Era de noche, las nubes se agitaban a lo lejos. El mar ardía en la costa y los árboles seguían el rumor del aire. Lena esperaba el autobús, justo después de terminar su última clase del día. Lo cierto era que solo quería llegar a casa a dormir un poco, el último año de su carrera estaba siendo un poco distinto a los otros. Se estaba dando cuenta poco a poco, de que debía regresar a la capital para obtener su primer empleo pero ella no deseaba hacerlo, quería vivir un poco más en ese pequeño y extraño pueblo. El autobús llegó con dos minutos de retraso, ella entró y se sentó en el cuarto asiento del lado de la ventana, le esperaba un rato largo de camino a casa. Pero al menos estaba feliz de poder descansar dos días de fin de semana de la facultad, amaba estudiar pero no quería pasarse la vida en ello. Tenía 23 y la mayoría de su tiempo y vida, se las llevó detrás de los libros, ahora solo quería llegar a casa y salir un poco de su mundo. El autobús se detuvo, en la parada siguiente parada, permitiendo así que subiera una chica de cabello rubio ondulado, alta de ojos azules con una figura deslumbrante. Que de inmediato sacudió a la ojiverde, pero esta decidió no seguir viéndola para no incomodarla. El viaje continúo como de costumbre, pequeñas sacudidas por aquí y allá debido a los baches, pero finalmente llegó a la última parada del día. La ojiverde salió del autobús, con la intención de tomar un taxi que la llevara a su casa de forma inmediata. Pero no iba a ser fácil, lo cierto era que debía competir por el transporte con la ojiazul del autobús, ella no se dejaría ganar pero si la ocasión dictaba que compartieran el viaje a ella no le molestaba. Con eso en su mente, observó como un vehículo amarillo y poco cuidado se acercaba a la entrada de la estación de autobuses para llevar a otro pasajero a algún destino en concreto. La ojiverde levantó la mano para indicar que quería un viaje, pero la chica ojiazul también levantó su mano. El presentimiento de compartir el viaje se acaba de hacer realidad. Ambas subieron al coche y esperaron a que el chófer subiera el equipaje correspondiente, una vez estuvo dentro del maletero, el conductor se dispuso a subir al coche para preguntar cuál sería la primera parada. —Buenas noches señoritas, ¿El viaje será compartido o por separado?— La ojiazul se apresuró a contestar —Buenas noches, será separado yo puedo esperar a que lleve primero a la señorita y luego a mí— El chofer asintió y pidió una dirección a la ojiverde, que en consecuencia se la dio para así dar por comenzado el viaje. Lena esperaba el momento apropiado para agradecer a la ojiazul por su amabilidad y cortesía, pero no encontraba el momento perfecto para hablar, pues el silencio era casi monumental dentro del vehículo. Para su mala fortuna se detuvieron justo en frente de su destino, dando a saber que no tendría forma de agradecer la amabilidad de su desconocida acompañante. El chofer señaló el contador, dando a entender el precio del viaje. Lena pagó y salió del auto, no sin antes recoger la maleta extra que llevaba consigo. Jamás se dio cuenta, de que su cartera estaba en el asiento trasero del taxi que ahora se alejaba. Entró en la vivienda, deseando tener comida caliente y alguien gustosa de verla llegar pero solo encontró a un gato regordete dormido sobre su cama y una cocina llena de platos sucios. Echando un vistazo más a fondo decidió, que lo más prudente sería tomar una ducha para relajarse de aquel día estresante que había tenido, luego recogería un poco de desorden para finalmente dormir hasta recuperarse.
Subió las escaleras con sumo cuidado, prendió la luz de su pequeña habitación y se dirigió al baño para abrir la llave de la ducha dejando que corriera hasta volverse poco a poco más caliente, mientras ella se quitaba su ropa para quedar al desnudo y entrar en la ducha. El agua caía por su cuerpo dejando a la ojiverde completamente relajada, alejandola del mundo. Al terminar la ducha, un gruñir de estómago se hizo presente en su cuerpo hacía ya varias horas de su última comida y ciertamente necesita algo caliente en su estómago. Entró a la cocina con una expresión pensativa en su rostro, considerando si el cereal era una buena opción ya que su nevera estaba vacía debido al término de la semana. El cereal fue lo único que consumió, ni siquiera quiso recoger su plato ya que mañana tendría tiempo para ello, subió de nuevo las escaleras y aún con el pelo mojado se acostó para dejarse llevar por el sueño.
Mientras la ojiazul, bajaba del taxi en la base militar provisional que se había instalado en aquel pueblo. La chica se acercó a la entrada, esa noche era fría y el cabo mayor no estaría disponible así que se acercó a la cabina para mostrar su credencial. El cabo que se encontraba de guardia, se asombró de inmediato y preguntó —¿Es usted la teniente Kara Danvers, de la base 336?— La ojiazul respondió con toda la calma —Sí cabo, soy yo. ¿El capitán Jonh estará en su puesto esta noche? Deseó hablar con él, es urgente— —Si el capitán está presente, le avisaré que ha llegado— —Muchas gracias cabo, que tenga una noche aburrida— —Eso esperó teniente— Sin más se adentro en el camino de tierra formado por las llantas de los vehículos, pronto sería nombrada capitana y su arduo trabajo daría frutos. ––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– Hola amig@s, esta es mi primera historia acerca de supercorp. Estaré subiendo capítulo día sí y día no. Espero que les guste, me pueden dejar como les pareció la historia y comentarios para mejorar espero tengan un buen día o noche dependiendo. Con todo mi cariño, sinceramente AVO-nor.
