Capítulo 10
La Playa
Yuki abrió su cerveza, esta escupió unas gotitas sobre el pecho casi desnudo del escritor, que tenía su camisa desabotonada. Bebió del pico de la lata, con descaro, dejando que una gota recorre su boca, su cuello, hasta desaparecer en su pecho, evaporada por el sol.
Los ojos de Shuichi, que estaba sentado en la otra punta del sillón, ubicado en el patio de la casa, siguió el recorrido de la gota.
Yuki dejó escapar un suspiro de alivio, al refrescar su sed y se relajó más sobre el sillón. La boca de Shuichi se entre abrió, mientras sus labios latían. Estaba como en transe.
-Shuichi- Fujisaki lo llamó desde atrás, dándoles un sobresalto al cantante y al escritor- ¿Cuantas veces te tengo que decir que seas más ordenado!
Bien... Fujisaki lo estaba sermoneando... pero fué algo bueno. "Sólo será una semana", pensaba una y otra vez Shuichi para sí mismo. El chico pensó que lo peor sería tener que cuidarse de que Yuki intentase algo con él... pero lamentablemente... si todo seguía así, la cosa sería al revés o tendrían que apagar un gran incendio rosado o.O.
-De acuerdo...- lloriqueó el chico y fué a su cuarto. Todas sus maletas estaban abiertas y con sus contenidos esparcidos.
-¿Cómo puedes encontrar algo ahí!
-Es que si lo ordeno, no puedo encontrar nada.
-No, no, no... que desorden, que desorden- Touma pasó por la puerta.
-Eh...?- Fujisaki y Shuichi se miraron extrañados... Touma había estado muy extraño, últimamente.
-Qué pasa?- finalmente, el hombre vuelve sobre sus pasos y entra al cuarto- No les da vergüenza...? Definitivamente, tres hombres en un cuarto, es mala idea.
-Qué se valla Fujisaki- reclama Shuichi.
-Ey!
-No, Hiro no es muy ordenado que digamos. Fujisaki mantendrá las cosas de Hiro bien ordenadas... Pero tú, Shuichi... necesitas alguien más rígido. Sígueme.
Shuichi levanta todas sus cosas. Touma lo lleva hasta un cuarto y le muestra una cama doble.
-Sí!- el chico, salta sobre la cama- Toda para mí.
-Mika y yo no podemos estar en este cuarto... es muy caluroso... le da el sol todo el día. Así que se los dejamos- se va.
Shuichi disfruta de su doble cama, un buen tiempo. Salta y salta hasta cansarse.
-Qué haces?- aquella voz paraliza al chico. Yuki está parado frente a la cama, mirándolo de mala gana- Sal de mi cama... no quiero terminar durmiendo en un sillón.
-No es tuya! Es mía!
-Es mía!- Yuki señala un bolso celeste, tirado en un costado.
Shuichi se quedó mirando al escritor anonado. Sus ojos se llenaron de lágrimas... no entendía porque... pero ellas ahí estaban. El chico salió del cuarto en silencio.
No era justo... ¿Por qué no le dejaban olvidarlo en paz?
Por la tarde, fueron a la playa. Todos usaron mayas tipo boxer y Mika una entera... pero Yuki no... Yuki usó una pequeñita, negra... descarado.
Shuichi tenía que hacer un gran esfuerzo para no mirar... pero finalmente se cansó y corrió a su cuarto y robó una maya a Yuki, se la puso y se reencontró con el grupo.
-No es mía?- notó Yuki, quien ya estaba tirado al sol, con anteojos negros y bebiendo una cerveza.
-Si, y qué?- esquivó cualquier sospecha y siguió camino con Hiro y Fujisaki hasta la playa. Yuki no se quejó más... esa mayita le quedaba bien.
El agua estaba algo fría.
-Tengan cuidado- pidió Fujisaki-, el agua es peligrosa.
Los tres siguieron hundiéndose en lo más profundo. Pero el pobre Fujisaki, que era el más bajo, apenas podía mantenerse de pié.
-Ola!- grita Shuichi histérico y se sumerge, Hiro lo imita... pero el más joven termina revolcado por la ola.
Yuki se aburre de tomar sol y decide mojarse un poco. Moja sus pies, cuando la marea arrastra un montón de algas... Yuki lo patea un poco, al notar que se mueve... Entonces descubre a Fujisaki bajo las plantas marinas.
El escritor sigue camino y alcanza a los otros dos.
-Molesto?
Shuichi y Hiro lo mirar confusos, pero niegan con la cabeza.
-Qué tiene de divertido el mar?
-Ola!- responde Shuichi... y luego, Yuki desaparece bajo el agua. De inmediato logra salir, agitado.
-Cuidado- le avisa tarde, Hiro.
-Mejor vuelvo a la arena...- gruñe... pero otra ola lo envuelve.
Yuki vuelve a la tierra, como puede.
-Estás bien?- escucha que Shuichi le grita desde el mar.
Entonces una malvada idea recorre la mente de Yuki y se deja caer, como desmayado. Escucha los desesperados gritos de Shuichi y Hiro y de inmediato, alguien lo alza.
-Yuki, Yuki... no te mueras- exageraba el chico.
Cuando sintió los labios del chico, sobre los suyos. Pero al abrir los ojos, no se encontró con un hermoso color violáceo... sino, un opaco marrón.
-Estás mejor?- una voz gruesa de hombre, le hizo saber que no era Shuichi.
El salvavidas, un hombre ya mayor, pero musculoso, era quien le había dado respiración de boca en boca. El escritor se paró de inmediato.
Ya furioso, se dejó caer sobre su lona. Los ojos de Shuichi se clavaron en el pecho del escritor... sin dudarlo... fué hasta Yuki y se sentó de rodillas, frente a este.
-Hola- dijo como si nada.
-Qué tal?- el escritor se dejó caer hacia atrás.
Shuichi se le recostó encima, estaba hipnotizado. Comenzó a besarle el pecho... era tan sabroso.
-Shuichi... Shuichi!- le gritó Hiro, despertando al chico de su sueño- Qué pasa?
Ya salido de su transe... siguió mirando a Yuki... Las cosas no quedarían así... si Yuki lo tentaba, él lo tentaría, también.
El chico ignoró los llamados de Hiro y se sentó junto al escritor.
-Con calor?- le dijo con suavidad.
-Mucho- el escritor disimuló una indirecta, un simple juego que jugaba con él solo.
El cuerpo de aquel chico seguía tan perfecto como siempre... delgado, lindo... hermoso. Los ojos de Yuki se abrieron de par en par, cuando Shuichi tomó uno de los helados que Touma había traído y comenzó a jugar con la golosina... lo lamía, mordía... ¿Qué intentaba ese pequeño desgraciado! No podía sacas sus ojos del helado... el chico lo hacía lento, como si lo disfrutase y miraba la golosina con hambre... haciendo gemidos de placer.
Yuki esquivo su mirada de inmediato.
-Ay...- se quejó Shuichi- mis dientes... el helado está frío!- lo arrojó al suelo.
- .
-Yukiiii, Yukiiiii!- comenzó a gritarle- Me duele la cabeza!
-Es por el helado- ríe para sí.
Llegó la noche... Shuichi se había frustrado completamente de histeriquiar a Yuki... luego de comer, se fué a dormir. Se estaba cambiando, cuando Yuki entró mojado, luego de bañarse y con una toalla, muy pequeña... si el niño quería provocarlo, él también podía.
Pero Yuki fué más allá... y se quitó la toalla, para ponerse la ropa de noche.
Shuichi se mordió el labio inferior.
-Qué pasa? No tengo nada que no hayas visto- dijo muy divertido el escritor.
Cuando los dos se acostaron... empezaron las peleas.
-Vete más a la punta.
-Yo estoy lo más contra la punta, que puedo.
-Estas muy cerca.
-Tu estás cerca.
-Vete más allá!- se quejó Shuichi.
-Yo estoy bien!
Ambos comenzaron gritarse una y otra vez lo mismo.
-Ya callensé!- Fujisaki entró gritando al cuarto- Dejen de gritar y hacer ruido! Es muy tarde.
-Pero Yuki está muy cerca de mi!
-Tú te me acercas!
-Mentira! Fujisaki!- se quejó como un niño chiquito.
-Busquemos una solución.
-Bien...
-Demonios...- gruñe Fujisaki, quien termina durmiendo en el medio de Yuki Y Shuichi.
A los minutos, el tecladista comienza a caer dormido... cuando Shuichi se le tira encima y lo abraza.
-Yuki...- susurra.
Se lo quita de encima, sólo para recibir un fuerte golpe de Yuki, quien gruñe entre sueños.
-Shuichi...- dice entre dientes.
-Yuki...- Shuichi vuelve a abrazar a Fujisaki- Uhm... éso si me gusta...- dice en tono divertido, el cantante- tú si sabes hacerlo- ríe.
Fujisaki abre los ojos de par en par, cuando Shuichi le lame la oreja.
-Ah...- intenta levantarse, pero Yuki también lo abraza, recostando su cabeza contra el pecho del tecladista.
-Dame más...- ronronea Shuichi.
-Shuichi...- susurra Yuki- ten cuidado con los dientes.
o.O (Fujisaki)
-jiji... Yuki... Uhm...- se relame el chico.
-Shu-chan...- Yuki sonríe- no hagas éso... éso no se hace... chico malo.
-Yuki...- gime Shuichi.
Aquello es suficiente para Fujisaki, quien saca fuerzas y sale corriendo del cuarto.
-Yuki... sabes hacer muy bien las tortas de manzana...- felicita Shuichi entre sueños.
-Shuichi... las rejas de metal no se comen...
Por la mañana, Yuki se sacude entre sueños, alguna mala pesadilla. Sin darse cuenta, su mano caer pesadamente sobre la cara de Shuichi.
-Ahhyyyy!- llora el chico, que despierta sobresaltado a Yuki.
-Qué pasa!
-Hombre golpeador!- le grita y sale corriendo del cuarto...- Ex marido golpeador!- lo acusa mientras corre por los pasillos.Yuki se queda en su lugar y suspira... Nunca va a cambiar... Éso es bueno.
Continuará!
