Harry Potter y casi todos los personajes de este fic, pertenecen a Rowling, Warner Bros. Y demás. Yo sólo he inventado a la familia de Snape y a los colegas aulladores de Clau. Ese fic, no se escribe con ánimo de lucro, sólo por pura diversión así que no es necesario que me demandéis.
Hola. Aquí estamos de nuevo.
Esta vez no voy a contestar reviews por no extenderme más y subir el capítulo lo antes posible, en cualquier caso os doy las gracias a todos aquellos que habéis hecho acto de presencia dejándome vuestro comentario, no me cansaré de decir que es una de las cosas que más motiva cuando escribes un fic. Gracias a Trixi black, Ginny84, Skuldangel, Clawy, Marla, blacklady, vampiresa, Agus y Moony, absintheaddict, alatarladyofthering, Tenshi Lain, kimita-potter, Idril Black, y por supuesto a todos los que habéis llegado hasta aquí leyendo, espero que aguantéis hasta el final, ya queda poco.
Voy a hacer un pequeño resumen, ya que últimamente tardo mucho en actualizar. En el último capítulo, Brian, estuvo a punto de mostrar en clase el brazo donde se rumoreaba se escondía la marca que probaba que su padre era un mortifago, aunque Roberto consiguió detenerlo. Por otro lado claudia se cabreó mucho porque el trío fantástico de Hogwarts mantenía que Severus realmente lo había sido, y no sabemos como pero acabó transformándose en licántropo, aunque consiguió llegar al bosque antes de que nadie la viese, y por allí se dio un paseito que ahora veremos hasta donde la lleva. Al final, Roberto reconoció las cosas de la chica, que Hagrid había encontrado destrozas en los límites del bosque y llevaba muy preocupado al colegio, suponemos que para enseñársela a alguno de los profesores.
Capítulo 35: Secretos y mentiras.
Profesor, menos mal que le encuentro, he encontrado esto en los límites del bosque, y supongo que es de alguno de sus alumnos- dijo Hagrid preocupado.
Severus echó un vistazo a lo que a primera vista le habían parecido algunos trapos viejos, pero entre ellos encontró una mochila que le resultaba familiar, y dentro de esta lo que obviamente era la varita de su hija. La reconocía perfectamente.
Ahora iba hacia el despacho del profesor Dumbledore, para enseñárselo y saber qué hacer-continuó Hagrid.
Vayamos pues- contestó el profesor intentando no echarse a correr agarrando al semigigante de la oreja.
Camino al despacho del director, pasaron frente al aula de DCAO, así, que Snape se entró en la clase.
Andrea…-Llamó Severus a su esposa intentando controlar el tono de su voz.
Los alumnos de tercero de Ravenclaw y Hufflepuff observaban con curiosidad al temido profesor de pociones llamar a su esposa por su nombre de pila, cosa que no dejaba de resultar chocante.
Andrea, el profesor Dumbledore te espera en su despacho- dijo el profesor nervioso cerrando la puerta del aula.
Al poco de llegar al despacho del director, entró Andrea casi sin aliento, que a todas luces, había echado a sus alumnos tras avisarla su esposo y había corrido hacia el despacho, sin llegar a imaginar que podría haber pasado para que la hubiese interrumpido sin siquiera tocar en la puerta del aula, y tan nervioso que incluso la había llamado por su nombre frente a todos los estudiantes, algo completamente impensable en su marido que había labrado, tras muchos años de empeño una reputación de la que, inexplicablemente para ella, se sentía muy satisfecho.
¿Qué es lo que pasa?- consiguió preguntar Andrea.
Aunque su esposo evitó el contacto visual, ella no pudo dejar de ver la mochila de su hija sobre el escritorio de su abuelo.
¿Por qué están ahí las cosas de claudia?
Ella, no ha tenido clases contigo hoy¿verdad?-Le preguntó el director.
Andrea negó con la cabeza.
El director empezó a rebuscar en uno de los cajones de la mesa.
Creo que estaba por aquí en algún lugar…, hum
Andrea y Hagrid miraban nerviosos al director, mientras Severus se acercó, perdiendo la poca paciencia que le quedaba y empezó a rebuscar él también entre los numerosos pergaminos que abarrotaban el minúsculo cajón.
Por cierto¿Qué es lo que estamos buscando, Albus?
Aquí está-contestó el director sacando un pergamino que Severus reconoció al instante...
¿Qué es eso Abuelo?- preguntó Andrea- ¿Y qué demonios le ha pasado a Claudia, aún nadie me ha contestado.
Aún no lo sabemos, pero, esto nos podrá ayudar. Este es un mapa bastante curioso, no sé si lo recuerdas, estaba en posesión de Roberto la noche antes de que Claudia volviese, aunque en realidad podríamos decir que es propiedad del señor potter. Veamos- dijo recolocándose sus gafas de cristal en forma de media luna y poniendo el mapa sobre la mesa. Todos empezaron a revisar los nombres de todas las personas que aparecían en el castillo.
Hagrid,- preguntó Snape preocupado- ¿Dónde encontraste sus cosas?
En los límites del bosque- Contestó el semigigante.
¡Es que acaso ha atacado algo a mi niña¿Por qué has encontrado su mochila¿Qué es lo que pasa Severus¿Qué me estás ocultando?
En realidad no estaba seguro, no sabía que esto realmente pudiese llegar a pasar- Intentó defenderse Dejándose caer pesadamente sobre uno de los sillones que había junto a la mesa. Pero usted lo sabía, sabía que esto pasaría, dijo dirigiéndose al director.
Sabes que no había otra opción Severus.
Pero quizás ellos eran demasiado fuertes, si hubiésemos buscado a otros.
Ese no ha sido el problema. Lupin me explicó, aunque en realidad no lo recordaba con demasiada claridad, pero creía que a Claudia le habían mordido dos licántropos en lugar de uno.
¡Cómo demonios permitió que eso ocurriese, se supone que él estaba allí para vigilar que todo sucediese acorde a lo planeado.
¿Crees que controlar a seis licántropos más poderosos que él mismo era tarea fácil? Te garantizo que intentó evitarlo, pero eran demasiado fuertes para él. Consiguió librarla por los pelos. Pocos, muy pocos han quitado su presa a un licántropo y han vivido para contarlo-intentó calmar el director.
Entonces eso lo explica todo.-Contestó Snape desmoralizado.
Eso no explica nada, así que ya me estáis contando que es lo que está pasando-Exigió Andrea furiosa.
Mira, pequeña- dijo Albus poniendo sobre la mesa la ropa de Claudia que hasta el momento había guardado para no alterar a su nieta.
¿Qué es esto?- preguntó revolviendo los trapos, hasta quedar paralizada al encontrar la insignia de Slytherin bordada en una parte de aquel trapo negro con unos pocos lazos verdes.
¿qué crees que le ha pasado a Claudia?-Le preguntó su abuelo.
Algo, algo le ha atacado. ¿Dios mío que estamos haciendo aquí¡Mi niña!
No…, mira. Mira mejor. No hay manchas de sangre. Nadie ha atacado a tu hija, no físicamente al menos.
¿entonces?- preguntó Andrea confusa.
Claudia se ha transformado. Se ha transformado en licántropo- admitió Snape en voz alta.
Pero eso es imposible, es de día.- contestó Andrea empezando a pensar que todos se habían tomado una ronda de Wiski sin su imprescindible supervisión.
Me temo que no es imposible.
Severus, deja ya de decir estupideces, todo el mundo sabe que los licántropos sólo pueden transformarse en las noches de luna llena.
Pero es que ella no es un licántropo normal. En realidad supongo que todo es culpa mía y de la poción que le preparé. Esa poción hacía que claudia mantuviese su consciente aún estando transformada. Los licántropos absorben gran cantidad de energía de la luna y ese exceso de energía lo utilizan para su transformación, es una energía que no pueden controlar. Con la poción matalobos se limita la energía que absorben. Mi poción no actúa igual, no evita que absorba esa energía ya que era la que ella necesitaba para curar sus heridas, pero a través de la poción, es capaz de canalizar parte de esa energía, no la utiliza toda, sino que en parte la almacena, por eso tras la transformación estaba tan fuerte, digamos que mantenía latentes algunas habilidades más propias de los licántropos que de su parte humana. Su habilidad, su fuerza o incluso cierta resistencia a la magia. Tú misma me dijiste lo que había pasado en las clases de DCAO. Pero es demasiado fuerte absorbe demasiada energía y toda esa energía es más difícil de controlar de lo que esperaba, hasta el punto de poder llevar a cabo una transformación completa, aunque no creo que se haya transformado de forma voluntaria, de forma consciente en imposible que domine ya todas esas habilidades. No sé como lo ha conseguido, pero si consigue controlar a voluntad su nueva fuerza, nuestra pequeña puede llegar a ser muy poderosa.
Pero si se transforma de pronto así, todos la considerarán una amenaza. Preferiría que mi niña fuese una chica normal.-Contestó Andrea, algo más tranquila aunque un poco triste.
Creo que tenemos visita, alguien a activado la gárgola- informó, mientras hacía un gesto sobre la mesa, haciendo desaparecer las cosas de su bisnieta y el mapa del merodeador.
Albus, perdona la interrupción- se disculpó la profesora McGonagall-Pero estos alumnos casi me han secuestrado para que les dijese la contraseña, al parecer tenían algo muy importante que decirle- dijo finalmente mirando hacia atrás obviamente molesta.
Tras ella entraron en el despacho Roberto, Harry, Ron y Hermione.
Cómo no- murmuró Snape con sarcasmo al ver a la comitiva que seguía a Macgonagall.
¿Y bien?- preguntó el director, sentándose apaciblemente sobre su sillón, sin prestar atención a lo que había dicho Snape-¿Qué es eso tan importante?
Roberto, dio un paso decidido hacia delante.
Quiero saber que es lo que pasa con Claudia. Quiero saber que le ha pasado. Y quiero que dejéis de darme largas- exigió Roberto seriamente, dejando atónitos a sus acompañantes, que a pesar de saber que Roberto era hijo de los profesores Snape, no podían dejar de admirar la calma de su compañero.
¿Qué te hace pensar que a la señorita Green le ha sucedido algo?- le pregunto Albus que sonreía divertido.
¿Que esta mañana salió corriendo sin explicación alguna¿Qué no ha ido a ninguna clase hoy¿Qué Hagrid traía su uniforme destrozado del bosque¿Quiere más?
Bueno, eso podría tener explicación sencilla. La señorita Green pudo haber recordado alguna cita urgente a la que llegaba tarde por lo que quizás no pudo explicarles su carrera. Quizás esa cita la retuvo más tiempo del necesario y por ello no pudo acudir a las clases y el uniforme destrozado que traía Hagrid podría ser una túnica que algún alumno pudo haber abandonado en cualquier momento. En todo caso¿creen que si algún alumno de este colegio estuviese en peligro, nosotros estaríamos aquí tan tranquilos esperando a la hora del almuerzo? Me temo que si quieren saber la explicación al comportamiento de su compañera deberá ser ella la que se lo explique.
Pero esas cosas eran de Claudia. Estoy seguro. Hagrid llevaba la mochila que le regalé las navidades pasadas.-Rebatió Roberto.
Claudia podría habérselas dejado para que se las cuidase- replicó Dumbledore.
Pero-intentó Replicar Roberto.
Ya no hay más peros, jovencito. Creo que ha llegado la hora de que os vayáis- le cortó tajante su padre.
Acaso creéis que me voy a conformar con esto- Contestó Roberto furioso- A Claudia le ha pasado algo, y vosotros no estáis dispuestos a explicarme qué. Pero yo no voy a conformarme con esas excusas tan pobres. Tengo derecho a saber qué es lo que está ocurriendo-exigió.
Por un momento la expresión de su abuelo cambió- Lo siento Roberto pero esto es algo que sólo puede contarte ella si así lo desea. Nosotros no tenemos derecho a hacerlo.
Pero es que está en peligro, algo la ha atacado-contestó el chico desesperado- ¿es que no habéis visto su túnica?
Claudia está bien- intervino con voz serena su madre- si corriese algún peligro, yo sería la primera en decírtelo, pero es mejor que dejes las cosas así. Ella está bien. ¿No lo sientes así?- le preguntó ella refiriéndose a la conexión que sabía unía a sus hijos.
No, ya no siento nada, no puedo sentirla. Ella… ha desaparecido- explicó el chico abatido.
Bueno, creo que ya es hora de irnos- informó la profesora Macgonagall a sus alumnos, desanimados al no haber sido capaces de descubrir que era lo que estaba pasando.
Una última pregunta- los detuvo el profesor Snape- ¿de qué estaban hablando cuando ella se fue?
Discutíamos, papá. Discutíamos por ti. Porque era imposible que tú fueses un mortifago y yo, siendo tu hijo, ni siquiera lo supiese- contestó el chico en tono amargo mientras cerraba la puerta tras él y dejando a un Severus completamente abatido.
Supongo que les debo una explicación a mis hijos- dijo el profesor de pociones sabiendo que ya no podría atrasar más el momento que durante tanto tiempo había postergado. Siempre había temido que llegase el momento de tener que explicarle a sus hijos como él, su padre había llegado a convertirse en mortifago y que ellos se avergonzasen de tenerle como tal, cosa que estaba seguro que ocurriría. Desde ese momento sus hijos le rechazarían, era algo que siempre había sabido.
Creo que ya no puedes atrasarlo más- le dijo su esposa mientras le abrazaba por la espalda y apoyaba su cabeza en el hombro de él.
Profesor Dumbledore, ejem- interrumpió Hagrid-creo que he encontrado a la chica. Está aquí, con Grawpy-dijo Hagrid triunfal señalando el mapa que el director había reaparecido tras la salida de los estudiantes.
¿Quién es Grawpy?-preguntó Andrea que no creía haber oído que nadie se llamase así.
No te refieres a ese… ese Grawp¿verdad?-preguntó pálido el profesor de pociones.
No se preocupe, profesor, ya le he dicho que Grawpy es completamente inofensivo. Claudia esta completamente a salvo-Aseguró Hagrid.
¿Completamente a salvo¡¿Desde cuando los licántropos y los gigantes se han llevado bien!-Contestó Snape exasperado.
Pero es que Grawpy no es un gigante cualquiera, Es mi hermano y es muy amistoso-contestó Hagrid ofendido- Y ya casi habla nuestro idioma.
Creo que será mejor que vayáis a buscar a Claudia, de todos modos ninguno de los dos se conoce y quizás no se lleven demasiado bien a primera vista-intervino Dumbledore en tono conciliador.
Entonces vamos- dijo Andrea saliendo por la puerta preocupada por la idea de dejar a su hija, por muy licántropo que fuese en presencia de lo que según todos los indicios era un gigante.
Severus-Le detuvo Dumbledore antes de que el profesor saliese- El mapa te ayudará a encontrarla y, no olvides llevarle una túnica a mi bisnieta, creo que esta ya no esta en condiciones de ser reparada- dijo sonriendo al ver los trozos de la túnica que claudia había dejado hecha jirones.
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¡Madre de Dios! Es un gigante, pensó la chica. Al encontrarse de frente con Grawp. En contra de lo que habría hecho cualquiera en su sano juicio, Claudia se acercó lentamente al gigante guiada por la curiosidad y por una falta de prudencia debida tal vez, a que en su estado de licántropo se sentía casi invencible.
Grawp, estaba tranquilamente sentado jugueteando con un sauce, había descubierto que si tiraba de él sin apretar demasiado, podía arrancarle todas las hojas sin llegar a arrancar el árbol. Entretenimiento en el que debía llevar un rato, porque al menos cinco árboles estaban completamente pelados, algunos con más ramas que otras, y varios no soportaron la presión del gigante y yacían en el suelo tirados con raíces y todo.
Una lluvia de hojas y ramas estuvo a punto de sepultar al licántropo que consiguió esquivarlas en el último momento dando un buen salto y llamando la atención del hermano menor de Hagrid.
¿Perrito?-preguntó con curiosidad.
¿Perrito¿este inútil me ha confundido con un perrito?, gruñó claudia ofendida en su orgullo. ¡Soy un licántropo! Soy un feroz licántropo, así que ándate con ojo, porque no pareces tener mucho. ¿Cómo te atreves a confundirme con un simple perro?
Perrito malo- decidió Grawp al oír los gruñidos de Claudia. Se inclinó un poco con la clara intención de coger a la chica-lobo entre sus manos, pero esta no estaba dispuesta a ser el juguete del gigante, así que puso pies en polvorosa. La diferencia de tamaño le parecía suficiente argumento como para huir y no tenía ninguna intención de enfrentarse a un gigante, aunque con lo que la chica no contaba era con que el gigante al verla correr, se decidió a perseguirla, y aunque no parecía muy ágil, en pocas zancadas recorría una gran distancia.
Ven perrito, perrito malo- decía el gigante divertido mientras Claudia maldecía su mala suerte y corría con todas sus ganas, pero no conseguía sacarle mucha ventaja a Grawp, y el terreno le era desconocido, no sabía hacia donde correr, si iba en dirección al colegio, corría el riesgo de llegar, convertida en licántropo a plena luz del día y seguida por un gigante. Ya se imaginaba en la portada del profeta, aunque dudaba que nadie compadeciese su situación. ¿Qué temería más la gente a un licántropo en pleno día o a un gigante? Seguro que acababan formando partidas para cazarlos a cualquiera de los dos. Incluso puede que pusiesen precio a sus cabezas. Pero si se internaba más en el bosque no sabía hasta donde podía llegar y empezaba a sentirse un poco cansada, cosa que no le había ocurrido hasta entonces estando convertida en licántropo. Optó por intentar esconderse, quizás el gigante pasaba de largo. Tras saltar sobre unas raíces se dio cuenta que había un hueco suficientemente grande como para esconderse bajo ellas, dicho y echo.
Unos segundos después Claudia notó como temblaba la tierra bajo las pisadas del gigante. Un crujido. Grawp se había apoyado sobre las raíces bajo las que Claudia se había escondido y estaban cediendo bajo el peso de las cuatro toneladas del gigante. Por un segundo Claudia creyó que moriría aplastada por las raíces. Aulló asustada. Sintió un fuerte golpe y todo se oscureció.
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Críos entrometidos-murmuró Snape agotando su paciencia.
¿Qué ocurre Severus?- preguntó Andrea al ver la vena de la frente de su marido latir en lo que podía acabar en un ataque de ira.
Ocurre que cuatro Gryffindors entrometidos nos están siguiendo- dijo mirando el mapa.
Los chicos no lo hacen con mala intención- intentó mediar Hagrid aunque la mirada que le echó el profesor en contestación hizo que el gigante no siguiese.
Andrea te quedas aquí y vuelves al colegio con ellos, no quiero interrupciones, y no creo que encontremos a tu hija preparada para una reunión social.
No es justo, yo también quiero encontrar a Claudia- Se quejó.
Pues tu hijo no parece estar por la labor de dejarse convencer.
Nuestro hijo- dijo remarcando la palabra nuestro- obviamente a salido a ti de testarudo, así que no te quejes.
Parece que por fin se han detenido- murmuró Snape aliviado pensando que quizás no tendrían que llegar hasta el fin del mundo para encontrar a su hija-No tardaremos mucho-dijo a modo de despedida.
Mas te vale-le contestó su esposa a modo de despedida mientras tras girar en una pequeña curva se ocultaba tras unos árboles a la espera de que apareciesen en cualquier momento Roberto y los demás cosa que no tardó en suceder.
Corred, los he perdido de vista- oyó decir a Roberto.
Han girado por ahí- contestó Harry.
Chicos, no sé si ha sido buena idea seguirles-intentó convencerles Hermione.
Ya te hemos dicho que te puedes volver si quieres- le recordó Harry.
Debisteis hacer caso a Hermione-opinó Andrea apoyada sobre un árbol al borde del sendero- no os habríais dado un paseo en balde, ni habríais perdido cuarenta puntos para vuestra casa, ni tendríais una semana de detención con el profesor Snape-Decidió Andrea descargando su enfado al haberse tenido que quedar a esperar a los chicos rebeldes y no poder ver así al hermano gigante del guardabosques, además su marido también tendría premio por haberla dejado atrás, seguro que estaba deseando una semanita de detención con el cuarteto feliz, pensó en tono mordaz.
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Cinco minutos más, mamá. Sólo cinco minutos- pidió claudia en tono adormilado. Pero la volvieron a empujar así que la chica abrió los ojos creyendo que estaba dormida en su cama, que notaba más dura que de costumbre.
¿Hermy?-rugió con tono de duda el gigante.
Esa voz… Claudia abrió los ojos de golpe y se encontró un dedo más grande que la palma de su mano, que la empujaba con la obvia intención de despertarla aunque no con demasiada delicadeza.
La chica se levantó como accionada por un muelle y se clavó algunas ramitas en sus pies descalzos para a continuación darse cuenta de que estaba completamente desnuda.
¡Hermy!- rugió el gigante claramente satisfecho al ver que la chica estaba despierta.
Claudia saltó rápidamente entre unos arbustos intentando ocultar avergonzada, su desnudez.
Hermy, Grawpy- dijo el gigante señalándose contento intentando que la chica le recordase.
¿Grawpy?-preguntó Claudia dubitativa. ¿Acaso el gigante se estaba presentando? pensó alucinada, no sabía que los gigantes se presentasen a la gente antes de comérsela. Aunque quizás los gigantes no se comían a la gente. Realmente era poco lo que sabía sobre los gigantes aunque nunca los había tenido por gente amistosa.
Claudia miró a su alrededor y un poco más atrás divisó lo que quedaba del hueco en el que había intentado esconderse en su forma lobuna. Dedujo que el gigante debía haberse dado cuenta de donde estaba y algunas ramas rotas indicaban que las había arrancado para sacarla de allí, pero no notaba ningún hueso roto, así que después de todo imaginó que las intenciones del gigante quizás no habían sido aplastarla como a un mosquito o quizás no la había reconocido en su forma humana.
Hermy¿Dónde Perrito malo?-Preguntó Grawp decepcionado.
No, perrito malo, no. Gran loba fuerte y peligrosa- advirtió la chica intentando impresionar al gigante.
No, perrito malo-Rugió el gigante asustando a la chica.
Vale, me rindo, perrito malo- dijo la chica abatida viéndose reducida a la condición de "perrito malo".
¿Dónde?-preguntó el gigante tozudo.
Por allí- contestó la chica señalando el camino hacia delante.
El gigante no pareció dudar de su palabra y siguió corriendo feliz, llamando, mejor dicho, bramando "PERRITO MALO"
Estupendo pensó Claudia. Me he librado del gigante y ahora estoy sola en medio del bosque, desnuda, muerta de frió pensó la chica al notar un escalofrío, descalza, recordó al notar otra piedra que se clavaba en la planta del pie derecho, muerta de hambre le gritaron sus tripas que se quejaban por la falta de alimento (ni siquiera había desayunado). ¿Perdida, dudó. Sin varita, recordó sonriendo con ironía. ¿Podía pasar algo más? Un trueno sonó en respuesta. Y comenzó a llover. Mierda.
Arrancó un par de ramas con la idea de poder cubrirse si es que se encontraba con alguien y empezó a caminar intentando desandar lo recorrido, cosa que no parecía demasiado difícil ya que el rastro de árboles y arbustos pisoteados por el gigante no era lo que podríamos decir, difícil de seguir.
Intentaba caminar lo más deprisa posible con la intención de no tardar tres días en regresar al colegio, pero el fango que empezaba a formarse, y los intentos por no resbalar limitaban mucho su ritmo. Media hora más tarde, el camino era más impracticable, y el barro era terriblemente resbaladizo. Se cayó un par de veces y se hizo un par de cortes antes de golpear con impotencia el suelo. Acabó tirando las ramas con las que en algún estúpido momento había pensado en taparse. Ya cogería algo cuando estuviese cerca del colegio. Al menos ya no estoy desnuda del todo pensó la chica en tono irónico, estaba completamente bañada en barro desde los pies hasta la punta de los pelos. ¡Cómo coja al que dijo que el barro era estupendo para la piel y el cabello, lo hago escabechina! A la derecha vio lo que parecía una cueva y pensó en refugiarse a esperar a que pasase la tormenta, pero deshecho la idea quería volver a su dormitorio y dormir calentita. Cuanto antes. Y comer. Antes tenía que comer, le recordó su estómago. Siguió caminando, un rato más. Súbitamente, sin entender porqué se sintió cansada, agotada. No entendía porqué tan de repente. Era extraño, dos segundos antes estaba bien, pero ahora se sentía como si acabase de correr la maratón. Era lógico sentirse cansada pero tan de repente. Se dejó caer al suelo, incapaz de dar un paso más e intentó respirar profundamente pero no lo conseguía. Si no fuese por el frío se habría echado a dormir allí mismo, pero la lluvia le calaba hasta los huesos, y empezó a temblar sin poder controlarse. Quizás sí debió haberse metido en aquella cueva, pero ahora se sentía sin fuerzas para llegar, pensó mientras se tumbaba sobre el fango, hecha un ovillo.
Y de pronto el silencio. Ya no oía el ruido de la lluvia al golpear las hojas de los árboles. Había dejado de llover, pensó aliviada. Hasta abrir los ojos suponía hacer un esfuerzo, pero tenía que levantarse, tenía que volver al colegio. Ya había descansado un rato y el sol estaba muy bajo, pronto anochecería, y la temperatura caería en picado. Consiguió sentarse y al frotar las manos en un intento vano por recuperar el calor, pequeñas costras de barro medio seco se desprendieron.
Juraría que había oído su nombre Intentó mirar a su alrededor pero todo parecía algo difuso. Había algo de niebla, comprobó desalentada.
Claudia- oyó la voz de su padre.
P….- las palabras no salían de su garganta, estaba afónica- papá- consiguió llamar de modo casi inaudible, mientras derramaba lágrimas de impotencia, temiendo que no la encontrarían entre la niebla-papá-intentó llamar, pero ni siquiera ella misma era capaz de oírse.
Unos bultos oscuros se acercaban entre la niebla, pero ni siquiera podía encontrar fuerzas con las que levantarse mientras lloraba sin saber por qué, si por el miedo que había pasado, por el alivio de saber que la habían encontrado o por la debilidad que la atenazaba.
Claudia, mi pequeña- corrió Snape hacia su hija en cuanto la vio medio tumbada sobre el suelo, abrazándola con fuerza y envolviéndola en la calidez de su capa , perfectamente seca- Estás helada- comprobó preocupado.
Pero ella no pudo contestar, solo se abrazaba a su padre y lloraba en silencio, hasta que al final pudo romper lo que atenazaba sus cuerdas vocales-papá-consiguió decir entre el llanto.
Snape siempre había sido un tipo frío, pero desde que su familia había llegado al colegio, todo estaba patas arriba, y Hagrid al verle abrazado a su hija, no conseguía reconocer al hombre aparentemente amargado, distante y malhumorado que había conocido siempre.
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Cuando Claudia abrió los ojos descubrió que estaba en la enfermería y la Señora Pomfrey sujetaba frente a ella una cuchara.
Debe tomarse esto Señorita Green, la hará entrar en calor en un momento.
La chica obedeció y comprobó los efectos de la poción al notar cómo le salía humo por las orejas.
ahora puede volver a dormirse. Mañana estará como nueva.
Claudia quería hablar con sus padres, saber qué había pasado, pero sus párpados pesaban demasiado.
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De nuevo a la rutina pensó Claudia mientras se dirigía a la mesa de Slytherin dispuesta a acabar con todo lo que pusiesen para el desayuno. Aún se sentía algo cansada, pero estaba bien a parte de algunos rasguños que Claudia comprobó que no se habían curado tan rápido como esperaba después de todo el rollo que le habían contado con lo de ser una licántropo de rápida autocuración. Aún le dolía el pie derecho, y en la pierna tenía un moratón de buen tamaño, que supuso se hizo en alguno de los aterrizajes contra el suelo. Los brazos tenían unos cuantos arañazos, que quedaban perfectamente ocultos con su túnica, también tenía un buen golpe en la cabeza, notaba el bulto al pasarse la mano, pero quedaba camuflado entre su pelo, bastante suave tuvo que admitir. Después de todo quizás lo del baño de barro si que era efectivo.
Se sentó junto a Draco Malfoy, no tenía ganas de hablar con nadie y sabía que si estaba junto a Malfoy, los Gryffindors no se atreverían a acercarse. Era como un repelente.
Vaya, vaya. Dicen por ahí que ayer te diste un buen baño en el lago. ¿Buscabas una pulmonía para saltarte las clases?- le preguntó Draco divertido.
Supongo-contestó Claudia con pocas ganas de dar explicaciones. Que pensasen lo que quisieran, la traía sin cuidado.
Como cada mañana, llegaron las lechuzas con el correo y, para sorpresa de Claudia dos se pararon frente a ella.
Unos días antes había escrito a Anna, su "hermana" licántropo, y al parecer esta le había contestado aprovechando la lechuza que Claudia le había enviado. Claudia tomó la carta y la guardó, no se atrevía a abrirla allí mismo y que alguien pudiese leer nada de lo que le decía. La otra era una pequeña nota, que también guardó.
Al alzar la vista se encontró con la mirada fija de Harry que la observaba desde la mesa de Gryffindor, y de nuevo sintió esa sensación de cosquilleo en el estómago. No quiso ser descortés y le hizo un gesto con la mano a modo de saludo al que él respondió. Quizás no le tuvieron en cuenta que el día anterior se largase sin mediar palabra.
Claudia no sabía como afrontar volver a encontrarles a todos, no sabía como se las ingeniaría para explicar su inexplicable comportamiento del día anterior de modo creíble.
Junto a Harry estaba Roberto, que la miraba bastante serio. Estaba decepcionado. Conocía aquella expresión de su hermano y le dolió. No supo como reaccionar. Debería haberle contado lo que le había pasado. Roberto nunca le habría dado la espalda. Pero cómo decirle a su hermano que era una licántropo.
De pronto todos los Raven y los Hufflepuff entraron en tromba, y aparentemente muy contentos, aunque Claudia no sabía que era lo que estaba pasando. Cuando todos se hubieron sentado, Dumbledore se levantó de la mesa y alzó las manos intentando llamar la atención de los estudiantes para que guardasen silencio.
Antes de que empiecen a comer, quiero que todos demos la bienvenida a Marietta Edgecombe y Justin Finch-Fletchley que finalmente, y gracias al gran trabajo de los medimagos que trabajan en San Mungo, se han recuperado y hoy se reincorporan a las clases- en este punto el discurso fue interrumpido por el aplauso de los compañeros de casa de los, a los que se unieron los aplausos de Gryffindor y de unos pocos Slytherin.
Lo prometido es deuda- prosiguió Dumbledore- La fiesta de Halloween que fue aplazada, en respeto a los compañeros enfermos se celebrará el próximo Sábado, y tras la cena habrá un baile de disfraces, al que podrán asistir los alumnos de cuarto en adelante - un murmullo expectante respondió al anuncio del director- Y ahora, a comer.
Harry miró al director con una mezcla de sentimientos.
Un baile.
Sería estupendo poder ir con cierta Slytherin al baile, pensó Harry sin poder evitar sonreír. ¡Ir con una Slytherin! Ya no importaba lo que pensasen sus compañeros, al imaginarlo, ahora sólo conseguía sonreír divertido. Estaba decidido. Le pediría a claudia ser su pareja para el baile. Pero no podía perder el tiempo. Nott, Malfoy o incluso Roberto podían adelantársele. Esta vez sería él el primero en pedirle ir al baile con ella. Incluso estaba dispuesto a preguntarle a Hermione para que le enseñase a bailar, en el baile de cuarto Hermione no parecía haber pisado demasiado a Krum.
Cuando Harry miró en dirección a la mesa de Slytherin en busca de su futura pareja de baile se encontró con que junto a Malfoy, había un hueco, claudia se había ido.
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Al salir del comedor, Claudia abrió la pequeña nota en primer lugar.
A las seis en las habitaciones de verano.
P y M.
Claudia supuso que p y m eran papá y mamá, imaginó que recibiría un buen sermón por lo que había ocurrido el día anterior. Pero en todo caso tenía algunas cuestiones que quizás le pudiesen explicar.
Con cierto nerviosismo abrió el segundo mensaje, que era bastante más largo.
Hola hermanita.
Menos mal que me escribiste, no estaba segura de cómo contactar contigo, ni siquiera sé si esto te llegará, espero que sí. Este fin de semana habrá una fiesta muy importante, espero que puedas venir. Toda la familia está deseando conocerte y los pequeños preguntan si encerrarás a alguien en una caja, lo atravesarás con espadas y después saldrá de la caja perfecto, ya hay algunos voluntarios.
Volviendo a lo importante. Es mi cumpleaños y celebramos mi mayoría de edad, además de ser mi fiesta de compromiso con Günter. Estoy deseando presentártelo. Además queríamos aprovechar que vendrán todos e incluso algunos clanes vecinos, para presentarte en sociedad.
Si quieres puedes venir acompañada. ¿Tienes novio, tendrás que presentármelo o te buscamos a alguien.
Muchos besos míos y también de mamá.
Anna.
Claudia sonrió aliviada. Tendría algo que hacer durante el baile. Ni siquiera estaría en Hogwarts, pensó aliviada. El anuncio del baile que había hecho su bisabuelo no había sido bien recibido por Claudia que temía ver a Harry bailando con otras chicas. Pero sabía que no podía ser de otro modo. Ir al baile con él estaba fuera de toda discusión. Harry se merecía a alguien mejor que ella, a alguien sin problemas como os suyos. La chica de la clase de sortilegios mentales, Mandy, seguro que era mejor opción que ella. Quizás debería echarle una mano.
Claudia sonrió con ironía cómo demonios iba a ayudar a nadie a que conquistase al chico de su vida. Era una estupidez.
Claudia, menos mal que te encuentro- la saludó cierto moreno haciendo que el corazón de la chica se detuviese.
Harry-consiguió saludarle la chica con voz débil.
¿te has enterado de lo del baile? Verás yo te estaba buscando por si tienes pareja, es decir por si querrías ir al baile conmigo es decir¿quieres ser mi pareja para el baile?- preguntó el chico nervioso.
Sí- contestó Claudia sonriendo aunque de repente su sonrisa se congelo, no era eso lo que debía hacer- quiero decir que sí me he enterado pero no puedo ir contigo, Harry, lo siento- dijo la chica mientras se volvía dispuesta a huir.
Pero Harry fue más rápido y la sujetó del brazo haciendo que la chica quedase paralizada.
¿Con quién vas al baile, claudia?- preguntó el chico, casi sin voz.
Yo… yo voy con Roberto- le contestó ella sin pensar, incapaz de mirarle, mientras sentía que el chico de su vida la soltaba.
Bueno, entonces, nada, hasta luego- dijo Harry mientras volvía al comedor.
Claudia siguió su camino hacia las mazmorras mientras se acariciaba el brazo por el que la había sujetado el chico. Sin poder evitar que una lágrima escapase de su control. Eres una idiota, claudia. Pensaba la chica. Pero es por su bien. Harry se merece a alguien mejor.
Cuando Harry entró al comedor, su mirada fue directa hacia Roberto Snape o como demonios se llamase.
¿Harry, irás conmigo al baile?- le preguntó Cho Chang, cruzando los dedos.
Sí- le contestó el chico sin siquiera detenerse.
Cuando llegó a donde estaba Roberto se sentó junto a él.
¿Qué, tienes ya pareja para el baile?- le preguntó de forma directa.
Roberto le miró con curiosidad.-Pues aún no se lo he preguntado a nadie.
En realidad, si tienes novia, no es necesario preguntar¿no?- preguntó Harry en tono ácido.
Lavender y Parvati, que no andaban muy lejos, a la mención de la palabra novia, por parte de Harry pusieron sus antenas en funcionamiento y miraron a los chicos de forma descarada, claro que Harry no se percató.
Estupendo, y¿desde cuando tengo novia? Si puede saberse, claro, porque yo, como primer interesado, me gustaría conocer su identidad, aunque sólo sea por curiosidad- le contestó con ironía.
¿Es que acaso no vas al baile con Claudia?- le espetó Harry.
¿yo, con claudia, pues que yo sepa no, y desde luego, si eso era lo que estabas insinuando, no estoy saliendo con ella, y hasta te puedo garantizar que nunca saldré con ella. Aquella historia está zanjada. Y repito, solo somos amigos. Supongo que esto es un nuevo descubrimiento de la sección corazón de bruja de Gryffindor- aventuró mientras buscaba a cierto dúo con la mirada, y lo encontraba sonriéndole inocentemente.
En realidad, no han sido ellas, ha sido la misma claudia la que ha dicho que iría contigo al baile.
Pues ahora me entero, pero esto lo pienso aclarar de una vez, no se a que demonios está jugando esta niñata, pero ya me estoy empezando a cansar de tanto secretismo- Y sin más, Roberto se levantó enfadado de la mesa y salió del gran comedor dejando a Harry más que perplejo.
El chico no llegaba a entender porqué Claudia le había mentido, aquello no tenía sentido, porqué decir que iba con Roberto si no era cierto. Y entonces Harry cayó en la cuenta de lo que había hecho, le había dicho que sí a Cho.
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Y hasta aquí este capítulo, que espero os haya gustado, en todo caso, ya sabéis, me dejáis un review y me contáis.
¿Irá Claudia al baile o se fugará con los licántropos¿Morderá a Cho cuando se entere de que es la pareja de Harry¿Encontró Grawpy al perrito malo en el bosque¿Irá Harry definitivamente al baile con la asiática o la mandará a Pekín de paseo? Todo esto y más, mucho más, en el próximo capítulo.
Un beso y sed felices. Chao.
