Harry Potter y casi todos los personajes de este fic, pertenecen a Rowling, Warner Bros. Y demás. Yo sólo he inventado a la familia de Snape y a los colegas aulladores de Clau. Ese fic, no se escribe con ánimo de lucro, sólo por pura diversión así que no es necesario que me demandéis.

De nuevo, y como siempre, agradecer los reviews y a todos los que leéis esta historia.

Trixi Black: Una fuga con Harry no estaría mal, pero hay varios problemas y es que el nivel de magia de la pareja me temo que no alcanza viajes de larga distancia además de que es bastante difícil que Harry pueda largarse así de fácil, ya sabemos que está un poco vigilado, etc. De todos modos a esto no le queda ya mucho dos o tres capítulos más, creo. En fin, hasta pronto. Un beso.

Ginny84: Hola wapetona¿Qué tal? Aquí tienes un nuevo capítulo, espero no haberme tardado demasiado, pero no es tan corto. Ya me cuentas.

Agus y Moony: Ya estamos aquí de nuevo, espero que te guste este capi, porque Brian, a petición del público, reaparece, no se lía a puñetazos con nadie, pero en su línea… La verdad es que eso de que Harry le dijese que sí a Cho, no fue muy inteligente por parte del chico, pero en su defensa diré que estaba cegado por los celos y bueno, nunca se sabe… ajajaja. En fin, te dejo que leas el capítulo y ya me cuentas. Hasta pronto.

Absintheaddict: La verdad es que sí, claudia debería decirle la verdad pero aún esta un poco insegura, que en realidad sólo han pasado un par de días y la chica no lo tiene muy asimilado, en todo caso, quizás cambie de opinión y opte por darle dos mordiscos a la Chang, grrrr. En fin, Un beso y hasta pronto.

Clawy: Veamos, por partes, Clau no es un licántropo normal, Severusín le preparó una poción con la idea de que la chica no perdiese sus facultades en forma de licántropo, es decir, que su personalidad no cambiase y fuese consciente de lo que pasaba aún siendo lobita, pero tenía ventajas adicionales, como que después no estaba hecha polvo como le pasa a Lupin, por ejemplo, además, cuando la transformaron no la mordió un solo licántropo, sino que la mordieron dos, cosa que no entraba en los planes de Snape, por lo que su niña es muy fuerte tras las transformaciones, pero esta fuerza puede llevarla a convertirse de nuevo en lobo si se enfada mucho, mucho, como fue el caso del capítulo anterior. En esta nueva transformación, la chica puede gastar muchas energías y acaba hecha polvo, casi peor que lo que le pasaba a Lupin, vamos, que no le quedan fuerzas ni para pestañear. En fin, espero haberte aclarado esto. Por otro lado, como Harry se supone que es el amor de su vida, Claudia está dispuesta a sacrificarse y pasar de él porque cree que eso es lo mejor para él, porque la verdad es que la chica no se tiene en mucha estima, aunque no se si Cho es una elección que le guste mucho, vamos que para que quede con Cho, mejor que quede con ella aunque sea una lobita. Lo de descubrir el secreto del libro, pronto, en uno o dos capítulos, porque espero terminar esto en tres capítulos más o así. En fin, que ya me despido o esto va a ser más largo que el capítulo en sí. Un beso.

Ginger: Hola guapetona, no te tomes a mal lo de Astrid mujer, en el fondo lo hizo por una buena causa, ella debía evitar que el medallón cayese en malas manos o al menos eso pretendía al dárselo a su hermana, pero en fin, casualidades de la vida. Bueno, espero que sigas por aquí, un beso.

Alatar lady of the ring: Hola guapa, tus deseos son ordenes y en este capi, Brian vuelve a la carga, ya verás. Respecto a lo de Harry y Cho... que te voy a decir, este chico no las piensa demasiado, pero aún está a tiempo de arrepentirse. Espero que te guste. Un beso y hasta pronto.

Tenshi Lain: Al final, he tardado en actualizar más de lo que hubiese querido, pero tiene sus ventajas, el próximo capítulo está casi listo y preveo subirlo a finales de esta semana o principios de la próxima, ya que mi intención era terminar el fic antes del sexto libro, esto ya no lo veo tan claro, ya no queda casi na. Respecto a Claudia con lo de la nueva noticia de Cho pues te puedes imaginar, contenta no se va a poner mucho, pero lo de tomar cartas en el asunto… Bueno, que no me lío más y me despido. Hasta muy pronto.

Vampiresa: hola guapetona. Aquí estamos de nuevo, lo de la idea de que Snape presencie un besazo entre la parejita feliz… jajajaja seguro que sería un poema pero no va a ocurrir en este capítulo me temo. Respecto a lo de tus fics, intentaré echarles un vistazo. Y me despido por este capi, a ver si consigo subirlo de una vez. Un besazo.

Como resumen del capítulo anterior, os recordaré, que por un lado se va a celebrar el baile de Halloween que se había aplazado, y aunque Harry le pidió a Claudia que fuese con el, la chica le rechazó, alegando que iría con Roberto, cosa que este negó a Harry, de modo que el chico se quedó un poco confuso, y además, acepto ser pareja de Cho en un arranque de chico abandonado-despechado. Claudia ha recibido una invitación de su familia licántropo para una fiesta que tendrá lugar el mismo fin de semana, en Alemania, y también una nota de sus padres para una "reunión familiar"

Capítulo 36: Soy un mortífago.

-¡Qué significa eso de cuarto en adelante¡Injusticia! Yo, desde luego, iré al baile- sentenció Brian en tono dramático- aunque sea lo último que haga en esta, mi brevísima existencia. Compañeros, debemos luchar contra la discriminación y las desigualdades sociales.

-Brian tiene razón¡porqué no podemos ir los de segundo!-se quejó el chico que se sentaba junto a él.

-Vais listos si pensáis colaros en la fiesta, los profesores se darán cuenta, por no hablar de los prefectos, mirad, Granger os está vigilando-informó un chico ladeando levemente la cabeza en dirección a la prefecta.

-Tenéis que ser más discretos-recomendó Brian como el que no había estado tres segundos antes llamando a la sublevación- en todo caso es una fiesta de disfraces¿no?- comentó con sonrisa peligrosa bajando la voz.

-seguro que con un buen disfraz no nos pillan.

-En todo caso si alguien de los que va nos invita, también podríamos ir-comentó una chica.

-Eso sería perfecto. Debemos cazar parejas-Propuso Brian triunfal.

-Pero nadie de cuarto nos invitaría a nosotros-alegó un chico.

-¡Pues invitadle vosotros!- contestó Brian exasperado-Por cierto, Ginny Weasley es mía-advirtió-así que no se os ocurra invitarla a ninguno de vosotros.

-¡Pero si tiene novio!-le contestó Michael incrédulo- no conseguirás convencerla.

-Si mis amigos tienen tanta fe en mí, voy listo- le respondió Brian en tono dolido- mirad y aprended, pardillos-sentenció Brian mientras se levantaba y se acercaba hacia donde se sentaba la pelirroja.

-Buenos días, mi princesa- la saludó mientras se sentaba junto a ella.

-Hola, Brian- lo saludo Ginny- he oído que te metiste en un lío los otros días.

-Bueno, ehm, yo tuve una pequeña discusión, pero nada tan importante como lo que hoy me trae a tí.

-¿Qué ocurre, Brian?- preguntó Ginny con curiosidad.

-Verás, yo… Yo quería invitarte a que vinieses conmigo al baile, quería pedirte que me hicieses el hombre más feliz de la tierra y me dijeses que sí.

-Pero, Brian, yo iré con Dean, no sé si lo sabes, pero él y yo estamos saliendo- dijo echándose un poco hacia atrás de modo que Brian vio que el chico, que estaba sentado al otro lado de Ginny, le miraba con cara de pocos amigos.

-Sí, yo, ya lo sabía, pero esperaba que recapacitases y pudieses darte cuenta de que en realidad, a pesar de que él puede ser muy buena gente, yo soy el hombre de tu vida.

Ginny sonrió divertida ante la vehemencia de chico.

-Seguro que ese te habrá dicho que no eres la chica más guapa del mundo, ni la más inteligente, ni la más divertida, pero que te quería porque para él eras especial (Brian los había oído "por casualidad" un par de noches antes) pero para mí, Ginny, ese tío es un imbécil- dijo Brian encogiéndose esperando algún puñetazo por parte del aludido, pero este estaba tan sorprendido que no llegó a reaccionar, en vista de lo cual, Brian siguió con su discurso- por que tú si que eres la chica más guapa del mundo, y la más simpática, y la más divertida, y la más inteligente. Además de ser mi princesa.

Ginny sonrió indulgente ante la declaración del chico.

-Pero Brian…

Brian se puso de rodillas con cara de perrito apaleado mientras cogía la mano de la chica- por favor, por favor, por favor, por favor, por favor

Ginny se mordió un labio indecisa, no sabía cómo decirle que no al rubio después de lo que le había dicho.

-Princesa, si tú no me llevas al baile, no me dejarán entrar, soy de segundo, eres mi única esperanza, por favor…- pidió una vez más.

Ginny se volvió mirando a Dean- ¿No te importa, es sólo un crío de segundo…-pero no pudo continuar ya que Brian se había levantado del suelo y la abrazaba muy feliz.

-Eres la mejor del mundo, la mejor, ya no eres princesa, ya eres mi reina Ginebra, eres la mejor, no te arrepentirás, te lo prometo, verás lo bien que lo vamos a pasar- y mientras la abrazaba, le sacaba la lengua a Dean, que muy enfadado se había levantado y se iba.

-Brian, no sé como demonios me he dejado convencer, ahora Dean se ha enfadado.

-Ah, no te preocupes, ya se le pasará, además, para qué quieres a Dean si me tienes a mí.

-Desde luego que no tienes remedio, cuando crezcas serás un verdadero peligro- le regañó la pelirroja en tono poco convincente.

-gracias- contestó el chico con una sonrisa deslumbrante, mientras sus compañeros de segundo le aplaudían y vitoreaban.

Cuando Claudia salió de la clase de adivinación, eran las cuatro de la tarde, aún tenía un buen rato hasta la cita con sus padres, así que se dirigió diligentemente hacia la biblioteca dispuesta a estudiar un rato, pero a mitad de camino se encontró con alguien a quién no esperaba ver, y que hizo que un rayo eléctrico atravesase su estómago. Estaba en medio del pasillo y volverse quedaría muy obvio, así que tomó aire y prosiguió su camino hacia la biblioteca intentando disimular su paso titubeante y sin saber muy bien qué hacer. Levantó la mirada levemente y se encontró con que el chico la miraba fijamente. Parecía estar esperándola aunque no parecía demasiado contento.

-Hola Harry-lo saludó la chica intentando en vano que su voz sonase tranquila o firme.

-¿Por qué me mentiste Claudia?-soltó él de sopetón.

-¿Yo?-preguntó la chica con voz débil.

-Si, cuando me dijiste que irías al baile con Roberto. El dijo que no iba contigo.

Claudia sabía que Roberto la había desenmascarado, no en vano se lo había encontrado poco después del desayuno hecho un fiera, y diciéndole que dejase de utilizarlo para cubrirse las espaldas, que no pensaba encubrirla cuando a ella le viniese en gana, dicho lo cual su hermano había largado y la había dejado allí mismo sin haber abierto la boca.

-Bueno, yo pensaba ir con él, pero en realidad no habíamos acordado nada- intentó defenderse ella- aunque parece que él no está muy dispuesto a ir conmigo.

-Entonces… ¿te gusta?- dijo Harry, sin saber cómo se había atrevido a formular aquella pregunta.

Claudia sintió como la sangre se agolpaba en su cara, no podía verse en un espejo, pero sabía que debía estar completamente roja. No esperaba que Harry fuese tan directo. Contestar a Harry la verdad sería como darle falsas esperanzas en el hipotético caso de que Harry sintieses algo por ella. Después de que el chico la hubiese invitado al baile, Claudia había imaginado que quizás le gustase, aunque fuese sólo un poquito, y se había emocionado ante la idea de que pudiese pasar algo entre ellos, pero tras pensarlo fríamente sabía que era imposible, no porque ella no le quisiera, o por las idioteces que decía su padre de Harry,no le importaba en absolutotodo aquel lío con Voldemort, pero por encima de todo, ella era una licántropo, incluso peor que eso, no sólo se transformaba durante la luna llena. Sabía que su futuro en el mundo mágico sería complicado, todas aquellas leyes… las dificultades para encontrar trabajo, el odio de toda la sociedad. ¿Qué pensarían todos, si el gran Harry Potter acababa con una licántropo? No podía imponerle aquella carga. Sus caminos estaban separados, y era inevitable.

Claudia alzó la mirada decidida a admitir que le gustaba su hermano, pero al encontrar la mirada suplicante del chico, toda su voluntad se vino abajo.

-Harry…yo…-murmuró Claudia en tono casi inaudible.

-Tu…

-Yo no… no quiero a Roberto- murmuró.

-Hay otra persona con la que querrías ir¿verdad? Por eso no quieres ir conmigo.

La chica no pudo evitar una leve sonrisa, encantada al ver cómo el chico intentaba buscar alguien a quién culpar, sin darse cuenta de que era en realidad él el chico al que ella quería.

-No es eso, Harry.

-¿Entonces qué…-pero Harry no pudo finalizar su pregunta porque la chica le había puesto un dedo sobre los labios en un gesto que pedía silencio.

El chicoestaba completamente aturdidosintiendo aún el contacto de los dedos de la chica sobre sus labios.

-No quiero mentirte Harry, y no puedo ir contigo al baile, es… imposible, no puede ser.

-Pero…

-Harry es mejor que busques otra pareja, yo no puedo ir contigo-contestó mientras se separaba unos pasos de él

-Pero es que yo no quiero otra pareja, Claudia, yo quiero que vengas conmigo.

-Yo tengo que irme, Harry, lo siento.

-Pero Claudia…- murmuró Harry mientras observaba a la chica alejarse por el pasillo.

…………………………………………………………………………………………….

Eran las seis menos cinco cuando Claudia llegó al pasillo en el que estaba el tapiz que ocultaba la entrada a la habitación en la que había quedado con sus padres. Comprobó que no había nadie a la vista y se deslizó tras las telas, entrando en la amplia habitación, dentro la esperaban ya su madre y su padre, que estaban tranquilamente sentados en una de las butacas junto al fuego en una actitud patéticamente cariñosa pensó la chica, que no estaba de humor para averiguar que sus padres se habían dado una tregua.

-Ejem, ejem- murmuró la chica intentando llamar la atención de sus progenitores.

-Ah, ya estás aquí, cariño- se acercó su madre tocándole la frente para comprobar que no tenía fiebre después del suceso del día anterior.

-Mamá- se quejó la chica- estoy bien.

-Vale, vale- se rindió Andrea ofendida por el rechazo de su hija.

-Bueno, qué es lo que queréis, para qué me habéis llamado.

-En realidad, creí que eras tú la que querría preguntar-intervino su padre.

-Ya, lo que pasa es que no pensé que esto tuviese que ser tan solemne, reunión familiar… y bueno todo esto-

-Es que después tengo algo que hablar contigo y tus hermanos, pero antes pensé que sería buena idea tratar este tema aparte, ya que pareces haber decidido no contárselo a ellos- se justificó su padre.

-Bueno… yo, se que tengo que hablar con ellos, quiero contárselo, pero no sé cómo no sé qué voy a decirles. Supongo que pensaba que el hecho de que nadie lo supiese era como si en realidad no fuese del todo cierto… pero, es inevitable¿no?

Su padre estuvo durante un buen rato explicándole los efectos de la poción que se había tomado antes de convertirse en licántropo y el porqué se sentía tan débil tras la última transformación o por qué tan fuerte tras la primera. Y que aquella fuerza sobrenatural o agilidad y aquello de detener hechizos con las manos se había acabado hasta la próxima luna llena, en la que tal vez, cogería más fuerza que la anterior. Que debería controlar su genio si no quería volver a liarla, aunque era más que improbable que volviese a transformarse porque sus reservas parecían agotadas.

-No se si me consuela, creo que me estaba acostumbrando a eso de parar hechizos con las manos- comentó Claudia- en todo caso, ahora que se me han agotado las baterías, se supone que soy más o menos como cualquier otro licántropo¿no?

-Si, eso parece- confirmó su madre.

Claudia se sentó junto a sus padres en el sofá- Veréis, me han invitado al baile.

-¿quién?-rugió su padre sin poder controlarse.

-No-aclaró la chica- quiero decir que me han invitado a otro baile, Anna, la chica que vino con los licántropos, y que es el equivalente a mi hermana dentro del clan- intentó suavizar la situación, porque sabía que a sus padres no les hacía gracia que ella tuviese "otra" familia- celebrará su petición de mano, y me ha escrito que quiere presentarme a todos. Es este mismo fin de semana, y quiero ir. Es decir, ya que soy una licántropo, se supone que es bueno que me relacione con gente como yo y la verdad es que me gustaría mucho que me dejaseis ir, además, que no quiero estar en el baile del colegio.

Sus padres parecieron pensarlo un momento.

-¿Dónde es esa fiesta?

-En casa de Anna, en Hamburgo.

-Imposible, en el ministerio saben lo que pasó, es decir que eres licántropo, tendrías que registrarte para poder salir del país. Además, sería un viaje largo, cómo piensas llegar.

-Yo había pensado en un traslador. Y , bueno, si es necesario puedo registrarme, de todos modos ya lo saben-dijo refiriéndose al ministerio de magia.

-En todo caso, no podemos dejarte ir sola a Hamburgo-decidió su padre.

-Pero papá…

Su padre negó con la cabeza.

-Y si encuentro a alguien que me acompañe, no se Brian o Roberto…

-Lo que quiero decir, es que no vamos a dejarte ir tan lejos sola, sin un adulto.

-Y vosotros no podríais…

-Seria demasiado sospechoso cariño-intentó convencerla su madre.

Claudia bufó exasperada. Tenía que irse a Hamburgo como fuese, no estaba dispuesta a quedarse en Hogwarts y ver a Harry con otra chica, además, quería ver a su clan, quería conocerlos, necesitaba hacer cualquier cosa que pudiese hacerla pensar en algo distinto a Harry. Debía encontrar el modo. Quizás su bisabuelo pudiese ayudarla, seguro que podría hacerle algún traslador que la llevase directa al fin del mundo. El podría ayudarla, aunque no estaba muy segura de si lo haría a pesar de la oposición de sus padres.

-Ya estoy aquí- saludó Brian al atravesar la puerta de la habitación.

-Hola, mi chiquitín- lo saludó su madre con cariño, mientras intentaba revolverle el pelo al menor de sus hijos.

-Jo, mamá deja de hacerme eso-se quejó Brian intentando apartar las manos de su madre-además, ya no soy ningún chiquitín. Y para que lo sepáis, voy a ir al baile ese. Ya soy un adulto-sentenció muy serio y firme en tono solemne.

-¿Cómo que vas al baile, si solo eres de segundo?-dijo su madre en tono divertido.

-Ginny Weasley me ha invitado a ir con ella- contestó el muy digno.

Su padre se llevó una mano a la cara- esto es lo que ocurre cuando tu hijo va a Gryffindor.

Brian, ignorando el comentario de su padre le preguntó a su hermana- Y tú, hermanita¿con quién vas, porque Roberto no suelta prenda y no quiere decirme quién será su afortunada acompañante, después de jurar y perjurar que no iría contigo. ¿Con quién crees que irá?

-Pues no lo sé, y yo tampoco sé con quién iré, si es que voy- contestó la chica.

-Eso es que no te ha invitado nadie¿verdad?- intentó chincharle el pequeño- en todo caso, y si quieres disimular un poco, puedo concederte un bailecillo-ofreció el pequeño magnánimamente.

-Ohh, que generoso eres- contestó Claudia en tono falso- y para que lo sepas idiota, sí que me han invitado-contestó picada.

-¿Quién?-preguntaron a Dúo Brian y su padre el primero por puro interés cotilla y el segundo pensando ya en qué maldición podría lanzarle al niñato que se atrevía a intentar nada con su pequeña.

-No pienso deciros quien, además, le he rechazado- contestó Claudia arrepentida de haber dicho nada.

-¿No habrá sido Potter?-preguntó Severus Snape en tono de odio.

-¿Harry Potter? Nah, el va con la idiota de Chang-contestó Brian a su padre.

Claudia sintió como un peso de plomo le caía sobre la cabeza. Qué demonios era eso de que Harry iba con Chang al baile, ella le había dicho que no, pensando en que él fuese con alguien mejor, no con esa estúpida, idiota, engreída, ·"$!""·$&!"Tanto que quería ir con ella, y en cuanto se dio la vuelta le faltó tiempo para invitar a la Ravenclaw pensó claudia con resentimiento.

-Hola- dijo Roberto en tono seco al entrar en la habitación.

-Hola cariño- le saludó su madre mientras su padre y su hermano discutían, y Claudia le miraba un poco pálida, intentando esbozar una sonrisa de reconciliación.

-Bueno, ya que estamos todos, porqué no nos sentamos- propuso su madre llamando la atención de todos-¿Qué queréis merendar, un café, té, pastelitos?

Todos negaron un poco tensos excepto Brian, que pidió dos pasteles de chocolate y un batido de fresa, y Claudia que pidió lo mismo pero conbatido de chocolateque Andrea hizo aparecer con un par de movimientos de varita.

-Supongo que no habremos quedado todos para merendar¿no?- aseveró Roberto.

-No, claro, pero bueno pensé que quizás tuvieseis algo de hambre-contestó su madre.

-En todo caso supongo que no tiene sentido atrasarlo más-intervino su padre-De lo que queríamos hablar era de lo que le pasó anteayer a Brian.

-A mí-dijo Brian atragantándose con un trozo de pastel-yo no he hecho nada. Soy inocente, lo juro.

-Brian… no debes hablar con la boca llena-le regañó su madre- y no se si es que ya no te acuerdas de la pelea que protagonizaste en la sala común de Gryffindor.

-Ah, eso…

-además, sé que ayer intentaste hacer el idiota-le advirtió su padre.

-Pero si era para demostrar que tú… tú…-pero la explicación de Brian quedó en el aire, al ver como su padre alzaba la manga de su túnica dejando al descubierto un tatuaje, claramente visible con una calavera de la que salía una serpiente.

-Yo, soy un mortifago, lo era ya antes de conocer a vuestra madre, y supongo que seguiré siéndolo hasta que muera-afirmó Severus Snape.

-Pero papá, eso es imposible, estás en la orden del fénix, que lucha contra los malos- dijo Brian suponiendo que su padre quería tomarle el pelo-seguro que ese tatuaje es de pega.

-Me temo que no, Brian, esto no se va con jabón- dijo su padre con una sonrisa amarga en los labios.

-Ahora entiendo como debió sentirse Luke Skywalker cuando descubrió que Darth Vader era su padre-murmuró Brian con cara de alucinado.

-¡Que bruto eres Brian!-le regañó su hermana dándole un coscorrón en la cabeza al pequeño.

-Pero papá, no puedes ir con los buenos y con los malos a la vez…- de pronto, la cara del chico se iluminó emocionada- No, tú eres como James Bond-dedujo el chico mirando a su padre como si fuese Papá Nöel el día de navidad.

-Yo no soy como ningún James-replicó su padre asqueado.

-¡James Bond, 007, papá, el agente secreto!

-Creo que no le conozco, no he oído hablar de él¿es inglés?-contestó su padre dubitativo.

-Papá, no le hagas caso, te está hablando de un personaje de una película, pero¿es cierto que eres un espía?-preguntó Claudia siguiendo el hilo de su hermano.

-Sí, algo así, supongo-admitió su padre algo desconcertado por cómo se lo estaban tomando sus hijos.

-¿Papá, tu espías a Voldemort?-Preguntó claudia preocupada al asimilar lo que eso significaba.

-Así es, pero creía haberos dicho que no mencionaseis su nombre- contestó de nuevo algo molesto.

-Pero cómo se les ocurre, eso es muy peligroso¿es que no había nadie más, porqué te tuviste que hacer tú mortifago?

-Me temo que no me habéis entendido, yo ya era mortifago antes de "trabajar para los buenos", yo era de los malos, antes de conocer a vuestra madre-aclaró en tono seco.

Un silencio tenso invadió la sala. Era lo que Severus Snape había esperado desde el principio.

-Pero vuestro padre supo rectificar, y se dio cuenta de que no estaba en el lado correcto.

-¿Has matado a alguien?-preguntó Brian con miedo.

Su padre movió la cabeza afirmativamente, en silencio, con la mirada perdida como recordando el pasado.

-¿Pero por qué, papá, por qué te hiciste mortifago?-intervino Roberto que hasta ese momento se había mantenido en silencio.

-Esa es una historia demasiado antigua-intentó evitar la respuesta.

-Severus, creo que tus hijos necesitan saberlo para poder entenderte-habló Andrea en tono suave.

Severus la miró dubitativo, aquellos eran unos recuerdos que el profesor de pociones siempre había intentado olvidar en vano, y que siempre acababan regresando.

-Supongo que debo empezar por el principio- admitió con un suspiro, mientras sus hijos le miraban en silencio dispuestos a escuchar lo que su padre tuviese que contarles y que diese coherencia a que en algún momento se hubiese hecho mortifago.

-El matrimonio entre mis padres fue concertado. En su época era una costumbre que así fuese. Al parecer mi padre en principio estaba comprometido con otra persona, pero se rompió el compromiso y acabó casándose con mi madre.

No recuerdo demasiado de él, tan sólo que casi siempre estaba de viaje por negocios. No era un hombre cariñoso, al menos no conmigo ni con mi madre. Hasta donde alcanzo a recordar, ellos siempre discutían.

Un día, cuando yo tenía unos diez años, él llegó borracho a casa y en una de sus discusiones, acabó golpeándola. Y ella, en venganza supongo, mientras él dormía, registró su cartera en busca algo y me lo mostró a mí. Era una fotografía que entonces me pareció muy extraña, puesto que en ella, las imágenes no se movían, estaban fijas, era una fotografía muggle ydespués me di cuenta de que en ella aparecía mi padre abrazado a una mujer, y delante de ellos, un chico que parecía algo mayor que yo. Papá tenía su mano apoyada en el chico que sonreía muy satisfecho.

Mi madre me explicó que ella se había casado con mi padre engañada y sin saber que la chica a la que él estuvo prometido en un principio rompió el compromiso al enterarse de que mi padre estaba liado con la mujer de la fotografía, pero ella no supo nada de todo aquello hasta poco después de que yo naciese. Aquella mujer era muggle, y el chico de la foto era su hijo. Él era un squib, pero eso no pareció ser impedimento para que mi padre lo quisiese a él y no a mí.

Supongo que tras eso, mi madre consiguió su objetivo, a partir de aquel día, odié a mi padre y a todos los muggles de modo casi irracional. Nunca mencione aquella foto, y nunca le pregunté a mi padre por su otra familia, aunque durante unas vacaciones de navidad, en séptimo curso, asqueado por todo o quizás por curiosidad, seguí a mi padre después de que él salió de casa. No me costó mucho averiguar donde vivía su familia perfecta.

Ahora que lo recuerdo, me parece triste pero entonces, ver cuán distinto era mi padre con ellos con respecto a nosotros era doloroso. Parecía otra persona.

Al regresar a mi casa, encontré a mi madre borracha sentada en el salón frente a la chimenea, tan amargada y tan descuidada que costaba reconocer a la mujer, que había sido en su juventud a pesar de no pasar de los cuarenta parecía una mujer vieja. Me preguntó con rencor dónde había estado y si yo también la iba a abandonar, pero yo no estaba de humor para discutir con ella, y la dejé junto a la chimenea.

Un par de días después, mientras yo estaba en mis habitaciones oí un gran jaleo que provenía de la planta de abajo. Mi padre había vuelto más borracho y más enfadado que nunca. Yo no quise bajar. Hacía tiempo que evitaba en lo posible su presencia, y oírlo discutir y pelear con mi madre no era un espectáculo agradable de ver, pero al oír los gritos pidiendo ayuda de mi madre no me quedó más remedio que bajar. No era la primera vez que ocurría y las peleas entre ellos habían llegado a un punto sin retorno pero a veces mi padre al verme parecía contenerse en parte, quizás le recordaba a su otro hijo y no quería que le viese golpeando a mi madre. Pero aquel día fue distinto, cuando llegué al salón, los gritos de mi madre se habían silenciado. Al entrar descubrí su cuerpo sin vida. Mi padre la había matado y se había esfumado.

Cuando llegaron los agentes del ministerio, no encontraron rastros de magia que les llevase al culpable, y a pesar de mi testimonio, mi padre no fue acusado por el asesinato de mi madre. El ministerio de magia se lavaba las manos si en el crimen no se había utilizado magia rastreable, y para el mundo muggle ni siquiera existíamos, así que decidí tomar la justicia por mi mano.

En Slytherin, varios de mis compañeros eran aspirantes a mortífagos. Habían intentado convencerme en varias ocasiones para que me uniese a ellos, y si hasta entonces no lo había hecho no fue porque no odiase a los muggles, pero todo aquello había sido la gota que colmó el vaso, y me uní a ellos en busca del poder necesario para vengarme de mi padre.

-¿Tu padre mató a tu madre?-preguntó Claudia con la voz entrecortada.

-Pero por qué- intervino Roberto- si discutían tan frecuentemente algo debió ocurrir para que él llegase tan lejos.

-La verdad es que si yo hubiese pensado como tú, quizás las cosas habrían sido distintas pero no me paré a pensar, y me uní a los mortífagos, y no me detuve hasta encontrarle y matarle. Después cegado por la rabia fui a buscar a la otra mujer de mi padre y a su hijo para darles la nueva noticia, pero al llegar a la casa de estos, descubrí, que la madre del chico había muerto pocos días antes que mi propia madre, no fue difícil deducir que había sido mi madre quién había acabado con ella, y aquel era el motivo que tuvo mi padre para matar a mi madre. Yo al final no hablé con el chico. Nunca lo hice y no volví a verle.

………………………………………………………………………………………..

Ron miraba a Harry esperando ansioso una respuesta, pero Harry no parecía hacer mucho caso al pelirrojo.

-¡Harry, me gustaría que me contestases un día de estos, a ser posible, antes del baile-dijo en tono ofuscado.

El moreno pareció bajar de nuevo a la tierra- lo siento Ron¿qué me decías?

-Desde luego que vaya consejero me he buscado-bufó el chico.

-Perdona, Ron, es que me está empezando a doler la cabeza, y todo esto del baile empieza a parecerme una idea nefasta. Esa chica huye de mí como si fuese a contagiarle algo peligroso, y la verdad es que no lo entiendo. ¿Dónde demonios se ha metido Hermione? necesito que traduzca de nuevo el idioma ese en el que se expresan las chicas, porque yo, sinceramente, es que no me entero de nada.

-Todo eso está muy bien, pero yo lo que quiero saber es si crees que Hermione me dirá que sí o me mandará a paseo.

-¿Hermione?

-Harry- se quejó Ron al borde de la locura-es que no me has oído-te estoy preguntando si crees que es una buena idea pedirle a Hermione que sea mi pareja para el baile.

-Pues no sé, últimamente parece llevarse muy bien, con… ya sabes, el hijo de…

-No sigas, lo sé.

-Pero, de perdidos al río, si la dejas, también acabará pasando de ti, así que aprovecha el tiempo y lánzate, el no ya lo tienes, así que…

-Eso es muy fácil de decir. Pero, aún tengo una duda¿Cómo es que al final vas con Cho, yo pensaba que se lo pedirías a Claudia.

-Yo también- Contestó Harry desanimado.

………………………………………………………………..

Y el viernes llegó en un abrir y cerrar de ojos. Las clases habían terminado, y el ambiente de euforia invadía los pasillos de Hogwarts entre alumnos excitados ante la inminencia del baile que se celebraría al día siguiente.

Claudia llegó a la gárgola de acceso al despacho de su bisabuelo con una mezcla de sentimientos, por un lado se sentía satisfecha por haber conseguido llegar hasta allí sin haber intercambiado una palabra con Harry y por otro se sentía decepcionada sabiendo que el chico iría al baile con Chang, como la chica iba cantando a los cuatro vientos para todo aquel que quisiera oírlo y también para los que no y que él no había sido capaz de detenerla o de convencerla para que se quedase con él.

Claudia dijo la contraseña y subió.

Iría a Alemania con Roberto.

Tras la confesión de su padre, Claudia se sintió arrebatada por un ataque de sinceridad y les contó a sus hermanos cómo había acabado convertida en licántropo.

Roberto le regañó por no habérselo dicho antes, pero la abrazó, con tanta fuerza que la chica no pudo hacer nada para resistirse y se sintió tan unida a su hermano como antes de entrar al colegio. De nuevo era el hermano con el que podía y al que podía contar todo.

Brian fue una historia distinta. Le hizo un millón de preguntas y le rogó de rodillas que se transformase allí mismo para él. Incluso empezó al tirarle del pelo y a meterse con ella en un intento vano por enfadarla para que así pudiese transformarse, pero en todo caso para ella habría sido imposible transformarse, simplemente se sentía demasiado feliz, Roberto acabó defendiéndola con el famoso ataque de cosquillas al que el pequeño no podía resistirse, Claudia también se unió a la fiesta.

Mientras sus padres les miraban satisfechos y relajados tras haberse liberado de un peso que habían llevado durante bastante tiempo. Sus hijos estarían ahora protegidos de las mentiras y las dudas con el escudo más fuerte, el de la verdad.

Cuando supieron lo de la reunión del clan, Roberto se ofreció a acompañarla y Brian se puso a patalear en el suelo, porque bajo ningún concepto sus padres le permitirían ir a Alemania a una reunión de licántropos, a pesar de que el chico afirmaba que aquel era y había sido siempre el sueño de su vida, pero no fue suficientemente convincente, y aunque sus padres aún no querían dejarles ir, Roberto sugirió que Remus Lupin los acompañase, sus padres no pudieron negarse si él los acompañaba y fueron corriendo al despacho de su bisabuelo para ver si él podría arreglarlo todo.

Hablaron con Lupin, que se mostró encantado de acompañarles y conocer al clan de Claudia, con lo que todo quedó zanjado. Lupin los acompañaría al ministerio el viernes para registrar a la chica como licántropo y después solicitarían un permiso para viajar vía traslador a Alemania.

Roberto estaba sentado frente a su bisabuelo, cuando Claudia entró en el despacho.

-Bueno, mis niños¿estáis ya preparados para el viaje?-preguntó Dumbledore divertido-Es una pena que tampoco yo pueda ir, seguro que es una gran fiesta, pero me temo que estaré algo ocupado. Aquí están los permisos para salir del colegio, y esta es la autorización que hace a Lupin tu tutor para que puedas registrarte, de otro modo tendrían que haber ido tus padres, pero me temo, que vuestra tía y su acompañante no han podido venir-explicó mientras tendía a Claudia los documentos que la chica guardó bajo su capa.

-Eres el mejor, abuelito-dijo Claudia abrazándole.

-Hasta luego, abuelo-se despidió Roberto.

-Ya sabéis, al ministerio de magia-dijo señalando a la chimenea-y si os aburrís, podéis volver cuando queráis, este traslador os traerá aquí mismo en cuanto lo decidáis-dijo tendiéndole a su bisnieta un precioso broche en forma de media luna plateada.

Una vez que ambos chicos desaparecieron entre las llamas de color verdoso de la chimenea, la puerta del despacho se abrió con brusquedad.

-¡No puede ser que se hayan ido sin mi!-se quejó Brian en tono decepcionado.

-Me temo que sí-afirmó Dumbledore mientras miraba al menor de sus bisnietos-¿una partida de snap explosivos?-ofreció.

-Claro, pero te aviso que esta vez no voy a dejarte ganar como siempre hago-advirtió el pequeño, mientras brillaban sus ojillos de forma que intentaba ser amenazadora.

-Eso está por verse-aceptó el director el reto mientras con un movimiento de varita hacía desaparecer de la mesa todo aquello que pudiese sufrir algún daño durante la partida y tomaba la misma postura que el pequeño con la varita en la mano.

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Una vez en el ministerio, Claudia sintió un escalofrío que le recorrió la espalda.

Cuando abrió los ojos todo estaba extrañamente oscuro y unos metros más allá había alguien vestido de negro, aunque no podía verle bien una extraña niebla oscura parecía inundarlo todo.

-¡Harry, sujeta bien la profecía, coge a Neville y corre!-parecía gritar el hombre mientras una ráfaga de luz verde salía de su varita.

-¿Neville?-preguntó Claudia aún extrañada.

-¿Claudia, estás bien?-preguntó Roberto mientras pasaba una mano frente a ella.

De pronto todo se había esfumado.

Al mirar a su alrededor se encontró con una enorme actividad que inundaba el inmenso Hall del ministerio de magia y a su hermano que la miraba extrañado.

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Y hasta aquí este capítulo. No os imagináis lo que me ha costado cortarlo. De hecho tengo casi listo el próximo. Por una vez en la vida voy a poder subir dos capítulos en muy poco tiempo.

Como adelanto del próximo os diré que visitaremos a los licántropos y que Claudia y Roberto volverán a Hogwarts antes de lo previsto… jajajaja, el motivo, hum tendréis que esperar.

Ah, y no os olvidéis de lo de los reviews, no seáis malos.

En fin, nos vemos pronto.

Sed felices.