Buenas. Esta actualización fue rápida. Pido disculpas de antemano por los capítulos cortos, ya me está yendo mal en los exámenes y trabajos por escribir muy poco XP. Pero bueno, este es un poquito más largo y creo que tiene mejor historia. Ey, yo me cayo y juzguen por ustedes mismos n.nU.

Lady Ski: Hoola! n0n.Ya se extrañaba. Se supone que te diga que estudies pero sería como decirme eso a mi misma, así que no lo voy a hacer X). A mí también me encanta esta pareja… SS/SB no tanto, simplemente ni lo imagino. Tal vez SS/RL, pero con Sirius se pelean mucho :P. Bueno, espero que te guste ;)

Anna: Sip, hay más de un chap, no sé cuantos serán. No sólo el final está raro, todo el primer capítulo fue raro XP. Espero que este esté mejor n,nU. Ojalá te gusten!

Capítulo 2: "Lo que está fuera del alcance de la mano"

Sirius vio a su amigo como un sabueso a su presa. Demasiado concentrado…

Se acercó por detrás y caminó con los dedos el cuello de Remus hasta que a este le dio un escalofrío.

- ¡Sirius! –lo retó frotándose la nuca.

- ¿Qué estás haciendo? –preguntó tomando la silla a su derecha.

- Sólo revisaba estos planos…

- Será mejor que dejes eso por hoy. Esta noche estaremos festejando el cumpleaños de Arthur; todos vendrán. –le contó apoyándose sobre su hombro.

- No hagas eso Sirius, me duele mucho el cuello.- mintió el licántropo para quitárselo de encima.

- ¿Quieres un masaje? –se ofreció en seguida.

- No… gracias. –respondió cauteloso. Ya tenía experiencia con los "masajes" de Sirius. Recogió los papeles y se levantó. –Voy a terminar esto arriba.

Sirius no dijo nada y sólo lo siguió con la mirada saliendo de la cocina. No era su imaginación: lo estaba evitando.

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- ¿Sirius, dónde guardas las…?

Qué extraño; no estaba en su cuarto viendo televisión.

Lo buscó en la casa y finalmente lo encontró en la pieza de su madre, alimentando a Buckbeak. Al entrar Remus, este dio un picotazo al aire.

- Todavía me da un poco de miedo ese animal…

- No le gusta la gente antipática, eso es todo. –respondió sin darse vuelta.

- ¿Sirius, te pasa algo?

- ¿Por qué habría de pasarme algo? –contestó con evidente malhumor.

Remus se sentó pacientemente a su lado, no importaba que no quisiera mirarlo.

- ¿Estás enojado por algo?- tentó.

- ¿Hiciste algo para que me enojara?- dijo mirándolo por primera vez. Era estúpido preguntar: estaba enojado.

- No… lo creo… -respondió Remus asustado. Trató de buscar en su memoria, pero todo parecía bien hasta hacía unas horas.

- No tires la cabeza hacia atrás de esa forma: hará que te duela el cuello.

Remus trató de entender eso. Parecía haber encontrado el problema pero no… no podía ser eso.

- Sirius… no puedes haberte ofendido sólo por eso.

Sirius ya no lo miraba otra vez.

- Seguramente no, si no fuera que notara que lo haces siempre.

- ¿De qué estás hablando? Eso no es cierto. Seguramente te parece.

Sirius posó su mano sobre la de Remus, quien instintivamente retiró la suya.

Eso era todo lo que necesitaba, no había nada más que discutir. Enojado pero en silencio, Sirius se levantó y dejó la habitación.

- ¡No, Sirius, no; espera! –intentó detenerlo.- ¡Sirius! Sirius… ¿Sirius, dónde guardas las toallas?...

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A través de la mesa repleta de gente Remus lo vio comer. No podía estar enojado mucho tiempo ¿o sí? Sirius podía ser infantil y caprichoso, y esa pelea, estúpida y sin sentido, pero igual no quería que estuviera enojado con él.

- Los ojos alcanzan a tocar lo que está fuera del alcance de la mano.

Remus miró a su lado; el Profesor Dumbledore había hablado. No notó el momento en que había llegado.

- …Y veo que has estado "acariciando" a alguien.

- Buenas noches Profesor.- saludó Remus y escondió la cara tras un sorbo de vino. Al parecer, había sido muy obvio al quedarse mirando a Sirius.

- ¿Cómo te sientes Remus, dormiste bien?

- Sí, dormí bastante.

- ¿Y cómo despertaste? En buena compañía, creo yo.- sonrió el viejo. Remus se quedó mirándolo (¿sabía algo?) – Por casualidad escuché a Kreacher el elfo decir que te vio entrar a la habitación de Sirius y que no saliste hasta la mañana. –explicó.

Remus se horrorizó al pensar cuántas personas en esa fiesta habían escuchado al elfo y qué habrían pensado.

- Estábamos viendo una película, y luego me quedé dormido.-respondió sonrojado.

- No tienes que explicarme nada.- lo tranquilizó el Director. Y luego de un breve silencio, asaltó: -¿De qué se trataba la película?

- Le… digo que me quedé dormido, Señor.-tartamudeó Remus.

- Por supuesto.-contestó riendo.

El Director parecía estar disfrutando la situación, pero él, Remus, se sentía bastante apenado.

- Sin embargo… no pareces muy contento, para alguien que ha dormido tan bien.

- Nada importante. Una simple pelea con Sirius.

- Seguramente nada que arruine su amistad de tantos años.

- No, claro que no. Creo… -Remus miró a su alrededor; nadie parecía prestarles atención, como si no estuviesen. –Es… lo mismo de lo que hablamos hace mucho tiempo, Profesor. –murmuró. El Profesor no dijo nada sino que esperó pacientemente a que Remus continuara. –Es que ya no aguanto sus… coqueteos.

Dumbledore se rió entre dientes del término elegido pero no dijo nada. Remus decidió ignorarlo y seguir.

- Bromea tanto que nunca sé cuándo va en serio.

- Déjame adivinar: y tú reaccionas enojándote ¿me equivoco?

- Es que me molesta que juegue conmigo. Para él puede ser una broma, pero para mí…

El Profesor pareció considerarlo, como tratando de unir piezas en su cabeza.

- Nada que arruine una amistad tan vieja, como bien dijiste. Estoy seguro que si hablan abiertamente, salvarán todos los malentendidos. ¡Oh, ahí llegó Alastor! Necesito hablar con él. Con tu permiso, Remus.

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- ¡Oh, pensé que este era el baño. Qué desastre hubiera hecho!

- Buenas tardes Profesor.

- ¿No vas a la fiesta? Ya están llegando los primeros invitados.

- No tengo ganas…

- Suena sospechoso en ti, Black.

El Profesor hizo una reverencia a Buckbeak y luego se sentó en el piso al lado de Sirius.

- ¿Acaso estás molesto con alguno de los invitados?

- No.

- ¿Enojado?

- No.

- ¿Ofendido?

- No.

- ¿Enamorado?

- N… -Sirius levantó la mirada conteniendo la respiración. El Profesor Dumbledore era demasiado intuitivo, no había por qué fingir. –Sí, creo que esa es la palabra…ofendido.

- ¿Cuál ha sido la ofensa? –preguntó amablemente.

- ¡Ser un maldito histérico!- Sirius dio un puñetazo al piso y Buckbeak, un picotazo al aire. –No lo entiendo, nunca voy a entenderlo. Suena una canción y lo saco a bailar; damos unos pasos y enseguida me grita, me dice que debo madurar y que está muy ocupado. ¿De qué se trata eso?-Sirius ya no podía ocultar su indignación. –Quiero decir, por unos instantes todo parece bien: sonríe, se deja llevar, disfruta que me acerque a él; luego todo cambia y grita ofendido… ¿Y qué debo pensar?

- ¿Has sido lo suficientemente claro con él?

- ¿Claro? ¿Quién más claro que un Black? Él no es idiota, debería darse cuenta de lo que le quiero decir.

- ¿Y qué es exactamente lo que le quieres decir?

Sirius se detuvo un momento. ¿Había hablado de más, había olvidado un detalle, o allí simplemente el Profesor estaba sobreentendiendo que estaba enamorado de Remus Lupin? Por que él no lo había dicho.

- ¿Qué… palabra… se usaría para decirlo? –Intentó Sirius para saber si estaban hablando de lo mismo.

El Profesor a su lado levantó una ceja.

- Quiero decirle que… me gusta tenerlo cerca…- murmuró.

- Te repito ¿has sido lo suficientemente claro?

- Debería darse cuenta… ¡No puedo ser más claro! Si voy con un poco de humor y me acepta, estaremos bien. Pero si no, lo tomará por una broma y se enojará, me gritará, pero lo olvidará enseguida. En cambio, si fuera más directo y me rechaza, no soportaría espantarlo. O encontrármelo todos los días y que me vea como un degenerado. O que se aleje…

- Sin embargo, creo que estás olvidando considerar una posibilidad. Qué pasaría si te expresaras correctamente y él te correspondiera.

- ¿Seríamos felices? Pero no puedo hacer eso.

- No obstante yo creo que aclararía varias cosas.

Estoy contenta porque me llegó la primera respuesta a mi desafío, de Meloo :)! Genial!

Espero que les haya gustado este capítulo o al menos no les haya desagradado demasiado. Ojalá se queden con ganas del próximo. Capítulo 3: Migas. (síii, título raro O.'o)

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