Disclaimer: Estos personajes, excepto Andrea y sus hijos, no son míos sino de J. K. Rowling, Warner Bros y no sé quien más; no gano dinero con ellos así que no me demanden, por favor.
Supongo que a estas alturas no debe ser necesario decirlo, pero sueños y pensamientos van en cursiva.
Tras el velo
Capítulo 20: Conjeturas
Brian y Claudia estaban en una habitación que pocos conocían en Hogwarts planeando la que sería la venganza contra Cho Chang como castigo por haber extendido rumores para intentar dejar en evidencia a la nueva estudiante de Slytherin, pero gracias a las dotes de espía y buen investigador del pequeño Brian habían descubierto todo el asunto, y desde luego no pensaban dejar las cosas así, los tres hermanos habían acordado gastarle una pequeña broma-castigo aunque de forma encubierta, ya que no tenían intenciones de ser castigados o perder puntos para sus respectivas casas.
El medio para urdir la venganza sería un libro de bromas que casualmente habían encontrado en la biblioteca personal de su padre, y que había pertenecido a Sirius Black. Para delicia de Brian este libro, además de las consabidas pociones estaba plagado de anotaciones explicativas y comentarios divertidos que explicaban posibles modificaciones y efectos observados, en aquellos pobres que resultaron blanco de la mayoría de las bromas del cuarteto de estudiantes conocidos como merodeadores, a saber Malfoy y Snivellus…
-¿Malfoy no será el chico con el que estás saliendo?- preguntó Brian al notar la coincidencia del apellido.
-Pues quizás sea él, aunque no había oído esos motes antes- contestó claudia en tono de duda.
-Jo, pues como sea él buena se la han hecho, porque vaya cantidad de bromas divertidas le han gastado, claro que si yo fuese él… creo que algunas no me lo resultarían tanto. Mira, aquí hay una en la que les llenaron la cara tanto a Malfoy como a Snivellus de granos verdes, y al pronunciar la palabra Slytherin explotaban manchando con un repugnante y apestoso líquido viscoso a toda persona a dos metros a la redonda, puaj, seguro que estos ingeniosos magos deben ser de Gryffindor, porque nadie tendría tanto interés por erradicar la palabra Slytherin del diccionario. Al parecer el efecto les duró tres días, y lo mejor, es que no consiguieron demostrar que estos cuatro fueron los culpables, por lo que no los castigaron. ¡Increíble!, ¿crees que algunos de estos eran los gemelos Weasley?
Claudia miraba a su hermano con cierta incertidumbre- No sé si es demasiado prudente dejarte leer este tipo de libros, a ver si por mi venganza voy a terminar de volverte un autentico criminal…
-Por favor, hermanita, yo soy como soy, soy irresistiblemente divertido, simpático, inteligente, ingenioso,…
-Modesto-lo interrumpió Claudia.
-sí, claro, modesto, etcétera, nada de lo que lea va ha hacer que sea distinto, en este caso, sólo estoy adquiriendo conocimientos de pociones, y aprendiendo de la experiencia de otros eruditos, si leer estos libros fuese perjudicial para mí, o para cualquiera, no lo tendría papá.
-Precisamente yo pienso que si lo tenía papá era porque fue requisado a alguien para quién leerlo, sí era perjudicial.
-Bueno, mi caso es distinto, papá nos lo dejó, por lo tanto no es perjudicial.
-No estoy de acuerdo, creo que ni siquiera sabía de que libro estábamos hablando cuando se lo pedimos.
-Bueno déjate ya de líos, lo tenemos por un motivo trascendental, un motivo justo y haremos morder el polvo a esa estúpida pero preciosa Ravenclaw.
-Brian, ni se te ocurra volver a referirte la individua esa con algún calificativo positivo en mi presencia, si no quieres que le de más uso a las pociones del libro.
-Bueno, si puedo elegir alguna, de hecho una que leí… estaba por aquí…- dijo él mientras pasaba las hojas- ¡esta!, fíjate mira hace que las extremidades se estiren a voluntad, seguro que está súper bien, podría alcanzar desde mi sitio de la mesa del comedor de todo, y más rápido que cualquiera, podría coger todos los postres sin siquiera levantarme, y para jugar al quidditch, sería estupendo si fuese guardián, aunque si consigo el puesto de golpeador, quizás me vendría mejor una que he leído por aquí…- dijo mientras buscaba entre las otras páginas del libro.
-¡Para ya Brian!, deberíamos centrarnos en nuestro actual objetivo: "darle las gracias a la sabandija por el recibimiento que me dio"-dijo Claudia irónicamente y una mirada maliciosa.
-Esta es mi hermanita-la apoyó Brian.
Se pasaron un buen rato ojeando el libro, hasta que finalmente seleccionaron tres opciones a consultar con Roberto antes de elegir la definitiva. Ambos habían quedado satisfechos, eran suficientemente divertidas aunque no del todo crueles, a pesar de todo, Claudia no quería pasarse.
Cuando se dirigían hacia el gran comedor para la cena, pudieron ver a lo lejos a los componentes del equipo de quidditch de Gryffindor, por lo que Brian tras despedirse apresuradamente de su hermana corrió tras Angelina. Claudia no hizo demasiado caso a su hermano, porque al verlo allí, aquella sensación de cosquillas en su estómago la cogió desprevenida y algo que definitivamente no esperaba, se encontró con aquellos ojos verde, y sin poder evitarlo sonrió, pero cuando el chico la vio, desvió la mirada y pasó de largo como si no la hubiese visto, como si ella fuese transparente, pero aquello era imposible, estaba segura de que la había visto, y al darse cuenta de que él la había evitado conscientemente sintió como si hubiesen derramado sobre ella un jarro de agua fría, y la sonrisa quedó congelada en sus labios. Durante unos segundos quedó allí de pie junto a la puerta, sin saber que era lo que le había pasado, se sentía como si una apisotonadora le hubiese pasado por encima, pero una voz la sacó de su ensimismamiento. Era Roberto, que venía acompañado de Hermione.
-Claudia, parece que hubieses visto un fantasma- la saludó sin saber qué era lo que realmente había pasado escasos instantes antes.
-Oh, nada, es que acabo de recordar algo que olvidé- y sin poder aguantar un segundo más, se giró, y salió corriendo de allí.
No dejó de correr hasta que llegó a la orilla del lago que permanecía tranquilo, calmado y reflejaba los últimos rallos del sol que despedían aquel día, en un atardecer hermoso, si Claudia hubiese tenido ánimos para poder apreciarlo. Pero la mente de la chica estaba en otra parte.
-¿No piensas cenar hoy?
Claudia se giró y se sorprendió al encontrarse con un compañero de su casa, con el que apenas había cruzado un par de palabras. Se apellidaba Nott, aunque no recordaba su nombre.
-Por lo que parece tú tampoco estás en el comedor-respondió ella.
-Touché-dijo sentándose junto a la chica.
Pasó un rato sin que ninguno de los dos dijese nada, ambos mirando tranquilamente el lago y las suaves ondas que se formaban en los bordes donde el agua entraba en contacto con la orilla.
-No eres demasiado hablador- dijo Claudia más para sí que a la espera de una respuesta.
-No hay demasiado que decir, ¿Green?
-Puedes llamarme Claudia, no me gusta demasiado que me llamen por el apellido. A todo esto, tú eras…
-Nott, Theodore Nott, pero a mi me resulta indiferente si utilizas el nombre o el apellido. ¿Y dime Claudia, qué te trae por esta zona, sin la compañía de tu excelso consorte y protector?
-Estás insinuando que debería estar acompañada por Draco las veinticuatro horas del día.-pregunto indignada la chica.
-En realidad imaginaba que serías más cabeza hueca y no tendrías tanta iniciativa como para pasearte sin él-contestó el chico indiferente.
-¿debería agradecer el cumplido?- preguntó ella en tono irónico.
-No sé, resulta extraño que una chica con personalidad propia acabe saliendo con él
-También resulta extraño que un chico al que apenas conozco cuestione el hecho de que salga con otro chico.
-Te quejaste de mi falta de conversación. No esperarías que hablase del tiempo, y en realidad no me apetece divagar sobre la inminente guerra, Dumbledore, El ministerio o el que no debe ser nombrado. Me aburre la política. Ya sé podríamos hablar sobre la clase de pociones, porque creo recordar que tú sí asististe a la hecatombe de esta mañana.
-¿Hecatombe?-preguntó Claudia extrañada y a la vez recordando las advertencias de su padre sobre que podría estar siendo vigilada.
-Sí, tras el día de hoy el mundo definitivamente llegó a su fin, y yo sobreviví, para ver a Draco Malfoy pasarlo mal a manos del profesor Snape. Tú no lo comprendes porque eres nueva aquí, pero Malfoy siempre ha sido el favorito de Snape y lo de hoy si me lo hubiesen contado jamás lo hubiese creído a pesar de que ese chico cayó en desgracia ante el resto del alumnado, nunca pensé que Snape le volvería la espalda.
-Porqué dices eso, el profesor simplemente nos ordenó por orden alfabético.
-Bah, eso son estupideces, podría habernos ordenado de cualquier otra forma de modo que a su protegido no le hubiese tocado la porquería aquella, y eso de que tenía que esperar para demostrar confianza me lo trago menos aún, pura basura- dijo el chico despectivamente.
-A alguien le tenía que tocar ¿no?-intentó defender Claudia el criterio de su padre, a pesar de que sabía perfectamente que todo había sido un castigo claramente premeditado.
-Te lo repito, ¡jamás a Malfoy!-aseguró el Slytherin muy seguro-en todo caso creo que me voy, no tengo ganas de que tu trío protector me incordie-dijo señalando hacia la puerta del colegio desde donde se acercaban Crabble, Goyle, y Draco.
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Cuando Brian llegó al campo de quidditch aquella mañana, apenas acababa de amanecer, pero pudo comprobar, que su hermana ya sobrevolaba el campo, así que con una decidida patada al suelo, se elevó. Aquel sería el gran día en el que debía ser elegido para el equipo de quidditch de su casa, se había informado, y al parecer había libres dos puestos de golpeadores y el de buscador, aunque era seguro que Harry lo retomaría tras haber sido expulsado del equipo el año anterior por no se qué malvado sapo verrugoso, que había usurpado la dirección del colegio a su bisabuelo, al parecer las cosas se solucionaron al final del curso.
Brian tenía decidido en todo caso que quería el puesto de golpeador, era su posición favorita, pero aún no sabía cuantos se presentarían para obtenerlo, y él, al ser de segundo curso, partía con una cierta desventaja, pero no por nada se había entrenado tanto, no dejaría escapar la oportunidad.
Claudia parecía especialmente agresiva aquel día, Brian se dio cuenta inmediatamente al ver cómo su hermana golpeaba una budggler que se dirigía hacia ella. En el equipo de Slytherin había vacantes en los puestos de cazadores y el de guardián, su hermana había optado por el de cazadora, a pesar de que le gustaba más el de golpeadora, pero al estar estos ocupados no tenía otra opción. Aquella mañana por la forma en que estaba golpeando, no habría tenido rival, y Brian respiró al saber que no lucharía contra ella por ese puesto ya que habría perdido antes de intentarlo. Sobrevolaba el campo como si la persiguiera el diablo, haciendo unos virajes que empezaban a mosquearlo, una cosa era que él pudiese hacer el tonto, pero ella estaba apurando demasiado, y no podía ser porque aquello tuviese demasiado sentido, aun no estaban haciendo la prueba, y si su hermana seguía de aquel modo no sería necesario que la hiciese, se habría roto la cabeza antes. Intentó llamarla, pero ella no le hacía el menor caso, de hecho empezaba a dudar que lo hubiese visto. No le quedó otra que perseguirla hasta conseguir llamar su atención atravesándose en su trayectoria.
-¿¿¿SE PUEDE SABER QUÉ DEMONIOS ESTÁS HACIENDO???- Se quejó el rubio.
Tras respirar profundamente y recuperar el aire, poniendo su cara más desconcertada, la Slytherin pareció volver a la tierra alegando que estaba muy concentrada en el juego, cosa que desde luego resultaba obvia, pero no justificaba aquel modo tan agresivo de jugar.
En todo caso Brian se tranquilizó algo al ver que su hermana volvía a jugar como de costumbre, algo más relajadamente y sin poner en juego su integridad física.
Las clases de la mañana resultaron bastante tranquilas si se tenía en cuenta el hecho de que no tuvieron clases de pociones. Pero Claudia pudo comprobar con pesar que Harry realmente la estaba evitando y no fue algo casual lo que ocurrió el día anterior. A pesar de que el chico consiguió sentarse en el lugar más alejado del de ella, Claudia consiguió "tropezar" con él a la salida, de forma que lo saludó, el chico, como toda respuesta dio un inaudible murmullo a modo de hola y siguió su camino, aquello acabó por sacar a Claudia de sus casillas, aunque no exteriorizó su enfado.
Draco no había dejado de observar toda la escena con una sonrisa de satisfacción plena, al menos en lo referente a Potter, por otro lado, Claudia comprendería que los Gryffindor no son una compañía deseable, o al menos eso esperaba.
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A pesar de todos sus intentos por evitarla, había fracasado estrepitosamente. Se había propuesto olvidarla a toda costa. Todo había sido una confusión estúpida, él no sentía nada por ella.
Desde la noche en que la había visto por primera vez allí, plantada frente a su cama mirándolo, la recordaba casi como un sueño. No había podido olvidar aquellos ojos azul claro como el cielo, a veces cerraba los suyos y podía verla como aquella noche, como si la tuviese delante. Pero eso no significaba nada. Todo era demasiado absurdo. El hecho de que desde aquella noche hubiese pensado incesantemente en ella, en cuándo volvería a verla, en por qué se había ido de la casa o por qué había estado allí o tantas otras interrogantes que le habían perseguido desde aquella noche… Y cuando la encontró en el tren… pero obviamente todo había sido fruto de la presión, no era lógico su comportamiento, no tenía sentido aquel sentimiento, nadie en su sano juicio se habría obsesionado así por una desconocida, pero… no podía negar que esa chica había conseguido despertarlo tras la pérdida de Sirius, esa chica, sin hacer ni decir nada había hecho que algo en él cambiase, y poco a poco había ido ocupando más y más espacio en sus pensamientos, y después, resultó ser una Slytherin, aquello fue como una bofetada.
Nadie de esa casa podía ser de confiar. La mayoría de los magos oscuros provenían de allí, la mayoría de los mortifagos, toda esa ralea despreciable que de una u otra forma había participado activamente en que su vida fuese como había sido, los que lo habían despojado de sus padres, de su familia, obviamente no incluía a los Dursley en lo que para él era una familia. Y después le habían arrebatado a Sirius… Sirius, aún dolía pensar en él.
En todo caso, ella era una Slytherin, eso lo decía todo. No cabía discutir aquel hecho. No podía negar que hubo momentos en los que creyó que a pesar de todo, Claudia podía ser una chica legal.
Pero después sucedió lo que tenía que suceder, y ella mostró su verdadera cara, y no de cualquier modo. Era la novia de Malfoy.
Malfoy, la más despreciable y repugnante cría de mortífago. El que había reído la muerte de Cedric Diggory, no podía encontrar calificativos para describir al energúmeno albino.
Si aquella chica se había ganado tan fácilmente a Malfoy de seguro que también estaba relacionada con los mortifagos, seguro que sus padres formaban parte de aquel grupo, y si había conseguido entrar en casa de Sirius había sido con propósitos específicos, quizás era una espía de Voldemort. ¿Sabría Dumbledore algo de todo aquello? Obviamente sí, puesto que era el guardián secreto de la orden, pero podía no estar enterado de todo lo demás. La confianza de Harry en la infalibilidad del director había desaparecido.
No tenía sentido pensar en todo aquello, y aunque el director tuviese sus motivos para permitir la entrada a una espía no los compartiría con él. Además, no tenía pruebas reales de sus sospechas.
Lo mejor era alejarse de ella, había demostrado ser una poderosa bruja, era la única chica de su curso, además de él en el grupo más avanzado de DCAO, y en otras asignaturas había demostrado un gran nivel, de las mejores de la clase. Podía no ser descabellado pensar en que quizás ella era una mortífaga camuflada por un par de gotas rejuvenecedoras con la misión de vigilarle, matarle o sabía Merlín qué.
Definitivamente debía alejarse de ella y quitársela de la cabeza. Intentaba evitarla en todo momento. Se sentaba lo más lejos posible, intentaba no mirarla, ella debía dejar de existir para él, debía conseguir aclarar sus pensamientos para poder enfrentarse a ella cuando llegase el momento.
A pesar de todo no podía negar que a veces la mirara, aquella mañana se había sentado al final de la clase con Ron y se había pasado la mitad del tiempo mirándola a escondidas. El modo en que cogía la pluma, o cuando trataba de apartar aquel mechón rebelde de su cabello o cómo miraba a Malfoy cuando hablaban, cómo reía sus estúpidas gracias, y entonces recordaba que debía olvidarla. ¿Pero cómo olvidarla? ¿Cómo demonios iba a conseguir olvidarla si cada vez que la tenía cerca no dejaba de mirarla, y cuando no estaba, no dejaba de buscarla con la mirada, hasta que recordaba que ella debía dejar de existir en su mente?
Y lo peor fue cuando chocó con ella al salir de clase, si un rayo le hubiese caído en aquel momento ni lo habría sentido, durante una fracción de segundo se había sentido paralizado, nervioso, torpe, y después ella le había mirado, y él se habría perdido en sus ojos, pero consiguió evitarla, sí, había salido corriendo como un cobarde, era lo más obvio del mundo cuanto resultado estaba consiguiendo con su intención de olvidarla y alejarse de ella, todo había ido a peor, se sentía cada vez más enganchado a ella, sólo existía ella en sus pensamientos. ¿Dónde estaba? ¿Qué hacía? ¿Estaría con el miserable hurón botador? ¡¡¡¡¡Agggg!!!!! Malfoy. Imaginarla en sus brazos era lo peor. Imaginarla con Malfoy lo ponía enfermo. No debía importarle, pero le importaba ¡Y de qué modo!
Sabía que su situación era mala, pero observar a Ron lo consolaba un poco. Hermione estaba más distante con el pelirrojo que nunca, y eso esta vez lo había afectado más que de costumbre. Siempre se habían enfadado, pero esta vez Ron sospechaba que era peor que nunca, porque él la había hecho llorar. Hermione le había dado hasta una bofetada, y después nada. La chica se pasaba la mayor parte del tiempo con Roberto, y a pesar de sus advertencias seguían hablándose con la Slytherin. Desde luego las cosas no pintaban demasiado bien para ninguno de los dos.
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Hasta aquí este capítulo, espero que os haya gustado.
Quisiera pedir perdón por haber tardado tanto, pero me encontraba en un atolladero y no sabía como seguir la historia, además de no haber tenido demasiado tiempo. Las perspectivas son positivas así que espero poder volver a retomar mi ritmo anterior. Gracias por vuestra paciencia y seguir leyendo la historia a pesar de mi irregularidad al subir los capítulos últimamente.
Y ahora paso a los reviews. Puesto que tarde tanto en continuar la historia, no quiero entretenerme más, prometo que la próxima vez me extenderé más en las contestaciones, pero os diré en general a todos muchas gracias, muchísimas a todos los que leéis la historia, y especialmente a los que me dejáis reviews que del último Idril Black, mErOdEaDoRa Gryffindor, Trixi Black, Barbi, Angie SBM y Clau de Snape.
Estamos al borde de los cien reviews así que para celebrarlo y agradeceros vuestro inestimable apoyo he pensado que colaboréis un poco, por ello, podéis hacer peticiones de algo que queráis que ocurra en próximos capítulos, no tenéis más que dejar, entre comillas la frase que queráis que aparezca y yo con toda mi audacia intentaré incluirla lo más fielmente posible, especialmente si es algo coherente, como podéis imaginar una declaración amorosa de Snape a Voldie no tendría más remedio que introducirla como un sueño realmente extraño o un delirio por efecto de pociones poco recomendables. Espero vuestras peticiones, seguro que será muy divertido. Y lo mejor de todo, sólo por dejar un review, a ver si conseguimos llegar a las centenas.
