Comentarios previos: Hola a todos! Me estreno en esta sección! Me encanta esta película, la he vuelto a ver hace nadita y me apetecía un montón escribir este fic. La cosa está en que, recientemente, me he enterado de que según palabras del propio Miyazaki… ¡Chihiro pierde la memoria al salir del túnel¡Y yo sin saberlo! He vivido engañada todo este tiempo... ¡Es terrible, no vale¡Qué final más espantoso! Por eso he querido escribir esto…

Disclaimer: Los personajes no son míos. Si lo fuesen, Haku y Chihiro se casarían, vivirían juntos y serían felices para siempre y comerían perdices y tendrían dos hijitos preciosos llamados... hum, creo que desvarío.


Inolvidable.

El autobús había disminuido de velocidad a medida que se adentraba en la ciudad. Atrás quedara el paisaje rural, alegre y rebosante de aromas y matices, para dejar paso a un laberinto gris y antinatural. Chihiro apoyaba la cabeza contra la ventanilla, medio dormida, aunque el cristal temblaba a causa del movimiento del autobús y le producía un dolor de cabeza enorme. A su lado, su amiga Mika estaba embobada escuchando su MP3 y preparando la cámara de fotos digital. El resto del autobús no podía ser más ruidoso, con los asientos crujiendo bajo los movimientos nerviosos de sus inquietos ocupantes. La maestra Fujisaki hacía tiempo que se cansara de pedir silencio, y parloteaba tranquilamente con el sufrido conductor.

Odio las excursiones del colegio.

Eso era algo que Chihiro tenía muy claro. En realidad, había muy pocas cosas que le gustaran de su nuevo colegio: llevaba apenas seis meses allí y ya había decidido que aquello no era para ella. Había muy pocas chicas que le cayesen bien, y los profesores la trataban como si fuese estúpida, preguntándole constantemente si en su antiguo colegio le habían enseñado esto o aquello. Se suponía que era un secreto, pero Chihiro sabía que la maestra había telefoneado a sus padres para hablarles de su actitud:

"·-Verá, señores Ogino… es una niña muy madura y responsable, parece mucho más mayor que sus compañeros de clase. Es muy normal que las chicas crezcan antes que los chicos pero… su hija parece ignorar a sus compañeros y hace muy poco por adaptarse al programa o integrarse en el grupo.

·-Bueno, siempre ha sido una niña un poco caprichosa, pero antes no era así. Desde que nos mudamos está muy cambiada¡en ocasiones ni la reconozco! Habla como un adulto y a veces nos sorprende haciendo cosas que nunca le habíamos enseñado, ya sabe, cocinar y esas cosas…

·-Quizá el echo de mudarse la haya afectado más de lo debido, ya sabe lo delicados que son los niños en estas edades…"

Chihiro se hundió contra la espuma del sillón mientras recordaba con amargura la conversación telefónica que había oído a hurtadillas, desde el teléfono del recibidor, entre la profesora Fujisaki y su madre.

¿Había cambiado?

No, era más que eso…

Desde hacía seis meses, se sentía como si le hubiesen arrancado una parte de sí misma, como si estuviera vacía por dentro. A veces, por las noches, le venían a la cabeza imágenes y sensaciones extrañas. Cosas que nunca había visto ni vivido, ni siquiera en sueños…

El olor del agua caliente…

Una voz suave, amable…

El tacto resbaladizo y escamoso contra su piel…

¿Qué era todo aquello? Cuando Chihiro intentaba leer en su interior en busca de una respuesta, se encontraba con que su memoria era un libro al que alguien le había cortado una página.

"·-Chihiro, ponte el cinturón, nos vamos antes de que lleguen los de la mudanza.

·-¡Qué sitio tan bonito! Tenemos que volver otro día con la cámara de fotos¿verdad, querida?

-¡Por supuesto¿A ti te ha gustado, Chihiro¡Chihiro¿De dónde has sacado esa goma para el pelo?

·-¿Ésta? Ah… yo… creo que me la encontré en el restaurante…

·-Cuántas veces te habré dicho que no recojas cosas del suelo…"

A partir de aquel momento todo había empezado a ir mal.

El autobús se detuvo frente a un edificio grande, diseñado para imitar al estilo tradicional, aunque se veía más falso que una moneda de chocolate. La profesora Fujisaki les indicó a sus alumnos que recogiesen sus mochilas y bajasen en orden. Mika enrolló los auriculares de su MP3 y lo metió en su riñonera.

·-Oye, Chihiro, tú antes vivías por aquí cerca¿no?- le preguntó la niña- ¿conoces este lugar?

Chihiro negó con la cabeza mientras salían del autobús.

·-En realidad no mucho…- le explicó- solo pasé por aquí un par de veces cuando nos íbamos de viaje a ver a mi abuela, que vive en el campo…

Las niñas fueron las últimas en bajar del autobús. El "edificio cantoso" junto al que habían aparcado resultó ser el museo que habían ido a visitar. Un lugar bastante aburrido, con un montón de salas iguales y una tienda de regalitos chorras. Ni siquiera el guía resultó ser muy simpático.

·-Como podréis comprobar, niños…- explicaba, mientras los conducía por una sala llena de vitrinas- la mayoría de los objetos aquí expuestos muestran una gran erosión…

·-¿Qué es "erosión"?- le preguntó Mika en voz baja a Chihiro, más por no estar callada que por verdadero interés.

·-Significa que están desgastados…

La maestra le dio un codazo suave a Chihiro para que se callase y atendiese a las explicaciones.

·-… y esto es debido a que muchos de ellos permanecieron largo tiempo sumergidos bajo el agua.- continuó relatando en guía, con su voz monótona y gris- la mayoría fueron recuperados del lecho de un río que antes pasaba justo por debajo de nosotros, y que fue secado para construir parte de la ciudad. Seguramente, si en casa tenéis un mapa antiguo de la zona, podréis comprobar que justo por aquí pasaba un río llamado Kohaku. Si os fijáis en esta joya de aquí, veréis que data del siglo…

Kohaku

Algo se agitó en el interior de Chihiro. Un latido extraño… como un presentimiento. Una imagen, clara, nítida, se clavó frente al ojo de su mente.

Unos ojos verdes como el agua calmada de un río.

Nigihayami Kohaku nushi

Sin pensarlo dos veces, Chihiro levantó la mano como una centella, sorprendiendo al guía, que al parecer no estaba acostumbrado a que una chiquilla mostrase tanto interés por sus explicaciones sobre el museo.

·-Dime, pequeña.- le concedió, sin salir de su aturdimiento.

·-¿Y hay aquí algún monumento dedicado al dios del río Kohaku?- preguntó, emocionada, casi sin aliento.

El guía tosió y manoseó su corbata.

·-Bueno, no podemos hablar de ningún dios del río…- empezó a explicar finalmente- pero, como es normal, hay muchas leyendas locales acerca de un espíritu o un dragón guardián…

·-¿Y cómo se lo solía caracterizar?- le interrumpió Chihiro, impaciente.

·-Erm… en realidad no se conservan muchas representaciones de él, ya que no es un espíritu muy importante, pero ya que te veo tan interesada, te diré que las historias orales lo describen con la apariencia de un hombre joven, a veces incluso un niño, normalmente con los ojos verdes y vestido de blanco, como su nombre indica… bueno, volviendo al tema de que tratábamos…


Mika se reía por lo bajo mientras las dos niñas se acomodaban en el autobús, que ya arrancaba para devolverlas a sus casas. Chihiro se ajustó la coleta y miró por la ventana. Aunque había amanecido soleado, durante el tiempo que permanecieran en el museo el cielo se había cubierto de nubes negras de lluvia y tormenta. La profesora comentaba preocupada si la lluvia les permitiría volver seguros al colegio.

·-Chihiro, me has asustado cuando te has puesto a gritar en medio del museo…- parloteaba Mika- ¡y al guía también! Hasta la profe se sorprendió… ¡no me extrañaría que te pusiese un diez¿Por qué le preguntaste eso?

Chihiro cerró los ojos y no contestó. Se llevó una mano al pecho para intentar combatir el resentido dolor que sentía muy cerca de su corazón, casi incluso dentro de él. Notaba cómo las ganas de llorar formaban un nudo tenso en su garganta, un nudo de añoranza, melancolía, y tanta nostalgia…

Nigihayami Kohaku nushi

Aquel nombre había aparecido de pronto en su cabeza, como un recuerdo. Como algo que ya había oído antes y, sin embargo, estaba totalmente segura de que no lo había leído en ningún libro, ni mucho menos visto en la televisión. Tampoco lo había soñado, y desde luego, ni su madre ni su padre le habían hablado nunca de ello. No eran la clase de padres atentos y soñadores que contasen fábulas a sus hijas.

Entonces, si no era un sueño¿qué era¿En qué lugar de su memoria se ocultaba el dueño de aquel nombre encantado, y por qué la hacía sentir como si le faltase una parte de ella?

Sus manos temblaron apretadas contra su cuerpo. Fuera, finalmente comenzó a llover pero, en contra de lo que sugería el cielo ennegrecido, no era una lluvia torrencial y rabiosa, sino una llovizna de gotas gruesas, escasas y amables. Chihiro pestañeó para librarse de las lágrimas que se agolpaban en sus pestañas y, mientras lo hacía, levantó bruscamente la cabeza, sorprendida.

·-¿Qué pasa, Chihiro?

·-Nada…

Por un momento fugaz había creído ver, a través de sus lágrimas empañadas y entre el brillo de las gotas de lluvia, el reflejo de alguien al otro lado del cristal.

·-Es que acabo de acordarme de una cosa…

"·-Yo también regresaré a mi mundo.

·-¿Nos volveremos a ver?

·-Sí, seguro.

·-¡Prométemelo!

·-¡Prometido! Y ahora vete y no mires hacia atrás."

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Comentarios: Qué cosa tan rara me ha salido¿no creéis? Ay, me duele el cuello… debe significar que el fic es malo, no le hace honor para nada a la película, qué desastre! Jo, y eso que mi intención era hacer aparecer a Haku¿dónde diablos se ha metido ese chico¡Será desgraciado! No hay quien lo controle, siempre termina haciendo lo que le da la gana… lo adoro.

Si alguien quiere escribir una review a este fic tan raro, estaría eternamente agradecida.