Antes que nada, siento muchísimo haber tardado tanto, pero estuve una buena temporada sin internet.Si hasta sacaron el príncipe mestizo. No me puedo creer lo que hicieron con Snape. snif, snif.

Este capítulo es un poco corto, pero lleva así mucho, y quería demostrar que aún sigo viva.

Muchas gracias a todo/as las que dejasteis review en el capítulo anterior... hace ya tanto de aquello... jajajaja, pero sigo igual de loca.

No voy a contestaros a todos, peropara el próximo capítulo, intentaré aclarar todas vuestras dudas, porque esto se acaba, en todo caso GRACIAS a khye, catalina, Agus y Moony, Gynni84, Jeca, Andy Black Lupin, karura84, Tenshi Lain, Clawy, Kimita potter, Idril Black, vampiresa, julyss black lupin, Miaka Black, claudia, yumeragi, alatar lady of the ring.

Y ya sin más os dejo con el capítulo. Besos.

Capítulo 38: Hija de Snape

El chico la miró preocupado. Un padre mortifago y que la chica que le gustaba fuese una licántropo no eran noticias para tomar a la ligera, pero parecía que lo peor estaba aún por llegar.

-Verás, Harry, se trata de… ¿mi familia?

El chico la miró con curiosidad sin entender del todo a dónde quería llegar.

-Ya te he dicho que no me importa nada, no necesitas contarme nada.

-Yo prefiero hacerlo, pero esto no puedes decírselo a nadie. Es una promesa.

-De acuerdo-aceptó el chico.

-Verás, mi familia… como ya te he dicho mi padre era mortifago, en realidad él dice que siempre lo será, pero realmente ahora, trabaja para la orden, tu sabes…

Harry intentaba atar cabos, mortifago… en la orden del Fénix… -Creo que no lo conozco.

-En realidad, si que lo conoces-afirmó Claudia con una sonrisa nerviosa.

-¿Green?-preguntó el chico en tono dudoso.

Claudia negó con la cabeza- mi verdadero nombre no es ese, de hecho me llamo Claudia Snape.

-¿Snape!-preguntó Harry a punto de desmayarse-pero tú no puedes, es imposible, tú, tú quieres matarme, no puedes ser…-murmuraba Harry completamente pálido

-En realidad, si-admitió la chica, sin poder evitar sonreír al ver la reacción del chico-Él… es mi padre.

Harry se puso súbitamente serio y soltó a la chica de forma brusca.

-¿Harry¿Qué…

Pero el chico no parecía oírla. Una expresión de ira contenida enmascaraba su rostro-Creo que ya es suficiente. No me gusta que jueguen conmigo. ¿Te has divertido¿Ha merecido la pena?

-Pero Harry…

-Pensé que eras distinta¡Una Slytherin! Y yo un idiota-contestó el chico en tono dolido.

Claudia no entendía que era lo que estaba pasando, pero no podía ser bueno¿por qué actuaba Harry de aquel modo?

-Lummos- murmuró el chico iluminando la varita y agitándola buscando alrededor-¿dónde están los demás¿Cuál será el premio? Seguro que Malfoy se está divirtiendo mucho.

-¡Harry¿De qué estás hablando? No te entiendo.

-Yo tampoco te entiendo, pero ya he tenido suficiente por hoy-dijo el chico girándose en dirección al castillo.

Claudia se quedó paralizada, no sabía que era lo que había pasado, pero era como si la magia se hubiese esfumado de pronto. No entendía cómo de pronto todas las mariposas que antes revoloteaban en su estomago súbitamente habían caído fulminadas. Había dejado a Anna y los demás¿para qué? porque ya no estaba segura de nada. ¿Para nada? Ni hablar.

-Tú, Potter, vuelve aquí ahora mismo-exigió la chica.

Pero Harry seguía su camino hacia el castillo, obviamente furioso.

-Petrificus totalus-gritó la chica dirigiendo su varita al moreno.

Pero Harry esquivó el rayo y se volvió hacia ella.

-¿a qué demonios estás jugando?-exigió el chico.

-No me da la gana de dejarte ir sin que me hayas escuchado pedazo de …. No me he venido como una idota a buscarte para que te largues así y me dejes con la palabra en la boca- espetó al chico -y si tengo que petrificarte para que me escuches lo haré-amenazó la chica apuntándole con la varita.

-¿Hasta dónde pretendes llegar con este jueguecito?

-¿Pero de qué estás hablando?-preguntó la chica al borde de la histeria.

-Pues de ti, hija de Snape, porque sinceramente no me lo trago. ¿Cuántos hijos se supone que tiene, sólo por curiosidad? Porque cada día le salen nuevos-Preguntó Harry en tono mordaz.

-Tres-dijo la chica con una tranquilidad que en realidad no sentía.

-¿y tu eres…?

-La mediana, Severus es mi hermano mayor, gemelo, y Brian es el pequeño.

Harry pareció pensativo, Sabía que Brian era realmente el hermano de la chica-¿Ya? Entonces¿Roberto, quién es?-preguntó en tono sarcástico-Espera, Roberto es el hijo perdido, lamento informarte de que en realidad tu padre parece haber tenido algún desliz.

-Harry, es suficiente, por favor, Roberto es Severus, el también se cambió de nombre, sólo el apellido no parecía suficiente, era demasiado obvio. Roberto es mi hermano gemelo.

Harry notó como si el suelo bajo sus pies hubiese desaparecido. ¿Acaso la chica le había dicho la verdad desde el principio?

-Pero, él y tú…

-Somos hermanos, obviamente lo de que habíamos salido juntos era mentira.-Voldemort sospecha, por eso el bisabuelo creyó que era más seguro volver, cambiar los nombres, fingir que de algún modo no teníamos nada que ver unos con otros, si cazaba a alguno, al menos no nos tendría a todos.

La frialdad con que la chica hablaba de ser capturados por Voldemort hizo que Harry sintiese un escalofrío.

-Y tú sabías lo de Roberto¿cierto?-preguntó Claudia imaginando lo que en realidad había ocurrido.

-Sí, yo, no pensé que Snape tuviese más de un hijo, el hecho de tener alguno ya me resultó sorprendente, y tú y Roberto, creía que…

-Ya, creías que había organizado algún tipo de programa de cámara oculta-dedució la chica en tono sarcástico.

-Lo siento- murmuró apenado mirando hacia el suelo.

Pero Claudia se acercó a el y le miró sonriente.

-En realidad ha ido mucho mejor de lo que esperaba, pensé que saldrías huyendo después de decirte que era licántropo, has llegado hasta el final, con un poco de trabajo, es cierto, pero te prometo que ya no queda nada más, bueno… excepto que una tía abuela era la segunda al mando de Grindewald, pero se arrepintió justo a tiempo para conseguir que sus últimos seguidores aún nos persigan-murmuró la chica pensativa, ah bueno, y lo de mis visiones ya lo sabes, sí , ahora creo que no queda mucho más.

-Bueno, yo soy el chico que vivió y mi sangre corre ahora por las venas de Voldemort, si puedes aguantar eso, yo aguantaré todo lo demás, aunque sin ninguna duda lo más escabroso de tu historia es que seas hija de Snape-dijo el chico simulando un escalofrío.

-¡oye! que mi padre es muy bueno, en clases admito que no lo parece…- claudia se detuvo al ver la cara que ponía Harry ante eso-pero fuera del colegio es el mejor del mundo y además, yo soy su consentida, así que espero que consigáis llevaros bien-murmuró consciente de que aquello a priori parecía "complicado"- oye, tú siendo un bebé acabaste con Voldemort, llevarte bien con papá debería ser pan comido.

Harry se llevó una mano a la frente. ¿Llevarse bien con Snape¡Hay que joderse!

-Verás, él es un poco cabezota, pero si tú pones un poco de tu parte…

-Si pongo de mi parte, en cuanto se entere, en lugar de matarme él, me envuelve para regalo de cumpleaños para Voldie.

-No conocía yo esta faceta chistosa tuya-murmuró ella en tono irónico.

-Soy una caja llena de sorpresas.

-Pues la música ya no se oye, creo que es el momento de volver al castillo si no quieres que mi padre salga en mi busca.

-Entonces¿nos vemos mañana?

-Sí, ya hablaremos, después de todo, mañana es Domingo.

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Una tenue luz anunciaba el comienzo del día. Claudia miró hacia la pequeña ventana de la habitación, pero a pesar de ser un día bastante nublado, la chica no recordaba un día tan maravilloso. Acarició pensativa el colgante que pendía de su cuello, el colgante que Harry le había devuelto, y miró complacida hacia la mesita de noche donde, en un pequeño vaso con agua , estaba la preciosa rosa que había encontrado en su habitación al llegar. La rosa que Harry le había enviado, aún no sabía como. No podía evitar sonreír como una tonta. Pero todo era perfecto.

Tenía que darse prisa, pronto volvería a verle pensó emocionada. ¿Qué le diría, y sin saber cómo se encontró mirándose al espejo y sonriendo sin ser capaz de ponerse seria.

Cuando bajó a la sala común, esta estaba prácticamente desierta, sólo se veía algo de movimiento de los alumnos de los cursos más bajos, nadie a la vista de quinto en adelante, cosa lógica tras la fiesta del día anterior, así que la chica optó por ir a desayunar al gran comedor.

Al irse aproximando un extraño nerviosismo se apoderó de ella¿estaría él allí? Pero al entrar comprobó decepcionada que no había ni rastro del chico, quién si estaba en el salón era su padre, que la miraba con una expresión sospechosa. ¿Acaso sabría algo, porque si era así, ya podía rezar el último padrenuestro.

Se sentó dispuesta a desayunar en su sitio de costumbre. Estaba prácticamente sola en la mesa. Se sirvió un trozo de pastel de chocolate, cómo no, cuando unas risas llamaron su atención. Llegaban los primeros Gryffindors al desayuno. Brian hablaba muy animado con Ginny Weasley, y hacía un poco el tonto andando de forma extraña, mientras la chica reía. Tras ellos entraban Ron, Hermione y… Harry. Que la miró sonriente haciendo que el corazón de la chica diese un vuelco. Cuando el chico le hizo un gesto de saludo, Claudia le respondió feliz y nerviosa, al darse cuenta de que seguramente su padre la había visto. Todo lo disimuladamente que pudo se volvió para mirar a la mesa de los profesores y sintió cómo volvía a respirar al ver que su padre hablaba con su madre, al parecer no se había dado cuenta de nada. Mejor.

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Ginny, que estaba sentada junto a Brian, miraba con curiosidad al trío frente a ella.

-¿Y a vosotros tres qué es lo que os ha picado¿El desayuno tiene algún alucinógeno?

-¿Alucinógeno?-preguntó Ron extrañado.

-Sí¿a que vienen esas sonrisas de felicidad un domingo por la mañana¿Qué me he perdido?

-Pues hasta donde sé, no te has perdido nada¿es que uno no puede levantarse de buen humor?-preguntó Ron a la defensiva.

-En tu caso, hermanito el concepto de levantarse temprano de buen humor no existe, y menos si es domingo-discutió Ginny-así que desembucha.

-No tengo nada que decir, si no es en presencia de mi abogado-decidió el pelirrojo.

-¿Y tú Herm, qué me dices?-interrogó la menor de los Weasley.

Ante la pregunta, la prefecta se puso automáticamente roja-¿yo?-consiguió preguntar con la boca llena y a punto de atragantarse.

-Vale, no quiero ser la culpable de que mueras por culpa del desayuno. Veamos ¿y tú Harry?

Pero el chico no contestó. Permanecía removiendo su tazón de cereales con una mano mientras apoyaba su cabeza en la otra mirando al infinito sonriendo. No parecía oír a la pelirroja.

-¡Harry!-lo llamó pasando su mano frente a la cara del chico que pareció despertar de improviso.

-¿Eh¿qué pasa?

-¡Que Snape acaba de llamarte!-bromeó Ginny.

El chico se puso súbitamente pálido-No puede ser que ya lo sepa, cómo se ha enterado. Dios-pero al ver las risas de sus amigos se dio cuenta de que era una broma de Ginny.

-¿de qué se ha enterado Snape?-preguntó Ginny divertida.

-De nada- murmuró el chico malhumorado al darse cuenta de ser el centro de las risas.

-Buenos días-saludó Roberto al sentarse junto a Brian, con cara somnolienta.

-¡Roberto¿ya has vuelto?-preguntó el chico sorprendido.

-En realidad volví anoche, aunque parece que tú te divertías tanto que ni siquiera te diste cuenta.

-Entonces me lo tienes que contar todo-pidió el chico excitado.

Roberto, miró al pequeño, de un modo que Harry no pasó por alto.

-En realidad no hay mucho que contar, la tía de Claudia resultó no estar tan enferma-murmuró en tono aburrido.

-ah-murmuró Brian que pareció captar la indirecta.

Harry sonrió al entender la aparente complicidad entre los hermanos, sin poder evitar mirarlos ahora desde una perspectiva completamente distinta. Físicamente no se parecían demasiado y ahora resultaba más obvio, si es que eso era posible que Roberto era prácticamente un calco de su padre, mientras Brian resultaba mucho más similar a su madre. Claudia tenía alguna similitud con el pequeño, aunque en ella los rasgos predominantes eran los del profesor de pociones, admitió Harry estupefacto, al comprender que estaba enamorado de la hija de la persona que odiaba más, y al que de hecho se parecía. Desde luego si aquello tenía alguna lógica, el no la entendía, pero no podía tapar la luz del sol con las manos. Simplemente era así. La quería y todo lo demás carecía de importancia.

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Harry se dirigía acompañado por Hermione, Ron y Roberto, hacia el borde del lago en el que habían quedado con Claudia, no podía evitar sentir cierto nerviosismo, no tenía muy claro como debía actuar frente a la chica, su chica, después de todo. Ya podía verla, o al menos una parte de su uniforme de slytherin, estaba de espalda a ellos apoyada en un árbol. Sentada sobre la hierba. Al llegar frente a ella, el saludo, quedo en el aire, algo sucedía. La chica sujetaba con fuerza un extraño libro, y estaba más pálida que de lo que Harry la había visto nunca, mantenía la mirada fija en algún punto lejano y ni siquiera pareció notar que estaban frente a ella. Murmuraba palabras que para Harry no tenían mucho sentido.

Roberto fue el primero en reaccionar y se agachó junto a ella, pero cuando intentó tocarla salió despedido hacia atrás como si hubiese recibido un golpe extraordinario que lo desplazó varios metros, mientras la chica permanecía impasible, no se había movido en ella ni una sola pestaña.

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Y hasta aquí este capítulo. Lo siento, pero lleva así muchísimo tiempo, en todo caso prefiero subirlo por fin, a la espera de que la inspiración regrese.

Muchisisisisisímas gracias a los que aún estáis ahí, si es que queda alguien después de tanto tiempo, pero llevo como siete meses sin Internet y sin demasiado tiempo libre. Me casé, viajé, cambié de casa, y en fin muchas cosas, que como podréis imaginar no eran compatibles con esto, pero poco a poco volvemos a la "rutina", por llamarlo de algún modo, que me encanta esta "rutina", y por cierto , todo lo anterior ha ido muy bien.

En fin, que me despido muchos besos para todos/as los que habéis llegado hasta aquí, sed felices, y por cierto, dejadme un review, a ver si me inspiráis para el final, porque ya no queda casi nada.