Harry Potter y casi todos los personajes de este fic, pertenecen a Rowling, Warner Bros. y demás. Yo sólo he inventado a la familia de Snape y a los colegas aulladores de Clau. Ese fic, no se escribe con ánimo de lucro, sólo por pura diversión así que no es necesario que me demandéis.

Por fin. Por fin. Ejem, lo que todos estabais esperando, no me voy a cargar el capítulo y os dejo que lo leáis, jajajaja.

Pero antes contesto a los reviews, sin ellos, es decir, sin vosotros no sé si esta historia habría llegado hasta aquí.

alatar lady of the ring: Hoola. Lo cierto es que tenía que encontrar un buen motivo que llegase a justificar lo que sabemos del profe de pociones, en fin que el pobre parece que no tuvo una infancia muy feliz, pero al menos, ahora las cosas le van mucho mejor. Y sí, conoceremos a un buen montó de licántropos aunque en su forma humana, así que no van a poder morder a nadie. Jajaja. Bueno, un beso y hasta el próximo.

Ginny84: hola guapetona. Ya estamos de vuelta, y no te preocupes, que este capítulo no lo he cortado en lo mejor, jajaja, además es bastante largo, así que espero que te deje satisfecha. Respecto al pobre Ron, no, no se va a quedar solo, no ha sido muy protagonista en este fic, pero es un personaje que me gusta, además el pobre, aunque no lo parezca ha intentado enmendarse. En este capítulo, creo que aclaro un poco más todo eso. Respecto a si Claudia sabe que Harry sabe que Lupin es un licántropo, la respuesta es no. Sabe que se conocen por lo de la orden pero no hasta que punto, así que por ahí me temo que la chica no se animaría a hablar con Harry… pero jajaja, no tienes mas que leer. Ya me cuentas, hasta la próxima.

Agus y Moony: Holas, he vuelto. Bailes, si que los vamos a ver. ¿Bailarán Harry y Cho? Tendrás que seguir leyendo, pero tienen más probabilidades de que bailen Harry y Claudia, Nah, no te fíes de mí que soy muy liosa. Respecto a Voldemort parece que está de vacaciones, lo admito, pero aparecerá antes del fin, creo. En fin, que no me lío más y te dejo que leas la historia.

Vampiresa: Hola, ya estamos aquí, ya puedes saciar tu curiosidad con respecto a los lobitos alemanes, y bueno, si Claudia ve a Harry bailando con Chang, la cara que pondría ufff, lo mismo hasta vuelve a convertirse en licántropo. Jajaja, en fin que de dejo con el fic, un beso.

Kimita Potter: Me alegro de volver a verte por aquí, y me temo que Herm sigue un poco al margen, yo lo intento, pero mis protagonistas son muy chupacámaras y no consigo dominarlos, al final hacen lo que les da la gana. Espero que te guste este capítulo, ya me cuentas. Un besazo.

Karura84: Hola guapetona. Se supone que si la quiere nada podría interponerse entre ellos, pero quizás Snape podría ser mucho Snape… jajajaja Brian si que es un encanto, un poco cara dura en realidad, pero muy divertido, o al menos eso creo yo. Y Ron, bueno, te dejo que lo leas. En fin, Un besazo.

Clawy: Hola guapísima, ya estamos aquí, y no, no me olvido del encuentro Severus-Andrea, sólo tengo que encontrar el lugar en el que meterlo, no te preocupes. Lo cierto es que este fic tiene que acabar en algún momento así que no creo que a Roberto le de tiempo a convertirse en animago, de hecho no creo que se le haya pasado por la mente. Respecto a tus dudas. Lo del día de los bajitos… aún tienen que averiguar lo que significa, pero te diré que no está relacionado con niños y sí, Clau tuvo una visión. El collar lo tiene Claudia, en este capi reaparece, aunque admito que debí haberlo dejado claro antes. ¿Sevi jr novia? Pse, no lo tengo claro del todo es que cuando vino, la chica que le gustaba acababa de darle calabazas así que no está muy receptivo en ese sentido, aunque en este capítulo hay intentos en ese sentido. Respecto a lo de tu fic, sí y te dejaré un review si mi ordenador lo permite. Dicho lo dicho, me despido, un besazo, dos en realidad, uno por cada review, jajaja.

Pekita: Hoooola, y bienvenida oficialmente, me alegro de que te hayas animado a dejarme un review, muchas gracias. Y respecto a la pregunta, pronto, muy muy pronto. jajaja.

Y ya definitivamente os dejo con el capítulo. Espero que os guste, y en todo caso me dejáis un review y me contáis lo que os ha parecido.

Capítulo 37. Conversaciones, bailes y encuentros a la luz de la luna

Cuando abrió los ojos todo estaba extrañamente oscuro y unos metros más allá había alguien vestido de negro, aunque no podía verle bien una extraña niebla oscura parecía inundarlo todo.

-¡Harry, sujeta bien la profecía, coge a Neville y corre!-parecía gritar el hombre mientras una ráfaga de luz verde salía de su varita.

-¿Neville?-preguntó Claudia aún extrañada.

-¿Claudia, estás bien?-preguntó Roberto mientras pasaba una mano frente a ella.

De pronto todo se había esfumado.

Al mirar a su alrededor se encontró con una enorme actividad que inundaba el inmenso Hall y a su hermano que la miraba extrañado.

-Está aquí, Roberto-dijo la chica con voz débil-Estoy segura de que era él.

-¿Qué es lo que ha pasado?-preguntó Roberto preocupado.

-Le visto, en realidad, le he oído, estoy segura, todo concuerda con lo que nos contó Hermione, era el padrino de Harry y mencionó a Neville… Hermione dijo que todo pasó en el departamento de los misterios. Tenemos que encontrarlo.

-Claudia, eso es imposible, bueno, no creo que nos dejen pasar... "hola, hemos venido en una excursión del colegio, podrían enseñarnos el departamento de los misterios", la verdad es que no creo que colase.

-Además, necesitaríamos el libro-aceptó la chica- ¡ah deberíamos haberlo descifrado ya!-murmuró desesperada.

-En todo caso, ahora no podemos hacer nada, así que vayamos allí, aquel parece Lupin. Supongo que es mejor dejar todo este tema hasta que volvamos a Hogwarts.

Claudia asintió intentando quitarse en vano la imagen que acababa de tener. Aquella voz… era la misma de las otras veces. Realmente parecía que todo estaba relacionado con el padrino de Harry.

En el centro, junto a una gran fuente, los esperaba efectivamente Remus Lupin que hizo un gesto de saludo al verles. Los condujo a un mostrador, donde un mago tomó sus varitas y tras inspeccionarlas se las devolvió a los chicos.

Tomaron el ascensor hasta la cuarta planta y Lupin los guió hasta el departamento de regulación y control de criaturas mágicas, sección de Bestias. Al ver el cartel Claudia miró a Lupin en un gesto de interrogación, pero Lupin tan solo se encogió de hombros sin llegar a ocultar una sonrisa amarga. Una hora después de solicitar su inscripción, Claudia fue llamada a una sala donde tras ser interrogada, fue advertida sobre toda la nueva normativa que desde entonces estaría obliga a cumplir incluida revisiones anuales sobre su comportamiento, de modo que si llegaba a morder a algún humano en su forma de licántropo sería condenada a Azkaban por tropecientos años.

Tras el suplicio, de la espera y las miradas acusadoras, los tres se dirigieron a la sexta planta donde se encontraba la oficina de trasladores y tras cierto papeleo del que se encargó Lupin, tomaron el Primer traslador que salía en dirección a Alemania.

El traslador que tomaron en el ministerio de magia de Londres los llevó en un par de segundos a Berlín, de allí viajaron a Hamburgo a través de la red flu acabando en un céntrico local de la ciudad, que desapareció tras ellos al salir a la zona muggle.

-Bueno, chicos, bienvenidos a Hamburgo, capital mundial del clan más antiguo de licántropos-anunció Lupin.

-Parece que el encantamiento multilengua que nos has hecho funciona incluso para leer los carteles-sonrió Roberto satisfecho.

-Sí, no había caído en la cuenta del problema lingüístico-comentó Claudia aliviada-siempre podríamos habernos entendido más o menos a través del ingles, Anna me dijo que casi todos lo han estudiado en el colegio, pero sin duda, poder hablar con ellos en alemán será mucho mejor.

Tomaron un taxi que los llevó a las afueras de la ciudad, y en un trayecto de unos quince minutos se encontraron en una zona boscosa, al final de cuyo camino se distinguían las torres de un castillo casi de cuento de hadas, la muralla y el foso estaban bastante estropeados pero le daban un cierto aire misterioso. La puerta del castillo, que obviamente había sido reformada, estaba cerrada por una reja alta las la que se observaban a un lado un aparcamiento con bastantes coches, algunos bastante destartalados y otros unas auténticas maravillas de la velocidad. A uno de los lados se veía un video portero.

Claudia pulso el botón y se acercó a la pequeña cámara.

Tras el ruido característico del auricular al ser descolgado, sonó una voz con tono hueco.

-Contraseña, por favor.

-Eh, yo no sé¿Lupin?-preguntó claudia a su profesor, ella por su parte no sabía nada de ninguna contraseña.

Lupin se encogió de hombros-la otra vez no había contraseña.

-Verá, Anna me ha invitado soy Clau…

-Lo siento pero sin contraseña no puedo dejarle pasar-interrumpió la voz en tono tenso.

-Por qué no le enseñas la carta de Anna, sugirió Roberto acercándose a su hermana y entrando en el radio de visión de la cámara.

-Dios mío ¿quién es ese bombón? Acabo de enamorarme.-sonó la voz del portero que ahora no parecía tan seria sino más bien de chica, para a continuación sonar un ruido metálico de las puertas al abrirse.

Los tres se miraron indecisos ante lo extraño de la situación.

-¡Pero a qué esperas¡Pasa de una vez, morenazo!-insistió la voz del portero.

Roberto dio un paso atrás intimidado.

Unos segundos después una chiquilla que aparentaba tener no más de siete u ocho años apareció en el camino que llevaba al castillo corriendo hacia ellos. En cuanto llegó a la verja en la que el trío aún permanecía indeciso a entrar, se lanzó a los brazos de Roberto, que la cogió por no dejarla caer al suelo.

-Lo sabía, eres el amor de mi vida. Esta misma noche, anunciaremos nuestra próxima boda en la misma fiesta de la prima Anni-decidió la chica, mientras Claudia y Lupin intentaban aguantar la risa al ver la cara de Roberto que no sabía que hacer con la chiquilla que tenía en brazos.

Roberto miró en dirección a su hermana en busca de ayuda cosa que no pasó desapercibida para la chica de ojos ambarinos.

-Tú debes ser Claudia- dijo la chica mientras se soltaba del cuello de Roberto y caía al suelo de un saltito-Espero que no me digas que mi prometido tenía algo contigo y tengamos que llevarnos mal-advirtió la chiquilla.

-Huy, no, que va, este chico es mi hermano, así que si te casas con él seríamos cuñadas y espero que nos llevemos muy bien, aunque te advierto que aquí mi hermanito es un poco tímido así que tendrás que ser tú la que lleve el peso de vuestra relación-aclaró con seriedad.

Si las miradas matasen, en aquel mismo instante, Claudia habría caído fulminada por el modo en que la fulminaba su hermano.

-¿Tengo que darte las gracias?-preguntó éste en tono ácido.

-Cariño, no seas tan malo con mi cuñadita, después de todo, la familia es una de las cosas más importantes y hay que llevarse bien con la familia política. No te preocupes siendo el hermano de la famosa Claudia, seguro que te llevas bien con todos, mis hermanos, primos, tíos, ni siquiera mi abuelo intentarán partirte la cara por quererme a pesar de mi juventud y querer quitarles lo que más quieren en este mundo o sea yo. No te preocupes entre tu hermana, la tía Marianne, Anni y yo los convenceremos de que nuestro amor es limpio y puro, y que venceremos todas las barreras para estar juntos porque estamos destinados incluso desde antes de nacer.

-Tú no conoces a Brian¿verdad?-Preguntó Roberto intentando encontrar una explicación lógica a lo que le estaba pasando.

-¿Brian¿Brian Metz o Brian Ludzen?

-Nah, mi hermano Brian-contestó el chico.

-Oh¿tienes otro hermano¿Y es tan encantador como tú? Quizás la prima Lidia esté interesada en él, aunque creo que todavía es demasiado pequeña para eso. Sólo tiene ocho años.

-¿Y tú, sólo por curiosidad, cuántos tienes?-Preguntó el chico.

-Te das cuenta de que es la primera pregunta que me haces sobre mí-contestó la chica emocionada-y yo no te he preguntado nada de ti, eres tan atento. Yo tengo ocho años, nueve meses y cinco días, casi nueve años. Mi fecha de cumpleaños es el día uno de Marzo, así que soy Piscis. ¿Y cuando es tu cumpleaños?

-Bueno, yo cumplo años el treinta de Abril, igual que Claudia, somos mellizos-contestó Roberto.

-¡Laura, qué…! Oh, señor Lupin. Me alegro de volver a verle- Lo saludó una mujer que salía de la casa-Veo que ya ha conocido a mi hija Laura.

-En realidad, aún no habíamos hablado. Encantada de conocerle, señor Lupin-dijo la chica cambiando por completo de actitud y haciendo una graciosa reverencia

-El placer es mío-respondió Lupin- Ah ellos son Claudia Green y Roberto Aragón-prosiguió el ex profesor con las presentaciones.

-Encantada de conoceros, yo soy Irene, tía de Anna y madre de este pequeño torbellino-de presentó mientras tomaba a su hija de la mano.

Irene los acompañó al interior del castillo donde a cada paso les iba presentando a cuatro o cinco nuevos primos, tíos y demás. Hasta llegar a un momento en el que Claudia estaba segura de que sería incapaz de recordar cada nombre o lazo de parentesco. También conocieron a los hermanos de Laura, dos auténticos diablillos de doce y cinco años respectivamente.

Casi todos tenían en común el maravilloso color dorado en la mirada, que les identificaba como licántropos miembros del clan. También había un numeroso grupo de personas de ojos grises que al parecer pertenecían a un clan vecino con el que estaban muy relacionados.

Anna parecía terriblemente ocupada saludando a todos los invitados que se quedarían en el castillo durante el fin de semana, pero en cuanto divisó a Claudia fue corriendo hacia ella arrastrando consigo a un chico bastante alto de piel muy pálida y pelo castaño alborotado. Que le presentó al instante.

-Hermanita, te presento a Günter, mi queridísimo novio- el chico le tendió la mano que Claudia estrechó sonriente.

-Menos mal que habéis venido, Anna estaba muy preocupada pensando que la lechuza no te llevaría su mensaje.- la saludó el chico de ojos marrones.

-Pues sí, aquí estamos, este es Roberto- dijo Claudia presentando a su hermano.

-No me digas que tú eres…- preguntó Anna muy contenta.

-Soy su hermano- dijo el chico sonriendo ante la evidente decepción de Anna.

-Y mi prometido-intervino Laura que en ese momento se acercaba al cuarteto-verdad, cariño-dijo la chica sonriente mientras intentaba coger la mano del chico que las mantenía en alto mientras parecía ser asaltado.

-Veo que ya me has encontrado sustituto-declaró Günter en tono falsamente dolido.

-Ves, esto echa por tierra tu teoría-declaró Anna muy firme.

-¿teoría?-preguntó Claudia con curiosidad.

-Sí, veréis, según he podido observar y contrastar-comenzó él.

-No seas pedante cariño-le regañó Anna-veréis, mi novio ha estudiado Biología y está haciendo su tesis sobre el comportamiento de los lobos-aclaró Anna a los chicos.

El aludido dio un resoplido por la interrupción.

-veréis, tengo la teoría, de que entre los licántropos, queda un cierto comportamiento residual respecto a los lobos, no sólo en la luna llena, sino en otros aspectos de su comportamiento social. Por ejemplo forman manadas en las que aparece un lobo dominante que no tiene porqué ser macho.

-Vamos, mi querida madre-aclaró Anna.

-Sí, además no siempre pero, en muchos casos, la jefatura es transferida de padres a hijos-prosiguió el chico.

-Pero Remus Lupin, no se relaciona con los de su clan-discutió Claudia.

-Bueno, eso puede ser explicado mediante la figura del lobo solitario. Hasta donde Anna me ha explicado, Lupin digamos que no creció en el seno del clan al que en teoría debía pertenecer. Por otro lado, las manadas de lobos son fundamentalmente territoriales, los clanes que Anna conoce permanecen en sus zonas-territorios desde que se tiene constancia de ellos.

Anna suspiró, no parecía demasiado contenta con la teoría de su novio-Pero aún no os ha contado lo mejor-advirtió la chica.

-Sí, los lobos, normalmente al emparejarse, lo hacen de por vida, así que no tengo dudas de que mi amada novia me será fiel hasta la muerte-declaró el chico en tono victorioso.

-Y por lo que te conviene, tú también me serás fiel, no creo que mi familia de gente pura y fiel, fuese muy comprensiva si tuvieses el más mínimo desliz-le advirtió la chica-Pero que pasa con Laura, ella también debería haberse mantenido fiel a ti después de jurarte amor eterno y mira.

-Bueno, Laura, podría considerarse un cachorro que imita el comportamiento de los mayores, pero ya verás que cuando sea adulta…

-A mi no me llames cachorro-se quejó la chiquilla encarando a Günter y desviando su acoso a Roberto que respiró aliviado

Por el modo en que hablaban Roberto comenzó a atar cabos- Pero¿tú no eres licántropo?-le preguntó a Günter.

-Por ahora no-aclaró el chico- pero no lo descarto del todo. Eso de que tu novia se vaya de juerga todas las noches de Luna llena sin ti, empieza a ser aburrido.

-Pero… si tú eres normal, cómo es que has acabado saliendo con ella- preguntó Claudia muy sorprendida.

-¿me estás llamando anormal?-preguntó Anna picada.

-En realidad ni yo mismo lo sé, la verdad es que con lo guapo, inteligente, simpático y divertido que soy, quizás debería haber buscado algo más, pero-confirmó el chico en tono divertido mientras aguantaba los golpes que le daba su novia- ¡mi chiquitina! No te enfades-dijo el chico satisfecho mientras abrazaba a Anna-pero si tu eres la mejor del mundo, a quién voy a encontrar yo tan perfecta y maravillosa como tú. No os podéis imaginar el trabajo que me costó que esta niña supiese que yo existía-aclaró.

-¿Y cómo os conocisteis?-preguntó claudia con curiosidad, después de todo, románticas historias entre humanos y licántropos no conocía muchas, por no decir ninguna.

-Pues yo la vi. en la facultad, íbamos a la misma, aunque yo estudiaba en la parte de Biología y Anna en la de Química.

-¿Eres Química?-preguntó Roberto con curiosidad.

-Sí-respondió la chica orgullosa.

-A mí me encantaba la química en el colegio, aunque no dimos demasiado.

-yo la odiaba-comentó Claudia en tono casual.

-Bueno-retomó la palabra Günter- el caso es que esta chica era muy callada y muy tímida, y yo, que por aquel entonces también lo era, no sabía muy bien como llamar su atención.

-Sí, y en la primera fiesta de la facultad se dedicó a acosarme…

-¡exagerada!-la interrumpió el chico.

-Repito, acosarme, hasta que consiguió derramarme una cerveza por encima.

-veréis es que yo estaba tan nervioso que acabé bebiendo un poco más de la cuenta.

-Estaba borracho como una cuba-tradujo la chica.

-Y eso, tropecé y se me cayó el vaso que llevaba en la mano.

-encima mía-Completó Anna en tono sarcástico.

-Bueno, dicen que la cerveza es buena para el pelo, Anna puede daros una opinión contrastada.

-La verdad es que me fui tan enfadada que creo que la cerveza se evaporó de mi cabeza antes incluso de llegar a casa, pero para mi madre no pasó desapercibido el olorcillo y me tuvo dos semanas castigada sin salir porque se imaginaba alguna extraña fiesta de la cerveza tipo-orgía o algo así, pero mi padre consiguió reducir el castigo de dos años a dos semanas-explicó Anna en tono triste.

-Aún no conozco a tu padre¿está por aquí?-preguntó Claudia.

-Me temo que no, murió hace tres años-dijo Anna en tono triste, al parecer demasiado afectada como para que los demás se atreviesen a hacer preguntas al respecto.

-Bueno, como iba diciendo, después de la fiesta estuve un par de meses demasiado avergonzado como para aparecer frente a la chica que se bañaba en cerveza-volvió a intervenir Günter haciendo que todos riesen y se relajase un poco el ambiente.

Pasaron toda la noche de charla y tras la cena, Anna y Claudia siguieron hablando, ya que ambas compartían habitación.

-Entonces no tienes novio- sentenció Anna.

Claudia negó con la cabeza.

-Pues eso lo resolvemos mañana, verás el montón de chicos guapos que vienen a la fiesta.

-La verdad es que por ahora creo que no me apetece demasiado echarme novio-murmuró Claudia en tono confuso.

-hum¿cómo es que una chica de dieciséis años no está interesada¿o es que en realidad ya le has echado el ojo a alguien? A ver si van a ser verdad las elucubraciones de Günter- dijo Anna mirando atentamente a la chica que pareció sonrojarse ante sus preguntas.

-Vaya vaya, entonces hay alguien…

Claudia no contestó, aunque no pudo evitar suspirar con pesar.

-¿no quieres que hablemos de eso?

-No es eso, lo que pasa es que no hay nada. Quiero decir, que no puede haber nada entre nosotros.

-Esto mejora, parece que estás dispuesta a confesar. ¿acaso tiene novia?

-No- negó Claudia intentando disimular el tono de rabia ante la mención. No podía evitar imaginar al chico bailando abrazado a la idiota de Chang, riendo los dos muy felices- por ahora.

-¿Por ahora?-preguntó Anna.

-Sí, bueno, es que hay una chica que va tras él, una idiota caradura-explicó Claudia sin poder evitar que su sangre comenzase a hervir de rabia.

-¿Y él la prefiere a ella antes que a ti? Porque si es así, es que es un poco idiota él también.

-en realidad, mañana hay un baile en el colegio, y él irá con ella-admitió Claudia con tristeza.

-Definitivamente ese tío es idiota.

-Bueno, el me pidió ser su pareja, pero yo le rechacé.

-Y si tú le rechazas por venirte¿se va con la pelandusca esa?-preguntó Anna tomando claramente partido por su hermanita

-La verdad es que le dije que se buscase otra pareja, porque yo no iría con él-intentó justificar a Harry.

-Pero si le gustases, él no debería haberte hecho caso. Además, por qué le dijiste eso¿en qué demonios estabas pensando?

-Es que lo nuestro es imposible…

-Pero si parece que él está interesado en ti¿no, de otro modo por qué te habría invitado a ir al baile.

-Pero es que él no lo sabe-consiguió admitir Claudia entrando en el verdadero motivo para rechazar al chico.

-¿El qué?-preguntó Anna.

-Pues que soy licántropo-aclaró Claudia como si fuese la cosa más evidente del universo.

-¿Y eso qué tiene que ver?

Claudia puso los ojos en blanco ante lo obvio de la pregunta-¿Cómo que qué tiene que ver! Soy una licántropo y el no, lo nuestro es imposible-sentenció como si aquello fuese la verdad más universal.

-Claudia, Günter no es licántropo, de hecho ni siquiera sabía que existíamos hasta hace un par de años. En mi familia hay muchos que tampoco lo son y otros que se convirtieron en licántropos por amor. Estoy segura de que si le explicas que sólo te conviertes un par de noches al mes, que simplemente puedes encerrarte y después no pasa nada o incluso, puedes venirte con nosotros al bosque en la luna llena. No es tan malo, de hecho a mí me encanta ser licántropo¿no es maravilloso sentirte tan infinitamente libre esas noches¿No lo sentiste?

Claudia no podía negar lo que había dicho Anna. Visto así parecía algo maravilloso. Pero esa no era toda la verdad. ¿O quizás sí? Debía admitir que en su caso era incluso más que eso. Era la fuerza el poder y a la vez la conciencia plena de sí misma.

-Supongo que para ti, debe ser difícil adaptarte a tu nueva situación, pero yo nací así, todos lo son en mi familia, mi padre pertenecía al otro clan que has conocido hoy. Es algo que forma parte de mí, y como tal lo acepto, es como tener manos o piernas, simplemente somos así, y no deberías rechazar esa parte de ti, como espero que tampoco me rechaces a mí.

-Hey, yo no te rechazo. A penas nos conocemos y te considero como a una hermana- se quejó Claudia.

-En tal caso, entiende que cuando encuentres al chico adecuado, si realmente lo es, no te rechazara, porque nadie quiere a otra persona o deja de quererle porque no le guste el color de sus ojos o de su pelo, porque el ser licántropo es parte de tu naturaleza tanto como cualquier otra cosa, y no debe significar más que eso.

Claudia pareció meditar sobre lo que Anna acababa de decirle.

-Sabes, yo al principio cuando empecé a salir con Günter, no se lo conté. No sabía como hacerlo, y cuando se lo dije, ni siquiera me tomó en serio, pero después, para convencerle le invité a venir a nuestra casa del bosque en el que nos reunimos durante la luna llena, y desde una de las casas, vio todo lo que pasó. Algunos de mis tíos son humanos, y también se vienen al bosque, una de las casas está especialmente preparada, y el se quedó con ellos. A la mañana siguiente Günter estaba como loco, intentando deducir que clase de especie éramos, incluso nos hizo dibujos. Nunca me he arrepentido de que lo sepa.

Unos golpes en la puerta llamó la atención de ambas chicas.

-¿se puede?-se oyó la voz amortiguada de Roberto.

-Es mi hermano-se extrañó Claudia acercándose a la puerta para dejar pasar a su mellizo.

-Rápido, antes de que ese monstruo me encuentre- dijo el chico colándose por la puerta.

-¿qué es lo que ha pasado?-preguntó Claudia intrigada al ver a su hermano en aquella situación.

-Es ese demonio de niña, me persigue, se ha colado en nuestra habitación¡e incluso se ha llegado a meter en mi cama! No he tenido más remedio que huir, esa niña está completamente fuera de control.

-La verdad es que Laurita… no se conforma con facilidad-admitió Anna- y puede ser muy obstinada.

-¡Pero si me acosa! Si no llega a ser por lo que dijo Remus de que no podemos hacer magia con las varitas mientras estemos por aquí, para no ser rastreados, te juro que la petrifico.

De nuevo unos golpes sonaron en la puerta.

-¿Puedo pasar?-preguntó la voz infantil de Laura.

Al oírla Roberto palideció. Y Anna le hizo un gesto para que se escondiese tras una cortina, mientras Claudia se metía de un salto en su cama.

-¿Quién es?- preguntó Anna con voz somnolienta.

-Soy, yo, Laura, tu prima-contestó la chica mientras habría la puerta-¿No habéis visto a mi prometido por aquí?

-No Laura, estábamos a punto de dormir. Tendrás que buscarle en otro sitio.

-Pero…

-Hasta mañana, cariño, y suerte con tu búsqueda- se despidió Anna mientras hacía el gesto de esperar a que la chica saliese para apagar la luz.

-Hasta mañana entonces, si le veis, avisadme¿vale?-pidió la niña.

-Sí, vale-aceptó Anna.

-Hasta mañana, futura cuñada-se despidió Claudia.

-Adiós cuñadita- se despidió la niña feliz mientras cerraba la puerta.

Unos segundos después Roberto salía de detrás de la cortina con cara de pocos amigos.

-Eso, tu encima anímala-le regaño el chico a su hermana.

-¿Quién sabe, quizás dentro de unos cuantos años…

-Muy divertida hermanita-dijo Roberto mientras saltaba sobre la cama de la chica con la clara intención de vengarse a fuerza de aplastarla.

-Anna, sálvame- pidió Claudia.

-Dime su nombre-exigió la chica a cambio.

-¡Qué!-exclamó Claudia indignada.

-¿El nombre de quién?-preguntó Roberto.

-El del chico que le gusta-aclaró Anna.

-Vaya, vaya, así que habéis estado hablando de chicos, y encima te gusta alguien y no me lo has contado, para poder eliminarle del mapa.

Claudia desvió la mirada de su hermano.

-¿Te gusta alguien, realmente? No me digas que de verdad te gusta… ¿Harry?

El sonrojo de la chica fue una respuesta lo bastante elocuente como para que Roberto se quedase paralizado y dejase de aplastar a su hermana.

-Idiota- dijo la chica aprovechando el despiste para darle un buen empujón y conseguir tirarle de la cama.

-¿y por qué no me lo has contado?-preguntó el chico.

-Así que se llama Harry, ese idiota- dedució Anna.

-¿idiota, es que acaso te ha hecho algo, porque si es así…

-No me ha hecho nada-aclaró Claudia antes de que su hermano decidiese las medidas a tomar contra el chico.

-Nada, excepto que se va a no sé que baile con otra-le aclaró Anna.

-Mi hermanita celosa…-rió Roberto, aunque no rió demasiado tras comprobar cómo le miró su hermana-… pues va a ser verdad que te gusta Potter, y parece que le a dado fuerte- tras meditarlo un momento, el chico continuó- voy a ser bueno contigo, aunque preferiría que omitieses esto si alguna vez hablas con papá sobre este tema y pretendes que yo siga con vida, pero te diré que Harry está colado por ti, me juego lo que quieras. La mañana en la que le diste plantón, venía más que dispuesto a partirme la cara por ir contigo, y me da la impresión de que todo esto viene de bastante atrás. Desde que se enteró de que tú y yo estuvimos saliendo, me miraba siempre, por así decirlo, con cierto interés.

-¿Cómo?-preguntó Anna que se había quedado de piedra con lo de que los hermanos habían estado saliendo.

-Ah, eso no tiene importancia, era un rollo que nos inventamos-dijo Claudia mientras le explicaba a la chica más o menos lo que había pasado mientras estaban en el colegio e intentaba no pensar en lo que le había dicho su hermano, sería verdad que realmente le gustaba a Harry, y si era cierto¿cómo reaccionaría si ella le contaba al chico toda la verdad? Cada vez esa idea iba tomando más y más fuerza en su mente.

Tenía que volver al colegio y decírselo todo antes de que él fuese al baile con Chang. Tenía que darle a Harry la opción de elegir. Pero no podía irse antes de la fiesta del Sábado. Debía quedarse con Anna.

-¡Que bonito, pero si ese chico es obvio que algo le gustas, me apuesto lo que quieras a que si volvieses y hablases con él seguro que se iba al baile contigo y le daba plantón a la niñata esa-aseguró Anna tras ser puesta en antecedentes- Pero la verdad es que no se si te lo mereces, porque has hecho un poco el tonto¡mira que decirle que se buscase a otra para ir al famoso baile! La verdad es que si no fuese porque la misma noche es la fiesta de compromiso, me encantaría ir a vuestro baile, porque la cosa promete. Ya me lo imagino. La música sonando, y la pista llena de gente bailando. De Pronto llegas tú, la chica más guapa del baile, por supuesto. Todos se quedan estupefactos ante tu disfraz de… ¿licántropo,bueno, eso podríamos pulirlo, pero… Harry, que estaba bailando con la tía esa en medio de la pista, al verte, tropieza y le da un buen pisotón. Como hipnotizado, se acerca a ti, ignorando por completo las exigencias de la chica, y allí mismo y delante de todos te coge las manos, os miráis a los ojos y sin necesidad de hablar, os besáis.

-Y entonces llega mi padre y los decapita a los dos-completó Roberto.

-¿qué¡Has destrozado mi escena!- se quejó la chica- pero lo cierto es que le has dado un toque interesante. Y ahora explica eso.

-Pues es muy simple, nuestro padre es profesor en Hogwarts, y digamos, que claudia es su ojito derecho, y parte del izquierdo. No sabes cómo se pone ante la sola mención de un chico relacionado o relacionable con mi hermanita. Y para mejorar el asunto, me da la impresión de que Harry es por decirlo de alguna manera el alumno que peor le cae de todo el colegio. Por cierto es mutuo, Harry también detesta a mi padre sinceramente.

-La verdad es que si papá se entera de que me interesa Harry…seguro que me repudia como mínimo, aunque la verdad es que no me importa demasiado lo que diga, antes o después tendrá que aceptar a Harry.

-¿Te refieres a antes o después de mataros?porque desde luego si tiene que darse cuenta, yo apuesto a que será después-Sentenció Roberto.

-No puede ser para tanto. Mi padre también era muy protector¿qué padre no lo es con su hija?. Pero después, cuando se hacen a la idea no son tan dramáticos ven un par de partidos de fútbol juntos y es como si ya fuesen colegas de toda la vida. Creo que simplemente se trata de encontrar un tema que les guste a los dos.

-No sé, en todo caso, puedes contar con que yo no le diré nada, y lo cierto es que Harry no me cae del todo mal, lo más importante es lo que quieras tú. Pero eso no significa que en cuanto se pase un pelo, me avisas y le ajusto las cuentas.

Claudia sonrió agradecida a su hermano.

-Bueno, chicas, creo que ese pequeño demonio ya se habrá despistado, vuelvo a mi habitación. Hasta mañana- se despidió Roberto.

-Es majo tu hermano. Ya que tú no estás disponible, podríamos buscarle a alguien-sugirió Anna divertida.

-¿Estás de broma? Mi hermano ya está comprometido¿es que no has visto a Laurita?-soltó Claudia entre risas.

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-¿Seguro que el hecho de que Roberto te haya plantado no tiene nada que ver con que vengas conmigo al baile?-preguntó Ron en ton molesto mientras salían del gran comedor.

-Mira, esta es la última vez que te lo digo-contestó Hermione exasperada- y te advierto que todavía estoy a tiempo de no ir contigo. Roberto y yo no íbamos a ir juntos, así que si se ha ido, no me ha dado plantón porque de hecho ni siquiera habíamos quedado.

Ron no quería tentar su suerte, después de la euforia tras oír a la chica decirle que sí, la cara de felicidad le había durado hasta que se enteró de que Roberto no estaría en la fiesta de post-Halloween porque se iba con Claudia a visitar a unos familiares enfermos y la duda de pensar que Hermione le había dicho que sí, simplemente como segundo plato había echo desaparecer su alegría como una pompa de jabón.

-En todo caso-retomó la conversación la castaña-el que me preocupa un poco es Harry, está completamente ausente. Esta mañana, durante el desayuno solo a abierto la boca para engullir lo más exagerado que le he visto comer nunca y no sé si lo que pretende es intentar tomar la forma de Crabble o Goyle por que piense disfrazarse de alguno de ellos en el baile de esta noche. En todo caso y bromas aparte no es que esté muy normal.

Ron, que por extraño que parezca, sabía antes que Hermione lo que le ocurría a Harry, no quiso hablar sobre la conversación que ambos habían tenido un par de días antes-Ya se le pasará. Seguro que con el baile de esta noche, se le olvidan los malos rollos y se anima-dijo mientras atravesaban el retrato de acceso a la sala común de Gryffindor.

La sala estaba casi desierta, la mayoría de los estudiantes aún no habían vuelto del almuerzo a excepción de Harry, que estaba sentado frente a la chimenea observando el fuego. No había comido.

-¿Harry, qué haces aquí¿Por qué no has venido a almorzar?-preguntó Hermione.

-No tenía hambre-contestó el chico tranquilamente mientras se encogía de hombros, con una extraña sonrisa.

-¿Harry, te encuentras bien?-preguntó Ron a quién aquella expresión de su amigo le daba mala espina.

-En realidad me encuentro mejor que nunca-afirmó el chico mientras se levantaba bruscamente-Cho¿está todavía en el comedor, verdad?

-Sí.

-entonces, voy a buscarla, nos vemos luego-decidió Harry mientras salía de la sala común dejando a la pareja un tanto confusa.

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-Caramba, Claudia, estás muy guapa-Saludó Lupin al ver aparecer a la chica junto a su hermano con un precioso vestido rojo de gasa.

-Gracias-contestó la chica un poco sonrojada-¿no hay demasiada gente?-preguntó nerviosa mientras observaba el inmenso salón repleto de caras desconocidas.

Y no sólo el salón estaba repleto, varias salas adyacentes también habían sido preparadas para la fiesta en la que se anunciaría el compromiso de Anna, y muchos eran los invitados que habían acudido.

La música sonaba amortiguada por el murmullo de las conversaciones.

-Dios mío, Claudia, al fin te encuentro. ¡Qué guapa! Si Harry te ve así se desmaya-aseguró la chica sin darse cuenta de que Lupin parecía muy sorprendido ante la declaración-Y ese colgante es precioso, te va perfecto con el vestido-dijo la chica mirando con interés el colgante que su padre le había devuelto unos días atrás.

Claudia, que se había puesto nerviosa por el modo en que la chica había mencionado a Harry, miraba a Lupin deseando desaparecer de allí mismo de forma instantánea, al darse cuenta del modo extraño en que la miraba, segura de que se había dado cuenta del "Harry" del que estaban hablando

-Me temo que os la tendré que robar durante un ratito-les dijo mientras tomaba a la chica del brazo y la arrastraba entre la marea humana.

-Y por qué me buscabas- le preguntó Claudia a la chica.

-Verás, mamá va a hablar ahora, y quiere aprovechar para hacer tu presentación "en sociedad".

-Oye, qué demonios significa eso-preguntó Claudia con cierto deje de pánico.

-Ah, no te preocupes, eres de los nuestros, solo tendrás que saludar y listo. Además deberías darte prisa, en cuanto terminemos, podrás irte y rescatar a tu príncipe azul de las garras de la tía esa.

-Pero es que…

-Ni peros ni nada, estás deseando regresar y aclarar las cosas aunque no lo admitas, llevas todo el día atontada, así que aprovecha, y la próxima vez que vengas, te lo traes que yo le de el visto bueno. Además con el broche ese que te dio tu bisabuelo apareces allí instantáneamente. Me tienes que dejar ver como desapareces, todavía me parece una pasada todo eso de la magia y las varitas.

Claudia miraba a la chica sin poder entender cómo tras haber hablado con ella tan poco habían cogido tanta confianza. No podía negar que lo que Anna le había dicho era cierto. Estaba deseando volver a Hogwarts y hablar con Harry, pero tenía miedo de lo que podía encontrarse al volver. Quizás el chico en realidad no quería saber nada de ella y estaba estúpidamente feliz al lado de la lagarta Chang. No debía haberse ido de aquel modo, había sido una idiota. Y ahora no entendía como demonios se le había ocurrido la brillante idea de decirle que se buscase a otra. Si él le hacía caso… la culpa había sido solo de ella.

Cuando Claudia desechó sus pensamientos se dio cuenta de que estaba en la escalera junto a Marianne, Günter y Anna, y que todos la miraban. El rojo de su vestido ahora debía parecer pálido en comparación con el carmesí de sus mejillas. Al fondo vio a Roberto, que estaba junto a Lupin y la saludaba con la mano. La verdad es que su hermano vestido con el traje oscuro, estaba muy guapo. Claudia consiguió sonreírle a modo de contestación.

-Queridos familiares y amigos, estoy encantada de daros una vez más la bienvenida a esta, vuestra casa. Hoy tenemos doble motivo para celebrar, por un lado, me encantaría presentaros a todos a una nueva miembro de nuestra familia que se acogeréis con cariño sincero. Claudia, te presento a tu nueva familia-terminó Marianne dirigiéndose a la chica mientras todas las miradas se posaban en ella.

Por el modo en que la miraba Marianne, Claudia intuyó que debía decir algo aunque estaba tan sumamente nerviosa que cuando pronunció sus primeras palabras creía que no le saldría la voz por lo que se sorprendió al oírse a sí misma.

-Estoy encantada de pertenecer a esta familia y me gustaría daros las gracias a los pocos de vosotros que he podido conocer hasta ahora y espero que con el tiempo pueda conoceros a todos, aunque sois muchísimos-alegó la chica mientras veía como muchos sonreían ante su comentario y aplaudían calurosamente.

-El otro motivo que nos reúne es anunciaros la próxima boda de mi hija con Günter al que muchos de vosotros ya conocéis y que muy pronto formará también parte de esta familia-declaró Marianne mientras todos empezaban a aplaudir y felicitar a la feliz pareja y también a Claudia.

Casi dos horas más tarde Claudia consiguió llegar hasta donde hacía unos instantes había estado Roberto, pero de nuevo se le había escapado, buscó alrededor, y casi se desmaya de la impresión al ver a su hermano, bailando un vals en medio de la pista con una preciosa chica de ojos grises que a Claudia le habían presentado poco antes, pero de la que no recordaba ni siquiera el nombre. Lupin también estaba en la pista bailando con la madre de Laura.

-Vaya, vaya-exclamó Anna sorprendiendo a Claudia que no la esperaba tan cerca-Parece que tus acompañantes no han perdido el tiempo-dijo pícaramente.

-¿quién es esa chica?-preguntó Claudia con curiosidad.

-Es una prima lejana por parte de mi padre, se llama Isabel.

-Nunca me habría imaginado a mi hermano bailando un vals. La verdad es que lo del baile no era su fuerte o eso creía yo. Pero no lo hace mal-admitió Claudia.

-Venga, vamos a la pista, verás como bailar un vals no es difícil-dijo Günter arrastrándola al centro de la pista.

Claudia nunca había bailado un vals. Pero descubrió que si se dejaba guiar no resultaba tan difícil.

-Volverás pronto¿verdad, Anna está loca contigo..

-Claro-dijo Claudia sonriendo-Anna también es casi como una hermana para mí.

-Me alegro- dijo Günter mientras la hacía girar.

Cuando terminó la canción, Se dirigieron a una mesa próxima en busca de algo que beber.

-¿Qué es eso de que quieres irte ya?-preguntó Roberto cuando llegó hasta donde estaba su hermana acompañado por Anna.

-Pues…-Claudia no sabía que estaba pasando.

-Pues obvio Roberto, aquí tu hermana tiene que hacer su entrada triunfal en otra fiesta, y bueno, no puede dejarlo más, así que va a utilizar el broche que le dio vuestro bisabuelo, pero tú no tienes que irte con ella, quédate en la fiesta y te vas mañana con el señor Lupin como estaba previsto-sugirió Anna.

-No digas tonterías, no voy a dejar que Claudia vuelva sola. Si quieres irte, yo vuelvo contigo, claro- decidió Roberto.

-¿Estás seguro hermanito? Te he visto muy bien acompañado- repuso Claudia divertida.

-Tenía que relacionarme un poco, te recuerdo que no me has hecho ni caso en toda la noche-se defendió el chico.

-Ya, ya… la vieja excusa-repuso Claudia-En todo caso ve a despedirte mientras yo hablo con Lupin y me despido de Marianne.

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Tras el característico vértigo que producía viajar en traslador, Claudia y Roberto sintieron el impacto de sus pies contra el suelo. Estaban en el despacho del director de Hogwarts.

-Veo que ya estáis de vuelta-dijo Dumbledore recibiéndoles con una amplia sonrisa- y muy elegantes-aprovó el anciano.

-¿ya ha terminado la fiesta?-preguntó Roberto.

-Casi, pero llegáis a tiempo paraun último baile, si os dais prisa en llegar al gran comedor y si lo que queréis es bailar-especificó el anciano.

-Entonces hasta luego, ya te contamos mañana-dijo claudia mientras tomaba a su hermano y lo arrastraba del despacho.

No sabía por qué pero súbitamente una sensación de urgencia se había apoderado de la chica. Al llegar al lugar de la fiesta, pudieron comprobar que esta estaba en todo su auge. El salón estaba profusamente decorado y en los extremos había dispuestas varias mesas en las que algunos alumnos cansados o con pocas ganas de bailar charlaban tranquilamente.

Claudia paseó su mirada en busca de Harry, pero muchos de los presentes iban disfrazados o con máscaras y resultaba difícil adivinar quién podría ser. Aunque en la pista reconoció a Hermione, disfrazada de Cleopatra, que bailaba sonriente abrazada a un romano pelirrojo que obviamente era Ron Weasley.

-Roberto, tendrás que ayudarme a llegar hasta ellos-dijo la chica tomando del brazo a su hermano. No quería llamar la atención y la mejor opción era llegar hasta el centro de la pista bailando.

-Parece que esos dos han hecho por fin las paces-comentó Roberto aliviado- espero que a partir de ahora, ron no me mire con cara de mafioso.

-Hacen una bonita pareja-comentó Claudia.

-Bueno, manos a la obra -dijo Roberto tomando a su hermana por la cintura con una mano mientras con la otra cogía su mano.

-Caramba, no conocía esta faceta tuya de bailarín-alegó claudia sorprendida.

-Hay muchas cosas que no sabes de mí-contestó el chico con aire interesante.

-Muy bien, dime tu nombre y que has hecho con el otro Roberto-Bromeó Claudia sonriendo.

-Hey¿qué estás haciendo aquí, no se supone que tu mamá estaba muy enferma?-preguntó un vampiro que obviamente era Draco Malfoy.

-Ya está mucho mejor, así que al final decidí volver- contestó Claudia mientras tras una vuelta se alejaba del Slytherin, y llegaban junto a ron y Hermione.

-Hola parejita-saludó Claudia, haciendo que los Gryffindor tropezasen y Ron acabase pisando a Hermione.

-Lo siento-se disculpó el pelirrojo a la castaña- Hola-consiguió saludar a los recién llegados.

-Ya habéis vuelto-comprobó la prefecta de Gryffindor.

-Sí… ¿que tal la fiesta?-indagó Claudia.

-Oh, muy bien-contestó Hermione sonrojándose levemente.

-Mucha gente¿verdad?-comentó Roberto.

-sí, creo que han venido casi todos los estudiantes de cuarto en adelante y bueno, algunos de los menores también consiguieron colarse.

-Vuestro disfraz está muy bien-alabó Claudia.

-En realidad la idea fue de Ron-comentó Hermione-hace unos años estuvo en Egipto.

-¿Y los demás de que se han disfrazado?-se interesó Roberto.

-Pues aquellas momias de allí-dijo Ron señalando a un numeroso grupo son Ginny, Brian y algunos otros de segundo que han conseguido colarse. Algunos Ravenclaw se han disfrazado de chamanes aztecas. Cho y sus amigas se han disfrazado de veelas y muchos Slytherin vienen de vampiros. Los magos medievales y los muggles son casi todos de Hufflepuff.

-¿y Harry?-preguntó Claudia perdiendo la paciencia-y poniéndose colorada al instante al sentir que había metido la pata.

-Harry se disfrazó de... ¿muggle, muy original, en realidad creo que ni siquiera era un disfraz, aunque hace un rato que salió -comentó la prefecta.

………………...

Claudia se acercó al lago con paso inseguro, todo estaba bastante oscuro a pesar de que la luna lucía despejada.

No estaba convencida de que lo que iba a hacer era lo correcto pero después de haber hablado con Anna, entendió que quizás Harry podría aceptarla a pesar de todo.

Esperaba no encontrarle con Cho, y empezaba a pensar que iba a hacer el mayor ridículo de su vida. A cada paso que daba le parecía todo más descabellado.

Una rama crujió al pisarla y Claudia sintió que perdía pie al tropezar con otra, cayendo aparatosamente al suelo.

-Lumos-murmuró una voz a la vez que aparecía una varita iluminada a pocos centímetros de su cara deslumbrándola.

Harry miró sorprendido a la chica que yacía tumbada en el suelo, era la última persona que esperaba encontrarse merodeando por allí.

-¿Claudia?-preguntó Harry sorprendido por la extraña aparición de la chica mientras notaba cómo su pulso comenzaba a acelerarse.

-Vaya, Harry, que sorpresa encontrarte por aquí-murmuró la chica, mientras se incorporaba y sacudía las hojas que se habían enganchado en su vestido.

-¿No habías ido a ver a tu madre enferma¿está mejor?-preguntó el chico extrañado,que había oído decir eso a algunos Slytherin.

-En realidad he ido a visitar a algunos familiares, pero lo cierto es que mi madre está perfectamente.

-Ahh, me alegro-murmuró el chico confuso.

-Y tú¿no deberías estar en el baile con Cho?-preguntó la chica aliviada al no encontrar nirastro de la oriental.

-En realidad no fui con ella.

-¿por qué?-preguntó Claudia intentando disimular lo contenta que se sentía al saberlo.

-En realidad no me apetecía ir al baile, pero Ron y Hermione prácticamente me arrastraron así que no pude escapar, pero no fui con Cho.

-Entonces… ¿por qué era tu pareja?.

-No lo sé, la chica con la que quería ir me rechazó y yo supongo que yo acepté ir al baile con Cho como castigo. Pero después me di cuenta de que en realidad no quería ir con ella así que tuve que hablar ella y la verdad es que se lo tomo un poco mal...

-¿Querías castigarme siendo la pareja de ella!-preguntó Claudia ofendida.

-Bueno, tú acababas de rechazarme, ella me preguntó, y yo estaba demasiado enfadado para pensar… En todo caso a ti que más te daba con quién fuese yo si tú no ibas a ir conmigo.

-Pues sí que me importaba, ya que no ibas conmigo podías haber ido con alguien mejor que Chang-le recriminó la chica.

-¿Te importaba?-preguntó Harry notando un nudo en la garganta.

Claudia se puso instantáneamente roja, y dio gracias a la oscuridad esperando que Harry no se diese cuenta.

-Claro que me importaba-murmuró la chica avergonzada-quiero decir, que me importa- siguió mientras iba bajando la voz.

-Y… ¿Por qué te importa con quién yo vaya al baile?-preguntó Harry suavemente sin poder evitar sonreír.

-Porque sí-soltó ella eludiendo la pregunta- ¿qué más da eso?

-A mí me importa.

-Bueno, pues porque te considero mi amigo y creo que, y perdona que te lo diga, Cho Chang es una auténtica arpía-contestó claudia a la defensiva.

-Ah…-contestó Harry algo decepcionado-aunque en realidad Cho no es tan mala chica.

-Eso me da igual, no me he perdido la mitad de la fiesta para venir a discutir contigo sobre Chang- gruñó Claudia molesta al ver que el chico después de todo se atrevía a defender a la ·$&"·& de Chang.

-¿y entonces que haces aquí?-preguntó Harry.

-El idiota, así que me voy-dijo la chica girándose.

-Oye espera-dijo Harry mientras la sujetaba del brazo-Por qué te quieres ir así. Has estado evitándome toda la semana, no pensarás que ahora te voy a dejar ir tan fácilmente.

-Sabes Harry, no se trata de que quieras dejarme ir o no, yo me iré si quiero, así que ya puedes soltarme el brazo si no quieres que te eche una buena maldición.

-¿Crees que voy a dejarte escapar porque me amenaces con una maldición? No me he enfrentado a Voldemort y sus mortífagos para ahora asustarme contigo.

-¿Sabes que mi padre fue mortifago, Harry?-soltó Claudia esperando ver al chico retroceder o mirarla con rechazo.

Pero el chico no la soltó-En realidad me importa poco quién sea tu padre, no vas a convencerme sólo con eso.

Claudia miró con temor a Harry, no sabía si lo que estaba a punto de hacer era lo acertado o no, pero después de todo había vuelto para decírselo.

-Y si te digo que… soy una licántropo¿me soltarás?-preguntó con voz firme.

-¿Estás de broma? uno de los mejores amigos de mis padres es un licántropo, desde luego con eso no conseguirás asustarme, ni aunque me digas que eres un vampiro-contestó Harry acercándose a la chica sin soltar su brazo.

-Pero es que lo soy de verdad, Harry¡soy una licántropo!

Harry se detuvo un instante, como asimilando lo que la chica acababa de decirle y finalmente le soltó el brazo.

Claudia cerró los ojos sabiendo que lo había perdido para siempre.

Pero Harry no se fue, se acercó a ella y la estrechó en untierno abrazo-¿era por eso que siempre me rehuías?-preguntó en tono suave.

-Yo... no... te rehuía-dijo la chica casi conteniendo la respiración, mientras sentía cómo los brazos del chico la rodeaban- quiero decir... que yo no sabía, yo creía...

-Creo que ya te he dicho que no me importa que seas una licántropo, excepto que tendré que tener cuidado contigo cuando quedemos en las noches de luna llena...

-¿Estás invitándome a salir contigo, Harry?-preguntó Claudia sintiendo un agradable cosquilleo en el estómago.

-Pues sí-admitió el chico- pero te advierto que esta vez no voy a aceptar un no por respuesta-repuso sin poder evitar sentirse más nervioso que cuando tuvo que enfrentarse al colacuerno húngaro en el torneo de los tres magos.

Claudia se separó un poco del chico sin desacerse de su abrazo y le miró intentando grabar aquella imagen para recordarla siempre-Sí, aunque pareceremos Romeo y Julieta… un Gryffindor y una Slytherin-contestó la chica sonriendo

Harry, al oír a la chica aceptar, consiguió soltar el aire que había estado aguantando y sonrió feliz mientras levantaba a la chica del suelo haciendola girar-Al menosnosotros no tendremos que luchar contra nuestros padres por ahora-comentó haciendo alusión a la historia de Romeo y Julieta.

Ante la mención la sonrisa de claudia se congeló en su cara.

-Harry, me temo que hay algo más que no te he dicho y que quizás deberías saber, al menos por el bien de tu integridad física-contestó la chica intentando sonreír en vano.

El chico la miró preocupado por la seriedad de su tono. Un padre mortifago y una licántropo no eran noticias para tomar a la ligera, pero parecía que lo peor estaba aún por llegar.


Y hasta aquí este capítulo, que espero que os haya gustado, en todo caso, ya sabeis, pulsais el botoncillo de los reviews y me contais.

¡Por fin los consigo juntar! que trabajito les ha costado, a ver cuanto les dura... jajejijoju, nah, no os preocupeis, que no soy demasiado mala, solo un poquitillo.

Un Saludo a todos.

Sed felices.