Disclaimer: Yugi-oh no me pertenece (sino pueden estar seguros de que ocurrirían algo más que duelos entre ciertos personajes...). Yo me limito a escribir sin animo de lucro, no gano nada con ello, solo divertirme un poco creando ciertas situaciones...

Advertencia: este fic es YAOI, es más, es NC-17, lo que quiere decir que tiene LEMON (relaciones sexuales EXPLÍCITAS entre dos hombres).

Capítulo 1¿Impredecible? No, yo creo que no.

Miel…si..eso era a lo que sabía…dulce y adictiva miel. No podía dejar de explorar esa boca, de recorrer cada rincón con mi lengua, no importaba que me estuviera quedando sin aire, yo solo quería más y más y no pararía hasta saciarme. Mis manos empiezan a recorrer, ansiosas, todo su cuerpo, ni siquiera se porqué estoy haciendo esto, o más bien porqué no puedo dejar de hacerlo, yo el Gran Seto Kaiba, que presumo de controlar todos mis actos, yo que nunca permito que me digan lo que tengo que hacer, estoy ahora a merced de un cuerpo, de unos labios, de los pequeños gemidos que golpean contra mi oído y que no me dejan pensar en otra cosa que no sea incrementarlos.

Rápidamente me deshago de su camisa, me muero por tocar esa piel tan suave, y no me hago esperar..pues lentamente, con extrema delicadeza empiezo a recorrer su torso y…¡Dios! no es posible que un ser humano posea esa suavidad, esa palidez, que por momentos me está volviendo loco, provocando que ya no solo desee tocarlo sino también besarlo, lamerlo, morderlo…perderme entre su piel, y así lo hago, haciendo que tus gemidos aumenten por momentos. Pero yo quiero más…mucho más que eso, quiero que grites mi nombre, no…no es que lo quiera..es que lo necesito, y por eso no pararé hasta lograrlo.

Ahora intento quitarte los pantalones, y una vez que lo consigo voy ascendiendo poco a poco por entre tus piernas, acariciando y besando cada nuevo pedazo de piel expuesta hasta toparme con tus boxers. Me miras, con incertidumbre, incluso con un poco de miedo, si…yo tampoco se como hemos llegado a esto, pero solo se una cosa…y es que no voy a parar, no ahora, mi mente ya no razona, es mi cuerpo el que me obliga a hacer esto ¿obliga? si…eres adictivo cachorro, me obligas a seguir con esto, me lo ordena tu mirada, tus labios húmedos entreabiertos que invitan a ser besados, tus temblorosas manos que intentan ahora deshacerse de mi camisa. Yo me dejo hacer, disfrutando de las leves pero intensas caricias que me proporcionan tus ahora expertas manos, y cuando por fin lo consigues, yo ya no puedo más y te beso desesperadamente, con pasión, casi ahogándome en el intento, juntando nuestros desnudos torsos, provocando una caricia tan placentera que hace que suelte un gran gemido, interrumpiendo por un momento el beso.

Empiezas a acariciarme perdiendo ya toda inhibición, oh!..Dios mío, nunca antes había sentido algo así, me tienes bajo tu control, soy tu esclavo, pues sería capaz incluso de matar por esas caricias. Vas bajando, recorriendo toda mi espalda, mientras inclinas la cabeza hacia atrás exponiéndome tu cuello, oferta que acepto de inmediato hundiéndome en él, marcándole como mi propiedad, provocando nuevos gemidos. Comienzas a jugar con el borde de mi pantalón, mientras que con la otra mano aprietas y masajeas una de mis nalgas, haciendo que pierda el control sobre mi mismo y empiece a bajar lentamente por tu torso de nuevo, lamiendo tus pezones ya duros por la excitación, demorándome un poco más en tu ombligo que recorro con mi lengua, dándote un anticipo para lo que sigue a continuación.

Me alejo de ti un momento para quitarme mis propios pantalones que oprimen mi ya más que excitado y doloroso miembro, para una vez terminado, quitarte la única prenda que me impide contemplarte en totalidad, y cuando lo hago, no puedo evitar recorrer con mi mirada todo tu cuerpo…todo tu hermoso cuerpo, pues es perfecto. Si pudieras verte ahora, tumbado en esta cama, con ese pelo rubio siempre revuelto, más revuelto aun de lo normal esparcido por la colcha, tus delicados rasgos ahora decorados con pequeñas gotas de sudor y coloreados de un magnífico tono rojo, la respiración entrecortada, labios rojos hinchados por los apasionados besos… ¡todo tú eres belleza!

Cojo tu miembro entre mis manos y lentamente empiezo a acariciarlo, pero me muero por probarlo, y por eso recorro toda su extensión con mi lengua. Gimes, gimes por el placer que te estoy dando, pero no es suficiente para que continúe, quiero que me supliques, que me pidas por más…

-Ahhh!...Seto…Ah!-dices a duras penas, pues casi no puedes ni hablar. Pero…un momento…acabas de llamarme Seto, y lo grave es que no me ha importado, es más, incluso me ha gustado..

-Por…por..favor..Aah!-si…por fin me suplicas, aunque no estaba seguro de poder aguantar mucho más sin comerte entero.

Entierro todo lo que puedo tu miembro en mi boca, y noto como gritas de placer y empiezas a moverte buscando un mayor contacto, noto como tus manos agarran fuerte mi pelo, obligándome a ir más rápido…está bien...te concederé lo que pides, pero a cambio tú me darás algo a mi…Separo tus piernas y empiezo a acariciar tu entrada, tu te das cuenta e intentas cerrarlas…no cachorro…eso no te dejaré hacerlo.

Rápidamente me coloco entre tus piernas, impidiéndote así cualquier movimiento, lo notas..sabes lo que viene a continuación, lo veo en tus ojos, pero en ese momento aumento la presión de mi mano sobre tu miembro, aumentando el ritmo, haciendo que te olvides por un momento de que mis dedos vuelven a jugar alrededor de tu entrada.

Con cuidado, introduzco uno de ellos y empiezo a moverlo, pero tu ni siquiera te has dado cuenta, solo sabes que estás sintiendo el mayor placer de tu vida.

-Ahh!...nn..no..-dices cuando notas que ya son dos de mis dedos los que están dentro de ti, preparándote…pero.. ¿no quieres que pare verdad?

-¿No qué?-digo suavemente en tu oído, a la vez que doy un pequeño mordisco a su lóbulo-¿Que no pare cachorro?...-susurro ahora en tus labios, que rápidamente juntas con los míos mientras rodeas mi cuello con tus brazos, profundizando el beso.

Bien…creo que lo tomaré como un si..o eso espero que sea, porque ya no aguanto más, necesito estar dentro de ti, hacerte saber que eres mío, que solo yo puedo tocarte…

Retiro mis dedos dentro de ti, provocando un débil gemido de protesta, que pronto es sustituido por uno de sorpresa cuando notas que ahora es mi miembro el que intenta entrar, pero ya no puedo hacer nada por impedirlo, he estado esperando esto demasiado tiempo como para poder detenerme.

-Re…relájate..cachorro..Aaah!-digo entrecortadamente, pues apenas puedo hablar…eres tan estrecho..tan cálido…

Cubro tu cuello de pequeños besos, tratando de que te relajes, mientras sigo intentando entrar completamente en ti.

-Aaahhhh!..-gemimos los dos al mismo tiempo cuando por fin estoy completamente dentro de ti…puedo ver las lágrimas en tus ojos y no hago ningún movimiento, esperando a que te acostumbres a la invasión…hasta eso puedes influir en mi..nunca antes me había importado lo que sintieran cualquiera de los amantes de ocasión que hasta ahora he tenido, es más, para ser sincero…es la primera vez que hago esto, todos mis anteriores encuentros solo fueron sexo rápido y esto no es ni siquiera sexo, esto es am…noo¿Qué estás diciendo Seto? Por muy distinto que sea esto, no es amor, porque para que lo sea tienes que amar a esa persona y tu no amas a Wheeler, no..de ninguna manera..¿o si?...pero soy sacado bruscamente de estos pensamientos al notar como te mueves un poco contra mi, indicándome que ya puedo continuar.

Comienzo a moverme despacio, todo lo despacio que mi excitación me permite, aumentando el ritmo poco a poco, viendo como el dolor va dando paso al placer en tus rasgos…vamos cachorro..solo pídemelo..solo suplícame por más…y entonces yo te daré más placer del que puedas imaginar…

-Ahh..aah…..ahh..-gimes con cada nueva embestida que doy, pero no es suficiente..

-Quiero…Ahh!..quiero que..ah…digas mi…mi nombre Joey..aaahh!-digo a duras penas, ya no aguantaré mucho más-¡Dilo!-ordeno a la vez que doy una profunda embestida.

-Se..AAH!...Seto..ma…más..ah…fuerte.

Si…eso era lo que quería oír, así que sin esperar más, comienzo a embestirte más fuerte, más profundo, imponiendo un ritmo salvaje, quiero que me sientas, que sepas que me perteneces, que eres mío..

-Sienteme!..ah…¿me sientes Joey?..Ahh!..dímelo!..el que…se mue..mueve..aah..dentro de tu ahh…cuerpo soy YO!-digo aumentando todavía más el ritmo, haciendo que se vuelva vertiginoso…ya no aguantaré más tiempo, pero quiero oírselo decir, lo necesito-Dilo..Ah!-me gustaría creer que es una orden, pero contra mi voluntad, a sonado a ruego.

-Sii…te..ahh…te siento..Se..Seto!-ya no solo gimes, ahora no puedes evitar gritar de placer-Ya..AAHH..ya no..aguanto..ma…AHH..más…

Yo tampoco puedo resistir más, estoy sintiendo tanto placer que creo que me volveré loco, siento que voy a explotar…

-AAAHHHH….AHH!-gritamos a la vez, mientras yo me entierro todo lo que puedo en tu interior llenándote con mi semilla y tu te corres entre nuestros vientres arqueando la espalda de placer.

Dejo caer todo mi peso sobre ti, intentando regularizar mi respiración, y al percatarme de que tú estás igual, me recuesto a tu lado dejándote espacio para que te recuperes…y me doy cuenta de que te estás quedando dormido. Trato de incorporarme, pero noto como un brazo rodea mi cintura y me recuesta de nuevo en la cama…¿qué demonios crees que estás hacien…, pero en ese momento recuestas tu cabeza sobre mi pecho, quedándote así profundamente dormido.

Me quedo petrificado ante esta acción, no se que hacer, mi mente me dice que me levante, que el que ahora duerme sobre mi pecho es mi odiado enemigo, el único capaz de hacerme frente, un simple perro callejero…pero no puedo dejar de mirar tu delicado rostro ahora con una tranquila expresión de calma, como si supieras que nada en este mundo puede dañarte, sin darte cuenta de que estás al lado de la única persona que en verdad puede hacerlo…pero estoy tan cansado para hacer algo...ni siquiera se como reaccionarás mañana..y además tampoco se está nada mal así ¿no, me cuestiono a la vez que inconscientemente te rodeo con mi brazo acercándote más a mi, y me quedo dormido.

……………………………………………………………...A la mañana siguiente.

Me encontraba en mi oficina de Kaiba Corp, había salido nada más despertarme, encontrándome abrazado a ese estúpido de Wheeler, ni siquiera había ido a la cocina a desayunar, lo único que necesitaba era alejarme lo más posible de allí. ¿Cómo es posible que hayas hecho eso Seto¿cómo, era la pregunta que no dejaba de atormentarme, has caído lo más bajo que podías caer con esa acción¿por qué lo hiciste?...fue solo sexo, sí, una mera diversión…¡No! Tu sabes que no lo fue..¡maldita sea! sí que lo fue¿qué sino?...pero sabes que eso tampoco es una excusa..si solo era diversión¿por qué no te buscaste a otro¿tenía que ser el idiota de Wheeler?...era el único que estaba en ese momento…¡Dios¿Qué te está pasando Kaiba¿ya ni siquiera sabes pensar? Pasaste la mejor noche de tu vida con la persona a la que más odias y ¿dices que solo por diversión?...Sí! fue solo por eso..y por venganza, sí, porque esa noche no se volverá a repetir y haré daño a Wheeler, lo haré sufrir como jamás pensó que podría sufrir, para él será una autentica humillación, usado y tirado por su peor enemigo……pero ¿y si para él también fue solo un juego, de repente note como si me costara trabajo respirar…No! para él significó algo, lo noté, lo sé..aún así no se me quitaba ese pequeño nudo en la garganta¿por qué, maldita sea? esto no me puede estar pasando a mí, al Gran Seto Kaiba, ya ni siquiera puedo concentrarme en mi trabajo, tengo que dejar de pensar en él, no se lo merece¡nadie se lo merece! y menos ese perro..Pero contra mi voluntad, no solo no dejé de pensar en él sino que además mi mente se empeñó en hacerme recordar cómo sucedió todo….

Flash Back…

Todo parecía indicar que hoy iba a ser un día tan aburrido como cualquier otro en el instituto: el tonto de Yugi y su estúpida sonrisa saludándome al entrar y dirigiéndose hacia sus igual de tontos amigos después de que yo le ignorara como siempre sin ni siquiera levantar la vista de mi laptop, la profesora entrando en clase mientras suena el timbre y, justo a continuación el ruido de pasos corriendo a toda prisa y el sonido de la puerta al abrirse acompañados de una irregular respiración.

-Como siempre, llega tarde señor Wheeler¿lo hace para no perder costumbre, si sigue así no tendré más remedio que informar de sus retrasos.

-Lo..lo siento señorita, no se volverá a repetir, se lo prometo-dice recuperándose poco a poco de la carrera¿cómo es posible que siempre llegue tarde, claro que tratándose de un perro como él..

-Eso espero señor Wheeler, y ahora siéntese. Bien hoy antes de empezar las clases, haremos algo distinto. En vista de que en anteriores trabajos siempre ha habido discusiones con las parejas, he decidido hacerlas yo misma, o por lo menos en parte. Aquí tengo una caja con los nombres de la mitad de ustedes, la otra mitad se irá levantando según yo les llame y sacarán un papel al azar. La persona que les haya tocado será su compañera/o para realizar el trabajo. Veo por sus caras que están deseando empezar así que…señorita Gardner usted será la primera.

-A ver…Oh! Que bien, ya creí que me iba a tocar con un desconocido..jajaj Yugi me ha tocado contigo O

-Bien, puedes sentarte Tea, ahora es el turno del señor Taylor.

-Espero tener suerte…¬¬u...Bueeeno no era quien me esperaba pero tampoco está tan mal.

-¿A quien te ha tocado Tristan?-pregunta un divertido Joey.

-A Duke Deblin, por lo menos espero que ser su pareja me de un notable, jeje.

-Eso será si haces algo imbécil-contraataca Duke.

-Pues si forman una pareja muy linda-no puede evitar decir Joey, disfrutando de la situación de sus dos amigos.

-Basta señor Wheeler, usted será el siguiente.

-Está bien, allá voy…dame suerte, dame suerte…..¿QUÉ¡No puede ser, hay un error señorita, yo no puedo tener esta pareja, es imposible que…

-Vamos señor Wheeler no creo que sea para tanto, venga díganos quien será su compañero.

-Pe..pero señorita, de verdad que no…

-Sólo dígalo, y no nos haga perder el tiempo.

-Vale pero yo no me hago responsable…puff..allá voy..mi compañero es..-intentaba decir un más que nervioso Joey que de repente alzó la mirada fijándola en mí. ¿Por qué ese idiota se fija en mí, no..no puede ser lo que estoy pensando…

-…Seto Kaiba-terminó de decir Joey sin apartar su mirada de mis ojos ahora abiertos por la sorpresa.

-¡QUÉ?-ahora fui yo el que gritó, no podía ser que la profesora pretendiera que desperdiciara mi talento e inteligencia con un imbécil como ese- ¿Pretende hacerme trabajar al lado de ese..ese perro estúpido que casi no sabe ni leer..?

-Oh! Claro¿cómo va a compartir el Gran Todopoderoso Señor del Universo y multimillonario Kaiba su poderosa inteligencia con un ser inferior a su talento¡¡vamos Kaiba, a mi esto me hace tan poca gracia como a ti idiota!-dijo un muy ofendido Joey, desafiándome como siempre, haciéndome perder la poca paciencia que me quedaba.

-No trabajaré con…

-Sí que lo hará señor Kaiba. Y no toleraré más discusiones en clase. Ahora señor Wheeler vuelva a su sitio inmediatamente, el siguiente en salir será…

No era posible que tuviera tan mala suerte¿cómo se suponía que iba a arreglármelas trabajando con él? Si no nos aguantábamos, solo con mirarle ya me entraba ese odio que recorría toda mi piel y que me llevaba a burlarme de él, provocando así una más que conocida y habitual pelea, porque él era el único capaz de hacerme frente, el único que se atrevía a insultarme, lo que hacía que mi odio hacia él incrementara. Y ahora, por culpa de un estúpido juego, no solo tenía que aguantar su presencia en clase, sino que tendría que trabajar con él. Es verdad que mi inteligencia superaba con creces a todos los de la clase, pero prefería que me hubiera tocado con cualquiera antes que con él.

Me pasé el resto de las clases maldiciendo mi suerte sin prestar atención a nada ni a nadie. Cuando por fin acabaron, me dirigí hacia mi limusina que como siempre, me esperaba a la entrada de la escuela. Pero mientras iba caminando, me topé con el ridículo círculo de amigos de Yugi, que trataban de consolar a un decaído Joey…

-Vamos amigo, piensa que podría haber sido peor..-dijo no muy convencido de sus palabras Tristan.

-¿A sí, pues no me puedo ni imaginar que es peor que esto-argumentaba Joey abatido-tendré que soportar sus continuas humillaciones, de verdad que no sé cómo vamos a poder trabajar juntos si ni siquiera soportamos estar en una misma sala. ¿Por qué estas cosas me pasan solo a mí?

-Ya verás como no es para tanto..igual así dejan de pelear-dijo Yugi con su tonta sonrisa en la boca, pero que no duró mucho al ver la cara de escepticismo de Joey-…bueno quizá no..

-Piensa que si estáis en su mansión, siempre que te cabree demasiado, puedes romper una de las muchas cosas valiosas que tendrá-todos miraron sorprendidos a Tea, esa chica no parecía tan modosita como aparentaba ser, pero aún así hizo sonreír a todos.

-Si, creo que eso será lo único bueno de todo esto…-comenzó a decir Joey.

-Yo que tu, perro, ni lo intentaría. Esas cosas valen más que tú, y te costaría mucho pagarlas…claro que me darías pena y seguro que te perdonaría, después de todo ni siquiera puedes pagar esa chabola que tienes por casa…

-¡Cállate Kaiba! -Joey estaba ahora de pie mirándome con ira en sus ojos- ni creas que voy a pisar tu mansión, antes prefiero trabajar en un descampado bajo la lluvia que pisar algo tuyo.

-No creo que te costara trabajar en un sitio así, de todas maneras sería propio de un perro sarnoso como tú -me encantaba provocarle, y frases como esa siempre tenían como final a un furioso Joey sujetado por sus amigos para evitar que se abalanzara sobre mi -pero como este trabajo también me incluye a mi, lo haremos en mi mansión, con los medios suficientes para hacer un trabajo brillante digno de mi inteligencia. Así que te espero esta tarde a las 5, y procura no retrasarte, aunque dudo que lo logres.

-Serás cabr…, he dicho que no voy y no iré¿por qué tiene que ser en tu casa?

-Vamos Wheeler, no creerás que lo haremos en la tuya ¿verdad? -dije dando por terminada la discusión, si iba a trabajar con ese perro, lo haría a mi manera y no toleraría ni una pega. Mientras caminaba hacia la limusina pude oír los insultos de un muy enfadado Joey, que ya se habría abalanzado sobre mi sino fuera porque estaba sujetado por sus amigos.

………………………………………………………………….. Ese día a las 17:00

Estaba en mi escritorio repasando los últimos informes que pedí de la empresa, llevaba toda la tarde enfrente del ordenador, pero ya estaba tan acostumbrado que apenas notaba el cansancio de mi cuerpo al estar tanto tiempo en una misma posición. Era necesario para sacar a delante Kaiba Corp, si yo no lo hacía, esa panda de buitres que se hacían llamar mis consejeros, llevarían mi empresa a la ruina no sin antes haber conseguido robarme el dinero suficiente como para no tener que volver a trabajar en su vida.

Estaba tan sumergido en mi trabajo que no me di cuenta de que alguien había entrado en mi cuarto y se había colocado detrás de mi. No lo noté hasta que sentí un cálido aliento en mi cuello y me invadió un suave perfume, provocando que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, que rápidamente se puso tenso al escuchar su voz y darme cuenta de quien era.

-Vaya Kaiba, pues si que eres rico -dijo Joey en mi oído, provocándome un estremecimiento involuntario, mirando la pantalla de mi laptop que ahora mostraba parte de los beneficios obtenidos el último mes.- Ya me gustaría tener a mi tan solo una pequeña parte de eso…solucionaría muchas cosas… -susurró pensativo Joey más para si mismo que para mí.

-¿Qué demonios haces aquí Wheeler¿cómo has conseguido entrar? -dije molesto por su presencia no solo en mi casa sino en mi habitación.

-¿Qué¿acaso tu gran cerebro no se acuerda de que tenemos trabajo por hacer? -respondió sorprendido Joey- fue Mokuba el que me dejó pasar, dijo que no te había visto desde la comida y que como no sabía donde estabas que te esperara en tu habitación.

-¿Y no te enseñaron que hay que llamar antes de entrar? Ah! no, que los perros como tu no reciben educación -estaba molesto porque me hubiera pillado desprevenido, ni siquiera me acordaba de que había quedado con él para hacer el maldito trabajo.

-¡Claro que lo hice idiota, solo que el "señor" debía de estar demasiado ocupado como para preocuparse de otra cosa que no fuera él, así que decidí entrar por mi cuenta. ¡Y NO me llames perro! -terminó de decir acaloradamente Joey, no habíamos hecho más que empezar y ya estábamos discutiendo.

-Uhm…bueno basta de discusiones, no tengo tiempo para perderlo hablando con perros que no saben…

-¡Que no me llames eso! -me interrumpió ahora enfadado Joey, mirándome directamente a los ojos. Se produjo un incómodo silencio que fue roto por un Joey que trataba de relajarse.

-¿Empezamos¿o tienes algo más que decir? -me irritaba su tono de voz, pero si no me controlaba probablemente no acabaríamos el trabajo nunca, y me aterraba la idea de pasar más tiempo con ese estúpido que se creía alguien que en realidad no era.

-Bien Wheeler, tú te encargarás de buscar la información en la biblioteca y yo buscaré lo que pueda en el ordenador, luego nos reuniremos para ordenar la información y después yo me encargaré de pasarlo a ordenador. -dije tal y como acostumbraba a dar las órdenes en la empresa, sin esperar ninguna pega- Según mis cálculos, si todo sale bien, este trabajo no debería llevarnos más de una semana.

-¿Una semana aguantando tu presencia¿y no podíamos hacerlo más rápido?- le dediqué una fría mirada¿cómo se atrevía ese tonto, si alguien tenía derecho a quejarse de la presencia de alguien ese era yo.

-No Wheeler -dije fríamente- Si vas a trabajar conmigo, harás lo que yo diga- ahora fue él el que me lanzó un fría mirada- Puede que tú te conformes con un suficiente, pero yo exijo un sobresaliente.

-¿Voy a poder hacer algo en el trabajo, -preguntó con ira contenida Joey- ¿o solo figurará mi nombre cuando esté terminado?

-Eso dependerá de cómo lo hagas, pero tranquilo, -dije acercándome a él hasta estar a pocos centímetros de su cuerpo- porque yo no hago nada gratis…

-¿A qué te refieres? -preguntó incómodo Joey, dando un paso hacia atrás pero sin apartar su mirada de la mía.

-A que más te vale hacer algo útil si quieres que tu nombre figure en el trabajo -dije acortando de nuevo la distancia entre los dos- Por supuesto que puedo hacerlo yo solo, pero como ya he dicho antes…yo no regalo nada a nadie, y menos a ti. Así que si pretendes figurar en el trabajo, o colaboras aportando información, o tendrás que darme algo a cambio para que te regale el trabajo sin hacer nada, y créeme -dije inclinándome hasta su oído, aspirando el dulce perfume que desprendía-…yo no me conformo con cualquier cosa…

Podía notar su acelerada respiración golpeando contra mi oído¿qué estaba pensando ese idiota, fuera lo que fuera, parecía que había surtido el efecto que quería así que decidí que ya era hora de terminar.

-Espero que te haya quedado claro Wheeler -dije apartándome de él, no sin cierta reticencia que no logré entender pero que no di importancia- Hoy no hay nada con lo que trabajar así que te espero mañana a la misma hora -terminé de decir mientras me volvía a sentar enfrente de mi laptop, pero me di cuenta de que todavía seguía en el mismo sitio, sumergido en sus propios pensamientos- Wheeler….¡Wheeler!..

-¿Eh?...¿has dicho algo? -respondió después de salir de sus pensamientos.

-¿No has escuchado nada de lo que te he dicho? -dije molesto, no soporto tener que repetir las cosas, pero sus ojos mostraban incertidumbre así que tuve que resignarme a repetírselo.- Acabo de decirte que como ya no hay nada que hacer, que nos vemos mañana a la misma hora. Espero que vayas a la biblioteca y traigas buena información, no me gustaría retrasarme más de la imprescindible con esto.-dije dando por terminada la conversación.

-Sí..claro, nos vemos mañana entonces -dijo Joey saliendo rápidamente de la habitación. ¿Qué demonios le pasaba al perro?

…………………………………………………………… Al día siguiente.

-Ah, estás aquí hermano…no deberías trabajar tanto, no tienes buen aspecto-dijo Mokuba entrando en mi despacho.

-Hola Mokuba, sabes de sobra que si yo no lo hago, nadie lo hará por mí…pero dime ¿qué haces aquí?-dije feliz por poder tomarme un descanso, y estar un rato con él, hacía bastante que no le dedicaba todo el tiempo que me gustaría.

-Joey te está esperando en tu habitación-¡maldición, ese estúpido otra vez, de nuevo se me había olvidado que había quedado con él ¿es que no puedo tener ni siquiera un minuto de paz?...parece ser que no…

-Bien, gracias Moki, enseguida voy-termino de decir mientras cierro mi laptop.

-Vale hermano…y…procura tratarlo bien-dijo Mokuba con una sonrisa dibujada en la cara, de sobra sabe como nos llevábamos Wheeler y yo, pero ese perro es amigo suyo, y nunca vio bien como lo trataba. ¿Acaso sabía él lo que tenía que soportar?

-Ugm…-gruño como única respuesta.

Doy un gran suspiro y me dirijo hacia mi habitación para encontrarme con la persona que menos me apetece ver en este momento, bueno en realidad nunca me apetece verlo, pero es que además lo tengo que aguantar durante unas horas…¡Dios! dame paciencia.

Bien, ya estoy aquí. Me dispongo a abrir la puerta, no sin antes preguntarme porqué me tenía que pasar eso a mi. Sólo la abro un poco, lo suficiente para ver a Joey curioseando por toda mi habitación sin darse cuenta de que lo estoy observando. ¿Qué demonios está haciendo, esto es lo último que puedo soportar, primero en mi casa, luego en mi habitación¿y encima tiene que invadir mi intimidad, no…eso no se lo permito.

Me dispongo a decirle algo cuando de repente para de hacer lo que está haciendo, y empieza a quitarse el polo, dejando al desnudo por un momento un trozo de piel de su abdomen. Es sólo uno segundo, lo que tarda en colocarse la camiseta, pero en ese segundo he sentido unas ganas enormes de tocar su piel. Cierro la boca, pues en este momento se me ha olvidado lo que le iba a decir, nunca antes había sentido un deseo tan fuerte, y ¡sólo durante un segundo, pero en ese instante, Joey gira y me descubre apoyado en la puerta.

-Ah!...ho..hola Kaiba, no sabía que estabas ahí-dice sorprendido un momento por no haberme visto, sacándome de mis pensamientos bruscamente.

-….¿Empezamos?-es lo único que se me ocurre decir cuando me doy cuenta de lo que acaba de ocurrir. Debe de haber sido el cansancio por tanto trabajo, de veras que tengo que plantearme descansar un poco, no me gustaría que me volviera a pasar algo así. Seguro que lo he confundido con alguien, sí, eso tiene que haber sido. Por un momento me olvidé de que la persona que estaba delante de mi era el estúpido de siempre, la persona más impulsiva de todas las que conozco, mi enemigo más directo…

-¿Te pasa algo Kaiba?-dice Joey mirándome preocupado.

-¿Y que es lo que me tiene que pasar perro?-ya no queda ni un rastro de lo acontecido anteriormente, ahora solo está el odio permanente de siempre.

-No, es que desde que has entrado no has dejado de mirarme de forma extraña, y ni siquiera me has insultado¿de verdad que no le ocurre algo a tu superdotada cabeza¿o es que el niño rico se…

-¿Has traído algo?-interrumpí. Ya me estaba empezando a cansar de oír su voz.

-Me he pasado por la biblioteca y he encontrado un par de cosas interesantes que creo que servirán-dijo inesperadamente serio Joey, después de todo parecía que se iba a tomar en serio el trabajo.

-Eso habrá que verlo¿no hay a la entrada de la biblioteca un cartel donde pone "prohibido perros"?-dije enarcando una ceja con escepticismo.

-¡Cállate Kaiba!-exclamó Joey con rabia.

Como me gustaba provocar a Joey, me encantaba hacerle rabiar, creo que eran los únicos momentos del día en que me divertía de verdad.

Así fue pasando la tarde, al final conseguimos parar de insultarnos y comenzar a trabajar, he de decir que me esperaba que ese inútil no supiera hacer nada, pero resultó que no era tan tonto como pensaba, trajo muy buena información, y conseguimos ponernos de acuerdo en como ordenarla con la mía sin discutir mucho, claro que no duró demasiado…

-Yo creo que eso no debería ir ahí-opinó Joey.

-Claro que debe ir ahí Wheeler-estaba seguro de que poner eso nos daría puntos en el trabajo.

-Vamos Kaiba¿cómo vas a poner eso?

-Porque es imprescindible, y queda muy bien como presentación-ya me había medio acostumbrado a tener que dar explicaciones de todo a Joey.

-¿Y eso quien lo dice?-dijo enfrentándose a mi Joey.

-Yo, Wheeler, yo lo digo, así que deja de marearme y haz algo útil-terminé de decir mientras procedía a pasarlo a ordenador.

-Pues a mi no me parece que quede bien-insistió Joey.

-Pero a mi sí, y por eso lo vamos a poner.

-¿Es que mi opinión no cuenta¿vamos a hacer siempre lo que tu quieras, ya hemos puesto algo antes que yo no quería solo porque tu si, y volverlo hacer no me parece justo-argumentó Joey acabando con mi paciencia.

-Me da igual lo que te parezca, esto es importante y se pondrá porque yo quiero-dije dando por terminada la discusión.

-¡Ni lo pienses!-dijo mientras me quitaba la hoja de la mano pillándome por sorpresa.

-Wheeler…

-Ya está, esta vez haremos lo que yo quiera.-dijo decidido, mirándome confiado.

-Estás agotando mi paciencia…-dije cerrando los ojos intentando contenerme.

-Vamos¿el gatito se está enfadando?-argumentó Joey mirándome divertido

-Dámelo ahora mismo.-ya no aguantaría mucho más con esta tontería.

-¿Eso es una orden, los gatitos no dan órdenes-se acabó, mi paciencia tenía un límite y ese estúpido ya lo había traspasado hace rato.

-He dicho que me lo des ahora mismo perro, si yo digo que se pone, se pone, y ni tu ni nadie va ha impedirlo-dije levantándome de la silla.

-Jeje¿y cómo vas a hacerlo, soy yo el que tiene la hoja-ese tonto se estaba divirtiendo con esto.

-No por mucho tiempo perro-dije tratando de quitársela de la mano, pero justo cuando ya creía que la tenía se levantó y se la colocó detrás de la espalda.

-No, no gatito¿te crees que soy tan tonto, antes la romperé que dejar que me la quites-dijo caminando hacia atrás, tratando de alejarse de mi.

-No vuelvas a llamarme eso perro…o lo lamentarás de veras. ¿Quieres jugar?..-pregunté acercándome a él-…¡pues jugaremos!

-Si te acercas más lo romperé-dijo Joey intentando poner la máxima distancia entre los dos.

-¡No lo harás!-exclamé mientras le daba alcance y le cogía del brazo.

-¡Ah, suéltame Kaiba.-dijo tratando de soltarse, pero yo le tenía bien agarrado.

-Cuando me des la hoja.

-Eso no lo haré nunca…gatito-dijo Joey con una sonrisa irónica en la cara.

-Sí que lo harás-ahora fui yo el que sonrió, cuando con movimiento rápido rodeé su cintura con mi brazo atrayéndole hacia mí, para así poder inmovilizarlo, mientras que con la otra mano intentaba coger la hoja.

-Ya te tengo perro…-parecía que mi plan había dado resultado, al no poder moverse bien, conseguir la hoja era cosa de segundos.

-Ni lo sue..sueñes …gatito-pronunció Joey con esa estúpida sonrisa en la boca. Me estaba cansando, así que decidí terminar con la bobada. Le di un fuerte empujón que hizo que chocara contra la pared.

-¡Aah!...-se quejó Joey, la verdad es que había sido un buen golpe. Pero antes de que pudiera reaccionar, reduje la distancia entre los dos, aprisionando su cuerpo contra la pared y sujetando la mano de la hoja por encima de su cabeza para poder cogerla bien.

-Vaya, vaya…¿el gatito a acorralado al perro?-susurré en su oído. Estaba tan cerca de su cuerpo que pude sentir como se estremecía.

-Déjame Kaiba…vamos¡suéltame!-dijo tratando inútilmente de separar su cuerpo del mío, pero yo ya me había encargado de que eso no sucediera. Joey no tenía escapatoria, estaba totalmente a mi disposición. Podía notar su acelerado pulso golpeando su pecho, sentir su aliento muy cercano al mío, sus mejillas teñidas de un suave color rojizo, su estilizado cuerpo pegado al mío…en verdad se veía adorable, y lo mejor de todo es que en ese momento era todo mío, podía hacer cualquier cosa con él, y el sólo hecho de pensarlo me estaba excitando sobremanera.

-¿Y que pasa si no quiero hacerlo?-volví a susurrar cerca de su oído, provocando que se estremeciera de nuevo. Comenzó a forcejear otra vez, consiguiendo que apretara todavía más si era posible mi cuerpo contra el suyo. Joey sería mío, quisiera él o no…

Se veía tan frágil en ese momento…había renunciado ya a todo esfuerzo por separarse de mi, pues había comprendido que no podía competir con mi fuerza, y ahora me miraba desconcertado, podría decir incluso con un poco de temor.

Ninguno de los dos hablaba, solo nos mirábamos a los ojos. Su aliento golpeaba contra mi boca, provocando que me entraran unas ganas enormes de besarle que él debió de notar, porque justo en el momento en que me disponía a realizar mi deseo, privado de toda razón, giró la cara hacía un lado, impidiéndome así cualquier acción.

-¿Qué…qué haces Kaiba?-preguntó desconcertado Joey sin atreverse a mirarme a los ojos.

Esa pregunta hizo que regresara a la realidad y me diera cuenta de la situación. Verme pegado al cuerpo de Joey fue como si alguien me hubiera dado un fuerte puñetazo en el estómago. Rápidamente me invadió un torbellino de sensaciones contradictorias entre si. ¿Por qué había sentido eso, no me lo explicaba, pero lo peor de todo fue cuando me di cuenta de lo que pensaba hacer con Joey.

Poco a poco fui retirándome de él, parte de mi se negaba a hacerlo, pero otra parte se preguntaba constantemente qué demonios era lo que me había llevado a comportarme de ese modo con alguien a quien despreciaba.

-Será mejor que me vaya…-dijo Joey después de verse libre de la presión de mi cuerpo, hablaba deprisa, sin mirarme a los ojos-ponlo si quieres en el trabajo, de todas formas ganaste el juego…-continuó mientras recogía todas sus cosas deprisa y se dirigía hacia la puerta.

-….es..espera Wheeler..esto..esto no es lo que pare..ce... -dije antes de que se marchara. Él solo se giró y me miró un instante, para desaparecer al momento.

Después de que esto sucediera, conseguí convencerme de que mi odio por Wheeler seguía siendo el mismo, o incluso se había incrementado tras el fatídico accidente, aunque no conseguía responder a la pregunta de qué me había llevado a hacer eso y porqué me había dejado llevar de esa forma, exponiendo mis sentimientos de manera bastante clara a un ser tan inferior como ese perro.

Aunque los días siguientes resultaron ser un poco tensos, poco a poco se nos fue olvidando lo que había pasado, e incluso hubo días en los que prácticamente no discutimos. Casi me había acostumbrado a tener que trabajar con él, y ahora no me costaba tanto convencerle de poner algo que yo quería, ya que desde lo ocurrido anteriormente, Joey parecía temer que pudiera ocurrir de nuevo.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&CONTINUARÁ&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Bueno...solo decir en mi defensa que es la primera vez que escribo un fic, en realidad es la primera vez que escribo algo..jeje...así que no sean muy duros conmigo. Quizá se pregunten porqué elegí hacer un fic de Yugi-oh, y en concreto con esta pareja...La respuesta es muy sencilla, simplemente porque desde la primera vez que leí un fic de Yugi-oh sobre esta pareja (y créanme que me costó trabajo decidirme a leer algo SetoxJoey), me encanta, la adoro, es una de mis parejas favoritas.

Para terminar, contarles que este fic pretendía ser un One-shot, pero se alargó más de lo previsto según lo iba escribiendo. Aun así esta historia solo tendrá dos capítulos, laargosss, pero solo dos, así que en el próximo capítulo...el desenlace...

Tanto si les ha gustado como si no, déjenme sus comentarios, please...