Agradecimientos: A las personas que me soportan mis desvaríos, mis tardanzas y mis repentinos cambios de humor, son lo máximo, soy feliz de estar en este fandom y en cualquier otro, porque en todos he conocido gente maravillosa. Gracias sobre todo a mis cassiopeias HMS, que me inspiran aunque no esté escribiendo HOMIN, es gracias a ustedes que pude escribir este tercer capítulo
Título: ¡Mátalo!
Escrito por Hikaru Kyo de Yagami
Basado en el anime / manga de Gundam Wing
Pareja: Heero x Duo (1x2) principalmente...
Géneros: Angustia y Drama
Aclaraciones: Gundam Wing y todos sus personajes no me pertenecen (aunque quisiera), son de sus respectivos autores, pero ésta historia si me pertenece, así que por favor respetar los créditos respectivos en caso de tomarla :)
Parte 3
Pasaron 2 días y Duo no había obtenido ninguna comunicación con Sally, el ex piloto se encontraba a la expectativa, esperando aquellos archivos con información confidencial que la mujer había prometido. Así mismo, no tuvo comunicación con ninguno de los otros chicos, Wufei, Quatre y Heero tampoco entablaron comunicación con él. Por si fuera poco, aquel archivo de Trowa todavía lo mantenía preguntándose por la situación que atravesaba
-Tiene que estar relacionado con su ausencia en la reunión –meditó seriamente. Desdobló de nueva cuenta aquel archivo sustraído y lo indagó nuevamente, desde aquel día cada cierto tiempo hacía lo mismo- Tengo que hablar con alguien sobre esto
El ex piloto lo pensó seriamente, descartó enseguida a Wufei, aunque en el pasado fueron compañeros de batallas, había algo en su Yo actual que no terminaba de gustarle. Duo descartó a Quatre como segunda opción, para nadie era secreto que el rubio tenía sentimientos especiales hacia Trowa y contarle sobre aquella situación podría ponerlo nervioso o preocuparlo innecesariamente
-Heero –pensó en voz alta, dejándose caer sobre la cama, miró el techo unos momentos- No quisiera recurrir a él, pero no encuentro otra salida –meditó- Otra es tratar de contactar con Trowa directamente, estoy actuando como si él estuviera desaparecido –reaccionó Duo y luego echó a reír-.
Tomó por fin una determinación y acudió a su portátil, mandó a Heero un mensaje cifrado y casi como por arte de magia, su mensaje fue respondido al instante, aunque eso no lo sorprendió para nada, Heero era como una especie de Bot cuando de tiempo de respuesta se trataba. Duo sonrió casi forzosamente, a medida que redactaba el mensaje cifrado avanzaba su arrepentimiento por estarlo escribiendo
-Solo queda esperar su llegada –revisó la hora en su portátil- No pude rastrear su ubicación, espero no esté muy lejos de aquí –meditó a la ligera y volvió a la cama, cerró los ojos y en medio de un sinfín de cavilaciones se quedó dormido.
Al abrir los ojos, alrededor de veinte minutos después de haber dormitado, la presencia de Heero en todo su esplendor, había inundado la habitación. Su ex adversario, ex compañero, ex amante y todo lo ex que se le pudiera ocurrir, estaba ahí, causándole tan poco asombro por su repentina presencia que tardó minuto y medio para incorporarse sobre la cama
-Vaya viejo, sí que no eres cualquier cosa ¿eh? –ironizó Duo al ver a Heero con mayor detalle. El ex piloto aguardaba su despertar, posado sobre la puerta de acceso a la habitación, la única de hecho, con los brazos cruzados y mirándole detenidamente
-Deja los saludos inútiles para después, explícame eso tan importante –expresó Heero con aquella característica frialdad, propia de él, pero que para Duo resultaba tan falsa como insignificante. Sonrió
-Ya has visto el archivo, supongo – respondió rápido Duo, dando un salto fuera de la cama, el archivo que sustrajo seguía dentro de la bolsa de su pantalón, pero aunque muchos lo tacharan de idiota, Duo no tenía de tonto ni un solo cabello de aquella larga trenza- Debo darte crédito, debió ser difícil para ti rozar de alguna forma mi trasero –volvió a ironizar, ya que cayendo en cuentas, pensar que Heero palpó aquella zona para sustraer y luego meter el papel de nuevo, le resultó un tanto inquietante
-Idiota –respondió tajantemente, habría querido decirle que no solamente se limitó a la sustracción y devolución de aquel papel, pero se contuvo. Para Heero era hora de comenzar a ponerse serios, Duo lo entendió enseguida y rascó su cabeza
Con una seña de la mano, Duo indicó a Heero que podía sentarse si lo prefería, pero él permaneció en su sitio, con la espalda sobre la puerta, los brazos cruzados y la mirada fija hacia él. Duo volvió a la cama, esta vez solo se sentó, quedando lo más posible frente a Heero. Se miraron a los ojos
-Creo que Trowa está metido en algo, ese archivo puede sino ser una advertencia –explicó como si aquello fuera realmente una explicación, lo cierto es que para Heero, eso no quería decir nada en concreto
-¿Y lo que realmente crees?
-Que la señorita Po nos está mintiendo, eso me dice mi cerebro ahora, pero mi memoria se aferra a la idea de que ella nunca estaría del lado de los malos –explicó al instante
-¿Y Trowa sí? –preguntó por consiguiente, curiosamente Duo esperaba aquella pregunta, sin embargo no tenía por lo pronto una respuesta. Calló por unos momentos
-Quisiera creer que no –respondió dolido, sin embargo aquel sentimiento no era algo específico, en esos momentos no sabía qué pensar
-¿Has tenido contacto con alguien más? –Duo negó- ¿Quién además de mí ha visto aquel archivo?
-Tú y yo, y claro, la gente de Preventers, pero no sé quiénes con exactitud, lo digo porque de ahí lo he sustraído –explicó encogiéndose de hombros- ¿Debemos hablar con Quatre y Wufei al respecto?
-No –respondió al instante, sabía que tarde o temprano Duo haría una pregunta semejante
-¿Crees que Trowa tenga que ver con esas personas que tienen Gundamio cautivo?
-No –contestó rápido, por instantes Duo sintió que esa respuesta contundente y rápida tenía alguna otra razón de ser, pero aunque su cerebro quería ponerse en alerta, sus sentimientos por Heero lo retenían a pensar en cualquier locura
-¿Entonces esperamos las instrucciones de Sally? ¿Tú has recibido algo?
-Nada –contestó en tono indiferente, Duo entendió al instante y esbozó una sonrisa
-Claro, a estas alturas seguro ya robaste toda esa información –dilucidó enseguida- No sé porque Sally se tomaría la molestia de mandarte llamar si para ella no es ningún secreto que podías obtener esa información antes que cualquiera –habló para sí, pero mirando a Heero casi con orgullo
-Duo, es apremiante que no hables de esto con nadie, sobre todo con Quatre –dijo Heero de pronto, pero su tono parecía más de advertencia que de preocupación
-¿Sobre todo con él? ¿Por qué? –preguntó, escudriñando el rostro de Heero, pero este no había cambiado ni un ápice en todo momento- No eres de los que pierden el tiempo en sentimentalismos baratos, así que dudo que lo estés haciendo por nuestro buen amigo, no, tú ocultas algo grueso y no quieres compartirlo conmigo, has venido aquí solo para cerciorarte de qué tanto sé y lo que pienso hacer con esa información ¿no es cierto? –preguntó Duo luego de sacar sus conclusiones, él también era perspicaz, además detestaba que lo vieran como un ingenuo o un tonto
Se miraron en silencio en los próximos diez segundos, Duo se levantó de la cama, esbozó una falsa sonrisa y se llevó ambos brazos tras la nuca, volvió a mirar atentamente el rostro de Heero, ningún rastro que lo delatara, nada, parecía una pieza de cerámica vigilando sus movimientos
-Duo, espera la información de Sally y procede como mejor se te venga en gana, estoy seguro que a estas alturas tanto Wufei, como Quatre y Trowa, están actuando por su cuenta –dijo de pronto, aquellas palabras fueron para Duo una especie de confirmación, pero no supo exactamente de qué
-¿Cómo esperas que tome eso? Confié en ti y solo has venido a verme como un ingenuo que no sabe nada, que no entiende nada, el otro día me has dicho que confías en mi capacidad ¿Cómo debo tomar entonces esto? –preguntó desesperado, pero ya no se trataba de la misión ni de los secretos, se trataba de ellos dos
Heero lo observó fijamente, Duo estaba de pie a un escaso metro de la cama, con ambas manos sobre la cintura, esperando una respuesta. Por primera vez desde que llegó Heero, Duo pudo notar un pequeño cambio en su semblante, luego lo vio apartarse de la puerta y acercarse hasta él, siempre de frente, sin dejar de observarlo
-Duo –llegó hasta estar a escasos cuatro centímetros de su rostro, su aliento caliente, perceptiblemente más agitado de lo normal, le llegó en una ligera bocanada que le turbó los sentidos, habían pasado no sabía cuántos meses desde la última vez que lo tuvo tan cerca y ahora se sentía atrapado en un extraño frenesí que lo impulsó a cerrar sus ojos, seguro de que los labios de Heero buscarían los suyos
Pero aquello que esperaba no sucedió, a cambio de eso sintió el movimiento en el aliento de Heero, de tenerlo cerca de su rostro a sentirlo cerca de su oído, luego en su cuello. Los brazos de Heero se cerraron en torno a su espalda y sintió los alborotados cabellos junto a su cabeza, aquel era un abrazo con todas sus letras.
Lo que sintió le hizo bajar las defensas, toda su guardia exterior se relajó y por instinto llevó sus brazos también a la espalda del otro, ni siquiera le interesó preguntarse porque estaba haciendo eso, se sentía tan jodidamente bien que no hubo tiempo ni ganas de cuestionamientos, toda reflexión estaba de más, tan solo sentir así de cerca el cuerpo de Heero era suficiente para que todo ese asunto de Trowa y Preventers se fuera a la mierda
Con suave firmeza, Heero atrajo más el cuerpo de Duo hacia el suyo y aspiró el aroma de su cabello, el rastro de olor a shampoo predominaba sobre el de su sudor, aunque de cualquier forma el segundo no le molestaba en absoluto
-Heero, creo que deberías apartarte –dijo avergonzado, aquel abrazo despertaba en él lo que no quería que fuera despertado, pero como si aquella advertencia física careciera de sentido, Heero no lo soltó, sus manos, decididas al igual que él, comenzaron a masajear la espalda de Duo, haciéndolo estremecer, también recordar, los latidos de su corazón le advirtieron que aquello no terminaría bien, igual que dos años atrás
-¿Por qué nunca me permitiste tocarte? –preguntó en medio de sus caricias, susurrándole cerca de la oreja, Duo apretó los labios, no estaba convencido de que aquello tuviera respuesta, tal vez la había, pero no la conocía, hasta el momento no había intimado con nadie en toda su vida
-Detente –exclamó como respuesta, su pecho cada vez más agitado, el aire comenzaba a faltarle, aquella impotencia de no poder ir más allá volvió a hacerle sufrir, aquella contrariedad lo llevó a separarse de Heero hace dos años, ahora los estaba separando de nuevo. Porque Duo deseaba a Heero con todas sus jodidas ganas, su cuerpo respondía a los estímulos, pero cuando llegaba la hora del ansiado acto, su mente se bloqueaba y lo apartaba
Tal vez podía decir que era superficial que su ruptura se debiera a la falta de intimidad, pero no era así, una relación amorosa carente de sexo con el tiempo se va a la basura, porque el amor es aquel sentimiento que lleva a las personas a desear el sexo más que cualquier otra cosa, si no hay amor y se anhela desesperadamente el sexo entonces se puede decir que algo no funciona bien dentro de la cabeza de ese individuo, pero en el caso contrario la apología es justa. Esos eran los pensamientos de Duo, por eso no había un solo día en su vida que no se arrepintiera de que lo suyo con Heero no funcionara
Pese a todo, Heero se detuvo, él podía ser frío y muy bastardo si se lo proponía, pero jamás llevaría a alguien a hacer lo que no quisiera, o temiera hacer, al menos en el plano físico, de esa manera cuando él y Duo se separaron no hubo reproches ni resentimientos, solo aquella nube de duda, cerniéndose sobre los dos, y aquel sentimiento de tristeza de lo que nunca fue
-Perdóname –dijo Duo con toda sinceridad, pero Heero se apartó en silencio, lo vio a los ojos por última vez, como si quisiera decirle que aquella era su última oportunidad, pero Duo no la tomó, dejó que se alejara, observándolo con aquellos gélidos ojos azules
La puerta se cerró al irse Heero de ahí, el vacío silencioso que quedó dentro de la habitación envolvió a Duo, el frío se atenuó y no supo si era solo la sensación térmica al ya no sentir el tibio cuerpo de Heero abrasándole, o si era su corazón, al ver de nuevo alejado al amor de su vida
No hubo lágrimas. No, ellos no eran esa clase de amantes trágicos de las novelas adolescentes, pero en su interior, como una flama que se apaga, Duo sintió que su alma perdía de nuevo otro pedacito. Hace dos años, la última fue la vencida, Heero intentó hacerle el amor y él lo rechazó, fue la vigésima vez que lo hacía y fue suficiente para que ambos entendieran que su relación no iba a funcionar. Ahora Duo había desaprovechado quizás, la única oportunidad que le quedaba antes que alguno de los dos tuviera que decir adiós a éste mundo
Continúa en la parte 4...
Muchas gracias por leer, si quieres puedes dejar un comentario, tú, lector anónimo, serás siempre bienvenido :D. Y a quienes tienen cuenta, tampoco les cuesta xD jajaja, se aceptan insultos, a veces escribo re mal, se agradecen críticas y sugerencias. También un Beta Reader xD que ya van 2 que se olvidaron que me dijeron que sí u_u
