Cáp. 19

¿El ultimo Adiós?

Mientras pasaban por tantas puertas y habitaciones de la casa, el pelirrojo llevaba su mente perdida en el espacio, su mirada, dirigida a la gran alfombra de color café que cubría todo el piso de la mansión. Hasta que Inugami se detuvo, y lo vio fijamente a los ojos…

-Bueno, esta es la habitación, ya sabes solo 3 horas…-dijo Inugami y toco dos veces la puerta.

-Son muchas… mejor dame una sola hora y las dos restantes dáselas a Hiei-dijo con la mirada muy seria sin dejar que Inugami lo intimidara con su altanería.

-¿Por qué eres tan condescendiente con la persona que te arrebato al amor de tu vida?-dijo acercándose a el, y revisando si Kurama mostraba señales de debilidad.

-Simple y Sencillamente…prefiero verla feliz, aunque no sea conmigo, eso si es amar a alguien..-dijo Kurama viendo con desafío y odio aquellos ojos azules cristalinos.

Inugami se quedo perplejo por tal respuesta, sabia que esa frase era dirigida a lo que estaba haciendo pero recapacito y vio que la puerta se abría, dejando salir a Misha de la habitación.

-Cambio de planes, Misha… solo una hora con la chica y me lo mandas inmediatamente-dijo Inugami sin dejar de ver a Kurama.

-De Acuerdo-dijo Misha dándole paso a Kurama para que pasara adelante, Pero lo detuvo antes de entrar, y le susurro en el oído…-Ni se te ocurra escapar… yo misma te iré a buscar, y no querrás saber que tan fuerte soy-añadió con seriedad Misha.

-No te tengo miedo, pero descuida no lo haré-dijo Kurama viéndola con ojos entre malos y seductores, antes de ingresar a la habitación.

Kurama se le partió el corazón cuando entro, Hana se encontraba sentada en el borde de la cama, viendo la nada… con su suspiros y lagrimas a cada momento, y jugaba con sus manos, apretándolas…. Se acerco lentamente a ella, pero se encontraba perdida de sus pensamientos que no se fijo a que hora Kurama había ingresado a la habitación.

-Hana?-pudo decir delicadamente Kurama.

La chica solo subió su mirada, y encontró a su mejor amigo frente a ella, desconsolado también por lo que estaban pasando, se paro y lo abrazo con todas sus fuerzas, los llantos de la chica se oían mas fuertes y Kurama se limitaba solo a quitar aquellas lagrimas de esas mejillas tan tiernas, mientras oía todos los suplicios por los que había pasado y lo que pasaría si se alejaba de Hiei.

-Cálmate… ya veras que todo saldrá bien, Hiei y yo pensaremos la manera de sacarte da aquí, aunque sea lo ultimo que haga…-dijo Kurama, mientras apretaba las manos de Hana, como signo de confianza.

-Gracias Kurama-dijo Hana con más tranquilidad, aquella mirada de esos ojos verdes la hacían perderle miedo a cualquier cosa…

-Dime Hana… respóndeme algo… aun me amas como dijo ese tonto de Inugami? Se sincera por favor…-dijo casi susurrando Kurama y bajo su vista hacia el suelo.

-Kurama… no te mentiré, aun sigo amándote, pero de otra manera… es un amorde amistad, eres casi un hermano para mi y creo que tu también sientes lo mismo… solo que debes de abrirte a ese sentimiento, y no negarlo-dijo Hana queriendo encontrar la mirada del pelirrojo con sus ojos.

Kurama por primera vez, quiso entender si en realidad de eso se trataba, amor de hermandad… y hasta que al fin comprendió que era la verdad, entre mas tiempo pasaba con Hana, mas se incrementaba su amor hacia ella, pero solo como amigos, la consideraba la mejor de todas… y esta vez vio los ojos mieles de Hana distintamente, llenos de ternura.

-Tienes razón, Hana yo te quiero demasiado… y me alegra que me hayas abierto los ojos-dijo Kurama esta vez decidido en sacarla de este lugar, y la abrazo fuertemente como a miedo de perderla.

La puerta se abrió en ese momento… era Misha anunciando que su hora habia terminado.

-Una hora? No eran tres?-pregunto Hana desconcertada, y apretando la mano de Kurama fuertemente mientras este se levantaba de la cama, donde se encontraban sentados.

-Las dos que me faltan, se las di a Hiei, creo que quieres pasar mas tiempo con el-dijo Kurama y la abrazo, soltó su mano y salio de la habitación, Hana vio su mano… Kurama había dejado en ella pétalos de rosa, los cuales ella llevo a su rostro para sentir su fragancia, y menciono un leve gracias por su amigo que confiaba que vendría por ella, tarde o temprano…

Misha cerró la puerta, y al rato llego de nuevo… esta vez el demonio venia detrás de ella, Hana se percato y corrió hacia la puerta, donde vio como entraba su amado demonio, soltó unas lágrimas y lo abrazo, y lo beso con delicadez, mientras que Hiei la controlaba con leves frases de amor y ternura.

-Hiei, no sabes cuanto te amo, y quiero que sepas que no habrá nadie mas en mi corazón solo tu…-decía Hana mientras lo besaba entre cada palabra que sus labios pronunciaban.

-Lo se, y te juro que ese imbécil no se saldrá con la suya, te rescatare… ya veras-dijo Hiei viendo como su amada lloraba sin detenerse.

Esta vez se acerco a ella, y no pronuncio palabra, veía su mirada, algo roja de tanto llorar, sus mejillas mojadas por aquellas gotas saladas, y las beso tiernamente, dejando en su boca un sabor salado de aquellas lágrimas celestiales.

Comenzó a besar su cuello con ternura… veía como ella sentía que necesitaba en ese momento sentir el calor de el… Y lentamente la acostó en la cama, primero solo permaneció viéndola fijamente y dándole besos cortos, pero sabia que si no podría hacer nada, esa seria la ultima vez que estaría con Hana, y por lo menos necesitaba llevar en su corazón un recuerdo sobre ella, su mas preciada joya… Hana accedió cuando Hiei se dispuso en quitar su camisa, y lo abrazo sintiendo su cuerpo sobre ella, la chica por primera vez vio aquel anillo que significaba el compromiso con Inugami, y se lo quito, dejándolo en la mesa de al lado, mientras que la cama comenzaba a desarreglarse.

Esta vez el silencio se apoderaba de toda la habitación, mientras que los dos se encontraban cubiertos solo con las sabanas, los minutos pasaban, aquel reloj de pared, cercano a la puerta era en ese momento el peor enemigo de ambos, ese tic toc, resonaba con mas fuerza avisando que faltaba poco para que se separaran, poco a poco, Hiei la hacia de el, la protegía como si en ese mismo instante se le fuera de las manos, Hana trataba de que solamente Hiei oyera que estaba disfrutando de su presencia.

No se oían risas como las demás veces, pero la situación no era para reír, un reconocimiento de cariño y lealtad, eso era lo que se acontecía en aquella habitación, todo acabo como un soplo, y ambos se vieron acostados uno al lado del otro, presenciando cada parte de sus rostros…

Solo faltaban minutos, habían transcurrido ya 5 horas, y parecía que solo hubieran sido 30 minutos, Hiei fue el primero en levantarse, tomo su tiempo para cambiarse, y luego Hana, permanecían callados, sabiendo que si no podían hacer nada esa seria su despedida.

Estaban ya cambiados, solo tomados de las manos, cuando la puerta se abrió… era Misha avisando que el tiempo se había acabado, Hana resistió no llorar, pero era en vano, las lagrimas comenzaron a caer por si solas…. Hiei la vio por última vez… la beso y susurro en su oídos palabras de aliento y un simple te amo.

Salio con su cabeza baja, pensando en lo que horas antes había pasado, todo el camino no dijo nada, solo siguió a la muchacha que veía para atrás de vez en cuando para verificar si el demonio la seguía… Llegaron a la habitación donde Kurama e Inugami lo esperaban, y solamente se dispuso es quedarse parado al lado de la puerta.

-Como ya se cumplió mi parte del trato con Hana, es hora que ustedes desaparezcan de mi vista, así que tendrán que obedecerme en lo que yo diga, porque les juro que Hana pagara si ustedes no hacen caso-dijo Inugami levantándose de su gran sillón.

- Que quieres de nosotros?-pregunto Kurama algo serio.

- Nada por ahorita... Solo que aun no se con que castigarlos, por eso se irán a los calabozos por mientras pienso en algo, sigan a Misha y si me doy cuenta que escapan, ya verán-Dijo Inugami esto ultimo con tono amenazante.

Misha obedeció y los dos muchachos también, algunos guardias o demonios los acompañaban, bajaron a los calabozos y fueron encerrados en una pequeña celda, que por cierto olía desagradablemente y se sentía un ambiente húmedo, Hiei solo se sentó en el suelo sin decir palabras, y ahí el pelirrojo comprendió que su mejor amigo había perdido lo mas valioso para el…. Su amado Ángel.

Y tenia que hacer algo al respecto…

Continuara…


Konnichiwa a todos! Bueno aki toy agradeciendoles infinitamente por todos los reviews ke me han mandado, que con mucha alegria recibo, porke por medio de ellos veo si les gusta mi historia! Asi que gracias y sigan mandandome sus comentraios! muchisimas gracias! Matta ne!
Atte. Nadeshko12