FIC: Lupus (Harry Potter PG-15)
Lupus
Por Terry Maxwell.

Disclaimer: Harry Potter es propiedad de JK Rowling. Y cuando me vi en el espejo esta mañana comprobé una vez más que yo no soy ella.

Nota de la Autora: Pues otro de mis inconclusos fics… las ideas no me dejan en paz… y lo que debo terminar mi musa no me da ideas para terminarlo… I hate this. So… read and enjoy.

Lupus
Por Terry Maxwell

Las gotas de lluvia golpean incesantemente la ventana de la habitación. El cielo gris y tormentoso reflejaba fielmente el estado anímico del joven que se encontraba en la cama. Una vieja cobija lo cubría a medias y dejaba al descubierto su desnudo pecho. La cabeza enterrada entre los brazos y las piernas recogidas en una posición semejante a la de un feto en la matriz de su madre.

Una fina capa de sudor cubriéndolo y un temblor involuntario sacudiendo su cuerpo, si alguien se preocupara en siquiera tocarlo o preguntarle como estaba, sabría que estaba ardiendo en fiebre, que todo su cuerpo le dolía, que sentía que la cabeza le iba a estallar.

Pero nadie lo buscaría, nadie siquiera se preguntaba como estaba, había sido muy eficiente en alejar a todas las personas que en algún tiempo se hubieran preocupado.

La casa, si es que llegara a merecer ese nombre, se encontraba al pie de una hondonada, cerca de un enorme bosque en algún lugar de Escocia. Bastante alejada de cualquier poblado cercano, ni un alma en kilómetros a la redonda.

Ese era su refugio.

El lugar en el que había ido a morir de tristeza.

La vida había sido muy injusta con el. Tal vez se estaba ahogando una vez más en la autocompasión, pero no tenia ninguna otra explicación lo suficientemente coherente para que convenciera a su razonamiento.

Su alma noble, estaba herida, su corazón sangrando por la perdida de aquellos que eran el centro de su universo.

Por que seguía vivo, era el misterio mas grande para el en ese momento.

Un ser maldito, una criatura mágica en contra de su voluntad, un monstruo sediento de sangre a ojos del mundo entero.

Vivo.

¿Y para que?

¿Con que fin?

¿A quien le hacia falta?

A nadie.

Absolutamente nadie necesitaba a un hombre lobo.

La fiebre iba cediendo poco a poco. Pero regresaría en unas cuantas horas. Faltaban varios días para la luna llena y no dudaba que su instinto salvaje lo llevara a satisfacer sus más bajos instintos.

Desde que se alejo de todos los demás sobrevivientes de Hogwarts, había dejado de tomar la poción Wolfsbane que tan "solícitamente" le proporcionaba Severus Snape, el ilustre maestro de pociones.

Le daba una especia de retorcida satisfacción el recordar el desprecio con el cual el maestro de pociones le entregaba sin falta su dosis mensual de esa complicadísima poción, la que lo convertía en un lobo sin sed de sangre.

Irónicamente, la vida al aire libre que había llevado y la falta de la poción que suprimía su lado salvaje había mejorado mucho su condición física. Oh, las maravillas de la licantropía.

Y ahora sucumbía nuevamente a los deseos de su lado salvajeépoca de apareamiento, su fiebre intermitente era un fiel recordatorio de la necesidad primitiva de un amante.

La noche llegaba y una transformación a medias comenzaba, ni bestia ni hombre, algo horriblemente intermedio gruñía en la desvencijada cama de la cabaña.

El dolor que había impedido el movimiento habiendo desaparecido permitió que saliera una vez mas a una ronda nocturna... solo faltaban dos días más.

La espesura de los montes, los arbustos, los prados lejanos, el viento nocturno cargado de esencias conocidas. Las marcas territoriales que cada noche aun en su estado humano cuidadosamente repetía.

¿Cuanto del hombre educado, y noble quedaba debajo del instinto asesino del lobo?

En una cama del hospital de St. Mungo, unos ojos verdes se abrían por primera vez en varios meses. Bastante desorientado por la situación miro frenéticamente alrededor en busca de algún rostro familiar de alguien que pudiera decirle que había pasado.

Su mirada se poso en la rubia cabellera de la persona que descansaba la cabeza a un costado de su cama, las facciones tan conocidas y la expresión de tranquilidad tan ajena a ese rostro aristocrático le hicieron perder un latido a su corazón. El ruido de asombro al reconocer el rostro basto para despertar al joven. Sus ojos grises se fijaron en la persona que supuestamente se hallaba en coma para desorbitarse cómicamente al momento de encontrarse con los verdes esmeralda.

"¿Harry! Gracias a Dios... has despertado, Harry"- exclamo casi sin aliento. Mientras en un movimiento arrebatado se lanzaba a los brazos de aquel que tantas noches solícitamente había cuidado.

Continuara...