, había perdido mucho, y no quería perder más. Debía buscar un equilibrio, después de todo Harry era el único amigo que le quedaba, el pelirrojo no merecía nada. Sólo había jugado con ella al gato y al ratón, y ella tontamente había caído de la manera más estúpida. Aquello no volvería a suceder.

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Ron se quedó sin habla por la reacción de Hermione. Sintió una bofetada, por culpa de aquella tontería había explotado la burbuja del verano pasado, la situación había sido tensa, al principio el se comporto como un imbécil, y después no supo como arreglarlo, la chica no lo dejaba explicarse, no quería escucharlo, y para ser francos el tampoco insistió demasiado, intentó restarle importancia, ya se le pasaría, pero al parecer… no se le había pasado. De hecho la notó muy alterada, tenía que arreglarlo de algún modo, después de todo, sí que eran amigos. Pensó en ir tras ella, pero aquel pasillo tenía alarmas de todo tipo, y si la discusión no había despertado a todos sus compañeros, aquello de seguro que lo haría, ya intentaría arreglar las cosas mañana, y sin una palabra, subió a su dormitorio seguido de Harry. Roberto también iba a subir cuando Brian lo agarró del brazo deteniéndolo.

-Espera, tengo que hablar contigo- dijo Brian en tono serio.

-¿Es que no ha sido ya bastante lo que has provocado?- Pregunto Roberto un poco enfadado, pero al ver el gesto de su hermano, se preocupó un poco.

-Espera un momento- dijo Brian mientras soltaba los pasteles junto a la mesa frente a la chimenea e inspeccionaba toda la habitación asegurándose de que estaban solos.

-Bien, no hay nadie. Podemos hablar tranquilos por fin- Dijo Brian algo más relajado.

-Bueno, ¿Y qué es eso tan importante que tienes que contarme?- preguntó Roberto, mirando como el pequeño desenvolvía el primero de los pasteles, lo que no era buen signo, ya que el pequeño comía desmesuradamente cuando algo más o menos serio le preocupaba.

-Se trata de Claudia- dijo el pequeño dándole un gran mordisco al pastel.

-¿Claudia?- se extrañó Roberto- Pero si nos separamos hace un rato y no parecía pasar nada excepcional.

-Bueno, verás resulta que mientras charlaba con unas chicas de Ravenclaw, en su sala común, que por cierto es mucho más sosa que la nuestra, oí una conversación de otras chicas.

-Brian, céntrate, ¿qué pasa con Clau?-dijo Roberto que veía como su hermano menor divagaba como siempre.

-Tranquilo chico, espera que ya te explico- dijo el pequeño mientras pegaba otro gran bocado al pastel acabando con él- verás, parece que están corriendo ciertos rumores sobre nuestra hermana.

-¿Rumores?, bah, eso es una tontería, ¿Qué tipo de rumores?- Preguntó Roberto sin dar demasiada importancia al asunto.

-Bueno, verás, para nosotros son algo inverosímiles, y un poco bochornosos, pero al parecer, ya lo sabe casi todo el colegio.

-Brian, al grano, que me estás poniendo nervioso. Suéltalo ya.-Dijo Roberto que empezaba a impacientarse y perder la paciencia.

El pequeño, cogió otro pastel y lo engulló de un solo bocado. A Roberto aquello no le iba a gustar.

-Está bien, pero no te enfades conmigo, que yo no tengo la culpa, además tuve mucho cuidado en no armar un escándalo a pesar de que… bueno cada cosa a su tiempo.

-¡Brian!, ¡¡empieza ya!!

-Bueno, pues… pues dicen que Claudia ha venido a este colegio porque la expulsaron del otro- dijo Brian.

-No es para tanto, me empezabas a preocupar-Dijo Roberto restando importancia al asunto.

-aún no he terminado- siguió el pequeño- en realidad la expulsaron, porque, para aprobar, supuestamente, se… se acostaba con su profesor.

A Roberto se le desencajó la mandíbula, ¡¡¡¡¿¿¿¿Quién se había inventado semejante barbaridad????!!!!

Por norma general Roberto solía ser una persona bastante pacífica y tranquila excepto cuando se trataba de su hermana. Con Claudia, Roberto era muy protector.

-Brian, dime ahora mismo quién ha inventado semejante mentira, le voy a partir la cara.- dijo Roberto cogiendo también un pastel de la mesa.

-Pues la verdad es que no lo sé. Pero deberíamos intentar averiguarlo- dijo Brian en tono frío, intentando pensar algo el modo.

-Tendremos que hablar con Clau. Debería saber qué es lo que está pasando y podría saber quién lo ha hecho- dijo Roberto.

-Bueno, mañana hemos quedado para entrenar antes del desayuno, hablaré con ella- contestó Brian.

-Iré contigo, quiero contárselo yo también.-decidió Roberto, aunque aquello supondría levantarse más temprano de lo habitual.

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Cuando Claudia llegó al campo de quidditch, empezaba a amanecer. Miró alrededor, pero Brian aún no había llegado. Decidió dar un par de vueltas, el fresco aire de la mañana terminaría de despertarla. Dio una fuerte patada al suelo, y notó como se elevaba del suelo. La brisa era muy agradable, y revolvía sus cabellos. Había olvidado atarlos.

A lo lejos, vio como dos figuras se acercaban, eran Brian y ¿Roberto?

-Buenos días-los saludó de muy buen humor-¿Vienes a admirar nuestra maestría con la escoba?- pregunto Claudia bromeando al ver al Roberto en el campo de quidditch.

-No exactamente- contestó Roberto un poco nervioso- Brian se ha enterado de algo- dijo Roberto mirando a Brian, para que el chico le explicase lo que oyó la noche anterior.

Cuando el pequeño terminó, miró a Claudia, esperando ver a su hermana muy enfadada, pero ésta, más que enfadada, estaba sorprendida, y acabó riendo a carcajadas.

Los chicos se miraron entre ellos y después miraron a su hermana, ¿Se habría vuelto loca?

Pero la chica seguía riendo alegremente y más si miraba la cara de tontos que se les había quedado a sus hermanos. Un par de minutos después consiguió calmarse.

-Claudia, explícamelo porque no lo entiendo, te decimos que todo el colegio piensa que eres una cualquiera, ¿y a ti te da por reír?-Pregunto Roberto incrédulo.

-En realidad, no me parece que sea para tanto. Esa es una mentira obvia para cualquiera que tenga dos dedos de frente, si eso fuese verdad al que habrían expulsado es al profesor. Y la persona que ha inventado esa estupidez, desde luego tiene falta de imaginación y no conoció a nuestro profesor de Transformaciones- dijo la chica con un suspiro. -Ojalá fuese verdad- dijo con mirada soñadora al recordar al guapísimo profesor de su antiguo colegio- era tan interesante…

-¡Claudia!- la regañó su hermano.

-Oye, que no soy sólo yo, todas las chicas estábamos de acuerdo en que él era el número uno del ranking. El más deseado, sexy, apuesto…

-Ya vale- dijo Roberto moviendo la cabeza. ¡Chicas!

-¿Estaba yo en ese ranking?- preguntó Brian muy interesado.

- Bueno, supuestamente, yo no debería hablar de eso con vosotros, pero como ya no estamos en el colegio- concedió la chica sonriendo a su hermano pequeño- sí Brian, estabas entre los primeros de tu curso, aunque no estabas en la clasificación general.

-Bueno, ya es algo- se conformó el pequeño- aunque debería estar en esa clasificación general.

-Demasiado pequeño- se encogió de hombros la chica- el más joven de la general era de cuarto- lo consoló.

-Bueno, de todos modos, creo que deberíamos averiguar quien ha inventado el rumor, nadie se mete con nosotros impunemente- dijo Roberto serio.

-Eso, ¡venganza!- exclamó Brian con mirada desafiante.

-Me parece bien, en todo caso, han intentado meterse conmigo, y es hasta posible que sea ese estúpido rumor, el motivo por el que las chicas de algunas clases me miraban tan mal- dijo claudia recordando el día anterior.

-Veamos, ¿quién puede haber sido?, deberíamos limitar nuestras líneas de investigación- sugirió el mayor.

-Hay dos posibilidades- dijo la chica pensativa-o es alguien de mi casa o han sido unas estúpidas de Ravenclaw, sobre todo es posible que fuese una tal Cho. Morena, mona, y con unas amigas tan "guays" como ella- dijo Claudia en tono despectivo, le caía taaan mal…- Los chicos de Gryffindor que conocimos durante el verano, no creo que hayan sido, y no conozco a mucha más gente en el colegio.

-Está bien, tú puedes investigar a los de Slytherin, nosotros nos encargaremos de las de Ravenclaw- decidió Roberto.

- Por cierto, ¿miraste lo de las runas?-preguntó la chica implorante- de verdad que necesito dormir en condiciones más de un par de horas, y no tener siempre esos malditos sueños. Ya tengo hecho todos los deberes que nos han mando, hasta los de la semana que viene- bufó la chica- ¡La poción anteojeras la gasto por toneladas! ¡Y acabaré adicta a la revitalizante si no quiero dormirme durante las clases!

-Anoche estuvimos trabajando en ello.

-¿Estuvimos?

-Sí, bueno, le pedí ayuda a Hermione Granger, la chica que conocimos en el tren, prefecta de Gryffindor. Es de las mejores en runas de mi clase.-Se defendió Roberto.

-Te dije que no se lo enseñaras a nadie, son mis sueños, y no quiero que lo sepa más gente- se quejó Claudia.

-Pensé que te importaba más que lo resolviésemos- dijo Roberto un poco enfadado.

-Bueno, vale, pero por favor, no se lo enseñes a nadie más.

-Ehm…

-No me digas que se lo enseñaste a alguien más.

-Bueno, Ron y Harry saben algo, pero ninguno de los tres sabe que está relacionado contigo, sólo les enseñé el papel.-se defendió el chico.

-Lo hecho, hecho está, espero que al menos sirva para algo- dijo la chica, alzando la vista- Se está haciendo tarde y no hemos practicado nada. Hablamos después del desayuno- dijo dando una patada al suelo montada sobre su escoba, mientras Brian la imitaba elevándose también del suelo.

Roberto optó por volver al colegio, aunque cuando se acercaba hacia el camino que conducía a la entrada principal del castillo creyó ver a su padre a lo lejos ¿en dirección a Hogsmeade? ¿Qué era lo que pasaba con su padre?, el día anterior, tampoco había desayunado en el colegio. ¿Estaría haciendo algo para la orden del fénix?

Cuando Roberto llegó a la sala común ésta estaba aún desierta, así que subió a por sus cosas y se bajó con la intención de intentar avanzar en la traducción de las runas. Un rato más tarde bajó Hermione con cara de no haber dormido demasiado bien. Para Roberto era obvio que la discusión de la noche con el pelirrojo, era para ella mucho más que un simple asunto de autoridad, ¡si al final hasta se habían olvidado de Brian! Pero pensó que era mejor no decir nada, si ella quería hablar, hablarían, pero no quería entrometerse.

-Hola, Hermione. Te levantas temprano.-La saludó.

-Sí, bueno. No tenía más sueño.- se justificó la chica- aunque obviamente no soy la más madrugadora- dijo con mirada acusadora aunque de mejor humor.

-Yo tampoco tenía sueño-sonrió el moreno- además lo de la traducción tiene cierta importancia- dijo el chico un poco preocupado.

-Creo que deberíamos visitar la biblioteca, quizás encontremos algo de interés- sugirió la chica.

-De acuerdo entonces, pero todavía no está abierta ¿no?- preguntó Roberto.

-No, la verdad es que no, pero podemos mirar después del almuerzo- dijo la chica sacando el horario- tenemos toda la tarde libre hasta la hora de sortilegios mentales- oh, ¡no!, tengo la prueba de DCAO a las 19:00. No me lo puedo creer, lo había olvidado. De todos modos iremos a la biblioteca, allí puedo repasar un poco mientras tú miras lo de las runas. Dijo Hermione empezando a ponerse nerviosa al haberse acordado del examen. Creo que estudiaré un poco mientras llega la hora del desayuno- dijo la chica sacando el libro reglamentario de DCAO correspondiente al sexto curso- En realidad es una suerte que hoy mismo tengamos clases de esta asignatura, espero que sean mejores que las del año pasado exceptuando las clases con Harry, claro.

-¿Clases con Harry?- se interesó Roberto- ¿con Harry Potter?

-Sí, bueno, en realidad eran ilegales, pero es una larga historia- contestó Hermione.

Pasaron un rato sumidos en la lectura de sus respectivos libros, cuando los primeros alumnos empezaron a bajar a la sala común, momento en el que Brian entró corriendo y colorado debido a la carrera, y subió directamente hacia las habitaciones.

-Roberto-lo interrumpió Hermione- te importaría que nos fuésemos ya a desayunar. Preferiría…

-En realidad iba a sugerirte ir a desayunar, creo que me está entrando hambre- mintió Roberto para liberar a la chica un poco de la tensión. Se notaba que aún estaba dolida por lo ocurrido la noche anterior.

El comedor estaba prácticamente desierto, aunque unos pocos alumnos madrugadores ya desayunaban en sus respectivas mesas. Hermione y Roberto se sentaron en la mesa de Gryffindor a la que cada vez llegaban más alumnos, incluidos Harry y Ron, que los saludaron, aunque Hermione no respondió al saludo del pelirrojo.

Algo más tarde Roberto se percató de la entrada de Claudia al comedor, y no se le escapó el detalle de ver como muchas de las chicas parecían mirarla más de lo normal, y cuchichear a su paso ¡realmente la mayoría de las chicas parecía estar ya al tanto del rumor, y para exasperación de Roberto una chica de Gryffindor, que se había sentado junto a Hermione y que Roberto creía que se llamaba Lavender, les contó muy impresionada el rumor que el chico ya conocía, pero en este caso y para su alivio pudo defender a su hermana. También pudo comprobar satisfecho que la expresión de sus nuevos amigos era mayormente de incredulidad.

-¿Y quién te ha dicho eso, Lavender?- preguntó Roberto a la Gryffindor.

-La verdad es que no estoy muy segura, lo estaban diciendo ayer en la clase de estudios muggles- dijo la chica dudosa.

-Deberías informarte mejor, porque ese rumor es una absoluta mentira, yo estaba en el mismo colegio de la chica, y desde luego que la persona que lo haya dicho, es una mentirosa- dijo Roberto molesto.

-¿Estás seguro?, a veces ocurren esas cosas y no todo el mundo acaba enterándose- dijo la chica decepcionada porque aquel chisme era realmente jugoso- ¿La conocías bastante?

-Por supuesto que la conocía bastante- intervino Ginny que estaba sentada junto a Harry, y había permanecido atenta a toda la conversación- Él y la chica, que por cierto, se llama Claudia, fueron novios.

El giro de la historia, tomó a todos por sorpresa, incluido el propio Roberto, que no esperaba para nada aquello. ¡¡ ¿Cómo que él había sido novio de su hermana?!!

En aquel momento, Harry miró a Roberto de un modo totalmente distinto, no se esperaba aquello. Ron y Hermione estaban sorprendidos. Pero Lavender estaba, como buena cotilla, francamente interesada en la nueva historia. Un Gryffindor y una Slytherin pareja, bueno, en realidad ex -pareja.

-¿Es eso verdad?- preguntó Lavender aún un poco escéptica, no quería propagar un contra rumor sin estar completamente segura.

-Por supuesto- contestó Ginny- la propia Claudia me lo dijo- contestó la pelirroja. Al día anterior se había enterado de lo que se contaba, y aunque Claudia le caía bien y quería ayudarla, no sabía como. Pero al ver a Roberto defender a la chica recordó la foto que había visto que tenía Claudia, y que esta le había dicho que el chico había sido su novio. En otras circunstancias, no lo habría contado, pero dada la situación era preferible un rumor cierto que aquella mentira difamadora. Esperaba que la chica no se enfadase, en todo caso hablaría con ella después explicándoselo todo y para pedirle perdón por bueno, por lianta.

Roberto no salía de su asombro, no tenía a Ginny por una inventora de chismes, pero, ¡¡¡ ¿por qué habría dicho eso Claudia?!!! Tenía que hablar con ella antes de que todo aquello se liase más. Y levantándose de su mesa, se dirigió decidido hacia donde se encontraba su hermana: hacia la mesa de Slytherin. Todos los alumnos de aquella casa lo miraban escrutadoramente no era habitual que un Gryffindor se adentrase en su territorio, pero al chico le importaban poco las miradas de los Slytherin.

-Claudia, necesito hablar contigo un momento- dijo Roberto tranquilamente.

La chica estaba un poco sorprendida, pero reaccionó rápidamente- eh, sí claro- dijo levantándose y siguiendo a su hermano hacia la salida del comedor, bajo la mirada curiosa de muchos de los estudiantes.

Cuando Roberto hubo comprobado que no había nadie suficientemente cerca como para oír la conversación, inició su interrogatorio particular:

-¡¿Cómo es eso de que hemos sido novios?!-preguntó en voz susurrante, a la chica que lo miraba muy sorprendida.

-¿novios? ¿Tú y yo?, pero bueno, en este colegio no pierden el tiempo inventando chismes- dijo Claudia todavía impactada por el nuevo rumor.

-Sí, pero esta vez es Ginny la que dice que tú se lo contaste- dijo Roberto acusador.

Ante estas palabras la chica recordó el suceso que tuvo lugar cuando pasaron unos días en el cuartel…

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Sin darse cuenta había puesto sobre la cama un pequeño montón de fotografías, y en la primera de ellas aparecía sonriendo de la mano de Roberto.

-Vaya es Roberto ¿no?- Preguntó Ginny sonriendo pícaramente.

Al darse cuenta de su descuido, Claudia, muy nerviosa, volvió a coger precipitadamente todo el montón de fotografías y lo guardó en la maleta. Había metido la pata, y menos mal que sólo estaba con Roberto, había muchas más fotografías muy comprometedoras con sus padres, y aquella chica conocía a su padre, ¿cómo lo hubiese explicado? Debía poner más cuidado, ¿en qué estaba pensando?

-Perdona no quise ser indiscreta- se excusó Ginny al ver la reacción de la chica.

-No te preocupes, no es nada, bueno…, él y yo…- dijo dudando sin saber muy bien como explicar aquella fotografía- somos amigos desde hace mucho. Estábamos en la misma clase y…

Ginny sonreía ahora más ampliamente,- no tienes que preocuparte, mira-, y sacó una pequeña fotografía de un chico que saludaba alegremente. Este es Dean, mi novio.

Viendo por donde iba, Claudia no tuvo más remedio que resignarse, aquella después de todo, no era una mala salida- Está bien- admitió- Roberto y yo, salíamos juntos, pero lo dejamos hace algún tiempo.

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Ante la explicación de Claudia, Roberto no estaba del todo satisfecho.

-Ya podías haber inventado otra cosa, ahora todo el mundo va a "saber" que hemos sido novios- bufó el chico algo enfadado.

-Oye- se quejó la chica- no creo que sea para tanto que hayas sido mi novio, de hecho debería ser un honor para ti- siguió la chica bromeando- no muchos pueden decir lo mismo y en realidad yo no he ganado mucho con el cambio, el profe está mucho mejor. En todo caso supongo que esto es menos problemático.

-¡Pero serás…!- se quejó él riendo.

- En fin, deberíamos terminar el desayuno, además dejé mis cosas en el comedor- dijo claudia que aún tenía algo de hambre.

-¡Estas hecha una glotona!, si sigues así, te volverás una bolita, y no sé si querré darte una segunda oportunidad para que vuelvas conmigo- dijo el chico bromeando.

-Yo no quiero una segunda oportunidad contigo, querido- siguió ella la broma- bueno, nos vemos- se despidió dirigiéndose ya hacia su mesa de muy buen humor.

Roberto al sentarse con sus compañeros, aún sonreía divertido.

-¿estas segura de que ya no están juntos?- preguntó Lavender a Ginny en voz baja, aunque no lo suficiente como para que Harry no lo oyera.

El chico al ver la buena relación de Claudia con Roberto se había temido algo similar, aunque nunca quiso llegar a creerlo, pero ahora, al oír a Lavender, él también empezó a pensar que quizás todavía había algo entre ellos, y una sensación un tanto desagradable, empezó a ponerlo de mal humor.

Harry no era el único Gryffindor de mal humor aquella mañana. Cierto pelirrojo también estaba enfadado porque a pesar de todos sus intentos para hablar con Hermione, la chica como toda respuesta se dedicaba a ignorarlo.


Bueno chicos y chicas, he aquí otro capítulo que espero os haya gustado.

No voy a adelantar nada del próximo, porque no lo tengo escrito todavía, y después surgen imprevistos, y no ocurre lo que esperaba, sólo os diré que será la primera clase de DCAO.

Espero que seáis buenos y dejéis reviews, que eso motiva mucho a cualquier escritor de fics, y seguro que me animan a escribir más rápido y así subir antes el próximo capítulo.

Y contestando a todos los que me hicisteis felices en el capítulo anterior enviándome uno:

Gandulfo: Muchísisimas gracias por el review y por animarte a dejarlo. Espero que este capítulo también te haya gustado. Un beso.

Jessy Tonks: Hola guapetona, Desde luego Cho es una entrometida… pero que le vamos a hacer la chica parece que se arrepintió de haber dejado a Harry. En fin, espero que te haya gustado este capítulo, al menos esta vez no se entrometió. Hasta pronto y un beso.

Clau de Snape: ¡Hola! Bueno, que te pareció este capítulo, al final ni se descubre lo de las runas ni clases, pero hubo otro tipo de acción ¿no? Jeje. Por lo de Ron y Hermione… estos chicos si que son torpes y Ron creo que es el campeón, por ahora no se si se pondrá celoso por Roberto, más bien será Harry el que se pique con el chico jijiji, si supiera… Ron no necesita celos para meter la pata, el solito se las apaña, en el fondo me da un poco de pena. En fin, hasta pronto. Saludos.

Cerdo Volador: Hola, aquí estamos de nuevo, espero que te haya gustado el capítulo. Desde luego que Cho a mi me cae tambien mal, que mala es, al menos en mi fic. Bueno, chica. Un beso y hasta pronto.

ANgiE SBM: Hola preciosa, siento que Sev no salga demasiado, de echo el pobre lo lleva muy mal, ya veremos, pero al parecer Voldie no está muy contento con el, el próximo no, pero pronto pondré un capi especial para él y veremos qué es lo que esta pasando. Lamento lo de tu ordenador, es triste que fallezca algo tan preciado, y si es a manos de un hermano, mucho peor, por suerte el mío ya se fue de casa. En fin espero que puedas recuperar tu ordenador u otro en su defecto. Un beso.

Hasta pronto y sed felices.

Elanor Black.

Miembro de la orden Severusiana.